1 Señores Comisión Interamericana de Derechos

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87 Vauxhall Walk, London SE11 5HJ, United Kingdom
Tel: + 44 (0) 20 7793 1777 Fax: + 44 (0) 20 7793 1719
Email: [email protected] Web URL: www.redress.org
Señores
Comisión Interamericana de Derechos Humanos
1889 F Street, N. W.
Washington, D.C. 20006
Estados Unidos
Fax: 001-202-458-3992.
Correo electrónico: [email protected]
19 abril 2011
Distinguidos Señores,
Sírvanse encontrar adjunto la petición en representación de Sarah Lyn, Terry y
Langton, nacionales del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte,
representados por los señores Kevin Laue y Carla Frestman de la Organización
No Gubernamental REDRESS, con domicilio en el Reino Unido, en contra de la
República Bolivariana de Venezuela, por violaciones a la Convención Americana
de Derechos Humanos.
Adjunto encontrarán el formulario de petición, el escrito de petición y una lista
de anexos. Agradeceremos nos acusen de recibo de la presente petición y sus
respectivos anexos. Igualmente, no duden en contactarnos para cualquier
clarificación o documento adicional que requieran respecto a la presente
petición.
Sinceramente,
Kevin Laue
Carla Ferstman
FORMULARIO
I.
PERSONA, GRUPO DE PERSONAS
PRESENTAN LA PETICIÓN
U
ORGANIZACIÓN
QUE
Nombre: REDRESS en represtanción de Sarah Lyn, Terry y Lyn Langton
Dirección postal: 87 Vauxhall Walk, Londres SE11 5HJ, Reino Unido
Teléfono: +44 (0) 2077931777
Fax: +44 (0) 2077931719
Correo Electrónico: [email protected]
¿Desea usted que la CIDH mantenga su identidad como peticionario en
reserva durante el procedimiento? No.
II. NOMBRE DE LA PERSONA O PERSONAS AFECTADAS POR LAS
VIOLACIONES DE DERECHOS HUMANOS
Nombre: Sarah Lyn, Terry y Lyn Langton
Dirección postal: Reino Unido
Teléfono:
Fax:
En caso de que la víctima haya fallecido, identifique también a sus
familiares cercanos:
Terry y Lyn Langton
III. ESTADO MIEMBRO DE LA OEA CONTRA EL CUAL SE PRESENTA
LA DENUNCIA
República Bolivariana de Venezuela.
IV. HECHOS DENUNCIADOS
Relate los hechos de manera completa y detallada. Especifique el lugar y
la fecha en que ocurrieron las violaciones alegadas.
Ver petición anexa.
Pruebas disponibles
Indique los documentos que puedan probar las violaciones denunciadas
(por ejemplo, expedientes judiciales, informes forenses, fotografías,
filmaciones, etc.). Si los documentos están en su poder, por favor adjunte
una copia. NO ADJUNTE ORIGINALES (No es necesario que las copias
estén certificadas).
Ver lista de anexos en la petición adjunta.
Identifique a los testigos de las violaciones denunciadas. Si esas personas
han declarado ante las autoridades judiciales, remita de ser posible copia
del testimonio correspondiente o señale si es posible remitirlo en el
futuro. Indique si es necesario que la identidad de los testigos sea
mantenida en reserva.
Ver petición anexa.
Identifique a las personas y/o autoridades responsables por los hechos
denunciados.
Ver petición anexa.
V. DERECHOS HUMANOS VIOLADOS (En caso de ser posible,
especifique las normas de la Convención Americana o las de otros
instrumentos aplicables que considere violadas)
Ver petición anexa.
VI.
RECURSOS JUDICIALES DESTINADOS A REPARAR
CONSECUENCIAS DE LOS HECHOS DENUNCIADOS
LAS
Detalle las gestiones realizadas por la víctima o el peticionario ante los
jueces, los tribunales u otras autoridades. Señale si no le ha sido posible
iniciar o agotar este tipo de gestiones debido a que (1) no existe en la
legislación interna del Estado el debido proceso legal para la protección
del derecho violado; (2) no se le ha permitido el acceso a los recursos de
la jurisdicción interna, o haya sido impedido de agotarlos; (3) hay retardo
injustificado en la decisión sobre los mencionados recursos.
Ver petición anexa.
Señale si hubo una investigación judicial y cuándo comenzó. Si ha
finalizado, indique cuándo y su resultado. Si no ha finalizado indique las
causas.
Ver petición anexa.
En caso de que los recursos judiciales hayan finalizado, señale la fecha en
la cual la víctima fue notificada de la decisión final.
Ver petición anexa.
VII. INDIQUE SI HAY ALGÚN PELIGRO PARA LA VIDA, LA
INTEGRIDAD O LA SALUD DE LA VÍCTIMA. EXPLIQUE SI HA
PEDIDO AYUDA A LAS AUTORIDADES, Y CUÁL FUE LA
RESPUESTA.
No aplica.
VIII. INDIQUE SI EL RECLAMO CONTENIDO EN SU PETICIÓN HA
SIDO PRESENTADO ANTE EL COMITÉ DE DERECHOS
HUMANOS DE LAS NACIONES UNIDAS U OTRO ÓRGANO
INTERNACIONAL
No.
FIRMA
Por REDRESS, en representación de Sarah Lyn, Terry y Lyn Langton
.........................................
Kevin Laue
FECHA
19 de Abril de 2011.
..........................................
Carla Ferstman
Comisión Interamericana de Derechos Humanos
1889 F Street, N. W.
Washington, D.C. 20006
USA
Fax: 001-202-458-3992.
Correo electrónico: [email protected]
Fecha: 19 abril 2011
FORMULARIO DE PETICION
COMISION INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS
1. Terry Langton y Lyn Langton, ciudadnos del Reino Unido de Gran
Bretaña e Irlanda del Norte, y Carla Ferstman y Kevin Laue, en
representación de la Organización No Gubernamental, REDRESS,
(en adelante “los peticionarios”) interponen la siguiente petición en
contra
del
Estado
de
Venezuela
(en
adelante
“el
Estado”,
“Venezuela” o “el Estado venezolano”) por violaciones a los
derechos humanos consagrados en los artículos 4 (derechos a la
vida);
5
(integridad
personal);
8
(garantías
judiciales);
25
(protección judicial) en relación a la obligación general de respetar y
garantizar los derechos (artículo 1.1) y la obligación de adoptar
disposiciones de carácter interno (artículo 2), todos ellos de la
Convención Americana de Derechos Humanos (en adelante “la
Convención Americana”) en perjuicio de Sarah Lyn Langton (en
adelante “Sarah”), Terry Langton (en adelante “el padre de Sarah”
o “el Señor Langton” y Lyn Langton “la madre de Sarah” o “los
padres de Sarah”.
Hechos denunciados
2. Sarah Lyn Langton, ciudadana del Reino Unido, fue sentenciada a
prisión en Venezuela por tráfico de estupefacientes el 8 de agosto
de 20001. La señora Langton padecía de diabetes mellitus tipo I por
lo que era insulino-dependiente. Al momento de los hechos, se
encontraba privada de la libertad en el Instituto Nacional de
Orientación Femenina (en adelante “INOF”), en la localidad de Los
Teques, estado Miranda, Venezuela. El 6 de marzo de 2001 2 ,
aproximadamente a las 4:15 pm la señora Langton sufrió un ataque
de hipoglicemia, siendo trasladada entre las 5.30 pm y las 7:00 pm
al Hospital General Victorino Santaella en Los Teques, debido a
bajos niveles de azúcar en la sangre3. Fue dada de alta a las 7:45
pm4 del mismo día por los médicos de guardia de dicha institución
sin diagnóstico formal. Al momento de la urgencia no había
personal médico de servicio en la prisión para prestar ayuda a
Sarah5.
3. El 7 de marzo de 20016, mientras estaba en su celda, alrededor de
las 3:30 pm Sarah comenzó a convulsionar y se
desmayo
quedando inconsciente e imposibilitada para administrarse su dosis
de insulina7 o cualquier otro medicamento necesario para estabilizar
su condición de salud. Igualmente, la insulina se encontraba
guardada en la nevera de la Dirección del INOF, a la cual no tenía
1
Ver Anexo 1: Sentencia dictada por el Tribunal de Primera Instancia en funciones de
Control No. 03, Circuito Judicial Penal de la Circunscripción Judicial del Estado Miranda
con sede en la ciudad de Los Teques, 29 de Octubre de 2010, Causa Nro. 3C5279-08.
2
Ver Anexo 2: Nota Informativa. Dirección General de Custodia y Rehabilitación del
Recluso, 11 de marzo de 2001.
3
Ver Anexo 5(c): Comunicación de la Oficina del Despacho del Fiscal General de
Venezuela dirigida a Julie Foster, Cónsul Británica en Venezuela, 23 de julio de 2004,
Pág. 2, Párr. 3.
4
Ver Anexo 3: Declaración de Terry Langton sobre la muerte de Sarah Langton, 17 de
marzo de 2001, Pág. 1; Ver Anexo 4: Declaración Marion Harvey Hamilton, reclusa del
INOF presente al momento de los hechos.
5
Ver Anexo 5(c), Pág. 2, Párr. 3.
6
Ver Anexo 2.
7
Ver Anexo 1.
acceso Sarah 8 . Ante la insistencia de las demás reclusas, las
autoridades del penal llamaron una ambulancia del Cuerpo de
Bomberos, la cual demoró una hora en llegar a la prisión. Una vez
en el INOF, el personal médico del Cuerpo de Bomberos y el
personal penitenciario tardaron más de dos horas para trasladar a la
señora Langton a la ambulancia9.
4. Al igual que el día 6 de marzo, al momento de dicha situación, no
había médicos o personal equivalente con la capacidad de suplir
necesidades médicas en caso de emergencia en el INOF. A saber, la
Doctora Marianella González de Muñoz, a cargo de la Jefatura del
Servicio Médico del INOF y encargada de la guardia en el servicio de
adultos en horario de 1 a 4 pm, había viajado a Colombia para
asistir a una Conferencia. La señora Eglee Ascanio era la Comisario
del penal y había autorizado la ausencia de la Doctora González de
Muñoz encontrándose también en la misma Conferencia. Ninguna
de ellas previó o tomó medidas para que el servicio médico fuese
prestado por alguien más durante su ausencia. Los doctores Luis
Eduardo Mota Acosta y Migdalia Coromoto Galavis Carvajal tenían a
su cargo el área pediátrica del penal, encontrándose presentes en el
INOF al momento de los hechos. Sin embargo, a pesar de haber
sido notificados de la situación, omitieron prestar ayuda debido a la
presunta prohibición expresa de no acceder al área de adultos10.
5. Sarah
fue
llevada
al
Hospital
General
Victorino
Santaella
aproximadamente a las 6 pm 11 y presentaba situación crítica con
sudoración profusa, fluctuando entre estados semi-inconsciente e
inconsciente,
8
con
frialdad
cutánea,
palidez
acentuada,
Ver Anexo 1, Pág. 5.
Ver Anexo 1. Pág. 5. Recuento entrevista de Natasha Guerrero, reclusa del INOF
presente al momento de los hechos.
10
Ver Anexo 1
11
Ver Anexo 3: Declaración de Terry Langton de fecha 17 de marzo de 2001. Pág. 1.
9
descompensada con hipoglucemia12. Ante el estado deplorable de la
señora Langton los médicos de dicha institución ordenaron su
traslado al área de cuidados intensivos, pero al no haber camas
disponibles se le mantuvo en el pasillo del hospital. 13 Conforme
comunicación remitida al señor Langton por el Fiscal General de la
República en fecha 23 julio 2004, en el hospital le suministraron
solución glucosaza y le colocaron un tubo endo-traqueal con
ventilación asistida; 14 por el contrario, los Peticionarios entienden
que Sarah no recibió atención médica en el pasillo de hospital hasta
al menos las 11pm. 15 Debido a que el hospital público carecía de
instalaciones adecuadas Sarah necesitaba ser tratada en un hospital
privado. Particularmente, en la nota informativa de la Dirección
General de Custodia y Rehabilitación del Recluso de fecha 11 de
marzo de 2001, consta que “El médico tratante manifiesta que la
paciente se encuentra muy delicada de salud y que debía ser
recluida en terapia intensiva y que el hospital no contaba con los
instrumentos
médicos
adecuados
disponibles
para
el
momento.” 16 Ante dicha situación, su abogado defensor, el señor
Pastor Solórzano, gestionó su traslado a un centro médico privado,
siendo autorizado por la directora del INOF.
6. Dada la delicada condición de la señora Langton, el médico de turno
no permitió su transferencia solo hasta las 2.30 am. La ambulancia
privada con ventilador para transportarla, llegó al hospital a las
3:30 am y llego al Instituto Médico de San Bernardino en Caracas a
las 4 am del día 8 de marzo. Al llegar al Instituto Médico, las
autoridades del mismo la dejaron en la ambulancia y negaron su
admisión al hospital debido a que primero debían cumplirse los
12
Ver Anexo 3, Pág. 2, Párr. 4; y Anexo 1. Pág. 15.
Ver Anexo 3: Declaración de Terry Langton de fecha 17 de marzo de 2001. Pág. 1;
Ver Anexo 5(c). Pág. 2, Párr. 4.
14
Ver Anexo 5(c).
Ver Anexo 3.
16
Ver Anexo 2.
13
procedimientos administrativos y tramites pre-establecidos para su
ingreso
sin
tener
en
cuenta
su
grave
estado
de
salud.
Posteriormente, solicitaron un depósito mayor de USD 10,000
dólares17, exigiendo para ello copia de la tarjeta de crédito del Sr.
Langton, padre de Sarah, desde el Reino Unido.
7. Sarah fue colocada en una habitación con el ventilador de la
ambulancia. Sarah fue finalmente admitida en la unidad de cuidados
intensivos a las 9:00 am, más de 5 horas después de que la
recogiese la ambulancia y solo luego de que los trámites del
depósito fueron completados18. Sarah ingresó al Instituto en estado
de coma diabético.
8. Sarah muere en el Instituto el día 13 de marzo de 2001 a las 11:45
pm. De acuerdo a la autopsia llevada a cabo, la causa de su muerte
fue encefalopatía anóxica y diabetes melitos tipo I. Sarah nunca
recobró el conocimiento luego de ser ingresada en el Instituto
Médico de San Bernardino.
9. Los padres de Sarah tuvieron que viajar del Reino Unido con gran
urgencia para cuidar de su hija en el Instituto debido a la gravedad
de su estado. Durante sus días en el Instituto, nunca pudieron
interactuar
con
ella
debido
a
su
estado
de
permanente
inconsciencia. Esto acentuó aún más su sufrimiento y sentido de
impotencia frente a la condición de su hija.
10. Las autoridades venezolanas sabían de la condición de salud de
Sarah desde que fue procesada, dada la reiteración de esta
situación a las autoridades del penal por parte de su padre y del
17
Ver Anexo 3: Declaración de Terry Langton de fecha 17 de marzo de 2001, Pág. 3:
Inicialmente la clínica privada había solicitado al Dr. Pastor Solórzano la cantidad de USD
1,000 dólares para ingresar a Sarah en el centro.
18
Ver Anexo 3: Declaración de Terry Langton sobre la muerte de Sarah Langton, de
fecha 17 de marzo de 2001, Pág. 3.
abogado defensor de la Sarah, Doctor Pastor Solórzano19. El padre
de Sarah había indicado a las autoridades del penal su preocupación
por la salud de su hija, no sólo por la diabetes que sufría sino por
entender que ésta podría estar sufriendo de algún desequilibrio
mental20. Así mismo, los doctores que habían tratado a Sarah en el
Reino Unido, con anterioridad al incidente que llevó a su arresto en
Venezuela, entendían que podría estar sufriendo de depresión y que
requería de evaluación psiquiátrica al respecto21.
11. Más aún, desde su ingreso en el INOF, el 29 de agosto de 2000,
las autoridades médicas del penal tuvieron conocimiento de la
condición de diabética de Sarah, conforme consta en los dos
chequeos médicos que le fueron realizados por el Doctor Orlando
González, realizados en el Centro Médico del INOF, en fechas 1 de
septiembre de 2000 y 5 de enero de 200122. Los Peticionarios nunca
recibieron prueba de que se haya realizado evaluación psiquiátrica
alguna que respondiese de manera adecuada a las preocupaciones
del padre y los doctores de Sarah Lyn sobre su salud mental.
Igualmente, la Embajada Británica en Venezuela tuvo conocimiento
de diversos episodios durante los cuales Sarah tuvo que ir al
hospital debido a que su dosis de insulina no era suministrada a
tiempo en el INOF.23
19
Ver Anexo 8: Documentos que prueban la condición de salud de Sarah Lyn Langton.
En especial, los reportes médicos Anexos 8(a), 8(c) y 8(f) expedidos por los doctores
que atendían a Sarah Lyn en el Reino Unido; Anexos 8(d) y 8(e), comunicaciones entre
Terry Langton y el abogado defensor de Sarah Lyn, Dr. Pastor Solórzano y entre la
Embajada Británica en Venezuela y Terry Langton, en los cuales constan que las
autoridades del penal habían sido informadas de la situación de salud de Sarah Lyn y el
riesgo para su vida.
20
Ver Anexo 8(b): Declaración de Terry Langton referente a Sarah Langton de fecha 9
de septiembre de 2000, donde expresa su preocupación por la diabetes de su hija y el
estado mental alterado en el que se encontraba al momento de su arresto en Venezuela.
21
Ver Anexos 8(a), 8(c) y 8(f): reportes médicos expedidos por los doctores que
atendían a Sarah Lyn en el Reino Unido.
22
Ver Anexo 5(c). Pág. 2, Párr. 2.
23
Ver Anexo 8(e).
Descripción del proceso judicial e investigación de los hechos
12. El ciudadano Luis Camacho, mediante comunicación 0151 de 7 de
marzo de 2002, casi 12 meses después de la muerte de Sarah,
notificó al ciudadano Julián Isaías Rodríguez, Fiscal General de la
República, sobre los hechos acaecidos el 7 de marzo de 2001 en el
Instituto de Orientación Femenina. El 30 de abril del mismo año se
ordena abrir investigación conforme al artículo 300 del Código de
Procedimiento Penal 24 . Dos años después, en el 2004, mediante
comunicaciones remitidas vía la Embajada Británica, la Oficina del
Despacho del Fiscal General de Venezuela informa al Señor Langton
que la investigación del caso, a cargo de la abogada Rosa Mémoli
Bruno, se encontraba en su etapa final
25
y que se había
entrevistado al personal médico del Hospital General Victorino
Santaella y del Instituto de Diagnóstico San Bernardino al tanto de
los hechos26.
13. Entre marzo y noviembre de 2005 se investigaron y entrevistaron
diferentes personas27. El 22 de marzo de 2005, más de cuatro años
después de la muerte de Sarah, se inicia una investigación en
contra del Doctor Luis Eduardo Mota Acosta, citándosele por
primera vez en calidad de imputado el día 6 de octubre del mismo
año, cuatro años y seis meses después de ocurridos los hechos28.
Fueron también entrevistadas Migdalia Coromoto Galavis Carvajal y
24
Ver Anexo 5(c), Pág. 3.
Ver Anexo 5(d): Comunicación la Oficina del Despacho del Fiscal General de Venezuela
No. DFGR 47.747. Sin fecha. Dirigida a Julie Foster, Cónsul Británica en Venezuela, Pág.
1;
26
Ver Anexo 5(c), Pág. 2, Párr. 3.
27
Aparte de las personas investigadas fueron entrevistados los señores Marion Harvey
Hamilton y Natasha Guerrero (reclusas que compartían con Sarah Lyn), Teresa García
(médico general), Pastor Solórzano (abogado defensor de Sarah Lyn), así como cinco
custodios que se encontraban de guardia en el penal al momento del suceso.
28
Anexo 5(f): Comunicación de la Oficina del Despacho del Fiscal General de Venezuela
No. DFGR-22.524 de fecha 22 de marzo de 2005 dirigida a Terry Langton.
25
Eglee Ascanio, resultando imputada la primera por homicidio
culposo29.
14. El 8 de mayo de 2006 ocurre la imputación de Luis Mota por el
cargo de homicidio culposo30 y el 7 de julio del mismo año, 5 años y
4 meses después del hecho, la imputación de Marianella González
de Muñoz, por el mismo cargo31. Mediante comunicación de fecha 7
de agosto de 2006, la Oficina del Despacho del Fiscal General
informó a la Cónsul Británica en Caracas que el proceso se
encontraba en su fase preparatoria ante la Fiscalía Vigésima Octava
del Ministerio Público con Competencia a Nivel Nacional.32 El 25 de
mayo de 2007 fue imputada Eglee Ascanio por el delito de
abandono de niño u otra persona incapaz.33
15. El 8 de julio de 2008 fueron sometidas las acusaciones en contra
de Migdalia Coromoto Galavis Carvajal y Luis Eduardo Mota Acosta
por el delito de homicidio culposo y de Marianella González de
Muñoz y Eglee del Carmen Ascanio Cadenas por el delito de omisión
de socorro en relación con la muerte de Sarah Lyn Langton, por los
Fiscales del Ministerio Público, Lesbia Alamarza Clisanchez y Marelyz
Yovera, Fiscal y Fiscal auxiliar Vigésima Octava del Ministerio
Público a Nivel Nacional. Las audiencias preliminares y de fondo no
fueron celebradas hasta el día 20 de octubre de 201034, más de dos
años después de dichas acusaciones.
16. Los abogados de los acusados alegaron la existencia de la
prescripción ordinaria de la acción y la prescripción judicial. Dichas
29
Anexo 5(g): Comunicación de la Oficina del Despacho del Fiscal General de Venezuela
No. 53-251 de fecha 7 de julio de 2005 dirigida a Terry Langton.
30
Anexo 1, Pág. 6.
31
Anexo 5(l): Comunicación de la Oficina del Despacho del Fiscal General de Venezuela
No. DFGR-DVFGR-DGAP-DPDF-18-F-1403-02-7.222 053106 de fecha 07 de agosto de
2006 dirigida a Julie Foster, Pág. 2.
32
Anexo 5(l), Pág. 1.
33
Anexo 1, Pág. 6.
34
Anexo 1, Pág. 1.
excepciones fueron encontradas procedentes por el Tribunal de
Primera Instancia en funciones de Control No. 03 del Circuito
Judicial Penal de la Circunscripción Judicial del Estado de Miranda
(“El Tribunal”), el 29 de octubre de 2010.
17. El Tribunal decidió que la prescripción ordinaria operó en relación
con el señor Luis Mota y Migdalia Galvis debido a que más de 3
años pasaron desde la comisión del alegado punible y su primera
citación en calidad de imputados. En relación con Marianella
González y Eglee del Carmen Ascanio, el Tribunal encontró que la
prescripción judicial habría igualmente operado. La prescripción
judicial en Venezuela “garantiza al reo la extinción del proceso, si
este se prolongase por un tiempo igual al de la prescripción de la
acción, más la mitad del mismo y siempre que la dilación judicial
ocurra sin culpa del reo”35. De acuerdo al Tribunal “desde el día 07
de marzo de 2001, (fecha en que ocurrió el hecho) hasta el día 20
de octubre de 2010, fecha de la celebración de la audiencia
preliminar, han transcurrido nueve (9) años, siete (7) meses y doce
(12) días, sin que la misma se prolongara por causas atribuibles a
los imputados o a su defensa”. Por tanto, la investigación penal
culminó con la absolución penal de los imputados debido a la
aplicación de estatutos de limitación.
18. La investigación sobre la muerte de Sarah fue iniciada el 7 de
marzo de 2002 por el Ministerio Público y culminó con la audiencia
preliminar del 20 de octubre de 2010. Esto quiere decir que la
misma se extendió por un período de 8 años y 7 meses desde su
inicio. Asimismo, a 20 de octubre de 2010, habían transcurrido 9
años, 7 meses y 12 días desde la muerte de Sarah. Aún teniendo el
Ministerio Público y otras autoridades judiciales pleno conocimiento
35
Sala Constitucional del Máximo Tribunal de la República Bolivariana de Venezuela,
Sentencia No. 1118, 25 de junio de 2001, Magistrado Jesús Eduardo Cabrera Romero,
citada en Anexo 1.
de la existencia de la
posible aplicación
prescripción ordinaria y judicial y de su
al caso, dichas autoridades no actuaron con la
diligencia debida para evitar la tardanza excesiva en el inicio de la
acción penal y en el desarrollo del proceso investigativo, razones
por las cuales se llega al sobreseimiento de la causa en contra de
los acusados.
19. Los padres de Sarah, en su calidad de víctimas, no obstante haber
requerido constantemente información concreta y detallada sobre la
investigación
que
adelantaba
el
Ministerio
Público
36
,
nunca
recibieron copias de las actas de las investigaciones a fin de tener
total
conocimiento
correspondía
del
conforme
desarrollo
lo
ordena
del
el
proceso,
Código
tal
como
Procesal
les
Penal
Venezolano vigente en el momento 37 . Los padres de Sarah Lyn
fueron informados del fallo del tribunal en fecha 29 de octubre de
2010 a través del abogado que les representó ante la jurisdicción
venezolana, Sr. Willy Chang de COFAVIC. Finalmente, los señores
Langton pudieron obtener copia de la sentencia en idioma español
en fecha 11 de enero de 2011, procurando una versión al inglés
para su completo entendimiento en fecha 1 de febrero de 2011.
Requisitos de admisibilidad
20. De acuerdo al Reglamento de la Comisión Interamericana de
Derechos Humanos
38
(en adelante “la CIDH” o “la Comisión
Interamericana”) y la Convención Americana 39 , para que una
petición sea susceptible de ser analizada deberá ser incoada por
36
Ver Anexo No. 5: Comunicaciones intercambiadas entre Terry Langton, el Dr. Julián
Isaías Rodríguez Díaz, Procurador General de la República, y el Consulado Británico en
Venezuela entre 2002 y 2008 sobre el caso de Sarah Langton.
37
Ver Anexo No. 6: Código Orgánico Procesal Penal. Publicado en Gaceta Oficial No.
5.208 Extraordinario de 23 de enero de 1998, Artículos 116 y 312.
38
Véase artículos 27 y 28 del Reglamento de la CIDH.
39
Véase artículos 44, 45 y 46 de la Convención Americana.
cualquier persona o grupo de personas contra un Estado miembro
de la Organización de Estados Americanos (en adelante la “OEA”).
21. En el caso en comento, la petición es presentada por Terry Langton
y Lyn Langton padres de Sarah y Carla Ferstman y Kevin Laue como
apoderados
legales
de
las
víctimas,
de
la
organización
no
gubernamental REDRESS. La petición es interpuesta en contra del
Estado
Venezolano
por
violaciones
a
los
derechos
humanos
consagrados en la Convención Americana, la cual fue ratificada por
el Estado Venezolano el 9 de agosto de 1977. El Estado de
Venezuela
reconoció
la
jurisdicción
de
la
honorable
Corte
Interamericana el día 24 de junio de 1981. La identidad de las
víctimas no es de carácter confidencial.
22. En ese sentido, la presente petición cumple con los requisitos de
competencia ya que la CIDH posee competencia ratione loci para
conocer de la petición, por cuanto en ella se alegan violaciones de
derechos protegidos por la Convención Americana que han tenido
lugar en Venezuela, Estado parte de dicho tratado. Asimismo, la
Comisión tiene competencia ratione temporis pues la obligación de
respetar y garantizar los derechos protegidos por la Convención
Americana ya se encontraba en vigor para el Estado Venezolano en
la fecha en que ocurrieron los hechos alegados en la petición.
Finalmente, la Comisión tiene competencia ratione materiae, porque
en la petición se denuncian presuntas violaciones de derechos
humanos protegidos en la Convención Americana.
23. En cuanto al agotamiento de los recursos internos, la presente
petición argumenta que los mismos ya fueron agotados. En caso tal
de que la honorable Comisión considere que los mismos no han sido
agotados, se mantiene que no hay obligación de agotarlos debido a
que los recursos disponibles no son efectivos como se procede a
precisar.
24. Como bien se explicó en la descripción de los hechos, la última
decisión de la instancia judicial en Venezuela tuvo lugar el 29 de
octubre de 2010. Esta sentencia no fue apelada por el Ministerio
Público, órgano que tenía la potestad y obligación de considerar
hacerlo en el interés de la justicia, fallando en el ejercicio de su
discreción para apelar el caso y sin motivar su decisión. Por tanto,
la sentencia se convirtió en cosa juzgada y el proceso penal llegó a
su etapa final.
25. Si la honorable CIDH considera que los recursos internos no han
sido
agotados,
respetuosamente
se
alega
que
aplican
las
excepciones contenidas en el artículo 46.2 (a y c) de la Convención
Americana, ya que a pesar de existir recursos para la protección de
los derechos que se alega han sido violados, dichos recursos no son
efectivos. La existencia en Venezuela de estatutos de limitación
como la prescripción ordinaria y judicial, así como el retardo
injustificado en la investigación y decisión judicial,40 impiden que el
estado cumpla con su obligación internacional de investigar y
sancionar a aquellas personas responsables de las violaciones de los
derechos humanos. De tal forma, aunque se reconozcan los
derechos humanos en Venezuela, los mismos carecen de recursos
efectivos para su protección, lo cual los torna inexistentes.
26. En el caso en comento, más de 10 años transcurrieron para que el
sistema de justicia penal venezolano tomase una decisión final en el
caso de Sarah. Dicha dilación injustificada protegió y favoreció a los
perpetradores de los alegados delitos, quienes se vieron exonerados
de responsabilidad penal debido a la operación de estatutos de
limitación. Como bien lo ha indicado la honorable CIDH en el caso
Servellón y otros c. Honduras:
40
Corte IDH. Albán-Cornejo et al c. Ecuador. Sentencia del 5 de Agosto de 2008. Párr.
40.
“una investigación penal debe realizarse con prontitud para
proteger los intereses de las víctimas y preservar la prueba y
que, en este caso, el tiempo transcurrido sin que se
investigue efectivamente, se procese y sancione a todos los
responsables, constituye una manifestación de retardo
injustificado y de las escasas perspectivas de efectividad de
este recurso, ya que no pueden considerarse efectivos
aquellos recursos que, por las condiciones generales del país
o incluso por circunstancias de un caso dado, resulten
ilusorios……como sucede cuando se incurre en retardo
injustificado en la decisión”41.
27. En aplicación de dicho principio, la honorable CIDH ha considerado
en diversos casos que los recursos disponibles a nivel interno no
son eficaces y por tanto ha eximido a los peticionarios de la
obligación de agotar los recursos internos
42
. Aun más, debe
recordarse que pesa sobre el Estado la obligación de probar que sus
recursos domésticos disponibles son adecuados y efectivos a los
fines de resarcir violaciones a los derechos humanos como las aquí
alegadas43.
28. Los hechos descritos en este caso y las violaciones alegadas en
esta petición no ha sido llevadas ante ninguna otra instancia
internacional de
derechos humanos. Por tanto, la honorable
Comisión puede ejercer jurisdicción.
Derechos humanos violados
Derecho a la vida (Artículo 4 de la Convención Americana)
29. El derecho a la vida se encuentra consagrado en el artículo 4 de la
Convención Americana. De acuerdo a la jurisprudencia de la Corte
41
CIDH. Servellón García y Otros c. Honduras, Caso 12.331, Informe No 16/02, 27 de
Febrero de 2002.
42
Ibid. Párr. 33; Pedro Antonio Centurión c. Paraguay, Caso 788-05, Informe No 19/09,
19 de marzo de 2009, Párr. 22.
43
CIDH. Gustavo Gómez López c. Venezuela, Caso 11.703, Informe Nº 82/98, Párr. 20;
Corte IDH. Perozo et al. c. Venezuela, Sentencia de 28 de enero de 2009, Párr. 42.
Interamericana, el derecho a la vida es “un derecho humano
fundamental, cuyo goce es un prerrequisito para el disfrute de todos
los demás derechos humanos. En razón del carácter fundamental
del derecho a la vida, no son admisibles enfoques restrictivos del
mismo”44.
30. Los derechos humanos consagrados en la Convención Americana
implican que los Estados partes de dicho tratado tienen obligaciones
tanto positivas como negativas derivadas de los mismos. En el caso
del derecho a la vida, la jurisprudencia de la honorable Corte
Interamericana, ha reconocido que dicho derecho implica no solo la
obligación general de que nadie puede ser privado de su vida
arbitrariamente, sino además, el deber estatal de adoptar un marco
normativo adecuado para prevenir violaciones de dicho derecho;
establecer un sistema judicial que permita investigar, castigar y
reparar toda privación de la vida por parte de agentes estatales o
particulares; y salvaguardar el derecho a que no se impida el
acceso a las condiciones que garanticen una vida digna 45 . Estas
normas están igualmente consagradas en los Principios Básicos y en
las Reglas Mínimas para el Tratamiento de Reclusos46.
44
Véase Corte IDH. Caso Ximenes Lopes c. Brasil, Sentencia de 4 de julio de 2006,
Serie, Párr. 124; Caso Instituto de Reeducación del Menor c. Paraguay, Sentencia de 2
de septiembre de 2004, Párrs. 156 y 158; Caso de los Hermanos Gómez Paquiyauri c.
Perú, Sentencia de 8 de julio de 2004, Párrs. 128 y 129; Caso 19 Comerciantes c.
Colombia, Sentencia de 5 de julio de 2004, Párr. 153; Caso Myrna Mack Chang c.
Guatemala, Sentencia de 25 de noviembre de 2003, Párrs. 152 y 153; Caso Juan
Humberto Sánchez c. Guatemala, supra nota 30, Párr. 110; y Caso de los “Niños de la
Calle” (Villagrán Morales y otros) c. Guatemala, Sentencia de 19 de noviembre de 1999,
Párr. 144.
45
Véase Corte IDH. Caso Ximenes Lopes c. Brasil, Sentencia de 4 de julio de 2006, Párr.
125; Caso “Instituto de Reeducación del Menor” c. Paraguay, Sentencia de 2 de
septiembre de 2004, Párr. 158; Caso de los Hermanos Gómez Paquiyauri c. Perú,
Sentencia de 8 de julio de 2004, Párr. 129; Caso 19 Comerciantes c. Colombia,
Sentencia de 5 de julio de 2004, Párr. 153;
46
Véase, Asamblea-General de Naciones Unidas, Principios Básicos para el Tratamiento
de los Reclusos, Res. 45/111, 14 de diciembre de 1990, Principio 9 y Consejo Económico
y Social, Reglas Mínimas para el Tratamiento de los Reclusos, 13 de mayo de 1977,
Reglas 22-26.
31. En el caso de Sarah, se observa que al momento de producirse su
muerte, ésta se encontraba bajo custodia estatal debido a su
condición de privación de la libertad en una prisión estatal. Así
mismo, que el Estado tenía conocimiento previo de su estado de
vulnerabilidad debido a su delicado estado de de salud: persona
diagnosticada con diabetes y problemas de salud mental. En ese
sentido, de acuerdo a la jurisprudencia ya mencionada, Venezuela
tenía la obligación adoptar todas las medidas necesarias para
prevenir y evitar cualquier amenaza a su vida. Por tanto, debió
proveerle de la asistencia médica necesaria frente a las urgencias
médicas que Sarah vivió el 6 y el 7 de marzo de 2001. Igualmente,
al morir Sarah, el Estado debió
iniciar una investigación rápida y
efectiva que permitiera conocer la verdad de los hechos, identificar
y castigar a sus responsables y reparar por la violación y daños
ocasionados. Estas obligaciones son de mayor envergadura cuando
se deben en relación con personas en estado de vulnerabilidad
como lo era Sarah.
32. La Corte Interamericana, en el caso Instituto de Reeducación del
Menor c. Paraguay estableció que:
“Frente a las personas privadas de libertad, el Estado se
encuentra en una posición especial de garante, toda vez que
las autoridades penitenciarias ejercen un fuerte control o
dominio sobre las personas que se encuentran sujetas a su
custodia 47 . De este modo, se produce una relación e
interacción especial de sujeción entre la persona privada de
libertad y el Estado, caracterizada por la particular intensidad
con que el Estado puede regular sus derechos y obligaciones
y por las circunstancias propias del encierro, en donde al
recluso se le impide satisfacer por cuenta propia una serie de
47
Corte IDH. Caso Juan Humberto Sánchez c. Guatemala, Sentencia de 7 de junio de
2003, Párr. 111; En el mismo sentido, Caso de la Cárcel de Urso Branco c. Venezuela,
considerando sexto; y Caso de los Hermanos Gómez Paquiyauri c. Perú, Medidas
Provisionales, Resolución de la Corte Interamericana de Derechos Humanos de 7 de
mayo de 2004, considerando décimo tercero.
necesidades básicas que son esenciales para el desarrollo de
una vida digna”48.
33. En ese sentido, de acuerdo con la citada jurisprudencia, el Estado
venezolano se encontraba en posición de garante frente a los
derechos de Sarah, teniendo no sólo la obligación de respetar sus
derechos, sino también de garantizarlos. No obstante, dicha
obligación fue totalmente ignorada por el Estado, puesto que a
pesar de conocer de los padecimientos de la señora Langton, se
negó a suministrarle atención médica inmediata y adecuada, lo que
indudablemente produjo su muerte.
34. Particularmente, es necesario señalar que cuando una persona se
encuentra privada de la libertad, existe una interacción especial
entre ella y el Estado, el cual debe asumir una serie de
responsabilidades tendientes a garantizar
“la vida digna y contribuir al goce efectivo de aquellos
derechos que bajo ninguna circunstancia pueden restringirse
o de aquéllos cuya restricción no deriva necesariamente de la
privación de libertad y que, por tanto, no es permisible. De
no ser así, ello implicaría que la privación de libertad despoja
a la persona de su titularidad respecto de todos los derechos
humanos, lo que no es posible aceptar”49.
35. Como se ha señalado con anterioridad, en el caso específico de
Sarah, la omisión de garantizar asistencia médica adecuada e
inmediata, dada su condición de vulnerabilidad, produjo su muerte.
En ese sentido, al negar dicha asistencia médica adecuada y
oportuna, el Estado venezolano restringió el derecho a la salud de la
señora Langton, poniendo en grave riesgo el derecho a la vida de la
misma. Debido a la condición médica de la señora Langton era más
que previsible que la falta de atención médica adecuada frente a su
condición, pondría en peligro su vida.
48
Corte IDH. Caso "Instituto de Reeducación del Menor" c. Paraguay, Sentencia de 2 de
septiembre de 2004, Párr. 154.
49
Corte IDH. Caso "Instituto de Reeducación del Menor" c. Paraguay, Párr. 155.
36. A la luz de los argumentos fácticos y jurídicos explicados, queda
evidenciado que el Estado venezolano al omitir su obligación de
brindar un servicio de salud inmediato y adecuado a la señora
Langton no garantizó su derecho a la vida, por lo que existe una
violación al artículo 4 de la Convención Americana en conexión con
la obligación general de respetar y garantizar los derechos
establecidos
en
el
articulo
1(1)
del
mismo
instrumento
internacional.
Derecho a la integridad personal (Artículo 5 de la Convención
Americana)
En detrimento de Sarah Lyn Langton
37. La Convención Americana regula en su artículo 5 el derecho a la
integridad personal y la prohibición expresa de tortura y de tratos
crueles, inhumanos y degradantes. La Corte Interamericana ha
señalado en los casos relativos a personas privadas de libertad que
el Estado, tiene una función especial, es decir, se encuentra en
posición de garante; con lo que le corresponde proteger y
garantizar el derecho a la vida, a la integridad personal de las
personas privadas de libertad así como otros derechos.
38. Igualmente, el Estado tiene la obligación de proveer a dichas
personas de las condiciones básicas de existencia, las cuales deben
ser compatibles con el concepto de vida digna desarrollado por la
honorable Corte Interamericana50. En particular, debe resaltarse la
obligación del Estado de “proporcionar a los detenidos revisión
médica regular y atención y tratamiento adecuados cuando así se
50
Corte IDH. Caso "Instituto de Reeducación del Menor" c. Paraguay, Párr. 159.
requiera”51. La honorable Corte Interamericana ha concluido que la
falta de atención médica adecuada puede constituir una violación
del Articulo 5.1 y 5.2 de la Convencion “dependiendo de las
circunstancias concretas de la persona en particular, el tipo de
dolencia que padece, el lapso transcurrido sin atención y sus efectos
acumulativos”52.
39. En igual sentido, la Corte Europea de Derechos Humanos en el
caso Kudla c. Polonia ha indicado que:
“Según [el artículo 3 de la Convención], el Estado debe
asegurar que una persona esté detenida en condiciones que
sean compatibles con el respeto a su dignidad humana, que
la manera y el método de ejercer la medida no le someta a
angustia o dificultad que exceda el nivel inevitable de
sufrimiento intrínseco a la detención, y que, dadas las
exigencias prácticas del encarcelamiento, su salud y
bienestar estén asegurados adecuadamente, brindándole,
entre otras cosas, la asistencia médica requerida”53.
40. Sarah fue sometida a una situación de angustia y sufrimiento
debido a la imposibilidad de acceder a asistencia médica adecuada
en las diversas ocasiones en que presentó crisis diabéticas, así
como durante los días 6 y 7 de marzo, durante cuyos eventos sufrió
daños irreversibles de salud que terminaron ocasionando su muerte.
La angustia y sufrimiento de Sarah fue el resultado tanto de lo
experimentado en el INOF como a la falta de acceso rápido y
efectivo a hospitales con la capacidad y voluntad de prestar el
servicio médico requerido. Este sufrimiento se prolongó por varias
horas durante dichos días.
51
Corte IDH. Montero-Aranguren y Otros, (Retén de Catia) v. Venezuela. Sentencia del 5
de Julio 2006. Párr. 102.
52
Corte IDH. Montero-Aranguren y Otros c. Venezuela, Párr. 103.
53
Corte Europea de Derechos Humanos (CEDH). Kudla c. Polonia, Sentencia del 26 de
octubre 2000, No. 30210/96, Párrs. 93-94.
41. El sufrimiento de Sarah durante sus crisis diabéticas se agravó
igualmente debido a la falta del Estado de prestar servicios
adecuadas a Sarah para diagnosticar y tratar su delicado estado de
salud mental. Como ya se ha indicado en esta petición, tanto el
padre de Sarah como sus médicos en el Reino Unido, informaron
oportunamente
a
las
autoridades
penitenciarias
sobre
dicho
problema por lo que el Estado debió haber tomado las medidas
necesarias para proveer una evaluación y atención psiquiátrica
adecuadas. Esto nunca ocurrió durante el tiempo que Sarah estuvo
bajo custodia estatal. La Corte Europea de Derechos Humanos ha
establecido que la denegación de tratamiento y cuidado psiquiátrico
viola la prohibición de tortura y trato inhumano bajo el artículo 3 de
la Convención Europea, si esta causa a la persona en detención un
sufrimiento que pudiese calificar como inhumano o degradante.54 En
el caso de Sarah, es claro que además de sufrir de diabetes, la
misma no contaba con la fortaleza mental para tratar de sobrellevar
la falta de respuesta adecuada por parte del Estado frente a su
situación de salud. Por tanto, es razonable concluir que Sarah
experimentó aun más angustia y dolor frente a la falta de diligencia
de las autoridades penitenciarias. Todo esto se torna aun mas grave
cuando la persona en tal estado de vulnerabilidad es un extranjero
sin dominio del idioma Español y sin los códigos culturales para
comunicar sus necesidades y dolor. Sarah tuvo que experimentar
un sentimiento profundo de impotencia y frustración.
42. Por tanto, el Estado ha violado los derechos consagrados en el
artículos 5(1) y 5(2) de la Convención Americana en relación con el
articulo 1(1) del mismo instrumento en perjuicio de Sarah Lyn
Langton.
54
CEDH. Aerts v. Bélgica Sentencia del 30 de julio de 1998, Cámara de Apelación.
25357/94, Párrs. 64 66.
En detrimento de Terry y Lyn Langton (padres de Sarah)
43. Por
otra
parte,
la
jurisprudencia
reiterada
del
sistema
interamericano afirma que “los familiares de las víctimas de
violaciones de los derechos humanos pueden ser, a su vez,
víctimas. El Tribunal [Interamericano] ha considerado violado el
derecho a la integridad psíquica y moral de algunos familiares de las
víctimas con motivo del sufrimiento adicional que estos han
padecido como producto de las circunstancias particulares de las
violaciones perpetradas contra sus seres queridos y a causa de las
posteriores actuaciones u omisiones de las autoridades estatales
frente a los hechos”55. La honorable Corte Interamericana también
ha mantenido que tal sufrimiento se agrava debido a la falta por
parte de las autoridades gubernamentales de proveer a los mismos
con información respecto a los eventos ocurridos y por la
denegación de justicia56.
44. En el presente caso, es claro que tanto Terry Langton como Lyn
Langton, padres de Sarah, han experimentado gran sufrimiento
debido a la muerte de su hija y a las negligencias del Estado
venezolano que causaron su muerte y que han impedido que haya
justicia en relación con su caso. Ellos han experimentado gran
frustración debido a la falta de diligencia con la cual se tramitó el
caso a nivel doméstico, 57 a la falta de información detallada y
certera sobre los hechos que llevaron a la muerte de su hija y a la
clarificación de los responsable así como por la falta de acceso a los
55
Corte IDH. Caso Ximenes Lopes c. Venezuela, Sentencia de 4 de julio de 2006, Párr.
156.
56
Corte IDH. Montero-Aranguren et al. (Retén de Catia) v. Venezuela, Sentencia del 5
de Julio 2006, Párr. 104.
57
Ver Anexo 10: Declaración de Terry y Lyn Langton (2011)
documentos del proceso penal, todo lo cual se extendió por más de
una década58.
45. Particularmente, los padres de Sarah han señalado que su vida
sufrió un cambio drástico como consecuencia de la muerte de su
muerte. Al respecto, indican que han sufrido sentimientos de
impotencia y frustración en la búsqueda de justicia y que debido a
la falta de diligencia de las autoridades estatales, ellos no han
podido reconciliar sus vidas con el pasado y pensar en el futuro.
Asimismo, afirman que no solo perdieron a una hija, sino también
que su familia perdió una hermana y una tía.
46. La Corte ha señalado en el Caso Valle Jaramillo c. Colombia que la
ausencia de una investigación completa y efectiva sobre los hechos
constituye una fuente de sufrimiento y angustia adicional para las
víctimas y sus familiares, quienes tienen el derecho de conocer la
verdad de lo ocurrido59. En ese sentido, la falta de una investigación
seria, exhaustiva e imparcial por parte del Estado acarreó un
sufrimiento en los señores Terry y Lyn Langton y por tanto una
violación al derecho consagrado en el artículo 5 de la Convención
Americana en conexión con el articulo 1(1) de la misma.
Violación a las garantías judiciales y protección judicial (Artículos
8 y 25 de la Convención Americana)
47. La Corte Interamericana ha indicado que los artículos 8(1) y 8(2)
constituyen el derecho al debido proceso legal 60 , y “abarca las
58
Corte IDH. Montero-Aranguren et al. (Retén de Catia) v. Venezuela, Sentencia del 5
de Julio 2006. Párr. 53.
59
Corte IDH. Caso Valle Jaramillo y otros Vs. Colombia, Sentencia de 27 de noviembre de
2008, Párr. 102.
60
Corte IDH, Caso del Penal Miguel Castro Castro c. Perú, Sentencia de 25 de noviembre
de 2006, Párr. 381.
condiciones que deben cumplirse para asegurar la adecuada
defensa de aquellos cuyos derechos u obligaciones están bajo
consideración judicial […]”61. Asimismo, ha indicado que el artículo
25 guarda estrecha relación con el artículo 8(1) que consagra el
derecho de toda persona a ser oída con las debidas garantías dentro
de un plazo razonable por un juez o tribunal independiente e
imparcial y confiere a los familiares de las víctimas el derecho a que
la muerte de sus seres queridos sea efectivamente investigada por
las autoridades, se siga un proceso judicial contra los responsables,
se impongan las sanciones pertinentes y se reparen los perjuicios
sufridos62.
Así, la Corte Interamericana ha sostenido que:
“[S]egún la Convención Americana, los Estados partes están
obligados a suministrar recursos judiciales efectivos a las
víctimas de violaciones de los derechos humanos (artículo
25), recursos que deben ser sustanciados de conformidad con
las reglas del debido proceso legal (artículo 8.1), todo ello
dentro de la obligación general, a cargo de los mismos
Estados, de garantizar el libre y pleno de los derechos
reconocidos por la Convención a toda persona que se
encuentre bajo su jurisdicción (artículo 1.1)”63.
48. La jurisprudencia de la honorable Corte impone al Estado la
obligación
de
iniciar
ex
officio,
y
sin
dilación
alguna,
una
investigación seria, imparcial y efectiva, que no se emprenda como
una simple formalidad condenada de antemano a ser infructuosa64,
61
Corte IDH. Garantías Judiciales en Estado de Emergencia (Artículos 27.2, 25 y 8 de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos) Opinión Consultiva CO-9/87, de 6 de
octubre de 1998, Párr. 28.
62
Corte IDH, Caso Durand y Ugarte c. Perú, Sentencia de 16 de agosto de 2000, Párr.
130.
63
Corte IDH. Caso de las Masacres de Ituango c. Colombia, Sentencia de 1 de julio de
2006, Párr. 287.
64
Corte IDH. Caso de las Masacres de Ituango c. Colombia, Párr. 296; Masacre de
Pueblo Bello c. Colombia, Sentencia de 31 de enero de 2006, Párr. 143; Caso de la
de toda violación grave a los derechos humanos, incluidas las
presuntas violaciones del derecho a la vida 65 . En este sentido, el
artículo 8.1 de la Convención Americana indica que el derecho al
debido proceso solo se respeta cuando la justicia opera dentro de
un “plazo razonable”.
49. El Estado Venezolano faltó a su obligación de investigar sin dilación
alguna, la muerte de Sarah, ya que solo hasta el 7 de marzo de
2002, es decir casi 12 meses después de la muerte de Sarah, Luis
Camacho notificó al ciudadano Julián Isaías Rodríguez, Fiscal
General de la República sobre los hechos que llevaron a la muerte
de Sarah en marzo de 2001. Es decir, que por casi 12 meses el
Estado Venezolano faltó a su obligación de iniciar una investigación
de oficio y sin dilación alguna de tales hechos.
50. En el Caso Albán Cornejo c. Ecuador, la Corte estableció
violaciones a los artículos 8 y 25 de la Convención dado que el
Estado no inició un proceso investigativo oportunamente, sino hasta
15 meses después de los hechos, aduciendo una falta de interés y
seriedad en el proceso por parte de las autoridades66.
51. Además del tardío inicio de la investigación en el caso de Sarah, no
fue hasta el 2005 cuando se imputó a la primera persona implicada
en el caso y hasta diciembre de 2008 cuando se celebró la primera
audiencia al respecto, es decir cuatro y siete anos después de
ocurridos los hechos. Todos estos hechos y los ya descritos en esta
petición llevaron a una dilación injustificada en la decisión sobre si
los presuntos delitos tuvieron lugar.
Masacre de Mapiripán c. Colombia, Sentencia de 15 de septiembre de 2005, Párr. 223; y
Comunidad Moiwana c. Surinam, Sentencia de 15 de junio de 2005, Párr. 146.
65
Corte IDH. Caso Perozo et al. C. Venezuela, Sentencia de 28 de enero de 2009, Párr.
298.
66
Corte IDH. Albán-Cornejo et al c. Ecuador. Sentencia del 5 de agosto de 2008, Párr.
96.
52. La honorable Corte Interamericana ha utilizado los siguientes
criterios para decidir si el plazo utilizado por el sistema de justicia
es razonable y si hubo o no una dilación injustificada: a)
complejidad del asunto, b) actividad procesal del interesado y c)
conducta de las autoridades judiciales67.
53. En cuanto a la “complejidad del asunto”, debe argumentarse que el
caso de Sarah no presenta gran complejidad. La evidencia existente
es clara y contundente. Sarah era una persona privada de su
libertad en estado de vulnerabilidad debido a su diabetes y delicado
estado mental. Dicho estado era de conocimiento del personal
penitenciario. El mismo faltó a la obligación de proveerla del
cuidado médico debido como resultado de las ausencias del
personal calificado y contratado para dichos efectos en la INOF,
como a la imposibilidad del personal calificado que se encontraba
presente en el INOF para responder de manera debida ante dicha
situación. Sarah, igualmente, no recibió atención médica adecuada
durante las horas posteriores a su shock diabético en los centros
médicos
a
los
cuales
fue
llevada.
No
se
conoce
ninguna
investigación penitenciaria que haya tenido lugar dentro de un plazo
razonable después de acaecidos los hechos. Todos los hechos
descritos en esta petición no presentan obstáculos para adelantar
una investigación efectiva. De hecho, del expediente al cual se ha
tenido acceso por parte de las víctimas y sus representantes legales
no se desprende que la razón de la dilación en la manera como se
adelantó y terminó el proceso haya sido la complejidad del mismo.
De hecho, como se lee en el expediente penal, la dilación se produjo
por otras razones.
67
Corte IDH. García Asto y Ramírez Rojas c. Perú, Párr. 166; Acosta Calderón c.
Ecuador, Párr. 105, Hermanas Serrano Cruz c. El Salvador, Párr. 67.
54. La “actividad procesal del interesado” (los presuntos acusados en
el caso) no parece explicar tampoco la demora. Es posible que los
mismos hayan usado prácticas dilatorias pero esto no se deduce de
la información y las partes del expediente a las que han tenido
acceso los peticionarios.
55. En cambio, “la conducta de las autoridades judiciales” explica la
dilación sufrida. Las mismas no fueron diligentes para llevar a cabo
de manera expedita la investigación y resolución del caso. No
actuaron de manera inmediata frente a los hechos, y en lugar de
preservar la evidencia y buscar aclarar la verdad de lo sucedido, se
demoraron varios años para imputar delitos a los presuntos
perpetradores de los mismos. Todo esto llevó a la aplicación de la
prescripción de la acción penal y de la prescripción judicial. Impedir
que las victimas pudieran obtener un recurso efectivo debido al
retardo
injustificado
causado
por
las
mismas
autoridades,
representaría una doble injusticia.
56. Es inclusive posible afirmar que en Venezuela existe una práctica
generalizada de las autoridades judiciales venezolanas de producir
dilaciones
injustificadas
en
la
búsqueda
de
la
justicia,
particularmente en lo que respecta a personas privadas de su
libertad. Así lo demuestran casos como Montero Aranguren y otros
(Retén de Catia) c. Venezuela68.
57. Igualmente, el derecho de los padres de la señora Langton a un
juicio justo fue vulnerado en tanto no se les dio plena participación
en el proceso en su calidad de víctimas, tal y como lo establecía el
Código Procesal Penal Venezolano vigente al momento de los
hechos 69 . Entre 2002 y 2008 los padres de la señora Langton
68
Corte IDH. Montero Aranguren y Otros (Retén de Catia) c. Venezuela, Párrs. 108-109;
Ver Anexo No. 6: Código Orgánico Procesal Penal. Publicado en Gaceta Oficial No.
5.208 Extraordinario de 23 de enero de 1998. Artículos 116 y 312.
69
intercambiaron numerosas comunicaciones con el Ministerio Público
venezolano en las cuales requerían acceso a las actas del proceso
investigativo, para poder esclarecer los motivos de la muerte de su
hija,
lo
cual
nunca
fue
provisto
70
.
Al
respecto,
la
Corte
Interamericana ha establecido que el Estado debe asegurar que los
familiares de las víctimas tengan completo acceso y capacidad de
actuar en todas las etapas y procesos llevados en el curso de las
investigaciones conforme el derecho interno y las disposiciones de
la Convención71.
58. Por otra parte, la existencia de estatutos de limitación como la
prescripción (ordinaria y judicial) en Venezuela constituye una
violación de los artículos 8 y 25 de la Convención Americana en
relación con el Artículo 1.1 ya “que para garantizar efectivamente
los derechos a la vida y a la integridad es preciso cumplir la
obligación de investigar las afectaciones a los mismos, que deriva
del artículo 1.1 de la Convención”
72
. Además de la dilación
injustificada ya explicada, dichas prescripciones evitaron que el
Estado cumpliera con dicha obligación. De hecho, la honorable
Corte, en un caso de similar envergadura, el caso Albán Cornejo c.
Ecuador, consideró que la prescripción no eran aplicable y dijo lo
siguiente:
“La prescripción en materia penal determina la extinción de la
pretensión punitiva por el transcurso del tiempo, y
generalmente, limita el poder punitivo del Estado para
perseguir la conducta ilícita y sancionar a sus autores. Esta
es una garantía que debe ser observada debidamente por el
juzgador para todo imputado de un delito. Sin perjuicio de lo
anterior, la prescripción de la acción penal es inadmisible e
inaplicable cuando se trata de muy graves violaciones
70
Ver Anexo No. 5: Comunicaciones intercambiadas entre Terry Langton, el Dr. Julián
Isaías Rodríguez Díaz, Procurador General de la República, y el Consulado Británico en
Venezuela entre 2002 y 2008 sobre el caso de Sarah Langton.
71
Corte IDH. Montero-Aranguren et al. c. Venezuela. Párr. 139
72
Corte IDH. Servellón García y Otros c. Honduras, Párr. 119; Ximenes Lopes c. Brasil,
Párr. 147; Masacres de Ituango c. Colombia, Párr. 297 entre otros.
a los derechos humanos en los términos del Derecho
Internacional. La jurisprudencia constante y uniforme de la
Corte así lo ha señalado”73
59. La
consagración
legal
de
estatutos
de
limitación
como
la
prescripción judicial y de la acción penal en Venezuela para graves
violaciones a los derechos humanos como aquellas que afectan el
derecho a la vida o a la integridad personal, violan igualmente el
deber del Estado venezolano de adoptar disposiciones de derecho
interno (artículo 2 de la Convención) que permitan la debida
investigación y sanción de los responsables de graves violaciones a
los derechos humanos, así como la reparación de las víctimas.
60. En consecuencia, los peticionarios afirmamos que en el caso de
Sarah y sus padres, el Estado no ha cumplido con su obligación de
investigar, juzgar y sancionar a los responsables y reparar a las
víctimas y sus familiares. En ese sentido, el Estado ha incumplido
con su obligación de brindar protección judicial adecuada conforme
a los artículos 8 y 25 de la Convención Americana en relación a la
obligación contenida en el artículo 1(1) de la misma en perjuicio de
Terry Langton, Lyn Langton . Igualmente, la existencia de estatutos
de limitación aplicables a graves violaciones de los derechos
humanos como las aquí alegadas, conlleva una violación del artículo
2 de la Convención.
Reparación
61. La familia Langton y REDRESS muy respetuosamente solicitan a la
honorable Comisión el considerar las alegadas violaciones de la
73
Corte IDH. Alban Cornejo c. Ecuador, Párr. 111.
De acuerdo con la reciente jurisprudencia de la Corte Interamericana, no corresponde
declarar a la señora Sarah Lyn Langton como víctima de las violaciones a los derechos
consagrados en los artículo 8 y 25 de la Convención Americana, sino que “corresponde a
los familiares de la víctima fallecida, quienes son la parte interesada en la búsqueda de
justicia y a quienes el Estado debe proveer recursos efectivos para garantizarles el
acceso a la justicia, a la investigación y eventual sanción en su caso, de los responsables
y la reparación integral de las consecuencias de las violaciones”. Véase Corte I.D.H.,
Caso Kawas Fernández c. Honduras, Párr 120. En igual sentido véase Corte IDH Caso
Valle Jaramillo y otros c. Colombia, Sentencia de 27 de noviembre de 2008, Párr. 170.
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Convención Americana de Derechos Humanos, y ordenar al Estado
Venezolano reparar el daño causado tanto a Sarah como a sus
padres. En particular, se solicita que haya una investigación efectiva
y sin alguna otra dilación de los hechos ocurridos en marzo de 2001
y que ocasionaron la muerte de Sarah; que se investigue y sancione
a los miembros del sistema de justicia que faltaron a su obligación
de investigar con la debida diligencia y sin dilación alguna los
hechos acá narrados y que se repare el daño económico y moral
sufrido por Sarah y sus padres.
62. El Código Penal Venezolano debe también ser reformado, en lo que
respecta a la aplicación de la prescripción de la acción penal y
judicial, de tal manera que se ajuste a los estándares y principios
emanados de la Convención Americana.
Anexos
1. Sentencia dictada por el Tribunal de Primera Instancia en funciones
de Control No. 03, Circuito Judicial Penal de la Circunscripción
Judicial del Estado Miranda con sede en la ciudad de Los Teques. 29
de Octubre de 2010. Causa Nro. 3C5279-08.
2. Nota Informativa. Dirección General de Custodia y Rehabilitación del
Recluso. 11 de marzo de 2001.
3. Declaración de Terry Langton sobre la muerte de Sarah Langton de
fechas 15, 17 y 21 de marzo de 2001.
4. Declaración Marion Harvey Hamilton, reclusa del INOF presente al
momento de los hechos.
5. Comunicaciones intercambiadas entre Terry Langton, el Dr. Julián
Isaías Rodríguez Díaz, Procurador General de la República, y el
Consulado Británico en Venezuela entre 2003 y 2008 sobre el caso
de Sarah Langton:
a. Comunicación de Terry Langton de fecha 21 de octubre de
2002 dirigida al Fiscal General de la República;
b. Comunicación de Terry Langton de fecha 12 de mayo de 2003
dirigida al Fiscal General de la República;
c. Comunicación del Despacho del Fiscal General de la República
No. DFGR- 47.746 de fecha 23 de julio de 2004 dirigida a
Terry Langton;
d. Comunicación del Despacho del Fiscal General de la República
No. DFGR- 47.747 sin fecha dirigida a Julie Foster, Cónsul
Británica en Venezuela;
e. Comunicación de Terry Langton de fecha 10 de diciembre de
2004 dirigida al Fiscal General de la República;
f. Comunicación del Despacho del Fiscal General de la República
No. DFGR- 22.524 de fecha 22 de marzo de 2005 dirigida a
Terry Langton;
g. Comunicación del Despacho del Fiscal General de la República
No. DFGR- 53-251 de fecha 7 de julio de 2005 dirigida a Terry
Langton;
h. Comunicación de Terry Langton de agosto de 2005 dirigida al
Fiscal General de la República;
i. Comunicación del Despacho del Fiscal General de la República
No. DFGR-DVFGR-DGAP-DPDF-18-FP-1403-02-1644 093916
de fecha 14 de noviembre de 2005 dirigida a Julie Foster.
j. Comunicación de Terry Langton fecha 14 de febrero de 2006
dirigida al Fiscal General de la República;
k. Comunicación del Despacho del Fiscal General de la República
No. DFGR-DVFGR-DGAP-DPDF-18-F-1403-02-6.151 40948 de
fecha 20 de junio de 2006 dirigida a Julie Foster.
l. Comunicación del Despacho del Fiscal General de la República
No. DFGR-DVFGR-DGAP-DPDF-18-F-1403-02-7.222 053106
de fecha 07 de agosto de 2006 dirigida a Julie Foster.
m. Comunicación del Despacho de la Fiscal General de la
República, Vice-Fiscalía, No. VFGR-DGAP-DPDF-12-PRO-7806962 42144 de fecha 25 de julio de 2008 dirigida a Jhon
Morgan, Vice-Cónsul Británico en Venezuela.
n. Comunicación del Despacho de la Fiscal General de la
República, Vice-Fiscalía, No. VFGR-DGAP-DPDF-12-PRO-78010462-08 65873 de fecha 19 de noviembre de 2008 dirigida a
Jhon Morgan, Vice-Cónsul Británico en Venezuela.
6. Código Orgánico Procesal Penal. Publicado en Gaceta Oficial No.
5.208 Extraordinario de 23 de enero de 1998. Arts. 116 y 312.
7. Oficio No. 1803-02 del Circuito Judicial Penal del Estado de Vargas,
Juzgado Primero de Primera Instancia en lo Penal en Funciones de
Ejecución de la República Bolivariana de Venezuela. dirigido a
Steven Fisher, Sub-Jefe de Misión de la Embajada Británica en
Venezuela, de fecha 19 de julio de 2002. Donde se remiten los
documentos pertinentes al fallecimiento de Sarah Lyn Langton.
8. Documentos que prueban la condición de salud de Sarah Lyn
Langton:
a. Certificación expedida por el Dr. Mukul Swaroop del Centro
Médico Brook de Northampton, Reino Unido, en fecha 7 de
septiembre de 2000, explicando su condición de diabética
desde una temprana edad y su recién padecimiento de stress.
b. Declaración de Terry Langton referente a Sarah Langton de
fecha 9 de septiembre de 2000, donde expresa su
preocupación por la diabetes de su hija y el estado mental
alterado en el que se encontraba al momento de su arresto en
Venezuela.
c. Reporte Médico correspondiente a Sarah Langton expedido
por el Dr. Charles Fox, Médico Consultor del Centro de la
Diabetes del Northampton General Hospital Trust, de fecha 11
de septiembre de 2000, explicando la condición de la diabetes
de Sarah y cómo recientemente había presentando problemas
de depresión además de su condición de diabética.
d. Correo electrónico dirigido a Pastor Solórzano por Terry
Langton en fecha 10 de octubre de 2000 con información
básica sobre la diabetes traducida al español para ser
entregada a la Directora de la Prisión y los vigilantes para
ponerlos al tanto del cuidado que la condición de Sarah Lyn
requería.
e. Comunicación dirigida a Terry Langton por Tony Peters,
asistente de la División Consular en fecha 24 de octubre de
2000, relatando una visita realizada por la Embajada Británica
en Venezuela a Sarah Langton en fecha 17 de octubre del
mismo año en la cual se verificó su estado de salud y se
entregó a la Directora de la Prisión la versión en español
sobre el estado de salud y atención que ésta requería.
f. Reporte Médico correspondiente a Sarah Langton expedido
por el Dr. Charles Fox, Médico Consultor del Centro de la
Diabetes del Northampton General Hospital Trust, de fecha 11
de septiembre de 2000, explicando la condición de la diabetes
de Sarah y cómo recientemente había presentando problemas
de depresión además de su condición de diabética.
9. Comunicación dirigida a los señores Langton por el Vice-Director de
la División Consular en fecha 27 de septiembre de 2001, relativo al
pago por parte de las autoridades venezolanas de la suma de
12,2523.14 libras esterlinas por concepto de reembolso de los
gastos incurridos como consecuencia del tratamiento médico
recibido por Sarah Langton en Venezuela.
10. Declaraciones de Terry Langton y Lyn Langton sobre el efecto de la
muerte de Sarah Lyn en sus vidas.
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