Servicio Angaú: los síntomas que indican que te están metiendo los

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Servicio Angaú: los síntomas que indican que te están metiendo los cuernos
Escrito por Donlibmi Alon Pepe
Martes, 20 de Enero de 2009 02:25
Esta nota es, básicamente, para hombres. Pero también para mujeres que se creen que no nos
damos cuenta de las cosas. Claro que sí, las advertimos, al punto de que aquí socializamos la
información para que los compañeros de género adviertan cuándo sus mujeres los están
convirtiendo en descomunales venados.
Estate atento a los siguientes elementos:
* La ropa interior: De repente, ella, que usaba unas bombachas horripilantes de la época
del cine mudo, empieza a usar lencería hot, con ligas, medias red y todo el combo.
Obvio que no la usa con vos, sino que la encontrás en la bolsa de la ropa sucia. "¿Y esto?",
preguntás. "Nada -te contesta-, la vieja del almacén no tenía cambio de 100 y me dio eso por el
vuelto porque tampoco tenía caramelos".
Hmmmm...
.
.
* El pelo:
Cuando está en tu casa, anda de ruleros o con unos menjunjes repugnantes que la vuelven
intocable. Cuando sale, hay rulos, extensiones, colores raros, vinchas y perfume de 300
mangos.
"Me voy a la reunión de la cooperadora del nene", te dice, sin darte tiempo a que preguntes
qué mierda hacen los de la cooperadora en enero y a las once de la noche.
.
. * El chat: Ella siempre te puteaba por estar tanto en la compu. De golpe, se la pasa
tecleando.
Oteás desde el pasillo, y la ves a full con el chat. Entonces te acercás
y en cuanto ella siente tus pasos se tira encima del monitor para taparlo y nerviosa se adelanta
a cualquier pregunta: "Ya te dejo usarla, en la heladera tenés milanesas, unas napolitanas
riquísimas, je, vas a ver cuando las pruebes qué buenas que están. ¡Hmmmm, qué lástima que
yo tengo que estar acá diciéndole a mi hermana la receta de la pastafrola, con lo ricas que
están esas milas! En la heladera están, son napolitanas, riquísimas, como te gustan a vos, en
la heladera...".
Guar
da.
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Escrito por Donlibmi Alon Pepe
Martes, 20 de Enero de 2009 02:25
.
* El celular:
A las tres y media de la madrugada te despierta un sonido de mensaje entrante en el celular de
ella. Te hacés el boludo, como que seguís dormido, y ves que lee el sms con una sonrisita de
adolescente.
Entonces ella ve, en la penumbra, tu ojo abierto, brillando en la noche. "Eeeeh... recién me
llegó tu mensaje de la tarde", te dice, y hace como de inmediato se duerme y ronca.
Vos te quedás pensando, pensando y pensando, sobre todo porque no te cierra lo que ella te
dice, ya que al famoso mensaje tuyo de la tarde ella te lo había contestado al toque.
.
. * Los viajes imprevistos: Llegás un viernes del laburo y ella está hecha una loba, con un
bolso en la mano y yéndose. "Ay, justo llegás, te había dejado una notita. Me tengo que ir hasta
el lunes por cosas del trabajo, después te llamo, ¡chau!".
Te entra
una duda inmensa, porque ella lleva tres años sin trabajar.
.
.
Tus regalos:
Te dan ganas de sorprenderla, y le mandás un ramo de rosas de esos que duelen los huevos
al pagarlos. Al llegar, está radiante, te trata como nunca, la sonrisa no se le va nunca. "Je, si
sabía que con unas flores te ponías así, te las compraba todos los días", decís, canchero.
"Ah, ¿eras vos?", contesta ella y al instante se le reinstala su cara de orto de siempre.
.
.
* Las cosas inexplicables:
La ves súper nerviosa, y entonces la encarás:
-¿Te anda pasando algo malo?
-Estoy con un atraso, eso me pasa.
-¿Cómo que con un atraso, si hace cinco meses que no cogemos?
-¡Sí, pero bien que te la pasás manoseándome!
.
* La intimidad esquiva: Se relaciona con el punto anterior. Ya ni siquiera te pone de excusa
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Escrito por Donlibmi Alon Pepe
Martes, 20 de Enero de 2009 02:25
el famoso dolor de cabeza o algún principio religioso. Vos arremetés y pasa algo así:
Vos: Elsa, hace tres semanas que... vos me entendés... ¿nos damos una empomadita hoy?
Ella (con gesto azorado): ¿¿Tres semanas recién y ya querés de nuevo??¡Cómo se nota que
te la pasás viendo páginas porno, gorrrrdo degenerado!
.
. * Las coartadas: Cuatro de la mañana, y ella no vuelve de "ir a lo de su amiga Carolina a ver
la nueva maceta que se compró para el patio".
Corneta casi vocacional al
fin, llamás a la casa de la mina, pensando "seguro que se pusieron a tomar birras y a sacar el
cuero a todo el mundo".
D
el otro lado te atiende una voz anciana, pastosa de sueño:
-¿Holaaaa?
-Sí, disculpe, yo busco a Mariela, mi mujer, soy Claudio.
-¿Quién??
-Perdone, señora, yo necesitaría hablar con Carolina, si anda por ahí.
-No, señor, Carolina hace diez meses que se fue a vivir a España.
. . * Las coartadas de las coartadas: En el caso anterior, ella aparece a las siete y cuarto de
la mañana.
-¡Se puede saber dónde puta estabas, atorranta de mierda!
-¡Eeeeh, cheee, pará la mano!¡Te dije que me iba a lo de Caro!
-¡No me jodas, forra de mierda, que llamé y me atendió la vieja diciéndome que hace diez
meses se fue a España!
-¡Aaaaah, con razón esta pelotuda no me atendía!¡Nueve horas tocándole el timbre!
. . * La quemazón de naves: Ella, hasta el final, buscará negar todo. Típico diálogo de
desenlace:
-Te quiero preguntar algo, Elsa.
-Sí, decime.
-¿Quién es Rodrigo?
-Eeeh... Aggg... ¿Palacio?¿No es un jugador?
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Escrito por Donlibmi Alon Pepe
Martes, 20 de Enero de 2009 02:25
-No te hagás la idiota, por un tal Rodrigo Perenguetti te pregunto.
-No, che, no me suena (pone cara de revisar su vida de los últimos quince años). No, no,
ningún Rodrigo.
-Te vieron con él.
-¡Aaaah, Rodrigo, sí, es el muchacho que me está ayudando con el... con el... tema de la
pintura.
-¿De la pintura de qué, si a la casa la pintamos hace tres meses?
-Eeeh... del auto... la pintura del auto.
-El auto es cero, ¿qué pasa con la pintura?
-Para que no se raye. Él le reza al auto y no se raya.
-Escuchame, Elsa, no me tomés por pelotudo. Los vieron salir.
-¿Salir en qué sentido? Porque por ahí alguien nos vio y pensó mal, tomamos un café una vez,
creo, y nada más.
-Vení, mirá lo que me mandaron al correo. Es una foto tomada con un celular en una
habitación, o en un telo, ¿ves? El que está atrás se ve que es Rodrigo, y la que está en cuatro,
¿me podés decir quién es?¡Sos vos, hija de puta, me mentiste como a un idiota! . -(Se acerca
al monitor) ¡No te miento, boludo! A ver... Aah... sí... Vení. Ampliá la imagen y fijate, allá en el
fondo, ¿ves las dos tacitas de café en la mesita de luz?
.
.
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