El abismo de la negociación entre Israel y Hamás

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Sin esperanzas de una paz duradera
El abismo de la negociación entre Israel
y Hamás
Sólo se puede esperar una frágil tregua, no un pacto permanente que garantice que episodios
mortíferos como el que vive Gaza se vuelvan a repetir.
22.07.2014 Daniel Salgar/ El Espectador/ Colombia
http://www.elespectador.com/noticias/elmundo/el-abismo-de-negociacion-entre-israel-yhamas-articulo-505822
La actual operación israelí en la Franja de Gaza empezó el 8 de julio, tres meses después de
que se diera por muerto el proceso de paz que EE.UU. intentó impulsar entre Israel y Palestina.
Las razones del fracaso fueron, primera, que Israel se negó a liberar una tanda de presos
palestinos, a los que se había comprometido a liberar. Segunda: los palestinos se negaron a
reconocer a Israel como Estado judío, una exigencia que de repente se convirtió en uno de los
principales argumentos de Israel para no seguir las negociaciones.
Tercera, las dos principales fuerzas políticas de Palestina (Fatah y Hamás) lograron un acuerdo
de reconciliación. El rechazo de Israel a ese pacto fue inmediato. Para Israel, Hamás es un
grupo terrorista: “Fatah puede negociar con Hamás o con Israel, pero no con los dos”, fue la
posición del primer ministro, Benjamín Netanyahu.
Luego del estancamiento de las conversaciones vino el secuestro y asesinato de tres jóvenes
israelíes, por lo cual Netanyahu culpó a Hamás y se detonaron los actuales enfrentamientos.
Así quedó en el olvido la iniciativa por alcanzar una paz duradera. Este fue un fracaso más
entre al menos 10 intentos de negociación.
Después de tantas frustraciones, sólo se pueden esperar pequeñas treguas que eviten en el
corto plazo una mortandad masiva, pero no pactos que garanticen que escenas como las que
se ven en Gaza estos días no se repitan. EEUU. y otros Estados urgen para que se aplique esta
vez el mismo alto al fuego declarado para poner fin a la operación ‘Pilar Defensivo’, que realizó
Israel en Gaza en 2012. Una tregua muy frágil que duró dos años.
Hamás esta vez tiene demandas mayores para alcanzar un pacto. Para entenderlas hay que
mirar los orígenes de esta organización islámica, que nació en 1987 como un movimiento
político que luego tendría un brazo de resistencia armada en contra de la ocupación israelí. Su
reclamo es recuperar todo el territorio que fue entregado a Israel para que creara su Estado en
1948, y establecer allí un Estado islámico con Jerusalén como capital.
Hamás nació mientras Gaza estuvo ocupada por Israel. Desde la Guerra de los Seis Días de
1967 Israel impuso una administración militar en el territorio hasta 2005, cuando retiró los
asentamientos, las bases militares y los 9.000 colonos que estaban en la Franja. Desde
entonces se supone que no hay presencia civil o militar permanente de Israel adentro de Gaza.
Pero la retirada no solucionó el problema. En 2006 Hamás ganó las elecciones en Gaza y en
2007 se tomó el poder allí. En estos años ocurrieron hechos violentos, como el lanzamiento de
cohetes contra Israel y el secuestro por parte de Hamás del soldado israelí Gilad Schalit, ante
los cuales Israel respondió imponiendo un bloqueo terrestre, aéreo y marítimo sobre Gaza. Ese
bloqueo se mantiene y es una causa de la violencia, el empobrecimiento y el deterioro en las
condiciones de vida en la zona. También es visto como un castigo colectivo contra la población
gazatí.
A pesar de la retirada israelí en 2005, la ONU sigue considerando Gaza un territorio ocupado,
así como Cisjordania y Jerusalén Este. Para los palestinos y muchos expertos independientes,
el bloqueo sigue siendo ocupación. Argumentan que, a pesar de la retirada, Israel mantuvo un
“control efectivo” sobre Gaza, sobre su espacio aéreo, sus aguas territoriales, la mayoría de sus
pasos fronterizos, sobre el suministro de varios productos y servicios básicos y el movimiento
de la población.
Hay quienes opinan lo contrario. Un artículo de Elizabeth Samson (“Is Gaza Occupied?:
Redefining the Status of Gaza Under International Law”) dice que “tener influencia,
responsabilidad, restricciones o dirigir ciertas actividades o recursos no es una indicación
automática del nivel de “control efectivo” necesario para invocar las leyes de ocupación”.
El debate es largo y complejo. Lo importante, según Nicolás Carrillo Santarelli, experto en
derecho internacional de la Universidad Autónoma de Madrid, es que “con independencia de
si hay ocupación o no, Israel tiene deberes impuestos por el derecho internacional
humanitario, los DD.HH. y la regulación del uso de la fuerza, encontrándose en estos ámbitos
algunas normas imperativas, que no pueden ser derogadas o inaplicadas y que obligan con
independencia del consentimiento o voluntad de un Estado”. La muerte de más de 500
palestinos, la mayoría civiles, sugiere que las fuerzas israelíes se han excedido en su intento de
destruir la infraestructura terrorista de Hamás.
Para un cese al fuego Hamás pide el fin del bloqueo en Gaza. Lo dijo Ismail Haniye, el líder de la
organización allí: “Esta agresión tiene que acabar de una vez y nunca más repetirse. Queremos
que el bloqueo de ocho años acabe completamente. Hay casas que no tienen agua potable, los
cruces están cerrados, no tenemos electricidad o sólo tenemos unas pocas horas al día, los
índices de pobreza y el desempleo son los más elevados, los graduados en universidades no
tienen trabajo, no hay salarios”.
La principal exigencia israelí es garantizar la seguridad para su pueblo, asegurarse de que los
ciudadanos israelíes no serán atacados por Hamás u otras organizaciones islamistas. Los
argumentos de uno y otro se convierten en una espiral: Hamás dice que el bloqueo es la causa
de los ataques a Israel; Israel dice que bloquear Gaza es necesario para defenderse de los
ataques.
Hallar una solución es cada vez más difícil. Barah Mikail, investigador de Oriente Medio de la
Fundación para las Relaciones Internacionales y el Diálogo Exterior, dice que “Israel está
lejos de estar dispuesto a poner fin al bloqueo, sobre todo porque esto significaría reconocer
la soberanía de Gaza, así como la legitimidad de Hamás —todo lo que Israel no quiere que
suceda—. Así que cualquier proposición formulada por Hamás, Israel la rechazará
automáticamente. Israel trata de ganar tiempo al rechazar cualquier posibilidad de participar
en conversaciones de paz con los palestinos en general”.
Algo paradójico, según Mikail, es que la postura de Israel en la Franja de Gaza podría
fortalecer considerablemente a Hamás, mientras que debilitaría a Fatah. Si las elecciones
fueran organizadas hoy, Hamás llegaría en muy buen momento”.
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