RITO DE APERTURA DEL ADVIENTO 1

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APERTURA DEL ADVIENTO
El próximo sábado 1, en la misa vespertina, se sugiere hacer un rito especial
para destacar la entrada del tiempo de Adviento.
SE SUGIEREN VARIAS MODALIDADES:
La primera: Incorporación de I Vísperas.
La segunda:
Forma extensa, tal como aquí se propone, de un rito especial, que
culmina en el momento de encender la primera vela de la corona
de Adviento.
La tercera:
Forma breve, omitiendo los dos primeros pasos y asumiendo
únicamente el paso de oración.
La cuarta:
Incorporación de I Vísperas incluyendo, en lugar de la lectio
brevis, el rito en su forma extensa. Se entiende que esta cuarta
modalidad es para comunidades ya muy maduras en el camino de
la fe. Resultaría como una especie de breve Vigilia de apertura.
En todos los casos,
al terminar este rito especial, se continúa, normalmente, con la
Oración Colecta.
NOTA: En comunidades donde no puede haber celebración eucarística, se tomará
la segunda modalidad, desarrollando, en forma íntegra, el rito propuesto
y concluyendo con la oración que se consigna al final del rito.
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EL DESARROLLO DEL RITO:
La entrada en la Iglesia puede hacerse con incensario y cruz procesional pero
sin cirios.
Los cantos deberán ser todos de adviento.
Sólo las luces del presbiterio estarán encendidas.
Se requieren seis lectores para pequeñas intervenciones.
ENTRADA DE LA PROCESIÓN:
Sin monición inicial, se inicia el canto de entrada y se desarrolla la procesión
hacia el altar.
CANTO DE ENTRADA:
Ven, Salvador
(O bien: Vamos a preparar el camino del Señor)
C.Erdozáin
Ven, Salvador ven, sin tardar, danos tu gracia y tu paz. Ven, Salvador, ven sin
tardar, danos tu fuerza y verdad.
1) Nos diste tu palabra es firme nuestra espera, iremos tras tus huellas sabemos
que vendrás. Ven, ven, Señor Jesús.
2) Los hombres de mi pueblo esperan que Tú vengas que se abran horizontes por
donde caminar:
3) Vendrás con los que luchan por una tierra nueva, vendrás con los que cantan
justicia y hermandad:
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Vamos a preparar el camino del Señor
C.Erdozain
Vamos a preparar el camino del Señor. Vamos a construir la ciudad de nuestro
Dios. Vendrá el Señor con la aurora, él brillará en la mañana, pregonará la
verdad Vendrá el Señor con su fuerza, él romperá las cadenas, él nos dará la
libertad.
1. Él estará a nuestro lado, él guiará nuestros pasos, él nos dará la salvación. Nos
limpiará del pecado, ya no seremos esclavos, él nos dará la libertad.
2. Visitará nuestras casas, nos llenará de esperanza, él nos dará la salvación.
Compartirá nuestros cantos, todos seremos hermanos, él nos dará la libertad.
3. Caminará con nosotros, nunca estaremos ya solos, él nos dará la salvación. Él
cumplirá la promesa y llevará nuestras penas, él nos dará la libertad.
Llegados al altar, el sacerdote saluda como de costumbre y motiva con breves
palabras el rito que va a iniciar.
EL RITO:
Primer paso: Nuestras esperanzas y miedos.
Voz 1:
Señor, ¿por qué me has convocado esta tarde?
¿no tienes ojos para ver ni oídos para oír?
¿no oyes los lamentos de los que son golpeados por la vida
y gritan: nuestros huesos están secos y nuestra esperanza muerta?
Hay muchos que dicen: el Señor no hace nada, ni el bien ni el mal (Sof
12).
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Voz 2:
Señor, ¿por qué me has convocado esta tarde?
¿no tienes ojos para ver ni oídos para oír?
¿no ves que nuestras palabras se estrellan contra un muro?
Hay muchos que dicen con el salmista:
“Ya no hay ningún profeta, y nadie sabe hasta cuándo durará esto”.
(Sal 74,9)
Voz 3:
Señor, ¿por qué me has convocado esta tarde?
¿no tienes ojos para ver ni oídos para oír?
¿no ves la confusión y el desánimo de tu pueblo?
¿no ves nuestras filas desordenadas, las reformas frenadas
Y las estructuras que ahogan tu evangelio?
Hoy muchos que dicen dudosos:
“sobrevivirá un pequeño resto”?
UN CANTO BREVE invocando la venida del Señor
1. Esperando, esperando, esperando al Mesías que nos ha de salvar tierra y
hombres que sueñan porque Dios va a llegar.
Esperando, esperando, Señor, tu venida, tu venida de verdad.
Buscamos la luz que nos guíe y encendemos estrellas de papel. ¿Hasta cuándo,
Señor, jugaremos como niños con la fe?. Aunque vanos discursos gritemos,
pregonando una falsa hermandad. ¿Hasta cuándo, Señor, viviremos sin justicia y
caridad?
Esperando, esperamos, Señor, tu venida, tu venida de verdad.
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2. Esperando, esperando, esperando a un niño que en Belén nacerá como nace en
mi alma, si hay en mí Navidad.
Esperando, esperamos, Señor tu venida, tu venida de verdad.
Villancicos alegres y humildes, nacimientos de barro y cartón, más no habrá de
verdad Nacimiento, si a nosotros no falta el amor. Si seguimos viviendo en pecado
o hay un niño que llora sin pan, aunque suenen canciones y fiestas, no podremos
tener Navidad.
Segundo paso: Proclamación del mensaje de Adviento
Voz 4:
Escuchen ustedes los sordos.
Miren y vean, ustedes los ciegos
¿quién es ese ciego, sino mi siervo
Y quién es ese sordo, sino el que yo he enviado?
Has visto muchas cosas, pero sin atención.
Has oído demasiadas cosas, pero sin entenderlas.
¿Hay alguien entre vosotros que escuche?
¿quién presta atención para comprender el futuro? (Is 42)
Voz 5:
Insensatos y lentos de corazón,
para creer lo que los profetas anunciaron.
Voz 6:
Ustedes ya no recuerdan lo que sucedió antes,
ya no prestan atención a lo pasado.
miren, he aquí que yo hago nuevas todas las cosas,
ya está brotando, ¿no lo notan? (Is 43)
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Voz 4:
Voz 5:
Voz 6:
Siempre he callado, he estado en silencio, me he contenido.
Pero ahora voy a gritar como mujer parturienta, soplaré y me
desahogaré de repente. (Is 42,12)
Huesos secos, escuchen la palabra del Viviente.
Así habla el Señor, el viviente, a los huesos:
He aquí que haré penetrar el espíritu en ustedes para que vivan.
Les daré nervios y haré crecer la carne en ustedes.
Les haré salir la piel y les daré mi espíritu y vivirán.
Así descubrirán que yo soy el Viviente.
Así habla el Señor: Ven, Espíritu, de los cuatro vientos,
sopla sobre estos muertos para que vivan.
He aquí que voy a abrir sus tumbas,
y les haré salir de sus sepulcros, pueblo mío.
Les infundiré mi espíritu y vivirán. (Ez 37)
No temas pueblo mío,
no dejes caer tus brazos,
Tu Dios está en medio de ti como guerrero vencedor.
Él rebosará júbilo por ti
Y te renovará con su amor.
Bailará por ti con gritos de alegría
Como en los días solemnes de fiesta. (Sof 3).
Levántate y resplandece,
porque viene tu luz
y sobre ti se alza la gloria del Viviente. (Is 60).
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LA ASAMBLEA CANTA:
Hija de Sión, alégrate,
O bien: OH CIELOS, LLOVED
Oh Cielos, lloved de lo alto, oh nubes, mandadnos al Santo, oh tierra, ábrete
tierra y brota al Salvador.
1. Somos desierto, somos arena, maranatha, maranatha. Somos un Somos un viento
sin horizontes, maranatha, maranatha
2. Nuestras tinieblas no se disipan, maranatha, maranatha. Nuestras cadenas nadie
las rompe, maranatha, maranatha
3. Un frío intenso nos paraliza, maranatha, maranatha Tenemos hambre, nadie nos
nutre,
(O bien) Llegará la Libertad
Espinosa
1. Caminamos hacia el sol esperando la verdad la mentira la opresión cuando
vengas cesarán
Llegará con la luz la esperada libertad llegará con la luz la esperada libertad.
2. Construimos hoy la paz en la lucha y el dolor, nuestro mundo surge ya en la
espera del Señor.
3. Te esperamos, Tú vendrás a librarnos del temor; la alegría la amistad son ya
signos de tu amor.
Al comenzar el canto se encienden todas las luces de la iglesia.
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ORACIÓN LITÁNICA
El que preside invita:
El Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que escucha repite: Ven. Quien tenga
sed, venga. Quien quiera, tome gratuitamente el agua de la vida. Ven, Señor Jesús.
Invocaciones:
V/.:
Vienes de noche
Pero en nuestro corazón es siempre de noche.
Por eso, ven siempre, Señor.
Vienes en silencio,
Pero nosotros nunca sabemos qué decirte,
Por eso, ven siempre, Señor.
R/.: Ven, Salvador, ven sin tardar; tu pueblo santo esperando está
(sólo el estribillo, cantado)
V/.:
Vienes en la soledad,
Pero nosotros siempre estamos solos.
Por eso, ven siempre, Señor. R/.:
V/.:
Vienes a liberarnos,
Y nosotros somos esclavos.
Por eso, ven siempre, Señor.
Vienes a consolarnos,
Y nosotros siempre estamos tristes.
Por eso, ven siempre, Señor.
Vienes a buscarnos,
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Y nosotros siempre estamos perdidos.
Por eso, ven siempre, Señor. R/.:
En este momento, mientras se proclama el texto siguiente, se ilumina la corona de
Adviento (primera vela),
V/.:
R/.:
Ven, luz que ahuyentas la oscuridad del corazón,
brilla en medio de nosotros y disipa la tiniebla del egoísmo.
Ven, paz serena, que anima al desilusionado,
Cura nuestras heridas y desengaños.
Ven a socorrer a los que tienen miedo del mañana,
Porque sin tu ayuda no podemos emprender el vuelo.
Ven, amigo siempre fiel,
y danos tu mano a pesar de nuestra infidelidad.
Ven, tú que moriste y resucitaste para que nosotros vivamos.
Vuelve a liberarnos de nuestras esclavitudes.
Ven, Salvador, …
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Si no se celebra la eucaristía, se concluye con la siguiente oración:
Coordinador:
A cuantos esperan la vuelta de tu Hijo,
concédeles, Padre de todos los vivientes,
que sepan discernir en el tiempo
los signos de tu incesante venida:
En cada árbol seco
la savia antigua que volverá a brotar;
la caña torcida no será cortada,
sino que se revestirá de vida;
la luz tambaleante no será apagada,
sino que brillará con nueva fuerza;
los problemas de nuestra vida se superarán
con la esperanza que procede de ti y conduce a ti,
ahora y por siempre, por los siglos de los siglos. Amén
Cuando no hay eucaristía, el rito concluye con un canto.
ESPERANDO, ESPERANDO
C. GABARAIN
1. Esperando, esperando, esperando al Mesías que nos ha de salvar tierra y
hombres que sueñan porque Dios va a llegar.
Esperando, esperando, Señor, tu venida, tu venida de verdad.
Buscamos la luz que nos guíe y encendemos estrellas de papel. ¿Hasta cuándo,
Señor, jugaremos como niños con la fe?. Aunque vanos discursos gritemos,
pregonando una falsa hermandad. ¿Hasta cuándo, Señor, viviremos sin justicia y
caridad?
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Esperando, esperamos, Señor, tu venida, tu venida de verdad.
2. Esperando, esperando, esperando a un niño que en Belén nacerá como nace en
mi alma, si hay en mí Navidad.
Esperando, esperamos, Señor tu venida, tu venida de verdad.
Villancicos alegres y humildes, nacimientos de barro y cartón, más no habrá de
verdad Nacimiento, si a nosotros no falta el amor. Si seguimos viviendo en pecado
o hay un niño que llora sin pan, aunque suenen canciones y fiestas, no podremos
tener Navidad.
Si hay eucaristía, se omite la oración anterior y se continúa con la ORACIÓN
COLECTA de la misa.
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