TEMA 11 PRL

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IES Massamagrell
FOL Bloque V. Prevención de Riesgos Laborales
Tema 11. Primeros Auxilios
1. DEFINICIÓN Y PRINCIPIOS DE ACTUACIÓN
1.1.
CONCEPTO
Los primeros auxilios son todas aquellas medidas o actuaciones que realiza el auxiliador, en
el mismo lugar donde ha ocurrido el accidente y con material prácticamente improvisado, hasta la
llegada de personal especializado. Los primeros auxilios no son tratamientos médicos. Son acciones de
emergencia para reducir los efectos de las lesiones y estabilizar el estado del accidentado. Y esto último
es lo que le concede la importancia a los primeros auxilios, de esta primera actuación va a depender en
gran medida el estado general y posterior evolución del herido.
Entendemos por urgencia cualquier situación que en opinión del enfermo, los parientes u
otra persona que asuma la responsabilidad de llevarlo al hospital, requiere intervención médica
inmediata. En una urgencia, pueden tener que aplicarse uno de estos dos tipos de primeros
auxilios:
*primeros auxilios emergentes o emergencias: en los que existe peligro vital para la vida
del accidentado, estas son: una parada cardio-respiratoria, la asfixia, el shock, las hemorragias
importantes y los envenenamientos graves.
*primeros auxilios no emergentes: en los que no existe dicho peligro, por ejemplo: una
fractura en un brazo, dolor abdominal, etc.
Por tanto, una emergencia es una urgencia en la que existe una situación de muerte potencial
para el individuo sino se actúa de forma inmediata y adecuada.
1.2.
PRINCIPIOS DE ACTUACIÓN
PRINCIPIOS BÁSICOS (MÉTODO PAS)
Todo socorrista en sus actuaciones debe conocer y aplicar siempre en este orden los siguientes
principios básicos:
1º. PROTEGER, en primer lugar, a él mismo y después a la
víctima. Podemos evitar nuevos accidentes si señalizamos el lugar
del accidente. SÓLO si hay peligro para el accidentado se le
desplazará, manteniendo recto el eje cabeza-cuello-tronco.
2º. AVISAR, es decir dar el SOS, indicando: el número y estado
aparente de los heridos, si existen factores que pueden agravar el
accidente (caídas de postes eléctricos) y el lugar exacto donde se
ha producido el accidente. Saber que de la información que
nosotros demos, va a depender tanto la cantidad como la calidad
de medios humanos y materiales, que allí nos lleguen.
3º. SOCORRER. Esta es la finalidad principal de los primeros
auxilios, pero para hacerlo correctamente previamente hace falta
realizar la evaluación del herido.
RECOMENDACIONES GENERALES
Primero: Estar tranquilo, pero actuar rápidamente.- Con tranquilidad se da confianza a la
víctima y a aquellos que se encuentren cerca. Los testigos suelen tener miedo, con frecuencia
pánico. El auxiliador ha de dar ejemplo mostrando su tranquilidad.
Segundo: Hacer una composición de lugar.- Cuando se llega al lugar del accidente no se
debe comenzar a actuar curando al primer herido que se encuentre. Puede haber otros heridos
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más graves y que necesiten atenderse en primer lugar. Debe intentarse saber si existen heridos
ocultos haciendo un rápido examen del lugar, teniendo en cuenta también las posibles fuentes
de peligros que aún existan: amenaza de derrumbamiento, escape de gas o agua, fuego, etc.
Tercero: Mover al herido con gran precaución.- Jamás se cambiará de sitio al accidentado
antes de comprobar su estado y haberle proporcionado los primeros cuidados. Además, un
herido grave, no debe ser movido excepto por tres razones: para poderle aplicar los primeros
auxilios, evitar el agravamiento de sus heridas, y protegerle de un nuevo accidente.
Cuarto: Examinar bien al herido.- Investigar si respira, si tiene pulso, si está consciente, si
sangra, si tiene una fractura, si presenta quemaduras, si ha perdido el conocimiento. Estar bien
seguros de no haber dejado escapar nada.
Quinto: No hacer más que lo indispensable.- Si se intentan hacer demasiadas cosas, se
retrasará el traslado de la víctima. El papel del auxiliador no es el de reemplazar a los servicios
sanitarios, sino que se ha de limitar a proporcionar aquellas medidas estrictamente necesarias
para un correcto transporte del herido.
Sexto: Mantener al herido caliente.- Evitar un calor excesivo, manteniéndole a una
agradable temperatura. La mejor solución es envolver el accidentado con una manta.
Séptimo: No dar jamás de beber a una persona inconsciente.- En este estado no podrá
tragar y existirá peligro de ahogarla. Si la víctima conserva la consciencia y no presenta una
herida profunda en el vientre, se le puede dar de beber, lentamente, y sólo a pequeños sorbos.
Octavo: Tranquilizar a la victima.- El accidentado tiene miedo. Hay que hablarle ya que
está angustiado; el curso de su vida se ha visto truncado bruscamente y padece por los que le
acompañan o por su familia. Hay que tranquilizarle, calmar sus temores y levantarle el ánimo.
Hay que decirle que hay gente cerca que se ocupa de él, que los servicios de urgencias han
sido avisados y que vendrán pronto. No se le debe dejar ver su herida.
Noveno: No dejar nunca solo al accidentado.- El estado del mismo puede agravarse en un
corto espacio de tiempo.
1.3.
VALORACIÓN DEL ESTADO DEL ACCIDENTADO: VALORACIÓN PRIMARIA Y
VALORACIÓN SECUNDARIA.
VALORACIÓN PRIMARIA(el ABC)
El proceso de valoración consiste en la recogida de datos sobre el paciente que pueden
ser de utilidad para facilitar la correcta actuación del auxiliador. Esta valoración ha de ser
sistemática y precisa. Existen dos formas complementarias y consecutivas de valoración: la
primaria y la secundaria.
La valoración primaria se inicia con la primera impresión que el auxiliador tiene al ver al
herido, que se forma a partir de lo que vemos y oímos, seguida de la evaluación primaria
propiamente dicha, que consiste en identificar problemas que amenazan la vida del individuo,
resumidos en el ABC:
A.- AIRWAY ----------> Apertura de las vías aéreas, necesaria para que
el aire llegue a los pulmones.
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B.- BREATHING -----> Existencia de respiración espontánea.
C.- CIRCULATION --> Existencia de latido cardiaco y ausencia de
grandes hemorragias.
VALORACIÓN SECUNDARIA
Sólo después de realizar la valoración primaria y las debidas actuaciones, si las hubo, se realiza
la valoración secundaria. Ésta consiste en la valoración del estado del accidentado de pies a cabeza.
Se han de buscar:
 fracturas de miembros o de la columna vertebral,
 golpes recibidos en la cabeza, tórax, abdomen y/o espalda que puedan producir
hemorragias internas,
 lesiones, contusiones, quemaduras, dolor, etc.
Durante este proceso se interrogará al enfermo, si está consciente, intentando obtener la
mayor cantidad de información posible por si dejara de estarlo. Se anotaran, y posteriormente se
trasmitirán a los servicios sanitarios, los siguientes datos:
 nombre, apellidos, edad
 enfermedades que padezca o haya padecido, medicación que toma habitualmente, alergias
a algún medicamento
 localización del dolor, actuaciones de primeros auxilios realizadas
 si existe hemorragia la cantidad aproximada y el origen,
 si se está realizando la Reanimación Cardio-Pulmonar, tiempo desde la parada y tiempo que
se está realizando la maniobra.
 si existe intoxicación por productos tóxicos, cuándo y qué cantidad, y si hubo vómitos.
1.4.
ORGANIZACIÓN DE LA PREVENCIÓN
La organización de los primeros auxilios en el centro de trabajo es una de las obligaciones de
los empresarios en el campo de los riesgos laborales. Para ello, debe realizar las siguientes acciones:
- ESTUDIAR LA SINIESTRALIDAD DE LA EMPRESA, y en función de esto, establecer los
recursos humanos y materiales necesarios en materia de primeros auxilios.
- NOMBRAR RESPONSABLES DE PRIMEROS AUXILIOS, de acuerdo con los delegados de
prevención, dándoles la formación adecuada.
- COORDINARSE CON LOS SERVICIOS EXTERNOS A LA EMPRESA, como bomberos o
centros sanitarios, para asegurar la eficacia y rapidez en la actuación ante una urgencia.
- INFORMAR A TODOS LOS EMPLEADOS de los principios de actuación en primeros auxilios.
- DISPONER DE UN BOTIQUÍN a disposición de los trabajadores con el material necesario para
realizar los primeros auxilios:
- Desinfectantes y antisépticos autorizados ( Alcohol 96º y Agua oxigenada)
- Gasas estériles, algodón hidrófilo
- Vendas, esparadrapo, apósitos adhesivos
- Tijeras, pinzas y guantes desechables.
- TENER UN LOCAL DE PRIMEROS AUXILIOS en empresas de más de 50 trabajadores o más
de 25 que se dediquen a una actividad peligrosa. Este local debe contar, además de botiquín, con
una camilla y una fuente de agua potable.
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2. LESIONES MÁS FRECUENTES DERIVADAS DE UN ACCIDENTE DE
TRABAJO
2.1. Heridas
Consisten en una sección o ruptura de la piel producida por agentes externos. Pueden ser más o menos
graves en función de:
-La extensión (cuanto mayor sea una herida, más probabilidades de infección)
-La profundidad (cuantas más capas de la piel afecte)
-La localización (más graves las que afecten a manos, ojos, boca, nariz, genitales, tórax,
abdomen y articulaciones)
-La suciedad (si se han introducido cuerpos extraños en su interior)
Heridas Leves
 Lavarse las manos con agua y jabón. Usar guantes y material estéril.
 Desinfectar la herida con un antiséptico (sin algodón). Si no, con agua.
 Vendar la herida (entorno sucio) o dejarla al aire para que cicatrice.
Heridas Graves
 Controlar la hemorragia y prevenir la aparición del shock
 Cubrir la herida con una gasa estéril y evacuar urgentemente al herido.
 NO extraer cuerpos extraños enclavados.
2.2. Hemorragias
Consisten en toda salida de sangre de los vasos sanguíneos que exceda de los cauces normales.
Pueden llegar a poner en peligro la salud o vida del individuo. El objetivo principal ante cualquier
hemorragia tiene que ser evitar la pérdida de sangre, ya que existe riesgo de muerte con la pérdida de
más de dos litros de sangre en menos de diez minutos.
Tipos de Hemorragias
-Hemorragias internas: no llegan a salir al exterior. La víctima está inconsciente, con sudor frío
o estado de shock. Se debe trasladar con urgencia.
-Hemorragia de oído: suelen generarse por traumatrismo craneal. No debe detenerse. Trasladar
con urgencia.
-Hemorragia de nariz: presionar durante varios minutos contra el tabique
nasal, inclinando la cabeza hacia delante. Si no cesa, taponar con una gasa
con agua oxigenada.
-Hemorragia venosa: la sangre fluye débil y es color rojo oscuro. Se debe
presionar el punto de sangrado con un apósito limpio, durante diez minutos,
elevando el miembro afectado.
-Hemorragia arterial: la sangre fluye a borbotones y es de color rojo más
claro. Se debe presionar la arteria principal del miembro afectado a media distancia entre el
punto de sangrado y el corazon hasta la llegada del personal médico.
El torniquete
El torniquete es una maniobra encaminada a detener una
hemorragia aguda, que no puede ser contenida por el sistema
convencional (amputación, aplastamiento…), mediante la compresión de
todos los vasos sanguíneos en una zona circular próxima.
Sólo debe aplicarse en casos extremos, ya que implica riesgos muy
graves (gangrena y muerte por autointoxicación).
El torniquete ha de aplicarse entre la herida y el corazón. Una vez aplicado
no debe quitarse ni aflojarse. No debe emplearse cuerda, alambre u otros
objetos finos que puedan "cortar" al comprimir; lo usual es utilizar un
pañuelo o trozo de tela.
Es muy importante reflejar en un papel grande prendido a la víctima
o escribir directamente en la frente, la hora y la localización del torniquete.
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2.3. Quemaduras
Es toda lesión producida por el calor en cualquiera de sus formas. Los factores que determinan la
gravedad de una quemadura son:
 Profundidad: condiciona la cicatrización.
 Extensión: a más superficie quemada mayor es el peligro de muerte.
 Localización: cara, manos, orificios naturales, genitales, etc.
 Edad: niños y ancianos.
 Riesgos de infección: se produce siempre por la pérdida de la piel.
Según la profundidad se clasifican en tres grados:
 Primer grado o eritema: es el enrojecimiento de la piel. Afecta a la epidermis.
 Segundo grado: afecta a la epidermis y dermis. Aparecen ampollas que contienen plasma.
 Tercer grado: llega a las capas más profundas de la piel y puede afectar a músculos, nervios,
vasos sanguíneos, etc. Se caracteriza por una escara de color negruzco. No son dolorosas
(destruyen las terminaciones nerviosas).
» Primeros auxilios en caso de quemaduras:
 Valorar el estado general de la víctima y asegurar las constantes vitales.
 Enfriar la quemadura inmediatamente, poniendo la zona afectada bajo un chorro de
agua fría, por lo menos durante 10 minutos, hasta que desaparezca el dolor. En
caso de quemaduras químicas, aplicar más tiempo. Debe aplicarse agua abundante,
poco agua podría reaccionar con la sustancia.
 Cubrir la zona afectada con apósitos estériles o en su defecto muy limpios
(sábanas, fundas de almohadas...) y humedecidos.
 NO aplicar cremas, pomadas o cualquier otro medicamento o producto.
 NO quitar, la ropa a la víctima, sobre todo si está adherida a la piel. Sólo
quitaremos la ropa si está impregnada en productos cáusticos o hirvientes.
 NO dar nada de beber. Si tiene sed, humedecer sus labios.
 NO pinchar las ampollas.
 Retirar los anillos, relojes, pulseras, y cualquier objeto que pueda comprimirle.
 Si la persona está ardiendo, impedir que corra. Apagar las llamas cubriéndola con
una manta o similar, o haciéndola rodar en el suelo.
 Si la quemadura es extensa, prevenir la aparición del shock.
 Trasladar a la víctima a un centro especializado cuanto antes. Allí se valorará, entre
otras cosas la administración de líquidos.
2.4. Fracturas. Esguinces
Fracturas
Una fractura es la rotura de un hueso, pudiendo ser:
-Abiertas: cuando existe una herida porque el hueso
roto ha rasgado la piel
-Cerradas: cuando no existe herida
Las fracturas se reconocen por presencia de dolor intenso, imposibilidad de mover el miembro
afectado, deformidad y hematoma en la zona afectada. Cuando se sospecha que puede haber
fractura, debe actuarse como si la fractura existiera.
Actuación:




inmovilizar el miembro afectado (abarcando las articulaciones superior e inferior a la
fractura producida), usando tablillas, cartones, pañuelos, vendas, etc,
NO mover la región afectada porque podemos producir complicaciones,
NO intentar colocar correctamente los huesos, ya que los fragmentos óseos podrían
provocar desgarros,
NO colocar las inmovilizaciones demasiado apretadas
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Además, en fracturas abiertas :
1. Si existe hemorragia, intentar cortarla
2. Colocar un apósito sobre la herida, lo más limpio posible, teniendo presente que la
herida se debe manipular lo menos posible
3. Nunca aplicar sobre la herida productos desinfectantes: pueden dañar el hueso.
Esguinces
Se produce un esguince o torcedura cuando los ligamentos que unen una articulación se
rompen o alargan, debido a un movimiento anormal. Como consecuencia, la articulación se hincha
y los movimientos son muy dolorosos.
Actuación:
 elevar el miembro afecto y aplicar hielo,
 vendaje para reducir la movilidad de la articulación,
 acudir a un centro sanitario.
2.5. Accidente eléctrico. Electrocución.
La corriente eléctrica puede quemar y matar. Los accidentes se producen cuando el cuerpo
entra en contacto con los dos hilos conductores o más frecuentemente, entre un hilo conductor y
un material conductor (tuberías, vigas metálicas..), o que se ha convertido en conductor por la
humedad (suelo, paredes..).
Los resultados de un accidente eléctrico sobre el organismo pueden desencadenar una parada
cardio-respiratoria, contracciones tetánicas, etc. y producen quemaduras sobre la piel de entrada,
salida y por llamaradas. Como en todas las situaciones de accidentes, la prioridad es el ABC, tras lo
cual, se puede trabajar sobre las quemaduras u otras heridas.
Medidas de actuación:
 Cortar la corriente apagando el interruptor o desconectando el automático.
 No tocar a la víctima mientras esté en contacto con la fuente de electricidad
 No utilizar materiales conductores o húmedos para apartar un cable
 En caso de parada cardio-respiratoria iniciar la reanimación
cardiopulmonar cuanto antes y mantenerla hasta la llegada de los
servicios sanitarios.
 Poner sobre las quemaduras un apósito limpio o estéril.
 Poner bajo vigilancia médica a todo individuo que hubiere recibido
una fuerte descarga eléctrica, incluso si no presenta trastornos
inmediatos o presenta una simple conmoción; estos pueden
aparecer más tarde.
2.6. Asfixia
Consiste en la incapacidad para respirar debido a una obstrucción de las vías respiratorias. La
tos es la vía natural para eliminar de la tráquea un objeto extraño. Si no es eficaz, aparece la asfixia.
Tanto la obstrucción total como parcial pueden ser mortales: la ausencia de oxígeno más de cuatro
minutos puede causar daños en el cerebro.
Medidas de actuación:
- Comprobar que las vías efectivamente están obstruidas y la víctima
no puede respirar.
- Inclinar a la víctima hacia delante y darle hasta cinco palmadas
secas entre los omoplatos. Comprobar de nuevo las vías.
- Colocando los brazos por debajo de los de la víctima, cerrar la mano
alrededor del dedo pulgar en forma de puño, colocarla justo por debajo del
esternón. Colocar la otra mano encima del puño y tirar bruscamente hacia
dentro, comprimiendo el abdomen en sentido ascendente varias veces
seguidas (Maniobra de Heimlich).
Maniobra de Heimlich
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3. REANIMACIÓN CARDIOPULMONAR BÁSICA
La RCP es el conjunto de maniobras encaminadas a revertir una parada cardio-respiratoria,
evitando que se produzca la muerte biológica por lesión irreversible de los órganos vitales (cerebro).
Pretendemos obtener un flujo sanguíneo suficiente para evitar la muerte cerebral.
Como comentamos al principio el ABC de la asistencia de emergencia y objetivo prioritario en la
evaluación y tratamiento reside siempre en:
A.- AIRWAY ----------> La permeabilidad de las vías aéreas.
B.- BREATHING -----> La facilitación de la respiración.
C.- CIRCULATION --> La conservación de la circulación.
Sobre estos tres pilares vamos a explicar la reanimación cardio-pulmonar.
Airway) Mantenimiento de la permeabilidad de la vía aérea
a) Colocación de la cabeza. Si la persona está inconsciente, es probable que la lengua
obstruya la vía aérea impidiendo el paso de aire. Para evitarlo se deben realizar las
siguientes maniobras:
- Hiperextensión Frente-nuca
- Hiperextensión Frente-mentón
b) Limpieza de la boca. La limpieza de la boca se ha de realizar manualmente con el "dedo en
gancho", buscando posibles objetos causa de obstrucción (chicles, caramelos). También se retirará la
dentadura postiza si existiera. Limpiaremos vómitos y saliva con la ayuda de gasas o
pañuelos.
Si tras la realización de estas actividades no se hubiera obtenido una vía aérea
permeable (el paso libre de aire), se ha de sospechar la existencia de uno o más objetos en
la garganta. Para solucionarlo se realizará la maniobra de Heimlich.
Si no se consiguió con estas maniobras una respiración espontánea se ha de pasar al
siguiente punto.
Breathing) Respiración artificial
La respiración artificial tiene por objeto hacer llegar aire hasta los pulmones del sujeto que se
encuentra en parada respiratoria. La técnica de respiración artificial usada en primeros auxilios es la de
"boca a boca".
Para realizar la respiración "boca a boca" el accidentado debe estar tendido
boca arriba. Hiperextender el cuello. El auxiliador, arrodillado a la derecha de la
víctima, cierra las fosas nasales con el pulgar y el índice de su mano izquierda;
con estos mismos dedos de su mano derecha le sujeta la mandíbula, tirando de
ella hacia arriba.
En esta posición el socorrista inspira profundamente, sella con su boca la del
accidentado y le insufla el aire. A continuación, retira su boca para permitir el vaciamiento de los
pulmones. Si existiera agua en los mismos la cabeza de la victima ha de estar lateralizada para facilitar
la salida de la misma. En cada insuflación comprobará la elevación y descenso sucesivos de la pared del
tórax (de 2 a 3 cm.) e intentará oír y sentir cómo sale el aire al exhalarlo la víctima pasivamente.
Este movimiento completo debe repetirse con una frecuencia de
16 a 20 veces por minuto, es decir, al mismo ritmo de la respiración
normal del socorrista. Si no se produce una rápida recuperación de la
respiración espontanea, se habrá de valorar la posibilidad de una parada
cardiaca. De confirmarse ésta, se pasaría al punto siguiente.
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Circulation) Masaje cardiaco
El masaje cardíaco debe aplicarse siempre que se observe falta de pulso y del latido cardíaco.
Esta técnica se basa en la posibilidad de comprimir el corazón contra la columna vertebral. Con ello
obligamos al corazón, que se encuentra parado y con sangre en su interior, a expulsar la sangre y a
llenarse después, alternativamente, como si realmente funcionara.
Una vez comprobada la ausencia
de pulso y de latido cardíaco se tumbará al
accidentado boca arriba, sobre un plano
duro. El socorrista, arrodillado a la derecha
del accidentado, localizará la punta del
esternón y colocará el talón de una de las
manos dos dedos por encima de la misma.
Colocará el talón de la otra mano sobre la
primera entrecruzando los dedos; las palmas de las manos no deben tocar el pecho de la víctima, y los
codos estarán rígidos, sin doblar.
En esta postura el socorrista deja caer el
peso de su propio cuerpo comprimiendo el
esternón de 4 a 5 cm, haciendo fuerza sólo y
exclusivamente sobre el talón de la mano.
Manteniendo las manos en su sitio, retirar la
compresión para permitir que el corazón se
vuelva a llenar. Las compresiones se realizarán de
forma rítmica, contando "y uno, y dos , y tres, y
cuatro,..". Se continuará hasta que aparezca
pulso, intentando obtener alrededor de 80
compresiones por minuto.
Esta técnica se aplica de manera
diferente en el caso de menores de 4 años y bebés: al tener menor complexión, se debe aplicar menos
fuerza (realizarse sólo con una mano o incluso presionando con dos dedos).
Para realizar al mismo tiempo la respiración artificial
y el masaje cardiaco se realizarán ciclos de 15
compresiones, dos ventilaciones, hasta un total de cuatro,
momento en el que se comprobará si existe pulso.
NO SE DEBE REALIZAR LA R.C.P.
- Cuando la muerte sea evidente. Por ejemplo: fractura
craneal con salida de masa encefálica.
- Cuando se sepa que han pasado más de diez minutos
desde la parada cardiaca, a excepción de niños, ahogados,
electrocutados y accidentados hipotérmicos.
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4. TRASLADO DE ACCIDENTADOS
Ante un accidente, una vez realizados los primeros auxilios y a la espera de la llegada de los
equipos de emergencia, lo más conveniente es tumbar a las víctimas:
- En decúbito supino (boca arriba) si están conscientes,
- En Posición Lateral de Seguridad, si están inconscientes pero respiran.
Posición Lateral de Seguridad
Antes de realizar cualquier maniobra de movilización a un accidentado se han de tener presente
siempre dos consideraciones:
 Nunca se moverá un herido cuando sólo haya un auxiliador. Al menos se precisarán dos
auxiliadores para mover adecuadamente a un herido.
 Al herido hay que moverlo como si fuese un bloque rígido. Es decir, hay que impedir el
movimiento involuntario de sus articulaciones. Evitar toda flexión o torsión, transportándolo
siempre recto como un poste, a fin de proteger su médula espinal en caso de fractura de la
columna vertebral.
Método de auxiliadores alternos
Uno de los mejores métodos para la correcta movilización de un accidentado, es el denominado
de auxiliadores alternos, ya que es de los que más seguridad dan. Pueden intervenir tres o más
auxiliadores, precisándose que la víctima esté acostada boca arriba.
Los socorristas se colocarán de rodillas a los lados del herido y procederán así:
1. Un auxiliador colocará sus manos debajo de la cabeza-cuello y espalda de la víctima;
2. Otro colocado al mismo lado del anterior, pondrá sus manos debajo de los glúteos y rodillas;
3. El tercero, se colocará al lado opuesto y sujetará la espalda y los muslos;
4. Enlazarán sus manos. En la imagen se muestran dos formas de entrelazar las manos.
5. Y a la vez, levantarán con suavidad a la víctima, cuando uno de ellos lo indique con su voz.
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ORGANIZACIÓN
NORMAS BÁSICAS
1.- Estudiar a fondo la siniestralidad (accidentes e incidentes) y las características de cada empresa
(actividad, número de empleados, tipos de tareas, factores de riesgo más habituales, etc.). Utilizar
esta información para establecer los recursos humanos y materiales necesarios.
2.- Designar al personal encargado de poner en práctica los primeros auxilios, previa consulta de los
delegados de prevención, y proporcionarles la formación que sea necesaria.
3.- El socorrista laboral será voluntario y deberá tener, además de los conocimientos básicos en
primeros auxilios, una formación específica en relación con los riesgos existentes en la empresa.
Igualmente, debe recibir periódicamente cursos de reciclaje y actualización.
4.- Organizar las relaciones con los servicios exteriores de la empresa (urgencias médicas, mutua,
bomberos, etc.) para garantizar la rapidez y la eficacia de la asistencia médica de urgencias.
5.- Informar a todos los empleados, mediante carteles y folletos sobre cuáles son las actuaciones
esenciales a realizar cuando sucede un accidente: método PAS (Proteger, Avisar y Socorrer).
6.- Proteger, en primer lugar. Significa que, antes de actuar, hemos de tener la seguridad de que tanto
la persona accidentada como nosostros mismos estamos fuera de todo peligro. Hay que evitar que
los daños se hagan extensivos a otras personas.
7.- Avisar, en segundo lugar. Después de proteger, hay que llamar a los servicios sanitarios de
emergencia y facilitar la máxima información: tipo de accidente; lugar donde se ha producido,
posición y síntomas de la persona accidentada, otras personas involucradas, etc. Para actuar con
rapidez, cerca de los teléfonos o en la centralita debe haber un listado con los números del
servicio médico de empresa, urgencias y ambulancias,bomberos, policía, mutua de accidentes, etc.
8.- Socorrer, en tercer lugar. Después de proteger y avisar, atender a la persona accidentada
empezando por reconocer sus signos vitales (primero, la conciencia; segundo, la respiración y
tercero, el pulso). Como norma general, no mover a las víctimas del accidente ni darles de beber.
9.- Decidir el número de socorristas teniendo en cuenta el número de trabajadores de la empresa, las
tareas que se realizan, los riesgos específicos existentes, los turnos de trabajo y la distancia
(tiempo) hasta los servicios médicos externos. Una cifra orientativa para una situación de riesgo bajo
(ejemplo: oficinas) sería de un socorrista por cada 50 empleados por turno. En todo caso, al menos,
se debe disponer de un encargado de actuar en situaciones de emergencia en todas las empresas.
10.- Disponer de un botiquín con el material preciso para realizar los primeros auxilios. El material
tiene que estar ordenado, dentro de su fecha de vigor y siempre reponer el usado.
11.- Tener un local específico para primeros auxilios en los lugares de trabajo que consten de más de
50 trabajadores o en aquellos que tengan más de 25, teniendo en cuenta la peligrosidad del trabajo
y las dificultades de acceso al centro asistencial más próximo.
12.- Instruir a todos los empleados nuevos en relación con la organización de los primeros auxilios.
Caso práctico
La empresa Metalsa tiene 85 empleados en plantilla y se dedica a la fabricación de elementos
de sujeción metálicos (tuercas, tornillos, cojinetes, etc.). El horario que tienen establecido es de siete de
la mañana a tres de la tarde. Juanillo tiene veintiún años y hace sólo una semana que trabaja en el
almacén de esta empresa. En el momento del contrato, ya le advirtieron de que durante el primer mes
tendría que hacer unas horas por la tarde, al igual que treinta compañeros más.
Una tarde, Juanillo cargó la carretilla elevadora que conducía Paco con seis contenedores de cajas de
tornillos, pero los dos últimos no quedaron bien colocados. Paco le comentó al respecto que no se
preocupara, que él era un “carretillero experimentado”, y con una maniobra rápida recorrió los treinta
metros que le separaban de las estanterías donde iban a ir almacenados los contenedores. Cuando Paco
estaba terminando de subir la horquilla se dio cuenta de que los contenedores se habían desplazado y
que el último estaba tambaleándose; no le dio tiempo de advertir a Martín, un compañero que estaba
revisando material justo al lado de la carretilla, de que se apartara. El contenedor cayó sobre su cabeza
y Martín se desplomó en el suelo.
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Paco, rápidamente, dejó la carretilla tal y como estaba y fue a ver lo sucedido. Martín estaba
tendido en el suelo inconsciente y de su brazo derecho salía sangre. La primera reacción de Paco fue la
de acercarse a la víctima y, gritando su nombre, intentar levantarlo. Juanillo y los otros compañeros,
alertados por el ruido, se habían aproximado al lugar del accidente y miraban la escena sin saber qué
hacer. Alguien dijo: ¡Llamad al médico de la empresa! Juanillo salió disparado hacia el teléfono, pero
cuando llegó se dio cuenta de que no sabía el número del Servicio Médico y de que tampoco había
ninguna lista cercana donde se indicara. Juanillo se vio obligado a gritar a pleno pulmón que alguien se
acercara para ayudarle a solucionar el problema. Cuando por fin, gracias a un compañero, logró
telefonear, resultó que no había ningún responsable del servicio médico porque su horario era de
mañanas. Después de esto optaron por telefonear al servicio de urgencias del hospital que tenían en la
zona y explicar la situación. Al terminar de hablar con ellos se dieron cuenta de que con las prisas se
habían olvidado de mencionar que su compañero, además de estar inconsciente por el golpe, también
se había herido en un brazo y perdía sangre. Cuando regresaron al almacén para anunciar que pronto
llegaría ayuda, Martín ya había recuperado el conocimiento. Paco y otro compañero estaban junto a él,
le habían puesto un pañuelo en la herida del brazo y lo estaban tranquilizando.
HERIDAS
NORMAS BÁSICAS
1.- Se considera herida a una sección o ruptura de la piel producida por un traumatismo (lesión de
los tejidos ocasionada por agentes externos) y que puede o no afectar a otras estructuras como los
huesos, vasos sanguíneos, etc. El socorrista debe saber distinguir la gravedad de las heridas para
ofrecer la asistencia adecuada a la persona accidentada..
2.- Valorar la importancia de las heridas, teniendo en cuenta los factores de gravedad: extensión,
cuanto mayor sea la herida más probabilidades de infección y de que tarde en cicatrizar; profundidad,
según afecten a la capa interna de la piel o a otros tejidos u órganos internos; localización, se
consideran graves las que afectan extensamente a manos, ojos, boca, nariz y genitales, o las heridas
incisas en tórax, abdomen o articulaciones; suciedad, las heridas que presenten cuerpos extraños en
su interior como tierra, vidrios, astillas, tienen más probabilidades de infectarse o agravarse.
3.- Heridas leves. Afectan sólo a la capa más externa de la piel y en ellas no interviene ningún
factor específico de gravedad. El tratamiento de estas heridas está dirigido a prevenir la infección.
4.- Evitar la contaminación. Antes de tocar la herida lavarse las manos con agua y jabón y usar
instrumental limpio. Hay que usar guantes y material estéril, a ser posible desechable.
5.- Desinfectar la herida. Primero hay que dejar que sangre un poco la herida y que quede visible
(recortar pelos). Después limpiarla con agua y jabón, siempre de dentro de la herida hacia fuera. Por
último, aplicar un antiséptico no colorante, que permita distinguir una posible infección de la herida.
6.- Vendar la herida. Si la herida se produce en un entorno limpio, sin riesgo de infección, es mejor
dejarla descubierta porque se favorece la cicatrización. En ambientes contaminados, hay que taparla
con una gasa y sujetarla con esparadrapo.
7.- Prevenir la infección. Se recomienda aplicar la vacuna antitétanica. No se debe usar algodón para
limpiar la herida ni tampoco quitar los cuerpos extraños que hayan quedado enclavados en ella.
8.- Heridas graves. Reúnen uno o más factores de gravedad. Suelen llevar asociada una patología
más grave, por lo que el socorrista sólo debe realizar la primera atención y trasladar de urgencia.
9.- Controlar los signos vitales. Identificar las situaciones que supongan una amenaza inmediata para
la vida mediante un reconocimiento de la consciencia, la respiración y el pulso.
10.- Explorar la herida. Buscar contusiones, fracturas o hemorragias. Aplicar los primeros auxilios.
11.- Cubrir la herida con material estéril. Un apósito, gasa húmeda, vendar un pañuelo o tela limpios.
12.- Evacuar urgentemente al herido. Trasladar a un centro sanitario, controlando sus signos vitales.
13.- Heridas penetrantes en el tórax. Pueden perforar el pulmón (se nota un “silbido” en la herida,
por la entrada y salida del aire pulmonar por ella). Tapar la herida con material no transpirable (por
ejemplo, las bolsas de las gasas), mantener en posición semisentada y trasladarla urgentemente.
14.- Heridas penetrantes en el abdomen. Comunican el interior del abdomen con el exterior. En
estos casos hay que tapar la herida con un trozo grande de tela limpia humedecida y trasladar
urgentemente tumbado boca arriba (decúbito supino) con las piernas flexionadas.
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Caso práctico
Aquella mañana el grupo más avanzado de estudiantes de carpintería de la escuela San Martín
tenía ganas de divertirse. Juan, David, Verónica y Rosa estaban en el taller de prácticas y,
aprovechando la ausencia del profesor, decidieron gastarle una broma a su compañero Carlos. Le
quitaron de la mochila el bocadillo que traía para almorzar y empezaron a pasárselo de mano en mano.
En medio de grandes risas, especulaban con quién sería el primero en hincarle el diente. Carlos, muy
digno, hacía como si no le importara, pero el asunto no le resultaba nada gracioso. Para animar un poco
más el juego, David hizo un largo lanzamiento hacia el extremo opuesto del aula, donde había
arrinconado un montón de herramientas y maderas viejas. Juan, con la mirada puesta en el bocadillo
volador, salió corriendo para atraparlo. En su alocada carrera tropezó con un tablón de madera que
sobresalía del estante inferior de una de las mesas de trabajo. Después de golpearse con fuerza la
pierna, cayó al suelo y se desplazó varios metros hasta que el montón de trastos viejos frenó su
trayectoria. El choque fue espectacular y los jóvenes enmudecieron de golpe. Se acercaron hasta Juan
para ver qué había pasado. El chico, sentado en el suelo, se quejaba de la pierna y Verónica se agachó
para atenderle. Juan tenía roto el pantalón por la rodilla y presentaba una enorme zona enrojecida en
ella. La piel estaba levantada y, aunque la herida no sangraba mucho, estaba muy sucia de serrín.
Verónica hizo una mueca de asco –no le gustaba ver aquello- y se apartó. Rosa, que estaba junto a ella,
comentó que no había para tanto; la herida era muy fea pero, por lo que se veía, sólo era superficial.
Rosa quitó importancia al accidente y animó a Juan para que se levantara. Al chico le dolía mucho la
pierna pero, ante la insistencia de sus amigos, se incorporó y se dirigió renqueando hacia donde estaba
el botiquín. Rosa localizó en su interior una botella de alcohol y le echó un buen chorro sobre la herida.
Después, cogió un trozo de algodón y limpió la sangre que todavía rezumaba por la herida dando
pequeños golpecitos sobre ella. A Carlos le picaba un montón la herida y David sugirió que había que
vendarla para que quedara más protegida. Sin embargo, Rosa insistió en que era mejor dejarla al aire
libre para que cicatrizara con mayor rapidez. Los cinco compañeros, más relajados, volvieron a sus
labores de prácticas y, para evitarse problemas, pactaron no comentar nada al profesor.
HEMORRAGIAS
NORMAS BÁSICAS
1.- Detener la hemorragia empleando, por orden, los métodos siguientes: la compresión directa, la
compresión arterial o el torniquete. Si no tiene éxito el primer sistema, se recurrirá al siguiente.
2.- La compresión directa consiste en presionar en el punto de sangrado con un apósito lo más
limpio posible (gasa, pañuelo, un trozo de ropa, etc.) durante diez minutos, como mínimo, elevando
a la vez el miembro afectado a una altura superior a la del corazón de la persona accidentada.
3.- Aliviar la presión ejercida sobre la herida una vez hayan transcurrido los diez minutos, pero sin
quitar nunca el apósito. Si se logra detener la sangre, se vendará la herida y trasladará al hospital.
Este método de compresión directa no se puede usar ante una fractura abierta de hueso
4.- Combinar la compresión arterial con el primer sistema, si no se consigue frenar la hemorragia.
Para ello se debe encontrar la arteria principal del miembro afectado (brazo o pierna) y detener la
circulación sanguínea comprimiéndola con las yemas de los dedos. La compresión debe mantenerse
hasta la llegada de la ambulancia o el ingreso hospitalario de la persona accidentada.
5.- Realizar un torniquete. Se usará sólo en caso de que los anteriores métodos no sean eficaces.
6.- Aplicar el torniquete por encima de la herida en el extremo del miembro afectado, con un vendaje
ancho.Detener la hemorragia y anotar la hora de colocación. El socorrista nunca aflojará el torniquete.
7.- Hemorragias de oído por traumatismo craneal. No mover a la persona accidentada y facilitar la
salida de la sangre. Este tipo de hemorragias no se debe detener, evacuando urgentemente.
8.- Hemorragias de nariz. Presionar directamente la ventana nasal sangrante contra el tabique nasal
y mantener durante un mínimo de cinco minutos. Inclinar la cabeza hacia adelante para evitar la
inspiración de coágulos. Pasado ese tiempo, disminuir la presión y comprobar si la hemorragia ha
cesado. De no ser así, taponar con una gasa mojada en agua oxigenada.
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9.- Hemorragias internas. Se producen en el interior del organismo sin que la sangre salga al
exterior. Se detectan por los síntomas de shock (inconsciencia, sudor frío…). Se debe evacuar
urgentemente al afectado a un centro sanitario, controlando siempre los signos vitales.
Caso práctico
Begoña tiene 18 años y estudia cerámica en un centro de formación de Artes Aplicadas
ubicado en un viejo edificio de la ciudad. Ella y otros compañeros de curso se habían quedado por la
tarde en la sala-taller de la escuela para terminar un trabajo que tenían en común. Begoña necesitaba
pintura azulada para decorar un jarrón y fue a buscarla al armario de material que estaba en el
distribuidor del otro lado de la sala y cerca de la puerta de entrada. La chica se levantó y se dirigió
hacia allí. Javier, que estaba “coladito” por sus huesos, aprovechó la ocasión y la siguió con la mirada.
Como la puerta era de grandes dimensiones y acristalada, continuó observando sus movimientos.
Begoña estaba intentado alcanzar el bote de pintura pero, como estaba muy alto y ella era de pequeña
estatura, no llegaba a cogerlo con la mano. Javier seguía divertido la escena. Sin embargo, intuyó el
peligro cuando vio que Begoña, con una regla de dibujo, estaba desplazando el bote hacia afuera para
hacerlo caer. Un movimiento descontrolado de Begoña hizo que el bote cayera de forma imprevista y no
le diera tiempo para apartarse. Se protegió con la mano, pero el bote llegó a golpearla en la frente y la
nariz. Después de notar el impacto, Begoña se puso las manos en la cara, notó cómo sangraba y,
asustada, se giró hacia sus amigos pidiendo ayuda. Javier fue el primero en reaccionar. Se dirigió a toda
prisa hacia la puerta tras la cual se encontraba Begoña y, propinándole un fuerte empujón, trató de
abrirla. El cristal no aguantó la sacudida (la puerta se abría en dirección contraria) y se partió en
pedazos. Uno de ellos alcanzó el brazo de Javier y le produjo un gran corte. Sus otros compañeros se
quedaron atónitos: el espectáculo era terrible. Begoña tenía la cara ensangrentada y Javier estaba
tendido en el suelo, rodeado de cristales y sangrando también por el brazo. Tardaron unos segundos en
movilizarse, pero enseguida se dirigieron hacia ellos para prestarles ayuda. Nadie sabía cómo actuar
exactamente, hasta que Alberto comentó que había hecho alguna cosa de primeros auxilios y se hizo
cargo del asunto. Mientras uno de ellos iba a pedir ayuda por teléfono, los otros chicos instalaron a
Begoña en una silla y, con un trapo mojado, le limpiaron la cara. Vieron que no paraba de sangrar por
la nariz. Alberto, que estaba atendiendo a Javier, les dijo que presionaran la nariz con los dedos contra
el tabique nasal y que la chica colocara la cabeza hacia atrás. Él, mientras tanto, intentaba detener la
sangre que salía por la herida del brazo de Javier con un trapo manchado de pintura (era el primero
que había encontrado). Al cabo de unos minutos, creyendo que se había detenido la hemorragia, retiró
el trapo, pero inmediatamente la sangre volvió a brotar. Alberto, asustado, decidió hacerle un torniquete
y cogiendo un trozo de camisa le hizo un vendaje muy fuerte por encima de la herida. Esto pareció que
solucionaba el problema, pero Javier se quejaba de fuertes dolores y hormigueo en la mano del brazo
afectado. Estuvieron así hasta que por fin llegó el servicio de urgencias. El médico que atendió a Javier
le preguntó a Alberto cuánto tiempo hacía que le habían hecho el torniquete al accidentado y Alberto no
supo qué responder.
QUEMADURAS
NORMAS BÁSICAS
1.- La primera acción que debe realizar un socorrista es suprimir la causa que produce la quemadura:
apagar las llamas, eliminar los ácidos, etc.
2.- Mantener los signos vitales (en muchos incendios, las personas quemadas pueden presentar
síntomas de asfixia debido a la inhalación de humos).
3.- Examinar el cuerpo de la persona accidentada: comprobar si, además de quemaduras, se han
producido hemorragias, fracturas, etc. y tratar la lesión más grave.
4.- Aplicar agua en abundancia en la quemadura para enfriarla y reducir el dolor (mínimo 10 minutos),
quitando ropas, joyas y todo lo que mantenga el calor. Si aparecen temblores, taparlo con una manta.
5.- Cubrir la lesión con un vendaje flojo y húmedo (sábanas, pañuelos, camisetas, etc.) y poner al
herido en posición lateral de seguridad, si las lesiones que presenta lo permiten. El objetivo es evitar
que aspire el vómito y que la lengua obstruya las vías respiratorias si pierde el conocimiento.
6.- Tratar la quemadura sólo con agua. Nunca se aplicará otras sustancias (pomadas, mantequilla,
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aceite...) que ensucien, infecten o encubran la herida. El médico debe examinar las lesiones limpias.
7.- Evitar darle a la persona accidentada líquidos o sólidos por vía oral (agua, alcohol, analgésicos);
podría producirse un vómito y complicar más la situación. También ante una posible operación.
8.- Mantener intactas las ampollas, ya que el líquido que contienen protege de una posible infección.
No desprender nada que esté pegado a la piel (ropa, plásticos) porque podría producir más lesiones.
9.- Permanecer en todo momento junto la persona accidentada y no demorar el transporte a un centro
hospitalario. Si el herido perdiera el conocimiento o se dieran otros contratiempos (obstrucción de las
vías respiratorias) podría producirse la muerte si no es atendido rápidamente.
10.- Frente al fuego: sofocar las llamas con una manta que no sea acrílica. Si no se dispone de otro
medio, hacer rodar por el suelo a la persona accidentada hasta apagar el fuego y, como último
recurso, usar un extintor adecuado. Después se aplicará agua en la zona quemada para refrigerar.
11.- Frente a la electricidad: empezar siempre desconectando la corriente, salvo que la persona
electrocutada ya no toque el conductor eléctrico. Si esto no es posible, separar el conductor eléctrico
del accidentado mediante un material aislante como un palo de madera. Después, mantener las
constantes vitales y trasladar a la víctima a un hospital.
12.- Frente a los productos químicos (lejía, ácido clorhídrico, etc.): aplicar agua abundante en la
quemadura (de 20 a 30 minutos) procurando no salpicar otras partes del cuerpo. Nunca emplear
pequeñas cantidades de agua: su mezcla con ciertos cáusticos puede aumentar el efecto de la
quemadura. Mientras se pone el agua, quitar la ropa impregnada, zapatos, joyas, etc.
13.- Frente a sólidos incandescentes (herramientas, recipientes, etc.): separar el objeto causante de
la quemadura del cuerpo de la persona accidentada y mojar con agua la zona afectada.
14.- Frente a líquidos inflamables (alcohol, gasolina, benceno, etc.): nunca utilizar agua para apagar
el fuego porque lo extendería. Hay que sofocar las llamas con una manta o un trozo de ropa que no
sea sintética (chaqueta, bata, etc.) o hacer rodar a la persona herida por el suelo; en último caso, se
puede recurrir a un extintor adecuado (polvo convencional o espuma física).
Caso práctico
Fermín estaba cambiando el aceite del motor de un camión en un taller de reparación de
vehículos. Cuando terminó de vaciar el depósito, apartó del camión la lata de recogida del aceite que
estaba en el suelo y continuó con su trabajo. Este recipiente había sido utilizado antes para recoger la
gasolina de un coche. En la parte trasera del camión se encontraba Lucas, otro operario completamente
ajeno a la operación del cambio de aceite. Estaba puliendo con una desbarbadora portátil una soldadura
hecha en el depósito del camión. Las partículas incandescentes proyectadas por la desbarbadora fueron
a caer sobre el recipiente del aceite, en el que también había gasolina, y se incendió rápidamente.
Fermín se encontraba muy cerca y, al ver el fuego tan localizado, intentó apagarlo con el pie; sin
embargo, lejos de conseguirlo, las llamas prendieron en las perneras de su pantalón debido a que
estaban muy sucias de grasa y pintura. Sus compañeros, Leo, Carmen y Lucas, se quedaron atónitos
frente al accidente: Fermín saltaba, chillaba y se golpeaba con las manos las piernas envueltas en
llamas. No sabían qué hacer. En un primer momento se plantearon usar el extintor para apagar el
fuego, pero no llegaron a hacerlo por temor de intoxicar a Fermín...(él continuaba saltando y dando
alaridos). Por fin reaccionaron; lo lanzaron al suelo y, arrancándole violentamente la ropa del cuerpo,
acabaron con las llamas. Al mismo tiempo, el incendio se había extendido por una parte del taller, por lo
que Lucas se quedó atendiendo al herido en una zona segura y Carmen y Leo fueron a sofocar las
llamas con ayuda de dos extintores. Cuando lograron apagarlo, acudieron junto a sus compañeros.
Fermín estaba solo, estirado en el suelo boca arriba y con la cabeza apoyada sobre unas ropas; tenía la
cara muy pálida y se quejaba de fuertes dolores en las piernas. En aquel momento, Lucas llegó
corriendo con un vaso de agua en la mano. Se lo acercó a Fermín y le dio de beber a pequeños sorbos.
Lucas, muy nervioso, les explicó que veía muy mal a Fermín y que había ido a telefonear para pedir
ayuda. De paso, y ante la insistencia del herido, había traído el agua. Leo y Carmen se encontraban
más tranquilos, calmaron a Lucas y, mientras esperaban la asistencia médica, intentaron hacer algo más
por Fermín. Recordaron que en el botiquín había una pomada anestésica que calmaba el dolor. Fueron
en su busca y, con un pañuelo limpio, se la aplicaron en las quemaduras.
Poco después, llegó la tan deseada ayuda y evacuaron al herido a un centro hospitalario.
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