¿Deben los cristianos tenerle miedo a Dios? En mi comentario a Josué 4, escribí lo siguiente acerca de la última oración del capítulo (“para que temáis a Jehová vuestro Dios todos los días”). Muchos hoy dirían que no debemos tener miedo de Dios. Piensan que el temor de Dios debe sustituirse por el amor a Dios, o que es una motivación inferior para obedecer a Dios, o que en realidad no involucra miedo, sino solo reverencia. No se escuchan predicaciones sobre el temor de Dios, y no existen cantos cristianos que exaltan esta virtud. Es difícil cuadrar estas ideas y prácticas con las muchísimas exhortaciones bíblicas a temer a Dios. Dejan claro que debemos tener miedo de desobedecerlo (Éx 20:20), pues, de otra forma, podemos sufrir consecuencias terribles (1S 12:24-25). También prometen que si por ese miedo lo obedecemos, él nos otorgará grandes bendiciones (Éx 1:17-21; Sal 33:18-19; 128:1-4; Pr 3:7-8). Temer el castigo divino nos alejará de la hechicería, el adulterio, las mentiras y la opresión (Mal 3:5). Nos motivará a correr riesgos para defender a los indefensos (Éx 1:17-21), no abusar de fondos ajenos (Neh 5:15-19), identificarnos con Cristo a pesar de persecuciones (Lc 12:4-9), servir bien a nuestros patronos (Ef 6:5-8; Col 3:22-25), tratar bien a nuestros subalternos (Ef 6:9), abstenernos de vicios (1P 1:17-18 con 4:3) y, en general, practicar las virtudes y huir de las maldades señaladas en Proverbios (Pr 1:7). En la Biblia hay mucho más referencias al temor de Dios que al amor de Dios, pero las dos virtudes van de la mano según Moisés (Dt 10:12), Jesús (Lc 10:27-28; 12:4-5), Pablo (Ro 8:28; Fil 2:12) y Pedro (1P 1:8, 17 RVR). Muchos piensan que 1 Juan 4:18 enseña lo contrario, pero es por no interpretarlo a la luz del resto de la epístola. Así, el “perfecto amor” (4:18) es el amor a Dios que produce obediencia a sus mandamientos (2:5; 5:2-3) y actos de amor a los hermanos (3:16-18; 4:12, 20; 5:1). El “temor” en 1 Juan 4:18 no es el miedo de desobedecer a Dios, sino la inseguridad acerca del veredicto en el juicio final (4:17). Así que, I Juan 4:18 afirma que el amor a Dios, al producir obediencia a él y obras en pro de los hermanos, echa fuera el temor de salir reprobado en el juicio (cp. 3:19; 4:17), y que quien teme que será condenado lo hace porque no ha sido perfeccionado en amor, es decir, porque su vida no se caracteriza por las obras que dan seguridad de la salvación (cp. 2:3, 5). Del comentario sobre Josué por Gary Williams en el Comentario bíblico contemporáneo, a publicarse próximamente por Ediciones Certeza Unida Diciembre 2013 www.obrerofiel.com. Se permite reproducir este material siempre y cuando no se venda.