La salud mental tiene que ver con la vida diaria, en la manera en que cada uno se relaciona con otro, en la familia, en el trabajo, en el colegio, en la comunidad. Comprende la manera en que armonizamos nuestros propios deseos, anhelos, habilidades, ideales, sentimientos y valores, con los requerimientos para hacer frente a las demandas de la vida. Es importante promover los espacios de reflexión personal con preguntas acerca de cómo nos relacionamos con nosotros mismos; cómo nos Factores protectores generales sentimos o en qué forma podemos responder a las exigencias de la vida. Las respuestas ayudarán a la generación de espacios mentales que facilitarán la convivencia con otros, el bienestar general, y vivir la vida con su lado bueno y el otro que no lo es tanto, sanamente. Existen factores protectores que ayudan y protegen a la persona y familia para que establezcan y mantengan relaciones sociales y laborales saludables. Estos son: Factores protectores individuales Satisfacción de las necesidades básicas: educación, vivienda, salud, trabajo, recreación. Experiencias afectivas positivas y estables. Redes sociales de apoyo en la comunidad: personas con quienes interactuar fuera del grupo familiar inmediato (familia ampliada, amigos, grupos, comunidad). Resolución de conflictos: saber cómo enfrentar un conflicto y resolverlo en forma satisfactoria. Desarrollo personal y autoestima. Acceso a la información. Capacidades intelectuales normales. Darse el tiempo de escuchar, ponerse en el lugar del otro, negociar, ser flexible, priorizar, ser solidario. Poseer habilidades sociales necesarias para relacionarse con el medio social, estableciendo lazos afectivos con el entorno. Tener modelos de vida cercanos (padres y pares) satisfactorios, relizables, que permita la identificación, podrá orientar en una dirección clara y visible. Factores protectores a nivel socio-familiar Ambiente familiar que provee de experiencias afectivas positivas y estables. Rol parental claro: los padres tienen como papel fundamental querer, formar, apoyar, enseñar y proteger a sus hijos. Valoración de la diversidad: la familia es capaz de no solo aceptar la diversidad, sino de valorar las opciones propias y enriquecerse con una mirada distinta. Integración a la comunidad: permite ampliar las bases de apoyo a los distintos ámbitos. Espacios para la pareja: La pareja tiene un mundo propio, que existía antes de que llegaran los hijos, ese mundo debe adaptarse, pero no debe perder su intimidad. Gerencia de Personal y Bienestar · Programa Nacional de Salud Preventiva del personal · Más información: Mónica Urbina, coordinadora del Programa de Salud del Personal · [email protected] · Fono: 685 22 78