*120100920007CO* Exp: 12-010092-0007-CO Res. Nº 2012011507 SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San José, a las dieciseis horas treinta y uno minutos del veintidos de agosto del dos mil doce. Recurso de amparo interpuesto contra el Director de Recursos Humanos y la Jefe de la Unidad de Control de Pagos, ambos del Ministerio de Educación Pública. Resultando: 1.- Por escrito recibido en la Secretaría de la Sala a las once horas cuarenta y cuatro minutos del primero de agosto en curso, la recurrente interpone recurso de amparo contra el Director de Recursos Humanos y la Jefe de la Unidad de Control de Pagos, ambos del Ministerio de Educación Pública y manifiesta que es funcionaria de ese ministerio. Señala que desde el mes de mayo anterior, el Departamento de Planillas le rebaja sumas correspondientes a una incapacidad sin realizarle ninguna comunicación. Explica que en el mes de junio, le rebajaron quincenalmente ¢139000,00 colones, lo que le dejó un salario líquido de ¢42000,00 colones. Estima que la actuación de las autoridades accionadas, le ha causado un grave trastorno mental y emocional al no poder cubrir sus gastos fijos y por ello solicita que se suspendan los rebajos desproporcionados a su salario así como se declare con lugar el recurso con sus consecuencias. 2.- Informa bajo juramento Juan Antonio Gómez Espinoza, en su calidad de Director de Recursos Humanos del Ministerio de Educación Pública, en documento presentado en la Secretaría de la Sala el diez de agosto en curso, que los montos adeudados se generan en tanto los funcionarios reciben el salario respectivo y un 60% del subsidio de la Caja Costarricense de Seguro Social. Indica que esos montos se pagan de más porque las incapacidades deben consolidarse en acciones de personal y posteriormente se inician los rebajos respectivos. Señala que los funcionarios tienen la posibilidad de cobrar de manera inmediata los subsidios, mientras que los rebajos de incapacidad inician aproximadamente un mes después. Agrega que los rebajos se realizan de forma proporcional al salario devengado en el momento de la incapacidad. Argumenta que efectivamente, a la recurrente, se le hicieron rebajos por concepto de incapacidad, no obstante, también es cierto que ha podido cobrar los subsidios de la Caja Costarricense de Seguro Social y del Ministerio de Educación Pública, además de las sumas generadas de más. Indica que su representado está obligado a recuperar los montos pagados de más. Aduce que la recurrente, por voluntad propia, posee compromisos adquiridos de previo con terceros, es decir préstamos y planes de ahorro con la Caja de Ande, Cooperativas y bancos, cuotas de asociados, que ascienden a ¢260000,00 colones aproximadamente así como los rebajos establecidos por ley, produciendo que el salario sea mucho menor a lo devengado por la servidora, lo cual tampoco debe verse en instancias constitucionales. Informa que el Ministerio maneja tres tipos de documentos: el histórico de pagos sin rebajos, el histórico de pagos con rebajos de nómina e incapacidades y el desglose de salarios quincenal con deducciones donde se puede observar los montos que se rebajan al salario de la servidora con respecto a un concepto determinado, de los cuales se adjunta copia. Finaliza solicitando que se declare sin lugar el recurso. 3.- En documento presentado en la Secretaría de la Sala Constitucional el diez de agosto de este año, informa bajo juramento Catalina Chinchilla Casares en su condición de Jefa del Departamento de Control de Pagos del Ministerio de Educación Pública que de acuerdo al Sistema de Información Gerencial de Recursos Humanos de ese Ministerio, a la recurrente se le han tramitado incapacidades por lo que registra un total acumulado de acreditaciones que no le corresponden por la suma de ¢16.921.741,55 colones, al cual se le han aplicado rebajos por ¢4.495.954,52 colones, siendo que adeuda a la fecha por ese concepto, la suma de ¢12.425.787,03 colones. Informa que la recurrente registra otros compromisos personales que están afectando su liquidez y en los cuales la Administración no tiene ninguna injerencia, razón por la cual no son de recibo sus manifestaciones al alegar que sus derechos fundamentales están siendo lesionados. Aduce que según estudio salarial realizado por ese departamento, parte de su liquidez está siendo retenida por concepto de ahorros a la vista, lo cual a todas luces demuestra que también esos ahorros forman parte de su salario líquido. Indica que la recurrente, al momento de su incapacidad, recibió el 100% de su salario más el subsidio otorgado por la Caja Costarricense de Seguro Social, por lo que es de su amplio conocimiento que la Administración en algún momento deberá recuperar las sumas giradas en demasía ya que debe poner a derecho la proporcionalidad del subsidio, toda vez que lo percibido de más, no le corresponde y por ello, la recurrente debió tomar las previsiones necesarias en el momento en que percibió las acreditaciones y apersonarse a ese departamento a llevar a cabo la devolución correspondiente o en su defecto, presentar oferta de arreglo de pago, lo cual en este caso no sucedió. Al considerar que no existe ninguna vulneración de derechos fundamentales de la gestionante, solicita que se declare sin lugar el recurso. 4.- En los procedimientos seguidos se ha observado las prescripciones legales. Redacta el Magistrado Mora Mora; y, Considerando: I.- Hechos probados. De importancia para la decisión de este asunto, se estiman como debidamente demostrados los siguientes hechos: a) que la recurrente es docente del Ministerio de Educación Pública a quien se le han tramitado varias incapacidades (ver informes rendidos bajo juramento); b) que la recurrente registra un total acumulado de pagos por incapacidad que no le corresponden, por la suma de ¢16.921.741,55 colones, al cual se le han aplicado rebajos por ¢4.495.954,52 colones, siendo que adeuda a la fecha por ese concepto, la suma de ¢12.425.787,03 colones (ver informe rendido bajo juramento por la Jefe de Control de Pagos del Ministerio de Educación Pública y prueba aportada al expediente electrónico). II.- Valoración del caso concreto. En el asunto bajo estudio, la Sala observa que existen dos temas que deben ser analizados: 1) la posibilidad para la Administración de hacer rebajos por sumas pagadas de más; y 2) la necesaria comunicación que debe existir al trabajador, sobre los montos adeudados y la forma en que se procederá a su rebajo. En lo que se refiere al primer extremo, la Sala había venido sosteniendo el criterio de que dada la existencia de un vacío legal para establecer los montos deducibles de los salarios de los trabajadores -que en la práctica se ha traducido en la rebaja de sumas desproporcionadas e irrazonables, como lo que se denuncia en este amparo-, resultaba de oportuna aplicación la regla establecida en el artículo 172 del Código de Trabajo, la cual se adoptó entonces como parámetro de proporcionalidad (ver en ese sentido, entre otras, sentencias 2012-005869 de las once horas once minutos del cuatro de mayo; 2012006057 de las nueve horas cinco minutos del once de mayo; 2012-008801 de las catorce horas treinta minutos del veintisiete de junio, todas del dos mil doce). Con fundamento en ese criterio, se estaba resolviendo que: “En cuanto a la desproporcionalidad de los rebajos, recientemente esta Sala ha venido sosteniendo el criterio de proporcionalidad contenido en el artículo 172 del Código de Trabajo “…Los salarios que excedan de ese límite son embargables hasta en una octava parte de la porción que llegue hasta tres veces aquella cantidad y en una cuarta del resto…”(véase al respecto la resolución número 2012-006057 de las 09:05 horas del 11 de mayo del 2012), conforme al cual, los patronos no pueden aplicar rebajas salariales más allá de las que el Juez en ejercicio de sus competencias jurisdiccionales y con todas las garantías derivadas de las mismas puede legítimamente embargar. De ahí la aplicación analógica del embargo de salarios, que la jurisprudencia de esta Sala ha adoptado como parámetro de proporcionalidad.” Analizando la situación concreta de la recurrente, y con fundamento en las constancias y pruebas visibles en el expediente electrónico, así como en el informe rendido bajo juramento por el Director de Recursos Humanos del Ministerio de Educación Pública, la Sala ha tenido por acreditado que, efectivamente, la actora recibió montos de dinero de más que no le correspondían, por concepto de incapacidades. Sin embargo, bajo una mejor ponderación de los hechos en concreto, la Sala reconsidera el criterio supra indicado, lo anterior por considerar ahora que la valoración sobre la proporcionalidad o razonabilidad de los montos de dinero que se rebajan por concepto de incapacidades, como los que se le han aplicado quincenalmente a la recurrente, está referido a un extremo propio de legalidad respecto del cual esta Sala no tiene competencia para pronunciarse, sobre todo cuando se toma en cuenta que la naturaleza sumaria del recurso de amparo, no permite la práctica de diligencias probatorias lentas y complejas. Por tales razones, en cuanto a este punto en concreto el amparo debe ser desestimado. III.- Por otra parte, en lo que se refiere al segundo extremo planteado en el amparo, sea la necesaria comunicación que debe existir al trabajador, sobre los montos adeudados y la forma en que se procederá a su rebajo, debe recordarse que si bien, la Sala ha aceptado que la Administración puede recuperar por medio del rebajo salarial, los montos pagados en exceso para lo que no se requiere seguir el procedimiento ordinario que fija la Ley General de la Administración Pública (al respecto, véanse entre otras, sentencias número 2001-007309 del veintisiete de julio del dos mil uno; 2010-010967 del veintidós de junio del dos mil diez; 2011-009970 del veintinueve de julio del dos mil once; 2012-009017 del 29 de junio del dos mil doce), lo cierto es que también ha aclarado que, tales rebajos, son aceptables siempre y cuando se comunique previamente al trabajador –al menos- las sumas adeudadas, el número de tractos en los que procede el reintegro, el monto mensual de la deducción y la suma a deducir mensualmente que le permita recibir un monto de salario suficiente para satisfacer sus necesidades básicas. Al respecto, concretamente ha dicho: “(...) la Sala estima arbitrario, desde todo punto de vista, el hecho de que la Administración no le haya comunicado a la recurrente con anterioridad a la aplicación de la actuación impugnada la reducción de su salario, así como las razones que la motivaron, con lo cual la Administración violó el derecho al debido proceso de la actora (…). En virtud de lo expuesto, lo procedente es declarar con lugar el amparo.” (Sala Constitucional, sentencia número 2002-4842 de las dieciséis horas doce minutos del veintiuno de mayo del dos mil dos). En el caso concreto, para la Sala no ha quedado demostrado, con los elementos probatorios que fueron agregados al expediente, que se le hubiera avisado previamente a la recurrente sobre su situación particular, el monto de dinero que se le giró de más por concepto de incapacidades y la manera en que se le rebajaría, a pesar de que la Administración tenía la obligación de haber hecho, desde el primer momento, esta comunicación y de que la recurrente tenía todo el derecho de ser notificada sobre esos extremos, antes de proceder a realizar los rebajos impugnados. Bajo esta perspectiva, se estima entonces, que se ha producido una infracción del derecho al salario por la falta de comunicación previa a la funcionaria sobre el monto adeudado y la forma en que el Estado iba a proceder a su reintegro; infracción que amerita la estimación del amparo así como dictar orden a los funcionarios del Ministerio de Educación Pública para que enderecen los procedimientos, a fin de comunicar a la recurrente, como es debido, sobre los montos pagados de más, el saldo que adeuda y la forma en que se procederá a su cancelación definitiva, lo cual le permitirá a la recurrente, ejercer su derecho a la defensa así como también proponer arreglos de pago u otros mecanismos para ajustar a derecho su situación, si la Administración los considerara pertinentes.Por tanto: Se declara parcialmente con lugar el recurso. Se ordena a Juan Antonio Gómez Espinoza en su condición de Director de Recursos Humanos y a Catalina Chinchilla Casares en su calidad de Jefa del Departamento de Control de Pagos, ambos del Ministerio de Educación Pública, o a quienes en su lugar ocupen esos cargos, que dentro del plazo de tres días contado a partir de la notificación de esta resolución, enderecen los procedimientos a fin de comunicar a la recurrente, A.L.M.F., portadora de la cédula de identidad 2-346-778, como es debido, sobre los montos pagados de más, el saldo que adeuda y la forma en que se procederá a su cancelación definitiva. Lo anterior bajo apercibimiento que, con base en lo establecido en el artículo 71 de la Ley de la Jurisdicción Constitucional, se impondrá prisión de tres meses a dos años o de veinte a sesenta días multa, a quien recibiere una orden que deba cumplir o hacer cumplir, dictada en un recurso de amparo y no la cumpliere o no la hiciere cumplir, siempre que el delito no esté más gravemente penado. Se condena al Estado al pago de los daños y perjuicios provocados a la recurrente con los hechos que sirven de fundamento a esta declaratoria, los que se liquidarán en ejecución de sentencia de lo contencioso administrativo. Notifíquese esta resolución a Juan Antonio Gómez Espinoza, en su condición de Director de Recursos Humanos, y a Catalina Chinchilla Casares, en su condición de Jefa del Departamento de Control de Pagos, ambos del Ministerio de Educación Pública, o a quienes ocupen esos cargos, en forma personal. En todo lo demás se declara sin lugar el recurso. Los Magistrados Armijo, Cruz y Castillo lo declaran con lugar en todos sus extremos.- Ana Virginia Calzada M. Presidenta. Luis Paulino Mora M. Gilbert Armijo S. Ernesto Jinesta L. Fernando Fernando Castillo V. Paul Rueda L. Cruz C. Voto salvado de los Magistrados Armijo, Cruz y Castillo, con redacción del tercero. Los suscritos Magistrados nos separamos del criterio de la mayoría, y declaramos con lugar el recurso en todos sus extremos. A nuestro parecer, en aplicación de lo dispuesto por el artículo 172 del Código de Trabajo, los rebajos aplicados a la amparada deben ser considerados como desproporcionados, toda vez que exceden el máximo establecido por dicha norma, generando así una afectación a su salario, que incide en la capacidad económica de la tutelada para poder satisfacer sus necesidades básicas y las de su familia. Gilbert Armijo S. C. Fernando Castillo V. Fernando Cruz