“No conseguiremos jamás el progreso de nuestra felicidad si la maldad se perpetúa al abrigo de la inocencia, llegado es el tiempo en que triunfe la virtud y que los perversos no se confundan con los buenos”. José Artigas al Cabildo de Montevideo, el 18 de noviembre de 1815. El Servicio Paz y Justicia (Serpaj) ante la conmemoración del “Día del Nunca Mas” manifiesta a la opinión pública: 1) Nos congratulamos de algunos de los contenidos del discurso presidencial en cuanto a que: “la verdad es el único camino para poder superar las heridas y zonas oscuras que tiene cada sociedad”, que se seguirá trabajando para “...llegar a la verdad toda, toda la verdad. Memoria y verdad, pero también justicia”, “La reparación no como punto final...”. “No hay punto final”. Sin embargo, aún persiste cierta confusión en el significado del “Nunca Más” al pretender ampliar su alcance y al enmarcarlo en la fecha del 19 de junio. 2) La expresión “Nunca Más” ha tenido y tiene un significado muy preciso, significa “Nunca Más terrorismo de Estado”. Nunca más dictadura, nunca más los crímenes sistemáticos cometidos por el Estado, como la tortura, las desapariciones forzadas, los asesinatos, los secuestros de niños o bebés alterando su identidad. El riesgo del terrorismo de Estado no será erradicado definitivamente mientras no se reconozca toda la verdad y lo cierto es que no ha habido un reconocimiento institucional de las Fuerzas Armadas del terrorismo de Estado, a 22 años de recuperada la democracia. No se ha juzgado todavía a todos los responsables de las denuncias formuladas, aún siendo significativos los avances del Poder Judicial y encontrándose varias causas en trámite. Resultan vergonzosos los testimonios de los indagados y testigos quienes se muestran amnésicos ante el destino que se dio a los detenidos desaparecidos, sobre qué pasó con las personas trasladadas en el segundo vuelo –admitido en el informe oficial de la Fuerza Aérea-. Asimismo manifiestan desconocimiento de la actuación de los integrantes de las fuerzas armadas fuera del territorio nacional en el ámbito del “Plan Cóndor” y sistemáticamente, no admiten la más mínima responsabilidad en los gravísimos hechos delictivos en que participaron. 3) Resultan inadmisibles las declaraciones efectuadas por el Comandante en Jefe del Ejército – designado por éste Poder Ejecutivo- el día 18 de mayo de 2007, al atribuir la acción del “Terrorismo de Estado” y la aplicación de la “Doctrina de la Seguridad Nacional”, a “acciones individuales incorrectas”. Resultando imposible comenzar a recorrer un camino de diálogo, en busca de una reconciliación, con la visión del pasado expuesta por el jerarca castrense. Postergando una vez más el discurso militar la admisión de los hechos ocurridos, justificando el pasado en una visión que tergiversa la historia, y nada aporta al conocimiento de la verdad, manteniendo un estado de penumbra, crueldad y tortura para con la sociedad toda, y para con los familiares de los detenidos – desaparecidos, apostando al olvido de las violaciones de los derechos humanos. 4) En el conocimiento de la verdad y para la actuación de la Justicia la permanencia en el orden jurídico de la “Ley de Caducidad” significa una traba, por lo que se impone la nulidad de la misma. Resulta inadmisible en un Estado de Derecho mantener la vigencia de una ley que viola la separación de poderes, atribuyendo al Poder Ejecutivo funciones que la Constitución de la República reserva exclusivamente al Poder Judicial. Además de ser violatoria del derecho internacional como lo manifestara el informe 29/1992 de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y la Opinión Consultiva 13/1993 de la Corte Interamericana, por lo que el Estado uruguayo no puede seguir sosteniendo una ley de impunidad, en contradicción con los Convenios y Tratados Internacionales de Derechos Humanos, a los cuales adhirió y ratificó, siendo por lo tanto obligatorios en nuestra jurisdicción interna. 5) La sociedad uruguaya ha avanzado mucho en su conciencia y en su lucha para que no vuelvan a ocurrir las violaciones a los derechos humanos cometidas durante la dictadura, y las marchas del 20 de mayo son la más clara expresión de ello. Pero el Estado aún está en deuda y lo seguirá estando mientras no exista un reconocimiento de las Fuerzas Armadas, una verdad oficial completa e institucional, eliminando todas las trabas a la actuación de la Justicia y el conocimiento de la verdad y una reparación integral a las víctimas del terrorismo de Estado. 6) Por lo anteriormente expuesto entendemos inconveniente el contexto en que se ha definido este “Día del Nunca Más”, así como la falta de precisión conceptual, motivos por los cuales no concurriremos al acto del 19 de junio. Montevideo, 18 de junio.