Artículo publicado el 24 de mayo del 2009 en el Suplemento Mi Negocio, del Diario El Comercio Cuando el momento ha llegado NUNCA ES TARDE PARA VOLVER A LA CARPETA Empresarios autodidactas hablan de la experiencia de estudiar Ser creativo, para Álvaro Zevallos, no solo suponía elaborar música para publicidad sino, a veces, multiplicarse por varios empleados para comandar Audiopost, el estudio de posproducción que dirige. “Me animé a estudiar porque tenía más de publicista y de músico que de gerente, por lo que apenas entendía un balance. Y no es que ahora yo haga la parte contable: ahora sé dirigir mejor a la gente”, sostiene. El programa de la Escuela de Dirección de la Universidad de Piura (PAD) era especial para propietarios de empresas y, en palabras de Zevallos fue un constante deja-vu. “Todos los casos tenían algo de mi negocio y, aunque a veces me satisfacía ver que no lo hacía tan mal, podía hacerlo mejor”. Así fue como la parte financiera empezó a tomar más relevancia: los créditos de corto plazo los pasó a largo plazo, mientras que se empezó a planificar el mejor uso de los recursos, incluso los recursos humanos, que tenían un serio problema de motivación. Similar sensación tuvo Jorge Querebalú, ingeniero mecánico y gerente de Corporación Ker, cuando ingresó al diplomado de Gestión Empresarial de IPAE. “Sentía que me faltaban herramientas para seguir avanzando, que ya no podía hacerlo solo como al principio”. Ker brinda servicio automotor a diferentes flotas de taxis en Lima. Tras los seis meses del curso, empezó a especializarse en Nissan y Probox, la última novedad en cuatro ruedas. “Para abrir el tercer taller mecánico elaboré un plan de negocios e hice estudios de mercado que no había hecho antes porque empezamos con las conversiones a GNV y GLP”, sostiene. No obstante, no todos tienen tan claros los vacíos por completar en su compañía. Por ejemplo, a José Antonio Salim —un verdadero autodidacta de la cocina— el empujón hacia las aulas llegó de la mano de la independización del negocio familiar. “Empezar de cero con Salim Gourmet, a pesar de saber cómo se movía el mercado de bufets y eventos, me obligó a buscar ayuda”, recuerda. Así llegó hasta la Cámara de Comercio de Lima (CCL) donde llevó los diplomados de Logística y Marketing, que le permitieron detectar que estaba trabajando demasiado para tener muy pocas utilidades. Sobre todo por el sistema de suministros, transporte y distribución, que necesitaba ser estandarizado bajo un solo objetivo. Y ese fue el primer paso que se debía corregir. AULA ABIERTA Para no generalizar conceptos a partir de tres testimonios, los propios directores y profesores de las escuelas de negocios y universidades nos hablaron de lo que encuentran en las aulas. Para Ricardo Pino, director de Centrum Alianzas, es evidente la separación en dos grandes grupos: los profesionales que buscan consolidar su carrera en una gran empresa y los emprendedores que necesitan herramientas fuertes en finanzas, marketing, operaciones, motivación de personal, etc. “Además del estudio como motor de actualización y entrenamiento, sirve para armar una red de contactos importante para futuros negocios y consultas”. En opinión de Carlos Torres, jefe del Centro de Capacitación Empresarial de la CCL, uno de las búsquedas más recurrentes es la exportación (pese a la crisis). “Debido a las recientes firmas de TLC con Estados Unidos y China, cada vez más emprendedores sienten necesidad de aprender sobre certificaciones y comercio internacional”. Similar tendencia temática ha constatado Luis León, jefe de Programas de Asesoría para Empresas de IPAE, quien además revela interesantes características sobre su alumnado: “Las edades fluctúan entre los 35 y 45 años. Cada año ingresan más mujeres. De cada 10 estudiantes, cuatro son damas. Y además de la gestión empresarial, se buscan cursos informáticos, de idiomas y de liderazgo”. Como se ve, las posibilidades de crecer van más allá de la pasión. “Un buen emprendedor no es aquel que sabe explotar una buena oportunidad, sino que reconoce sus limitaciones y decide formarse para el siguiente nivel de la organización, donde el sentido común y la intuición no bastan”, concluye Mario Giuffra, docente del Programa para Propietarios de Empresas (PPE) del PAD. Así que deje de hacerlo todo solo y empiece a formarse en serio.