CRIANZA EN TIEMPOS ANTERIORES Crianza en tiempos anteriores —Cómo era antes cuando las mujeres se alivian, se curan, de desde inicio, pues. Que cómo se dormía uno en el petate, cómo… No había cama. —No había cama, no había luz. Sí había luz, pero de Dios; pero de noche, no. Así andaba uno en la madrugada a la una, las dos de la mañana se iba una molino, hacía tortillas uno para comer, para almorzar, iba uno al campo. Cuando se aliviaban las mujeres, llega la partera a atenderlas. […] Ya cuando nace, saca la partera un trapo que llevó, hace un nudito allá abajo, con sebo. Lo va a quemar. Se pone como tripa, se va a quemar. [Chica] —Le cortan el ombligo con una astilla de carrizo, o tijeras. Con eso cortan. —¿Cómo se va a infectar si es la misma que la que se cortó? [Chica] ¿Cuando se le cae el ombligo? —Sólo se cae, que se cueza, se queda ese su trapito que puso la partera. Se recoge. —Se guardaba. Antes se acostumbraba que la placenta se guardaba en una ollita vieja. —Se enterraba. Dondequiera, en la misma casa. Que no le tocara la tierra para que no se enferme el niño de todo. La gente tenía mucha creencia. —Una olla. No como ahora: una vez pasé por el Hospital Civil, allí está, tirada en la calle. —Dicen que lo queman. No. Yo vi que está tirado en el piso. En la Cruz Roja de Oaxaca, por allí pasaba. Yo lo vi tirado. Era mi camino, pasaba por allí a la plaza, al mercado. Diario pasaba. [Chica] —Al niño se le faja, con un fajerito. Se acostumbraba una camisita, un fajero; de una tela que le decían poché. Ese estaba bien suavecito, estaba esa tela. Y le ponían su jaretita así, con hilo de color. Era bonito. Si fuera mujer, si fuera hombre. —Se compraban. Ya los fajeritos tienen para amarrar; una tira, se amarra. Ya su sabanita, de mantita, telita corrientita. Mantita de color: morado, azul, color de rosa. Bautizaba uno. Se les llama nenes. Lactancia Leche. Ya le da uno pecho. Se caldea. Los levantaba, le daba. Hay una yerba, se metía uno al temascal para que el pecho se cuece. Decía la partera: te vas a bañar para que la leche del nene esté dulce. Si no sale pura agua, se componía. Ya entonces se componía. Atole bastante, para que la leche espesara. Toda la leche se tiraba. A las mujeres les daban una yerba amarga. Una taza así me daban tres días para que limpie el vientre. Se llama cualasana. Todas tomábamos. No ahora, cuando se alivia uno. Pero ahora que hay doctor… Ya no. Al nene le echaban una gotita de limón en los ojos. Se les daba un baño para la aljorra. Después se bañaba con espuma de calpule y se tomaba caliente. Baño y tomado, ya con eso limpiaba toda la aljorra. Ya no salía, ese le sale en todo el cuerpo. Mi niño tuvo unas aljorrotas podridotas, grandotas, y que hiervo el calpule con mata de chicalote y que lo baño. Mire, al otro día ya se le quitó eso. Es muy buena esa planta, todo eso es bueno. Destete Cuando va a dejar de mamar. —Su comidita… A los ocho meses, diez meses, ya comen pan, una tortillita. Antes mamaban grandes, unos hasta los dos años. Yo para qué voy a hablar, yo a mis hijos, a todos hasta que lleguen cuando querían les daba. Llegaban parados los nenes. Dice la gente: “No les des, porque se vuelven muy malcriados”. La palabra malcriado, quiere decir grosero, sin educación. No es que se críen mal. Yo les hablaba bien a mis hijos: “Pórtense bien, vayan a la escuela. No le vayan a pegar a nadie porque si no, en la cárcel me meten. Luego les digo, o si pegas, los van a llevar. ¡Te quedas aquí!, se quedaba tranquilito”. Cuando estaba haciendo tortilla. Porque hacía tortilla, ya no. Les decía yo: —Vayan a vestirse, allá está su ropa, ya está todo allí para que se van a la escuela. Ellos solos se vestían, ya grandecitos, ya tenían diez años. —Después del parto se fajaba uno con un soyate, que le decían, que era de palma. [Usábamos ] Fondo. Nagua usaba la gente más anterior. Cuando uno se aliviaba, quedaba una delicada uno se fajaba; si no, se soltaba uno. Yo uso faja, traigo mi faja y no me duele la panza. Estaba yo vientruda, no sé qué cosa me pasó, inflamada estaba. Me vio una señora de Emiliano Zapata: —Vaya, yerbitas para tomar. Me desinflamó. ¿No se parte el pezón? El pezón de la leche. Nunca se parte, sólo sale. Los primeros hijos se sale el pezoncito cuando mamaban. Yo lo acostumbré cada rato. Tres horas o dos horas. Solitos dejan. Ya que comían bien bien, ya no hacían caso de nada. —Los que no querían quitar se echaban sábila. ¿No se embarazan si están dando de mamar? No pasa nada. No. Mentira. Cuando le gana, le gana. Se va la leche también cuando está uno enferma. Se va cuando ya está embarazada otra vez. Ya no, pues. A los tres años tuve otro, ese ya no mamaba, ya jugaba, ya corría bien. Niñito El nene se le cambia de nombre hasta los tres años, aunque sigue siendo nene para uno. Les seguimos diciendo así. La Xocoyotita es la última. Enlecharse A veces tienen hambrita y maman demasiadamente, por eso se enlechan. Es el empacho, se empachan: se enlechó, se les da yerbabuena, se les pega en la pielecita. Se les agarraba su pielecita, se le jala el cuerito, se les va pegando así. Hasta que truene su espaldita. Se desenlecha así. Cuando el pecho se pone duro, uno debe apretarse bien en un lienzo, hasta que se vacía, ya no duele. Se exprime bien, se pone un papel mojado de estraza, para que ya no se llene. Así me pasó a mí, ¡ay!, yo lloraba. Me dejaba, me escurría. Me dolía hasta por aquí. Dije yo, ahora me lo voy a exprimir y me pongo un papel de estraza. Y así. Hasta que tuve otro niño. Cuando no hay leche, se tiene que sobar. Se soba uno. Se caldea. Se soba. Dan yerba de chiche, ya no hay. Y la sobada. De qué se enferman Los cólicos. Respiran aire. Les da uno té de canela, de yerbabuena. Otras yerbitas. Qué comen los nenes Cuando son chiquitos, pura leche. Agua, cuando están grandecitos. —Yo les doy agua desde chiquitos. Taquito, se le muele pitiona, ya se le da para que coma. Molotito. Tortilla, se les daba. Como está uno pobre, ¿qué le va a dar a los nenes? Si le de uno leche de vaca se vuelven muy rebeldes también. Ese es de animal, mire. Caldito de frijol, tortilla, sopita. Como de tres, cuatro meses salen los dientes. Cuando le empieza a salir el diente comienza a babear. Se le da una cebollita chiquita, muerden, chupan, como que comen. Cuando maman y les están saliendo los dientes. Muerden.¡Ay! Duele, los regañan. Les da uno. Les come, por eso muerden. No se aguantaba, por eso les come, por eso. Luego los dientecitos parecen agujitas… y toma. Les enseñan a hablar y mecer Yo tengo una muchachita, desde chica aprendió a hablar. Habla, platicaba como gente grande. Hasta ahorita es así. Mucho platica. Es grosera. —Se molía el nixtamal con metate, el nene en la espalda. Como no había molinos. Cuando ya se paran, usan pizcador y una cobija. Amarran al niño. Se amarran. Como está el niño en el canasto, no se salen. Se hace una cunita con vara, se hace un ruedo tejido de mecate. O de carrizo, o de tablita como corralito. Con cerco de madera. Luego mi hijo hace uno, cimatlastle le decimos, se sienta allí. Cuando ya se sientan, igual cajón; si no hay cajón, en tina grande. el cSe están en anasto, come y come. Cuando ya tienen hermanitos, lo entretienen, pero cuando es solo no lo cuidan, solo está. Al gatear, hay que cuidarlos para que no vayan a comer tierra. Muchos requisitos tienen los niños de antes. Muchos requisitos. Ahora tienen sus cunas, están parados. Todos los hijos los carga uno, un canastito. Para dormir, pasear. Ya dormido, lo deja uno. Yo a mis hijos no dormía en el brazo. Para que se ría, se escondía uno. ¡Cu, tú! Para jugar, casi no, estaba yo muy ocupada. Yo iba a dejar el almuerzo, hacía yo tortillas, hacía comida, iba a dejar al campo. Qué tiempo tengo pa’ que le cuente, llego a lavar, llego a hacer tortillas. Llego a lavar. Las niñas conforme crecen, les enseñan los quehaceres. Juegan. Para caminar. Solitos. Se les mete el rebozo en el pecho: “a caminar, a caminar”. Tenía yo uno que no caminaba, lo metieron al granero de maíz, al horno. Se salía la chamaca del granero. Una señora que estaba enfrente de mi casa me dijo: —¡Ay, no camina la nena. —No. —Ay, dame un peso, límpiale bien bien los piecitos con ese peso, me voy a Juquila a dejarlo. No había llegado a Juqila cuando la chamaca de repente se paró se puso a andar. —Se acuerda también que a veces, cuando no querían caminar, luego les echaban tierra caliente …alcohol …clara de huevo. No estaba muy contaminada la tierra, les echaban tierra calientita de sol. Para que caminaran. Para que hablen, agua a mediodía. Se le pasaban agua junto a la cerca, tantita que le pasaban. Para el hipo. Un hilito de rebozo con saliva en la frente. Cuando tenía malos los ojos, les echaban chicalote. De esos mosquitos chiquitos que se les quedan pegados. —No se le quitaban, yo hasta compré un tubito de terramicina. Otro aparte, cuando les echan ojo, los llevan, los lleva una persona. Y al rato mira, cuando llega a la casa, está con vómito y diarrea, vómito y diarrea. ¡Ah!, pues le echaron ojo. Luego le dicen al marido saca el calzón, calientito, que acababa de llegar del trabajo. Le pasaban el trapo. O se le embarraba un huevo. Ya. Para que no les echen ojo, se usa una semillita. Un trozo de vidrio. Ojo de venado. Antes, un listoncito rojo, una cinta rojo. La mollera Se cae en la cabeza. Cuando se cae —pero no se cae, se sume. Queda como un pozo acá, quedan gangosos y no hablan bien. Después de eso se cuelgan en un vaso de agua así, de cabeza, ellos se cuelgan así. Un vaso de agua, una jícara. —Mi suegra curaba bien, les chupaba la mollera a los nenes y luego les ponía un poco de azúcar. Era como partera también. Ella no me atendió, otra persona. Me cobraba veinte pesos por venir a asistirme. Era poco. Antes era bastante. Me cobraba, ya después, más caro. Si era hombre se cobraba más caro. Es más fácil que una mujercita. El dolor es más fuerte, el hombrecito el dolor es más distinto. Y más tiempo. Solos se me bajaron los gemelos. Se me bajó. No sentí que se me cayeron. Solos bajaron. Creo que la matriz no estaba bien. Eran dos, niños eran. —Lloraba mucho, porque los había perdido. No era tiempo para nacer. Ni cabellito tenían. Su cabecita blanda. Cómo calcular el tiempo del parto Diez meses. Nosotros ya sabíamos. Por mes. Por mes. Nueve meses y nueve días los niños. Ocho meses y ocho días las niñas. —Yo tuve 6. [Rosa] —Yo tuve 9: se me murieron dos. Me quedan 7. Ya están grandes. [Reina] —10, pero partos fueron 9. Viven 6. [Francisca] ¿Ustedes cuidaron a sus hermanos? Estábamos para cuidarlos, así también se acostumbraron nuestros hijos. Una hija que tengo, grande ya, abrazaba a su hermanita. Y por alzarlo y abrazarlo bien, empujó así para su hombro para meter el rebozo, que se le va de una vez. Hasta el suelo, y gritaba la nena que se cayó y la que la tiró, que le chinga y le corre. Le dábamos. Corrió, hasta la tarde llegó. Hasta que la fueron a traer. También los niños, pero más las niñas. Para que se entretengan. Se le da una cosa, se le da otra, se le da de comer, se le da una cosita, unos juguetitos para que se entretengan, ya puede uno hacer el quehacer, porque si no… A los que los cuidan, a veces los muerden. Los niños con las niñas no se llevan muy bien. El niño va y le muerde a la niña. Remedios para el berrinche Nosotros acostumbrábamos echar el tabaco de cigarro. —Sábila. Sacan la flema, todotita la flema que tenían. Yo a mis hijos no les di nada, pa’ qué le voy a decir… Se acostaban y felices estaban durmiendo. Solos se acostaban. No, cuando hacen berrinche, se revuelcan. Más cuando están chipilosos, más se ponen rebeldes. Los padres ¡Qué van a hacer caso! Se vivían en el campo: sus mozos hacen caso, su animal hacen caso. No sus bebés. Nosotros las mujeres hacíamos caso, los maridos llegan hasta las doce del día. Van a trabajar, van pizcar. Escuela Escuela. Ya no pude sostener a mi hijo para que vaya a la escuela, para la secundaria. Nomás la primaria. —Kinder no había. Se entraba a la primaria a los seis años. No había ni luz. Ni radio. Ahorita, cualquiera. Iba uno a la escuela con el pelo chamuscado, porque con la vela está haciendo la tarea. Hubo licenciado antes, pero así como dice él, con luz de parafina. Ya se murió uno. Muchos se iban para Oaxaca, a México. Sí hay profesionistas. Un licenciado, hablaba español, hablaba zapoteco, andaba en la yunta, sembraba maíz. Había otro maestro, Anastasio. Hablaba zapoteco. Otro Pedro, igual. Llega la vejez, y adiós; para eso sí, rápido. Hablaban en zapoteco. Al que le gustó estudiar, ese fue maestro, otros que les gustó licenciatura, otros les gustó no ir. Nos mandaban a la escuela, nunca obligaban a hacer la tarea, cada quien le buscaba. Niños Cuando ya está uno grandecito, primero se va a la escuela. Lo sacan, tienes que ir a trabajar primero. Las niñas hacen quehacer, cuidan hermanitos; los niños ayudan a sus papás a sembrar. Sembrar, a cuidar los animales, vaquero de burro, de toro, se iban los niños; hubo vaquero del nogal, vaquero de burro, vaquero de toro. Vaquero le llamamos al que cuida el nogal.Para que no la roben, cuando está tirada. Mucho trabajo pasaron los pobres. Y descalzos. […] Las señoritas Ahorita ya no hay cuidado. Antes, de diez años ya se empezaban a hablar. Los papás hacían trato. ¿A qué edad se casaron? 14 años, ya estaba yo vieja. [Rosa] 23 años. [Chica] Quince. [Reina]. Por eso yo soy hecha y derecho de trabajo, sé trabajar; yo hago de todo: echo tortillas, lavo, plancho —antes se usaba bien húmedo para que así hasta guste la planchada, con carbón. Ahora, plancha eléctrica usan. [Chica] Se lavaba con jabón. Mucho antes con pipe. Una semillita. Antes había jabón de este tamañito, duraba mucho, de cinco o de diez centavos. Octagón. Valía 15 centavos. Jabón Catrín, se me figura que el FAB no lava, no me gusta de polvo,yo lavo con puro jabón de barra. En el río se lavaba nomás en temporada de lluvia, que hay agua. Lavaban antes con mi abuelita, traía yo batea de madera. Por el muro. Había un pozo, nadábamos. Yo sí sé, el clavado, pasar, braciar, rezando, de muertito. [Sebastián* Juegos Trastecitos Ni jugábamos, quehacer hacíamos. Ruedas. Comida. Teníamos que atizar cuando las mamás hacían tortillas. Casi no. Los hombrecitos hacían sus juguetes, con lo que es el corazón del acahual. Mi hermano hacia carretitas. —¡Que diga él! Yo hacía yo mis juguetes. Trompo, es difícil, depende de la madera, tiene que entrar el clavo derecho. Se jugó mucho a las canicas. A mis hijas les hice muñecas de madera. Ya no, ya puro hecho hay. Antes se hacía bonito. Hacía arrastres, hacía carretitas. Les enseñaba, les hacía muñequitos de palo. Papalotes, de papel de estraza. Cortábamos unas rueditas de papel, las metíamos en el hilo con mensajes que mandábamos. Iban hasta allá los papelitos. Para hablar, dos canutos de carrizo. Hablábamos, como a diez metros. Eran teléfono, se escuchaba mandábamos recados secretos, con un hilo nada más. Miércoles 14 de octubre 20015 Francisca Martínez Martínez, Reyna Martínez García, Rosa Ramírez, Sebastián Martínez García, Nazario García.