311284. . Primera Sala. Quinta Época. Semanario Judicial de la Federación. Tomo LI, Pág. 2398. ROBO, PENA PARA EL DELITO DE. Los dos primeros párrafos del artículo 671 del Código Penal del Distrito Federal dicen: "Cuando el valor de lo robado exceda de cincuenta pesos pero no de quinientos, la pena será de seis meses a dos años de prisión y multa hasta de quinientos pesos". "Cuando excediera de quinientos pesos, por cada cincuenta de exceso, o fracción menor de cincuenta, se aumentará un mes a los dos años, pero sin que el máximo de prisión pueda exceder de diez años ni la multa de diez mil pesos". En estos párrafos hay un escalonamiento en que paralelamente el crecimiento del valor de lo robado, va subiendo el monto de la pena, en forma proporcional. Para valores superiores a cincuenta pesos e inferiores a quinientos, se establece una pena fluctuante entre seis y veinticuatro meses; pero cuando el valor exceda de quinientos pesos, a los dos años se aumentará un mes por cada cincuenta pesos de excedente o fracción menor. Ese artículo "los" denota que la palabra "dos", a que está antepuesto, es, ya un concepto emitido antes, lo cual demuestra, gramaticalmente, el nexo entre los dos párrafos, y de ahí, forzoso es admitir que el segundo está regido por el primero y que si en éste se establece una pena fluctuante, a la fijada en el segundo debe atribuírsele la misma modalidad, cuyo mínimo sería seis meses que resulten por cada cincuenta pesos o fracción que exceda de quinientos. Además, si este segundo párrafo habla de un máximo, es preciso convenir en que presupone un mínimo, el cual no puede ser otro que el de seis meses, fijado en el párrafo primero. La anterior interpretación encuentra su interpretación en la doctrina jurídica que priva en la materia. El Código Penal del Distrito y Territorios Federales, tiene, como primera y más importante característica, la institución del amplio arbitrio judicial para la imposición de las penas, a fin de que los Jueces estén posibilitados para aplicar la pena más justa, de acuerdo con la estimación que hagan en conciencia, de las circunstancias determinantes de la temeridad o malicia del delincuente, y como entre esas circunstancias tienen una considerable significación las subjetivas propias del agente, es preciso extender ese arbitrio a todas las categorías de delitos, y el robo, lejos de sustraerse a aquella regla, es donde al hacer elásticas las penas, adquiere un relieve de necesidad más perceptible, pues por la naturaleza de ese delito, la malicia del culpable está sujeta, tal vez más que en otros, a múltiples y variadas circunstancias: su posición económica, el impulso de satisfacer apremiantes necesidades biológicas más o menos urgentes y la tendencia morbosa a la cleptomanía; la conciencia o inconsciencia del valor de lo robado; la variedad del perjuicio que la víctima puede sufrir; la astucia y aptitud para el mal, que revele el ladrón, etcétera. Este raciocinio pone de manifiesto la imposibilidad de admitir que el Legislador pretendió establecer para robos cuya cuantía exceda de quinientos pesos y sólo para éstos, una pena fija e invariable, pues, de aceptarse ese criterio, resultaría que por robos de quinientos pesos, el Juez podría imponer seis meses de prisión, y si el valor de lo robado excediera en un solo peso de aquella cantidad, se vería obligado a imponer una sanción precisamente de veinticuatro meses; conclusión que revela el absurdo, porque impide la proporcionalidad de la pena; atributo, por el cual ha propugnado siempre el derecho penal; y la sentencia que no admite la existencia de un mínimo y un máximo, sino que considera que la pena es fija, es violatoria de garantías. Tomo LI, página 3596. Indice Alfabético. Amparo directo 1923. Ruiz Narvaéz Miguel 12 de marzo de 1937. Unanimidad de cuatro votos. Ausente: Daniel Galindo. La publicación no menciona el nombre del ponente. Tomo LI, página 2398. Amparo penal directo 1921/36. Rojas Nava Agustín. 12 de marzo de 1937. Unanimidad de cuatro votos. Ausente: José María Ortiz Tirado. La publicación no -1- 311284. . Primera Sala. Quinta Época. Semanario Judicial de la Federación. Tomo LI, Pág. 2398. menciona el nombre del ponente. -2-