RAZÓN Y PALABRA Primera Revista Electrónica en Iberoamerica Especializada en Comunicación. www.razonypalabra.org.mx EL VÍNCULO COMUNICACIÓN –EDUCACIÓN EN LA CONFORMACIÓN DE IDENTIDAD Y SUBJETIVIDAD SOCIAL Alejandra María Gordillo Resumen. Los procesos sociales de conformación de la identidad y de la subjetividad son atravesados por prácticas comunicacionales y educativas que conforman modos de ser y sentir enmarcados en la incorporación e interpretación de sentidos y significados compartidos que le de dan sustento a la vida en común. Procesos imbricados entre sí e imprescindibles al momento de pensar en la transmisión de continuidades y rupturas intergeneracionales. Palabras claves. Comunicación, educación, cultura, identidad, subjetividad, instituciones. Abstract The social processes of building the identity and subjectivity are crossed over communication and educational practices that make up ways of being and feeling framed in the incorporation and interpretation of senses and shared meanings that give support to common life. Overlapping processes among one another and necessary when thinking about the communication of intergenerational continuities and breakages. Key words Communication, education, culture, identity, subjectivity, institutions. COMUNICACIÓN Y CIUDADANÍA Número 86 Abril - junio 2014 RAZÓN Y PALABRA Primera Revista Electrónica en Iberoamerica Especializada en Comunicación. www.razonypalabra.org.mx El vínculo comunicación –educación en la conformación de identidad y subjetividad social En los procesos de construcción de identidad y subjetividad es posible advertir el fuerte entrelazamiento entre la comunicación y la educación en tanto prácticas socioculturales comunes a la dinámica cotidiana de cualquier sociedad. Identidad entendida como el resultado de las relaciones y los aprendizajes que se adquieren por transmisión generacional de antepasados y contemporáneos como por la adhesión institucional; ambas portadoras de una carga de significados compartidos y apropiaciones culturales que brindan sentido y moldean la subjetividad. La identidad es un ente dinámico, vital, sujeto a cambios y transformaciones según las circunstancias socioeconómicas y contextuales. Caracterizada por Gilberto Giménez (2003) como el conjunto de repertorios culturales interiorizados (representaciones, valores, símbolos...) a través de los cuales los actores sociales (individuales o colectivos) demarcan simbólicamente sus fronteras y se distinguen de los demás actores en una situación determinada, todo ello en contextos históricamente específicos y socialmente estructurados. En tanto, la subjetividad se consolida en procesos comunicacionales y educativos donde el lenguaje juega un rol ineludible tanto en lo individual como en lo social, al transmitir los valores culturales que consolidan una identidad determinada. En la conformación de la subjetividad el lenguaje ocupa un lugar central porque a través de las selecciones que se hacen de él para describir, interpretar y analizar los procesos sociales se forma al sujeto social y educativo. La perspectiva crítica brinda la oportunidad de advertir que los lenguajes de los discursos, en tanto recursos comunicacionales y educativos, no guardan una relación directa con la realidad sino con mediaciones ideológicas y valóricas de los hechos sociales que describen y que las tecnologías de la información y de la comunicación incorporadas a la vida cotidiana no son neutras. La ideología está siempre presente en los usos de los recursos, en los recortes históricos y contemporáneos que dan cuenta de la realidad. COMUNICACIÓN Y CIUDADANÍA Número 86 Abril - junio 2014 RAZÓN Y PALABRA Primera Revista Electrónica en Iberoamerica Especializada en Comunicación. www.razonypalabra.org.mx Si se admite lo educativo como un proceso comunicacional y cultural complejo, como una construcción social simbólicamente construida a partir del lenguaje en una dinámica permanente, es posible advertir la coexistencia de lo moderno y lo posmoderno, donde la cultura pre figurativa gana terreno frente a las pos-figurativas y co-figurativas, sin que esto implique su desaparición. Desde esta perspectiva surgen los siguientes planteos en un contexto de cambio y transformación permanente ¿Cuál es el concepto de identidad en una sociedad global y fluida? ¿De qué manera los procesos comunicacionales, educativos y porqué no, culturales, pueden recuperar aspectos de la modernidad como constituyentes de la identidad nacional, sin pretender que no existen procesos de identidad global? La acción vincula con la comunicación, la educación y la cultura, a través de las cuales se construye identidad y se consolidan procesos de significación, se enfrentan al desafío de adecuarse a esta nueva percepción del tiempo/espacio/incertidumbre/perdida de marcos de referencia estables y buscar los puntos de contacto que nos coloquen en un punto de equilibrio entre la necesaria reflexión y comprensión sobre la historicidad de la que provenimos y nos aporta nuestras células de identidad, como la imprescindible sensibilidad y flexibilidad frente a los cambios y transformaciones de la sociedad fluida. La hipótesis planteada es que en el entrecruzamiento de lo moderno y lo postmoderno coexisten aspectos comunicacionales, educativos y culturales de la modernidad y la postmodernidad y que ambas impactan en los lazos afectivos, sociales, políticos e institucionales y en conjunto conforman la identidad y la subjetividad de las nuevas generaciones. Estos aspectos se analizan a partir de los aportes de la concepción crítica, buscando interpretar cómo se construyen desde una mirada comunicacional los procesos socioculturales y su correlato con lo cultural y educativo reconociendo que la constitución de los sujetos en el escenario actual están atravesados por procesos instituyentes propios de COMUNICACIÓN Y CIUDADANÍA Número 86 Abril - junio 2014 RAZÓN Y PALABRA Primera Revista Electrónica en Iberoamerica Especializada en Comunicación. www.razonypalabra.org.mx las nuevas generaciones, pero también por la historicidad. Desde esa perspectiva se rescata el valor de estudiarlos desde unas matrices de pensamiento latinoamericanas desde las cuales promover los procesos de identificación, la interpretación y producción de sentidos asentados en el vínculo comunicación/educación. Fluir entre generaciones. La comunicación, la cultura y la educación coexisten e impactan en los dinámicos procesos subjetivos, sociales e institucionales. Abordarlos como factores interdependientes brinda herramientas para comprender mejor las tensiones y articulaciones propias de su estrecha vinculación al tiempo que permite advertir la trama discursiva del lenguaje, las experiencias, los aprendizajes, la historicidad y las mediaciones que entremezcladas delinean las huellas de identidad y constituyen el nosotros. Un entramado de procesos donde lo institucional, lo educativo, lo comunicacional, lo político, lo histórico juegan roles protagónicos y dan cuenta de un estado de cosas, una percepción de la realidad, del pasado y una proyección del futuro que recupera aquello que, contado desde un lugar hegemónico permite comprender los procesos históricos, sociales, culturales. La adhesión a ese modelo formatea esas huellas de identidad y produce un tipo determinado de sujeto que responde a ideales socio cultural de un momento histórico particular en una organización institucional específica. Castoriadis define la institución de la sociedad como un todo y para ello toma la palabra institución en su sentido más amplio y radical: normas, valores, lenguaje, instrumentos, procedimientos y métodos para tratar con las cosas y hacer cosas, y, desde luego, también como el yo individual, en el tipo y la forma tanto particular como general (por ejemplo, las distinciones: hombre/mujer) que se le da en cada sociedad (2005,p.3). Este concepto tan abarcativo de lo institucional nos sugiere condicionamientos que se introducen desde la socialización e inciden en la consiguiente interpretación de la realidad y en la conformación de la subjetividad al promover la adopción de estructuras de significación compartidas, COMUNICACIÓN Y CIUDADANÍA Número 86 Abril - junio 2014 RAZÓN Y PALABRA Primera Revista Electrónica en Iberoamerica Especializada en Comunicación. www.razonypalabra.org.mx visiones de comprensión del mundo, del concepto de familia, trabajo, amistad, a ideales de escolaridad, solidaridad, de vínculos a los que adherimos y validamos en una práctica cotidiana donde la comunicación, la educación y la cultura van estrechamente unidas. Para este autor, la institución produce individuos que, según su estructura, no son sólo capaces, sino que están obligados a reproducir la institución que los engendró. (Castoriadis, 2005, p.4) . En tanto Nasif amplía el concepto sobre la faz institucional de la sociedad, caracterizándola como el tejido de hechos sociales, cristalizados en estructuras más o menos fijas, pero con poder coercitivo sobre los integrantes del grupo (1986, p.4). No obstante la dinámica de cambio y transformación que opera en la sociedad parece demostrar que cada nueva generación instituye otras pautas de convivencia y modifica a la sociedad a la que pertenece. De este modo podemos decir que cada sociedad puede crear nuevas estructuras de significación, en un juego instituyente propio de las nuevas generaciones que introducen cambios e innovaciones en lo instituido con aires renovados; validando su espacio a partir del apoyo, el consenso y la legitimidad de la acción social. Vistos desde esa perspectiva son modificaciones que moldean nuevas subjetividades, crean otros vínculos intersubjetivos e institucionales. De esta manera lo cultural no puede pensarse como asentado sólo en la transmisión posfigurativa, de una generación previa a la generación siguiente, de manera rígida, acrítica, estática, presumiendo que para las últimas es válido sólo el aprendizaje del legado de los mayores; de pautas de convivencia que resultaron exitosas y que garantizaron la continuidad del grupo. La realidad actual demuestra que tampoco es posible sostener que la existencia de culturas cofigurativas es suficiente, porque las sociedades actuales son netamente prefigurativas. En éstas los jóvenes parecen estar más preparados y aptos para adaptarse a una realidad cambiante, a un entorno incierto, a vínculos y horizontes fluidos, inestables. Para ellos, las generaciones previas no otorgan certezas ni aportan certidumbres, como pudieron haberlo hecho en el pasado los vínculos pre y cofigurativos, oportunidad en la que tanto las instituciones como las promesas de los dogmas y verdades absolutas modernas aportaban COMUNICACIÓN Y CIUDADANÍA Número 86 Abril - junio 2014 RAZÓN Y PALABRA Primera Revista Electrónica en Iberoamerica Especializada en Comunicación. www.razonypalabra.org.mx marcos de referencia estables. En este contexto los hijos no se parecerán a los padres y menos a sus abuelos en condiciones modernas: Hoy, súbitamente, en razón de que todos los pueblos del mundo forman parte de una red de intercomunicación con bases electrónicas, los jóvenes de todos los países comparten un tipo de experiencia que ninguno de sus mayores tuvo o tendrá jamás ... la vieja generación nunca verá repetida en la vida de los jóvenes su propia experiencia singular de cambio emergente y escalonado. Esta ruptura entre generaciones es totalmente nueva: es planetaria y universal. (Mead, 1977:13) Coincidimos con Margaret Mead (1977) en que los jóvenes de hoy se enfrentan a un futuro acerca del cual nuestra ignorancia es tan absoluta que no podemos manejarlo siguiendo los mismos recursos que hubiésemos utilizado si se tratase de un cambio generacional cofigurativo – donde dos generaciones coexisten y aprender conjuntamente – en un contexto estable. Los jóvenes se desenvuelven en un mundo que apuesta al presente, en el cual el pasado no reviste gran interés y el futuro les es incierto. Como expresa Appadurai, (2001, p.3), el mundo en el que vivimos hoy –en el cual la modernidad está decididamente desbordada, con irregular conciencia de sí, es vivida en forma despareja– y supone, por supuesto, un quiebre general con todo tipo de pasado. ¿Es posible hablar de una ruptura con el pasado? Aquello que fue vivido como normal en una generación ya no lo es en la siguiente, generando tensiones y poniendo en cuestión el orden establecido en una dinámica instituyente que generará otro estado de cosas y derivará en renovadas instituciones e identidades socioculturales. Se presenta una ruptura en el orden lineal del relato que proponía la escolaridad; porque en la socialización aparecen otros actores sociales, como los medios de comunicación electrónicos que transformaron los modos tradicionales de comunicación masiva al ofrecer nuevos modos de relación y de acceso a un universo antes impensado. Los medios electrónicos dan un nuevo giro al ambiente social y cultural dentro del cual lo moderno y lo global suelen presentarse como dos caras de una misma moneda (Appadurai, 2001, p.4). Aun así, existe un elemento que aglutina a todas ellas y a todas las generaciones: el vínculo Comunicación / Cultura, que atraviesa los diversos procesos socioculturales de COMUNICACIÓN Y CIUDADANÍA Número 86 Abril - junio 2014 RAZÓN Y PALABRA Primera Revista Electrónica en Iberoamerica Especializada en Comunicación. www.razonypalabra.org.mx construcción de sentido, porque a esta altura resulta impensada la cultura sin la comunicación y viceversa. Es preciso asumirlas como partes de un mismo proceso y ampliar la perspectiva y pensar la comunicación como cultura (Schmucler, 1997), pero también como construcción común, como una manera de ser de los hombres en el mundo; con rasgos de identidad nacional que requieren asumirse y pensarse en la especificidad del aquí y ahora, pero también en la historia, en las luchas, en las pérdidas y los logros del pasado; y desde ese reconocimiento, comenzar a pensar en lo global. Toda cultura posee cierta complejidad y especificidad, características que se hallan no sólo en sus procesos variables y en sus definiciones sociales – tradiciones, instituciones y formaciones – sino también el las interrelaciones dinámicas, en cada punto de proceso que prestan ciertos elementos variables e históricamente variados (Williams,1980, p.5). Se trata entonces de concebir la cultura como un proceso, como un sistema que determina elementos dominantes o la transición de una a otra. Por esto, en toda cultura es posible aprovechar elementos de su pasado, pero se debe asumir que el lugar que ocupan en la contemporaneidad varía. Aparece entonces la tensa coexistencia cultural entre lo instituido – instituyente, de lo residual y lo emergente. En el escenario actual lo emergente estará dado por la incertidumbre, la inseguridad, la fragilidad de los vínculos, la sensación de des-territorialización, de fragmentación frente a la pérdida de marcos de referencia estables provenientes del sólido concepto de EstadoNación y las instituciones que lo integran y el derrumbe de los grandes relatos. Son particularidades de una sociedad global que aún así no debe desconocer sus raíces culturales en un pasado que requiere ser comunicado a las generaciones de hoy que actuarán en el futuro; asumiendo la complejidad de las dimensiones éticas y políticas que intervienen en su abordaje, recuperando la historicidad y adoptando una matriz de pensamiento autónomo que dé cuenta de las mediaciones culturales, comunicacionales y educacionales que las atraviesan. COMUNICACIÓN Y CIUDADANÍA Número 86 Abril - junio 2014 RAZÓN Y PALABRA Primera Revista Electrónica en Iberoamerica Especializada en Comunicación. www.razonypalabra.org.mx Comunicación, cultura y educación en la conformación de la identidad. La coexistencia social sólo es posible a partir de las relaciones de comunicación y la adhesión a instituciones que marcan pautas, valores de convivencia en el seno de una sociedad, transmitidas de generación en generación a través de procesos comunicacionales y educativos. En el marco de este trabajo, asumimos la educación, en un sentido amplio, no limitada a aquella que imparte sistemáticamente en la institución escolar, sino más bien abarcativa de todas las acciones que llevan una intención formativa. Vista así, es una actividad vital para la vida en común y constituye una función social básica. La educación como hecho social se propone, en una primera instancia, la asimilación de las generaciones jóvenes a las formas de vida de la generación adulta, o la elevación del ser inmaduro a un tipo medio de hombre considerado el propio de una sociedad que busca durar en el tiempo. Por esto es uno de los mecanismos sociales fundamentales para la supervivencia. Y es eminentemente educativo tanto en la dirección transversal (cohesión social) como en la longitudinal (continuidad social). (Nasif, 1986, p. 3). Educación/comunicación intervienen en los procesos de socialización– no exento de tensiones e imposiciones culturales – que proporcionan al sujeto referencias socioculturales a las que aferrarse o tratar de cambiar, al tiempo que brinda huellas de identidad y conforma su subjetividad como sujeto social y educativo. En su constitución intervienen prácticas sociales diversas – ideológicas, políticas, económicas, jurídicas, etc. – entre las cuales la ideológica atraviesa de lado a lado este proceso de constitución mediante el ejercicio de interpelación (Buenfil Burgos, 1992, p.8). El sujeto se forma a partir de un lenguaje que comunica un modo de ver e interpretar el mundo, lo interpela para constituir identidad(es). En esta conformación también actúan las prácticas educativas institucionalizadas – familiares, escolares, partidarias – aportándole al sujeto una sobre determinación que lo conforma como un sujeto complejo, múltiple y diferencial. Esas prácticas adquieren sentido y proporcionan definiciones con las que las personas actúan, negocian diversas posiciones subjetivas y emprenden un proceso de nombrar y renombrar las relaciones entre ellas mismas, los otros y el mundo (McLaren COMUNICACIÓN Y CIUDADANÍA Número 86 Abril - junio 2014 RAZÓN Y PALABRA Primera Revista Electrónica en Iberoamerica Especializada en Comunicación. www.razonypalabra.org.mx 2002,p.2). Aporta sentido a las acciones cotidianas y al nombrarlas les imprime una carga ideológica, una referencia, un modo de interpretar la realidad, los acontecimientos, la historia. Ese lenguaje se dá en un marco comunicacional de discursos que conforman la subjetividad y la identidad; no están exentos de ideología; inducen a comprender y validar un estado de cosas en un contexto histórico determinado. Esto adquiere aún más sentido cuando se lo analiza desde la perspectiva crítica, al postular la importancia de dotar a los sujetos sociales y educativos de los medios para negociar y traducir críticamente sus propias experiencias y conocimiento subordinado. Una socialización crítica implica advertir las confluencias entre comunicación – materializada en el lenguaje - cultura, historia, educación y su incidencia en la conformación de la subjetividad. Comprender que los procesos históricos imprimen huellas de identidad y advertir el modo en el que son comunicados por las diversas instituciones. Es preciso mirar críticamente el pasado para conocer los orígenes, entender este presente y proyectar un futuro deseado. Zemelman (1998) propone advertir la historicidad de los fenómenos socio culturales; su complejidad y la manera en que involucra al sujeto social en su condición de sujeto histórico. Esto no detendrá las fuerzas de cambio y transformación propias de las nuevas generaciones, pero si les aporta una percepción crítica de la realidad y orientará los cambios. ¿Qué rol le cabe a la educación y a la comunicación si se reflexiona sobre lo expresado en el contexto latinoamericano cuya historia fue contada y estudiada desde una mirada europeizante que atravesó las prácticas educativas nacionales y ocultó su riqueza histórica y cultural?. Es en este espacio institucional propiamente moderno donde es posible advertir la hegemonía de los discursos y donde es preciso reposicionar el análisis de los procesos históricos que constituyen la identidad y marcan la subjetividad desde una epistemología que facilite a las jóvenes generaciones , la comprensión de estas sociedades atravesadas por procesos de hibridación, la diversidad cultural, mediaciones, contrastes y diferencias; una identidad local única e irrepetible en un contexto global. Frente al desgranamiento de aquel concepto institucional y jurídico del Estado – Nación, con capacidad para contener esa diversidad en un contexto de estabilidad y permanencia territorial; es necesario asumir la COMUNICACIÓN Y CIUDADANÍA Número 86 Abril - junio 2014 RAZÓN Y PALABRA Primera Revista Electrónica en Iberoamerica Especializada en Comunicación. www.razonypalabra.org.mx diáspora territorial. Se debe reconocer la heterogeneidad cultural de los sectores populares y sociales de América Latina para estudiarlos desde una matriz propia, autónoma de interpretación de los fenómenos sociales, desde una orientación nacional y popular que actúe como un paradigma teórico político alternativo, recuperando la memoria de los procesos históricos y reconociendo la legitimidad de las conceptualizaciones latinoamericanas, asumiendo que no hay marcos teóricos inocentes (Argumedo, 2004) Aprender a aceptar y enseñar a respetar la pluralidad cultural, defendiendo las culturas nacionales más allá del folclore, reconociendo la presencia de lo cultural en todos los órdenes de la vida cotidiana, contrarrestando la influencia de los flujos globalizantes masivos e internacionales con acciones consensuadas que permitan preservar las identidades. Una realidad que requiere asumir lo global y lo moderno, los procesos migratorios, las incertidumbres y los cambios introducidos por las tecnologías (Appadurai, 2001). En el caso de América Latina la incorporación de esas tecnologías se inscribe en un viejo proceso de esquizofrenia entre modernización y posibilidades reales de apropiación social y cultural de aquello que nos moderniza, (Martin Barbero 1993, p.24). Asimismo es preciso asumir que en la construcción de las identidades está presente también la idea de un territorio que se habita, que es restringido, delimitado y habitado por un conjunto de personas. Es lo local que está presente en nuestras vidas y brinda familiaridad. Lo global, en cambio, es distante, es una abstracción. Ambas constituyen distintas perspectivas de identidad por proximidad y pertenencia a un espacio determinado. (Ortiz, 2004). Los procesos de construcción de identidad, a partir de lo comunicacional, lo educativo y lo cultural requieren asumir que la sociedad global sustituyó la estabilidad para afrontar la realidad en movimiento, con sujetos des-territorializados y diversidad de proyectos sociales, nuevas identidades y subjetividades en fluidez, dinámicas, adaptadas al cambio, a la transformación, a concebir y adherir a movimientos instituyentes, frente a la advertencia COMUNICACIÓN Y CIUDADANÍA Número 86 Abril - junio 2014 RAZÓN Y PALABRA Primera Revista Electrónica en Iberoamerica Especializada en Comunicación. www.razonypalabra.org.mx de la desintegración de esa instancia aglutinante que era el Estado. El compromiso con las nuevas generaciones. En el contexto actual adquiere valor la idea de una socialización transformadora que acompañe las transformaciones que sufre la sociedad actual admitiendo la coexistencia de las culturas posfigurativas y cofigurativas pero respetando la impronta de las prefigurativas que presentan una predisposición al aprendizaje en contextos inestables e inciertos con capacidad para comprender, lidiar y afrontar la vertiginosidad de los cambios. Es preciso reconocer la existencia de precursores en el pasado como antecedente necesario para comprender la problemática actual, el fenómeno de lo cultural como territorio de diferencias y contrastes asumiendo lo local sin desconocer la inmersión en lo global. De idéntica manera, es necesario asumir la carga ideológica implícita en las prácticas comunicativas, educativas y culturales y su impacto en la conformación de la identidad y las subjetividades, para poder actuar sobre ellos. Por último, las culturas postfigurativas y cofigurativas si bien ceden espacio a las prefigurativas, más adecuadas y preparadas para lidiar con la realidad, aún imparten lineamientos formativos basados en una institucionalidad moderna que coexiste con las pautas sociales actuales sentando la base de nuevas conceptualizaciones que inician nuevos procesos de construcción de identidad y su correlato en la formación de su subjetividad. COMUNICACIÓN Y CIUDADANÍA Número 86 Abril - junio 2014 RAZÓN Y PALABRA Primera Revista Electrónica en Iberoamerica Especializada en Comunicación. www.razonypalabra.org.mx Bibliografía citada Appadurai, A. (2001). La modernidad desbordada. Ediciones Fondo de Cultura Económica. Buenos Aires. Argentina. Capítulo 1: Aquí y ahora. Argumedo, A. (2004). Los silencios y las voces en América Latina. Notas sobre pensamiento nacional y popular. Ediciones Colihue. Buenos Aires. Argentina. Primera parte. Capítulo 1: ¿Desde qué “nosotros” pensar la modernidad? 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COMUNICACIÓN Y CIUDADANÍA Número 86 Abril - junio 2014 RAZÓN Y PALABRA Primera Revista Electrónica en Iberoamerica Especializada en Comunicación. www.razonypalabra.org.mx Segunda Parte, Capítulo 4: Del reflejo a la mediación, Capítulo 8: Dominante, residual y emergente. Zemelman, H. (1998). Conversaciones didácticas. El conocimiento como desafío posible. Editorial Educo. Neuquén. Argentina. Capítulo 1: Conocimiento e intelectualidad en América Latina. Bibliografía consultada: Bauman, Z. (2004). La Sociedad Sitiada. Introducción. (fragmento) Fondo de cultura económico. Bauman, Z. (2001). En busca de la política. Ediciones Fondo de Cultura Económica. Buenos Aires. Argentina. Capítulo 1: En busca de espacio público. Catino, Magalí, Clases 1 a 10 del Seminario Comunicación y Procesos Socioculturales, Maestría en Ciencias Sociales y Humanidades, Universidad Nacional de Quilmes, (2013). Martín - Barbero, J.: (1987) De los medios a las mediaciones. Comunicación, cultura y hegemonía. 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