Exp: 05-003116-0007-CO Res: 2005-02990 SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San José, a las catorce horas con treinta y seis minutos del dieciséis de marzo del dos mil cinco.Recurso de amparo interpuesto por Francisco Javier Boza Montero, cédula número 1513-390, a favor de Mayra Montero Marín, contra el Ministro de Seguridad Pública. Resultando: 1.- Por escrito recibido en la Secretaría de la Sala a las nueve horas con ocho minutos del quince de marzo del dos mil cinco, ela recurrente interpone recurso de amparo a favor de Mayra Montero Marín, contra el Ministro de Seguridad Pública y manifiesta que ante el Ministerio recurrido se tramitó proceso de desalojo administrativo por mera tolerancia promovido por Ruth Montero Marín, contra la amparada y otro, gestión que por resolución número 2439-04-D.M., emitida por el Ministro recurrido a las diez horas del 09 de setiembre del dos mil cuatro (folios 35 y 34), fue declarada con lugar, ordenándose en consecuencia el pretendido desalojo, no obstante, dentro del trámite de dicho procedimiento se han producido serias violaciones al debido proceso y al principio de legalidad. Que del expediente administrativo de interés, se desprende que desde un inicio se plantea la tesis de que la actora es propietaria de un derecho de concesión sobre una parcela, lo que no es cierto, conforme consta en copia certificada extendida por la Secretaría del Consejo Municipal de Osa, en donde dicha dependencia acredita que Montero Marín, no tiene ninguna concesión a su nombre. Que dentro de ese mismo expediente puede notarse que por resolución 162-05-D.M., emitida por ese mismo Ministerio a las nueve horas con treinta minutos del 17 de enero de este año (folios 67 y 68), se denegó el recurso de reposición y en consecuencia, se confirmó el desalojo conforme a hechos inciertos y carentes de asidero probatorio y jurídico. Que de esa forma se tiene que se ha decretado el desalojo administrativo en perjuicio de la amparada, conforme a una solicitud realizada por una persona que no ostenta ninguna titularidad sobre ninguna concesión, pues si bien es cierto, Montero Marín realizó una solicitud de concesión, no se acredita dentro del expediente administrativo que se haya aprobado definitivamente esa solicitud. Que otro punto a considerar es el hecho de que la parcela en cuestión se encuentra dentro de los márgenes protegidos por la Ley de la Zona Marítimo Terrestre, propiamente en la zona restringida, por lo que sería la Municipalidad de Osa, la facultada para proceder conforme y no el Ministerio recurrido. Por lo expuesto, solicita a la Sala se declare con lugar el recurso, con las consecuencias legales que ello implique. 2.- El artículo 9 de la Ley de la Jurisdicción Constitucional faculta a la Sala a rechazar de plano o por el fondo, en cualquier momento, incluso desde su presentación, cualquier gestión que se presente a su conocimiento que resulte ser manifiestamente improcedente, o cuando considere que existen elementos de juicio suficientes para rechazarla, o que se trata de la simple reiteración o reproducción de una gestión anterior igual o similar rechazada. Redacta el Magistrado Jinesta Lobo; y, Considerando: I.- Cabe manifestar que esta Sala en sentencia número 3275-96 dictada a las catorce horas cincuenta y un minutos del tres de julio pasado, consideró con relación al procedimiento de desahucio administrativo que si bien, "... fue modificado por la Ley de Inquilinato número 7527, publicada en La Gaceta número 155 del diecisiete de agosto de mil novecientos noventa y cinco, (...) no puede estimarse que la autoridad no pueda dar asistencia a los poseedores legítimos en relación con quienes el Código Civil en su artículo 305 permite al propietario o poseedor legítimo repeler la fuerza por la fuerza, cuando le desconozcan su derecho, para lo cual obviamente procede ocurrir a la fuerza pública. Ese derecho, corresponde al concepto de la legítima defensa de la propiedad, que consagra el artículo 45 constitucional, que es otorgado al propietario y al poseedor de cualquier clase que sea; pero ello plantea el conflicto que hay que resolver entre la protección al desposeído, sobre todo en el caso de que no ejerciera de hecho la posesión y el poseedor de hecho, sea de buena o de mala fe. IIo. Para buscar esa armonía se debe acudir a las reglas de los artículos 306 y 307 del Código Civil, la del 306 en cuanto niega el derecho a repeler la fuerza por la fuerza al poseedor de mala fe, en cuanto también se la niega al poseedor de hecho frente al que inmediatamente antes poseyó como dueño, así como con la regla de que el derecho de posesión se adquiere por el hecho de ejercerlo de hecho pública y pacíficamente por más de un año. A la luz de todo esto, debe entenderse que el derecho de repeler la fuerza con la fuerza se da no sólo en beneficio del atributo de la propiedad o de la posesión de defensa o exclusión, sino como derivado del principio de la exclusividad del uso de la fuerza, cuyo corolario es el principio de que nadie puede hacerse justicia por mano propia, el que se deriva del artículo 153 de la Constitución Política y el correspondiente derecho a la justicia que se consagra en el 41 idem y en el artículo 8 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos. IIIo. De todo lo anterior la Sala concluye que a pesar de haberse reformado sustancialmente la institución del desahucio administrativo consagrada en el artículo 455 del Código Procesal Civil, de todos modos se conserva el derecho del propietario o poseedor para repeler la fuerza por la fuerza, incluso con el auxilio de la fuerza pública, y por lo tanto la potestad de ésta de ampararlo, siempre que se trate de repeler la invasión en curso o de recuperar la posesión frente a quien carezca de título de posesión o no lo haya adquirido por el transcurso de más de un año, pues según lo establece el artículo 92 de la Ley de Tierras y Colonización Nº 2825 de 14 de octubre de 1961 y sus reformas, que señala: "Es poseedor en precario todo aquel que por necesidad realice actos de posesión estables y efectivos, como dueño, en forma pacífica, pública e ininterrumpida, por más de un año, y con el propósito de ponerlos en condiciones de producción para su subsistencia o la de su familia, sobre un terreno debidamente inscrito a nombre de un tercero en el Registro Público..." De conformidad con la norma citada es el Instituto de Desarrollo Agrario, el organismo facultado para intervenir en todos los casos de posesión precaria y de tierras por más de un año, el cual procurará encontrarles solución satisfactoria, de acuerdo con las disposiciones establecidas por esta ley. Lo anterior implica para las autoridades administrativas una obligación: realizar una investigación formal y rigurosa sobre el hecho y duración de la posesión y no simplemente una información superficial o una mera afirmación de una autoridad subalterna, a fin de determinar fehacientemente el tiempo ocupar el inmueble que tienen los poseedores..." II.- Del escrito de interposición y de los documentos que lo acompañan (ver folios 01, 02 y 35 del expediente) se desprende que la amparada ha ocupado el inmueble objeto de conflicto, bajo la anuencia o tolerancia de la gestionante del desalojo administrativo de interés -tal y como se desprende del resultando tercero de la resolución número 2439-04D.M. que corre a folios 35 y 35 del expediente-, razón por la cual, no se observa que la orden de desalojo dictada en contra de aquella resulte contraria a derecho. III.- El procedimiento administrativo tramitado ante el Ministerio de Seguridad Pública, tiene como finalidad corroborar las circunstancias que permiten o no el desahucio, por esa razón, si el recurrente considera improcedente que la autoridad recurrida haya acogido la gestión de desalojo administrativo planteada en contra de la amparada por parte de Ruth Montero Marín, ello constituye un diferendo que no corresponde ventilarse en esta sede, sino ante la vía judicial correspondiente. Por lo expuesto, el amparo debe desestimarse, como en efecto se dispone. Por tanto: Se rechaza por el fondo el recurso. Comuníquese Luis Fernando Solano C. Presidente Luis Paulino Mora M. Ana Virginia Calzada M. Adrián Vargas B. Gilbert Armijo S. Ernesto Jinesta L. Fernando Cruz C.