CERRO SAMARIA Y AGUA VIVA: INICIATIVAS COMUNITARIAS QUE GARANTIZAN AGUA DE CALIDAD PARA TODOS Rodrigo Villar Junio 28, 2013 La RED ACTÍVATE Y CONSTRUYE, apoyada por la Fundación Empresas Polar en Venezuela, es una comunidad de aprendizaje que ofrece oportunidades para que las organizaciones de base puedan compartir con otros sus experiencias, proyectos, trabajos y avances, generar conocimiento de forma colaborativa y ser referencia en el país. Esta Red ha definido siete ámbitos temáticos para los proyectos: Para cada uno de estos ámbitos temáticos la RED ACTÍVATE Y CONSTRUYE tiene iniciativas nacionales de gran valor que ha venido documentando en el último año, así como iniciativas internacionales para compartir y aprender de ellas. En este documento se presenta una de estas iniciativas internacionales, desarrollada en Colombia, en el municipio de Carmen de Viboral, Antioquia. www.redactivateyconstruye.org 1 Ámbito Temático: Infraestructura La situación del agua en el municipio de Carmen de Viboral y el surgimiento de las propuestas de construir acueductos comunitarios La iniciativa de Carmen de Viboral refiere la historia de la construcción, ampliación y mantenimiento de un acueducto comunitario que sirve a 6 veredas en el municipio, y precede a la posterior creación de una asociación de varios acueductos comunitarios, Agua Viva. Como muchos otros recursos naturales, la distribución del agua no sigue patrones uniformes, ni beneficia de la misma manera a los CARMEN DE VIBORAL diferentes habitantes de un territorio. Esa era la situación del municipio colombiano de Carmen de Viboral (Antioquia) en los años 70, donde las BOGOTÁ personas que vivían en las laderas de la montaña tenían mayor acceso al agua de los múltiples nacimientos y quebradas, en relación a las personas que vivían en las zonas planas, donde el agua superficial era más escasa. Los primeros, podían fácilmente construir acequias o colocar un aparato o equipo hidráulico para llevar el agua a sus viviendas. Los segundos, requerían construir pozos profundos, ubicarse cerca de una quebrada para poder tener acceso al agua, o hacer largos recorridos para obtenerla, especialmente las mujeres quienes eran las encargadas de su recolección. De acuerdo a la clasificación de ámbitos temáticos realizada por la RED ACTÍVATE Y CONSTRUYE, en el área de INFRAESTRUCTURA es posible desarrollar iniciativas, donde la comunidad organizada, identifica problemas relacionados con las condiciones de infraestructura o con equipamientos básicos de la comunidad, articula esfuerzos con otros o influye en diferentes actores (gubernamentales, no gubernamentales, empresas) para buscar soluciones que mejoren sus condiciones físicas. Estas iniciativas pueden estar orientadas a mejorar equipamientos comunitarios o públicos específicos (acueductos, escuelas, centros de salud, centros de atención a la infancia, parques, recuperación y manejo de cuencas, alumbrado público, etc.) o a adquirir nuevos terrenos para movilizar comunidades que viven en riesgos derivados de las características de su ubicación física (riesgos de inundación, de derrumbes, etc.). De acuerdo con este punto, desarrollaremos una pequeña descripción de la situación previa a la construcción del acueducto comunitario de Cerro-Samaria. Como en la mayoría de los casos donde suceden estas situaciones, los que tienen la iniciativa de cambiar, son los que están más desfavorecidos, por lo que un grupo de pobladores de las zonas planas empezó a buscar opciones para llevar el agua de las laderas a la planicie, a través de un acueducto y facilitar así, el acceso al agua de ambas zonas. Este grupo se había organizado formalmente bajo la forma de asociación más extendida en la época, la Junta de Acción Comunal: un tipo de asociación promovida por el gobierno, para que los vecinos de un territorio trabajen colectivamente para solucionar, de manera comunitaria, sus retos y para tener capacidad de recibir recursos del gobierno y otras entidades. Una institución gubernamental, la Seccional de Salud del Departamento de Antioquia, le brindó apoyo y asesoría a la iniciativa. Con este apoyo, el grupo de campesinos evaluó los nacimientos, el tamaño de los caudales y en medio de reuniones y diálogos permanentes con los pobladores de las laderas, decidieron conjuntamente, construir acueductos comunitarios para abastecer de agua a las veredas del municipio. Veamos a continuación cómo fue el proceso de construcción del primero de estos acueductos: el de Cerro-Samaria. www.redactivateyconstruye.org 2 Creando un bien común: la construcción del acueducto comunitario de Cerro-Samaria El año 1980 marcó el inició de los acueductos comunitarios en el municipio. El proceso inició con el impulso de las veredas Samaria y Quirama, la dos veredas con menos fuentes de agua en la zona. Los pobladores de estas dos veredas tuvieron conversaciones con pobladores de otras dos veredas (el Cerro y la Milagrosa), estas sí con un buen nivel de recursos hídricos. La idea era construir un acueducto que beneficiara por igual a las cuatro veredas. El Cerro y la Milagrosa tenían un buen abastecimiento de agua a través de mangueras y pequeños canales que les permitía tener el recurso cerca de sus casas, por lo cual no sólo no tenían interés en construir el acueducto, sino se oponían a hacerlo, pues consideraban que el uso del agua por los pobladores de las cuatro veredas los iba a perjudicar. Una situación muy común que la refleja el dicho comentado en una entrevista: “a veces hay gente que tiene la vaca pero no sabe ordeñar.” Se requirió en ese momento, y como veremos, en muchos otros momentos, realizar diálogos entre los líderes de las diferentes veredas y generar acuerdos para poder iniciar las obras del acueducto, explicando el beneficio mutuo de tener una infraestructura compartida. Una vez que contaron con el acuerdo entre los pobladores de las cuatro veredas y la claridad de que el trabajo mancomunado alrededor de un bien común les beneficiaría a todos, iniciaron el trabajo. Decidieron que el aporte de la comunidad sería de 22 jornales o su equivalente en dinero. Los que podían pagar dieron sus recursos y los que no podían poner ese dinero, aportaron su mano de obra. Estos aportes comunitarios fueron complementados con recursos financieros del Servicio Seccional de Salud de Antioquia y del programa de Desarrollo Rural Integrado (DRI), recursos que fueron utilizados para la compra de la tubería, tanques, mangueras, etc. Con los recursos en mano y la confianza de los pobladores, en 1981 se iniciaron las obras físicas: se construyeron bocatomas y tanques de almacenamiento y se abrieron zanjas y se instalaron redes para llegar a cada una de las viviendas. Fue una construcción con mucho apoyo y trabajo de la comunidad, el cual permitió que en marzo de 1982 se entregara oficialmente un acueducto terminado con capacidad para 520 usuarios. Para la gestión del acueducto se nombró una junta directiva provisional con delegados de cada vereda. Esta Junta se encargó del cobro por el servicio, con una tarifa baja pero suficiente para el mantenimiento de la obra y el www.redactivateyconstruye.org pago de las deudas adquiridas. A los pocos meses de iniciado el servicio, la Junta decidió que era necesario el uso de medidores pues varios usuarios usaban más agua de la necesaria y ese derroche conllevaba a dejar sin servicio a los pobladores de las partes altas. Los medidores y las campañas sobre el uso adecuado del recurso común fueron, poco a poco, contribuyendo a un manejo racional del agua. En los siguientes años, el acueducto siguió una vida normal, prestando un buen servicio a los pobladores de las cuatro veredas, haciendo el mantenimiento y los ajustes necesarios para su buen funcionamiento. Mientras tanto, otras veredas del municipio, viendo el éxito del acueducto comunitario, quisieron tener acceso al agua de manera similar. En 1986, las veredas de Garzonas, Cristo Rey y El Salado solicitaron ser anexadas, sin embargo esta petición fue negada por la asamblea del acueducto Cerro-Samaria. Se requirieron nuevamente diálogos y deliberaciones entre los pobladores para llegar a nuevos acuerdos. Estas conversaciones condujeron a la decisión de que el acueducto de Cerro-Samaria anexaría a las veredas de Cristo Rey y a la de El Salado y que el acueducto de Sonadora, anexaría a la vereda Garzonas. 3 Con estas decisiones de ampliación del servicio del acueducto comunitario interveredal, se consiguieron nuevos recursos para hacer la ampliación de las redes y garantizar el servicio de agua a los pobladores de las dos nuevas veredas. Este nuevo acueducto siguió operando bajo la figura jurídica de la Junta de Acción Comunal hasta el año 1995, cuando se creó legalmente la Asociación de socios del acueducto Cerro, Samaria, Milagrosa, Quirama, Cristo Rey y El Salado. En términos de gobernanza, la Asociación transformó la máxima autoridad de la Junta anterior, cambiando la asamblea de socios por una asamblea de 40 delegados, representantes de las seis veredas y encargados de seleccionar entre estos mismos delegados a su Junta Directiva. El cobro por el acceso al agua, no fue un tema fácil. Inicialmente, varios pobladores se opusieron con los argumentos de que “el agua no cuesta”, “no es de nadie” y “no tiene precio”. Se requirió una buena campaña para mostrar que canalizar el agua, potabilizarla y llevarla a las casas sí costaba, por lo cual era necesario cobrar, pero se argumentó también que además, todos los excedentes que produjera el acueducto, se invertirían en la misma comunidad. Inicialmente, se tuvo una sola tarifa, pero eso se transformó más adelante cuando hubo un cobro diferenciado para los nativos de la zona y otro para los veraneantes, o familias que habían adquirido un predio para pasar solamente algunos días del año en plan de descanso. Esta estratificación funcionó muy bien, pues era muy clara y aceptada por todos, pero unos años más adelante, el acueducto tuvo que seguir los lineamientos de la política pública y establecer una estratificación de seis niveles, correspondientes a la clasificación del municipio. Dado que esta clasificación se realiza sin visitar a las casas, ni conversar con las familias, sino bajo criterios aparentemente objetivos (tamaño del predio, características de la casa, etc.) se ha prestado a algunas dificultades, pues no siempre esos criterios objetivos reflejan la realidad económica de los usuarios. Sin embargo, la atención individualizada del acueducto, su manera de tener en cuenta las particularidades de cada familia, la flexibilidad en los cobros, junto con las bajas tarifas, aún de los que pagan más, han permitido sortear de buena manera el tema de los pagos. Gracias a este buen manejo el acueducto cuenta con unas finanzas sanas y suficientes para prestar un servicio de calidad y hacer las obras de mantenimiento y ampliación necesarias. Dado que el acueducto es comunitario y sin ánimo de lucro, todos los excedentes se invierten en la comunidad. Por un lado, se hacen aportes a obras sociales, se contribuye para nuevas obras o se dan recursos para las necesidades de las personas que más lo requieran. Por otro lado, pensando en la www.redactivateyconstruye.org sostenibilidad ambiental y del agua futura, las directivas establecieron desde 1988 que, con parte de los excedentes de la operación del acueducto, se comprarían terrenos para reforestar y garantizar el buen estado y sostenibilidad de las fuentes y de las microcuencas. Hasta la fecha, la compra de terrenos para reforestar y garantizar un ecosistema adecuado para la permanencia del recurso hídrico ha sido de 200 hectáreas, lo cual constituye un importantísimo patrimonio económico y ambiental de la Asociación. Complementariamente a la compra de terrenos, la Asociación continuó realizando nuevas obras o ajustes a las anteriores, para así garantizar el buen servicio del agua. Se han construido nuevas bocatomas, se mejoró la planta de tratamiento, se hicieron tanques de almacenamiento de materiales, se rediseñaron y ampliaron algunas redes, se construyó una planta de aguas residuales, se adquirió la oficina para el funcionamiento del acueducto y se invirtió el dinero necesario para su remodelación. Todo lo anterior, ha permitido que Cerro-Samaria sea un acueducto que preste un muy buen servicio, tenga una gestión operativa y financiera impecable y garantice el agua presente y futura a los socios de las veredas. 4 AGUA VIVA: la Asociación de Asociaciones de Acueductos Veredales de El Carmen de Viboral Paralelamente al proceso de desarrollo del acueducto de Cerro-Samaria, se construyeron otros 13 acueductos veredales en el Municipio de Carmen de Viboral, los cuales abastecen actualmente 24 veredas y benefician 18.000 personas. Al igual que en el de Cerro-Samaria, la representación legal de los otros acueductos estuvo en manos de las Juntas de Acción Comunal hasta la década de los 90, cuando fueron constituyendo juntas independientes. Estos acueductos han tenido un buen funcionamiento y una buena gestión en el curso de los años y han ido haciendo las adecuaciones, ampliaciones y mejoras necesarias para prestar un buen servicio a sus usuarios. En la actualidad cuentan con 52,968 kilómetros de red mayor instalada. Al igual que Cerro-Samaria, estos acueductos han construido plantas de tratamiento para la potabilización del agua, han comprado 300 hectáreas de terrenos para trabajar en la reforestación y protección de nacimientos y quebradas para la conservación del agua y han realizado amplias campañas y procesos de formación entre los pobladores de las veredas sobre el cuidado del medio ambiente. Tienen como meta la adquisición y recuperación del conjunto de microcuencas abastecedoras para garantizarles a los pobladores, agua de calidad en el presente y la sostenibilidad del recurso para las próximas generaciones. Un año después de la constitución legal de la Asociación de Cerro-Samaria, en 1996, las juntas de los acueductos de Carmen de Viboral empezaron a reunirse para deliberar sobre la conveniencia de asociarse. Este proceso tuvo inicialmente sus promotores y opositores, pero como en otras ocasiones, el diálogo sostenido y la capacidad de los líderes de generar acercamientos entre las partes condujeron a que años más tarde, en el 2002, la idea diera sus frutos y se constituyera la Asociación de Acueductos Veredales de El Carmen de Viboral, AGUA VIVA. Inicialmente, 10 de los acueductos del municipio se unieron y actualmente son 9 los asociados. AGUA VIVA es una asociación de asociaciones que ha jugado un papel muy importante para acelerar el aprendizaje entre los acueductos, para la consecución de recursos económicos para las diversas necesidades de los agremiados, para la compra de insumos a menores precios y para movilizar el apoyo de diversas instituciones gubernamentales y no gubernamentales que han apoyado y acompañado la gestión de los acueductos y su labor de protección ambiental1. Agua Viva Un importante momento de AGUA VIVA fue el papel que jugó en la movilización social en los años 2009 y 2010 en defensa del carácter comunitario de los acueductos. Gracias a su acción, logró evitar el intento de centralización y privatización que se estaba proponiendo. En esos años, cuando ya los acueductos veredales eran rentables, la política pública departamental sobre agua y saneamiento básico, desconoció la validez de la prestación del servicio por parte de los acueductos comunitarios al proponer como únicos posibles operadores a los privados, 1 Destacan entre las entidades gubernamentales que han apoyado los acueductos comunitarios, las siguientes: Seccional de Salud de Antioquia, INDERENA, Cornare, Gobernación de Antioquia, Administración Municipal de El Carmen de Viboral, Oficina de Saneamiento Básico Local, SENA. Entre las organizaciones no gubernamentales, destacan las siguientes: Corporación Ecológica y Cultural Penca de Sábila, Mesa de trabajo Defensores del Agua Viva, organizaciones sociales locales. www.redactivateyconstruye.org 5 organizados como sociedad por acciones. Este enfoque, desconocía la importante historia de esfuerzo comunitario en el municipio. De haberse llevado a cabo la privatización se hubiera terminado con la orientación solidaria y comunitaria en la distribución del agua, una orientación lograda por las diversas asociaciones en las dos décadas anteriores. La movilización social promovida por la Asociación, la amplia participación de sus líderes en los foros y asambleas, la constitución de una mesa de trabajo que se llamó Defensores del AGUA VIVA, así como la calidad de las propuestas y de la argumentación en el Consejo Municipal y en otros espacios de decisión, logró que después de un año, en el 2010, quedara sin apoyo el Plan Departamental de Aguas. La labor de AGUA VIVA durante su existencia ha sido de gran importancia para defender el valor y pertinencia de los acueductos comunitarios, fortalecer los lazos entre ellos y mejorar su capacidad de gestión, logrando con esto un servicio eficiente y de calidad en la distribución del agua entre los socios y un trabajo de conservación de fuentes y reforestación que asegure la sostenibilidad futura del recurso hídrico. Los beneficios del trabajo colectivo Los casos del acueducto comunitario de Cerro-Samaria y el de la Asociación de Asociaciones de Acueductos del Municipio de Carmen de Viboral, AGUA VIVA, muestran la importancia del trabajo asociativo y solidario para garantizar el acceso, calidad y buena distribución de un recurso básico como el agua potable. Aproximadamente 18.000 personas socias de los acueductos veredales del municipio, han recibido un servicio de calidad, a precios justos, gracias al esfuerzo comunitario persistente de más de tres décadas. Un esfuerzo orientado por la solidaridad y el diálogo continuo entre personas de una misma vereda, entre líderes de las diferentes veredas y entre estos y la diversas instituciones gubernamentales y no gubernamentales del departamento de Antioquia que los han acompañado. Un diálogo que permitió que las veredas que inicialmente tuvieron resistencia a participar en la iniciativa de los acueductos por tener acceso más fácil al agua, terminaran involucrándose y ganando con esta participación. El día de hoy, todos tienen acceso a agua potable de una calidad mejor a la que tendrían si no hubieran participado de esta iniciativa comunitaria. Por otro lado el diálogo y deliberación continua han mostrado la importante y enriquecedora combinación entre el conocimiento empírico de los pobladores de las veredas y el técnico de las instituciones, para juntos lograr el desarrollo y continua adecuación de un bien común, los acueductos comunitarios, y poder garantizar el agua de calidad para todos los pobladores de las veredas. Sin la fortaleza de la organización comunitaria en torno a la gestión y defensa del agua, a nivel de cada vereda y a nivel del conjunto de las veredas del municipio, no habría sido posible el acceso universal al agua, ni la defensa de este bien colectivo ante las presiones de privatización del mismo. La orientación solidaria y el trabajo comunitario han permitido que el agua sea en Carmen de Viboral, un bien colectivo de todos y para todos. TRABAJO COLECTIVO www.redactivateyconstruye.org Tanto en Cerro-Samaria como en el conjunto de acueductos asociados a AGUA VIVA se ha logrado, gracias a la buena gestión comunitaria, el abas6 tecimiento doméstico de agua potable en el presente, pero también, la garantía del agua para las próximas generaciones. La compra de terrenos para reforestación, la conservación y cuidado de fuentes, quebradas, microcuencas, y la ampliación y buen cuidado de la infraestructura comunitaria garantizan el agua en el futuro. El importante trabajo colectivo en torno a la defensa de la gestión comunitaria del agua del acueducto Cerro-Samaria y de AGUA VIVA, no podrían pasar desapercibido para otros. Son muchas las iniciativas que se han motivado de conocer estas experiencias y no pocos los reconocimientos públicos que les han otorgado. En el año del 2005, el diario principal más prestigioso de Antioquia, El Colombiano, entregó a Jesús Emilio Jiménez, presidente de la Junta Acueducto Interveredal Cerro-Samaria y presidente de AGUA VIVA, un reconocimiento como “El Colombiano Ejemplar” en la categoría de medio ambiente, por su gran labor en la recuperación de la fauna, la flora y el agua en las veredas El Cerro y La Milagrosa. La Fundación Confiar en el 2012, reconoció el trabajo comunitario y ambiental del acueducto. Así mismo, Colciencas, la institución gubernamental encargada de promover la ciencia y la tecnología en el país, seleccionó a AGUA VIVA como una importante experiencia para sistematizar, documentar, aprender y difundir las lecciones que se derivan de su valiosa trayectoria. Reconocimientos todos muy merecidos por la importante labor comunitaria y ambiental de estas iluminadoras iniciativas. www.redactivateyconstruye.org 7