http://www2.prensalibre.cr/pl/comentarios/20372-imare-nostrum-costa-ricadebe-tomar-control-de-sus-mares.html ¿MARE NOSTRUM?: COSTA RICA DEBE TOMAR CONTROL DE SUS MARES Escrito por Dr. Jorge A. Jiménez, Director General de la Fundación Marviva * Lunes 1 de marzo de 2010 ¡Nuestro país es en realidad una costa rica! Tenemos jurisdicción sobre 589 000 km2 de mares (un área 10 veces mayor a nuestro territorio terrestre) y más de 1400 km de costas. Esta gran extensión nos permite disponer de múltiples recursos pesqueros, turísticos, minerales y grandes posibilidades de comunicación y comercio con el resto del mundo. La relación del país con sus mares ha sido, sin embargo, caracterizada por la indiferencia, el despilfarro y el abandono. La actividad pesquera inició hace poco más de 50 años y en cinco décadas logramos llevar nuestros recursos pesqueros al borde del colapso. Los desembarcos de pesca alcanzaron sus valores más altos en el 2001 cuando superaron las 27 000 TM y el sobredimensionamiento de la flota hizo que estos desembarcos se redujeran a 13 000 TM en el último año. Similar suerte sufrieron las pesquerías de camarones que alcanzaron valores cercanos a las 4500 TM a mediados de los años ochenta para luego colapsar a una producción de apenas 900 TM en los últimos años. Las pesquerías de sardina (7500 TM/año en 1975) colapsaron en la década de los ochenta y aún actualmente no se han logrado recuperar. El sector pesquero ha sido tan golpeado por el mal manejo del recurso que mucha de su actividad ha dependido por años del combustible exonerado que le provee el Estado. Esta exoneración representó en el 2007 un monto anual cercano a los ¢7 mil millones y debe de ser complementada, durante las épocas de veda, con subsidios que provee el IMAS, por montos de hasta ¢350 millones/año. El recurso pesquero de mayor potencial en nuestros mares (el atún) es capturado mayoritariamente por una flota internacional que captura al menos 14 veces más que nuestra flota artesanal. A pesar de estos signos preocupantes, la falta de control sobre la actividad pesquera continua: La Ley de Pesca emitida hace cinco años sigue sin reglamentarse. Incopesca, el ente regulador del sector, carece de los recursos humanos y financieros necesarios para enfrentar el reto de ordenar esta importante actividad y asegurar una pesca sustentable y un bienestar económico a los miles de pescadores del país. Esta institución carece además del marco legal que provea de autoridad de policía a sus, ya de por sí, escasos funcionarios; y para complicar el panorama Incopesca es políticamente dependiente del grupo que regula: buena parte de su Junta Directiva está compuesta por los representantes de los pescadores, por lo que su independencia como regulador de la pesca en Costa Rica está seriamente comprometida. En otras áreas del manejo costeromarino nuestro desempeño como país es también deficiente. No contamos con una Ley que regule la Navegación Marítima y por lo tanto no hay sanciones, penales ni económicas contra los que infringen la normativa existente. Las embarcaciones transitan por nuestros mares sin la documentación requerida, no se puede confirmar si son operadas por personal capacitado, no existen rutas de navegación fijadas, ni regulaciones a la velocidad o zonas de fondeo designadas. Las embarcaciones irrespetan su capacidad de autonomía (lo que resultan en muertes casi todos los años), navegan sin las luces requeridas, sin los identificadores electrónicos, y sin contar con mecanismos para el manejo de desechos. La soberanía del país está actualmente comprometida al no existir la voluntad del Estado de construir, equipar y operar puertos oficiales de desembarco pesquero en nuestros litorales. Esta desidia ha permitido que en docenas de muelles privados atraquen diariamente embarcaciones nacionales y extranjeras que vienen de aguas internacionales. En estos muelles privados se descargan productos sin que el Estado cuente con las instalaciones ni el personal necesario para ejercer adecuadamente su labor de fiscalización en materia pesquera, sanitaria, migratoria o tributaria. Solo en la ciudad de Puntarenas existen 11 muelles donde se dan ese tipo de desembarcos. ¡Y luego nos sorprendemos de que se hable de aleteo, trasiego de drogas, contrabando y tráfico de personas en nuestro país! En materia de conservación marina nuestros logros son mínimos. Menos del 1% de nuestros mares se encuentran bajo protección, permitiendo que la sobrepesca y la destrucción de hábitats acabe con la base de la actividad pesquera y del ecoturismo. Los funcionarios especializados en conservación marina y el equipo para sus labores son mínimos. Arrecifes sedimentados o cubiertos por redes de pesca, playas cubiertas de deshechos plásticos, se unen a una sensible reducción en la cantidad y tamaño de especies buscadas en la pesca deportiva. Ya que el turismo de playa y mar generó en el 2008 cerca de U.S. $1300 millones, sería de esperar que nuestro país estuviera más preocupado por evitar la destrucción de arrecifes, la contaminación de las playas y la conservación de los recursos pesqueros que atraen a más de 1,7 millones de turistas al año. Este mar es de todos nosotros y juntos podemos hacer uso de él. Debemos establecer el ordenamiento de las actividades humanas en el mar e implementar las bases para lograr la gobernabilidad de este gran territorio. Sin esto no podremos impedir que los intereses de una minoría destruyan las alternativas de desarrollo de muchos otros. Es hora de volver los ojos al mar y acabar con el abandono en que se ha mantenido. No podemos seguir postergando esta responsabilidad. Es hora de volver los ojos al mar y acabar con el abandono en que se ha mantenido. No podemos seguir postergando esta responsabilidad.