Suplemento electrónico semanal de la Coordinación de Comunicación Social, UAZ, No. 38 Personajes literarios, escritoras, críticas o lectoras, las mujeres han debido pasar por situaciones adversas • Hasta el interesante personaje femenino detective, a la manera de un Sherlock Holmes, en La mariposa de obsidiana. Comentarios de Valeria Moncada León sobre el libro “Voces en ascenso. Investigación sobre Mujeres y Perspectiva de Género”, editado por la UAZ, con apoyo del Instituto para las Mujeres Zacatecanas La Universidad Autónoma de Zacatecas, a través de la Unidad Académica de Estudios de las Humanidades y las Artes (UAEHA), así como de la Licenciatura en Historia, presente recientemente (octubre de 2010) el libro “Voces en ascenso. Investigación sobre Mujeres y Perspectiva de Género”, cuyas coordinadoras fueron las maestras Norma Gutiérrez Hernández, Emilia Recéndez Guerrero, Diana Arauz Mercado y Cirila Cervera Delgado. La obra, compuesta por 20 colaboraciones, contó también con el apoyo del SPAUAZ, la Universidad de Guanajuato, la Asociación Zacatecana en Estudios Clásicos y Medievales, así como del Instituto para las Mujeres Zacatecanas del Gobierno del Estado. Para comentarla se invitó a la maestra Valeria Moncada León, de la Unidad Académica de Letras, y al doctor Marcelino Cuesta Alonso, de la UAEHA, cuyas reflexiones al respecto incluiremos en este espacio. Iniciamos con las palabras de la maestra Moncada León, para continuar con la reseña de Cuesta Alonso en entregas próximas. •La evolución de la mujer en los ámbitos literarios Del espacio privado y doméstico al espacio público. De lo que en un tiempo fue meramente creación masculina mientras la mujer estaba sujeta a determinados códigos de conducta impuestos por un sistema patriarcal. La mujer escritora, pionera de la literatura infantil en México o la poesía chicana de corte lésbico, son todos ellos, temas que podemos leer placentera y reflexivamente en Voces en ascenso. Voces en ascenso muestra certeras opiniones de los espacios en que el personaje femenino es creado por un escritor. De esta forma, vemos cómo se ha elaborado dicho personaje desde tiempos pasados: la represión y • Participación femenina en diversos ámbitos de la vida cotidiana Es sumamente interesante presentar un libro que discurre sobre lo femenino. Es decir, las mujeres y sus discursos abordados desde diversos puntos de vista: literario, histórico, educativo. Así, ve la luz Voces en ascenso, título que no pudo ser más adecuado para significar la voz femenina que asciende de las sombras en las que se la tuvo durante determinadas etapas históricas. En la actualidad, afortunadamente existen espacios de diálogo como éste, para dejar clara la participación femenina en diversos ámbitos de la vida cotidiana, cultural, artística, educativa. Por fortuna me corresponde el espacio de Voces en ascenso correspondiente a la literatura. Antes de iniciar habría que aclarar que el concepto literatura no se limita a la definición de diccionario, que la restrinja a un conjunto de libros escritos. En este caso, literatura, además de entenderse como la creación de un modelo posible, verosímil a través de determinados recursos del lenguaje, es un todo conformado por diversos elementos: el autor, el texto, el receptor, la crítica, la distribución de libros. En este sentido, la parte literaria de Voces en ascenso, cubre diversos aspectos: la figura femenina como motivo literario, creado por hombres, la mujer como escritora pero que aún no ha salido de los estereotipos creados previamente. En general muestra un gran esfuerzo de las editoras y organizadoras y es de enorme valía la labor que ahora rinde fruto. la violencia hacia la mujer que transgrede una regla en el teatro de Pedro Calderón de la Barca. La idealización en la narrativa romántica en un modelo de mujer pura, buena y candorosa, ángel guardián de su hogar, analizado en El diablo en México. Sobresale Los subterráneos del nevado, primera novela del romanticismo mexicano escrita por una mujer, cuya protagonista sigue los esquemas impuestos del siglo XIX; se conserva pura e inocente aún en medio de un mundo corrupto de delincuentes que la codician sexualmente. En el siglo XIX la escritora mujer aún estaba sujeta a los cánones impuestos por los hombres. Siguiendo con esquemas similares en la literatura del siglo XX: el escritor que crea personajes femeninos a partir de un discurso previo. Aparecen mujeres en la literatura retratadas por varones: la solterona del pueblo cuya máxima aspiración es casarse, en La danza que sueña la tortuga y la conciencia de la culpa y el pecado que la religiosidad popular impone a las mujeres en la narrativa de Juan Rulfo. Los artículos que tratan sobre la mujer creadora están presentes: la escritora que reivindica la condición de la mujer tanto por su condición de escritora como por los personajes femeninos que crea. Ejemplo de ello es el ensayo que versa sobre “heroína de miedo” de la escritora Laura Méndez de Cuenca. Prosigue un tono similar en el artículo sobre la identidad en escritoras mexicanas nacidas en la década de los setenta, generación que se aleja de los temas tratados anteriormente: la casa, el marido, los hijos, y se concentran en perfilar un personaje femenino que ya no es castigado por romper las normas impuestas y que busca otras opciones de vida en el ámbito profesional y amoroso. De nuevo aparece el tema de la transgresión, presentado en un artículo de la doctora Elsa Leticia García, quien a través de una poeta chicana, Anzaldúa, habla de la mujer que por ser mujer rompe las reglas, por ser escritora y además, lesbiana, feminista y chicana. El erotismo está presente en sus poemas, habla del cuerpo femenino sujeto en determinados tiempos y espacios a los deseos de los hombres, enfocado ahora en el cuerpo de la mujer, en sus deseos y en sus preferencias sexuales. El apartado de literatura concluye con la mención de Pascuala Corona, la pionera de la literatura infantil en México, y las implicaciones que tiene el que una mujer, una profesora, escriba para los niños. De tal suerte, notamos una evolución coherente en las ponencias que conforman la parte literaria de Voces en ascenso, efectivamente se trata de un ascenso, no sólo cronológico, sino en lo que a la evolución de la mujer en los ámbitos literarios se refiere. Desde el personaje femenino creado por un escritor y cuya transgresión a la norma tendrá una sanción, tan dura como la muerte aprobada por el rey, o la mujer depositaria de una religiosidad popular, inspiradora de miedo y culpa; la mujer que debe alcanzar el modelo ideal del romanticismo creado por los hombres, hasta la mujer que tiene voy, independiente del discurso impuesto y se atreve a hablar de sí misma, de su espacio –sea público o privado--, de su propio cuerpo y del “otro” o la “otra”. Es notoria la evolución para llegar al punto de igualdad discursiva, así como son evidentes las luchas, los obstáculos, los detractores que han impedido mediante sanciones que se llegue al punto de igualdad. Las mujeres, sean personajes literarios, escritoras, críticas, lectoras, han debido pasar por situaciones adversas como la soledad, el ostracismo social, el maltrato físico y psicológico. Sin embargo, y por fortuna, existen espacios como éste, de diálogo equitativo para hacer público este discurso: que de unos tímidos esbozos ha pasado a tener una importancia análoga con el discurso antaño dominante. El discurso literario femenino, por último, es el deseo de llenar espacios no advertidos por el discurso masculino. Foros de debate como éste favorecen para que los lectores caigamos en cuenta de qué espacios faltan por ser llenados y continuemos promoviéndolos. Concluyo con una cita de la doctora Elsa Leticia García, a propósito de la escritura, en general, sin “sexo”: “El cuerpo se ha convertido en una fuente de imágenes que aparece con frecuencia en las obras de mujeres, para dejar de ser explicado y sancionado por el “otro”. Las escritoras se apropian de su cuerpo en una clara conexión entre el cuerpo y el alma”.