Temores que pueden surgir ante una operación

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Servicio de Cirugía Pediátrica
Hospital Alemán
Cómo reducir los temores de los chicos ante una cirugía
No importa lo sencilla que sea la intervención quirúrgica a la que se somete a un chico,
especialmente cuando es menor de 8 o 10 años: es lógico que los padres se atemoricen ante la operación y sobre todo ante la anestesia general.
Es muy importante que el niño reciba mucho apoyo y la mayor sensación de seguridad
posible de sus mayores. El niño se guiará por la reacción de ellos antes de asumir su
propia actitud. “Si papá está tranquilo, me acompaña y no me va a pasar nada malo”
La operación genera siempre estrés, pero podemos modular el nivel de estrés con una
información concreta.
Los especialistas en psicoprofilaxis prequirúrgica, aconsejan como fundamental “el valor elaborativo de lo lúdico”. A los chicos que están por ser operados se les ofrece jugar
al doctor con su muñeco o dibujar sobre la operación. Enseguida empiezan a expresar
todas sus fantasías –que también tenemos los adultos- y a poner en activo lo que sufren.
Debemos ofrecer información sobre qué harán los médicos y estimular la contención
afectiva por parte de los padres y del equipo de salud.
La lista que sigue es una guía para los padres, que los ayuda a aliviar los temores
más comunes que pueden experimentar sus hijos cuando van a ser intervenidos quirúrgicamente:
1. Temor al abandono: Los padres le contarán a su hijo que lo acompañarán hasta
que esté dormido y que estarán a su lado al despertar de la anestesia. No hace falta
que le digan que estarán fuera del quirófano durante la intervención.
No es aconsejable que un padre presencie la operación de su hijo.
2. Temor a lo desconocido: El cirujano les informa a los padres sobre los detalles del
tratamiento que se le hará al niño, desde la internación hasta el alta. De esa manera
tienen datos para explicárselo en palabras sencillas.
Explicaciones según tipo de cirugía. Operación de hernia: “El doctor te va a operar
para sacarte ese ‘bultito’ que no es normal, sin hacerte mal”. Ectopía testicular: “Te
van a bajar el ‘huevito’ que tenés arriba (se puede usar el término familiar que prefieran) a donde debe estar”. Fimosis: “El médico te va arreglar la piel del pito (o la
palabra que utilicen), sin lastimártelo ni sacártelo, para que podamos lavarlo todos los
días”.
3. Temor a alejarse de su casa: Para aliviarlo los padres deben asegurarles que volverán rápidamente a su hogar. También es muy importante que reafirmen que estarán
siempre acompañados por ellos. En las operaciones más frecuentes, el egreso es el
mismo día.
4. Temor a ser lastimados en los genitales: Aunque quizás el niño no lo exprese,
es un temor habitual. Por eso es importante que entienda que, aunque la operación se
hará cerca de sus genitales, éstos no serán dañados.
5. Temor al dolor: Aunque difícil explicarle a un chico sano qué es el dolor, no hay
que ocultarle que puede sentirlo. Debe saber que será una molestia tolerable que du-
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rará pocos días y que se lo ayudará con analgésicos. Los niños suelen tener mayor
tolerancia al dolor que los adultos.
6. Temor a la anestesia general: Este miedo suele ser inducido por comentarios que
de los propios padres, que le deben explicar a su hijo que saben todo lo que le van a
hacer y que estarán junto a él o ella. Es conveniente que los padres reciban toda la
información necesaria en la entrevista previa con el anestesiólogo.
7.Temor a sentir dolor durante la cirugía Los pre-adolescentes y adolescentes, no
lo expresarán en todos los casos aunque es casi constante este tipo de temor a esta
edad. Deberán asegurarle que durante la cirugía estará totalmente dormido, no tendrá
sensación alguna.
8. Temor a no despertar. Propio de niños mayores de 8 años y adolescentes. Deberán afirmarle que se han tomado, por parte de los padres y de los médicos, todos los
recaudos para que la cirugía se realice con un buen margen de seguridad.
9.Temor a la equivocación de los médicos. Lo expresarán diciendo “y si me operan de otra cosa”…, o “de otro lado”…, “y si me dan demasiada anestesia …” etc .
Para esto es necesario el contacto previo que los médicos y una buena actitud de los
padres.
Más allá de los temores previos que se manifiestan en chicos operados el momento
del “después” también implica un cuidado particular. El primer día posterior a la
intervención es mejor que el niño no sea visitado por mucha gente. Aunque todos los
chicos son inquietos, eso no afecta la recuperación postoperatoria; su actividad
física se irá regulando espontáneamente y hay que tratar de dosificarles los estímulos
que reciben en forma progresiva.
Los padres deben plantear todas sus dudas para poder ayudar mejor a su hijo.
Dr. Fernando L. Heinen
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