DOCUMENTOS TALLERES DE MARZO EQUIPO INTERDISCIPLINARIO DE APOYO PEDAGÓGIOCO EDUCACIÓN PARA LA DIVERSIDAD GRUPO No. ____________ Actividad: en grupo de docentes analizar la conceptualización de currículo para la diversidad relacionándolo con su experiencia e innovación de su práctica educativa. Socializarla con diferentes formas y procesos. La educación un derecho de todos La educación es un proceso complejo que desempeña un papel fundamental en cualquier sociedad humana que, de manera concreta, la define en cada caso. Por este motivo, la educación se ve influenciada no sólo por decisiones de carácter pedagógico o didáctico, sino por otras de procedencia muy diversa: políticas, económicas, ideológicas, culturales..., que la condicionan y determinan en cada contexto particular. Sin embargo, en todos los casos este proceso de educación se construye a partir de dos pilares que interactúan en él: la individualidad del hombre, como ser singular y único; la sociedad, como configuración cultural en la que se desenvuelve y desarrolla este hombre. Este punto de encuentro define cada modelo educativo, que se desarrolla entre los intereses particulares y concretos de cada persona: con sus características, capacidades, déficits y habilidades, y los intereses de la sociedad para incorporar a cada una de estas personas en un contexto ideológico y político determinado, tanto en los aspectos culturales —conocimientos artísticos, históricos, filosóficos y científicos— como formales —intelectual, social, afectivo y actitudinal— de cada comunidad en un momento histórico concreto (Benedito; 1987). Estas características nos conducen a una propuesta de definición de la educación, a pesar de que somos conscientes del peligro conceptual que ello conlleva debido a la complejidad y a la confluencia de matices y elementos que implica, como un proceso intencional y permanente dirigido a la persona en su conjunto con la finalidad de alcanzar su perfeccionamiento, que se desarrolla en múltiples ámbitos para favorecer y potenciar su participación en un contexto social concreto. Este concepto de educación se complementa, a su vez, con dos puntualizaciones que es preciso destacar: por una parte, el reconocimiento del derecho a la educación de todos los ciudadanos, sin excepciones y en igualdad; por otra, la escuela que se ha convertido en la institución encargada de organizar y desempeñar la función educativa para todos los miembros de las futuras generaciones de la sociedad, que presenta un objetivo central promover y conseguir el aprendizaje de sus alumnos, éstos van a la escuela para aprender al máximo de sus capacidades, independientemente de su procedencia e historia personal. Para ello se trabaja y se plantean métodos, estrategias y actuaciones didácticas que ofrezcan recursos para facilitar y mejorar este proceso. La escuela es el lugar donde los alumnos acuden a trabajar juntos para aprender colaborando mutuamente y para disfrutar de las experiencias que se ofrecen, como si de una aventura productiva se tratara en la que todos pueden aprender: “un lugar de encuentro donde se establece la base de la comunidad, donde todos los alumnos pueden ser excelentes sin la necesidad de triunfar sobre los otros”. La educación en las instituciones escolares se encuentra ante una doble dicotomía: a) El dominio de la uniformidad sobre la diversidad b) La categorización de los alumnos frente a la igualdad de oportunidades. La educación tiene una doble función: la socializadora, dirigida a compartir rasgos de pensamiento, de comportamiento y de sentimiento con otros. Es decir de crear comunidades en torno a hábitos, valores y significados compartidos que exigen ciertas dosis de homogeneidad en el pensamiento, en los valores y en la conducta. En el otro extremo, encontramos el hecho empírico, incuestionable, desde el propio sentido común, de que los seres humanos, desde el punto de vista biológico, psicológico, social y cultural, diferimos unos de otros. El respeto a la individualidad que se manifiesta de manera natural con la diversidad entre los sujetos, los grupos sociales y con sujetos cambiantes en el tiempo. Gimeno (2000; 16) nos recuerda. “Cuantas más gentes entren en el sistema educativo y cuanto más tiempo permanezcan en él, tantas más variaciones se acumularán en su seno”. La heterogenidad en las aulas es un hecho natural y evidente, que refleja la realidad social cotidiana. Esta heterogeneidad se ha percibido demasiadas veces como un “estorbo” que es necesario dominar, fijar o, si es posible, eliminar. Esta posición es incoherente con la realidad social en todos y cada uno de los ámbitos comunitarios, no podemos convertir la escuela en un club exclusivo de unos pocos que margina a otros. La diversidad es una realidad con la que debemos convivir en la escuela y fuera de ella, para ello debemos comprenderla como un valor a potenciar y a promover, puesto que es en la diversidad donde se encuentra el respeto mutuo, la colaboración, el conocimiento, donde todos los miembros de una comunidad son dignos de consideración y estima. Esta última idea nos introduce en la segunda dicotomía básica de la educación: debemos categorizar a los alumnos en la escuela para educar sólo a unos pocos en detrimento de la mayoría; o bien, debemos establecer estrategias para promocionar una escuela para todos, desde la igualdad y el respeto, donde cada uno aprende de manera significativa todo cuanto puede. La categorización divide a la gente en grupos que establecen expectativas no naturales, que crea fronteras entre la gente, que fomenta el elitismo entre unos cuántos y la falta de confianza y autoestima en los demás. La educación debe tener capacidad para educar a todos y no debe ni puede dirigirse sólo a unos pocos. La igualdad de oportunidades en la educación no significa que todos deban aprender lo mismo a la vez, significa que todos tienen las mismas oportunidades para aprender y no se clasifica ni a los alumnos ni a los currículo por categorías. La categorización de los alumnos de la escuela por estratos predefinidos se asocia a definiciones predeterminadas que incluyen unas características y unas intervenciones sociales también predeterminadas, que normalmente constituyen una prescripción educativa. Esta forma de actuar provoca que el estatus de algunos alumnos y/o adultos automáticamente está por encima o por debajo del estatus de los demás, porque se atribuyen diferentes maneras de aprender u otras características, en lugar de que todos y cada uno de los alumnos de la escuela sean aceptados en igualdad formando parte de una misma comunidad escolar y social. La igualdad de oportunidades en la escuela se inicia ofreciendo a todos los alumnos la oportunidad de aprender con y de sus compañeros y amigos, puesto que todos tienen algo para mostrar, enseñar, participar, todos tienen también derecho a la autoconfianza, a la motivación y a expectativas positivas para promover en lugar del fracaso educativo el éxito educativo. La consecución de una educación de calidad tiene, pues, como objetivo central para la escuela: promover y conseguir el aprendizaje de todos sus alumnos. Esta educación de calidad sólo será posible si se mantiene una relación de equilibrio entre los extremos de las dicotomías planteadas y se entiende la diversidad no como un problema, sino como una solución, que nos conduce a una educación más de calidad cuánto más comprensiva, integral y promocionadora sea. 3. La diversidad un valor enriquecedor. La atención a la diversidad en educación es un tema con una larga historia de pensamiento, de investigación y de práctica que ha justificado distintas respuestas pedagógicas en todos los niveles escolares. Los antecedentes pedagógicos del concepto de diversidad los encontramos en dos términos surgidos del activismo: a) La individualización de la enseñanza como medio para adecuarla a las necesidades de los alumnos en un equilibrio en el trabajo cooperativo y de socialización. b) La heterogeneidad de los alumnos y de las respuestas educativas que se les ofrecen para alcanzar los niveles óptimos en el proceso de enseñanza-aprendizaje de cada uno de los alumnos. Este concepto actual de diversidad es polivalente en una doble perspectiva educativa y social: 1.- La diversidad hace referencia a distintas fuentes provocadoras de la diversidad educativa: • Alumno: diversidad de capacidades, de motivaciones, de intereses, con ritmos y estilos de aprendizaje distintos. • Profesor: diversidad de características, de formación, de motivaciones, de intereses, de expectativas. • Materias curriculares: diversidad en las estrategias para su introducción y desarrollo en la escuela, en la metodología, en los materiales disponibles. • Social: diversidad en la cultura previa y paralela a la escolarización, de posibilidades, de intercambios. 2.- La diversidad se fundamenta en cuatro razones (Muñoz, Rué y Gómez, 1993; 52): • Sociales: al considerar la educación como un medio de compensación de las desigualdades sociales. • Culturales: al concebir la realidad humana como plural, abierta y relativa. • Éticas: al considerar la profesión educativa como una actividad promocionadora y no sancionadora ni selectiva. • Psicopedagógicas: al considerar el aprendizaje como un proceso social de reconstrucción del pensamiento personal. La introducción de este concepto de “atención a la diversidad” en la escuela no se debe ni se puede identificar con medidas extraordinarias que den respuesta, en un momento dado, a las dificultades de aprendizaje y/o a las diferencias culturales, sociales y/o étnicas, que ciertamente se dan en determinados alumnos de manera más o menos permanente. No hay alumnos normales y alumnos diversos, sino personas diferentes que requieren un proceso de enseñanza-aprendizaje, que por su propia naturaleza, es individualizado; es decir, distinto y peculiar en cada caso al interactuar dos polos -profesor y alumno- que le aportan sus características diferenciales. La atención a la diversidad no puede reducirse a la consideración del alumno escolarmente problemático como diverso y a la utilización de los apoyos especiales para este alumno concreto, sino que, como apuntan Martín y Mauri (1996; 14): “La calidad del proceso de enseñanza-aprendizaje depende fundamentalmente de la capacidad de ajustar la intervención del docente a las variadas necesidades educativas de todos los alumnos”. La atención a la diversidad promueve la igualdad de oportunidades para evitar la desigualdad y la discriminación en la educación y en los parámetros de calidad de ésta. Se plantea decididamente que la misión olvidada de la escuela es poner en marcha un modelo de formación de los ciudadanos en el que se permita y se potencie la inclusión de todos en el concierto intercultural, que caracteriza la vida en las sociedades industrializadas occidentales (Solá, 1997; 14). Estas premisas promueven un modelo de escuela que se sustenta en tres pilares claves, afirma Gimeno (1993; 44-45): A) La idea de la diversidad en el currículo y el currículo para la diversidad es una manifestación de una filosofía democrática, que tiene el reto de compaginar dos derechos fundamentales: el derecho a la igualdad entre todos los ciudadanos a recibir una educación de calidad y el derecho a las diferencias sin que provoquen desigualdades ni discriminaciones. B) Una filosofía humanista de la educación que enfatiza el valor de los individuos, de sus singularidades, el proceso idiosincrático de desarrollo y su peculiar proyecto vital. C) La aceptación del pluralismo como un hecho de la vida y de encuentro de culturas, enriquecedor de un proyecto común. El reconocimiento explícito de la heterogeneidad de los diferentes participantes en el proceso de enseñanza-aprendizaje que se desarrolla en la escuela; la constatación de la necesidad de convertir estos pilares teóricos de la escuela en realidades didácticas, nos lleva a promover un modelo de escuela en el cual se señalan dos condiciones importantes: — Afirma López Melero (1993; 40): “reivindicar una escuela con este talante igualitario y comprensivo no debe entenderse como que proclamamos la uniformidad de todos los alumnos, sino todo lo contrario: supone educar en el respeto a las diversidades”. Esta afirmación aporta dos significados controvertidos y complementarios, que merecen ser explicados: por una parte, la sociedad presenta desigualdades y diferencias en sus orígenes que provoca puntos de partida muy diversos entre los alumnos, por lo que proporcionarles a todos en la escuela lo mismo no significa promover la equidad, sino mantener y potenciar estas diferencias. Es preciso adecuar el proceso a las demandas reales de cada alumno para potenciar al máximo sus capacidades. Por otro lado, la atención a la diversidad se fundamenta en la cooperación entre todos los participantes en la escuela, pues todos pueden hacer aportaciones a los otros y todos necesitan las ayudas de los demás, no desde la competición sino desde la colaboración. — Esta realidad tangible en las aulas “ha de convertirse en un motivo de perfeccionamiento profesional y la diversidad misma en un referente de valor para cambiar la escuela, el pensamiento del profesorado, la cultura escolar e influir en el entorno social” (López Melero, 1997; 132). La atención a la diversidad exige modificaciones en las estrategias organizativas y didácticas que permitan ajustar la acción educativa a las demandas de los alumnos, desde la perspectiva de que esta heterogeneidad sea vivenciada no como problema, sino como ocasión para mejorar la calidad del proceso de enseñanza-aprendizaje en una escuela para todos. Esta escuela comprensiva, que tiene en la atención a la diversidad un puntal básico, es una escuela en la que todos los alumnos caben en igualdad de condiciones, que ofrece una mayor calidad en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Para ello, precisa, de una serie de cambios en su organización e intervención didáctica con el fin de dar respuesta adaptada a las exigencias de sus alumnos. Sin la intención de ser exhaustivos, queremos señalar algunos elementos a tener en cuenta para proporcionar una educación adaptada (Gimeno, 1993; 43): • Las condiciones de trabajo de los profesores, junto a la falta de una preparación de éstos para trabajar con la diversidad de alumnos, llevan a una estereotipación de los contenidos y de las tareas. • Las tareas son las que crean el ambiente inmediato de aprendizaje, las que marcan las exigencias y las que promueven ambientes variados donde quepa la diversificación. Sólo en la variedad cabe la diversidad; sólo en clases donde se hagan cosas distintas, personalidades singulares, tipos de capacidades e intereses distintos, tienen oportunidad de verse amparados. • La organización del tiempo, en que se desarrollan estas tareas, determina la posibilidad de diversificación. Cuando la actividad se estructura y se desarrolla de acuerdo con la pauta de organización monocrónicamente, la acción transcurre linealmente, en etapas sucesivas, atendiendo más a las exigencias de la tarea que a la de los sujetos que la realizan o a las circunstancias del entorno y a las reacciones interpersonales, lo que hace que se toleren mal los posibles desajustes individuales a la pauta de progresión establecida. El tiempo organizado policrónicamente permite actividades simultáneas combinadas, admite la sensibilidad al contexto, está más orientada hacia las personas que hacia las tareas o que hacia la eficiencia. La atención a la diversidad se convierte en la alternativa que dinamiza la escuela, a partir del reconocimiento de las diferencias entre los alumnos y las estrategias educativas que requieren en su proceso formativo, no sólo porque provoca un cambio en la cultura escolar y del docente, sino porque posibilita una enseñanza de mayor calidad para todos los alumnos, respetando las diferencias y proporcionando igualdad de oportunidades. 4. La igualdad de oportunidades: un reto para la escuela. La escuela comprensiva educa desde la diversidad y en la diversidad, lo cual redunda en una mayor calidad y eficacia de la escuela, en dos líneas básicas. Por una parte, la escuela selectiva o tradicional potencia y celebra a unos pocos para marginar o eliminar a otros muchos. Por otra parte, la mejora de la calidad de la institución se alcanza ofreciendo una respuesta diversificada y comprensiva, que se adapte a las necesidades de los alumnos, pues cualquier alumno va a la escuela para aprender y para que se le enseñe. Este modelo de escuela representa una opción y una toma de decisiones coherente con los valores que la sustentan en su puesta en práctica. El objetivo es conseguir mejorar la escuela y para ello debemos aprender a resolver los problemas y dificultades que en ella se plantean. En cualquier acción de la vida reconocemos a los buenos profesionales cuando las dificultades obligan a buscar alternativas distintas a las generalmente utilizadas para resolver cada situación concreta. De forma similar, en el proceso de enseñanza-aprendizaje, las escuelas más efectivas serán aquellas que cuando nos encontramos ante alumnos de procedencias culturales distintas, con dificultades de aprendizaje y/o de lenguaje para comunicarse, que no aprenden al ritmo o de la misma forma que la mayoría, debemos recurrir a formas distintas que nos permitan alcanzar las metas señaladas. El elemento capital que se precisa para promover una escuela comprensiva, está en desarrollar un currículum capaz de tender puentes entre las diferencias de las personas y sus posibilidades para adquirir una cultura. Se trata de lograr el equilibrio necesario — escriben Antúnez y Gairín (1996; 194)— entre la comprensión del currículum y la innegable diversidad de los alumnos. Para ello debemos fomentar un currículum flexible, que pueda adaptarse a las diferentes necesidades de los alumnos, que han de percibirse no como el resultado de un déficit, sino como la consecuencia de una determinada interacción entre las características propias de éste y las características del proceso de enseñanza aplicado. La igualdad de oportunidades se fundamenta en que todos los centros están en condiciones de ofrecer una enseñanza de calidad que brinde las mismas posibilidades a todos los alumnos, independientemente de sus capacidades, de sus características físicas, de su sexo, raza o clase social. En este contexto, nos fijaremos en un modelo de escuela cuyas intenciones son educar a niños diferentes en situaciones de enseñanza distintas para alcanzar el máximo desarrollo y formación en cada uno de ellos. Una enseñanza que, desde una oferta básicamente común, proporcione respuestas diferenciadas y ajustadas a las necesidades de los alumnos. Así, la igualdad de oportunidades se entiende como la confluencia entre las diferencias de los alumnos y el respeto a las diferencias, lo cual se traduce en que todos tengan idénticas posibilidades de aprendizaje, aunque no necesariamente de los mismos aprendizajes. La atención a la diversidad y la igualdad de oportunidades se convierten en los ejes sobre los que se conforma el nuevo modelo de enseñanza, que se caracteriza por ofrecer una variedad de alternativas, tanto en el currículo como en las prácticas pedagógicas y en el propio funcionamiento de la institución, como elemento indispensable para atender a la diversidad y permitir que sea la escuela la que se adapte al alumno y no a la inversa. Profesorado, revista de currículum y formación del profesorado, 4 (1), (2000).LA IGUALDAD DE OPORTUNIDADES EN LA ESCUELA DE LA DIVERSIDAD Dr. Joan J. Muntaner Universitat Illes Balears E-mail: INSTITUTO DE EDUCACIÓN MEDIA DIVERSIFICADA INEM CARLOS ARTURO TORRES EQUIPO INTERDISCIPLINARIO DE APOYO PEDAGÓGIOCO EDUCACIÓN PARA LA DIVERSIDAD TALLER: ENSEÑANZA MULTINIVEL: UN MÉTODO PARA LA DIVERSIDAD ACTIVIDAD: En grupos de docentes determinados realizar la lectura y analizar cada aspecto de la Enseñanza Multinivel, y mediante un ejemplo con un eje temático o unidad de su área explicar una actividad pedagógica bajo los parámetros de este método de la educación para la diversidad. ¿QUÉ ES LA ENSEÑANZA MULTINIVEL? La enseñanza multinivel (Schulz y Turnbull, 984) parte de la premisa de que se debe enseñar una única temática o unidad a toda la clase. Es una forma de planificar que conduce a individualizar la enseñanza, a flexibilizarla y a incluir a todos los estudiantes con independencia de las habilidades que tengan. Permite al profesor planificar para todos los alumnos dentro de una misma lección o unidad, reduciendo, así, la necesidad de impartir programas paralelos, mientras logra trabajar metas individuales utilizando los contenidos de la clase y las mismas estrategias docentes. Para alcanzar este logro el profesor debe llegar a comprender totalmente las estrategias de enseñanza propias de la enseñanza multinivel. Para impartir una unidad o una lección que sea realmente multinivel, esta lección debe tener un objetivo determinado para todos los estudiantes. Esto significa que debe cumplir los siguientes requisitos: Considerar los estilos de aprendizaje de los alumnos al planificar cómo se va a presentar la información. Involucrar a todos en la lección, unidad o actividad formulando preguntas que exijan aplicar diferentes niveles de pensamiento (ej., la Taxonomía de Bloom, que es una taxonomía que presenta distintos niveles cognitivos, desarrollada por Benjamín Bloom, un psicólogo y teórico educativo de la Universidad de Chicago, ver pág.4). Admitir que se tendrán que ajustar los resultados de aprendizaje para algunos estudiantes. Dar a elegir a los estudiantes el método que utilizarán para demostrar la comprensión del concepto enseñado. Aceptar que los diferentes métodos utilizados tienen el mismo valor. Evaluar a los estudiantes basándose en sus diferencias individuales. LAS CUATRO FASES DEL PROCESO DE DESARROLLO DE UNA UNIDAD, EJE TEMÁTICO O ACTIVIDAD DESDE LA ENSEÑANZA MULTINIVEL: 1. Identificar los conceptos importantes, básicos, fundamentales y/o funcionales. El primer paso es identificar los conceptos apropiados a enseñar en la unidad o lección particular. Es importante comprender que estos objetivos no se refieren simplemente a los objetivos establecidos para un curso determinado. Los objetivos deben ser parte de un planteamiento más amplio. Los profesores deben identificar lo que quieren que todos los estudiantes de la clase comprendan al finalizar la lección. Puede ser necesario contemplar diferentes contenidos para alumnos con niveles de habilidad distintos. Sin embargo, al final de la unidad, todos los estudiantes deberían alcanzar una comprensión similar del concepto que se está considerando en la clase con la que se está trabajando. Esto requiere escudriñar detenidamente el material a enseñar. En la actualidad, muchos programas escolares, especialmente, en la educación primaria y secundaria, se centran excesivamente en la enseñanza de contenidos. El problema de enseñar demasiados contenidos es que muchos estudiantes que podrían comprender los conceptos esenciales, no pueden llegar a dominar todos estos contenidos. Por ello, es necesario clarificar la diferencia existente entre conceptos subyacentes y los contenidos utilizados para enseñar esos conceptos. Imagina una lección tradicional sobre conflictos en el marco de una historia dirigida a los alumnos de primaria o secundaria. Se espera generalmente que los estudiantes reconozcan distintos tipos de conflictos literarios. Y se les evalúa pidiéndoles leer una novela o narración con el fin de identificar ejemplos de conflictos. La dificultad no está en comprender el concepto de conflicto sino en leer el material con el fin de realizar la tarea. Poner el énfasis en la lectura y la escritura sin admitir otros medios para demostrar lo aprendido o para ilustrar el conocimiento de lo que es un conflicto interpone una barrera a los alumnos con discapacidad. En lugar de esperar que todos los estudiantes conozcan los distintos tipos de conflictos literarios y lean todas las lecturas, el profesor podría abordar este concepto desde un punto de vista más amplio. Podría exigir que todos los estudiantes comprendieran la idea de conflicto, invitándoles a identificar distintos ejemplos en la vida real y relacionar, posteriormente, estos ejemplos con una novela particular o historia corta. 2. Determinar el método para presentar la información (el estilo de enseñanza, las preguntas, la participación parcial). Métodos de presentar la información Por Estilos de Aprendizaje de los estudiantes Los docentes deben planificar la instrucción en función del modo perceptivo dominante de cada uno. Por los distintos Niveles Cognitivos Se puede implicar a todos los estudiantes en una actividad o eje temático si formulamos preguntas que les permitan participar. Al aplicar una actividad curricular a un grupo que tiene niveles diversos de aprendizaje se esperan distintos resultados según sus necesidades individuales, es decir, para un alumno la actividad puede consistir en un nuevo conocimiento, para otro es un ejercicio de comprensión y para otro es un ejercicio de aplicación o de síntesis. Participación parcial En la planificación se decide, del mismo modo, si el estudiante va a participar total o parcialmente. La participación parcial significa que el alumno realizará únicamente un segmento de la actividad basado en su nivel de habilidad. El grupo de trabajo que asigna a cada estudiante una tarea diferente es un buen ejemplo de este tipo de participación. El estudiante que es capaz de comprender un concepto, pero que trabaja con más lentitud que el resto de la clase tiene dos opciones: 1. Disponer de más tiempo hasta alcanzar los mismos objetivos. 2. Tener la responsabilidad de comprender el concepto, pero no de completar todas las actividades que se pide a otros compañeros de clase. La participación parcial es especialmente importante para alumnos con dificultades severas de aprendizaje. Los estudiantes que no pueden alcanzar los objetivos esenciales de la unidad o eje temático, tienen otros objetivos específicos y ello no les impide participar en las actividades con sus compañeros, pero no lo hacen en el mismo nivel. Por ejemplo, un estudiante que tiene un nivel bajo en lectoescritura podría participar en una actividad del programa de Literatura de Primaria o Secundaria hablando en público. Sin embargo, se esperará que su presentación sea diferente que la de otros compañeros, podría ser más corta y basada en experiencias personales en lugar de estar referida a un tema sobre el que haya tenido que realizar una investigación previa. 3. Determinar los métodos de práctica de los estudiantes (se propondrán tareas de diferente complejidad basándose en la Taxonomía de Bloom, los métodos de presentación y la posibilidad de participar parcialmente). Esto exige utilizar la Taxonomía de Bloom para formular las preguntas y para asignar tareas. Esta taxonomía y otras similares, que muestran niveles diferentes de razonamiento, pueden ser útiles para preparar preguntas de distinto grado de complejidad. Se puede implicar a todos los estudiantes en una lección si formulamos preguntas que les permitan participar. A pesar de que la Taxonomía de Bloom es muy conocida, apenas se utiliza en la planificación de preguntas y tareas. La siguiente tabla muestra los niveles que especifica esta taxonomía, los define, lista los verbos que podría utilizarse para formular preguntas y los productos o actividades que los estudiantes podrían realizar en cada nivel. TAXONOMÍA DE BLOOM ÁREAS DEFINICIÓN VERBOS PRODUCTOS Conocer Conocer recordar hechos Comprender Entender Aplicar Hacer, utilizar Presenta un modelo, lo que se aplica, codifica, reúne, conoce. organiza, construye, informa, experimenta, resume, pinta, dibuja, agrupa, ordena y Empareja, reconoce, Informe, mapa, ficha, lista, describe, nombra, tabla define, muestra, registra, selecciona, identifica Explica, averigua, descubre localiza, Diagrama, modelo, demuestra, juego, dibujo, enseña una lección, maqueta, línea del tiempo Revisión, diario, móvil, maqueta, fotografía, cómic, modelo, ilustración, escultura, centro de aprendizaje, construcción Evaluar Realizar un Justifica, debate, juicio sobre el resuelve, recomienda, resultado juzga, critica, prueba, discute Revisión editorial, panel, autoevaluación, carta, conclusión, recomendación, juicio (Gearthart, Welshahn, y Gearhart, 1988) Los dos primeros niveles, conocimiento y comprensión, son los que los profesores emplean con más frecuencia. Los cuatro restantes, aplicar, analizar, sintetizar y evaluar, se deberían usar más de lo que se utilizan. Estos niveles más complejos se pueden trabajar incluso con los alumnos que tienen dificultades de aprendizaje. Estos alumnos pueden responder preguntas que exijan evaluar siempre y cuando la pregunta sea relevante en su vida o se refiera a algo concreto en lugar de referirse a ideas abstractas. La habilidad para valorar ideas distintas es importante y se debería animar a todos los estudiantes a desarrollarlas. El profesor debe trabajar en el nivel de desarrollo actual del alumno y ayudarle a desarrollar al máximo las formas superiores de razonamiento. Los estudiantes con dificultades de aprendizaje no deben mantenerse en el nivel del conocimiento y de la comprensión. De hecho, con frecuencia, les resulta difícil dominar estos niveles pues exigen memorizar el material. 4. Determinar el método a utilizar para evaluar a los estudiantes. (Considerando distintos niveles de habilidad y admitiendo diferentes procedimientos de evaluación). El cuarto paso del proceso es el método de evaluación. Se encuentra estrechamente vinculado a los modos de práctica e incluye las mismas tres áreas: modos de práctica, taxonomía de Bloom y participación parcial. Se deberían evaluar las tareas de los estudiantes concediendo el mismo peso a todos los modos de presentar la información, y dejar de otorgar al trabajo escrito un valor mayor que a la información presentada visualmente o a la evaluación final del concepto. De esta forma, todas las contribuciones se valoran igual y se evita que la clase infravalore a los estudiantes que no pueden escribir. Se debería utilizar la Taxonomía de Bloom para formular las preguntas de evaluación tipo test y preparar a los alumnos para que puedan responder a las preguntas correspondientes a los niveles superiores de la Taxonomía como el análisis, la síntesis y la evaluación, si se incluyen en la evaluación. No es apropiado manejar en la clase exclusivamente los primeros niveles, conocimiento, comprensión y aplicación, y esperar que los estudiantes respondan adecuadamente cuestiones que requieren un tipo de razonamiento más profundo, en la evaluación. El punto esencial a recordar en la multinivel es que la evaluación debe basarse en los niveles de habilidad de los estudiantes. A modo de ejemplo, exponemos la flexibilidad de actividades implementada en la clase de historia de un instituto, donde el objetivo general era “entender la Guerra Civil.” Uno de los objetivos primarios de los alumnos era aprender acerca de los protagonistas de la guerra a través de lecturas, investigación en la biblioteca o discusión en el aula. Había un estudiante que tenía un gran talento artístico pero no sabía leer ni escribir y tenía una dificultad considerable para expresarse verbalmente. Mientras que la tarea desempeñada por otros alumnos era en leer, este estudiante tenía que dibujar retratos de estos personajes que estaban a su disposición en los libros de texto. Sus dibujos sirvieron para estimular la discusión en clase. Se pidió a los alumnos que compartieran con éste y con otros todo lo que habían aprendido durante la lectura de los libros y la investigación sobre esa persona. Como método de evaluación, la mayoría de los alumnos escribieron un ensayo sobre uno de los personajes de la Guerra Civil que habían estudiado. Sin embargo, este alumno y algunos compañeros dibujaron un mural sobre la Guerra Civil que representaba a las personas estudiadas. El mural sirvió de base para culminar la contribución de los ensayos y la discusión de esas personas históricas. Así, el talento del estudiante que no podía aprender y compartir información sobre los personajes históricos de la Guerra Civil, de la misma forma que la mayoría de los estudiantes, participó con sus compañeros en las actividades curriculares del aula.( Arnaiz 2000) Como puede comprobarse en este ejemplo, el alumno con marcadas barreras de aprendizaje: Contribuyó en la actividad dibujando unos cuadros y un mural, que fueron usados para estimular la discusión en el aula. Tuvo la oportunidad de mejorar sus habilidades en pintura, participación grupal, audición y respuesta a sus compañeros. Además, tuvo la posibilidad de compartir y aprender junto a sus compañeros la información acerca de los protagonistas de la Guerra Civil. Basado en el documento: Impartir una enseñanza multinivel. Estrategias para los profesores de aula de Jean Collicot. GRUPO No. ____________ Actividad: en grupo de docentes analizar la conceptualización de Diseño Universal del Aprendizaje (DIU) relacionándolo con su experiencia e innovación de su práctica educativa. Socializarla en grupo mayor de docentes con diferentes formas y procesos. Diseño Universal del Aprendizaje (DUA) UN ENFOQUE PARA LA EDUCACIÓN DEL SIGLO XXI El término Diseño Universal fue acuñado por Ronald L. Mace a finales de los años 80 (NCSU,1997), para referirse al diseño de productos, entornos, y la comunicación, que puedan utilizar todas las personas, en la mayor medida posible, sin adaptación ni diseño especializado, independientemente de su edad, capacidad o condición en la vida. El concepto también se conoce como diseño inclusivo, diseño para todos o diseño centrado en el ser humano. Como explica el Institute for Human Centered Design (2012), el mensaje que trasladaron a la sociedad fue claro: si funciona bien para las personas en todo el espectro de la capacidad funcional, funciona mejor para todos. Desde su aparición en el contexto de la arquitectura, la aplicación de los principios del diseño universal se ha ido extendiendo con gran éxito a otros ámbitos, especialmente a los productos y servicios. En el campo de la educación ha dado lugar a su aplicación en todos los niveles del sistema educativo. De la misma manera que en la arquitectura el diseño tradicional suponía numerosas barreras a muchos ciudadanos, los planteamientos didácticos tradicionales, basados en propuestas homogéneos o uniformes y en la utilización de materiales impresos, están dirigidos a un gran grupo de estudiantes – el que puede tener éxito con ese modelo-, pero no responden a las necesidades de muchos alumnos, aquellos que están en los límites, en lo que normalmente se representa en los extremos de la curva normal. Desde este planteamiento, son los estudiantes los que tienen que adaptarse al currículo y, cuando no pueden, se deben hacer propuestas didácticas y materiales personalizados a las necesidades de cada estudiante, algo equivalente a la adaptación de los edificios que se diseñaban sin tener en cuenta la diversidad de usuarios. Así pues, desde un planteamiento respetuoso con la diversidad, el verdadero desafío para los educadores es proporcionar oportunidades de aprendizaje en el currículo de educación general que sean inclusivas y eficaces para todos los estudiantes. Se trata, por lo tanto, de reducir las barreras en los contextos educativos para que los procesos de aprendizaje sean accesibles a todos los estudiantes. Que en el diseño del currículum se cuente, desde el momento inicial, con la diversidad que existe en el aula para hacer propuestas que ofrezcan la oportunidad a todos los estudiantes de acceder, participar y avanzar dentro del currículo general, lo que conecta con los planteamientos del diseño universal. Según el CAST, el Diseño Universal para el Aprendizaje (DUA) es un conjunto de principios para desarrollar el currículo que proporcionen a todos los estudiantes igualdad de oportunidades para aprender (CAST, 2011). Es decir, un enfoque que facilite un diseño curricular en el que tengan cabida todos los estudiantes, objetivos, métodos, materiales y evaluaciones formulados partiendo de la diversidad, que permitan aprender y participar a todos, no desde la simplificación o la homogeneización a través de un modelo único para todos, “talla única”, sino por la utilización de un enfoque flexible que permita la participación, la implicación y el aprendizaje desde las necesidades y capacidades individuales. La presencia del Diseño Universal para el Aprendizaje en el ámbito educativo ha cobrado gran interés, llegando a aparecer recientemente definido en el Acta para la Educación Superior de Estados Unidos (Higher Education Opportunity Act) como “un marco científicamente válido para guiar la práctica educativa que: (A) proporciona flexibilidad en las formas de presentar la información a los estudiantes, las formas de responder o demostrar conocimientos y habilidades, y en las formas en las que los estudiantes se pueden implicar en este proceso, y (B) reduce las barreras en la enseñanza, ofrece adaptaciones apropiadas, apoyos, retos y mantiene altas expectativas de logro para todos los estudiantes, incluyendo los estudiantes con discapacidades y estudiantes con dominio limitado del Inglés''. (US Department of Education, 2008, 24). Los planteamientos del DUA se basan en los avances en el diseño arquitectónico, la evolución de las tecnologías para la educación, y los resultados de las investigaciones sobre el cerebro. Toma como referencia conceptos que provienen de la neurociencia y la psicología cognitiva, con influencias de autores como Bruner, Piaget y, muy especialmente, la Zona de Desarrollo Próximo y el andamiaje propuestos por Vigotsky. Por otra parte, otro de los elementos que aparecen en el origen del DUA son los avances tecnológicos que han permitido dar alternativas a las barreras derivadas de la utilización mayoritaria del texto escrito, que están basadas en el texto digitalizado. Además de los avances en las ayudas técnicas y materiales específicos, la presencia de ordenadores en las aulas ha permitido identificar el potencial de estos recursos para dotar de flexibilidad a los contextos y procesos de enseñanza, como se detalla más adelante, al permitir ajustes, cambios o usos diferenciados de estos recursos que responden a las diferentes necesidades de los estudiantes. El tercer elemento en el que se basa el DUA son las investigación sobre el cerebro y sobre las redes de aprendizaje y las aportaciones de la tecnología de la imagen que permiten visualizar o recoger imágenes de la actividad cerebral que se produce cuando una persona realiza cualquier tarea de aprendizaje, como puede ser leer o escribir. Esta tecnología permitió identificar tres redes diferenciadas que intervienen en los procesos de aprendizaje: Red de reconocimiento (el "qué" del aprendizaje), red estratégica (el "cómo" del aprendizaje), y la red afectiva (la implicación en el aprendizaje) (Rose & Meyer, 2002). El QUÉ del aprendizaje El CÓMO del aprendizaje El PORQUÉ del aprendizaje Figura 1. Redes cerebrales que intervienen en el aprendizaje. Fuente CAST En relación con estas redes surgen los principios fundamentales del Diseño Universal Para el Aprendizaje. Según Rose y Meyer (2002), los estudios realizados sobre el DUA muestran tres principios fundamentales en la aplicación de este modelo a la enseñanza, a los que se asocian una serie de pautas para su aplicación en la práctica educativa: Proporcionar múltiples formas de implicación. Proporcionar múltiples medios de representación (el «qué» del aprendizaje). Los alumnos difieren en el modo en el que perciben y comprenden la información que se les presenta. Por tanto, hay que ofrecer distintas opciones para abordar contenidos a través de diferentes canales de percepción (auditiva, visual, motriz) y, por otro lado, proporcionar la información en un formato que permita lo más posible ser ajustado por el alumno. • • Proporcionar múltiples medios para la acción y la expresión (el «cómo» del aprendizaje). Los alumnos difieren en el modo en que pueden «navega»r en medio del aprendizaje y expresar lo que saben. Por eso, es necesario ofrecer variadas opciones para la acción (mediante materiales con los que todos los alumnos puedan interactuar), facilitar opciones expresivas y de fluidez (mediante facilitadores para la utilización de programas y diferentes recursos materiales) y procurar opciones para las funciones ejecutivas (a través de la estimulación del esfuerzo, de la motivación hacia una meta). • Proporcionar múltiples medios de compromiso (el «porqué» del aprendizaje). Los alumnos difieren en la forma en que pueden sentirse implicados y motivados para aprender. Por tanto, habrá que ofrecer opciones Amplías que reflejen los intereses de los alumnos, estrategias para afrontar tareas nuevas, opciones de autoevaluación y reflexión sobre sus expectativas, etc. Tomado del documento: APA Citation: CAST (2008). Universal design for learning guidelines version 1.0. Wakefield, MA: Author David H. Rose, Doctor en Educación, Co-Fundador y Jefe de la Oficina de Educación de CAST, y por Jenna Wasson, Master en Educación y Diseño Instruccional e investigador Asociado en CAST. PROYECTARON: GLADYS LUCÍA MARTINEZ Q. - MARÍA DEL PILAR QUINTERO P. – DORIS AMPARO BERNAL B.