Tentación?... Derrótala! “Huye de las cosas que suelen provocar malos pensamientos… y apégate a lo que provoque en ti el deseo de hacer el bien.” 2 Timoteo 2:22 (BAD) La tentación no es como todos la ven, no tiene que ser esa lucha a muerte contra Satanás para resistirla, puede ser también ese momento idóneo para crecer y madurar, para demostrar tu crecimiento espiritual. Dios ha prometido que nunca permitirá que haya más sobre ti que lo que te pone dentro para vencerla, no permitirá tentación alguna que no puedas superar. Haz tu parte aplicando cuatro claves bíblicas para derrotarla. 1. Concentra tu atención en algo diferente. De hecho en la biblia nunca se menciona que resistas a la tentación, se nos dice que "resistamos al diablo"(Santiago 4:7). Pero eso es algo muy distinto, en cambio te aconseja enfocar tu atención en otro pensamiento no en resistir esa tentación. La batalla contra el pecado se gana o se pierde en la mente, cualquier cosa que atrape tu atención te atrapara a ti también. Cada que intentas bloquear un pensamiento en tu mente, lo grabas más profundo en tu memoria. Dado que la tentación siempre comienza con un pensamiento, la manera más rápida para neutralizar su fascinación es concentrarte en otra cosa. Por eso Job dijo: “Hice un pacto con mis ojos para no mirar con lujuria a ninguna mujer joven” (Job 31:1) y el salmista oro “Guárdame de prestar atención a lo que no tiene valor” (Salmos 119:3) Hacer caso omiso de una tentación es más eficaz que luchar contra ella, en cuanto tu mente está en otra cosa, la tentación pierde su poder. El hombre más sabio que haya habido jamás, advirtió: “Ten cuidado como piensas; tu vida esta moldeada por tus pensamientos” (Proverbios 4:23) 2. Da a conocer tu lucha. No tienes que hacer publica tu tentación a todo el mundo, pero si necesitas contar con por lo menos una persona a quien expresarle con sinceridad tus luchas. La biblia dice: “Es mejor que tengas un amigo, a que estés completamente solo… Si caes, tu amigo puede ayudarte. Pero si caes sin tener a un amigo cercano, estas realmente en problemas” (Eclesiastés 4:9-10). Si estás perdiendo la batalla contra un persistente y mal habito, una adicción o una tentación y estas atrapado en un círculo vicioso de buenas intenciones, fracaso y culpa, ¡No te mejoraras por ti mismo! Necesitas ayuda de otras personas que oren por ti y te animen ayudándote a asumir tu responsabilidad. Así como dice en la palabra: “Confiésense unos a otros sus pecados y oren unos por otros para que sean sanados” (Santiago 5:16) La revelación de tu sentimiento es el principio de la sanidad, si escondes tu dolor solo lo intensificas. Millones han sentido lo mismo que tú y han enfrentado las mismas luchas que tienes en este momento. La verdad es que cualquier cosa de la que no puedas hablar ya está fuera de control en tu vida: problemas con las finanzas, con tu matrimonio, con los hijos, con pensamientos, con la sexualidad, con hábitos secretos o con cualquier otra cosa. Si pudieras solucionarlos por ti mismo, ya lo habrías hecho. Pero no puedes, necesitas un grupo pequeño o un amigo mentor que te anime, te apoye, ore por ti, te ame incondicionalmente y te pida cuentas. Se necesita humildad para reconocer nuestras debilidades ante otros, pero la misma falta de humildad es lo que nos impide mejorar. La biblia dice: “Dios resiste a los soberbios, pero da gracia a los humildes, así que humíllense ante Dios” (Santiago 4:6-7) 3. Resiste al Diablo. Después de ponerte en manos de Dios, debes desafiar al diablo, Santiago 4:7 dice: “resistid al diablo y huira de vosotros” debemos enfrentarlo y luchar. La vida de un Cristiano encaminado en el Señor es siempre una batalla espiritual contra las fuerzas malignas que quieren que caigas, peques y te alejes de Dios por ese sentimiento de culpa después de hacer lo incorrecto. Como puedes resistirlo? Pablo nos dice: “que la salvación sea el casco que proteja su cabeza, y que la palabra de Dios sea la espada que les da el Espíritu Santo” (Efesios 6:17) Sin Cristo estamos indefensos contra satanás, pero si eres creyente no puede obligarte a hacer nada; solo puede darte sugerencias, pensamientos en tu mente con los que podrías llegar a caer. Usa la palabra de Dios contra él, recuerda sus mandatos y promesas, ten acceso rápido a su escritura en cuanto seas tentado, hay poder en la palabra de Dios y satanás le tiene miedo. 4. Reconoce tu vulnerabilidad. Jeremías dijo: “Nada tan engañoso como el corazón. No tiene remedio” (Jeremías 17:9) Eso significa que somos buenos para engañarnos a nosotros mismos. Dadas las circunstancias correctas, cualquiera es capaz de cometer pecado. Nunca debemos bajar la guardia, ni pensar que la tentación no nos puede alcanzar. No te coloques descuidadamente en situaciones tentadoras. Evítalas y recuerda que es más fácil huir de la tentación que salir de ella. No caigamos en tentación hermanos, sabiendo lo que nos espera, no perdamos todo lo que hemos logrado con esfuerzo, tiempo y oración por un momento de falso placer. “Y puedes estar confiado en la fidelidad de Dios, que no dejara que la tentación sea más fuerte de lo que puedes resistir; Dios lo prometió y jamás falta a su palabra. Ya verás que te muestra la manera de escapar de la tentación; para que puedas resistirla con paciencia” (1 Corintios 10:13) (Inspirado en el libro Una vida con propósito de Rick Warren) Peter Patiño – Fundador de Sobrenatural Network.