Verdadero o Falso: Tomar una Copa de Vino Tinto al Día

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Verdadero o Falso: Tomar una Copa de Vino Tinto al Día Puede
Incrementar la Longevidad
por Jacquelyn Rudis
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¿Beber una copa de vino tinto diariamente puede conllevar a una vida más larga y saludable?
Alguna investigación (pero no toda) ha mostrado que las personas que consumen cantidades moderadas de
alcohol tienen un riesgo reducido de enfermedad cardiaca coronaria (CHD, por sus siglas en inglés) en
comparación con los abstemios y los que beben en exceso. Estudios en franceses, quienes son famosos por
disfrutar tanto de vino tinto como de bajos índices de CHD, atrajeron primero la atención a esta particular
libación. Análisis posterior ha sugerido que aunque pueden existir tales tendencias, los tipos de personas que
eligen beber vino tinto moderadamente, y posiblemente otras bebidas alcohólicas, también viven un estilo de vida
más saludable en general. Así que, ¿el alcohol o alguna característica de la persona que bebe alcohol es lo que
otorga los beneficios para la salud?
Evidencia para la Aseveración de Salud
Según la American Heart Association (AHA), más de 60 estudios eventuales han sugerido que el consumo
moderado de alcohol (definido por el Department of Health and Human Services Dietary Guidelines for
Americans por tomar no más de una bebida al día para las mujeres y no más de dos bebidas al día para los
hombres) podría reducir el riesgo de CHD, enfermedad cardiaca isquémica y apoplejía, y otras causas de
mortalidad. Investigación muestra que las personas que beben moderadamente tienen menos riesgo de CHD y
otras causas de mortalidad que las personas que no beben, y las personas que beben en exceso tienen un riesgo
mucho mayor.
Alguna de la evidencia convincente detrás de esta aseveración incluye:
Los investigadores Klatsky y Friedman realizaron un estudio en California del Norte que dio seguimiento a
128,934 adultos de 1978 a 1990 y encontraron que las personas que tomaban una o dos bebidas alcohólicas
diariamente, tenían un riesgo 32% menor de morir a causa de CHD que las personas que no bebían.
Doll y colegas realizaron un estudio de 13 años de duración que examinó a 12,000 médicos británicos y su
mortalidad en relación con su consumo de alcohol. Los investigadores concluyeron que el beber
moderadamente está asociado con índices de mortalidad significativamente más bajos que las personas que
se abstienen del alcohol o abusan de él.
Fuchs y colaboradores dieron seguimiento a 85,709 mujeres de 34 a 59 años de edad durante 12 años y
encontraron que el beber de ligera a moderadamente estaba asociado con una reducción en el índice de
mortalidad, pero principalmente en mujeres beneficiadas que estaban en riesgo de CHD.
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Por Qué Es Bueno Para Usted
No se han establecido bien las razones de por qué el consumo moderado de alcohol es benéfico. Existe evidencia
de que cantidades moderadas de alcohol pueden reducir el riesgo de CHD al incrementar los niveles de
lipoproteínas de alta densidad (HDL), el "colesterol bueno", y al reducir la tendencia de la sangre a formar
coágulos. Además, estudios han encontrado una asociación entre el consumo moderado de alcohol y niveles más
bajos de depresión, ansiedad y estrés percibido. Ya sea que el consumo de alcohol produzca estos efectos, o vice
versa, permanece una pregunta abierta. Sin embargo, se sabe bien que la ansiedad y la depresión conllevan al
consumo excesivo de alcohol en algunas personas vulnerables.
¿Cuál Tipo Es Mejor para Usted?
Si en realidad el consumo moderado de alcohol es saludable, ¿cómo elegimos qué bebida tomar? Varios estudios
han comparado los riesgos y beneficios de beber vino, cerveza y licor fuerte. En lo que se llamó the Copenhagen
Heart Study, Gronbaek y colegas dieron seguimiento a 13,285 personas de 30 a 70 años de edad durante 12 años,
comenzando en 1990. Los resultados mostraron que el consumo moderado de vino estaba asociado con un menor
riesgo de morir a causa de enfermedad cardiovascular y cerebrovascular, mientras que el consumo similar de
licor en realidad incrementó el riesgo.
En 2002, Klatsy dio seguimiento a su estudio de 1990 con nuevos datos que sugieren que quienes bebían vino
regularmente de manera moderada tuvieron un riesgo aproximadamente 25% menor de CHD que las personas
que bebían regularmente la misma cantidad de alcohol en cerveza, y un riesgo 35% menor de muerte a causa de
CHD que quienes bebían licor fuerte de ligera a moderadamente. En un estudio que comparó las proporciones de
cintura a cadera, investigadores analizaron un posible mecanismo para explicar estos hallazgos. Una proporción
elevada de cintura a cadera está asociada con un riesgo incrementado de enfermedades como enfermedad
cardiaca y diabetes. En este estudio de 12,145 hombres y mujeres de 45 a 64 años de edad, quienes bebían
cerveza y licor fuerte tuvieron proporciones más altas de cintura a cadera que quienes bebían vino.
Aunque algunos investigadores no han encontrado diferencia entre beber vino tinto y blanco, otros han
encontrado que los vinos tintos pueden mostrar mayores beneficios que otros tipos de vino. El vino tinto (el cual
conserva la cáscara de la uva) contiene niveles altos de polifenoles, que tienen propiedades antioxidantes y se
cree que desempeñan una función en la reducción del riesgo de enfermedades como cáncer, enfermedad cardiaca,
apoplejía y enfermedad de Alzheimer. La extensión en la que estos antioxidantes en realidad están involucrados
en los efectos protectores del vino tinto, es un asunto de debate pendiente.
Evidencia Contra la Aseveración de Salud
Cuando se analicen los beneficios sugeridos del consumo moderado de alcohol sobre la longevidad, es importante
tomar en cuenta los efectos para la salud de otros numerosos factores: dieta, educación y nivel de ingresos,
hábitos para la salud como el fumar y el ejercicio, compromiso social, y edad. Muchos de los estudios descritos
previamente encontraron que aunque las personas que beben vino con frecuencia tienen índices más bajos de
mortalidad que quienes no beben vino y los abstemios, sus estilos de vida también son más saludables en general,
así que es difícil decir cuáles factores tendrán el efecto más saludable.
En Dinamarca (donde se llevó a cabo el Copenhagen Heart Study), quienes beben vino tienden a consumir una
dieta saludable estilo Mediterráneo (alta en frutas y verduras frescas, pescado y aceite de oliva, y baja en carne y
productos lácteos), y tienen una situación socioeconómica alta. Los estudios de Klatsky en California reconocen
que las personas que preferían beber vino en lugar de cerveza o licor fuerte, eran educadas de manera más
elevada, fumaban menos, y tenían hábitos más controlados de bebida. Otros estudios han encontrado que los
beneficios del consumo de alcohol con frecuencia dependen de patrones de bebida: Beber despacio y acompañado
de alimentos ha mostrado producir los mayores beneficios para la salud, y quienes beben vino moderadamente
reportaron consumir una o dos copas de alcohol cada día con los alimentos.
Muchos partidarios del vino como benéfico para la salud han señalado la incidencia relativamente baja de CHD
en Francia, a pesar de la típica dieta francesa que es comparable (o incluso peor) a otros países desarrollados con
altos índices de CHD. Los franceses beben la mayor cantidad de vino y tienen el nivel más alto de consumo total
de alcohol en comparación con otros 20 países industrializados, aunque también experimentan el segundo índice
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más bajo de mortandad por CHD. Este fenómeno ha sido llamado la "Paradoja francesa". Sin embargo, es
importante notar que los estudios realizados a nivel individual no han mostrado consistentemente una conexión
positiva entre el consumo moderado de vino y la longevidad entre los franceses. Por lo tanto, no está claro que la
afición por el vino (tinto o no) explique adecuadamente la paradoja.
Conclusión
Aunque la evidencia para los efectos favorables del consumo moderado de alcohol es intrigante y merece estudio
adicional, es poco probable que los médicos pronto comiencen a recomendar una o dos copas diarias de vino a
sus pacientes. Existen al menos tres razones para esto.
Primero, debido a que no hay estudios controlados aleatorios sobre el tema (y probablemente nunca habrán), no
es posible probar una relación causa-efecto entre las bebidas alcohólicas y la longevidad. Muchos investigadores
y médicos clínicos permanecen escépticos de que el alcohol por sí mismo sea el que otorgue el beneficio. Los
patrones de bebida pueden simplemente ser una señal para un atributo no identificado de la persona que bebe
saludablemente.
Segundo, los beneficios para la salud asociados con el consumo moderado de alcohol también se pueden obtener
mediante hábitos más seguros, como el ejercicio y una dieta bien balanceada. El contenido antioxidante del vino
tinto es similar al de las frutas y verduras frescas, y existen medicamentos que pueden elevar los niveles de HDL
y adelgazar la sangre de manera más efectiva de lo que lo puede hacer el alcohol.
Tercero (y más importante), actualmente no es posible predecir acertadamente quién tendrá la tendencia de
volverse alcohólico y quién no. Recomendar que todos los abstemios comiencen a beber, pondría a un importante
número de ellos en un riesgo inaceptable. Para algunos, el alcohol es una droga adictiva, y el alcoholismo es una
condición devastadora que destruye las vidas y pone en riesgo al público.
¿La conclusión? Si usted no bebe, no comience a hacerlo. Si bebe de manera excesiva, deje de hacerlo. Y si bebe
moderadamente, puede continuar levantando su copa y proclamar "¡a mi salud!"
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Crédito de Imagen: Nucleus Communications, Inc.
Ultima revisión Junio 2006 por Richard Glickman-Simon, MD
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