El contenido de algunas informaciones vinculadas con la decisión adoptada el día 19 de agosto pasado por el juez federal de Rosario, doctor Bailaque, en el marco de la investigación del caso “Larrabure”, hace necesario efectuar algunas precisiones. –Antecedentes– 1. Con fecha 6 de febrero de 2007 el hijo del Tte. Cnel. Larrabure solicitó el desarchivo del expediente en el que se investigaba el cautiverio de su padre –ocurrido entre agosto de 1974 y agosto de 1975– por parte de integrantes del PRT-ERP. 2. El entonces titular del Juzgado Federal n° 4 de Rosario, doctor Sutter Schneider, consideró el pedido de desarchivo como una denuncia y le imprimió el trámite de una ley procesal distinta (ley 23.984) de la que originariamente correspondía (ley 2372). En consecuencia, remitió las actuaciones a la Fiscalía Federal n° 2 de Rosario en los términos del artículo 180 del CPPN. 3. El doctor Sosa –por entonces a cargo de esa fiscalía– dictaminó que los delitos de los que habría sido víctima el Tte. Cnel. Larrabure habían prescripto teniendo en cuenta el tiempo transcurrido. El juez de la causa no compartió el criterio del fiscal y elevó el caso en consulta al Fiscal General de Rosario, doctor Palacín, por aplicación analógica del procedimiento previsto en el art. 348 del CPPN. 4. El fiscal Palacín entendió que los hechos constituían delitos de lesa humanidad y crímenes de guerra, por lo cual predicó que eran imprescriptibles. Asimismo, dictaminó que debía darse intervención a la UNIDAD DE ASISTENCIA PARA CAUSAS POR VIOLACIONES A LOS DERECHOS HUMANOS DURANTE EL TERRORISMO DE ESTADO –SECCIÓN ROSARIO– (creada por Res. PGN 11/05). 5. El juez tomó este dictamen del doctor Palacín como un acto de impulso para la investigación y dio intervención a la Unidad aludida. 6. Por su parte, la Unidad, a cargo del doctor Ricardo Vásquez, elevó una consulta a la UNIDAD FISCAL DE COORDINACIÓN Y SEGUIMIENTO DE LAS CAUSAS POR VIOLACIONES A LOS DERECHOS HUMANOS de la P.G.N., a cargo del fiscal Jorge Auat, a efectos de que resolviera si la Unidad de Rosario debía tomar intervención en el caso, a la luz del objeto para la cual oportunamente fuera creada. 7. En el marco de tal consulta, la Unidad Fiscal de Coordinación elaboró un informe en el que se consideran diversas cuestiones vinculadas con la intervención de la Unidad de Asistencia de Rosario. En primer término se analizó la evolución y el alcance de los tipos del derecho penal internacional y de la regla de la imprescriptibilidad asociada a esas figuras, descartándose su aplicación a los hechos del caso. En segundo lugar, se hizo referencia a la irregularidad del mecanismo procesal utilizado en el caso, dado que (i) se modificó injustificadamente el régimen procesal (CPPN en lugar de código “Obarrio”); (ii) al correr la vista del art. 180 del CPPN se pretendió dar a la investigación un impulso que ya tenía en el régimen procesal anterior; y (iii) se le dio intervención al Fiscal General a través de un mecanismo de consulta que de ningún modo está previsto para casos en que juez y fiscal acuerdan sobre la trascendencia penal (tipicidad) de una conducta y sólo discrepan sobre la vigencia de la acción. En efecto, el CPPN contempla un procedimiento específico para tal situación (arts. 339 y ccts.). 8. En síntesis, la UNIDAD FISCAL DE COORDINACIÓN Y SEGUIMIENTO de la PGN concluyó que no parecían existir motivos que justificaran la intervención de la Unidad de Asistencia de Rosario en este caso y que estaba expedita la vía para que se analizara la vigencia de la acción penal de acuerdo con las reglas del Código Penal. 9. Se elevó el informe al Sr. Procurador General y éste hizo suyos los fundamentos del dictamen e instruyó a los señores fiscales con competencia penal del Ministerio Fiscal para que, en casos análogos, adoptaran las conclusiones del informe mencionado (Res. PGN N° 158/07). –Trámite posterior– 10. Tras ese pronunciamiento, el fiscal Vásquez solicitó al Juzgado Federal n° 4 de Rosario la nulidad del auto a través del cual se había corrido la vista prescripta por el art. 180 del CPPN –acto en el que se cristalizó la decisión de aplicar al caso la ley procesal vigente–. De modo subsidiario, pidió la nulidad del auto del juez mediante el cual consideró impulsada la acción penal en virtud del dictamen del Fiscal General Palacín. 11. Por su parte, el apoderado de la querella hizo un planteo orientado a descalificar la consulta efectuada por el doctor Vásquez a la UNIDAD FISCAL DE COORDINACIÓN Y SEGUIMIENTO DE LAS CAUSAS POR VIOLACIONES A LOS DERECHOS HUMANOS COMETIDAS DURANTE EL TERRORISMO DE ESTADO de la PGN. –La resolución del juez– 12. Lo que el 19 de agosto pasado resolvió el juez Bailaque fueron estos planteos, pero como ha trascendido en forma tergiversada, es importante aclarar esta cuestión. 13. En primer lugar, la resolución mencionada rechaza todas las nulidades solicitadas por las partes, con la única excepción de la peticionada subsidiariamente por el fiscal Vásquez –por consiguiente se declaró la nulidad del auto que declaró abierta la instrucción–. Esto evidencia que, contrariamente a lo informado, el juez falló en un sentido postulado por este Ministerio Fiscal. 14. Específicamente en lo que se refiere al dictamen de la UNIDAD FISCAL DE COORDINACIÓN Y SEGUIMIENTO de la P.G.N., originado en la consulta efectuada por el fiscal Vásquez, el juez consideró que era una cuestión interna del Ministerio Fiscal que no podía ser evaluada por el órgano jurisdiccional, teniendo en cuenta la independencia funcional reconocida al Ministerio Público Fiscal (artículo 1 de la ley 24.946 y artículo 120 de la Constitución Nacional). 15. Finalmente, el juez Bailaque dejó expresamente asentado que su decisión no implicaba la adopción de una solución sobre el fondo de la cuestión debatida en el caso (el carácter o no de crímenes contra la humanidad de los hechos). Consiguientemente, su decisión en modo alguno abordó la temática relativa al carácter que corresponde asignarle a los hechos delictivos de los que fue víctima el Tte. Cnel. Larrabure. –Conclusión– 16. El informe de la UNIDAD FISCAL DE COORDINACIÓN Y SEGUIMIENTO de la P.G.N (que fue avalado por el PGN) nunca se pronunció en contra de la prosecución del trámite del expediente. 17. Por el contrario, en el informe expresamente se señaló que ni siquiera hacía falta requerimiento de apertura alguno porque la causa ya estaba abierta bajo el régimen del antiguo código escrito por el cual debía seguir tramitando. 18. Y, en lo que se refiere estrictamente al trámite de código nuevo que se le dio al expte., y a la aplicación analógica de las reglas del art. 348 del CPPN en la etapa regida por el art. 180, se explicó con meridiana claridad que ese trámite era ocioso porque no cabía duda de que los hechos denunciados constituían delito (secuestro y muerte) y que si lo que se quería discutir era si la acción estaba o no prescripta debía haberse acudido al procedimiento que el código prevé a tal efecto en los arts. 339 y sgtes. 19. En todo caso, si lo que se pretendía era establecer, por la vía del art. 180 del CPPN, si correspondía o no una "reapertura" del proceso, no existían razones jurídicas para adelantar un debate innecesario a tal efecto, esto es, sobre si los hechos del caso podían ser considerados delitos de lesa humanidad o crímenes de guerra, de cuya respuesta no dependía en absoluto el dictado de la decisión que se pretendía en ese momento. 20. A todo evento, y planteada en abstracto la discusión acerca de si los hechos del caso, tal como fueron denunciados, eran susceptibles de ser subsumidos en las categorías de mención del derecho penal internacional, se concluyó que ello no era posible, lo que no obsta a que la acción pueda hallarse empero vigente por aplicación al caso, y a los eventuales imputados, de las reglas del art. 67 del CP (causas de interrupción y suspensión de la acción). 21. Por último, contrariamente a lo informado en algunos medios, el juez federal de Rosario, en su resolución del 19 de agosto ppdo., en ningún momento se pronunció ni a favor, ni en contra de la condición de lesa humanidad de los hechos investigados en la causa (secuestro y muerte del Tte. Cnel. Larrabure a manos de presuntos miembros del E.R.P.). Por el contrario, se limitó a resolver diversos planteos de nulidad articulados por el fiscal y la querella con motivo del trámite que se le había dado al caso, y expresamente dejó asentado que su decisión no implicaba la adopción de una solución sobre el fondo de la cuestión debatida en el caso (el carácter o no de crímenes contra la humanidad de los hechos).