Lección 12: Aprender a delegar Muchos empresarios se sienten

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Lección 12: Aprender a delegar
Muchos empresarios se sienten orgullosos de hacer todo el trabajo y de estar a
cargo de todas las funciones importantes dentro de la empresa. Pero eso sólo
denota una falta de capacidad para delegar funciones y, generalmente, se excusan
en tres asuntos:
-
Dinero: No puedo pagarle a otra persona para que haga esa labor por mí.
Tiempo: No tengo tiempo para capacitar a alguien, lo hago yo más rápido.
Calidad: Nadie puede hacer esa labor tan bien como yo.
Se sabe que delegar no es tan fácil como parece porque, como se tiene conciencia
de la importancia del trabajo y del resultado que se necesita, no se puede dejar en
manos de cualquiera.
Para aprender a delegar bien tenemos que tener en cuenta que delegar no significa
repartir tareas simples como: “envíame este mail con este texto” o “haz un informe
y destaca estos temas”. Sino que, el delegar, tiene que significar una tarea que
incluya toma de decisiones y alguna capacidad de mando. Hay que saber, eso sí,
que la responsabilidad no se delega, sólo la autoridad, y eso depende de su
capacidad para supervisar el trabajo que se ha delegado.
Además, hay que saber que se delegan las actividades de las cuales se pueden
prescindir. Es decir, no se delega la orientación que se le quiere dar al negocio, el
destino del dinero o los objetivos de la empresa. Se delegan aquellas actividades
importantes que no es necesario que las realice el jefe.
Antes de comenzar a delegar hay que tener claro algunos principios, tales como
claridad, proporcionalidad e igualdad, que nos ayudará a saber para qué se delega,
qué se delega y a quién.
Dicho todo esto, entregamos a continuación una pequeña pauta para aprender a
delegar tareas:
•
Durante una o dos semanas sería ideal utilizar una hoja de trabajo con tres
columnas: Tarea/Actividad, Tiempo dedicado y Plan de delegación. Aquí se
describirán las tareas, el tiempo que se emplea y qué medidas se podrían
utilizar para poder delegar. Al final de este periodo, se descubrirá fácilmente
qué tareas pueden delegarse y, es más, si realiza una lista de posibles
candidatos se sabrá a quiénes se les puede delegar.
•
Sin duda, elegir al colaborador correcto es otra parte del saber delegar. La
idea no es elegir a un “clon”, sino que a una persona que pueda realizar
esas actividades pero con variantes, es decir, aquellas cosas que cambian
sin que el resultado final sea modificado.
•
Hay que saber que al delegar hay que utilizar tiempo en capacitar, en
explicar los objetivos de la tarea y política a seguir, cómo se harán las cosas
y el tiempo en que deberán realizarse. Saber delegar es entender que, como
dueño del negocio, nadie pondrá tanta pasión y dedicación en el crecimiento
de la empresa, pero si los hacemos formar parte de un equipo y le
mostramos los objetivos, haremos que esa persona se haga realmente cargo
de su posición y de sus tareas.
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