Los juegos y los juguetes en el mundo infantil 1 La vida infantil no puede concebirse sin juegos, jugar es la principal actividad de la infancia, en la que no dudan en emplear todo el tiempo de que disponen. El juego, desde pequeños, los empuja a descubrir, manipular, observar e interpretar el mundo; jugando los niños descubren al amigo, aprenden a relacionarse con los demás, ejercitan sus habilidades y capacidades y se aventuran a asumir pequeños riesgos que los ayudan a crecer y a conocer lo que tienen alrededor. alcaladelvalle.es parque.jpg La Declaración Universal de lo Derechos del Niño reconoce el juego como un derecho fundamental, porque sin lugar a dudas, jugar posibilita situaciones óptimas para el desarrollo que influyen directamente en el crecimiento de niños y niñas. Los padres y el juego de los niños Los juguetes y juegos ocupan un lugar importante en la vida de los niños. Padres y educadores, saben que la capacidad de jugar reside, más que en los materiales de juego, en los propios niños, pero también, que hay que aprovechar y potenciar y el carácter educativo y de diversión de los juguetes. Esto, sin exagerar; a veces los padres ponen demasiado énfasis en “el juguete educativo”, olvidando que los niños quieren entretenerse y que, la dimensión educativa no siempre es prioritaria. Los padres pueden educar a través de la elección de los juguetes: pistolas, tanques… pueden quedar fuera, pero tampoco hay que asustarse tanto cuando los niños, en el patio o en la calle juegan a la guerra, usando las manos como pistolas y caen ‘heridos’ en forma aparatosa. ¡Es tan solo, jugar! ¿Qué adulto no recuerda con emoción los juegos con los amigos en la calle, en el parque, en los patios? Los niños deben tener la oportunidad de tener cerca juguetes seguros, adecuados a la edad y al escenario donde los usen: es preciso tener en cuenta los parámetros de calidad y seguridad que garanticen un juego enriquecedor respondiendo a los intereses y a las necesidades de la infancia. En Punta Arenas la laguna para patinar e incluso alguna calle que se cierra en invierno para que los niños se deslicen en sus trineos, son típicos escenarios para el juego invernal. Pero en el norte del país, en el sector costero, la playa es el lugar preferido. Todos estos escenarios tienen ventajas y también riegos: los padres, los adultos, sin vigilancia excesiva, deben procurar que los juegos se desarrollen con seguridad. Por otra parte, el juego no es una actividad exclusiva de la infancia. Jugar es un excelente recurso de diversión para todas las edades constituyendo, además, una importante actividad que favorece la relación y comunicación entre niños, jóvenes y adultos. Que los padres jueguen con sus hijos tiene tal importancia que no requiere de mayor análisis. Los juguetes Los juguetes, son creaciones artesanales o industriales diseñadas y producidas para estimular y acompañar el juego. Estos objetos, estrechamente vinculados al universo infantil, han estado presentes desde tiempos remotos, transmitiendo a través de su estética y de su propuesta de juego, las normas y valores de la sociedad a la que pertenecen. Todas las culturas han creado elementos de juego que han acompañado los momentos de diversión de los niños y los adolescentes, pero también de los adultos, ofreciendo a cada edad los elementos que más se ajustan a los intereses y las capacidades de las personas. Es importante recordar que en las manos de un niño cualquier objeto puede convertirse en material de juego, acompañando y estimulando la actividad lúdica con la misma intensidad y valor que el juguete comercial. Así, una caja puede convertirse en un coche de bomberos y un puñado de arena en la mejor materia prima para una construcción en la playa. Los juguetes deben ser atractivos y estimulantes; los juegos y juguetes estimulan el desarrollo de los niños en algunas áreas concretas, como la motricidad, el desarrollo sensorial, la inteligencia. Los móviles, calidoscopios o juegos de modelar, invitan al desarrollo de los sentidos favoreciendo el descubrimiento y goce de nuevas sensaciones. 2 Juegos y juguetes para el desarrollo motor La práctica mejora cualquier habilidad; así, una forma de dominar el propio cuerpo, ganando destreza, coordinación y equilibrio, es ejercitarse a través de los juegos. Los juguetes de arrastre, los patines estimulan experiencias de este tipo. Por cierto los juegos deportivos y tan tradicionales como el fútbol, también operar en la dirección del desarrollo motor. Adicionalmente, en el trabajo en equipo, el respecto a las normas y al adversario, etc. Juegos para el desarrollo intelectual Los juegos de mesa como los naipes no convencionales que implican trabajo de clasificación, asociación o relación, estimulan el razonamiento, la atención o el dominio del lenguaje; los juegos de construcción son estímulos para imaginación y la creatividad. En la escuela, en situaciones de aprendizaje el juego es un excelente recurso que de forma atractiva anima a los niños a familiarizarse con contenidos más formales, como los números, las letras y las palabras. Juegos para el desarrollo afectivo y emocional El juego, además de proporcionar placer, alegría y satisfacción, permite al niño expresarse libremente y descargar tensiones, garantizando un sano equilibrio emocional y afectivo. Los disfraces y las representaciones en miniatura de elementos del mundo real (autos, casas, cocinas…) permiten representar y imaginar diversas situaciones del mundo de los adultos experimentando roles que les ayudan a configurar su propia identidad. Las marionetas, las muñecas o figuras de acción promueven la expresión y manifestación de sentimientos, deseos, miedos y emociones. Por otro lado, a los niños les gusta ponerse a prueba; los retos que le proponen juegos como los rompecabezas, los juegos de habilidad física o los juegos de mesa, favorecen la experimentación del éxito personal y social, que es la base de la autoestima. Juegos para relacionarse Los juguetes que favorecen las relaciones entre personas y la participación de más de un jugador ayudan al niño a relacionarse con los demás, a comunicarse, favoreciendo el intercambio de ideas, de materiales o experiencias. Todos los juegos que requieren de un acuerdo entre diferentes jugadores, como los juegos de mesa, deportivos, y todos los de imitación que se comparten con otros niños, favorecen la aceptación de normas y pautas sociales, el respeto a los demás y la aceptación de los acuerdos, aspectos básicos en las relaciones humanas. 3 ¿Dónde jugar? La casa, la calle, el patio, la escuela, el parque… Todos los lugares son susceptibles de convertirse en escenarios de juego, pero un juego sano y rico en propuestas precisa de condiciones de espacio mínimas que permitan la adquisición de hábitos, que favorezcan las relaciones con el entorno, faciliten el encuentro con otros niños y, sobre todo, estimulen las ganas de jugar. La calle sigue siendo un poderoso imán para el juego infantil, con el valor agregado de compartir con el grupo de amigos. Sin embargo, sobre todo en las grandes ciudades, las transformaciones urbanísticas han supuesto importantes cambios que afectan directamente los espacios disponibles para que los niños puedan desarrollar sus juegos: la calle no siempre es un lugar seguro. Plazas y parques también son importantes escenarios para el juego infantil. En ellos, además, es posible la interacción con las mascotas, preferentemente perros. La casa es uno de los espacios tradicionales de juego, integrado a la perfección en el día a día del niño. El juego en casa, cerca de los adultos, posibilita la transmisión de positivos hábitos y actitudes respecto al cuidado y uso de los juegos y juguetes. Si, además, el niño y la niña tienen la oportunidad de compartir este escenario con otros niños (hermanos, primos, vecinos…), éste se enriquece notablemente. A menudo, el espacio de juego en la casa se concentra en la habitación de los niños. El dormitorio suele ser, además, una sala para jugar. Para que el espacio para el juego, la casa, el patio, el parque… sean realmente seguros y estimulantes del juego deben considerar, en primer lugar, las necesidades específicas que demanda cada juego, y las necesidades de espacio para los juguetes: dónde y cómo se colocarán los coches, las muñecas, los juegos de mesa, dónde se guardará el rompecabezas, la construcción, etc. La particular disposición de los objetos favorece no sólo los hábitos de orden y cuidado de las cosas, también, el propio tipo de juego que realizan los niños. Por otra parte, la gran acumulación de juegos y juguetes limita el juego en lugar de favorecerlo; por lo general las ganas de jugar resultan inversamente proporcionales al exceso de juguetes. En este caso, es aconsejable guardar algunos juguetes fuera del alcance del niño y hacerlos aparecer de manera progresiva, mientras otros se guardan. Los niños no sólo quieren jugar en su dormitorio; es fácil que ocupen toda la casa, ya que les gusta jugar cerca de los adultos. Así, el comedor y el living se ven inundados a menudo de juegos y juguetes. La bañera es otro de los lugares preferidos por los niños para jugar con el agua y la espuma. Es importante tener en cuenta esta necesidad para adaptar los espacios, creando unas condiciones libres de riesgos. Las dimensiones y características de la casa (grande, pequeña, de techos altos o no, con patio o terraza, sin ellos, etc.) determinan también los tipos de juegos y juguetes más adecuados para los niños. 4 La calle ha sido siempre un espacio privilegiado para toda una serie de juegos donde el movimiento y la participación en grupo son la clave, pero la planificación urbana no ha tenido siempre en cuenta esta necesidad lúdica y ha limitado notablemente las posibilidades de actividad de los niños. Las áreas de juegos de la vía pública invitan al movimiento, al control del espacio y al juego en grupo. Son el escenario perfecto para juegos con juguetes tan atractivos como la pelota, los baldes y la pala, el patín, la bicicleta, la cuerda. Por su parte, los espacios diseñados especialmente para el juego al aire libre en las ciudades (parques, jardines, paseos…) deben tener en cuenta la participación de mayores y pequeños, así como la integración de niños con discapacidad, ofreciendo recursos y diseños adecuados a sus capacidades y necesidades. La educación en hábitos de prevención y seguridad es de gran importancia en el juego al aire libre, sobre todo dentro de los pueblos y ciudades. El patio de la escuela es y ha sido siempre espacio de juego y relación entre los niños que permite experiencias lúdicas diversas, momentos de recreo y de descanso mental. El juego en la escuela es un recurso capaz de incentivar y reforzar la adquisición de nuevos conocimientos, de manera tal que tanto juegos como juguetes son cada vez más frecuentes en las aulas, sobre todo en la educación prescolar y en los primeros años de la escuela básica. Cualquier juguete que se adapte a los intereses de los niños y a los objetivos educativos del ciclo escolar puede ser integrado en estos escenarios. Así, muñecas, cocinas o autitos que refuercen el conocimiento del medio en las aulas de educación infantil, juegos de mesa que refuercen determinados aspectos del lenguaje o del cálculo mental en las aulas del primer ciclo de la enseñanza básica, y juegos de simulación histórica o lógica matemática y estrategia, para los niños más grandes, revisten gran valor didáctico. No hay que olvidar el importante valor de la institución escolar como transmisora de la cultura a través de juegos tradicionales, que se juegan en los gimnasios y patios: el luche, el trompo, las bolitas, la comba, el escondite, etc. Documento base: EL DESARROLLO SOCIAL Y AFECTIVO EN LOS NIÑOS DE PRIMER CICLO BÁSICO. Tesis, Universidad Mayor, Facultad de Educación. Mónica Álvarez F., María M. Becerra V., Fabiola E. Meneses S. Profesor Guía: Bartolomé Yankovic N., Santiago, 2004. 5