25 de setiembre de 2005 – Número 95 EL 75% DE LOS ASALARIADOS POBRES TRABAJAN “EN NEGRO” La economía acumula tres años de alto crecimiento, pero modestos avances en reducción de la pobreza. Buena parte de esta paradoja se explica porque los pobres generan la mayor parte de sus ingresos trabajando en pequeñas empresas que operan en la informalidad. Para los pobres, la devaluación implicó un fuerte aumento en los precios de los bienes que consumen mientras que sus remuneraciones no son beneficiadas por las políticas laborales tradicionales. El INDEC difundió información sobre incidencia de la pobreza en el primer semestre del 2005. Si bien disminuyó el porcentaje de personas que vive debajo de línea de la pobreza, los logros obtenidos en materia de recomposición social son modestos. Comparando la situación económica y social actual con la de igual período del 2001, es decir, cuando la convertibilidad había entrado en crisis terminal, se pueden cuantificar estos contrastes: • El PBI del primer semestre del 2005 fue un 8% superior al de igual período del 2001. Esto significa que el PBI per capita hoy sería un 3% superior al 2001. • La pobreza en el primer semestre del 2005 alcanza a 38,5% de la población mientras que en mayo del 2001 era de 35,9%. • El salario real medido por Canasta Básica Alimentaria –que es la referencia para medir la pobreza– cayó 9% para los trabajadores registrados y 35% para los trabajadores “en negro”. El ajuste realizado a través de la devaluación implicó corregir los problemas fiscales y de competitividad a través de una fuerte transferencia de ingresos desde los trabajadores y los jubilados a favor del Estado y las empresas. Estas transferencias no se instrumentaron de manera explicita sino a través del crecimiento de los precios. Como Argentina es un país exportador de alimentos, la devaluación tuvo un impacto particularmente expansivo sobre los precios, especialmente los de la canasta básica de alimentos. Esto introdujo un primer factor de discriminación contra los pobres. Un segundo factor de discriminación contra los pobres es la política laboral. Más allá de las limitaciones para una redistribución progresiva del ingreso que impone el modelo basado en el tipo de cambio muy alto, la política laboral puso énfasis en dictar decretos de aumentos de salarios –ya sea de suma fija o del salario mínimo– y de asignaciones familiares –ya sea aumentando los montos o los topes– sin innovar en otros aspectos del Prensa @ idesa.org - www.idesa.org – Tel. (54) - 11 - 4345 0775 mercado laboral. El resultado fue que, con bastante rezago respecto a la dinámica de los precios y al nivel de actividad económica, el salario real de los trabajadores registrados recuperó parte de las perdidas producidas por la devaluación. Sin embargo, esta política laboral tradicional fue ineficaz para impulsar la recuperación del salario real de los trabajadores “en negro”, es decir, la principal fuente de ingreso de los pobres. El impacto regresivo de las políticas económicas y laborales es acompañado por una gran ineficacia de la política asistencial. Los datos del INDEC indican que 30% del gasto asistencial sería absorbido por hogares no pobres. Si a esto se suma gastos administrativos y corrupción –que no registra el INDEC– se llegaría a la conclusión de que la focalización del gasto asistencial es casi nula. Es decir, el Estado tiene grandes estructuras burocráticas que administran centenares de programas asistenciales para que finalmente los beneficios se repartan de manera casi proporcional entre toda la población. En la medida en que las tasas de crecimiento se reducen (4% anual según el Presupuesto para el 2006), la tasa de inflación se mantiene alta (9% según el Presupuesto) y al relación empleo-producto disminuye (0,33 de aumento de empleo por cada punto del PBI), hay razones para pensar que la pobreza tiende a estabilizarse en los actuales niveles. Esto implica magnitudes intolerablemente altas, que deberían estimular la búsqueda de nuevas estrategias de intervención. En tal sentido, las referidas al funcionamiento del mercado de trabajo son decisivas. El eje debería ser una agresiva estrategia de inclusión de las pequeñas empresas al circuito formal de la economía. Para ello es clave simplificarles la vida eliminando la gran cantidad de trámites engorrosos e inútiles a la que hoy están expuestas; bajar la carga impositiva fijando un mínimo no imponible sobre su masa salarial y reducir los principales puntos de inseguridad jurídica, siendo prioritario ratificar el esquema previsto en la Ley sobre Riesgos Trabajo. Salario real medido por Canasta Básica Alimentaria e índice de pobreza 140 60% Incidencia de la pobreza 130 50% 40% 100 Salario real trabajadores registrados 90 30% 80 20% 70 60 10% 50 Salario real trabajadores no registrados 40 Jun-05 Dic-04 Jun-04 Dic-03 Jun-03 Oct-02 May-02 0% Oct-01 2001 = 100 110 Fuente: IDESA en base a INDEC Prensa @ idesa.org - www.idesa.org – Tel. (54) - 11 - 4345 0775 Porcentaje de población pobre 120