CIENCIA Y RELIGIÓN Alumno: ROUX, Indra Escuela: Escuela Técnica Ecológica Ambientalista, Godoy Cruz, Mendoza Profesor Guía: CALVERAS DE MUñOZ, Mabel "La ciencia sin la religión es coja, la religión sin la ciencia es ciega." -Albert Einstein Introducción Ciencia y religión han sido vistas como actividades antagónicas, a través de una historia plagada de desacuerdos, censuras e intolerancias mutuas, pero ¿hasta que punto son la ciencia y la religión actividades contrapuestas? Ambas han sido utilizadas con la intención de responder los grandes interrogantes del hombre, aunque cada una lo ha hecho desde un lugar diferente. La religión, en base a un sistema de creencias y fe, y la ciencia desde el conocimiento empírico con fuertes bases racionales. Para poder revisar si la diferencia entre ambas es realmente tan grande como parece, deberíamos comenzar por definir correctamente qué entendemos por ciencia y qué por religión. Definición de Ciencia Con el objeto de llegar a comprender la definición de ciencia, debemos en primer lugar definir qué es el conocimiento. Podemos definir al conocimiento como la relación entre un sujeto (la persona) y un objeto (el objeto del conocimiento). Lo importante de esta relación es que una vez enfrentados, el sujeto iniciará un camino que lo llevara al conocimiento del objeto. Cuando exista una verdadera congruencia o adecuación entre el objeto y la representación interna de la persona, recién entonces podemos decir que estamos en posesión del conocimiento. A medida en que éste conocimiento sea claro, preciso, metódico, verificable, sistemático, legal (que pueda enunciarse en una ley), explicativo (que permita su comprensión por parte de otros), entonces nos encontraremos con un conocimiento científico. Sin embargo, podemos decir que la capacidad del sujeto para internalizar ésta verdad evoluciona. Esto es así ya que en la medida en que la propia ciencia evoluciona, nos brinda nuevas herramientas que permiten cada vez una mejor observación del objeto. Entonces finalmente el conocimiento de la verdad original se perfecciona. A partir de esto podemos definir a ciencia no sólo como un conjunto acumulativo y estático de conocimiento, sino más bien como un corpus dinámico de conocimiento riguroso, preciso y fundamentado que permanentemente se modifica. En tal sentido, entonces el científico no es el gran acumulador de conocimientos, sino mas bien un sujeto generador de preguntas a las que luego busca soluciones (verdades), resolviendo así las dificultades o “misterios” de la realidad tanto natural como social, física, etc. (Barrón, D' Aquino. 2007). Definición de religión La religión es más difícil de definir, principalmente debido a su diversidad de manifestaciones a través de las diferentes culturas. Vale aclarar que el presente trabajo no cuestiona las enseñanzas morales presentes en las distintas religiones, sino que las mantiene independiente al objetivo del trabajo, considerándolas pertenecientes al campo del conocimiento de la ética. 1 Partimos del supuesto que el presente trabajo no es específico acerca de ciencia y cristianismo, por lo tanto analizaremos las diferentes acepciones etimológicas de la palabra religión. La primera definición proviene del latín, y propone “religionem” ac. de “religio” “veneración / respeto a los dioses” o “temor a los dioses”. Luego con el cristianismo y pasando al medioevo tomaría más el significado de “conducta / modo de vida (de los monjes)” y más tarde a su significado actual general de “creencia”. 1 Esta primera definición no es compatible con la de ciencia, ya que la acción dirigida por el temor no permite indagar libremente en la búsqueda de la verdad ni del conocimiento objetivo. En segundo lugar, según Cicerón, religión provendría del prefijo “re”: “de nuevo” y “legere”: “leer”, en alusión a la tradición de las cultos y místicas de la época en donde se releían los textos sagrados.2 Esta definición hace alusión a los credos y dogmas establecidos como verdades eternas y absolutamente ciertas, las cuales se contradicen con el carácter provisional y modificable de las teorías científicas. Por lo tanto, ésta idea de religión tampoco es compatible con nuestra definición de ciencia. Los filósofos clásicos propusieron que el término religión proviene también de “re”, pero ésta vez con el verbo “ligare” (de raíz indoeuropea leig- “unir, ligar”). Esta definición alude al objetivo de las religiones como el de “unir o acercar a la persona con Dios o los dioses”. 3Por fin, en éste caso encontramos una definición que deja abierto el camino hacia una búsqueda del conocimiento, en este caso de Dios. Definición de “Dios” Comencemos con la definición que hace la Real Academia Española, la cual define a Dios como a “un ser supremo que en las religiones monoteístas es considerado hacedor del universo” o “Deidad a que dan o han dado culto las diversas religiones.”4 Para que ésta definición se ajuste a nuestra anterior definición de ciencia tenemos que asociar inevitablemente a éste Dios personal y antropomórfico con la “verdad suprema”. Lo cual no parece ser un obstáculo insalvable para una importante cantidad de creyentes. Otra definición que nos interesa considerar es la que hace la religión Taoísta. Nuestro interés en éste enfoque se basa en que el taoísmo se define como una religión empirista, que apoya sus “verdades” en la observación de la naturaleza. En el libro escrito por el filósofo taoísta Lao Tzé (Tao Te Ching) dice: “El Tao dio nacimiento al origen único / El uno dio nacimiento a dos cosas, /Entonces a tres cosas, / Entonces a diez mil”. Esta definición tampoco se contradice con nuestra definición de ciencia, en éste caso deberíamos aceptar el “origen único” como la suprema verdad de la cual emanan luego todas las diversas manifestaciones. Compatibilidad entre ciencia y religión Es imprescindible a esta altura optar por librarnos de la definición de religión que la relega a una repetición continua de los dogmas fijos y de las creencias basadas en el temor (que históricamente dominaron el pensamiento metafísico), y optar por atenernos a la definición de religión que admite la creencia en un espíritu superior o verdad universal. Para fundamentar aun más ésta opción, creo también importante mencionar lo que dijo Albert Einstein (el científico más conocido e importante del siglo XX) cuando un rabino le preguntó si creía en Dios, él respondió diciendo: ”Creo en el Dios de Spinoza, que se revela en la armonía de lo existente regido por leyes, no creo en un Dios que se ocupe de la suerte y de los actos de los humanos”. Como podemos ver, para la “Filosofía de la Religión” de Spinoza y de Einstein, Dios y el universo constituyen una totalidad esencial, una unidad. Para Spinoza, Dios esta presente en cada una de las manifestaciones materiales, en cada objeto que puebla el Universo por más pequeño que sea. En cada mota de polvo, en cada átomo, en cada partícula subatómica, está Dios.5 Vale la pena mencionar que Einstein, por otro lado, dedica bastantes reflexiones personales a las relaciones entre la ciencia y la religión. Tal vez era demasiado optimista y no podía explicarse las convicciones ateas de muchos científicos. En el famoso texto de su artículo “Religión y 2 Ciencia”, Einstein concluye: “¡Qué profundos debieron ser la fe en la racionalidad del universo y el anhelo de comprender, débil reflejo de la razón que se revela en este mundo, que hicieron consagrar a un Kepler y a un Newton años de trabajo solitario a desentrañar los principios de la mecánica del cielo! (…) Sólo quien ha dedicado su vida a fines similares puede tener idea clara de lo que inspiró a esos hombres y les dio la fuerza necesaria para mantenerse fieles a su objetivo a pesar de innumerables fracasos. Es el sentimiento religioso cósmico lo que proporciona esa fuerza al hombre. Un contemporáneo ha dicho, con sobradas razones, que en estos tiempos materialistas que vivimos la única gente profundamente religiosa son los investigadores científicos serios”.6 Conclusión Si aceptamos éstas definiciones de Dios que lo ponen como un origen único y que además está presente en todas las manifestaciones posibles, entonces podemos concluir que el científico que busca develar los misterios de la realidad puede perfectamente actuar en concordancia con la religión, ya que el estudio científico mismo se convertiría en un acto religioso. En este punto cabe aclarar que la ciencia podrá definitivamente acercarse a la religión siempre y cuando el científico tenga una actitud de profunda reverencia hacia la racionalidad subyacente en todas las manifestaciones de la existencia. Consideramos también que en la medida en que el científico en su afán de develar la realidad sea capaz de descubrir patrones comunes, podrá aproximarse a la idea original, acercándose de ésta forma al principio único del cual hablan Spinoza y el Tao Te Ching, que es Dios. Podemos hablar entonces de dos “actitudes” científicas, una más “religiosa” que la otra. Por un lado tenemos al científico que actúa observando las "diez mil manifestaciones" mientras que por otro lado podemos tener al científico que sin dejar de observar la diversidad actúe siempre manteniendo en su espíritu un profundo respeto a éste principio único o Dios. Finalmente, concluimos que en esta búsqueda de respuestas mantener la mente abierta y ser conciente de las limitaciones en nuestra observación nos ayudaran a mediar entre la ciencia y la religión, y encontrar una expresión de ambas que nos permita avanzar y seguir evolucionando, en este universo que nos llama con su misterio y belleza. 1 González Insua, Guillermo. “Religión”. sitio Web “Etimología de la lengua española”, entrada del 19 de febrero del 2007, consultado el 20/06/2008. URL: http://etimologia.wordpress.com/2007/02/19/religion/ 2 Fernández López, Justo. “Foro de consultas”, sitio Web: “Hispanoteca, lengua y cultura” http://culturitalia.uibk.ac.at/hispanoteca/Foro-preguntas/ARCHIVO-Foro/Religi%C3%B3n-religare-relegere.htm 3 González Insua, Guillermo. “Religión”. sitio Web “Etimología de la lengua española”, entrada del 19 de febrero del 2007, consultado el 20/06/2008. URL: http://etimologia.wordpress.com/2007/02/19/religion/ 4 Real Academia Española. Diccionario de la lengua española. Consultado el 22/06/2008. http://buscon.rae.es/draeI/SrvltConsulta?TIPO_BUS=3&LEMA=religion 5 Alcalde Morales, David; Rojo, José Antonio; Sequeiros, Leandro. “Un físico abre su corazón: Albert Einstein y la Religión” .Revista de FUNDES “Cuenta y Razón”. http://www.cuentayrazon.org/revista/pdf/137/Num137_005.pdf 6 A. Einstein, Mis ideas y opiniones, Barcelona: Antoni Bosh edit., 1981. Otras fuentes bibliográficas consultadas: -Barrón, Viviana y D' Aquino, Marisa. Proyectos y metodologías de la investigación. Buenos Aires: Maipue, 2007. -Benítez, Hermes H. (1999, agosto). “Einstein y la religión” Anales de la Universidad de Chile, Sexta Serie, Nº 9. Disponible en: http://www.anales.uchile.cl/6s/n9/doc2a.html -Briscoe, Ivan; Luminet, Jean-Pierre. (2001, mayo). “Ciencia y religión”. El correo de la UNESCO. Disponible en: http://www.unesco.org/courier/2001_05/sp/doss0.htm -Alcalde Morales, David; Rojo, José Antonio; Sequeiros, Leandro. “El físico Albert Einstein y la religión”. Universidad Pontificia Comillas. URL: http://www.upcomillas.es/webcorporativo/Centros/catedras/ctr/Documentos/EINSTEINAbril05.pdf -Gaarder, Jostein. El mundo de Sofía, novela sobre la historia de la filosofía. Madrid: Siruela, 2007. 3