Andrés Rivera continúa con la historia argentina

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Espectáculos
La Plata, miércoles 16 de julio de 2003
LANZO ESE MANCO PAZ
La simpleza de la
hermana Bernarda
Sus recetas alcanzaron la masividad gracias a los libros y la
televisión. “Cuanto más simple sea un plato, mejor” asegura
Andrés Rivera continúa
con la historia argentina
En su nueva novela, el destacado escritor aborda los últimos momentos de la vida del
general José María Paz. También trata su enfrentamiento con Juan Manuel de Rosas
Mediática. La hermana Bernarda tiene programa propio
La hermana Bernarda, una
monja argentina de origen
alemán cuyo compendio de recetas de cocina está entre los libros
más vendidos en su país desde
hace meses, cree que “cuanto
más simple sea un plato, mejor”.
Hermana Bernarda 100 recetas
(Editorial Bonum), que lleva como subtítulo Cocina y meditación, está actualmente en el
cuarto puesto de la lista de best
sellers de nuestro país, donde hace 76 años nació su autora, quien
además tiene un programa de televisión muy popular.
María Bernarda Seitz, que pertenece a la congregación de las
Hermanas de la Santa Cruz, revela cómo aprendió a cocinar, lo
que pretende con la divulgación
de sus recetas y sus gustos gastronómicos.
“Un hervido de papa (patata)
con un poquito de aceite, un
churrasquito (un filete de carne
vacuna) y listo”, señala esta
amante de la simpleza culinaria
que ve en su éxito editorial y televisivo “una nueva forma de
evangelizar al ama de casa”.
Bernarda se preocupa sobre todo “de ayudar a la gente a ser
más feliz a través de la cocina’ y
de su trabajo “dentro de la Iglesia”.
A diferencia de otros cocineros
que aparecen en la televisión y
en los medios, la hermana Bernarda seduce con raciones abundantes y platos caseros como los
que hacían las abuelas.
La monja de la tele sigue viviendo en el convento que es su
hogar desde 1957 y empieza a
cansarse de la fama, aunque reconoce que le gusta que la gente
la salude.
CONVOCATORIA
PERIODISMO
Vuelve el
Premio Planeta
Publicarán
valiosa colección
La editorial Planeta de Argentina
volvió a convocar el premio literario anual que lleva su nombre,
después de dos ediciones en las que
no tuvo lugar debido a la grave crisis del país, con jurado de lujo y un
premio de 50.000 pesos
El plazo para la recepción de originales se cerrará el 19 de septiembre
próximo, y el nombre del ganador
será dado a conocer el 4 de
noviembre en una fiesta en Buenos
Aires.
El jurado de esta edición está integrado por Ricardo Sabanes, gerente
editorial de Planeta Argentina, los
escritores argentinos Marcos
Aguinis y Federico Andahazi, la
chilena Marcela Serrano y la
uruguaya-española Carmen
Posadas, ganadora del Premio
Planeta de España en 1998 con
Pequeñas infamias.
En la última edición compitieron
271 obras procedentes de
Argentina, Chile, México y Uruguay
El escritor colombiano Gabriel
García Márquez y el Fondo de
Cultura Económica (FCE) de México
firmaron ayer un convenio para
publicar una colección de libros
sobre el oficio del periodismo.
Mediante el convenio que suscribieron García Márquez, en nombre
de la Fundación Nuevo Periodismo,
y la directora del FCE, Consuelo
Sáizar, se publicarán textos con
relatos de las máximas figuras de la
prensa, sus secretos y técnicas.
El director editorial de la serie,
Tomás Eloy Martínez, aseguró que
ésta “es la colección de periodismo
que le faltaba a América Latina”.
Paralelamente a esta colección e
publicará una serie dirigida a un
público más amplio, en la cual se
incluirán crónicas y reportajes sobre
distintos asuntos latinoamericanos.
La colección se llamará Nuevo periodismo y los dos primeros
volúmenes se publicarán durante el
primer semestre del próximo año
Con Ese manco Paz, última novela
de Andrés Rivera, el autor vuelve a hacerse eco de la historia argentina para
indagar en los momentos postreros del
general José María Paz, continuando la
línea literaria que comenzó en La revolución es un sueño eterno (1992), sobre
Juan José Castelli y prosiguió en El farmer (1996), acerca de Juan Manuel de
Rosas.
En esta novela, el escritor decidió
“tomar a un Paz anciano, en un Buenos Aires ya libre de Rosas y reflexionar sobre el episodio por el cual los
mismos que habían sostenido al tirano
(y no me refiero a ese primer grupo de
tareas llamado la mazorca, sino a los
grandes hacendados bonaerenses que
fueron su sostén económico y político)
lo condecoran y le donan una casa para vivir”.
Publicada por Alfaguara, la novela se
estructura a partir de un contrapunto
estilístico de los capítulos La República
y La estancia, que se alternan y se reiteran, para dar espesor a las voces respectivas de Paz y de Rosas.
Tanto las alocuciones de uno como
del otro están tratadas como monólogos interiores, que expresan sus verdades, indagan en la materia de su enfrentamientos o en sus concepciones
de Nación y reflexionan sobre los avatares del amor, la degradación, la enfermedad, el exilio o la muerte.
Si bien en el caso de los capítulos que
aluden a La estancia, “asoma un cierto
parentesco con la voz de aquel Rosas
de El farmer que evocaba su vida desde
su exilio en un rancho nevado sobre
llanuras británicas”; ahora se trata de
un Rosas “todavía pleno en su dominio
Retorno. Andrés Rivera vuelve a la historia en Ese manco Paz
de los destinos de la Confederación”.
“Es un Rosas aún en su apogeo como
administrador de los grandes hacendados -define el autor-, que tiene a Paz
en su poder, después de que éste estuvo 8 años en un calabozo de Estanislao
Los protagonistas
tienen grandeza para
reconocer las
cualidades de su
adversario
López, otro patrón de estancia en Santa Fe, a quien se lo reclama en principio para fusilarlo pero luego decide
mantiene vivo confinándolo a Buenos
Aires”.
Al año de estar prisionero Paz, apunta Rivera, “se evade hacia el Uruguay,
donde se instala en una casa muy pobre, casi una tapera, hasta que las autoridades uruguayas vienen a buscarlo
para que asuma la defensa de Montevideo asediada por (Manuel) Oribe uno
de los mejores generales de Rosas. El
acepta y Montevideo resiste durante
diez años hasta que Rosas se ve obligado a exiliarse en Inglaterra”, explicó.
Pese a la arquitectura dual de la novela, en Rivera no hay espacio para el
maniqueísmo. Ambos protagonistas
tienen grandeza para reconocer por
momentos las cualidades de su adversario y hasta poner en duda las propias convicciones: Por su carga poética,
toda la novela puede leerse como un
largo poema narrativo donde prima la
cadencia intimista y una suerte de minimalismo literario que hace que una
misma frase se reitere en una gama de
sutiles variaciones.
Las dificultades de Quino
Joaquín Salvador Lavado, más conocido como Quino y padre de la
contestaria Mafalda, hoy tiene dificultades para trabajar, porque,
según dice, en el mundo contemporáneo el humor es un arte
cada vez más difícil de ejercer.
“Nuestra función siempre fue la
de desenmascarar a los poderosos
y mostrar al público el mal aspecto que ellos tenían”, declaró Quino.
“Pero hoy, ellos mismos se desenmascaran, no tienen ninguna
vergüenza”, agregó en alusión al
presidente estadounidense, George W. Bush.
Quino estuvo el pasado fin de semana en Sao Paulo para intervenir en el espectáculo El mundo
de las caricaturas, una antología
de este arte, que incluye exposiciones, películas, cursos y confe-
rencias.
“Mi tema siempre son los frágiles
enfrentado a los poderosos”, declaró al renovar, de paso, sus críticas contra las guerras y los militares.
“El odio de Mafalda por la sopa
era una metáfora por los militares
que estábamos obligados a tragarnos”, dijo respecto a la mayor
fobia de su más querido personaje, que en realidad era su alter
ego.
Era una época de sangrientas dictaduras militares en toda América
del Sur, de censura y de ideologías
totalitarias.
“Lo que Mafalda pensaba era todo lo que yo pensaba. Era un
tiempo de cambios y grandes esperanzas”, dijo respecto a los rebeldes años 60 en los que creció
Mafalda.
“Parecía que íbamos a cambiar el
mundo, para mejor. Pero no cambió mucho, empeoró”, dijo un
Quino un tanto escéptico a sus 71
años.
“Hoy pasamos por un período oscuro, todo es una repetición”,
agregó al deplorar la falta de líderes y movimientos de renovación de las artes, en un época movida por computadoras y celulares.
Respecto a los vientos de cambios
políticos que algunos ven en
América Latina con la llegada de
nuevos líderes como Luiz Inácio
Lula da Silva y Nestor Kirchner,
Quino no baja la guardia.
“De allí pueden salir nuevos políticos, pero ellos todavía no lo son.
Debemos ser optimistas, pero
también tenemos que estar atentos. Es nuestra tarea”, afirmó.
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