“El abogado necesita de la experiencia práctica para advertir que el

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RAFAEL HINOJOSA
“El abogado necesita de la experiencia práctica
para advertir que el arbitraje es rentable”
Conoce el arbitraje en su doble faceta académica-formativa y práctica, al pertenecer al grupo de
Arbitraje creado desde Cuatrecasas Abogados y en el que también se encuentran el Profesor Manuel
Olivencia y Antonio Hierro. hará ahora cerca de diez años. Rafael Hinojosa, todo un experto en
soluciones extrajudiciales, ha sido Consejero del citado bufete desde 1998 hasta 2006 hasta que en en
2007 fue nombrado Socio. En su opinión es necesario que las Cortes arbitrales españolas se reorganicen
de tal forma que lleguen a equiparse a las extranjeras o internacionales, cuyo prestigio todavía es
superior al de las nuestras. De esta forma estoy seguro que podrían conta en el futuro con más medios
personales y materiales.”Hinojosa además se muestra partidario de la creación de Juzgados
especializados en esa materia en aquellas circunscripciones que por el volumen de asuntos lo requieran,
por ejemplo, Madrid, Barcelona, etc. “Dentro del Área Contenciosa de Cuatrecasas Hinojosa está al
frente del Centro de Gestión del Conocimiento y es coordinador de Formación y de las Comisiones
técnicas de Derecho Procesal y de Arbitraje, además de asesorar a clientes y continuar ejerciendo como
árbitro.
Rafael Hinojosa nació en Madrid en 1958. Es Licenciado en Derecho y Doctor en Derecho, con Premio
Extraordinario, por la Universidad Complutense de Madrid. También ha cursado por la misma Universidad
la Licenciatura de Ciencias Políticas y Sociología (Sección de Ciencia Política y Ciencia de la Administración)
en las especialidades de Ciencia Política y Ciencia de la Administración. Es además Diplomado por la
Escuela de Práctica Jurídica de la Facultad de Derecho de la Universidad Complutense de Madrid en el
Curso Formativo General para acceso a la Profesión de Abogado con el número 1 de su promoción.
Ha desarrollado su labor docente en diversos centros de educación superior. Es Profesor Titular de
Derecho Procesal de la Universidad Complutense de Madrid. Ha sido Profesor Ordinario (Catedrático) de
Derecho Procesal de la Universidad Pontificia Comillas de Madrid (ICADE), habiendo sido Director del Área
de Derecho Procesal, del Departamento de Derecho Penal y Procesal y del Departamento de Derecho
Público. También ha impartido clases en el Colegio Universitario San Pablo-CEU, en el Colegio Jurídico del
Instituto de Empresa y en la Escuela de Práctica Jurídica de la Facultad de Derecho de la Universidad
Complutense de Madrid.
Es especialista en Derecho Procesal Civil y en Arbitraje. Es árbitro de la Corte de Arbitraje de Madrid
(Cámara de Comercio e Industria de Madrid), de la Corte Española de Arbitraje (Consejo Superior de
Cámaras de Comercio), de la Corte del Ilustre Colegio de Abogados de Madrid, de AEADE (Asociación
Europea de Arbitraje de Derecho y Equidad). Es miembro Titular del Instituto Iberoamericano de Derecho
Procesal y de la International Association of Procedural Law y Asociado al Club Español del Arbitraje.
Asimismo es miembro del Consejo de Redacción de diversas revistas de su especialidad.
Entre sus publicaciones destacan las realizadas en materia de arbitraje y ADR, proceso civil y proceso penal.
Es autor o coautor de más de quince libros y de alrededor de 80 artículos de su especialidad. Ha realizado
colaboraciones en los principales diarios del país impartiendo numerosas conferencias y participado en
múltiples cursos organizados por prestigiosas instituciones. Asimismo ha sido ponente en diversos
Congresos internacionales y nacionales. Posee la Cruz distinguida de Segunda Clase de la Orden de San
Raimundo de Peñafort; las insignias de plata y oro, así como la medalla de oro de la Fundación San Pablo
(C.E.U.); y la medalla de Profesor Propio de la Universidad Pontificia Comillas de Madrid (ICADE).
¿Hasta qué punto para cualquier abogado especializarse en arbitraje es rentable?
Es rentable, dado que un abogado especializado en arbitraje goza de un prestigio que le permite actuar
como árbitro en asuntos de gran importancia, además de poder actuar como counsel en esa materia.
Además, puede seguir actuando como abogado en temas jurisdiccionales sin limitarse sólo al ámbito
arbitral. Hay que señalar que es rentable a partir de un determinado nivel y siempre simultaneándolo con
el ejercicio profesional ante los tribunales ordinarios.
¿Cuál debe ser la formación de un letrado para llevar a cabo este tipo de casos?
Como ya he dicho en alguna ocasión, la formación no debe limitarse a un plano sólo académico, en el que
se pueden adquirir unos grandes conocimientos, sino que es fundamental cohonestar la formación en el
plano científico con el ejercicio profesional en un equipo de arbitraje. Mi experiencia, en una primera
etapa, se circunscribió al estudio, dado que mi tesis doctoral versó sobre arbitraje, pero posteriormente ha
sido fundamental para mí el estar en un grupo de arbitraje como el de Cuatrecasas en el que he ido día a
día adquiriendo una experiencia práctica que me ha resultado fundamental en mi vida profesional.
Usted, que tiene una actividad notable en el mundo Universitario y en la redacción de manuales de
arbitraje, ¿dónde cree que está la clave para la formación de abogados en estos temas?
Continuando con lo contestado en la pregunta anterior, es fundamental adquirir una sólida base
académica, asistiendo a cursos o programas de especialización en la materia. Actualmente la oferta es muy
variada en las distintas Facultades de Derecho, Institutos Universitarios, Escuelas de Práctica Jurídica, o
Escuelas de Negocio. Además, en los últimos años se han publicado diversos libros con motivo de la Ley
60/2003, de Arbitraje, de gran calidad. A lo anterior hay que unir la experiencia práctica necesaria, como
counsel, en una primera etapa, para después poder llegar a ser árbitro y simultanearlo con la actividad de
asesoramiento en procedimientos arbitrales.
¿Cómo se explica el desarrollo internacional del arbitraje fuera de nuestras fronteras y que a nivel
interno no haya despegada?
El arbitraje se ha desarrollado de forma muy notable en los países anglosajones, especialmente en EEUU e
Inglaterra por tener una cultura basada en principios de carácter contractualista. En cambio, en España el
arbitraje no tiene ese auge y ello es debido a que en nuestro país todavía no hay, lo que se ha dado en
llamar, una “cultura arbitral”. En los círculos de expertos se apuntan como razones que dificultan la
expansión del arbitraje, el coste del arbitraje, aparentemente superior al del proceso judicial (aunque, bien
mirado, la mayor duración del proceso compensaría el inicial coste superior del arbitraje), y la desconfianza
en cuanto a su eficacia por cuanto la falta de imperium de los árbitros obliga a recurrir a la intervención
jurisdiccional.
¿Cree posible que Madrid se convierta en capital internacional del arbitraje? ¿Qué habría que hacer en
ese caso?
Sí es posible que Madrid se convierta en una de las capitales internacionales del arbitraje. Precisamente,
que España sea sede de arbitrajes internacionales es una de las finalidades perseguidas por la Ley de
Arbitraje de 2003. Para ello es necesario el fortalecimiento de las Cortes arbitrales. En esa línea se debe
destacar la nueva normativa de la Corte de Arbitraje de Madrid, buscando la internacionalización de dicha
Corte. Asimismo, se debe tender a evitar la dispersión de Cortes que hay en la Capital de España, en la
misma línea que se ha seguido en otras ciudades españolas, como Barcelona, con su Tribunal Arbitral.
¿Por qué hay tantas Cortes Arbitrales en nuestro país? ¿No cree que tanta diversidad asusta al
empresario y le hace confiar en Cortes extranjeras?
En nuestro país han proliferado las Cortes Arbitrales a partir de la Ley de Arbitraje de 1988. Así, al amparo
de las respectivas Cámaras de Comercio y Colegios de Abogados surgieron multitud de Cortes. Además, de
las Cortes de carácter privado que también han nacido al amparo de aquella normativa. Por eso, como he
apuntado en la contestación de la pregunta anterior, debe tenderse a la unificación de las Cortes en los
casos en que sea posible, con lo que la nuevas Cortes que surjan saldrán fortalecidas. La diversidad, en
principio, no debe asustar a nuestros empresarios, siempre que las Cortes gocen del prestigio necesario. Lo
que parece imprescindible es que las Cortes españolas de arbitraje se equiparen a las extranjeras o
internacionales, cuyo prestigio todavía es superior al de las nuestras, y que cuenten con más medios
personales y materiales.
¿Qué opinión le merece el apoyo de las instituciones en el desarrollo del arbitraje en nuestro país?
¿Están trabajando en la dirección correcta?
Me parece que ese apoyo es fundamental. Así, por ejemplo, la Comunidad Autónoma de Madrid y
PromoMadrid están impulsando el “Proyecto Comunidad de Madrid, sede de arbitraje comercial
internacional”. También debe destacarse la labor del Club Español del Arbitraje, creado en 2005, en cuyos
Estatutos se estable que “pretende fomentar el arbitraje nacional e internacional y promover su utilización
en territorio español”, lo que hace, entre otras actividades, con sus Congresos Internacionales anuales de
reconocido predicamento. O para mejorar la eficacia del arbitraje, el Consejo General del Poder Judicial y
el Club Español del Arbitraje han creado el “Observatorio sobre el tratamiento judicial del arbitraje” entre
cuyos objetivos fundamentales está el estudio de la jurisprudencia relacionada con la materia arbitral con
la intención de detectar posibles disfunciones en la interpretación y aplicación de la Ley de Arbitraje. Con
todas esas iniciativas y con otras muchas, que por espacio, es imposible reseñar, creo que se va en la
dirección correcta para que el arbitraje cale en la sociedad española y, en concreto, entre su tejido
empresarial.
Por último, denos su opinión sobre el problema de la justicia en España y una forma de resolverlo.
Se habla de forma permanente de la crisis de la Justicia en España. En los últimos años, en el ámbito civil y
mercantil, se han aprobado nuevas leyes (la Ley de Enjuiciamiento Civil, la Ley Concursal, la Ley de
Arbitraje), es decir, se han modernizado los textos que hay que aplicar. Pese a lo anterior, se sigue
hablando del problema de la Justicia. Para resolverlo, o para mejorar su eficiencia, es necesario reformas
estructurales; dotar de más medios humanos y materiales a la Administración de Justicia. Así, son
necesarios más Juzgados dado el número de asuntos, más Jueces y Magistrados, más personal auxiliar.
También es necesaria su modernización, con la implantación de las nuevas tecnologías, siendo esos
sistemas informáticos compatibles entre las distintas Comunidades Autónomas. Así como la reforma o
modificación de los textos legales cuando sea necesario. En esta última línea estoy participando en un
Proyecto de Investigación sobre diez años de aplicación de la Ley de Enjuiciamiento Civil para detectar las
posibles disfunciones en su aplicación e interpretación.
Finalmente, ya que la entrevista versa sobre el arbitraje, soy partidario de la creación de Juzgados
especializados en esa materia en aquellas circunscripciones que por el volumen de asuntos lo requieran,
por ejemplo, Madrid, Barcelona, etc. Asimismo, soy defensor de la creación de Secciones especializadas en
arbitraje en las Audiencias Provinciales para evitar la posible dispersión en sus resoluciones, con lo cual se
conseguiría mayor seguridad jurídica, lo que repercutiría en que España fuera escogida con más frecuencia
sede de arbitrajes internacionales.
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