qué factores determinan su localización?

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“LAS INSTALACIONES CONFLICTIVAS ¿QUÉ FACTORES DETERMINAN
SU LOCALIZACIÓN?”
AUTOR 1: María Teresa Gallo Rivera
Email: [email protected]
AUTOR 2: Rubén Garrido Yserte
Email: [email protected]
AUTOR 3: Tomás Mancha Navarro
Email: [email protected]
DEPARTAMENTO: Economía Aplicada. Instituto Universitario de Análisis
Económico y Social.
UNIVERSIDAD: Universidad de Alcalá
ÁREA TEMÁTICA: Energía, sostenibilidad, recursos naturales y medio ambiente
RESUMEN: (máximo 300 palabras)
El debate sobre las instalaciones conflictivas o “males públicos” (centrales nucleares,
incineradoras, aeropuertos, embalses, cárceles, etc.) si bien está presente en la literatura
económica, existen relativamente pocos trabajos empíricos en relación a los factores que
determinan el emplazamiento de dichas instalaciones. El objetivo de este trabajo es
determinar, al margen de los factores de viabilidad económica del proyecto, cómo
afectan los factores demográficos, políticos y sobre todo sociales (redes locales) a las
decisiones de localización de dichas instalaciones. A partir de los datos disponibles en
Eurostat y las encuestas del Eurobarómetro, se estimará cómo estas variables afectan a
la probabilidad de que un determinado proyecto o instalación se lleve a la práctica.
En particular se intenta probar la hipótesis de que la fuerza de la sociedad civil local es
el factor que mejor predice la elección de un determinado territorio como lugar de
acogida para una instalación conflictiva. El razonamiento detrás de ello es que las áreas
geográficas seleccionadas para acoger a dichas instalaciones, son aquellas que presentan
menor probabilidad de conflictos y retrasos en el inicio de las actividades “no deseadas”
y, donde en general las actividades son compatibles con la vocación productiva de la
zona y que no se ofrezca resistencia. De este modo, los territorios con un tejido social
débil, tendrán mayores probabilidades de ver asentadas este tipo de instalaciones;
mientras que aquellos con sociedades civiles más consolidadas, ofrecerán mayor
resistencia para su emplazamiento.
PALABRAS CLAVE (Key words): Instalaciones conflictivas, localización, sociedad
civil, capital social.
1. Introducción
En la economía regional, una de las principales líneas de estudio está asociada a la
teoría de la localización, la cual ha le ha otorgado precisamente su identidad de
disciplina científica y conforma su núcleo teórico-metodológico (Capello, 2006). Los
factores de localización habitualmente analizados están asociados, por un lado, a los
costes de transporte, del suelo y la distancia a los mercados, cuando se analiza a las
empresas desde una óptica más individual, y por otro, a los temas relacionados a las
economías externas y de aglomeración cuando se incorporan los fenómenos
mesoterritoriales vinculados a las relaciones entre empresas. Desde ambas perspectivas,
no se encuentra habitualmente el análisis de factores relacionados al grado de
satisfacción o insatisfacción de las localidades donde se localizan las empresas.
2
Se debe considerar en todo caso, que desde la perspectiva tradicional, habitualmente no
se consideran las externalidades que pueden generar determinadas instalaciones, o más
bien, se tienden a considerar sólo las externalidades positivas relacionadas con las
economías de aglomeración. Sin embargo, cuando se abre espacio a reconocer las
externalidades negativas, que son muy evidentes cuando se trata de instalaciones
conflictivas, el abanico de factores que determinan la localización de empresas debe
abrirse a incorporar aspectos sociales.
En este contexto, el objetivo general del presente trabajo es analizar los factores de
localización en aquellas instalaciones que se caracterizan por presentar externalidades
negativas evidentes en los lugares donde se localizan, prestando especial atención en
aquellos factores relacionados a las medidas de acción colectiva que se vinculan con el
capital social de los territorios, elementos generalmente ausentes en los estudios de este
tipo. Una de las hipótesis fundamentales que guían el trabajo, es que el nivel de
desarrollo de la sociedad local es el factor principal en la elección de un determinado
territorio como lugar de acogida para una instalación conflictiva, ya que los lugares
generalmente seleccionados para situar dichas instalaciones, son aquellas que presentan
menor probabilidad de conflictos, y por tanto, un menor tejido o capital social.
Junto a la presente introducción y las conclusiones finales, el trabajo se estructura en
dos capítulos, en el primero, se construye un marco teórico que permite identificar los
factores habitualmente analizados en la localización de instalaciones conflictivas, y en
el segundo, se realiza el análisis empírico, donde se construyen modelos econométricos
simples que intentan determinar la incidencia de distintos factores en la localización de
las instalaciones.
3
2. Marco teórico
El tema de las instalaciones conflictivas1 está presente en la literatura económica, ya que
es una realidad presente tanto en países industrializados como en vías de
industrialización; sin embargo, las cuestiones relacionadas con los factores que
determinan su localización han sido menos estudiadas2.
Los pocos trabajos que exploran las decisiones de localización de proyectos conflictivos
suelen aludir a factores demográficos (escasa concentración de población), y a factores
económicos y políticos (orientados por los gobernantes que están en el poder); no
obstante, no existe un consenso en torno a estas cuestiones. En general se distinguen al
menos seis factores asociados con dichas decisiones de localización (Aldrich, 2008): i)
criterios tecnocráticos, que hacen referencia a las condiciones técnicas para que un
proyecto se lleve adelante (suelo, agua, infraestructura, etc.) y que no son función ni de
las características políticas, ni demográficas, ni económicas del territorio; ii)
discriminación partidista, relacionado con el apoyo local al partido oficial o el de la
oposición, de modo que los territorios donde tiene mayor presencia el partido de la
oposición suele verse “castigado” por el emplazamiento de un mayor número de
proyectos conflictivos; iii) discriminación ambiental3, que alude a que dichos proyectos
tienden a ser localizados en aglomeraciones con presencia de minorías étnicas, raciales,
religiosas, etc.; iv) condiciones económicas, donde pequeñas localidades ven estos
proyectos conflictivos como potenciales focos generadores de empleo y de ingresos a
pesar de los efectos negativos en la localidad; v) intervención política, alude a que
políticos como autoridades gubernamentales parecen manipular los costes como
beneficios de modo que las opciones de localización se restrinjan a determinadas
circunscripciones; y vi) sociedad civil, tiene que ver con que en aquellas localidades con
mayor capital social y con mejores lazos o conexiones, los grupos contrarios a los
También suelen denominarse “males públicos” en contraste con los bienes públicos (como los parques,
la defensa nacional, etc.) que proporcionan beneficios difusos que están asociados a costes también
difusos.
2
La literatura relacionada con la localización de las instalaciones conflictivas hace referencia al
surgimiento de los conocidos efectos NIMBY (“not in my back yard”) y LULU (“locally unwanted land
use”) para describir los problemas que genera la instalación de un proyecto conflictivo, en localidades
con fuerte oposición local.
3
Este aspecto ha dado origen al debate de la “justicia o equidad ambiental” en torno a las instalaciones
conflictivas (Hamilton, 2001; Lejano e Iseki, 2001).
1
4
proyectos conflictivos encuentran mayores facilidades para organizarse, movilizarse y
ejercer oposición contra dichos proyectos.
Aldrich (2008) concluye, para el caso de Japón, que las autoridades eligen como sitios
potencialmente factibles de albergar dichos proyectos, especialmente los más
controvertidos como las centrales nucleares, basándose sobre todo en medidas de la
fortaleza de la sociedad civil. Similares estudios han sido realizados en el caso del
Reino Unido (Rüdig, 1994) y Francia (Hecht, 1998). Cabe también destacar dos
aspectos adicionales destacados en la literatura; el primero, es que una vez que
determinada localidad es seleccionada para albergar el proyecto, la fuerza del capital
social puede afectar las políticas de localización incrementando o disminuyendo la
probabilidad de que dicho proyecto sea finalizado; y segundo, que la historia de la
localidad en términos de albergar otros males públicos la dota de mayor o menor
capacidad para resistir futuros emplazamientos conflictivos (Hamilton, 19934).
Otros estudios, demuestran que el grado en que las firmas internalizan las
externalidades depende de la capacidad de la población afectada para emprender
acciones colectivas. Por ejemplo, las empresas de procesamiento de residuos peligrosos
al momento de decidir la expansión de su actividad, toman en cuenta las variaciones en
el potencial de la población para la acción colectiva debido a que éstas pueden
incrementar significativamente sus costes (Hamilton, 1993). De este modo, localidades
similares pueden experimentar pérdidas idénticas derivadas de la localización de
instalaciones peligrosas, sin embargo, pueden diferir en cuanto a la oposición que
ofrezcan al emplazamiento de dicha instalación, debido a los niveles de participación
política que presentan5; cuanto mayor sea el grado de participación en acciones
colectivas que presenta una localidad, mayores serán los costes esperados de la empresa
en términos de litigación, lobbys, compensaciones, etc. y por lo tanto, menor será la
probabilidad de localizarse en dicha área.
4
El historial del activismo político de una localidad o el desarrollo de acciones anteriores de oposición a
una instalación conflictiva, pueden determinar que la oposición organizada al proyecto actual aparezca
más pronto.
5
El grado en que las probabilidades de iniciar acciones colectivas por parte de los individuos o
localidades difieren subyace en el análisis de elección pública (que pueden deberse a diferentes costes
de transacción, satisfacción ideológica de la participación política, etc.) (Hamilton, 1993 pp. 105).
5
Dos cuestiones que merecen ser destacadas en relación con las decisiones de
localización de instalaciones conflictivas son que primero, la existencia de oposición
pública es suficiente para que las empresas incorporen criterios políticos en las
decisiones de localización; segundo, la influencia de las medidas de acción colectiva
son a menudo desconocidas en las discusiones y análisis de localización que se basan
puramente en criterios científicos o tecnocráticos.
Por otra parte, se destaca que la localización eficiente de las instalaciones conflictivas
debe involucrar dos criterios básicos; el primero, es que ceteris paribus, los costes de
construcción y operación deben ser minimizados; y el segundo, que ceteris paribus, la
pérdida de bienestar que genera dicha instalación en la localidad que la alberga debe ser
minimizado (Minehart y Neeman, 2001). El problema, es que casi siempre el segundo
aspecto es ignorado. Y es que a menudo un error en las cuestiones relacionadas con las
decisiones de localización tiene que ver con la consideración de factores exclusivamente
científicos, sin considerar otros factores como los sociológicos, psicológicos y
culturales, etc. (Díaz, Rodríguez y Salado, 1999).
La polémica de la localización de instalaciones conflictivas también surge en ocasiones,
tras producirse desastres naturales como terremotos, huracanes, riadas, etc. que obliga a
reubicar a la población afectada en barrios o vecindarios que sirven como alojamientos
temporales. Aldrich y Crook (2006) analizan como en Nueva Orleans después del
huracán Katrina, las autoridades públicas trabajaron en la generación de listas de
localidades potenciales para albergar a vecindarios de casas prefabricadas o mobil
homes para la población afectada6. Dicho fenómeno dio origen a fuertes oposiciones por
parte de localidades que se oponían a albergar dichos vecindarios; encontraron que las
localidades con mayores niveles de capital social se vieron afectados por el
establecimiento de un menor número de dichos vecindarios. Plantean la cuestión de que
pese a la idea de que comunidades con mayores niveles de capital social pueden
favorecer las actividades de reconstrucción de manera más rápida, en este caso, un
mayor capital social debilitó la capacidad de la ciudad para recuperarse rápidamente,
6
En este caso los vecindarios de casas prefabricadas y mobil homes fueron estigmatizados porque se
pensó que más que solucionar el problema de la vivienda generaban problemas adicionales a la
población que ya se había visto afectada por el huracán (no deseaban que sus barrios fueran
“arruinados” por la población reubicada, que generarían focos de delincuencia, ocio, consumo de drogas,
devaluación de la propiedad, etc.).
6
forzando a dedicar mayores esfuerzos para determinar sitios potenciales para
alojamiento temporal. En este caso el capital social actuó como un “arma de doble filo”.
Otra amplia línea de investigación, relacionada con la que aquí nos ocupa, es la que
tiene que ver con los estudios sobre percepción social del riesgo asociado a las
instalaciones conflictivas. Takahashi y Gaber (1998) destaca que los conflictos
locacionales en torno a una instalación conflictiva se derivan de las diferencias de las
percepciones de los residentes en la localidad y de los planificadores o autoridades
públicas. Por lo tanto, son las interacciones entre los agentes involucrados lo que
conduce a conflictos en torno a la localización adecuada de un proyecto indeseado en un
área determinada. Dichos conflictos no serían sino reflejo de pugnas mayores en torno a
la producción, a la distribución y a los impactos de las externalidades negativas de
dichos procesos. Por lo que la localización de dichas instalaciones dependerá en gran
medida de la habilidad de los residentes y de los empresarios para oponerse al proyecto
de localización; también de la participación de individuos y grupos que representan a
organizaciones voluntarias y sin fines de lucro; y de la capacidad de los planificadores
para mitigar y superar la oposición local.
A menudo las compensaciones a la población afectada son consideradas como una
posible solución para las dificultades de localización de instalaciones conflictivas. Sin
embargo, una cuestión relevante es en qué medida el sistema de compensaciones ha
reducido la fuerte oposición al desarrollo de dichos proyectos conflictivos; por lo que
antes de desarrollar una política de compensaciones es importante analizar por qué la
población se sigue oponiendo al desarrollo de dichos proyectos, y si tal oposición se
mantiene durante el ciclo de vida del proyecto (Gallagher, Ferreira y Convery, 2008).
Algunos principios esperados que deberían guiar el proceso de decisión de la
localización de instalaciones conflictivas por parte de los actores gubernamentales
comprenden: i) la representatividad; ii) el reconocimiento de la inevitabilidad de la
incertidumbre y el establecimiento de procedimientos consensuados para tratar con ella;
iii) el desarrollo de lazos de confianza entre todos los actores sociales; iv) la
construcción de valores comunes en torno al medioambiente y al bienestar de
generaciones futuras; y v) el respeto a la ley (Short y Rosa, 2004). No obstante, en la
práctica los criterios técnicos y políticos muchas veces predominan en detrimento de las
7
consideraciones sociales más consensuadas entre los actores involucrados, lo cual mina
la legitimidad del proceso social de toma de decisiones en relación con la localización
de proyectos conflictivos.
En el caso español, no abundan los trabajos que aborden las cuestiones relacionadas con
los determinantes de la localización de las instalaciones conflictivas. No obstante se
puede destacar el trabajo de Llurdés, Sauri y Cerdan (2003), que a partir de la revisión
de los procesos de localización de instalaciones conflictivas en Cataluña apuntan que los
criterios tradicionales, técnicos y económicos usados en la localización de dichas
instalaciones–como los centros de tratamiento y almacenamiento de residuos– no deben
seguir predominando, frente a otras preocupaciones sociales como la salud, los riesgos
ambientales, los posibles efectos de estigmatización7 y cuestiones de equidad territorial.
Los intentos fallidos de localización de instalaciones conflictivas en la parte central de
Cataluña, ponen en evidencia que las políticas de localización deberían basarse más en
negociar la aceptación social, que en el desarrollo de nuevas tecnologías.
Los aspectos relacionados con la opinión pública y los problemas ambientales en
relación con las instalaciones de tratamientos de residuos son abordados por Díaz,
Rodríguez y Salado (1999) para el caso de la Comunidad de Madrid. Destacan que el
grado de conocimiento e información que maneja la población sobre las instalaciones
nocivas y sus efectos, son relevantes para las políticas de localización de actividades
conflictivas, por lo que es necesario incorporar dichas opiniones al proceso de decisión
territorial8.
El nivel de formación e información de los municipios nucleares y no nucleares
españoles son analizados por González (2002) para determinar si se corresponden con
mejores actitudes y comportamientos frente a la actividad nuclear; compara la
7
Las instalaciones conflictivas pueden minar la imagen externa de la localidad, impactar negativamente
en el turismo, conservación ambiental, calidad de la producción agrícola, etc.
8
Los estudios sobre percepción del riesgo en materia de residuos se centran en analizar las diferentes
actitudes y percepciones de diversos grupos sociales, los efectos de campañas informativas sobre la
opinión pública, en reconocer la existencia de la “geografía del miedo” reflejada por aquellas áreas con
los mayores impactos negativos de una determinada actividad tal como es percibida por sus residentes,
y en analizar los componentes de la percepción (tanto externos o sociales como internos o psicológicos)
(Díaz, Rodríguez y Salado, 1999, pp. 255). En España, la aceptabilidad social del riesgo derivado de la
generación de energía nuclear y almacenamiento de residuos radiactivos han sido estudiados por la
Empresa Nacional de Residuos Radiactivos (Enresa) (Enresa, 2001, 2002), y también a través de las
diversas encuestas del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS).
8
información derivada de una encuesta ad hoc a los municipios españoles nucleares y no
nucleares, y los resultados del Eurobarómetro (Diciembre 2002) para determinar si
existen diferencias entre los resultados de ambas encuestas, es decir comprobar si los
resultados del Eurobarómetro pueden ser generalizables a toda la población española
independientemente de que existan instalaciones nucleares en el entorno cercano de los
individuos. Los resultados más destacados apuntan a que no parecen existir diferencias
entre los niveles de formación/ información (objetiva) entre municipios nucleares y no
nucleares de lo cual se puede inferir que los impactos de las acciones de formación e
información emprendidas no han sido significativos, porque en general el conocimiento
sobre cuestiones nucleares es bajo independientemente de si hay mayor cercanía o
lejanía a las instalaciones nucleares. Otro resultado interesante, es que en los municipios
nucleares, la proporción de quienes se consideran muy bien y bastante bien informados
es más del doble que en municipios no-nucleares; sin embargo, no parece existir
simetría entre el nivel de conocimientos (información objetiva) y la percepción que los
propios encuestados tienen sobre su nivel de conocimientos sobre cuestiones nucleares
(información subjetiva). Por lo tanto, se desprende que en general el nivel de
conocimientos de la población española se tiende a mantener en niveles bajos tal como
lo muestran ambas encuestas, no obstante las diferencias en los niveles de percepción
del propio nivel de conocimientos que presentan los municipios nucleares versus los nonucleares apuntaría a que las estrategias formativas e informativas realizadas habrían
sido determinantes para explicar dichos resultados.
Un caso particular sobre los impactos económicos y la percepción social de los
beneficios y riesgos asociados a la actividad nuclear en España es el del Centro de
Almacenamiento de Residuos de Baja Radiactividad El Cabril localizado al noroeste de
la provincia de Córdoba (Arjona, Montero y Fernández, 2009). Pese a determinar que el
impacto económico que dicha actividad habría generado en el entorno de influencia
inmediato es significativo, la percepción social de dicho impacto tiene un componente
subjetivo muy alto que trasciende lo cuantitativo, produciéndose un desajuste entre
ambas dimensiones9.
9
Entre los principales resultados se destaca que la percepción del peligro habría disminuido con el
tiempo desde la instalación al momento actual; que la percepción del peligro es mayor cuanto más
alejado está el municipio del almacén nuclear, y que dicha percepción de peligro es más acentuada entre
los mayores de edad que entre los jóvenes.
9
En resumen, de esta breve revisión de la literatura por tanto podemos destacar las
siguientes ideas fuerza:
-
Los procesos de localización de instalaciones conflictivas son a menudo fuente de
fuertes oposiciones por parte de la población directamente afectada quienes
reconocen en ellos más costes que beneficios de su actividad. Esta realidad plantea
la cuestión relacionada a cómo son tomadas las decisiones de localización de
determinados proyectos conflictivos. Y es que a menudo un error en las cuestiones
relacionadas con las decisiones de localización tiene que ver con la consideración de
factores exclusivamente científicos, sin considerar otros factores como los
sociológicos, psicológicos y culturales, etc.
-
Uno de los factores explicativos -quizá el menos atendido aunque empieza a cobrar
notoriedad- y que puede influir significativamente en los resultados finales del
emplazamiento, es el capital social que presenta una determinada localidad
candidata para albergar dicho proyecto. A menudo las poblaciones con mayores
conexiones locales y donde existe gran capacidad de la población afectada para
emprender acciones colectivas, suelen verse menos afectadas por un menor número
de emplazamientos conflictivos.
-
No obstante, el capital social puede actuar como un “arma de doble filo” ya que si
bien facilita el emprendimiento de acciones colectivas orientadas a la oposición de
emplazamientos conflictivos, en algunos casos como los desastres naturales la
oposición a proyectos de emergencia en su entorno inmediato de los cuales pueden
verse perjudicados (efecto estigmatización), puede generar mayores costes para la
reconstrucción y para paliar los efectos generados por la naturaleza.
-
La ausencia de simetría entre el nivel de conocimientos (información objetiva) y la
percepción que los individuos tienen sobre su propio conocimiento (información
subjetiva) es un aspecto que pone en evidencia que la localización de dichas
instalaciones conflictivas transciende lo cuantitativo, y que existen desajustes entre
ambas dimensiones.
10
3. Datos y metodología
Dada la dificultad de disponer de datos a escala local, se ha realizado una primera
aproximación a los factores relaciones con la localización de las plantas nucleares
europeas a partir de información disponible en Eurostat y las encuestas realizadas y
difundidas en el Eurobarómetro relacionadas con cuestiones nucleares10. Dado que la
hipótesis principal a contrastar es que el nivel del capital social es un factor
determinante en la localización de dichas instalaciones, se hará uso también de algunos
indicadores que configuran el grado de capital social existente en cada uno de los países
de la Unión Europea11.
A manera ilustrativa se presenta en el Cuadro 1 las principales estadísticas de las
variables involucradas en el estudio. Algunos resultados más destacables son:
‐
En total existen 143 plantas nucleares operando en Europa, siendo Francia la que
mayor número presenta (58), seguida del Reino Unido (19), Alemania (17), Suecia
(10) y España (8).
‐
Parece existir una asociación positiva entre el número de centrales activas en cada
país con respecto a su desempeño económico -representado por el valor del PNB- y
su tamaño poblacional (gráfico 1).
‐
Se presenta una relación inversa aunque no significativa entre el número de
centrales nucleares activas y la intensidad energética, lo que significaría que no
necesariamente una mayor intensidad energética es la causa de la existencia de una
mayor demanda de energía nuclear (gráfico 2).
‐
En relación con los indicadores de capital social, se han seleccionado los siguientes:
o La proporción de votantes en las últimas elecciones nacionales y
parlamentarias es en promedio alta (seis de cada diez votaron en las últimas
elecciones), con valores mínimos de 39% en el caso de Rumanía y máximos
de 93,3 en Malta.
10
No es nuestra intención hacer un seguimiento y análisis de las diversas encuestas de opinión del
Eurobarómetro acerca de cuestiones energéticas en general y nucleares en particular (véanse por
ejemplo las ediciones del Eurobarómetro 25, 32, 57, 79, 104, 122, 165, 224227, 258, 271, 297, 324).
Se hará uso de los datos más recientes disponibles con el objetivo de dar algunos indicios de cómo se
comportan algunas variables seleccionadas para los fines de este trabajo.
11
La información utilizada proviene del Eurobarómetro 223 que aborda cuestiones relacionadas
concretamente con el capital social en Europa.
11
o Una medida de la confianza general existente en la sociedad es la percepción
que tienen los individuos acerca de sí puede o no confiar en la mayoría de la
gente; al respecto este indicador se mantiene en niveles bajos ya que tres de
cada diez opina que se puede confiar en la mayoría de la gente; los valores
más altos se registran en Dinamarca, Suecia y Finlandia.
o Un reflejo del capital social informal se obtiene a partir de indagar sobre qué
acciones realizaron los individuos por sus amigos, familiares, colegas, etc.
en los últimos doce meses. Aproximadamente seis de cada diez discutieron
problemas personales, la mitad ayudaron con tareas del hogar, mientras que
tres de cada diez dejaron algún bien de valor.
o La participación en redes o en actividades asociativas no parece ser una
característica mayoritaria entre la población; donde tres de cada diez
participa activamente de estas redes o realiza tareas de voluntariado.
‐
Por otra parte se han seleccionado dos indicadores sobre la vida política y la
sociedad civil que se ven reflejados a partir de la satisfacción con la democracia
(aproximadamente la mitad se siente satisfecho) y de la importancia de la política en
la vida de los ciudadanos, donde cuatro de cada diez la considera importante.
‐
Por último, se ha considerado conveniente incluir una serie de variables
representativas del nivel de información y comportamientos de la población sobre
temas nucleares. De este modo cabe destacar:
o Alrededor de siete de cada diez considera que no está muy bien o nada
informado sobre la seguridad de las plantas nucleares; los valores mínimos
corresponden a Suecia y el máximo a Chipre.
o Aproximadamente tres de cada diez si pudieran elegir, elegirían localizar una
planta nuclear en su propio país bajo la supervisión de las autoridades
competentes; los mayores porcentajes se registran en Suecia seguida de
Finlandia y Reino Unido.
o Destaca sin embargo un escaso interés por involucrarse en cuestiones
nucleares; a sólo dos de cada diez le gustaría ser directamente consultado
acerca de los asuntos nucleares o participar en el proceso de decisiones; los
porcentajes más altos aunque no demasiado significativos se registran en
Austria (46%), y en Alemania y Grecia (ambos con 36%).
12
o Cuatro de cada diez considera que comparado con otros riesgos, los riesgos
nucleares han sido fuertemente sobreestimado y algo exagerados.
o La confianza en las compañías que operan las cuestiones nucleares no parece
ser mayoritaria; aproximadamente el 47% manifiesta confiar en dichas
compañías. Los mayores porcentajes de confianza lo generan las compañías
de Bélgica y Hungría (con 72%) y Slovakia y Finlandia (con 70%).
o Por último, algo más de la mitad es la población que percibe más riesgos que
ventajas de la energía nuclear; los valores máximos se registran en Grecia,
Chipre (con 83%) y, Luxemburgo y Austria (con 65%).
13
CUADRO 1. RESUMEN DE ESTADÍSTICAS DE LAS VARIABLES DE ESTUDIO
VARIABLE
Nº centrales nucleares 2010
PNB (precios corrientes 2009)
Población país 2010
Intensidad energética 2008
Proporción de votantes últimas elecciones
nacionales y parlamentarias EU
Confianza general / Se puede confiar en la
mayoría de gente (%)
Capital social informal 1 ¿Qué acciones
realizó por amigos, familiares, etc. en los
últimos 12 meses? Discutir problemas
personales (%)
Capital social informal 2 ¿Qué acciones
realizó por amigos, familiares, etc. en los
últimos 12 meses? Ayudar con tareas del
hogar (%)
Capital social informal 3 ¿Qué acciones
realizó por amigos, familiares, etc. en los
últimos 12 meses? Dejar bienes de valor
(%)
Redes: actividad asociativa / Participa
activamente o hace acciones de
voluntariado (%)
Satisfacción con la democracia (%)
Importancia de la política en la vida de los
ciudadanos (%)
¿Cuán informado está sobre la seguridad de
las plantas nucleares? No muy bien
informado/ Nada informado (%)
Si pudiera elegir dónde localizar una planta
nuclear ¿la localizaría en su propio país
bajo la supervisión de las autoridades
competentes? (%)
Le gustaría ser directamente consultado acerca
de los asuntos nucleares y participar en el
proceso de decisiones (%)
Comparado con otros riesgos, diría que los
riesgos nucleares han sido fuertemente
sobreestimados y algo exagerados (%)
Confía en las compañías que operan las
plantas nucleares (totalmente de
acuerdo/de acuerdo) (%)
Población que percibe más riesgos que
ventajas de la energía nuclear (%)
OBS.
PROM.
27
27
27
27
27
DES. EST.
5,30
11,71
22.785,19
15.026,64
18.600.000,00 23.400.000,00
285,07
201,53
68,82
15,74
MIN
MAX
0,00
58,00
4500,00
75700,00
412966,00 81800000,00
103.13
944.16
39.1
93.3
27
29,85
16,97
10,00
76,00
27
58,48
9,11
32,00
74,00
27
48,74
11,37
22,00
68,00
27
31,33
12,48
9,00
57,00
27
30,68
11,62
11,00
50,00
27
27
48,07
39,89
21,29
12,82
10,00
22,00
86,00
75,00
27
74,26
9,76
51,00
89,00
27
30,81
15,44
8,00
67,00
27
22,30
9,22
8,00
46,00
27
38,93
12,01
19,00
66,00
27
47,56
17,90
11,00
72,00
27
51,44
12,55
33,00
83,00
Elaboración propia
Los resultados del modelo de los factores que influyen en la localización de las
centrales nucleares se ofrecen en el Cuadro 2. Se han estimado dos modelos con dos
variables dependientes: en primer lugar, la variable dependiente es el número de
plantas nucleares operativas en cada país (modelo 1 y 2); y en segundo lugar la
variable dependiente es la proporción de población que estaría a favor de que se
14
localizara una instalación nuclear en su propio país (modelo 3 y 4); en ambos
modelos se ha considerado la inclusión de variables dummies de país.
8
10
LPNB/LPOB
12
14
16
18
GRÁFICO 1. RELACIÓN ENTRE EL Nº PLANTAS NUCLEARES, EL PIB Y LA POBLACIÓN
0
20
40
centrales_nucleares_2010
LPNB
60
LPOB
Elaboración propia
GRÁFICO 2. RELACIÓN ENTRE EL Nº PLANTAS NUCLEARES Y LA INTENSIDAD
0
intensidadenergetica2008
200
400
600
800
1000
ENERGÉTICA
0
20
40
centrales_nucleares_2010
Elaboración propia
15
60
CUADRO 2. DETERMINANTES DE LA LOCALIZACIÓN DE LAS CENTRALES NUCLEARES
Var. Dependiente= Nº centrales nucleares
Var. Dependiente= % Población que si pudiera elegir dónde
localizar una planta nuclear la localizaría en su propio país
(1)
(2)
(3)
(4)
Coef.
t
Coef.
t
Coef.
t
Coef.
t
-7.451.512,00
-1,66
-4.397.047,00
-0,74
4.442.167,00
1,30
1.333.371,00
0,40
-
-
-
-
0,54
3,69
0,49
4,20
Intensidad energética 2008
-0,05
-2,05
-0,06
-2,00
0,01
0,66
0,02
1,27
Nº votantes últimas elecciones nacionales y
-0,29
-1,58
-0,24
-1,06
0,08
0,51
0,11
0,91
-0,18
-0,81
0,25
0,58
0,08
0,51
-0,21
-0,95
1.128.631,00
2,60
2.202.883,00
2,64
-0,68
-1,94
-0,48
-0,87
-1.878.751,00
-1,57
0,34
Satisfacción con la democracia
0,25
1,12
0,18
0,75
Importancia de la política en la vida de los ciudadanos
-0,21
-0,89
-0,22
¿Cuán informado está sobre la seguridad de las plantas
0,85
1,89
*
1.015.578,00
3,69
***
Constante
Nº centrales nucleares
*
***
**
parlamentarias EU
Confianza general / Se puede confiar en la mayoría de
gente (%)
Capital social informal 1 ¿Qué acciones realizó por
**
*
*
-1.265.488,00
-3,56 **
0,84
1.175.115,00
2,20
-0,16
-0,99
-0,09
-0,65
-1,09
0,29
1,85
0,12
1,08
0,37
0,61
-0,45
-1,28
-0,07
-0,20
1.729.911,00
4,20
-
-
-
-
amigos, familiares, etc. en los últimos 12 meses?
Discutir problemas personales
Redes: actividad asociativa / Participa activamente o
hace acciones de voluntariado
*
nucleares? No muy bien informado/ Nada
informado
Si pudiera elegir dónde localizar una planta nuclear ¿la
localizaría en su propio país bajo la supervisión de
**
las autoridades competentes?
Le gustaría ser directamente consultado acerca de los
0,23
0,68
0,37
0,87
-0,77
-1,81
0,13
-0,24
0,08
0,29
-2.032.935,00
-2,55
0,58
-0,09
-0,73
-0,07
-0,21
-0,93
0,65
2,18
1.215.467,00
4,23
-0,29
0,13
0,79
0,12
0,77
-0,23
-0,03
-0,14
0,02
0,12
asuntos nucleares y participar en el proceso de
decisiones
Comparado con otros riesgos, diría que los riesgos
*
*
**
nucleares han sido fuertemente sobreestimados y
algo exagerados
Confía en las compañías que operan las plantas
nucleares (totalmente de acuerdo/de acuerdo)
Población que percibe más riesgos que ventajas de la
energía nuclear
Con dummies de país
2
R
Nº observaciones
No
Si
No
Si
0,8046
0,9513
0,9375
0,9942
25
25
25
25
Elaboración propia
17
**
Considerando el número de centrales nucleares operativas como variable dependiente
(modelo 1), se observa que existe una asociación inversa y significativa con la
intensidad energética, lo cual significaría que una mayor intensidad energética no se
traduce necesariamente en un mayor número de emplazamientos nucleares. En cuanto a
las variables de capital social, solo aquella que representa una medida del capital social
informal a través de las acciones realizadas en los últimos doce meses por amigos,
familiares, etc. resultó siendo positiva y significativa, es decir que la mayor disposición
a brindar ayuda a familiares, amigos, etc. -lo que se traduce en un mayor capital social-,
se corresponde con la existencia de un mayor número de plantas nucleares; no obstante,
éste es un aspecto que debe analizarse con mayor profundidad para descartar de que se
trate de una relación espúrea. Las tres variables restantes de capital social, por el
contrario, presentaron una asociación negativa y no significativa. La idea del capital
social como “arma de doble filo” se confirmaría en parte, ya que a mayores niveles de
capital social –configurado a partir de la participación de los votantes, la confianza
generalizada y la participación en redes y acciones de voluntariado- menor es el
resultado en términos de emplazamientos de centrales nucleares.
Ninguna de las variables consideradas como representativas de la sociedad civil y la
vida política resultaron significativas; un resultado interesante es que cuanto mayor sea
la población que opina que la política es importante en la vida de los ciudadanos, menor
será el número de plantas nucleares que se asienten en el territorio.
Respecto al bloque que aglutina las variables relacionadas con el nivel de información y
comportamiento de la población frente a cuestiones nucleares, muestran una asociación
positiva y significativa la poca o nula percepción que sobre sus propios conocimientos
tiene la población sobre seguridad en las plantas nucleares; es decir que una mayor
desinformación (subjetiva) se corresponde con un mayor número de centrales nucleares.
Otra variable que resultó positiva y significativa es la proporción de población que, de
poder elegir, elegiría su propio país para localizar una planta nuclear; en otras palabras
que una mayor preferencia o apertura a la producción de energía nuclear se traduce en
un mayor número efectivo de emplazamientos nucleares. Por otra parte, se infiere que
en aquellos territorios donde la mayoría opina que los riesgos nucleares son
frecuentemente sobreestimados y exagerados, se ven afectados por un menor número de
centrales nucleares (asociación negativa y significativa). El resto de variables no
resultaron significativas; sin embargo se asocian positivamente con un mayor número
de plantas nucleares, el hecho de que la población prefiera ser consultada directamente
acerca de los asuntos nucleares y participar en el proceso de decisiones; y que además
muestren una mayor confianza en las compañías que operan las plantas nucleares. La
que sí muestra una asociación negativa es la variable que recoge la proporción de
población que considera que son mayores los riesgos que los beneficios de la energía
nuclear; por lo tanto, cuanto más desfavorable sea esta percepción menor será el número
de plantas nucleares emplazadas en el territorio.
Considerando la misma variable dependiente y variables explicativas se ha incluido
además variables dummies de país (modelo 2). Con excepción de la intensidad
energética, y el nivel de desinformación de la población respecto a la seguridad en las
plantas nucleares; resultaron significativas las mismas variables del modelo 1, además
las variables dummies fueron significativas y mejoró el nivel de ajuste del modelo.
Si en lugar del número de centrales nucleares consideramos como variable dependiente
la proporción de población que elegiría localizar una planta nuclear en su propio país
(modelo 3), observamos en primer lugar, que la historia cuenta, es decir que la
existencia de una instalación nuclear en el territorio favorece una mayor predisposición
de la población a aceptar nuevos emplazamientos nucleares. La variable que representa
el nivel de capital social informal, resultó también significativa aunque, a diferencia del
modelo 1 y 2, con signo negativo es decir que cuanto mayor sea el capital social menor
es la preferencia por la localización de una planta nuclear en el propio país. Por el
contrario el resto de variables de capital social muestran una asociación positiva y no
significativa. Por otra parte, cuanto mayor sea la proporción de población que considera
que la política es importante en la vida política de los ciudadanos, mayor será la
preferencia por elegir tener una central nuclear en el propio país. Por último, la
percepción mayoritaria de que los riesgos nucleares han sido sobreestimados y
exagerados no serían óbice para que exista una mayor predilección de la población por
la alternativa nuclear. En el modelo 4 se han incluido dummies de país, observándose
que, con excepción de la variable que recoge la importancia de la política en la vida de
los ciudadanos, resultaron significativas las mismas variables del modelo 3.
19
4. Conclusiones
Aún cuando los resultados no son determinantes para corroborar la hipótesis planteada,
el estudio instala las distintas posibilidades de análisis al considerar factores o variables
sociales como aspectos determinantes al momento de la localización de instalaciones
conflictivas. Se debe considerar en todo caso, que una de las razones principales para
que los resultados no sean definitivos, es que no se ha podido trabajar a una escala local,
donde se manifiestan con mayor pertinencia los indicadores relacionados al capital
social.
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