Práctica 2.3

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PRACTICA 2.3.
Comenta el siguiente texto en no más de dos caras. Se trata de un extracto de la Capitular de Carlomagno del año 802. En ella se contiene, entre otras cosas, lo que HENDERSON (véase la nota en la referencia informática) considera una suerte de programa fundacional del Imperio y la creación de los missi dominici.
CAPITULAR DE CARLOMAGNO APROBADA EN EL AÑO 802.
Texto extraído de la capitular publicada en The avalon Project at Yale Law School (http://www.yale.edu/lawweb/avalon/medieval/capitula.htm) traducido por Rafael Bustos Gisbert
CAPITULO PRIMERO: RELATIVO A LA EMABAJADA ENVIADA POR EL LORD EMPERADOR.
Su serena Majestad Cristiana el emperador Carlos, eligió de entre sus nobles a los más prudentes y sabios arzobispos y también otros obispos y venerables abades, así como píos seglares y los envió a lo largo y ancho de su reino; y se aseguró a través de ellos y mediante las siguientes previsiones, de que los hombres vivirían de acuerdo con las leyes y el derecho. Les ordenó que cuando algo contenido en la ley no fuera conforme con el derecho y la justicia deberían investigarlo diligentemente y hacérselo saber: y él, con la gracia de Dios, espera mejorarlo. Y no dejar a nadie, usando su inteligencia o astucia –como muchos están acostumbrados a hacer­ que se atreva a oponerse a la ley escrita, o a la sentencia que se le haya impuesto, o a prevalecer contra las iglesias de Dios, o los pobres, o las viudas, o los menores o cualquier hombre Cristiano. Por el contrario todos deben vivir juntos de acuerdo con los preceptos de Dios de forma justa y bajo un juicio justo, y todos deben ser advertidos de que han de vivir en unidad con los demás en sus ocupaciones y profesiones. El clero monástico debe en su totalidad observar en sus acciones un modo canónico de vida, alejado de infames ganancias: las monjas deben proteger diligentemente sus vidas; los seglares y el clero seglar debe hacer un uso adecuado de sus privilegios sin fraudes maliciosos; todos deben vivir juntos en mutua caridad y perfecta paz. Y dejar a los mensajeros que investiguen diligentemente todos los casos en que se alegue que han sido cometido injusticias por alguien, por que ellos mismos esperan retener para sí mismos la gracia de Dios Omnipotente y preservar la fidelidad prometida a Él. Y así, todos juntos, en todas partes y en todos los casos cuando la cuestión concierna a las sagradas iglesias de Dios, o a los pobres o a los menores o a las viudas o al conjunto del pueblo, dejarles administrar totalmente el derecho y la justicia de acuerdo con la voluntad de Dios y en miedo a Él. Y si hubiera alguna cuestión en la que ellos mismos, con los condes de la provincia, no pudieran mejorarla y hacer justicia deberán sin ninguna ambigüedad referirlo y enviar sus informes a la Corte del Emperador. No deben ninguno apartarse del correcto sendero de la justicia por adulación o recompensa de ningún hombre, por obstáculo de alguna relación o por miedo de personas poderosas.
2. RESPECTO A LA LEALTAD QUE DEBE SER PROMETIDA AL EMPERADOR.
Y el ordenó que todo hombre en el Reino –eclesiástico o seglar cada uno de acuerdo con su voto y profesión que le hayan previamente prometido lealtad como Rey deberán ahora hacer su promesa como emperador, y aquellos que no lo hubieran hecho todavía deberán hacerlo ahora, a partir de la edad de 12 años. Y el ordenó que debe decirse públicamente a todos –de forma que todos lo entiendan­ las importantes y numerosas cosas que se incluyen en tal juramento, no sólo, como muchos creían hasta ahora, fidelidad al emperador respecto a su vida, o no introduciendo enemigos en su reino con propósito hostil, o no consintiendo la infidelidad de otro o no manteniendo silencio respecto a ello. Al contrario, todos deben saber que el juramento incluye en sí mismo el siguiente significado:
A continuación el texto en 37 apartados detalla el conjunto de obligaciones que corresponden a los vasallos del emperador con especial atención a los vasallos eclesiásticos y a las funciones de los “missi dominici”.
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