Documento descargado de http://www.elsevier.es el 20/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. Hipertens riesgo vasc. 2013;30(Supl 2):30-38 Órgano oficial de la Sociedad Española de Hipertensión-Liga Española para la Lucha contra la Hipertensión Arterial y de la Sociedad Argentina de Hipertensión Arterial ISSN: 1889-1837 Hipertensión y riesgo vascular Volumen 30, Extraordinario 2, Marzo 2013 Evolución en el manejo de los fármacos antihipertensivos: del diamante al triángulo Coordinadora: Nieves Martell Claros Introducción 1 N. Martell Claros Evolución de las opciones terapéuticas en el tratamiento de la hipertensión arterial 2 M. de la Figuera von Wichmann Diferencias y similitudes entre diuréticos 13 F.J. Morales-Olivas Diferencias y similitudes entre los bloqueadores de los receptores del calcio (antagonistas del calcio) 20 D. Real de Asúa y C. Suárez Diferencias y similitudes entre inhibidores de la enzima de conversión de la angiotensina y antagonistas de los receptores de la angiotensina II 30 J.A. García Donaire Razones para iniciar el tratamiento antihipertensivo con doble terapia 39 N. Martell Claros www.elsevier.es/hipertension www.elsevier.es/hipertension EVOLUCIÓN EN EL MANEJO DE LOS FÁRMACOS ANTIHIPERTENSIVOS: DEL DIAMANTE AL TRIÁNGULO Diferencias y similitudes entre inhibidores de la enzima de conversión de la angiotensina y antagonistas de los receptores de la angiotensina II J.A. García Donaire Fundación de Investigación Biomédica, Hospital Clínico San Carlos, Madrid, España PALABRAS CLAVE Sistema reninaangiotensinaaldosterona; Hipertensión arterial; Antagonistas de los receptores de angiotensina II; Enzima de conversión de la angiotensina KEYWORDS Renin-angiotensinaldosterone system; Hypertension; Angiotensin II receptor blockers; Angiotensin-converting enzyme Resumen El bloqueo del sistema renina-angiotensina-aldosterona es una de las dianas terapéuticas más importantes en el paciente hipertenso, debido a que una sobreactivación de este sistema se relaciona de forma directa con una elevación mantenida de la presión arterial y un deterioro de la función vascular sistémica. Los 2 grupos principales de fármacos inhibidores del sistema a distintos niveles, los inhibidores de la enzima de conversión de la angiotensina y los antagonistas de los receptores de angiotensina II, presentan grandes similitudes y alguna diferencia en cuanto a su eficacia clínica. Ambos comparten un importante número de indicaciones específicas en la población hipertensa, si bien ciertas evidencias han destacado la acción individual de algunas moléculas que se deben tener en cuenta para optimizar la terapia farmacológica antihipertensiva a la luz de las más recientes recomendaciones y guías de tratamiento. Recientes evidencias sobre el tratamiento antihipertensivo en pacientes diabéticos con una inhibición dual del sistema renina-angiotensina-aldosterona (guías KDIGO) desaconsejan su empleo de forma general por el aumento de riesgo de desarrollo de eventos cardiovasculares. © 2013 SEHLELHA. Publicado por Elsevier España, S.L. Todos los derechos reservados. Differences and similarities between angiotensin-converting enzyme inhibitors and angiotensin II receptor blockers Abstract Renin-angiotensin-aldosterone system blockade is one of the key therapeutic targets in the hypertensive patient because its overactivation is directly associated with a sustained elevation in systemic blood pressure and deterioration of the vascular system. The two main pharmacological groups, angiotensin-converting enzyme inhibitors and angiotensin receptor blockers, inhibit different levels of the system and share a large number of similarities and some differences in their clinical efficacy. Both groups share a substantial number of indications among hypertensive patients. However, some evidence has Correo electrónico: [email protected] 1889-1837/$ - see front matter © 2013 SEHLELHA. Publicado por Elsevier España, S.L. Todos los derechos reservados. Documento descargado de http://www.elsevier.es el 20/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. Diferencias y similitudes entre inhibidores de la enzima de conversión de la angiotensina y antagonistas de los receptores de la angiotensina II 31 highlighted an individual effect of certain molecules, which should be considered to optimize antihypertensive therapy according to the latest guidelines. Recent evidence on antihypertensive treatment in diabetic patients with dual renin-angiotensin-aldosterone system blockade (KDIGO guidelines) does not support its generalized use due to the increased risk of cardiovascular events. © 2013 SEHLELHA. Published by Elsevier España, S.L. All rights reserved. Introducción Tipo de fármaco y familia La Organización Mundial de la Salud describe la hipertensión arterial (HTA) como el factor de riesgo de mortalidad número 1, de tal forma que, anualmente, 7,5 millones de muertes (13% del total) a nivel mundial son directamente atribuibles a patologías directamente relacionadas con la HTA, especialmente las enfermedades cardiovasculares (CV)1. Por esta razón, las guías internacionales de tratamiento del paciente hipertenso hacen especial énfasis en la reducción de la morbilidad y mortalidad a largo plazo en aras de mejorar el pronóstico de esta población2,3. Continúa siendo un reto para la comunidad científica el desarrollo de fármacos antihipertensivos que logren una reducción eficaz y segura de las cifras de presión arterial (PA) y que demuestren una mejoría significativa en la mortalidad del paciente hipertenso. El bloqueo del sistema renina-angiotensina-aldosterona (SRAA) es una de las dianas terapéuticas más importantes en el paciente hipertenso, ya que es ampliamente conocido que una sobreactivación de este sistema se relaciona de forma directa con una elevación mantenida de la PA y un deterioro de la función vascular sistémica. El SRAA controla el volumen circulante y el balance de electrolitos en el organismo y por tanto tiene un papel clave en la estabilidad hemodinámica. Actualmente, los fármacos que inhiben el SRAA son los más ampliamente prescritos como tratamiento antihipertensivo, siendo los más importantes los inhibidores de la enzima de conversión de la angiotensina (IECA) y los antagonistas de los receptores AT1 de la angiotensina II (ARA-II). En esta revisión se analizan las principales diferencias y similitudes entre ambas familias de fármacos en cuanto a sus características farmacológicas, sus mecanismos de acción, sus principales evidencias demostradas en ensayos clínicos y su relación con la morbimortalidad. Inicialmente, se puede destacar que la eficacia antihipertensiva de ambos grupos farmacológicos se ha demostrado como equivalente, sin observarse diferencias sistemáticas en los resultados asociados a su uso4. Sin embargo, existen otros datos contradictorios derivados de metaanálisis; partiendo de los datos obtenidos en 26 estudios a gran escala, se llegó a la conclusión de que los efectos antihipertensivos de ambas clases de fármacos fueron similares en el riesgo de ictus, la enfermedad coronaria y la insuficiencia cardíaca (IC) aunque en el caso de los IECA, pero no de los ARA-II, parece que algunos efectos son independientes de la PA (aproximadamente el 9%) en el riesgo de episodios coronarios5. No obstante, en un metaanálisis aún más reciente, la protección de IECA y ARA fue similar frente al infarto de miocardio y la mortalidad, pero la incidencia de ictus fue un 8% menor con los ARA-II6. Inhibidores de la enzima de conversión de la angiotensina Los IECA, junto con los ARA-II, los bloqueadores beta y los inhibidores directos de la renina, están incluidos dentro del grupo de fármacos con capacidad de disminuir la actividad del SRAA mediante mecanismos diferentes y a distintos niveles, por lo que la eficacia será diferente (fig. 1)7. Mecanismo de acción Hace más de 50 años que se descubrió que el efecto del veneno de la víbora brasileña Bothrops jararaca potenciaba la acción de la bradicinina mediante la inhibición de su degradación8. Posteriormente, las investigaciones advirtieron que la misma enzima podía ser responsable de la conversión de la angiotensina I en angiotensina II y de la degradación de la bradicinina9. La naturaleza de esta enzima fue más tarde identificada, recibiendo el nombre que hoy es común para cualquier clínico, la enzima de conversión de la angiotensina (ECA)10. En la década de los setenta se identificó el lugar activo de la ECA y se desarrolló el primer inhibidor eficaz por vía oral, el captopril11. Durante los siguientes años se sintetizó un gran número de compuestos de la misma familia, con la característica de ser profármacos (tabla 1), es decir ésteres de los compuestos activos más liposolubles, por lo que se absorben de una forma más rápida y más completa. Aunque hay grandes diferencias en la biodisponibilidad, estas parecen traducirse en pequeñas diferencias en los efectos clínicos. La mayor parte de los IECA, excepto fosinopril y espirapril, se elimina por los riñones, y experimenta grados variables de metabolismo. El mecanismo más evidente que emplean los IECA para reducir la PA es una considerable disminución de las concentraciones circulantes de angiotensina II, con lo que se suprime la vasoconstricción directa inducida por este péptido. Sin embargo, con las dosis más comúnmente empleadas de IECA, se produce un fenómeno de «escape» de angiotensina II transcurridas unas horas, en parte por la liberación de más renina —libre de su supresión— por un fenómeno de retroalimentación12. Hay datos contradictorios acerca de la funcionalidad de un SRAA presente en diversos tejidos (vasos, encéfalo, corazón, etc.) y su participación en la fisiopatología de la HTA13 así como la implicación de diversas vías no clásicas en la elaboración de la angiotensina II, como efectos no relacionados con la renina sobre el angiotensinógeno o efectos no dependientes de la ECA sobre la angiotensina I. De estas contradicciones podrían inferirse algunas diferencias clínicas en cuanto al efecto de los IECA y los ARA-II, debido a que los IECA bloquean solo la producción de angio- Documento descargado de http://www.elsevier.es el 20/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. 32 J.A. García Donaire 2 Inhibición de la renina 1 Bloqueador adrenérgico YG 3 Sustrato de renina Inhibidor enzima de conversión Renina Angiotensina I Enzima de conversión Angiotensina II 4 Antagonista de la angiotensina Síntesis de aldosterona Vasoconstricción Retención de sodio RETROALIMENTACIÓN Figura 1 El sistema renina-angiotensina y los niveles donde se puede inhibir su actividad7. HTA: hipertensión arterial; YG: yuxtaglomerular. HTA tensina II por la vía clásica. Por otro lado, algunos de los efectos de los IECA podrían estar mediados por una contribución adicional del estímulo de la producción de óxido nítrico por las cininas14. En este sentido es relevante el hecho de que los antiinflamatorios no esteroideos reducen el efecto antihipertensivo de los IECA, probablemente al inhibir la producción de prostaglandinas vasodilatadoras15. Efecto de los inhibidores de la enzima de conversión de la angiotensina Como ha quedado expuesto, la principal acción de los IECA, al bloquear la producción de la angiotensina II, viene derivada de su acción vasodilatadora. No obstante, existen múltiples acciones que contribuyen al efecto antihipertensivo: — Aumento de la actividad de la enzima 11β-hidroxiesteroide deshidrogenasa tipo-2, aumentando la excreción renal de sodio16. — Mejora de la disfunción endotelial17. — Reducción de la secreción de aldosterona18. — Aumento de la bradicinina que, a su vez, incrementa la liberación del activador del plasminógeno tisular19. — Supresión de la secreción endógena de endotelina20. — Estimulación de las células progenitoras endoteliales21. Al mejorar todos los citados parámetros de función vascular, el tratamiento con IECA está directamente relacionado con una mejoría en la hemodinámica arterial y con un descenso de la presión aórtica central22. Estas mejorías hemodinámicas contribuyen a la reducción de la hipertrofia Tabla 1 Propiedades farmacológicas de los inhibidores de la enzima de conversión de la angiotensina Fármaco Ligando de cinc Profármaco Eliminación Duración de la acción (h) Rango posológico (mg) Benazepril Carboxilo Sí Renal 24 5-40 Captopril Sulfohidrilo No Renal 6-12 25-150 Cilazapril Carboxilo Sí Renal 24+ 2,5-5 Enalapril Carboxilo Sí Renal 18-24 5-40 Fosinopril Fosforilo Sí Renal-hepática 24 10-40 Lisinopril Carboxilo No Renal 24 5-40 Moexipril Carboxilo Sí Renal 12-18 7,5-30 Perindopril Carboxilo Sí Renal 24 4-16 Quinapril Carboxilo Sí Renal 24 5-80 Ramipril Carboxilo Sí Renal 24 1,25-20 Espirapril Carboxilo Sí Hepática 24+ 1,25-50 Trandolapril Carboxilo Sí Renal 24+ 1-8 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 20/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. Diferencias y similitudes entre inhibidores de la enzima de conversión de la angiotensina y antagonistas de los receptores de la angiotensina II 33 Renina Angiotensina I Enzima de conversión de la angiotensina IECA Antagonistas del receptor de la angiotensina Angiotensina II Receptor AT2 Receptor AT1 Figura 2 Efectos principales de la estimulación en los receptores AT1 y AT2. IECA: inhibidores de la enzima de conversión de la angiotensina. Vasoconstricción Activación simpática Proliferación celular Liberación de aldosterona tanto en el corazón como en la vascularización. Asimismo, los IECA tienen un efecto organoprotector a nivel cardiorrenal, pueden reducir la incidencia de diabetes de novo y tienen cierto efecto vasodilatador a nivel venoso23,24, por lo que podría mejorar el edema relacionado con el tratamiento de algunos antagonistas del calcio. Antagonistas de los receptores de la angiotensina II Las acciones fisiopatológicas de la angiotensina II son consecuencia de su interacción con receptores específicos localizados en la superficie de la membrana de las células diana. Es conocida la presencia de varios tipos de receptores, si bien los más ampliamente estudiados y cuya funcionalidad es más conocida son los AT1 y los AT2. Los receptores AT1 se distribuyen por todos los tejidos del adulto y, en particular, en el corazón, los vasos, el riñón, el endotelio y el sistema nervioso central. En el adulto sano los AT2, que predominan en los tejidos fetales, se encuentran en pequeñas cantidades en el riñón, las adrenales, el corazón, el cerebro, el útero y los testículos25. El hallazgo de que las principales acciones fisiopatológicas de la angiotensina II están mediadas por la estimulación de los receptores AT1 —cuyos mecanismos de señalización y funciones son diferentes— puede ejercer efectos contrarios en el crecimiento celular y en la regulación de la PA26 (fig. 2). Esto fue la base para el desarrollo de fármacos capaces de bloquear específicamente estos receptores, los ARA-II27 (tabla 2). Mecanismo de acción Los ARA-II desplazan la angiotensina II de su receptor AT1 específico, antagonizando todos sus efectos conocidos y produciendo una disminución dependiente de la dosis de las resistencias periféricas y modificaciones de la frecuencia cardíaca y/o del gasto cardíaco28. Como consecuencia del desplazamiento competitivo aumentan las concentraciones circulantes de angiotensina II al mismo tiempo que Vasodilatación Inhibición del crecimiento celular Apoptosis Aterosclerosis, hipertensión el bloqueo del mecanismo renina-angiotensina es más completo, incluida la AII generada a través de vías que no implican a la ECA. Su afinidad por los receptores AT1 es 20.000-30.000 veces mayor que por los AT229, por lo que en condiciones fisiológicas estos no son bloqueados. En presencia de un ARA-II la angiotensina II sintetizada puede estimular los AT2 que no se encuentran bloqueados y cuya expresión puede incrementarse tras el bloqueo de los receptores AT1, lo que puede generar aumento de la liberación de óxido nítrico, bradicininas y prostaglandinas —que presentan propiedades vasodilatadoras y antiproliferativas—, inhibición del crecimiento y la proliferación de células musculares cardíacas y lisas vasculares y endoteliales, vasodilatación de las arteriolas aferentes (además de las eferentes por los receptores AT1) y participación en la reabsorción tubular proximal de Na+. Diferencias generales entre los inhibidores de la enzima de conversión de la angiotensina y los antagonistas de los receptores de la angiotensina II En la práctica clínica se tiende a pensar que la principal diferencia entre los IECA y los ARA-II es la ausencia del aumento de cininas con los ARA-II, lo que podría ser responsable de algunos de los efectos beneficiosos de los IECA y, probablemente, de sus efectos secundarios (p. ej., la tos). Sin embargo, también se ha demostrado la elevación de la concentración plasmática de bradicinina con algunos ARA-II30, semejantes a los observados con los IECA, aunque no se eleva la concentración plasmática de calidina —a diferencia de los IECA—, lo que podría justificar la menor incidencia de angioedema con los ARA-II. En el estudio TRANSCEND (Telmisartan Randomized Assessment Study in ACE-Intolerant Subjects With Cardiovascular Disease), el ARA-II telmisartán fue bien tolerado en pacientes que no toleraron un IECA31. Documento descargado de http://www.elsevier.es el 20/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. 34 J.A. García Donaire Tabla 2 Características farmacocinéticas de los antagonistas de los receptores de angiotensina II27 Candesartán Eprosartán Cilexetil Profármaco Sí Biodisponibilidad (%) 42 Semivida (h) Tmáx (h) Irbesartán Losartán Olmesartán Telmisartán medoxomilo Valsartán No No 15 60-80 No Sí No No 33 25 50 23 9 5-7 12-17 0,5-2 3-4 1-2 1,5-2 0,5-2 14 24 6-9 1,5-2,5 2-31-2 UPP (%) 99 98 95 99 99 99 95 Vd (l/Kg) 0,1 0,18 0,7-1,2 0,5 0,3 7 0,25 Candesartán No No EXP3174 Olmesartán No No Eliminación renal (%) Metabolito activo 30 7 20 30 35-50 2 15 Eliminación biliar (%) 30 90 80 70 50-65 98 85 4-32 600 75-300 12,5-100 10-40 40-80 80-60 Dosis (mg/día) Tmáx: tiempo para alcanzar la concentración plasmática máxima (Cmáx); UPP: unión a proteínas plasmáticas; Vd: volumen de distribución. Las comparaciones directas entre los 2 tipos de fármacos revelan pocas diferencias en la eficacia antihipertensiva4 y la protección renal a largo plazo, probablemente por un efecto independiente del efecto hipotensor per se32,33. De forma análoga a los IECA se ha comprobado que los ARA-II mejoran la disfunción endotelial y corrigen el aumento de resistencias vasculares en pacientes con HTA34. También se han descrito efectos antiinflamatorios importantes relacionados con el tratamiento con ARA-II35,36 mediante un mecanismo dependiente de la supresión de las moléculas de oxígeno reactivo y de una serie de citocinas inflamatorias37. Elección de inhibidores de la enzima de conversión de la angiotensina/antagonistas de los receptores de la angiotensina II de forma preferente como antihipertensivo El amplio número de estudios aleatorizados sobre terapia antihipertensiva, tanto comparando el tratamiento activo con placebo como los diferentes regímenes con distintos componentes, confirman que tanto IECA como ARA-II son beneficiosos por presentar eficacia antihipertensiva y reducción significativa de eventos CV. Ambas familias de fármacos se han mostrado particularmente efectivas en determinadas situaciones clínicas como la hipertrofia ventricular izquierda38, incluyendo el componente fibrótico39; son también bastante eficaces en la reducción de microalbuminuria y proteinuria40 y en la conservación de la función renal y el retraso de la enfermedad renal41 (tabla 3). Pacientes con enfermedad renal Los factores de riesgo CV deben ser evaluados de forma conjunta. De esta forma, se observa la presencia de un continuum CV o cardiorrenal en el que se puede ver el deterioro de los distintos órganos diana desde etapas muy tempra- Tabla 3 Fármacos de preferencia para el tratamiento antihipertensivo2 Daño orgánico subclínico HVI IECA, AC, ARA Aterosclerosis asintomática AC, IECA Microalbuminuria IECA, ARA Disfunción renal IECA, ARA Evento clínico Ictus previo Cualquiera IM previo BB, IECA, ARA Angina de pecho BB, AC Insuficiencia cardíaca D, BB, IECA, ARA, D (antialdosterona) FA recurrente ARA, IECA FA permanente BB Insuficiencia renal/proteinuria IECA, ARA, D de asa Enfermedad arterial periférica AC Estado Hipertensión sistólica aislada D, AC Síndrome metabólico IECA, ARA, AC Diabetes mellitus IECA, ARA Embarazo AC, metildopa, BB Raza negra D, AC AC: antagonistas del calcio; ARA: antagonistas de los receptores de la angiotensina; BB: bloqueadores beta; D: diuréticos; FA: fibrilación auricular; HVI: hipertrofia ventricular izquierda; IECA: inhibidores de la enzima de conversión de la angiotensina. Documento descargado de http://www.elsevier.es el 20/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. Diferencias y similitudes entre inhibidores de la enzima de conversión de la angiotensina y antagonistas de los receptores de la angiotensina II nas para iniciar lo más precozmente posible las maniobras terapéuticas de prevención. En este sentido, algunas evidencias han demostrado que los pacientes de alto riesgo CV sin evidencia de desarrollo de daño renal pueden beneficiarse de un tratamiento temprano, tal como demostró el estudio multicéntrico, doble ciego y aleatorizado BENEDICT (Bergamo Nephrologic Diabetes Complications Trial), cuyo diseño tuvo como objetivo la evaluación de si una intervención terapéutica podía prevenir el desarrollo de microalbuminuria en la población referida. Los principales resultados demostraron que el tratamiento con una combinación de trandolapril-verapamilo logró reducir la incidencia de microalbuminuria42. El estudio HOPE (Heart Outcomes and Prevention Evaluation)43 incluyó a 9.297 pacientes de alto riesgo CV con historia de enfermedad vascular o diabetes y más de 1 factor de riesgo CV que fueron asignados aleatoriamente a recibir un IECA (ramipril) o placebo con un seguimiento medio de aproximadamente 4,5 años. El IECA redujo un 22% la incidencia del objetivo principal del estudio, una variable compuesta de infarto agudo de miocardio, ictus y muerte de origen CV; un 26% la muerte CV, y un 16% la muerte de cualquier causa. Un hallazgo importante fue que la reducción de la PA con ramipril fue relativamente pequeña con relación al placebo (aproximadamente 3/2 mmHg), lo que fue considerado insuficiente por parte de los autores para observar algún tipo de beneficio asociado. La reducción de la PA con el IECA fue más baja en pacientes diabéticos (2,4/1 mmHg); sin embargo, la reducción de riesgo presentó una tendencia ligeramente superior respecto al resto de la población de estudio y mostró un descenso del desarrollo del objetivo primario del 25%, muerte CV del 37% y muerte por cualquier causa del 24%. Asimismo, se observó una reducción de la incidencia de insuficiencia renal establecida del 24%. Posteriormente se publicó el PROGRESS (Perindopril Protection against Recurrent Stroke Study), un estudio sobre prevención secundaria de ictus que posteriormente tuvo consecuencias relevantes debido a su diseño, especialmente en cuanto al empleo de combinaciones farmacológicas. La población de estudio (n = 6.105) con historia de ictus y/o accidente isquémico transitorio se aleatorizó al grupo de tratamiento activo con un IECA (perindopril), con o sin la adición de un diurético (indapamida) o placebo, con un seguimiento medio de 3,9 años. Globalmente, en el grupo de tratamiento activo se observó una reducción del 28% en la incidencia de ictus y de un 26% en eventos vasculares graves. El descenso de PA basado en el IECA produjo una prevención de la recurrencia de ictus superior en pacientes con enfermedad renal crónica para cualquier valor de PA, incluso con los más bajos44. Hay también múltiples evidencias acerca del beneficio del tratamiento con ARA-II en la prevención y el tratamiento de la nefropatía, determinado tanto por la excreción urinaria de albúmina como por el descenso de la tasa de filtrado glomerular estimado40,45. Pacientes con cardiopatía Tanto los IECA como los ARA-II han demostrado mejorar el pronóstico de los pacientes con cardiopatía isquémica y ambos representan una pieza clave en el tratamiento de esta población. En una revisión reciente comparativa se han eva- 35 luado los beneficios y riesgos de añadir un IECA, un ARA-II o ambos a la medicación estándar en adultos con EC o un equivalente46. Los resultados demuestran que los IECA reducen la mortalidad global y el infarto no mortal en comparación con placebo en pacientes con cardiopatía isquémica estable y función ventricular preservada, pero aumenta el riesgo de sufrir síncope y tos47 y, aunque las evidencias son menos potentes, los ARA-II también han demostrado que logran reducir el objetivo combinado de eventos CV, con una mejor tolerabilidad. El estudio ONTARGET comparó directamente el impacto del tratamiento con IECA, ARA-II y la combinación de ambos sobre el pronóstico CV de pacientes de alto riesgo, incluyendo un 48,7% de infarto agudo de miocardio y un 34,8% de angina estable. No hubo diferencias significativas entre ambas familias por separado, mientras que la combinación de ambos se relacionó con la aparición de un mayor número de eventos adversos48. La importancia del descenso progresivo de la PA en pacientes coronarios está apoyada por un análisis post-hoc del estudio INVEST en el que, con independencia del tipo de tratamiento, en pacientes hipertensos con enfermedad coronaria conocida, disminuyó de forma importante la incidencia de eventos CV en relación con el valor de la PA conseguido y fue marcadamente menor en pacientes con control de la PA que en los que no lo consiguieron49. El tratamiento con IECA y ARA-II se considera de elección también en pacientes con hipertrofia del ventrículo izquierdo y en IC si bien no hay evidencias suficientes para la preferencia entre ellos, y la decisión debe individualizarse sobre la base de otros parámetros clínicos50,51. En pacientes con IC de predominio sistólico no suelen verse elevaciones de la PA; sin embargo, la cardiopatía más frecuente en los pacientes hipertensos es la diastólica, en los que, además de reducir la frecuencia cardíaca y aportar tratamiento diurético, es necesaria la adición de un fármaco inhibidor del SRAA para mejorar el remodelado miocárdico. Pacientes con enfermedad cerebrovascular Desde la publicación de las primeras guías de tratamiento del paciente hipertenso se ha ido acumulando una mayor evidencia para aclarar el papel del tratamiento antihipertensivo en pacientes con enfermedad cerebrovascular. Un análisis adicional del estudio PROGRESS muestra beneficios tanto para ictus isquémicos como hemorrágicos, y que es proporcional a la magnitud de la reducción de la PA52. También hay datos relativos al empleo de ARA-II; un análisis de un subgrupo del estudio SCOPE ha mostrado una reducción significativa de ictus y eventos CV mayores en pacientes con historia de ictus que fueron aleatorizados con candesartán frente a control con placebo53. En el estudio MOSES54 en pacientes hipertensos con eventos cerebrovasculares previos, la incidencia de eventos CV fue un 31% menor en el grupo que utilizó eprosartán que en el grupo que utilizó el antagonista del calcio nitrendipino, pero la reducción en la recurrencia de ictus (12%) no alcanzó un nivel estadísticamente significativo. En general, si el papel del descenso de la PA parece estar bien establecido, la eficacia comparativa de los diferentes antihipertensivos en la prevención de la recurrencia de ictus requiere más investigación. También merece una mención el efecto del tratamiento con ARA-II en la prevención del desarrollo de deterioro Documento descargado de http://www.elsevier.es el 20/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. 36 cognitivo y demencia debido al incremento de su prevalencia por el envejecimiento progresivo de la población. Valsartán y candesartán han demostrado mejorar algunas funciones cognitivas en hipertensos de edad avanzada55. Eprosartán demostró en el estudio OSCAR (Observational Study on Cognitive function And Systolic Blood Pressure Reduction) que, tanto en monoterapia como en combinación, preservó de forma significativa la función cognitiva en una muestra de 25.745 hipertensos mayores de 50 años56. Situaciones especiales El empleo de IECA o ARA-II en la mayoría de condiciones clínicas asociadas al paciente hipertenso hace que estas familias de fármacos sean ampliamente empleadas por su elevada eficacia, facilidad de modificación de posología y de combinación con otros grupos de antihipertensivos, evidencias de protección orgánica y de prevención de eventos CV. Así, en pacientes diabéticos, en los que las evidencias disponibles indican que el descenso de los valores de PA también tiene un efecto protector en la aparición y progresión del daño vascular y que van a requerir en más del 75% de las ocasiones una terapia con 2 o más fármacos, el uso de IECA y ARA-II se ha demostrado igualmente eficaz. De hecho, de forma mayoritaria se admite que todo diabético hipertenso debe recibir tratamiento antihipertensivo de forma precoz con inhibidores del SRAA2. A la luz de las recientes evidencias48,57 sobre el tratamiento antihipertensivo en pacientes diabéticos con una inhibición dual del SRAA, se desaconseja su empleo de forma general por el aumento de riesgo de desarrollo de eventos CV, especialmente en pacientes con nefropatía, tal como publican las recientes guías KDIGO58. Un caso similar ocurre en pacientes con resistencia a la insulina y síndrome metabólico, situación de alto riesgo CV, en los que se debe iniciar tratamiento de forma temprana, con IECA/ARA-II, con objeto de proteger del daño de órganos y prevenir nuevos casos de HTA y diabetes, sin diferencias significativas evidenciables, si bien un estudio específicamente diseñado en esta población, el estudio STAR (Study of Trandolapril/Verapamil SR and Insulin Resistance), demostró que la combinación trandolapril-verapamilo redujo el desarrollo de diabetes de novo en pacientes hipertensos con síndrome metabólico en comparación con losartán-hidroclorotiazida59. Conclusiones El desarrollo de los inhibidores del SRAA condujo a una mejora significativa en el manejo terapéutico de la población hipertensa, mejorando las posibilidades de tratamiento y control de las cifras de PA. Tanto los IECA como los ARA-II son ampliamente conocidos y aplicados en la práctica clínica por tener unas características similares en cuanto a eficacia, facilidad de combinación con otros antihipertensivos, organoprotección y evidencias en prevención del desarrollo de eventos vasculares, por lo que la elección de cada grupo farmacológico debe individualizarse en relación con otras características clínicas del hipertenso, si bien en la gran mayoría de casos la indicación de IECA/ARA-II estará presente. J.A. García Donaire Conflicto de intereses El autor declara no tener ningún conflicto de intereses. Bibliografía 1. World Health Organization. World health report 2002: reducing risks, promoting healthy life. Geneva: World Health Organization; 2002. Accessed athttp://www.who.int/ whr/2002on 14 December 2006. 2. 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