Gaza, Hamas y el regreso del antisemitismo, por Robert Wistrich

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GAZA, HAMAS Y EL REGRESO DEL ANTISEMITISMO
Robert S. Wistrich
En el verano de 2014, estalló la tercera guerra entre Israel y Hamas en Gaza, generando una
nueva explosión de odio global contra los judíos que ha sido, posiblemente, más intensa que
cualquier oleada de hostilidad desde 1945. A finales de mayo de 2014, poco antes del estallido de
esta última ronda de enfrentamientos, se convocó a una importante conferencia internacional de
tres días en la Universidad Hebrea de Jerusalén sobre el antijudaísmo, antisemitismo y la
deslegitimación de Israel. Alrededor de cuarenta participantes de cuatro continentes hablaron sobre
las diversas manifestaciones de hostilidad antijudía en el mundo, particularmente notable en Europa
y el Medio Oriente. El asesinato inspirado en la yihad (“guerra santa”) de cuatro personas (incluidos
dos israelíes) en el Museo Judío en Bruselas a principios de mayo estaba fresco en la mente de todos
al igual que la conciencia de que esto no era más que la punta del Iceberg. No obstante, la aparición
de esta última ola de antisemitismo tomó incluso por sorpresa a experimentados observadores de
este fenómeno.
Una de las características más llamativas de esta última ola es el rol central que jugaron los
islamistas y manifestantes musulmanes junto con los grupos pro palestinos de izquierda. Más aun, la
indignación dirigida contra Israel parecía más fuerte en Occidente que en naciones árabes como
Egipto, Arabia Saudita, o los Estados del Golfo, con excepción de Qatar. De hecho, había muchos
indicios de que estos países (así como la Autoridad Palestina) compartían con Israel el interés común
de ver la derrota de Hamas y el radicalismo islámico en general. Es muy pronto para saber si esta
actitud constituirá una ruptura importante en la hostilidad, hasta ahora implacable, del mundo
árabe-musulmán hacia el Estado judío, pero sin duda es un avance significativo.
Una vez más, el conflicto en Gaza ha subrayado el rol detonante desempeñado por el
“antisionismo” y el antisemitismo islámico en agitar el antagonismo hacia Israel y alentar acciones
occidentales para boicotear y aislar al Estado judío. A pesar de la aterradora intolerancia, la
misoginia, la violenta persecución religiosa de los cristianos en el Medio Oriente y la escalofriante
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judeofobia, los islamistas han ganado considerable simpatía en Occidente como los auténticos
representantes de la causa palestina. Por otra parte, Israel, a pesar de ser el único país con una
sociedad abierta, libre y tolerante de la región, es constantemente descalificado por gran parte de los
medios occidentales y por amplios sectores de la opinión pública. Mientras que Israel es denunciado
por cometer un “genocidio” totalmente ficticio, se ha ignorado ampliamente el carácter letal del odio
al judío por parte de Hamas.
Los islamistas nunca han guardado en secreto la centralidad que tiene para ellos la dimensión
religiosa del conflicto entre musulmanes y judíos -muy poco comprendida en Occidente. Esto se
expresa claramente en la radicalmente antisemita Carta Fundacional de Hamas de 1988, que
constituye la base ideológica de su continua yihad para aniquilar a Israel. La Carta se basa en una
antigua hadiz atribuida a Mahoma en la que supuestamente declara: "El Día del Juicio no vendrá
hasta que los musulmanes combatan a los judíos, cuando el judío se oculte detrás de piedras y
árboles. Las piedras y los árboles dirán: Oh musulmanes, oh Abdula [siervo de Alá], existe un judío
detrás de mí, ven y mátalo. "1
Para los islamistas de hoy, es el mismo Profeta quien los dirige hacia una resolución genocida
apocalíptica del conflicto con los judíos. Esta no es una guerra entre palestinos y sionistas o entre los
Estados árabes e Israel, sino estrictamente entre musulmanes y judíos en el que no hay compromiso
posible.2
La Carta se basa, en gran medida, en una teoría de la conspiración descrita en los Protocolos
de los Sabios de Sión - falsificación de Rusia zarista que se ha vuelto muy popular en el mundo árabemusulmán contemporáneo. Esta fabricación todavía es difundida ampliamente en la televisión
satelital e Internet, además de que se utiliza en prédicas en mezquitas y se difunde a través de los
medios de prensa masivos. En noviembre de 2002, la grotesca serie de cuarenta y un episodios
titulada "Jinete sin caballo", basada en los mitos antisemitas de los Protocolos, se proyectó durante
el Ramadán en la televisión egipcia y posteriormente en todo el mundo árabe, llegando a cuando
menos 200 millones de espectadores musulmanes. Desde entonces, la incitación ha continuado sin
tregua en Irán y en todo el mundo árabe. 3
A pesar de las leyes que prohíben el "discurso de odio" en varios países occidentales, a lo
largo del siglo XXI esta propaganda se ha extendido por la diáspora musulmana. Los resultados
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pudieron ser vistos durante la guerra de Israel contra Hezbolá en el 2006. La tendencia continuó en el
conflicto de Gaza de diciembre 2008 - enero 2009 y una vez más a lo largo de los últimos meses.
Pancartas, carteles y señales han aparecido en las calles de París, Londres, Berlín, Barcelona, Caracas,
Sidney, Chicago, Los Ángeles y muchas otras ciudades occidentales con mensajes antijudíos como
"Hitler tenía razón", "Estén preparados para el verdadero Holocausto", "Limpiemos la tierra de los
sucios sionistas", "Israel es el antisemita" o “El cáncer de Medio Oriente, Israel, debe no existe. "En
los últimos seis años, estas declaraciones se han convertido en parte del movimiento de solidaridad
con Palestina. En un videoclip de Los Ángeles del seis de enero de 2009, durante la guerra de Gaza, la
multitud cantaba repetidamente "¡Viva Hitler!" y "Pongan a los judíos en los hornos”. En otros videos
de Chicago, Nueva York y Houston, se puede escuchar a los manifestantes islamistas gritar en árabe y
en inglés "Khaybar, Khaybar, oh judíos, el ejército de Mahoma volverá". 4
En un clip de Montreal, los niños gritan: "Palestina es nuestra; los judíos son nuestros
perros". Esta forma de incitación volvió a escala mundial en el verano de 2014. Antes y después del
Día de la Bastilla en París (14 de julio, 2014), una turba pro-palestina, que incluía a muchos árabes
musulmanes del norte de África y algunos izquierdistas blancos, gritaban consignas como "Muerte a
los judíos" antes de atacar sinagogas locales. En Berlín, la actual guerra de Gaza también provocó
protestas predominantemente entre los musulmanes turcos, con un enfoque claramente antisemita.
Se podía escuchar a los manifestantes burlándose de los "cerdos judíos cobardes" y exhortándolos a
"salir y luchar".
No son solo las multitudes las que transmiten estos mensajes violentamente antisemitas. El
28 de enero de 2009, durante la primera guerra de Gaza, el jeque Yusuf al- Qaradawi , un predicador
islámico prominente que influye en millones de creyentes de todo el mundo árabe a través de su
programa semanal en Al Jazeera TV:
“A lo largo de la historia, Alá ha impuesto sobre el pueblo judío personas
que los castigan por su corrupción… El último castigo lo llevó a cabo Hitler.
A través de todo lo que les hizo –a pesar de que exageró- logró ponerlos en
su lugar. Este fue un castigo divino para ellos…Alá mediante, la próxima
vez, será a mano de los creyentes”. 5
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Al-Qaradawi no es un islamista común y corriente, sino un gran erudito y autor prolífico a
quien hace menos de una década el entonces alcalde de Londres, Ken Livingstone (un izquierdista
virulentamente antisemita), le dio trato de alfombra roja por ser supuestamente un modelo de
musulmán “progresista”. Pero este clérigo nunca se ha abstenido de hacer un llamado al exterminio
total de los judíos: “Estos agresores traicioneros, esta banda de libertinos, astutos y arrogantes”. En
un sermón transmitido por televisión el nueve de enero de 2009, oró públicamente: "Oh Alá, cuenta
sus números, y mátalos, hasta el último de ellos”.
En términos islámicos fundamentalistas, está claro que la existencia de Israel no puede ser
nunca aceptada y que no se pueden establecer acuerdos vinculantes con aquellos que a los que el
Corán se refiere claramente como "hijos de monos y cerdos". En esta dispensa religiosa, los judíos
son irrevocablemente malditos. Son infieles e incrédulos "cargados con la ira de Dios”,
"permanentemente condenados a la humillación y a la pobreza ", una posición tan extrema como
ninguna jamás manifestada en la triste historia del antisemitismo cristiano. Tales declaraciones
incendiarias todavía son muy difundidas en gran parte del islám contemporáneo; sin embargo, no
evocan ninguna protesta importante de Occidente ni repudio inequívoco de los círculos liberales.
El dramático aumento de la yihad global desde la victoria de los muyahidines en Afganistán
sobre la Unión Soviética en 1989, seguido por el impacto de los ataques orquestados por Al Qaeda en
Nueva York y Washington el 11 de septiembre del 2001 dio un gran impulso al imperativo religioso
detrás de antisemitismo yihadista. Sin embargo, el fenómeno en sí no es nuevo, ya que tuvo su gran
momento durante la época nazi. El Sheikh Izz a- Din al- Qassam (en cuyo honor Hamas nombró sus
cohetes y su ala militar) nacido en Siria y el indiscutible líder nacionalista palestino, Haj Amin elHusseini -ambos promotores de la guerra contra los británicos y los judíos en Palestina- fueron de los
principales defensores de la yihad en la década de 1930. Husseini, el Gran Mufti de Jerusalén, fue un
antisemita radical al estilo hitleriano, estrechamente aliado al nazismo desde 1933 y apoyó la
Solución Final de Hitler durante la Segunda Guerra Mundial. Amigo de Himmler y Eichmann, hizo
hincapié en la muchas afinidades entre el islám y el nazismo, particularmente en su deseo de
erradicar "al judío, enemigo del mundo “. 6 Haj Amin hizo todo en su poder para garantizar que
ningún judío pudiera escapar del infierno de la Europa ocupada por los nazis y fue un gran instigador
del devastador pogrom de Bagdad en junio de 1941.7
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Desde el apogeo del Gran Mufti, el antijudaísmo, el antisemitismo y el antisionismo han
conformado una trinidad indisoluble en el mundo árabe. Junto con el concepto islámico que se
opone a que los no musulmanes gobiernen cualquier país alguna vez reclamado por el islám, el odio
a los judíos es una de las fuentes más profundas del rechazo palestino y árabe hasta nuestros días.
Más aun, es parte de una guerra religiosa más amplia entre la civilización islámica y occidental, una
batalla entre Dios y Satanás definida como una guerra existencial y no simplemente como una
cuestión de fronteras. De acuerdo a la visión islámica del mundo, la embestida territorial y militar
contra el Estado judío con el fin de recuperar toda Palestina, es parte de la guerra por Alá y del honor
de toda la umma musulmana.
La limpieza de la presencia cristiana en el Medio Oriente musulmán es reveladora en este
sentido. El Estado Islámico de Siria y el Levante (ISIS), que controla ahora vastas franjas del norte de
Siria e Irak, recientemente obligaron a la antigua comunidad cristiana caldea de Mosul a convertirse
al islám, abandonar sus propiedades, o a enfrentar la ejecución inmediata por decapitación.
Aterrorizados por las políticas brutales de ISIS, los cristianos huyeron a las zonas controladas por los
kurdos o escaparon de Irak. Mientras que esta impactante historia por fin ha despertado a los medios
de comunicación occidentales de su profundo sueño sobre el carácter bárbaro del yihadismo, es
notable lo poco que se ha extendido para comprender la agenda de Hamas. En varios sectores,
Hamas continúa beneficiándose de una visión muy romántica del “otro” palestino e incluso
políticamente logró elevar su perfil durante la guerra de Gaza hasta el punto de ser considerado
como un socio equitativo para " negociar " con Israel.
Entre los más prominentes y apasionados partidarios de Hamas se encuentra Recep Tayyip
Erdoǧan, el nuevo Presidente de Turquía y Primer Ministro desde hace mucho tiempo, erróneamente
considerado por Occidente como un "moderado" y el mejor amigo de Barack Obama, presidente de
los Estados Unidos en Medio Oriente. En los últimos años ha mostrado un odio al judío
extraordinariamente violento, etiquetando repetidamente a Israel como un "Estado terrorista" que
comete "genocidio sistemático" contra los palestinos. De hecho, Erdoǧan ha cultivado en forma
deliberada sentimientos anti-Israel y antijudíos en la población turca. 8. En 2013 no dudó en
proclamar que la creciente oposición a su gobierno era resultado de una “conspiración judía” o que
el desastre en una mina turca en mayo de 2014 tenía un ángulo “judío”. La hostilidad de Erdoǧan
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tiene evidentemente resonancia en la población turca entre la que aparentemente casi el 80 por
ciento alberga prejuicios antijudíos.
En los últimos años, Turquía no sólo ha visto intensificarse el antisemitismo en fuerza, sino
que ha sido testigo de una creciente tendencia al uso de teorías de conspiración racistas. Incluso,
periodistas seculares de izquierda se han unido a la búsqueda obsesiva por descubrir los orígenes
judíos o criptojudíos de figuras públicas, incluyendo a Erdoǧan mismo así como al ex presidente
Abdullah Gul. Igualmente sintomático ha sido el éxito asombroso de películas racistas y
antiestadounidenses, como el “Valle de los Lobos: Irak”, un film turco que recaudó 28 millones de
dólares en taquilla.9 La película describe a los judíos, a los cristianos y particularmente a los
estadounidenses como máquinas asesinas inhumanas; hay escenas incluso que presentan a un
médico judío americano extirpando órganos de prisioneros civiles heridos para ser vendidos a sus
clientes ricos en Nueva York, Londres y Tel Aviv. Desde el año 2000, las actitudes antisemitas son
comunes en los medios de comunicación y entre la élite política. Esto encaja en el clima general de
nacionalismo turco antioccidental mezclado con sentimientos islámicos en contra de Israel, que ha
generado una actitud hostil hacia los judíos turcos. Es probable que esta tendencia continúe dada la
ideología islamista del popular Partido de Justicia y la Reconciliación (AKP) de Erdoǧan que ve el
destino de Turquía más ligado al mundo musulmán que a Occidente.
El mismo patrón ha sido visible en Irán desde 1979, cuando el Imán Ruhollah Jomeini derrocó
al Shá, poniendo fin a la "edad de oro" de la sólida comunidad judía persa de 80,000 integrantes, así
como a los estrechos lazos de Irán con Israel. Es necesario decir que el antisemitismo de Jomeini,
siempre fue ferozmente ideológico y estrechamente ligada a su odio a Estados Unidos, Israel y el Shá.
El sionismo, para él (y sus sucesores) era el credo de un régimen satánico, criminal, usurpador, cuyo
dominio de Palestina y Quds (Jerusalén) representaba una intolerable afrenta al islám. En los
discursos de Jomeini, la presencia de Israel en cualquier parte de Palestina era descrita como tiránica,
opresiva y comparable a un “cáncer creciente” en el corazón del mundo islámico. 10. Para combatir
al sionismo, el Imán Jomeini instituyó e institucionalizó el "Día de Quds" en el anualmente cientos de
miles de iraníes son transportados a Teherán en autobús gritando al unísono "Muerte a Estados
Unidos" y "Muerte a Israel". Mucho antes de su llegada al poder, Jomeini era un firme creyente de la
conspiración judía mundial que, a sus ojos, era diseñada sobre todo para subvertir al Sagrado Corán y
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la fe islámica. La liberación de Palestina y la aniquilación de Israel fueron transformadas por
Khomeini y sus sucesores en elementos clave para la reactivación de la honra, la gloria y la grandeza
del islám, que sería dirigida por un Irán chiíta revolucionario y antiimperialista.
Durante la presidencia de Mahmoud Ahmadinejad (2005-2013), el antisemitismo iraní oficial
escaló a nuevos niveles y la negación del Holocausto (por primera vez desde1945) adquirió el estatus
de una doctrina patrocinada por el Estado. El presidente iraní y sus consejeros repetían sin cesar
insultos antisemitas, que explicaban cómo los “sionistas” estaban "detrás de la escena de las
principales potencias, los medios de comunicación y los centros financieros y bancarios del mundo”.
Los "sionistas”, se decía, controlaban al gobierno de Estados Unidos y, a través de su invención del
mito del Holocausto, habían logrado chantajear con éxito a Alemania y a todo el Occidente con el fin
de reforzar Israel.11 El desde hace mucho tiempo gobernante de Irán, el Guía Supremo Imán
Jamenei, nunca ha perdido una oportunidad para referirse a Israel no sólo como chantajista, sino
como un "cáncer mortal", cuya presencia ha permitido a los "poderes arrogantes" del mundo
(especialmente a América) dominar y explotar el Medio Oriente. Hace menos de un año, Jamenei se
refirió una vez más a Israel como el "perro rabioso en la región", describiendo a sus líderes como
"bestias que no pueden ser llamadas humanas”. Esta terminología deshumanizante sirve de base
para la referencia constante de que "Israel debe ser aniquilado”. Combina a la perfección con los
prejuicios del chiismo persa del siglo XVI, que consideraban a los judíos “ritualmente impuros",
creencias mesiánicas sobre el inminente advenimiento del Imán Oculto (el Mesías Chiíta) y en teorías
de conspiración extraídas del arsenal europeo de los Protocolos. De acuerdo con la imperante
ideología islamista de Irán y su aliada chiíta libanesa, Hezbolá (en gran medida una creación de Irán),
el "tumor judeo-sionista" del Medio Oriente debe ser removido quirúrgicamente para restaurar la
paz en la región. Ésta también ha sido la posición de los Hermanos Musulmanes de Egipto y sus
vástagos, como Hamas.12
No sorprende que la ideología antisemita radical de Irán, junto con su negación pública del
Holocausto, haya atraído a muchos neonazis occidentales y negacionistas europeos. Hay una larga
lista de detestables negadores del Holocausto occidentales, incluyendo a Roger Garaudy, Robert
Faurisson, Mark Weber, Frederick Toben, Jürgen Graf y Ernst Zündel, que admiran a Irán o han hecho
la peregrinación a Tehrán.13 Un número de reconocidos revolucionarios izquierdistas también se han
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identificado con la postura de Irán como militante defensor de Palestina y partidario de las "masas
oprimidas” en todo el Tercer Mundo. Tanto Irán como el Hezbolá libanés han contado también con el
apoyo entusiasta de prominentes políticos de izquierda, incluyendo al fallecido jefe de Estado
venezolano, Hugo Chávez; su sucesor, Nicolás Maduro; y el líder nicaragüense Daniel Ortega, todos
ellos socialistas marxistas y cercanos aliados latinoamericanos del régimen teocrático de Irán. Más
aun, Hezbolá incluso fue aclamado como un movimiento "socialmente progresista" por una serie de
académicos judíos norteamericanos fuertemente antisionistas como Judith Butler, Noam Chomsky,
Norman Finkelstein y Richard Falk, ex relator de la ONU para los territorios palestinos, un gran
partidiario del Irán de Jomeini y apologista pro-Hamas. Es evidente que sin el apoyo financiero y
militar de Irán, ni Hezbolá ni Hamas habrían adquirido el armamento que los ha convertido en
adversarios potencialmente letales de Israel y sus vecinos. De hecho, la influencia de Irán puede
reconocerse en todas las guerras que Israel ha tenido que luchar en el siglo XXI, sin que
necesariamente el liderazgo iraní hubiera planeado o deseado su ocurrencia en cada momento
específico, ya sea 2006, 2009, 2012 o 2014. La creciente retirada de Estados Unidos de Medio
Oriente ha facilitado en gran medida la creación de un peligroso vacío que ha sido llenado no sólo
por proxies iraníes, sino por los fanáticos guerreros sunitas de ISIS.
La reciente campaña antisemita surgida a raíz de la guerra de Gaza 2014, también ha
subrayado el impacto de la ira islamista en el siglo XXI y la miopía de Occidente ante el peligro que
representa. Sin embargo, en la cobertura de las interminables provocaciones de Hamas contra Israel,
los principales medios de comunicación occidentales han ignorado deliberadamente su ideología
fundamentalista, su anti occidentalismo y su abierto antisemitismo. Del mismo modo, se ha prestado
poca atención a la centralidad de la shahada [martirio] y el culto a la muerte en el corazón de la
visión del mundo de Hamas, lo que explica su deliberado aliciente a tener civiles muertos entre su
propio pueblo. En repetidas ocasiones los cínicos líderes exhortaron a los civiles palestinos de Gaza a
ignorar las advertencias israelíes de que huyeran y esperaban que actuaran como escudos humanos
para proteger a los terroristas de Hamas refugiados en bunkers subterráneos y túneles. Al mismo
tiempo, tanto Fatah como Hamas han aprovechado el creciente número de muertos palestinos para
denunciar el bombardeo israelí de Gaza como un "exterminio masivo" sionista similar a las políticas
nazis. Esta afirmación, totalmente falsa, se ha difundido en los comentarios de Internet y en las redes
sociales en todo el mundo occidental, así como en los principales medios de comunicación.
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No sólo Hamas, sino también la Autoridad Nacional Palestina (ANP) han sido complacientes
ante la permanente incitación antiisraelí y la glorificación sin fin de los terroristas como "mártires". Al
dirigirse a su propio electorado palestino, Fatah también ha negado la existencia de Israel y su
legitimidad histórica. En los mapas de libros de texto palestinos, por ejemplo, Israel no aparece en
absoluto ni siquiera dentro de la "Línea Verde" (fronteras anteriores a 1967). Mientras que Hamas es
totalmente abierto en cuanto a su antisemitismo, Fatah suele ser más cauteloso. Sin embargo, nunca
duda en calumniar a Israel de tener un mayor grado de "fascismo" y "racismo" que cualquier otro
Estado en la historia de la humanidad. De aquí que no sorprenda que en la encuesta mundial de la
Liga Antidifamación (ADL) de 2014 sobre los prejuicios contra los judíos, los territorios con población
palestina (incluyendo Gaza) deberían ganar el equivalente a una medalla de oro olímpica en
antisemitismo, con un nivel de odio al judío que llega al 93 por ciento. 14 Esto es aún más notable ya
que el índice ADL para el antisemitismo no toma en cuenta cuestiones relativas a Israel, a excepción
de una pregunta acerca de las dobles lealtades.
A la luz de tal demonización, se puede entender mejor por qué las recientes manifestaciones
pro-palestinas en Europa se transformaron tan rápidamente en crudo antisemitismo. Esto no tiene
relación con ningún movimiento de extrema derecha tradicional o agitación neo-nazi, que llamara la
atención por su ausencia relativa o bajo perfil. En el corazón de la actual ola de agitación antijudía se
encuentran musulmanes viviendo en la Unión Europea (UE), especialmente en Francia, Holanda,
Bélgica, España, Italia, Gran Bretaña y Alemania. Dado que actualmente los inmigrantes musulmanes
en Europa suman probablemente más de 30 millones de personas (de 5 a 6 por ciento de la
población de la UE), su peso demográfico y su creciente presencia política ya no pueden ser
ignorados. Es igualmente incuestionable la creciente identificación de muchos inmigrantes
musulmanes con el islám y su impacto en la juventud urbana más marginada. Mientras más frustrada
se sienta esta población -ya sean árabes del norte de África o del Medio Oriente, turcos, negros de
África Occidental o surasiáticos (sobre todo paquistaníes) en Inglaterra- más probable es que sean
arrastrados a acciones yihadistas o antisemitas. Judíos y no judíos están pagando el precio, no sólo
por el rechazo palestino, la violencia yihadista y el antisemitismo musulmán, sino también por la
política de apaciguamiento europea de estas fuerzas oscuras.
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La investigación ha demostrado que los estereotipos antisemitas son mucho más frecuentes
entre los musulmanes que entre la mayoría de la población blanca de Europa. Por ejemplo, en
diciembre de 2005 cerca de la mitad de los musulmanes británicos consideró que " los judíos están
ligados con los masones para controlar los medios de comunicación y la política". En Dinamarca, en
2009, el 66 por ciento de los inmigrantes musulmanes entrevistados mostraron actitudes
marcadamente anti judías. Estudios realizados en Bélgica en 2011 demostraron que de 45 a 50 por
ciento de los estudiantes musulmanes estaban de acuerdo con declaraciones antisemitas como "los
judíos quieren dominar todo" frente a sólo el 10 por ciento de los no musulmanes.15 Este es un
patrón general en la UE que se ve agravado por una visión maniquea preexistente del conflicto de
Medio Oriente entre muchos musulmanes en Europa. La afirmación de una identidad
específicamente musulmana así como el odio a Israel, parece determinar muchas de estas actitudes
hostiles hacia los judíos. En ocasiones, como en el caso de las escuelas religiosas patrocinadas por los
sauditas y los libros de texto en Gran Bretaña, el adoctrinamiento antisemita es flagrante y
rampante.16 A menudo, los estereotipos vienen de la casa, la mezquita, el Internet y la televisión
satelital y son parte del bagaje cultural que los propios inmigrantes traen de Medio Oriente, África y
Asia.
Francia representa, tal vez, el barómetro más revelador de la actual crisis de los judíos
europeos y el "nuevo" antisemitismo en la UE, ya que es el hogar de aproximadamente seis a ocho
millones de musulmanes (entre el 10 y 12 por ciento de la población francesa) y de 550,000 judíos -la
mayor comunidad judía en el viejo continente. Sorprendentemente, el 40 por ciento de todos los
actos racistas cometidos en suelo francés en 2013 fueron contra judíos, quienes representan menos
del uno por ciento del total de la población.17 Contrariamente a los diversos mitos sobre la
islamofobia generalizada, es más probable que los judíos, a diferencia de los musulmanes, sean
objeto de un crimen de odio. (Esto también es cierto en Gran Bretaña, Canadá y los EE.UU.). Además,
los autores de estos violentos ataques racistas contra judíos así como del acoso en países como
Francia, Bélgica, Holanda, el Reino Unido o Suecia son, con mayor frecuencia, musulmanes que
neonazis o extremistas de derecha.
Una vez más, en los meses recientes Francia sufrió la mayor escalada de violencia anti-judía
en Europa, con turbas pro palestinas sitiando varias sinagogas en el centro de París, en la víspera de
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las celebraciones de la Bastilla (13 de julio de 2014). La mayoría de los manifestantes eran magrebíes
del Norte de África junto con diversos grupos de aliados de la izquierda, incluidos comunistas,
sindicalistas, ecologistas y militantes anti-sionistas del Partido Trotskista Nuevo Anti-Capitalismo. Los
manifestantes rodearon una sinagoga en la que había unos 200 feligreses quienes tuvieron que
atrincherarse en el interior. Varias personas resultaron heridas cuando la masa, en un ambiente tipo
pogrom, al tratar de abrirse paso en el edificio, gritaba consignas escalofriantes como "Muerte a los
judíos" y "Hitler tenía razón". El asedio terminó una hora más tarde, luego de que los refuerzos
policíacos llegaron tardíamente a ayudar a la pequeña Liga de Defensa Judía.
Durante una manifestación en favor de Hamas en Belleville, un suburbio al este de París, se
podían escuchar fuertes cantos en árabe diciendo "asesinen a los judíos”. Otra sinagoga fue
incendiada el 11 de julio en Aulnay Surround durante el servicio del viernes por la noche. Más
temprano, en plena luz del día, cerca de la estación de tren Gare du Nord, una niña judía de 17 años
de edad fue insultada y roseada con gas pimienta por un joven árabe que gritaba "Judía sucia,
Inshalla (Dios quiera) morirás”. 18 Unos días después, en Sarcelles, un suburbio parisino con una
población mixta árabe-judía, una turba árabe atacó negocios propiedad de judíos, destruyendo una
farmacia, una pizzería y varias tiendas. Los manifestantes quemaron coches y atacaron judíos fuera
de una sinagoga, que intentaron incendiar sin éxito. La policía francesa tuvo que utilizar cañones de
agua, gases lacrimógenos y balas de goma en escenas que recuerdan a una Intifada de Medio
Oriente. Incluso autoflagelados intelectuales parisinos de izquierda con tendencias antiisraelíes y
antinorteamericanas, estuvieron conmocionados temporalmente por estas escenas.
Hay que recordar que desde el inicio de la Segunda Intifada en octubre de 2000, Francia ha
sido escenario de algunos aterradores episodios de violencia antijudía. Desde ese momento (a pesar
de los valientes esfuerzos actualmente promovidos por el primer ministro Manuel Valls, con el apoyo
de Bernard Cazeneuve, el ministro del Interior y el presidente François Hollande), el Estado francés
ha sido incapaz de regresar al genio a la botella. El conflicto entre Israel y Palestina sigue siendo una
herida abierta y un catalizador de la violencia, por lo que el mantra oficial francés de que el
antisemitismo es esencialmente una importación extranjera del Medio Oriente es, obviamente,
demasiado simplista. Después de todo, las agresiones verbales y físicas han sido dirigidas contra los
judíos franceses y no contra los israelíes. Más aún, después de más de una década, este tipo de
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ataques se han convertido en casi una rutina en las calles y escuelas del país república así como en el
Metro de París.
Esta ola de odio despiadado ha tenido un efecto traumático en la judería francesa. Estuvo
precedida, por supuesto, por los asesinatos cometidos a sangre fría en 2012 por Mohammed Merah,
un joven yihadista radical entrenado en Afganistán. Merah asesinó a un joven rabino y mató a
quemarropa a tres pequeños niños judíos en la escuela Ozar Hatorah de Toulouse, incluso se filmó a
sí mismo en el acto. El perpetrador era un ciudadano francés de origen musulmán-argelino, que
creció en una familia impregnada a fondo con odio antijudío.19 En 2006, Ilan Halimi, un joven judío
de 23 años de edad, fue asesinado sádicamente a las afueras de París por una banda
apropiadamente llamada “Les Barbares” (los bárbaros), encabezada por Youssouf Fofana, un
musulmán africano-francés occidental. La tortura de Halimi, a pesar de que inicialmente fue negada
públicamente y por la policía, fue, sin duda, un acto antisemita. Los secuestradores habían
seleccionado cuidadosamente a un judío en la esperanza de obtener un gran rescate de la
comunidad judía. 20
El 24 de mayo de 2014, en Bruselas, Mehdi Nemmouche, otro yihadista francés que había
regresado de Siria, eligió atacar deliberadamente un objetivo judío de alto perfil. El efecto
acumulativo de éstos y muchos otros incidentes menos violentos pero profundamente
perturbadores, aluden a un pronóstico sombrío para el futuro de la judería francesa y europea, a
pesar de que la mayoría de los judíos aparentan ser razonablemente prósperos, estar bien integrados
y no haber sido discriminados en cuestiones de vivienda, educación, práctica religiosa, o en la vida
pública francesa. Sin embargo, los judíos europeos, especialmente en Francia, se encuentran
atrapados entre la ola islamista y el auge de populistas nacionalistas de extrema derecha que
obtuvieron muy buenos resultados en las últimas elecciones europeas de mayo de 2014. Por primera
vez en su historia, el Frente Nacional (FN), liderado por Marine Le Pen, logró el primer lugar con más
del 25 por ciento de los votos, un éxito sorprendente, pero no un resultado muy alentador para los
judíos franceses. 21 Es cierto, su actual líder se ha distanciado del notorio antisemitismo de su padre
y de su retórica racista islamofóbica, pero las filas del FN todavía cuentan con un significativo número
de ultra-nacionalistas, racistas y católicos fundamentalistas. Más aún, el repudio del FN a la simple
idea misma de una representación comunitaria judía y su hiperconciencia sobre la oposición judía a
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su ascenso no augura nada bueno para los judíos franceses. Por otra parte, la decidida postura de Le
Pen en contra de una mayor inmigración masiva y la fuerte desaprobación de los esfuerzos para
apaciguar a los islamistas tienen cierto atractivo potencial entre los votantes judíos.
Desde el año 2000, se han registrado al menos 7,650 incidentes antisemitas en Francia, cifra
que representa solo aquellos casos denunciados a la policía, que posiblemente no sea más del 40 por
ciento de los números reales. Esto nos ayuda a entender por qué en los últimos años, casi la mitad de
los judíos en Francia, Bélgica y Hungría han contemplado la emigración. En lo que respecta a Francia,
se anticipó, incluso antes de la guerra de Gaza que más de 5,000 judíos harían aliá a Israel este año,
lo que sería un récord histórico para judíos franceses desde la fundación del Estado judío. Esto llevó a
que a principios de agosto, el periodista líder y editor de la revista, Christophe Barbier, de centroizquierda L'Express, acusara a los judíos franceses de "bunkerización", traicionando los valores
republicanos y apoyando a la extrema derecha en Francia e Israel. Los judíos que abandonaron
Francia y se fueron a Israel, declaró, eran en realidad "cobardes". 22
No hay duda de que la creciente infiltración de antisemitismo -procedente tanto de Medio
Orienta como de Europa- ha llegado a un nuevo punto álgido como resultado de la guerra de Gaza.
Cuando un dueño de un café turco en Lieja (Bélgica) se siente cómodo al colocar un cartel digno de la
Alemania nazi, anunciando que "Los perros son bienvenidos, pero no los judíos", un viento maligno
está, sin duda, soplando. Cuando un médico flamenco en Amberes rechaza la solicitud de una mujer
judía de 91 años de edad para recibir tratamiento médico diciéndole que se vaya a Gaza o cuando los
jóvenes del sur de Asia gritan "Heil Hitler" a los peatones judíos en un barrio ortodoxo de
Manchester, significa que el debilitamiento de los tabúes residuales relativos al antisemitismo es solo
aparente.23 En Gran Bretaña, los incidentes antisemitas en julio de 2014 llegaron a su punto más
alto, a pesar de que fueron notablemente menos violentos que en Francia. 24
La Operación Margen Protector aún más que sus predecesoras en 2009 y 2012, parece haber
suscitado reacciones extremas, con antisionistas y "disidentes" judíos sorprendentemente ansiosos
por demostrar su presunta superioridad ética al denunciar las políticas "criminales" y "racistas" de
Israel. A raíz de algunos de los comentarios en la prensa, el tráfico de Internet, y los tweets de
Facebook, podríamos ser perdonados por pensar que Israel había atacado deliberada y sádicamente
a todos los civiles palestinos. Uno podría imaginarse que las Fuerzas de Defensa de Israel eran un
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ejército de asesinos de niños, mientras que Hamas y la Yihad Islámica, que siempre han glorificado
las masacres terroristas de civiles israelíes, eran simplemente guardias protectoras "militantes"
contra la despiadada inhumanidad del ejército israelí. Esta es una completa inversión de la verdad.
Pero eso no impidió la proliferación de inmundas consignas sobre Israel como "Estado terrorista" o
perturbar el casi absoluto silencio que rodea la política deliberada de Hamas de enviar a sus civiles y
niños al peligro. Estas tácticas tampoco disminuyeron el agresivo apoyo a Hamas de los llamados
filósofos como el italiano Gianni Vattimo.25
En mi opinión, esto es una indicación inequívoca de la enfermedad moral que de manera
constante está carcomiendo las entrañas de Europa como consecuencia de su débil respuesta al
islamismo y su propia mitología multiculturalista de auto-engaño. Como hemos visto, la
caracterización de Hamas como un típico movimiento de liberación que lucha por la
autodeterminación nacional palestina es profundamente defectuosa, un síntoma de ilusiones
europeas, occidentales e internacionales. Aún más engañosa y bastante insidiosa es la palestinización
de la vieja-nueva Teología Cristiana del Reemplazo y la hipócrita moralización de los sacerdotes
anglicanos como el jubilado arzobispo negro de Sudáfrica, Desmond Tutu, quien, al igual que el ex
presidente estadounidense Carter, nunca pierde la oportunidad de atacar a Israel al tiempo que insta
al reconocimiento de Hamas.26 En última instancia, tales voces, legitiman el antisemitismo. Junto
con los defensores del boicot a los productos israelíes (o la Academia) y los proveedores de la
totalmente sesgada analogía "Israel = Apartheid", apoyan activamente a los yihadistas radicales en su
fundamentalmente malvado sueño de destruir a Israel. Incluso, si no son personalmente antisemitas,
estos "compañeros de viaje" son cómplices de facto de los "guerreros fanáticos de Alá ", empeñados
en derribar lo que queda de la libertad humana, el respeto por la verdad, la santidad de la vida y los
valores democráticos. De hecho, desde Berlín a Sidney, de París a Santiago, una vez más el
antisemitismo nos proporciona una prueba de fuego para la salud moral de la civilizaciones islámicas
y occidentales. La patología social y cultural del antisemitismo bien puede ser incurable, sin embargo
es fundamental que los gobiernos de todo el mundo hagan todo lo posible para limitar sus efectos
tóxicos.
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Notas
1. Ver Yigal Carmon, “Contemporary Islamist Ideology Permitting Genocidal Murder”, MEMRI Special
Report, no. 25, enero 27, 2004.
2. Robert S. Wistrich, Muslim Anti-Semitism: A Clear and Present Danger (Nueva York, 2002).
3. Ver Robert S. Wistrich, A Lethal Obsession: Antisemitism from Antiquity to the Global Yihad (Nueva
York, 2010), pp. 731-927.
4. Ibid., pp. 937-38 para más ejemplos.
5. “Allah imposed Hitler on the Jews to punish them…”, MEMRI Special Dispatch no. 2224, febrero 3,
2009.
6. Wistrich, Lethal Obsession, op.cit., pp. 667-75; ver también Klaus Geniscke, Der Multi von Jerusalén,
Amin el-Husseini und die Nationalsozialisten (Darmstadt, 2007).
7. Shmuel Moreh y Zvi Yehuda (eds.), Al Farbud: The 1941 Pogrom in Iraq (Jerusalén, 2005), pp. 27-68.
8. Semih Idiz, “Erdogan Fans Anti-Israeli, Anti-American Sentiments for Political Gain”, Hurriyet Daily
News, junio 14, 2010; Richard Herzynger, “Türkische Abwege”,
http://m.welt.de/print/diewelt/debatte/article130805280/Tuerkische-Abwege.html.
9. http://en.Wikipedia.org/wiki/Valley_of_the_Wolves:_Iraq.
10. Wistrich, Lethal Obsession, op.cit., pp. 845-61.
11. Ibid., pp. 885-93.
12. Ver Robert S. Wistrich, “Post Mubarak Egypt: The Dark Side of Islamic Utopia”, Israel Journal of Foreign
Affairs, VI: 1 (2012), 22-32.
13. Ver Robert S. Wistrich, “Negationism, Antisemitism, and Anti-Zionism”, Holocaust Denial: The Politics
of Perfidy, Robert Wistrich (ed.) (Berlín, 2012), pp. 258-67; y Matthias Küntzel, “Judeophobia and the
Denial of the Holocaust in Iran”, Holocaust Denial: The Politics of Perfidy, Robert Wistrich (ed.) (Berlín,
2012), pp. 235-54.
14. Ver ADL Global: An Index of Antisemitism (Nueva York, 2014), que evaluó actitudes hacia los judíos en
más de 100 países.
15. Ver Manfred Gerstenfeld, entrevista de Mark Elchardus, Israel National News, mayo 21, 2013.
Elchardus estudió las escuelas de habla neerlandesa en Bélgica y las actitudes de los alumnos de
catorce años en adelante. Ver también la investigación detallada de Günther Jikeli, Antisemitismus und
Diskriminierungs-wahrnehmungen junger Muslime in Europa (Essen, 2012), que confirma la
prevalencia de estereotipos antisemitas “clásicos” entre jóvenes musulmanes (los judíos son ricos,
tacaños, conspiran en contra de los no judíos, etc.). De hecho, estas actitudes se extienden
significativamente más entre ellos que entre los no musulmanes.
16. Ver la importante investigación de Denis MacEoin, The Hijacking of British Islam (Londres, 2007),
patrocinada por Policy Exchange (http://www.policyexchange.org.uk). El Centro para la Libertad
Religiosa de la organización Freedom House con sede en Estados Unidos, también publicó un reporte
pionero sobre los libros de texto sauditas: Saudi Arabia’s Curriculum of Intolerance (2006)
http://freedomhouse.org/sites/default/files/CurriculumOfIntolerance.pdf.
17. Ver Rapport sur L’antisémisme en France 2013 (París 2014) realizado por el Servicio de Protección de
la Comunidad Judía. El reporte del 2012, basado en estadísticas del ministerio francés del interior,
mostró que 55 por ciento de la violencia racista estuvo dirigida a judíos. Se registraron 96 crímenes de
odio violentos en contra de judíos. A pesar de que el número de musulmanes que viven en Francia es
diez veces mayor que el de judíos sólo se registraron nueve actos violentos catalogados como
antiislámicos.
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18. Sam Sokol, “European ministers denounce ugly anti-Semitic demonstrations and attacks”, The
Jerusalén Post, julio 22, 2014; “Heurts à Barbès et Sarcelles”, LeMonde.fr y AFP, julio 21, 2014; Adam
Le Bor, “Exodus: Why Europe’s Jews are Fleeing Once Again”, Newsweek, julio 29, 2014.
19. Marc Weitzmann, “In the Beginning, the Brothers, They Told Me to Kill”, Tablet, julio 29, 2014,
http://tabletmag.com/jewish-news-and-politics/180009/france-toxic-hate-3-toulouse/.
20. Wistrich, Lethal Obsession, op.cit., pp. 339-44 sobre el caso Halimi.
21. Ver Robert S. Wistrich, “The Dark Side of Europe”, Jerusalén Report, junio 30, 2014.
22. Michel Gurfinkiel, “Barbier, Beelzebuth, and the French Intifada”, http://pjmedia.com/blog/barbierbeelzebuth-and-anti-semitism-the-french-socialists-conundrum/. El artículo de Barbier fue
ominosamente titulado “Les Nouveaux Baal Zebud”, suponiendo un vínculo entre los judíos franceses
y el diablo, que en la tradición cristiana es comúnmente llamado Beelzebuth; en la Biblia hebrea, BaalZebuth era un dios cananita sanguinario.
23. Jerry Lewis, “UK Jews feel anti-Semitic backlash”, The Jerusalén Post, julio 20, 2014.
24. Laura D. Staetsky and Jonathan Boyd, “Perceptions and Experiences of Antisemitism among Jews in
the UK”, Institute for Policy Research (JPR), julio 2014; este reporte ofrece una perspectiva sociológica
detallada de estos temas.
25. Anna Momigliano, “Well-known Italian philosopher: ‘I’d like to shoot those bastard Zionists’”, Haaretz,
julio 24, 2014.
26. Ver Desmond Tutu, “My plea to the People of Israel: Liberate yourselves by liberating Palestine”,
Haaretz, agosto 14, 2014. En este artículo, prácticamente toda la culpa de la guerra en Gaza es
impuesta a Israel, Hamas es invisible y los israelíes son llamados a participar en el boicot en contra de
su propio país. La crónica de “paz” del Arzobispo Tutu en relación a Israel incluye la repugnante
repetición del mito del “muro del apartheid” en Israel, la demonización del “lobby judío”, la demanda
de un embargo de armas a Israel y el perseverante apoyo al BDS. En la actual situación mundial,
cualquiera podría decir sin ironía que Tutu es completamente “merecedor” del Premio Nobel de la Paz
y de la Medalla Presidencial de la libertad que recibió de Barack Obama.
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