R.ealmente, es así. Un arte de maravilla. La Taquigrafía, ese sutjl arte de recoger la palabra, al mísmo ritmo ve1oz que cuando se pronuncia, en breves y estilizados signos, es la más auténtica y eíicaz revalorización de nuestro siglo. De la remota sombra de la antigüedad, del corazón de una nube de siglos, surge, brillante como un amanecer meridional, ese arte científico: la Taquigrafía, que, a través de sus diversas transformaciones en su proceso de creación, formación y perfección, ha llegado a transformarse en uno de los principales vehículos de la cultura moderna en nuestra época de desenvolvimiento ágil y rápido. La kapidez, la ejecución de las cosas dentro de un ritmo dinámico, veloz, casi nervioso, ha llegado a ser una norma privativamente peculiar de nuestros tiempos presentes.Podríamos decir que el Gesto concreto, sobrio, definitivo, en n sintetismo elocuente, es el cufío idiosincrásico de nuestra época actual. Y con ello, que todo el multíforme, cálido e inflnito mundo de la expresión, vibra al unísono de esta peculiarídad angustiosa que nos lleva e impulsa en un torbellino irresistible a vivir deprisa. De los rápidos itinerarios de ios ferrocarriles continentales, saltamos a las veloces rutas aéreas trans-oceánicas; del maravilloso contacto telefónico entre los más distdntes países del mundo, pasamos al prodigio de la televisión y cable-radiación a todos ios países del globo. Y a medida que ias civilízaciones se precipitan, cada vez más, en las simas insondables de las investigaciones cientííicas, y el Tiempo es cada vez más precioso, el incomparable arte taquigráflco, se cifíe más y más a la época, pues él lleva inherente, en su esencia, maravillosamente sencilla, toda esa vibración anhelante de los tiempos modernos. La Taquigrafía, es ya, hoy día, una super - valoración dei Tiempo, y es, también, una aflligra- nada, dúctil e inteligente síntesi de la íilología universal. En innumerables aspectos de la actividad humana, la Tacjuigrafía, presta la fresca gracia de su sencillez elegante y la valiosa ventaja de su eflcacia. Tanto en el campo de la Literatura, como en el de las Ciencias, las Àrtes, etc., la Taquigrafía, engrandece la capacidad de conocimientos, puesto que ahorra tiempo, facilitando cuantitativamente el trabajo intelectual. Y donde más refleja la luminosa esencia de su peculiar cualídad, es en la Oratoria y en la esfera comerciai. Los briliantes discursos, o conferencias, pronunciados en los Parlamentos, en las Universidàdes y en los Ateneos, gracïas a la Taquígrafía, perrnanecen, ya para siempre, después de pronunciados, vivos e intactos, y podríamos decir con exactitud, cual una auténtica ftografía de aquel momento. El arte Taquigráfico, plasma, enigmáticamente, el alma vibrante del Verbo, reflejando, en todo momento y con fidelidad justísima, el contenido íntegro y absoluto de lo que ha pronunciado el orador. E1 moderno grado de perfección logrado en ia Taqaígrafía, permite, en eI importantísimo estamento mercantil abreviar también considerablemente en muchas cuestiones, redundando, en deflnitiva, en una mayor eflcacia y aprovechamíento del Tiernpo. Por su gran importancia, sin embargo, no es la Taquigrafía lo ampliamente conocid que debería ser. Impulsemos su ensefíanza. Estimulemos su estudio. Proclamemos el privilegio de este arte maravilloso que es la Taquigrafía. Joaquín Bargalló Borrás P.ecientemente existen el hilo y la cinta magnetofónicos. Pero esto no es un Arte. Es txna mecàniCa.