Didáctica del texto dramático y "La cabeza del dragón" de Valle Inclán

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Isabel Tejerina Lobo
Didáctica del texto dramático y "La cabeza del dragón"
de Valle Inclán
Índice
Resumen
Presentación
La obra elegida: «La cabeza del dragón» de Valle Inclán
Los pasos previos
Esquema de análisis dramatúrgico textual
Descripción de los apartados del análisis dramatúrgico y
aplicación a «La cabeza del dragón»
I. Comprensión del texto
II. Estudio de las acotaciones escénicas (texto
espectacular)
III. Trama
IV. Tema
V. Espacio y Tiempo
VI. Personajes
VII. Estructura
VIII. Lenguaje y Estilo
IX. Valoración personal
Universidad de Cantabria
VI Simposio internacional: «Lengua y cultura: Enfoques didácticos»
Sociedad española de didáctica de la lengua y la literatura (SEDLL)
Las Palmas de Gran Canaria, 9-11 de diciembre de 1999.
Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.
Suele decirse que el texto de teatro no es para leer, sino para ver
y escuchar, y se dice mal. Sobre todo, cuando el texto de teatro
tiene la necesaria entidad literaria. El lector de teatro, como el
de novela, tiene la facultad de crear su propio montaje, de hacer en
la imaginación -que no ha muerto- su escenografía, sus rostros, sus
voces: a condición de que el autor le ofrezca todas las sugerencias.
Eduardo Haro Tecglen
Resumen
Constituye una propuesta completa de análisis dramatúrgico textual, válida
para cualquier género teatral. Se presenta una descripción somera de cada
uno de los apartados establecidos y su inmediata aplicación con numerosos
ejemplos de la pieza de Valle Inclán.
Se ha realizado con estudiantes universitarios de 3º de Magisterio y se
sugiere su utilización con alumnos de Primaria, ESO y Bachillerato.
Presentación
La lectura y comentario de obras teatrales no es hoy, lamentablemente, una
actividad al uso. En el campo de la Literatura Infantil y Juvenil, y en su
defensa, hemos abogado en otros trabajos anteriores1. En ellos,
recomendamos la lectura en solitario y en grupo y, entre otros argumentos,
hemos citado las buenas, que no abundantes, creaciones destinadas a este
público. Textos clásicos y muy modernos, que logran con éxito divertir y
conmover a los jóvenes lectores. Por supuesto, tal pretensión de potenciar
la lectura de textos dramáticos no ignora ni relega el hecho de que el
teatro se escribe, en última instancia, para ser representado. Por el
contrario, potencia el género dramático en toda su dimensión.
Me propongo hoy en esta Comunicación ofrecer una propuesta de análisis2,
realizada con estudiantes de 3º de Magisterio de la Universidad de
Cantabria, desde la orientación de su virtual aplicación posterior en
Primaria y ESO. Cabe también su utilización, y tengo constancia de ello,
con estudiantes de Bachillerato.
La obra elegida: «La cabeza del dragón» de Valle Inclán
Es éste un texto clásico que conserva su modernidad y que pertenece a uno
de los dramaturgos más indiscutibles, importantes e influyentes de toda
nuestra historia literaria. Con el título originario de Farsa infantil de
la cabeza del dragón se estrenó en Madrid el 5 de marzo de 1909 en el
Teatro de los Niños fundado por Jacinto Benavente.
No es una pieza específicamente infantil, porque Valle Inclán la dedicó a
los niños espectadores y a los padres que, como debiera ser habitual
(valga el inciso), les acompañarían a ver la función. De ahí nace su
acertada simbiosis de cuento maravilloso tradicional y de farsa crítica
demoledora contra la sociedad de la época. Para atraer a los niños, los
escenarios fantásticos y los personajes conocidos, castillos y bosques,
aventuras y peripecias, el triunfo del héroe, la conquista del amor; para
los padres, cómplices o no de su comprometida visión social y política, la
ironía mordaz, la caricatura feroz y la aguda denuncia de los males de su
tiempo.
Tiene, pues, interés y vigencia para todas las edades y, precisamente,
esta sabia mezcla de distintas lecturas es una de las mayores riquezas de
esta obra y lo que la hace muy idónea para un trabajo textual con los
niños.
Los pasos previos
Antes de iniciar el comentario, es necesario, como resulta obvio, leer el
texto. Tiene una gran importancia que esa lectura resulte gratificante. Si
se dispone de tiempo, lo ideal es hacer una lectura colectiva en clase. En
otro caso, tras una buena presentación de la obra y los datos mínimos de
su contexto y de su autor, lectura individual, animándoles a que creen su
propio montaje con la imaginación.
Al menos en clase, hacemos la lectura de una escena, con un doble
objetivo: favorecer la lectura expresiva y ambientar el posterior
análisis. Para nuestros alumnos adultos solemos elegir la Escena Segunda,
que por su fuerte componente literario y crítico y su ambiente cervantino
y picaresco (venta clásica en una encrucijada de dos malos caminos, La
Maritornes, el Bravo...) les resulta bastante atractiva.
Esquema de análisis dramatúrgico textual
Este esquema de análisis sirve a cualquier texto de teatro, adulto o
infantil, y a cualquiera de sus géneros, trágicos o cómicos. Según la
identidad y personalidad de la obra concreta, el comentario de sus
apartados tendrá mayor o menor intensidad y extensión.
Descripción de los apartados del análisis dramatúrgico y aplicación a «La
cabeza del dragón»
I. Comprensión del texto
Para la comprensión semántica del texto y el aprendizaje de nuevo
vocabulario, se propone un juego de deducción contextual, a veces de pura
imaginación, y, con posterioridad, se evalúan los resultados obtenidos con
el manejo del diccionario.
Los mismos alumnos se califican según la jocosa escala de valoración que
propone Carlos Álvarez a los niños: Si más o menos has acertado: 1 punto.
Si se parece un poco: 0,5. Si no se parece nada, con 0 puntos. Suma y
anota el total. Los resultados obtenidos se evaluarán según el porcentaje
de aciertos. Por ejemplo, en la Escena Primera: Muy bien: 18 a 23 puntos.
Bien: 14 a 17 puntos. Pasable: 9 a 13 puntos. Regularcillo: 5 a 8 puntos y
Que nadie se entere: Menos de 5 puntos.
La Cabeza del dragón, tanto en el diálogo dramático como en las
acotaciones, está adornado con un léxico preciso y exuberante, en el que
tampoco faltan los cultismos y los arcaísmos, así que este paso del
análisis exige esfuerzo y tiempo. Sólo en la Primera Escena, hemos
destacado 23 vocablos difíciles o poco usuales. Para aligerar la tarea y
reducir el tiempo a ella dedicada, dividimos a la clase en grupos y
repartimos entre ellos las seis escenas de la obra.
II. Estudio de las acotaciones escénicas (texto espectacular)
Las acotaciones escénicas, el texto espectacular, son una peculiaridad del
texto dramático. Su función es orientar al virtual director de escena
sobre los signos fundamentales no explícitos en el diálogo para su
eventual puesta en escena. Junto con el diálogo entre los personajes, el
texto literario, forma la unidad indisoluble de la obra dramática, como
estudia Carmen Bobes Bobes3.
Esta división es un concepto general válido en teoría del teatro que, como
es conocido, no se cumple con exactitud en la obra dramática de Valle
Inclán, cuyas acotaciones son ostentosamente literarias, sin dejar de
cumplir su función propia de texto espectacular.
El estudio de las acotaciones siempre sorprende a nuestros alumnos. Les
asombra la cantidad enorme de información que contienen, la cual pasa
completamente desapercibida para un lector de teatro poco avezado,
empobreciendo su interpretación del texto.
En nuestra aplicación de este análisis dramatúrgico, les facilitamos una
plantilla resuelta de las acotaciones de la Escena Primera (Vid. Anexo).
Sobre esta plantilla elaborada por C. Álvarez, comentamos las marcas
indicativas que aparecen en los distintos bloques: Personajes,
Escenografía, Efectos y Presencia del autor y en cada uno de los rasgos
singularizados: Entradas o Salidas, Desplazamientos, Descripción
física-Maquillaje, etc., etc., y localizamos su referencia textual.
Tras esta explicación, facilitamos a los estudiantes una plantilla
idéntica vacía de la Escena segunda para que la resuelvan, individualmente
o por grupos según la dinámica de trabajo establecida.
La realización de esta tarea en una sola escena sirve para que los alumnos
se den plena cuenta de que éste, también llamado texto secundario, aporta
una cantidad enorme de información y no sobra en absoluto.
Y aunque no lleguemos a estudiar todas las acotaciones de La Cabeza del
dragón siempre señalaremos que rasgos muy llamativos y singulares de Valle
en numerosas acotaciones de las seis escenas son las referencias
literarias y la voluntad estilística del autor, la intencionalidad
crítica, las descripciones físicas con gran carga psicológica o la
presencia de animales, tan difícil de escenificar. Asimismo, destacaremos
la belleza del código literario ensamblado con la burla crítica. La
primera acotación de la Escena Primera es uno de tantos ejemplos:
Tres príncipes donceles juegan a la pelota en el patio de armas de un
castillo muy torreado, como aquellos de las aventuras de Orlando: Puede
ser de diamante, de bronce o de niebla. Es un castillo de fantasía, como
lo saben soñar los niños. Tiene grandes muros cubiertos de hiedra, y
todavía no ha sido restaurado por los arquitectos del Rey. ¡Alabemos a
Dios!
III. Trama
La trama o argumento es el enlace de los sucesos que van ocurriendo. Se
presenta una situación inicial y se van encadenando los acontecimientos
hasta llegar al desenlace.
Un análisis exhaustivo requeriría hacerlo escena por escena. Pero no es
completamente necesario. Nosotros presentamos la trama de la Escena
Primera para que los alumnos aprendan a diversificar las acciones a través
de un ejemplo detallado. Es la siguiente:
Situación inicial:
- Tres príncipes juegan a la pelota en el patio de armas de su castillo.
- En el torreón está preso un Duende. La llave la tiene la Reina.
Relación de sucesos:
Suceso 1º: La pelota entra por la ventana del torreón. (Pompón promete
liberar al Duende si se la devuelve. No cumple su promesa.)
Suceso 2º: La pelota vuelve a entrar por la ventana del torreón (Ajonjolí
promete liberar al Duende. No cumple su promesa).
Suceso 3º: Por tercera vez la pelota entra por la ventana. (Verdemar
promete liberar al Duende).
Suceso 4º: Verdemar engaña a su madre, quitándole la llave.
Suceso 5º: Verdemar libera al Duende.
Suceso 6º: el Duende le entrega un anillo como recompensa. (Se supone que
el Duende huye).
Suceso 7º: El Rey celebra la captura del Duende obsequiando a sus hijos.
Suceso 8º: El Rey descubre -por la Reina- que el Duende ha huido. (Amenaza
con comerse, crudo y sin sal, el corazón del causante).
Suceso 9º: Pompón y Ajonjolí se unen contra Verdemar.
Suceso 10º: Verdemar decide huir.
De todos estos acontecimientos, podemos sintetizar un suceso-eje: Un
príncipe huye, tras liberar a un duende encarcelado por el Rey, su padre.
Pediremos a los estudiantes que seleccionen un suceso-eje por casa una de
las seis escenas, hasta configurar el argumento completo de la obra.
IV. Tema
El tema es el asunto principal que define la intención del autor y el tipo
de obra de que se trata.
En La Cabeza del dragón hay dos grandes temas:
Tema 1) Aventura heroica para alcanzar el triunfo y el amor. Es el tema de
un cuento maravilloso infantil.
Tema 2) Crítica y sátira de la España de principios de siglo. Es una burla
crítica para público de edades variadas.
V. Espacio y Tiempo
V.1. Contexto de la obra: contexto del autor, contexto del receptor
(lector, oyente o público) y contexto de la propia obra.
En la comunicación literaria, los factores que intervienen, emisor,
receptor y mensaje, establecen relaciones muy diversas. Así ocurre con el
contexto de toda obra en el que estudiamos las circunstancias de espacio y
tiempo. Hay tres contextos diferentes que se entrecruzan: el contexto del
autor, el contexto del receptor (lector, oyente o público) y el contexto
de la propia obra.
En esta pieza de Valle Inclán, el contexto del autor es España a
principios del siglo XX: desastre de 1898, crisis de la monarquía
constitucional, surgimiento del movimiento obrero...; en su producción se
sitúa entre la etapa modernista y la esperpéntica, al lado de las Comedias
bárbaras.
El contexto del receptor, nosotros en este caso, es también España, pero a
finales del siglo XX, en el último año del milenio.
El contexto de la obra es imaginario, inventado y contradictorio. Aparece
el de los cuentos maravillosos, que tienen un lugar y época imprecisos,
con referencias vagas a la Edad Media. Pero, al mismo tiempo, el autor,
intencionadamente, introduce numerosos anacronismos antiguos y modernos.
Cita a Orlando, por lo que nos sitúa en la época de Carlomagno, en la
segunda mitad del siglo VIII, pero también se habla de Rusia y de España
como países independientes. Hay duendes y dragones, pero se cita a José
Bonaparte, a Wagner y a Watteau. Se lucha con espadas, pero hay sellos de
correos y automóviles.
El autor, intencionadamente, no quiere localizar un espacio ni un tiempo
determinados. Sin embargo, muchos datos apuntan a que la crítica de la
obra va dirigida a un país y a un tiempo concreto, que corresponde a la
España de principios de siglo y, en este sentido, coinciden los contextos
del autor y de la obra. Otro aspecto, desde nuestro punto de vista como
receptores, será establecer si esta crítica política y social a la
realidad española de aquella época tiene alguna vigencia en el momento
actual de nuestro país.
V.2. Espacio dramático
El espacio dramático de una obra está constituido por todos los lugares en
los que se desarrollan las distintas escenas. Hay dos grupos importantes
de espacios dramáticos: los interiores y los exteriores.
La Cabeza del dragón presenta 4 espacios exteriores y 2 interiores, uno
por cada escena de la obra. Son los siguientes: 1º. Patio del castillo del
Rey Mangucián. 2º. Venta. 3º. Jardín del Palacio del Rey Micomicón. 4º .
Bosque milenario. 5º. Jardín del Palacio del Rey Micomicón. y 6º. Sala de
Banquetes del Rey Micomicón.
V.3 . Tiempo dramático
Se trata de establecer el tiempo que transcurre en cada escena, que no
coincide la mayoría de las veces con el tiempo que transcurre en la
realidad, con la duración real medida en el reloj. También si el
transcurso del tiempo se produce de modo lineal o con interrupciones,
saltos en el tiempo cronológico, juegos temporales hacia el pasado o hacia
el futuro, etc. Finalmente, concretar, siempre con referencia al texto, en
qué momento del día o de la noche podría localizarse la acción.
El tiempo dramático de esta pieza es muy impreciso. No sabemos en qué
plazo ocurre, suponemos que en varios días. El tiempo se desarrolla de
modo lineal pero discontinuo, con saltos no explicitados en el texto,
aunque siempre hacia delante. La localización temporal se concreta en
distintos momentos del día a lo largo de las seis escenas en la forma
siguiente: 1ª Escena, durante el día (se supone por la mañana). 2ª, en la
noche. 3ª, por la noche. 4ª, al atardecer. 5ª, del atardecer a la noche y
6ª Sin concretar (quizás a mediodía).
VI. Personajes
VI.1. Descripción física y psicológica
La caracterización de los personajes se realiza a partir de los datos
concretos y explícitos que ofrece el autor sobre su aspecto físico o sobre
su personalidad en las acotaciones y a partir de lo que hace, lo que dice
y lo que dicen de él los demás personajes4
Pedimos a los estudiantes que seleccionen dos o más adjetivos para cada
personaje en el plano físico y en el psicológico. Y así, Verdemar es para
uno de mis estudiantes: joven doncel, arcángel, querubín / honesto,
valiente, generoso y sincero.
VI.2. Retrato.
La propuesta es que dibujen la cara de los personajes de la obra como si
se tratara de fotos de carnet. Los agrupamos por reinos: el Reino de
Mangucián y el Reino de Micomicón.
VI.3. Clasificación. Importancia y nivel funcional.
Normalmente, los personajes se clasifican en protagonistas, personajes
principales y personajes secundarios, de acuerdo con su función
fundamental o auxiliar para el desarrollo de la trama.
También se dividen en personajes individualizados y personajes colectivos
o corales.
Otro elemento clasificatorio es el papel funcional que ejercen los
personajes: su carácter de protagonista o de antagonista; las relaciones
que se establecen entre los personajes como aliados o enemigos,
auxiliadores o perturbardores, etc.
En esta farsa, el nivel funcional de los principales personajes se asimila
a los siete tipos de personajes arquetipos de los cuentos maravillosos,
los llamados actantes por las gramáticas estructurales que tienen una
función atribuida y repetida en estos relatos prototípicos. Los actantes
son: El Héroe, el Falso héroe, el Agresor, el Donante del objeto mágico,
la Víctima, el Padre de la víctima y los Auxiliares del héroe. Los
personajes que corresponden a estos actantes son: Verdemar, Espandián,
Dragón, Duende, Infantina, Rey Micomicón y Bufón.
VI.4. Presencia.
La presencia en escena de cada personaje suele corresponderse con su
importancia en la obra. Pero no siempre es así. Es decir puede haber un
personaje muy importante en el desenvolvimiento de la trama con escasa
presencia escénica. Para estudiar bien este rasgo del personaje, hay que
observar la calidad de esa presencia: si permanece y habla mucho, poco o
bastante y si no está en escena pero se habla de él. Se pueden
contabilizar sus intervenciones5 e incluso existen fórmulas matemáticas
para medir su presencia6 .
Teniendo en cuenta la presencia, aunque no aparezcan en escena, los
personajes de La cabeza del dragón son 25, 23 individualizados y 2
colectivos: Damas y Nobles (la Corte) y los Bandoleros.
VII. Estructura
El estudio de la estructura analiza, por un lado, la distribución de la
obra, la estructura externa, y, por otro lado, la estructura interna, el
soporte, el esqueleto en el que se apoya la trama y toda la obra.
VII.1. Estructura externa
Es la división que hace el autor en actos y escenas. En general, las
escenas son divisiones producidas por cambios que se producen en el
desarrollo de la historia: cambios de espacio, de tiempo, de personajes y
de suceso. En el paso de una escena a otra han de coincidir todos ellos o
una buena parte.
Valle divide la obra en seis escenas. Podemos comprobar que entre una
escena y otra los cambios son muy notorios. Así el paso de la Escena 1ª a
la 2ª se justifica en los siguientes cambios: Suceso: Verdemar tiene que
huir. Espacio: del Patio del Castillo se pasa a una Venta. Tiempo: Día a
Noche. Personajes: Sólo repite el Príncipe Verdemar y aparecen siete
nuevos personajes: Bufón, Ciego, Ventero, Maritornes, Espandián, Geroma y
Bandidos.
VII.2. Estructura interna
La estructura interna está más oculta. Para descubrir la estructura
interna de cada escena de la obra agruparemos los sucesos que hemos
relacionado en el estudio de la trama en secuencias, conjunto de sucesos
relacionados que pueden constituir una unidad independiente. Por ejemplo,
los diez sucesos que hemos señalado en la Escena Primera los reunimos en
cuatro secuencias con el siguiente contenido:
Secuencia 1ª: Pérdida de la pelota (sucesos 1º, 2º y 3º).
Secuencia 2ª: Promesa cumplida de Verdemar y recompensa del Duende
(sucesos 4º, 5º y 6º).
Secuencia 3ª: La amenaza del Rey (sucesos 7º y 8º).
Secuencia 4ª: La huida del Príncipe (sucesos 9º y 10º).
Para acercarnos a la estructura global de toda la obra resumiremos en
pocas palabras lo fundamental de la acción de cada escena (sucesos-eje) y
tendremos en cuenta la estructura tripartita tradicional que consta de
Primera Parte: Presentación o Planteamiento; Segunda Parte: Desarrollo,
Enredo o Conflicto y Tercera Parte: Desenlace o Conclusión. De acuerdo con
esta división incluiremos en cada una de sus tres partes una o más
escenas.
Hay que señalar en la estructura interna de La cabeza del dragón la
aparición de secuencias que resulta fáciles de identificar con algunas de
las funciones más significativas de la estructura estudiada por Vladimir
Propp en el cuento popular maravilloso. Valle Inclán bebe en la tradición
de los cuentos de hadas, utilizando secuencias propias de la andadura
heroica y de su triunfo final. Son las siguientes:
Recepción del objeto mágico. Partida del héroe. Fechoría (La Infantina es
entregada al Dragón). Combate. Victoria. Reparación de la Fechoría.
Pretensiones engañosas de un falso héroe. Castigo al usurpador. Boda.
VIII. Lenguaje y Estilo
VIII.1. Dos mundos, dos lenguajes.
En La cabeza del dragón se plasma el mundo heroico de los cuentos
maravillosos y de las novelas de caballerías y el mundo popular de la
novela picaresca.
Estos dos mundos se diferencian, entre otros rasgos, en el lenguaje. De
este modo, nos encontramos mezclados un lenguaje exquisito y modernista
junto al chispeante y desgarrado lenguaje popular. Y además con la
particularidad de que la separación entre ambos mundos y lenguajes no es
rotunda, porque, en ocasiones, los personajes de palacio usan el lenguaje
coloquial, mientras que los personajes plebeyos imitan las refinadas
formas de hablar de la Corte.
Pediremos a los estudiantes que busquen ejemplos del lenguaje culto y del
lenguaje popular y los situaremos en dos columnas contrastadas. Ejemplos:
Príncipe Verdemar: y si no consigo alegrar la rosa de tu boca, permíteme
que recoja tus lágrimas en el cáliz de esta otra rosa. (culto, escena 3ª).
Geroma: ¡Borracho, rufián, apaleamujeres! (popular, escena 2ª). Y también
inversión de niveles de lenguaje: Príncipe Ajonjolí: Porque es un
bragazas. (popular, escena 1ª) y Geroma: Gracias, gentil caballero.
(culto, escena 2ª).
VIII.2. Rasgos esperpénticos
Carlos Álvarez sostiene que el esperpento comienza a surgir ya en las
primeras obras de Valle y se fragua en un largo proceso hasta ser
enunciado como teoría estética en Luces de bohemia. En La cabeza del
dragón, la concepción esperpéntica está ya muy avanzada y ello explica la
presencia en la obra de muchos de sus rasgos característicos. Vamos a
citar un ejemplo en cada uno de los nueve recursos de esperpentización
descritos por este especialista:
VIII.2.1. Deformación continua y sistemática de la realidad
Valle Inclán se refirió a los espejos de las ferias -cóncavos y convexosque deforman las imágenes como el instrumento adecuado para reflejar la
realidad española, para representar su caricatura, la verdadera cara según
la mirada crítica del autor. Aparece lo grotesco, lo ridículo. Ej.: Los
dos Reyes se miran airados. El Rey Mangucián ha puesto mano a la espada y
se ha sujetado la corona en la cabeza. El Rey Micomicón hace lo mismo. Los
cortesanos dan un grito y quedan espantados: las bocas abiertas, el bocado
en el aire y la copa en la mano. (Acotación 5ª, Escena última).
VIII.2.2. Contrastes y reducción al absurdo
Para esta deformación sirve el contraste de situaciones opuestas o muy
dispares que, con frecuencia, desembocan en el absurdo. Ej.: ¡La rica
faltriquera cosida con hilo de oro, hecha con el raso de un jubón que en
treinta batallas sudó Señor Rey! (9ª Acotación, Escena primera).
VIII.2.3. Normalidad de lo extraordinario
La realidad muchas veces nos asombra porque nos resulta increíble. El
recurso en Valle consiste en presentar lo extraordinario como ordinario.
Ej.: La Infantina es entregada al Dragón porque es el uso desde hace 2.000
años.
VIII.2.4. Verosimilitud de un mundo irreal
Se crea un mundo irreal, con la mezcla intencional de épocas, ambientes y
personajes, que no se corresponde con un momento histórico definido, pero
que tiene la apariencia de verosimilitud y es perfectamente localizable.
Ej.: Ciego: Había tomado pasaje para mí solo y no me admitían al perro.
Querían que pagase como si fuese una persona.
VIII.2.5. Presencia de la muerte
Aunque este rasgo no alcanza la intensidad ni el contraste sobrecogedor de
otras obras, aparece implícita en varias ocasiones. Ej.: El Príncipe
Verdemar tiene que huir ante la amenaza de su padre de comerse el corazón
crudo y sin sal de quien liberó al Duende.
VIII.2.6. Mordacidad sarcástica
El uso de la burla irónica cruel y punzante tampoco es tan agria como en
otras obras del autor, pero se dan ejemplos. Bufón: en España, donde nadie
come, es la cosa más difícil el ser gracioso. Sólo en el Congreso hacen
allí gracia las payasadas.
VIII.2.7. Igualación prosopopéyica
En su desfiguración de la realidad, Valle se sitúa como un demiurgo que
iguala a todos los personajes, degradando lo humano y comparándolo con el
mundo animal e inanimado. En sus esperpentos aparecen con gran intensidad
los diferentes recursos de la prosopopeya: la personificación, que asigna
cualidades humanas a los animales y la animación que se las asigna a las
cosas. O bien, la animalización, atribución de cualidades de los animales
a los seres humanos y la cosificación: se atribuyen cualidades de las
cosas a los seres humanos.
En esta obra las más frecuentes son las personificaciones, pero no están
solas. Ejs. Personificación: La actitud de las cigüeñas anuncia a los
admiradores de Ricardo Wagner. (2ª acotación, Escena primera). Animación:
El Príncipe Pompón: ¡Parece haberse vuelto loca! (la pelota, Escena
primera). Animalización: Bufón: ¿Y los tullidos que se arrastran como
tortugas? (Escena segunda).
VIII.2.8. Muñequización
La degradación anterior se completa con el tratamiento del ser humano como
si fuera un muñeco, un pelele. Ej.: Con sus ojos de porcelana y sus bocas
pueriles tienen un aire galante y hueco de maniquíes. (2ª acotación,
Escena cuarta).
VIII.2.9. Libertad de comunicación e intencionalidad crítica
Ambos rasgos impregnan la obra. La libertad expresiva, la ruptura de
barreras en el discurso y la creatividad son constantes en el diálogo y en
las acotaciones. En cuanto a la intencionalidad crítica los blancos de su
sátira son muchos y se refieren a muy diversos planos de la sociedad de su
época. Hay crítica política y crítica social... Burlas constantes contra
la Monarquía, la Corte, el Parlamento, el gobierno los políticos, etc. y
pullas contra el hambre del pueblo, la emigración, los militares, el
protocolo, la mujer, etc. Ej.: Ciego: Los reyes no pagan nunca a quien les
sirve. Encomiendan a los cortesanos esas miserias, y los cortesanos las
encomiendan a los lacayos, y los lacayos, cuando llegas a cobrar, salen
con un palo levantado. (Escena segunda).
La propuesta a los alumnos en este Apartado es que encuentren un nuevo
ejemplo de cada uno de los nueve rasgos de esperpentización comentados.
IX. Valoración personal
Pedimos a los estudiantes una opinión y valoración personal sobre la obra
y sobre el trabajo realizado. En ella deberán expresar los aspectos que
más les han resultado más y menos interesantes de la obra, lo que han
descubierto con el análisis realizado y, finalmente, un juicio sintético y
global.
Éste es el juicio de un estudiante universitario de 3º de Magisterio: Se
trata de una farsa apasionante, apoyada en un gran dominio del lenguaje,
con una crítica descarnada y aguda de la sociedad de principios de siglo
dentro del marco insólito de un cuento maravilloso destinado a los niños.
(...)
Denota un conocimiento amplio de los intereses de los niños y de la
forma de captar su atención, manifiesta en el tipo de relato, el
ritmo interno, la sonoridad de los nombres y las peleas y elementos
grotescos, muy del agrado de los peques.
Refleja un fuerte compromiso con la literatura al no descuidar el
lenguaje y el estilo, a pesar de tratarse de un género menor para
mucha gente, sobre todo a los ojos del público de su época.
Pone de manifiesto la maestría de Valle en el uso del esperpento
como elemento literario y de crítica social.
Creo que su opinión es acertada y sincera y que, por tanto, el análisis ha
merecido la pena.
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