CURSO DE FORMACIÓN DE TERAPEUTAS GESTALT Material de Consulta del Taller: FUNDAMENTOS DE PROGRAMACIÓN NEUROLINGÜÍSTICA (PNL) LA COMUNICACIÓN Autor: Maria Antonia Sala Psicóloga Clínica / Terapeuta Gestalt Miembro del Equipo Docente y Terapéutico del ITG Material revisado y editado por: Pierina Moreno Curso de Formación de Terapeutas Gestalt. La Comunicación TTaabbllaa ddee CCoonntteenniiddoo Pág. I. Resumen …………………………………………………………………………………………………… 4 II. Justificación …………………………………………………………………………………………….… 8 III. Objetivos …………………………………………………………………………………………………… 10 3.1 Objetivo General …………………………………………………………………………………. 10 3.2 Objetivos Específicos ……………………………………………………………………………. 10 IV. La comunicación ………………………………………………………………………………………… 11 4.1 Elementos que intervienen en la comunicación …………………………………....... 11 4.2 Aportes de la Teoría de la Comunicación Humana ………………………………….. 12 V. Axiomas exploratorios de la comunicación humana ……………………………………….. 17 5.1 La imposibilidad de no comunicar ………………………………………………………… 17 5.2 Toda comunicación tiene una dimensión referencial o de contenido y otra de relación o connativa, de modo que la segunda clasifica a la primera y es, por lo tanto, una metacomunicación ………………………………………………… 20 5.3 La naturaleza de una relación depende de la puntuación de las secuencias de comunicación entre los comunicantes ………………………………………………. 28 5.4 Los seres humanos se comunican tanto digital como analógicamente ……… 30 5.5 Todos los intercambios comunicacionales son simétricos o complementarios, según que estén basados en la igualdad o la diferencia 34 VI. La comunicación paradójica ………………………………………………………………………… 44 6.1 Instrucciones paradójicas ………………………………………………………………........ 44 6.2 Predicciones paradójicas …………………………………………………………………….... 48 Revisión Nº: 1. Julio de 2009 Maria Antonia Sala Página 2 de 76 Curso de Formación de Terapeutas Gestalt. La Comunicación Pág. VII. Estilos comunicativos según Virginia Satir …………………………………………………….. 50 7.1 Aplacador …………………………………………………………………………………………... 51 7.2 Acusador o Inculpador ………………………………………………………………………... 52 7.3 Calculador ………………………………………………………………………………………….. 53 7.4 Distractor …………………………………………………………………………………………... 53 7.5 Nivelador ……………………………………………………………………………………………. 55 VIII. Niveles de comunicación …………………………………………………………………………….. 59 IX. La comunicación en Terapia Gestalt: Comunicación responsable y congruente … 63 9.1 La comunicación verbal ……………………………………………………………………….. 64 9.2 La comunicación no verbal …………………………………………………………………... 72 X. Referencias Bibliográficas …………………………………………………………………………… 75 XI. Anexos ……………………………………………………………………………………………………… 76 Anexo 1. Bibliografía recomendada para la consulta …………………………………….. 76 Revisión Nº: 1. Julio de 2009 Maria Antonia Sala Página 3 de 76 Curso de Formación de Terapeutas Gestalt. La Comunicación II.. RReessuum meenn La comunicación es a las relaciones, lo que el aire es a la vida V. Satir Según Beavin, Jackson y Watzlawick (1987), el estudio de la comunicación humana puede subdividirse en tres áreas: a. Sintáctica: estudia los problemas relacionados con la transmisión de información; como se codifica y decodifica, los canales de transmisión, redundancia, etc. b. Semántica: Estudia el significado. Toda información que es compartida presupone una conversión semántica entre los comunicantes c. Pragmática: Estudia los efectos que la comunicación tiene sobre la conducta del individuo Además de esto es importante resaltar el contexto en el que tiene lugar la comunicación. Bateson citado por Beavin, Jackson y Watzlawick (1987), afirma: toda comunicación exige un contexto, que sin contexto no hay significado y que los contextos confieren significado porque hay una clasificación de los contextos. De modo que, el contexto determina de alguna manera qué se comunica y cómo se comunica. Toda persona mantiene interacciones en contextos diferentes: contexto familiar, profesional, de amistad, etc. Igualmente para el estudio de la comunicación humana se tienen en cuenta cinco axiomas postulados por Beavin, Jackson y Watzlawick (1987): i. La imposibilidad de no comunicar: No hay nada que sea lo contrario de conducta, no hay no-conducta, es imposible no comportarse. Si se acepta que toda conducta es una situación de interacción (incluso de autointeracción) que tiene un valor de mensaje, es decir, es comunicación, se deduce que por mucho que las personas lo intenten nunca dejan de comunicar. Actividad o inactividad, palabra o silencio, tienen siempre valor de mensaje; influyen sobre los demás, quienes, a su vez, no pueden dejar de responder a tales comunicaciones y por ende, también comunican. Revisión Nº: 1. Julio de 2009 Maria Antonia Sala Página 4 de 76 Curso de Formación de Terapeutas Gestalt. La Comunicación ii. Toda comunicación tiene una dimensión referencial o de contenido y otra de relación o connativa, de modo que la segunda clasifica a la primera y es, por lo tanto, una metacomunicación: Toda comunicación implica un compromiso: Yo, te estoy diciendo algo, a ti, en ésta situación, y por tanto define el modo en que el emisor concibe su relación con el receptor: una comunicación no sólo transmite información sino que al mismo tiempo impone conductas. Siguiendo a Bateson citado por Beavin, Jackson y Watzlawick (1987), estas dos operaciones se conocen como los aspectos referenciales o denotativos y relacionales o conativos, de toda comunicación. iii. La naturaleza de una relación depende de la puntuación de las secuencias de comunicación entre los comunicantes: Esta característica de la comunicación se refiere a la interacción (intercambio de mensajes) entre comunicantes. Para un observador, una serie de comunicaciones puede entenderse como una secuencia ininterrumpida de intercambios. Sin embargo, quienes participan en la interacción siempre introducen una puntuación de la secuencia de hechos. iv. Los seres humanos se comunican tanto digital como analógicamente: debido a que son los únicos que utilizan un sistema de comunicación binario: analógico-digital, en sus diversos niveles de comunicación. Íntimamente vinculado con los descubrimientos neurofisiológicos acerca del funcionamiento diferencial y característico de los hemisferios cerebrales humanos, se encuentra este axioma de los dos lenguajes. v. Todos los intercambios comunicacionales son simétricos o complementarios, según que estén basados en la igualdad o la diferencia: Según Nares (1991), en todo intercambio interpersonal, los mensajes analógicos invocan significados a nivel relacional y por lo tanto, constituyen propuestas o solicitudes acerca del tipo de relaciones que se pretenden establecer con el otro (ya sea odio, amor, amistad, competencia, etc.), y las reglas que se seguirán en el futuro; el otro a su vez, va a atribuir valores positivos o negativos a las propuestas según la imagen de la naturaleza de la relación que se forme, partiendo de la totalidad de los mensajes intercambiados y de su experiencia personal. Revisión Nº: 1. Julio de 2009 Maria Antonia Sala Página 5 de 76 Curso de Formación de Terapeutas Gestalt. La Comunicación Sobre la base de los mensajes intercambiados por dos personas, se pueden distinguir diferentes tipos de relación: Complementaria, Simétrica, Recíproca de Bateson o paralela de Jackson, Metacomplementaria y Pseudosimétrica. Por otra parte, se estudia la comunicación paradójica, Según Beavin, Jackson y Watzlawick (1997), la paradoja es una contradicción que resulta de una deducción correcta a partir de premisas congruentes. Las paradojas pragmáticas surgen en el curso de las interacciones y determinan allí la conducta y se dividen en: instrucciones paradójicas y predicciones paradójicas. Otro aspecto de interés cuando al tratar de profundizar en el tema de la comunicación, son los diferentes estilos comunicativos. Satir (1991) afirma que hay ciertos patrones, que rigen la forma como la gente se comunica. Estos patrones se presentan cuando una persona responde a la tensión y al mismo tiempo, siente que disminuye su autoestima. Los cuatro patrones universales que utiliza la gente para resolver la amenaza de rechazo son: i. Aplacar, para que la otra persona no se enfade ii. Culpar, para que la otra persona la considere fuerte iii. Calcular, para enfrentar la amenaza como si fuese inocua y así la autoestima personal se oculta detrás de impresionantes palabras y conceptos intelectuales iv. Distraer, para ignorar la amenaza, actuando como si no existiera Sin embargo, los cuatro estilos limitativos de comunicación mencionados anteriormente, no son los únicos que existen. Existe otra respuesta denominada niveladora o fluida; en ella, todas las partes del mensaje siguen una misma dirección: las palabras hacen juego con la expresión facial, la postura corporal y el tono de la voz. Las relaciones son más fáciles, libres y sinceras y la gente percibe menos amenazas para su autoestima. Con respecto a los niveles de comunicación se pueden evaluar a través del modelo Psicodinámico postulado por Fritzen (1987), conocido como La Ventana de Johari. Según esto, se puede considerar a la persona dividida en cuatro áreas o zonas (naturalmente, el hombre es un todo y funciona como una unidad, la división es didáctica) a saber: Revisión Nº: 1. Julio de 2009 Maria Antonia Sala Página 6 de 76 Curso de Formación de Terapeutas Gestalt. La Comunicación i. Yo abierto o público: lo que la persona sabe de sí misma y los demás saben. Es también denominada área de la libre actividad. Es lo obvio (sexo, raza, trabajo, militancia, aficiones, ideología, etc.). ii. Yo oculto, secreto o evitado: lo que la persona sabe de sí misma y los demás no saben. Aquí está todo el mundo de los sentimientos, los secretos, las experiencias íntimas. iii. Yo ciego o desconcertante: Lo que la persona no sabe de sí misma y los demás saben. Aquí está todo lo que los demás ven en el individuo y él no. Es la impresión que causa en los demás, el impacto de su conducta en ellos. iv. Yo desconocido, inconsciente: Lo que ni la persona, ni los demás saben. Impulsos profundos, motivaciones ocultas, etc. Aquí los individuos se encuentran en el terreno de la ignorancia compartida, que interfiere cualquier posible comunicación. En la Terapia Gestalt se considera a la que la persona que consulta (paciente) sabe mucho (sea consciente de ello o no) de sí misma y el terapeuta sabe o posee, unos conocimientos acerca de sí mismo, de la naturaleza humana, de la manera satisfactoria o no en que las personas manejan su energía para formar figuras claras que posibiliten la satisfacción de sus necesidades o, por el contrario, de la manera en cada persona bloquea esa energía interrumpiendo de ese modo el fluir natural de la energía en el ciclo de satisfacción de necesidades. De modo que, cuando el terapeuta se encuentra con la persona que le consulta, es necesario que no olvide que cualquiera manifiesta algo de sí mismo en cualquier acción, gesto, palabra, etc., ya que el ser humano se plasma en cualquiera de estos actos. Por esto los terapeutas gestalt se entrenan en la observación en el Aquí y Ahora, en lo fenomenológico, por tanto y en lo referente a comunicación, se tiene en cuenta la comunicación verbal y la comunicación no verbal. Revisión Nº: 1. Julio de 2009 Maria Antonia Sala Página 7 de 76 Curso de Formación de Terapeutas Gestalt. La Comunicación IIII.. JJuussttiiffiiccaacciióónn En palabras de Satir (1991): “Una vez que el individuo llega al planeta, la comunicación es el factor determinante de las relaciones que establecerá con los demás, y lo que suceda con cada una de ellas en el mundo. … La comunicación abarca la diversidad de formas como la gente transmite información: qué da y qué recibe, cómo la utiliza y cómo le da significado” Aprender a comunicarse de una manera eficaz, congruente y responsable, es algo que la persona puede conseguir en su desarrollo. La comunicación eficaz puede aprenderse y enseñarse, la forma en que las personas se comunican no es innata, es algo que se aprende de niños en la relación con las personas con quienes se ha vivido. Esta forma en que las personas se comunican, puede afectar lo que sienten respecto de sí mismos, los otros y de la situación en la que se encuentran. En cualquier momento el individuo tiene pensamientos, sentimientos y respuestas corporales que expresan de manera diferente ante condiciones diferentes, así mismo, reacciones ante la forma en que otros expresan sus pensamientos, sentimientos y sensaciones corporales. Para desarrollar un estilo de comunicación responsable, congruente y eficaz, el primer paso es que las personas sean conscientes de cómo se comunican, en el nivel verbal y no verbal de la comunicación. Si todo ello es importante para desarrollar relaciones satisfactorias, lo es aún más en la labor como terapeutas, tanto para ofrecer un modelo de comunicación sana y funcional como para ser capaces de observar el propio estilo comunicativo y el de la personas con quienes interaccionan. Puesto que es imposible no comunicar, los seres humanos muestran algo de sí mismos con sus palabras, silencios y el cuerpo. En la labor terapéutica es necesario encontrar un modo de decir las cosas que permita pasar de la comprensión del paciente, a expresar con palabras dicha comprensión. El terapeuta ha de saber decir para contribuir al proceso de cambio y de curación. El propósito es decir las cosas de tal forma que la confrontación con las dificultades reales y los deseos temidos resulte terapéutica, sin que ello dañe la autoestima del paciente ni precipite un trastorno innecesario, ni una resistencia. Revisión Nº: 1. Julio de 2009 Maria Antonia Sala Página 8 de 76 Curso de Formación de Terapeutas Gestalt. La Comunicación La psicoterapia es un método de curación en el que el habla constituye una parte importante del mismo. Construir comentarios que ayuden en la terapia es una habilidad educable, existen modos de decir las cosas que significativamente producen una menor resistencia y un mayor respeto a la autoestima del paciente. Y el respeto es un valor que puede estar presente en los terapeutas sea cual fuere su orientación teórico-práctica, y su particular manera de ser. Cada mensaje abierto que los terapeutas comunican a un paciente acerca de la comprensión de su experiencia o de su dinámica personal, mensaje focal (contenido del mensaje), lleva consigo un segundo mensaje, un meta-mensaje (aspecto relacional de la comunicación), que trasmite una actitud sobre lo que se dice en el mensaje focal y es a menudo en este meta-mensaje donde descansa el mayor potencial para el cambio terapéutico. Revisión Nº: 1. Julio de 2009 Maria Antonia Sala Página 9 de 76 Curso de Formación de Terapeutas Gestalt. La Comunicación IIIIII.. O Obbjjeettiivvooss 3.1 Objetivo General Adquirir conocimientos teóricos y prácticos acerca de: axiomas de la comunicación humana, estilos comunicativos, comunicación responsable y comunicación terapéutica 3.2 Objetivos Específicos • Facilitar el Darse Cuenta de los participantes con respecto a la forma que usan para comunicarse a nivel verbal y no verbal • Describir distintas maneras de utilizar la comunicación en el contexto terapéutico • Realizar actividades prácticas con el propósito de potenciar las habilidades de comunicación de los participantes Revisión Nº: 1. Julio de 2009 Maria Antonia Sala Página 10 de 76 Curso de Formación de Terapeutas Gestalt. La Comunicación IIVV.. LLaa ccoom muunniiccaacciióónn Según la Real Academia Española (sin fecha) la comunicación es: “Hacer participe a otro de lo que uno tiene; descubrir; hacer saber a otro alguna cosa; conversar o tratar con alguno de palabra o por escrito. Trasmitir señales mediante un código común al receptor y al emisor; consultar; tomar el parecer a otro sobre un asunto; transmitir; contagiar” 4.1 Elementos que intervienen en la comunicación Según Shannon y Weaver (1949) en todo proceso de comunicación intervienen una serie de elementos que además de posibilitarla, determinan que ésta sea adecuada o no. Estos elementos son: a. El emisor: Es la persona que quiere expresar un mensaje, en él se produce en principio una necesidad o carencia de algo, que genera una motivación, que le impulsa a emitir o expresar este mensaje. El emisor es el que influye de forma intencional en el tipo de estrategia que utilice a la hora de trasmitir el mensaje, es decir, en el contenido, frases a utilizar, canal, etc. b. Canal: Es el medio de transporte de la comunicación. Pueden ser: verbal, gestual, visual, etc. c. Mensaje: Comprende tres elementos importantes: • Contenido: material elegido por el emisor • Código: idioma, elección de palabras, mímica, etc. • Tratamiento: las decisiones que toma el emisor al estructurar el código y el contenido d. Receptor: Es la persona a quien va dirigido el mensaje, el cual esta formado por una variedad de aspectos que en gran medida influyen a la hora de recibirlo. Es esta Revisión Nº: 1. Julio de 2009 Maria Antonia Sala Página 11 de 76 Curso de Formación de Terapeutas Gestalt. La Comunicación variedad de aspectos, valores, normas, expectativas, estados de ánimo, estado físico, conocimientos, etc., lo que tiñe, filtra o cambia el mensaje recibido. Aparte de estos elementos formales de la comunicación, según Satir (1991) en cualquier momento todos los individuos aportan los mismos elementos al proceso de comunicación: • Sus cuerpos: se mueven, tienen forma y figura • Sus valores: los conceptos que representan el estilo personal para sobrevivir y tener una buena vida (los debiera y debería para sí mismo y los demás) • Sus expectativas del momento, influidas por las experiencias pasadas • Sus órganos de los sentidos: ojos, oídos, nariz, boca y piel, los cuales les permiten ver, escuchar, oler, gustar, tocar y ser tocados • Su capacidad para hablar: palabras y voz • Su cerebro: los almacenes de conocimiento, que incluyen los hechos que aprendidos de experiencias pasadas, lo que se ha leído y asimilado mediante el aprendizaje y lo que ha quedado registrado en los hemisferios cerebrales. Todo esto dota de significado al mensaje que el otro envía, de manera que el significado está en la mente del receptor 4.2 Aportes de la Teoría de la Comunicación Humana La terapia sistémica y de la información que fundamentan la psicoterapia familiar, se derivan de la Teoría Pragmática de la Comunicación Humana desarrollada por Watzlawick, Beavin y Jackson entre 1967 y 1968, siendo enriquecida más tarde por miembros del Instituto de Investigaciones Mentales de Palo Alto, quienes integran los datos clínicos observados en familias con pacientes esquizofrénicos, con las ideas de Bateson y Erickson. Según Beavin, Jackson y Watzlawick (1987), el estudio de la comunicación humana puede subdividirse en tres áreas: Revisión Nº: 1. Julio de 2009 Maria Antonia Sala Página 12 de 76 Curso de Formación de Terapeutas Gestalt. La Comunicación d. Sintáctica: estudia los problemas relacionados con la transmisión de información; como se codifica y decodifica, los canales de transmisión, redundancia, etc. e. Semántica: Estudia el significado. Toda información que es compartida presupone una conversión semántica entre los comunicantes f. Pragmática: Estudia los efectos que la comunicación tiene sobre la conducta del individuo Toda conducta es en sí misma una comunicación, ya que en una situación de interacción, palabras, silencios, movilidad corporal, inmovilidad corporal, etc., tienen valor de mensaje. Es importante resaltar el contexto en el que tiene lugar la comunicación, ya que esta sufre su influencia. Bateson citado por Beavin, Jackson y Watzlawick (1987), afirma: toda comunicación exige un contexto, que sin contexto no hay significado y que los contextos confieren significado porque hay una clasificación de los contextos. De modo que, el contexto determina de alguna manera qué se comunica y cómo se comunica. Toda persona mantiene interacciones en contextos diferentes: contexto familiar, profesional, de amistad, etc. Introducir el contexto en la observación y estudio de las dificultades de algunas personas que desarrollan una serie de síntomas y/o trastornos psiquiátricos, posibilita pasar de la linealidad causa-efecto, de buscar las causas del trastorno en el interior de la persona, a la circularidad, es decir, a la observación de qué efectos tiene en los demás la conducta de esa persona, las reacciones de estos últimos frente a aquéllas y el contexto en que todo ello tiene lugar; de esta manera, el foco se desplaza desde el individuo hacia la relación entre las partes de un sistema más amplio. Y es aquí donde la observación de Bateson, mencionada anteriormente adquiere pleno significado, ya que un fenómeno (por ejemplo una conducta sintomática) puede permanecer inexplicable, en tanto el marco de observación no es suficientemente amplio como para incluir el contexto en el que dicho fenómeno tiene lugar. Revisión Nº: 1. Julio de 2009 Maria Antonia Sala Página 13 de 76 Curso de Formación de Terapeutas Gestalt. La Comunicación 4.2.1 Retroalimentación: Según Beavin, Jackson y Watzlawick (1987), todo proceso de comunicación lleva consigo una interacción y un intercambio de información y por ende una retroalimentación. Este concepto permite superar la linealidad determinista para pasar al carácter circular de las relaciones: la conducta de cada persona afecta a la de cada una de las otras y es a su vez, afectada por estos. La retroalimentación en el proceso comunicacional permite la auto-regulación de las relaciones. De acuerdo con estos autores la retroalimentación puede ser: a. Positiva: Cuando produce una pérdida de estabilidad o equilibrio y consecuentemente lleva a un cambio. Por ejemplo: una persona esta hablando con su hijo en tono alto y cortante y de momento, el niño empieza a llorar, entonces él padre se calla o baja el tono de su voz, se disculpa, dialoga b. Negativa: Cuando caracteriza un estado constante u homeostasis. Desempeña un papel muy importante en el logro y mantenimiento de la estabilidad de las relaciones. Cada individuo posee información acerca de las personas con las que se relaciona, saben como les gusta que les hablen, de qué, a cuales de sus conductas responden con agrado y a cuales no etc. Este tipo de retroalimentación adquiere mayor importancia en aquellos sistemas cuyas relaciones entre sus miembros son disfuncionales y cualquier cambio hacia la autonomía e independencia de algunos de sus miembros es vivido como amenazante y el sistema se moviliza de alguna forma para que todo siga igual. En una interacción tanto el emisor como el receptor de la comunicación emiten señales que actúan como reguladores de la comunicación: de allí que alguien suba o baje o cambie el tono de voz, aumente o disminuya el ritmo del habla, se calle o sigue hablando, cambie de tema, etc. Revisión Nº: 1. Julio de 2009 Maria Antonia Sala Página 14 de 76 Curso de Formación de Terapeutas Gestalt. La Comunicación 4.2.2 Redundancia: La redundancia ha sido ampliamente estudiada en dos de las tres áreas humanas de la comunicación, la sintáctica y la semántica. De acuerdo con Beavin, Jackson y Watzlawick (1987), una de las conclusiones que pueden extraerse de esos estudios, es la de que cada persona posee vastos conocimientos acerca de la legitimidad y la probabilidad estadística inherentes tanto a la sintáctica como a la semántica de las comunicaciones humanas: se sabe si una frase está o no bien construida, si alguna de las palabras es inadecuada para el contexto de la frase, se pueden completar frases y palabras incompletas, etc. Desde el punto de vista psicológico, ese conocimiento resulta particularmente interesante por el hecho de hallarse casi por completo fuera de la percatación consciente. No resulta demasiado difícil comprender que la redundancia pragmática es esencialmente similar a la redundancia sintáctica y semántica. También aquí se cuenta con conocimientos que permiten evaluar, modificar y predecir la conducta. En esta área se es particularmente sensible a las incongruencias: la conducta que está fuera de contexto o que muestra algún otro tipo de comportamiento al azar o de falta de restricción, impresiona de inmediato como mucho más inadecuada que los errores meramente sintácticos o semánticos en la comunicación, como por ejemplo, que una persona ande a gatas por la calle. Sin embargo, es precisamente en esta área donde menos se perciben aquellas reglas que se siguen en la comunicación eficaz y se violan en la comunicación perturbada. Los seres humanos están en comunicación constante y a la vez, son casi por completo incapaces de comunicarse acerca de la comunicación. La redundancia aplicada a las relaciones se refiere a las reglas que regulan esas relaciones: lo que se puede y no se puede decir a alguien, lo que puede y no puede hacer en la relación con alguien, etc. Revisión Nº: 1. Julio de 2009 Maria Antonia Sala Página 15 de 76 Curso de Formación de Terapeutas Gestalt. La Comunicación 4.2.3 Metacomunicación: Cuando las personas usan la comunicación para comunicar algo acerca de la comunicación, (cosa que es inevitable cuando se investiga sobre ésta), utiliza conceptualizaciones que se refieren a ella. Según Beavin, Jackson y Watzlawick (1987), esto se entiende por metacomunicación. Los seres humanos están básicamente limitados al lenguaje natural como vehículo tanto para la comunicación como para la metacomunicación. Utilizan el lenguaje y las palabras que lo constituyen, tanto para comunicarse, como para hablar acerca de cómo se comunican. En las relaciones funcionales se observa que las personas en interacción se comunican acerca de cómo se comunican, esta característica no está presente en aquellas relaciones que son disfuncionales. Revisión Nº: 1. Julio de 2009 Maria Antonia Sala Página 16 de 76 Curso de Formación de Terapeutas Gestalt. La Comunicación VV.. AAxxiioom maass eexxpplloorraattoorriiooss ddee llaa ccoom muunniiccaacciióónn hhuum maannaa La palabra axioma viene del nombre latino effatum –i, que significa proposición lógica, axioma, predicción; a su vez, effatum es el participio pasado del verbo effor, que significa: decir, hablar, pronunciar, fijar determinar. En el campo de la lógica, un axioma es una verdad que no necesita ser demostrada. Antes de exponer los axiomas fundamentales de la comunicación humana conviene definir algunos términos: • Mensaje: Cualquier unidad comunicacional singular • Interacción: Serie de mensajes intercambiados entre personas • Pautas de interacción: Reglas que definen la relación entre los comunicantes • Comunicación: unidad de conducta (verbal, tonal, contextual, gestual, etc.). Según Beavin, Jackson y Watzlawick (1987), algunos de los axiomas fundamentales de la comunicación humana son: 5.1 La imposibilidad de no comunicar No hay nada que sea lo contrario de conducta, no hay no-conducta, es imposible no comportarse. Si se acepta que toda conducta es una situación de interacción (incluso de autointeracción) que tiene un valor de mensaje, es decir, es comunicación, se deduce que por mucho que las personas lo intenten nunca dejan de comunicar. Actividad o inactividad, palabra o silencio, tienen siempre valor de mensaje; influyen sobre los demás, quienes, a su vez, no pueden dejar de responder a tales comunicaciones y por ende, también comunican. No se puede afirmar que la comunicación sólo tiene lugar cuando es intencional, consciente o eficaz, esto es, cuando se logra un entendimiento. Que el mensaje emitido sea o no igual al mensaje recibido depende de muchos factores propios de cada sujeto y del contexto. Revisión Nº: 1. Julio de 2009 Maria Antonia Sala Página 17 de 76 Curso de Formación de Terapeutas Gestalt. La Comunicación De acuerdo con Beavin, Jackson y Watzlawick (1987), del intento de transgredir este axioma se derivan una serie de distorsiones en el proceso comunicacional que se plasman en diversas interacciones patológicas: i. Negar que se ha comunicado: Por ejemplo: cuando una persona niega a otra que le ha dicho algo, en este contexto. Los pacientes esquizofrénicos enfrentan un doble dilema: se comportan como si trataran de negar que se comunican y luego necesitan negar que esa negación constituye en sí mismo una comunicación. El esquizofrenés es un lenguaje que obliga al interlocutor a elegir entre muchos significados posibles que no sólo son distintos, sino que incluso pueden resultar incompatibles entre sí. Así se hace posible negar cualquier aspecto de un mensaje o todos sus aspectos. ii. Hacer como sí se comunica: Es posible que el paciente dé la impresión de querer comunicarse aunque sin aceptar el compromiso inherente a toda comunicación. En este contexto comunicacional pueden darse las siguientes reacciones de evitación: a. Rechazo de la comunicación: Puede variar desde el mensaje directo de no quiero comunicarme contigo ahora, hasta un total silencio verbal que implica una cierta tensión e incomodidad y una necesidad de metacomunicarse. No se logra evitar la relación b. Aceptación de la comunicación: las personas se comunican de tal forma que la propia comunicación y la del otro quedan invalidadas. Esto se conoce como Descalificación Transaccional Para Sluzki citado por Beavin, Jackson y Watzlawick (1987), la Descalificación Transaccional se produce cuando los indicadores metacomunicativos están ausentes y el contenido no se adecua al contexto, o bien cuando aún estando presentes estos indicadores, el contenido no concuerda; de modo que, el mensaje a es descalificado por el mensaje b. La descalificación puede producir risa o cólera, aunque lo más probable es que produzca confusión dado que la persona A no puede saber si B está de acuerdo o en desacuerdo con el contenido del mensaje a, o lo rechaza o lo toma a mal, o si ya lo conoce. Revisión Nº: 1. Julio de 2009 Maria Antonia Sala Página 18 de 76 Curso de Formación de Terapeutas Gestalt. La Comunicación Selvini citado por Beavin, Jackson y Watzlawick (1987) la descalificación es un tipo de respuesta a la definición que el otro intenta dar de sí en una relación. Esta definición no es una confirmación ni un rechazo. Es una respuesta crítica, incongruente, que conlleva el siguiente mensaje: no estás, no existes. La descalificación abarca muchos fenómenos comunicacionales como: • Incongruencias: Mensajes no adecuados al contexto o que transmiten información diferente y/o contradictoria en distintos niveles comunicativos • Autocontradicciones: Enviar mensajes opuestos en el mismo nivel de comunicación anulándose mutuamente • Cambios de tema: Fraccionamientos o transacciones bruscas o inesperadas, oraciones cortadas y/o incompletas • Tangencializaciones: son una especie de sordera específica, que lleva a eludir ciertos mensajes evitando al mismo tiempo el esclarecimiento de la situación. Desde el punto de vista de los participantes en la interacción se crea un muro que separa lo que cada uno necesita corroborar y lo que el otro le confirma. La respuesta tangencial no ofrece ni aprobación ni desaprobación directa a la acción evocadora, por el contrario puntualiza algo secundario en lo que no se había reparado y por ello carece de importancia inmediata • Estilo oscuro: Indirecto, interpretación metafórica de las expresiones literales e interpretaciones literales de las expresiones metafóricas • Malos entendidos intencionales, confusiones iii. Utilización de tretas comunicacionales: Fingir sueño, sordera, ignorancia del idioma o cualquier otra deficiencia o incapacidad que justifique la imposibilidad de comunicarse. Puede llegar al uso de síntomas neuróticos, psicóticos y psicosomáticos: la persona se convence a sí misma de que se encuentra a merced de fuerzas que se escapan a su control, librándose de la censura por parte de los otros significativos y de los remordimientos Revisión Nº: 1. Julio de 2009 Maria Antonia Sala Página 19 de 76 Curso de Formación de Terapeutas Gestalt. La Comunicación 5.2 Toda comunicación tiene una dimensión referencial o de contenido y otra de relación o connativa, de modo que la segunda clasifica a la primera y es, por lo tanto, una metacomunicación En términos generales de la comunicación humana este axioma se puede describir así: Toda comunicación implica un compromiso: Yo, te estoy diciendo algo, a ti, en ésta situación (ver Ilustración 1), y por tanto define el modo en que el emisor concibe su relación con el receptor: una comunicación no sólo transmite información sino que al mismo tiempo impone conductas. Siguiendo a Bateson citado por Beavin, Jackson y Watzlawick (1987), estas dos operaciones se conocen como los aspectos referenciales o denotativos y relacionales o conativos, de toda comunicación. Ilustración 1. Compromiso de la comunicación Yo te estoy diciendo algo, a ti (emisor) (mensaje) Tu (receptor) En esta situación (contexto) Fuente: Moreno, P. (2009) 5.2.1 Aspecto referencial o denotativo: Según Beavin, Jackson y Watzlawick (1987), el aspecto referencial o denotativo de un mensaje, transmite información acerca de un tema específico y por esto en la comunicación humana es sinónimo de contenido del mensaje. Puede referirse a cualquier cosa que sea comunicable, al margen de que la información sea verdadera o falsa, válida, no válida o indeterminable. Revisión Nº: 1. Julio de 2009 Maria Antonia Sala Página 20 de 76 Curso de Formación de Terapeutas Gestalt. La Comunicación 5.2.2 Aspecto relacional o conativo: Según Beavin, Jackson y Watzlawick (1987), el aspecto conativo o relacional se refiere al significado afectivo, a qué tipo de mensaje debe entenderse que es. Son las instrucciones que se dan para usar la información, los mensajes enviados para definir la naturaleza de la relación existente entre los comunicantes. Esta segunda dimensión de la comunicación corresponde a un tipo lógico superior y constituye una modalidad de metacomunicación porque dice algo más acerca de lo comunicado: la actitud, los sentimientos y las intenciones del emisor hacia el receptor y hacia sí mismo. Es como si el participante A dijera al participante B: es de esta forma como yo necesito verte, porque es de esta otra forma como yo me veo a mi mismo, por lo tanto, tienes que entender así lo que te digo. Según Beavin, Jackson y Watzlawick (1987), el participante B puede responder de tres maneras a la autodefinición de A: i. Confirmación: B puede aceptar (confirmar) la definición que A da de sí mismo. Esta confirmación es el factor que más pesa en el desarrollo y la estabilidad mentales. Sin este efecto autoconfirmador la comunicación humana no se habría desarrollado más allá de los estrechos límites de los intercambios indispensables para la protección y la supervivencia. Gran parte de las comunicaciones tienen el propósito de la autoconfirmación. Las emociones que las personas experimentan los unos con respecto de los otros no existirían y vivirían en un mundo vacío de todo lo que no fueran las actividades más utilitarias, un mundo carente de belleza, poesía, juego y humor. Parecería que, aparte del mero intercambio de información, el hombre tiene que comunicarse con los otros a los fines de su autopercepción y percatación; basta con pensar las dificultades que se experimentan para mantener una estabilidad emocional si solo se comunican consigo mismos. Es a partir de esta necesidad que cobra pleno sentido el encuentro, así mismo cualquier otra forma de conciencia incrementada de sí mismo que sobreviene como resultado de establecer una relación con otro individuo. Como sostiene Buber (1958): Revisión Nº: 1. Julio de 2009 Maria Antonia Sala Página 21 de 76 Curso de Formación de Terapeutas Gestalt. La Comunicación “La base de la vida del hombre con el hombre es doble, y es una sola: el deseo de todo hombre de ser confirmado por los hombres como lo que es, e incluso como lo que puede llegar a ser y la capacidad innata en el hombre para confirmar a sus semejantes de esta manera. El hecho de que tal capacidad esté tan inconmensurablemente descuidada constituye la verdadera debilidad y cuestionabilidad de la raza humana: la humanidad real sólo existe cuando esa capacidad se desarrolla” ii. Rechazo: la segunda respuesta posible de B, frente a la definición que A propone de sí mismo, consiste en rechazarla. Por penoso que resulte, el rechazo presupone por lo menos un reconocimiento limitado de lo que se rechaza y por tanto, no niega necesariamente la realidad de la imagen que A tiene de sí mismo (vendría a ser yo no te veo así, pero si tu te ves así tú sabrás). En algunos casos es hasta constructivo, por ejemplo, cuando un terapeuta se niega a aceptar la definición que un paciente da de sí mismo en la situación transferencial y con la que el paciente puede tratar de imponer al terapeuta su propio juego relacional (el paciente se define como dependiente, pasivo, torpe y trata de que el terapeuta le diga lo que tiene que hacer, lo guíe, etc.). iii. Desconfirmación: Esta respuesta por parte de B, es la más importante desde el punto de vista pragmático y de la psicopatología. La desconfirmación no se refiere a la verdad o falsedad (si existen tales criterios) de la definición que A da de sí mismo, sino más bien niega la realidad de A como fuente de tal definición. Es decir, mientras que el rechazo equivale a estás equivocado, la desconfirmación afirma el hecho tú no existes. Un individuo sujeto sistemáticamente a esta desconfirmación tiene muchas posibilidades de experimentar una perdida de la mismidad (alienación). Conviene aclarar que las relaciones rara vez se definen deliberadamente o con plena conciencia, se podría decir que cuanto más sana y espontánea es una relación, más se pierde el aspecto de la comunicación vinculado con la relación. En las relaciones enfermas, se produce una constante lucha acerca de la naturaleza de la relación, mientras que el aspecto de la comunicación vinculado con el contenido se hace cada vez menos importante. Revisión Nº: 1. Julio de 2009 Maria Antonia Sala Página 22 de 76 Curso de Formación de Terapeutas Gestalt. La Comunicación El aspecto relacional de una comunicación resulta idéntico al concepto de metacomunicación. La capacidad para metacomunicarse en forma adecuada constituye no sólo la condición sine qua non de la comunicación eficaz, sino que también está íntimamente vinculada con el complejo problema concerniente a la recepción del self y del otro. Las ambigüedades en la metacomunicación y las confusiones entre los dos niveles comunicativos (comunicación y metacomunicación) pueden llevar a impasses idénticos en su estructura a la de las famosas paradojas en el campo de la lógica. El aspecto relacional comprende: a. La comunicación no verbal o paraverbal que abarca: • Gestos, movimientos corporales (manos, brazos, cabeza, pies y piernas) • Expresiones faciales (sonrisas, llantos, suspiros, bostezos, estornudos, ronquidos) • Tonos, ritmos, intensidad e inflexiones de la voz • Conducta de los ojos (parpadeo, dirección, duración de la mirada y dilatación de la pupila) • Manejo del espacio (proximidad, distancia íntima, personal, social y pública) • Postura y actitudes corporales (la forma y aromas del cuerpo, la altura, el peso, el color o la tonalidad de la piel y el cabello, la ropa, el calzado y el tipo de arreglo en conjunto; accesorios, adornos y en general, el atractivo global de la persona) El significado de la conducta paraverbal varía de una persona a otra por lo que sólo se puede interpretar con certeza en el contexto total del patrón de conducta de una persona. Revisión Nº: 1. Julio de 2009 Maria Antonia Sala Página 23 de 76 Curso de Formación de Terapeutas Gestalt. La Comunicación b. El contexto o marco de referencia: En el que se produce la interacción y que indica cómo se debe entender y evaluar la conducta verbal y paraverbal. Los distintos contextos interaccionales están regidos por reglas de conducta diferentes que definen la naturaleza de la relación. Así, por ejemplo, la relación padre-hijo está regida por un conjunto de reglas diferentes de las que rigen la relación entre ese mismo padre y su propio padre. Para que la comunicación fluya sin dificultad, una de las condiciones es el acuerdo entre los comunicantes acerca de cual es el contexto admitido en el momento dado. Esto posibilita la adecuación de las reglas válidas para ese contexto. Esto sólo se consigue definiendo con claridad la naturaleza de la relación con el otro, por medio de marcadores de contexto o a través de señales que son emitidas y recibidas generalmente a nivel preconsciente y que determinan las reglas interaccionales adecuadas para ese contexto, los roles y expectativas permitidos, para cada uno de los participantes. Si esto no se da, los interacuantes no saben cuales son las reglas que tienen que seguir en un momento dado, generando una confusión que puede resultar en una interacción patológica. De este axioma comunicativo se deriva la importancia de considerar la sintomatología del paciente, como adecuada al contexto familiar en que se produce, ya que es en este marco de referencia donde adquiere un sentido y un significado ya que obedece a determinadas reglas. Las reglas según Beavin, Jackson y Watzlawick (1997): son acuerdos de relación que prescriben y limitan la conducta de los individuos en una amplia variedad de esferas, organizando su interacción en un sistema razonablemente estable de secuencias reiterativas. Las reglas encuadran la forma en que realizan las funciones de un sistema cada uno de los elementos que lo componente. Cuando se crea una familia, las reglas aún no están establecidas con claridad, cada uno de los miembros de la pareja aporta sus experiencias y aprendizajes de Revisión Nº: 1. Julio de 2009 Maria Antonia Sala Página 24 de 76 Curso de Formación de Terapeutas Gestalt. La Comunicación los modelos de interacción de sus respectivos sistemas familiares de origen, junto con ello ponen los deseos y expectativas que cada uno de ellos tienen, de allí que con todos estos componentes van paulatinamente definido la naturaleza de su relación con el otro. Estas reglas pueden establecerse a diferentes niveles de conciencia simultáneamente: • Nivel de las reglas conocidas: Son aquellas que se establecen explícitamente, de forma directa y abierta, aún antes de formalizar el vínculo. Estas reglas son claras y fáciles de cambiar adaptándose de forma natural a las necesidades individuales y sistémicas para garantizar una óptima individualización conexa de los participantes en el proceso de la coevolución. • Nivel de las reglas implícitas: Son las que existen en la dinámica familiar aunque no se hayan verbalizado. Constituyen formas de funcionar sobreentendidas acerca de las cuales el sistema considera innecesario hablar de un modo explícito, directo y abierto. Debido a ello estas reglas pueden convertirse en fuente de tensión y de conflicto. Un ejemplo podría ser la regla de que si un miembro de la pareja baila con un desconocido, no lo haga mejilla con mejilla. • Nivel de las reglas secretas: Este tipo de reglas resultan difíciles de descubrir en la dinámica familiar, a veces se encuentran en hechos aparentemente intranscendentes. Se suelen manifestar a través de modos de actuar con los que una parte del sistema (uno o más miembros) bloquea de manera enmascarada los intentos de libertad, autonomía iniciativa, etc., respecto de nuevas acciones, cambios y transformaciones de otra parte del sistema. Se bloquea todo lo que implica crecimiento, diferenciación y evolución y resulte peligroso para la morfosintaxis familiar. Son actos que tienden a provocar y mantener actitudes temidas y deseadas a la vez en el otro. Son una especie de jugadas homeostáticas en un sistema de Revisión Nº: 1. Julio de 2009 Maria Antonia Sala Página 25 de 76 Curso de Formación de Terapeutas Gestalt. La Comunicación programación mutua, en que cada participante estimula al otro para que desempeñe un papel específico: el rol complementario interno patológico más acorde con la definición de la relación. • Nivel de las metareglas: Estas reglas son transmitidas por medio de la metacomunicación y bien sirven para cuestionar las reglas que ya no son útiles y cambiarlas o bien crean nuevas prohibiciones que aumentan la rigidez de las reglas originales, impidiendo el cambio y la evolución del sistema. En la medida en que un sistema familiar es funcional y sano, posee una amplia y flexible variedad de reglas que posibilitan diferentes cambios. En los sistemas familiares disfuncionales se observa que la gama de posibles reglas es reducida y las que existen son rígidas e inflexibles imposibilitando la transformación del sistema. Este tipo de sistemas carece de metareglas que sirvan para cambiar las reglas ya inoperantes. Cuando estos sistemas se enfrentan a situaciones para las cuales sus reglas son inadecuadas tampoco tienen la capacidad de generar reglas nuevas a partir de las metareglas que les ayude a solucionar la situación conflictiva. La resolución que adoptan les sumerge en lo que se ha llamado juego sin fin o ciclos de interacción autoperpetuadores. Los mensajes que se comunican a nivel denotativo y conativo pueden calificarse entre sí de manera congruente cuando no hay contradicción entre ellos, formando una armónica gestalt comunicativa o incongruente cuando se contradicen o descalifican mutuamente. El mayor peso en la calificación lo posee la dimensión relacional, ya que una persona suelen reaccionar de manera automática e inconsciente no tanto a lo qué le dicen sino a cómo se lo dicen, pues en ello va implícita la naturaleza de la relación que el otro le propone establecer. Revisión Nº: 1. Julio de 2009 Maria Antonia Sala Página 26 de 76 Curso de Formación de Terapeutas Gestalt. La Comunicación 5.2.3 Variaciones posibles entre los aspectos de relacionales y referenciales de la comunicación: Según Beavin, Jackson y Watzlawick (1997) estas variaciones son: a. En el mejor de los casos, los participantes concuerdan con respecto al contenido de sus comunicaciones y a la definición de su relación b. En el peor de los casos, los participantes están en desacuerdo con respecto al nivel del contenido y también al de relación c. Entre ambos extremos hay varias formas mixtas: • Los participantes están en desacuerdo en el nivel del contenido, pero ello no perturba su relación. Quizás esta sea la forma más madura de manejar el desacuerdo: acordamos estar en desacuerdo (una regla de la relación puede ser ésta) • Los participantes están de acuerdo en el nivel de contenido, pero no en el de relación; la estabilidad de la relación se ve amenazada en cuanto deje de existir la necesidad de acuerdo en el nivel de contenido. Por ejemplo, el problema que presenta un niño que une a los padres que tienen una crisis en su relación de pareja • Confusiones entre los dos aspectos, el de contenido y el de relación. Puede consistir en un intento por resolver un problema relacional en el nivel del contenido (donde no existe). Por ejemplo, un miembro de una pareja invita a cenar a un amigo que está de paso ese día por la ciudad, el otro miembro lo ve adecuado pero no el que lo haya decidido sin contar con él. También puede consistir en una reacción frente a un desacuerdo objetivo con una variación del reproche básico: si me amaras no me contradecirías, de modo que si se tiene una pareja que discute acerca de quien es el autor de un libro y logran averiguar quien de los dos tiene razón, esto no soluciona el problema, porque el verdadero problema no es realmente quién es el autor del libro (contenido), Revisión Nº: 1. Julio de 2009 Maria Antonia Sala Página 27 de 76 Curso de Formación de Terapeutas Gestalt. La Comunicación sino que para uno de ellos una regla de la relación puede ser: dos personas que se quieren no discuten • Por último, y de particular importancia clínica, son todas aquellas situaciones en las que una persona se ve obligada de un modo u otro a dudar de sus propias percepciones en el nivel de contenido, a fin de no poner en peligro una relación vital con otra persona (relaciones donde está presente lo que Bateson citado por Beavin, Jackson y Watzlawick (1997) denomina el doble vínculo) y que se detallan más adelante. 5.3 La naturaleza de una relación depende de la puntuación de las secuencias de comunicación entre los comunicantes Según Beavin, Jackson y Watzlawick (1997), esta característica de la comunicación se refiere a la interacción (intercambio de mensajes) entre comunicantes. Para un observador, una serie de comunicaciones puede entenderse como una secuencia ininterrumpida de intercambios. Sin embargo, quienes participan en la interacción siempre introducen una puntuación de la secuencia de hechos. Las puntuaciones se refieren a la forma como cada uno de los participantes de una relación estructura y organiza una secuencia continua de sucesos y conductas, que tienen lugar entre ellos. El modo en que es puntuado un proceso de comunicación o una secuencia de interacción, determina el significado que se le asigna a la manera en que se evalúa la conducta del otro, en relación a quien es el culpable o responsable y quien simplemente reacciona. Con todo, es indudable que en una secuencia prolongada de intercambios, las personas de hecho puntúan la secuencia de modo que uno de ellos o el otro tiene iniciativa, predominio, dependencia, etc. Es decir, establecen entre ellos patrones de intercambio (acerca de los cuales pueden o no estar de acuerdo) y dichos patrones constituyen de hecho reglas de contingencia con respecto al intercambio de esfuerzos. Revisión Nº: 1. Julio de 2009 Maria Antonia Sala Página 28 de 76 Curso de Formación de Terapeutas Gestalt. La Comunicación La falta de acuerdo con respecto a la manera de puntuar la secuencia de hechos es la causa de muchos conflictos en las relaciones. (¿Qué fue primero el huevo o la gallina? ¿Me enfado por qué te callas o te callas por qué me enfado?) . Este axioma evidencia la necesidad de captar y romper la apariencia de la causalidad lineal, para introducir la visión sistémica y circular, tanto para el diagnóstico de las relaciones familiares, como para planificar las intervenciones terapéuticas. Las discrepancias no resueltas en la puntuación de las secuencias comunicacionales pueden llevar directamente a impasses interaccionales en los que, eventualmente, se hacen acusaciones mutuas de locura o maldad. Según Beavin, Jackson y Watzlawick (1997), las complicaciones potenciales inherentes a este fenómeno son: i. Las discrepancias en cuanto a la puntuación de la secuencia de hechos, tienen lugar en todos aquellos casos en que por lo menos uno de los comunicantes (o ambos) no cuenta con la misma información que el otro, pero no lo sabe. Por ejemplo: A manda un correo electrónico a B, entonces B le responde pero lo manda a una dirección equivocada, con lo cual A se enfada y no intenta contactar de nuevo con B y B también se enfada y también decide no contactar con A. De allí en adelante, esta disputa silenciosa puede durar eternamente a menos que comiencen a averiguar que paso con sus comunicaciones, es decir que metacomuniquen. ii. Para casi todas las personas, resulta gratuito suponer no sólo que el otro cuenta con la misma información, sino también que el otro debe sacar de dicha información, idénticas conclusiones. Un conflicto de puntuación presupone de alguna manera la convicción firmemente establecida y por tanto no cuestionada, de que sólo hay una realidad, el mundo tal como la persona lo ve, y que cualquier visión que difiera de ésta, tiene que deberse a irracionalidad o mala voluntad. Por ejemplo: A lleva a su bebé al médico cuando tiene fiebre de 38º, un día llega a casa por la noche y B ha estado toda la tarde con el bebé sin notar la fiebre del bebé o habiéndola notado pero sin darle mucha importancia, entonces A le acusa de irresponsable, perverso, inconsciente, etc. En casi todos estos casos de comunicación patológica se constituyen vínculos viciosos de Revisión Nº: 1. Julio de 2009 Maria Antonia Sala Página 29 de 76 Curso de Formación de Terapeutas Gestalt. La Comunicación comunicación, que no se pueden romper hasta que los comunicantes metacomuniquen. Para poder lograr esto tienen que salirse del círculo. iii. En estos casos de comunicación discrepante se observa un conflicto acerca de cual es la causa y cual el efecto, aunque en realidad ninguno de estos conceptos resulta aplicable debido a la circularidad de la interacción. Las puntuaciones discrepantes llevan a visiones distintas de la realidad que incluye la naturaleza de la relación y por ende aun conflicto interpersonal. Todo esto lleva al concepto de la profecía autocumplidora, la cual se trata de una conducta que provoca en los demás, la reacción frente a la cual esa conducta sería una reacción apropiada. El individuo muestra una conducta redundante que ejerce un efecto complementario sobre los demás forzándolos a asumir ciertas actitudes específicas. Lo que caracteriza la secuencia y la convierte en un problema de puntuación en que el individuo considera que él está reaccionando ante estas actitudes y no que las provoca. Por ejemplo: un individuo parte de la premisa: todos me gritan y se enfadan conmigo, se comporta como si fuese sordo, no presta atención a los demás y no contesta cuando se le habla. 5.4 Los seres humanos se comunican tanto digital como analógicamente Según Beavin, Jackson y Watzlawick (1997), los seres humanos son los únicos que utilizan un sistema de comunicación binario: analógico-digital, en sus diversos niveles de comunicación. Íntimamente vinculado con los descubrimientos neurofisiológicos acerca del funcionamiento diferencial y característico de los hemisferios cerebrales humanos, se encuentra este axioma de los dos lenguajes. Cada hemisferio cerebral maneja un lenguaje diferente pero complementario, siendo el digital propiedad casi exclusiva del hemisferio cerebral izquierdo y el analógico, propiedad del hemisferio cerebral derecho. El lenguaje digital cuenta con una sintaxis lógica sumamente compleja y poderosa, pero carece de una semántica adecuada en el campo relacional y afectivo pues existe una conexión arbitraria y convencional entre lo designado y la designación. Tal como resulta, por ejemplo, con la secuencia de signos escritos que se les Revisión Nº: 1. Julio de 2009 Maria Antonia Sala Página 30 de 76 Curso de Formación de Terapeutas Gestalt. La Comunicación conoce como letras, a las cuales se les atribuye un sonido y significado diferente por consenso socio-cultural. El lenguaje analógico posee la semántica pero no una sintaxis adecuada para la definición inequívoca de la naturaleza de las relaciones. En la comunicación humana es posible referirse a los objetos de dos maneras distintas: se les puede representar por un símil (por ejemplo, un dibujo) o por un nombre. Estos dos tipos de comunicación (uno mediante una semejanza autoexplicativa y el otro, mediante una palabra) son equivalentes a los conceptos de las computadoras analógicas y digitales. Puesto que se utiliza una palabra para nombrar algo, resulta obvio que la relación entre el nombre y la cosa nombrada está arbitrariamente establecida. Las palabras son signos arbitrarios que se manejan de acuerdo con la sintaxis lógica del lenguaje. Como señalan Bateson y Jackson citados por Beavin, Jackson y Watzlawick (1997): No hay nada parecido a cinco en el número cinco; no hay nada particularmente similar a una mesa en la palabra mesa. En la comunicación analógica hay algo particularmente similar a la cosa en lo que se utiliza para expresarla. Es más fácil referir la comunicación analógica a la cosa que representa. Este tipo de comunicación tiene sus raíces en periodos arcaicos de la evolución y por tanto encierra una validez más general que la comunicación verbal. El hombre utiliza tanto los modos de comunicación analógicos como los digitales. El aspecto relativo al contenido se transmite en forma digital, mientras que el aspecto relativo a la relación es de naturaleza predominantemente analógica. El material del mensaje digital es de mucha mayor complejidad, versatilidad y abstracción que el material analógico. La comunicación analógica no tiene nada comparable a la sintaxis lógica del lenguaje digital, no posee equivalentes para determinados elementos del discurso si, luego; o, y la expresión de conceptos abstractos resultan especialmente difícil, no posee el negativo simple de una expresión para no (por ejemplo: se puede dibujar una mesa, pero no Revisión Nº: 1. Julio de 2009 Maria Antonia Sala Página 31 de 76 Curso de Formación de Terapeutas Gestalt. La Comunicación una no-mesa); cuando hay significados dispares (ejemplo: lágrimas de alegría o tristeza) carece de calificadores para indicar a que significado se refiere. Como el hombre combina estos dos lenguajes, ya sea emisor o receptor, debe traducir constantemente de uno al otro y al hacerlo enfrenta ciertos dilemas: pérdida de información cuando traduce del modo digital al analógico, dificultad de expresar con palabras un tipo de relación, un sentimiento, etc. El lenguaje analógico lo constituyen toda la gama de lenguaje paraverbal, representaciones gráficas, sonoras, olfativas, gustativas y kinestésicas; los afectos, sentimientos y lenguajes figurados. Sigue sus propias leyes y reglas que se conocen como analógicas y que son similares a las formas del funcionamiento inconsciente: condensación y desplazamiento. Ellos le dan a su contenido un carácter peculiar como el que encontramos en los sueños, fantasías, chistes, fábulas, psicosis, etc. El hecho de que existan dos lenguajes fundamentales basados en el funcionamiento diferencial de los hemisferios cerebrales conlleva a que cada uno de estos hemisferios elabora una versión diferente y en su propio lenguaje de la realidad objetiva. De forma que la realidad interna subjetiva queda constituida en dos versiones diferentes, congruentes o incongruentes entre sí (la versión analógica y digital). Según Beavin, Jackson y Watzlawick (1997), la integración armónica de ambos resulta indispensable para la construcción de una realidad interna, subjetiva o de segundo orden lo más cercana posible a la realidad externa, objetiva o de primer orden. Cuando existe incongruencia entre los mensajes transmitidos en los patrones de interacción habitual, el modelo subjetivo del mundo suele ser disarmónico, confuso y conflictivo ya que ambas versiones se descalifican entre sí. En estos casos se le concede mayor poder al testimonio analógico por estar más ligado a contenidos afectivos, esto favorece conductas comunicacionales específicas que mantienen la confusión, incongruencia y caos contextual, anulando al mismo tiempo las tendentes al esclarecimiento; se crean de esta manera complejas redes de retroalimentación, que perpetúan la incongruencia interna y externa. Revisión Nº: 1. Julio de 2009 Maria Antonia Sala Página 32 de 76 Curso de Formación de Terapeutas Gestalt. La Comunicación Como se ha comentado anteriormente, pueden existir errores de traducción entre material analógico y digital. Traducir mensajes analógicos al lenguaje digital resulta muchas veces impreciso, ya que se presta a interpretaciones muy distintas y a menudo incompatibles. No sólo resulta difícil al emisor verbalizar sus propias comunicaciones analógicas, sino que si surge una controversia interpersonal en cuanto al significado de una comunicación analógica particular, es probable que cualquiera de los dos participantes introduzca, en el proceso de traducción al modo digital, la clase de digitalización que concuerde con su imagen de la naturaleza, de la relación. Incluso cuando la traducción parece adecuada, la comunicación digital en el nivel relacional puede seguir resultando poco convincente. Según Bateson citado por Beavin, Jackson y Watzlawick (1997), otro de los errores básicos es el supuesto de que un mensaje analógico es por naturaleza afirmativo o denotativo, tal como lo son los mensajes digitales y quizás convendría considerarlo como similar a una pregunta o una propuesta digital. Todos los mensajes analógicos invocan significados a nivel relacional y por tanto constituyen propuestas acerca de las reglas futuras de la relación. Por ejemplo: una persona puede proponer o mencionar a otra, amor, odio, etc., pero es esta otra, la que le atribuye futuros valores de verdad positivos o negativos a su propuesta. Al traducir el material analógico al lenguaje digital, deben introducirse las funciones lógicas de verdad, pues estas faltan en el modo analógico. Tal ausencia se vuelve notable en el caso de la negación, ya que falta el equivalente del no digital. La única solución para poder transmitir una negación consiste, primero, en demostrar o proponer la acción que se quiere negar y luego en no llevarla a cabo. El ritual puede ser el proceso intermedio entre la comunicación analógica y digital, ya que se asemeja al material de un mensaje pero de una manera repetitiva y estilizada ubicada entre la analogía y el símbolo. Revisión Nº: 1. Julio de 2009 Maria Antonia Sala Página 33 de 76 Curso de Formación de Terapeutas Gestalt. La Comunicación 5.5 Todos los intercambios comunicacionales son simétricos o complementarios, según que estén basados en la igualdad o la diferencia Según Nares (1991), en todo intercambio interpersonal, los mensajes analógicos invocan significados a nivel relacional y por lo tanto, constituyen propuestas o solicitudes acerca del tipo de relaciones que se pretenden establecer con el otro (ya sea odio, amor, amistad, competencia, etc.), y las reglas que se deben seguir en el futuro; el otro a su vez, va a atribuir valores positivos o negativos a las propuestas según la imagen de la naturaleza de la relación que se forme, partiendo de la totalidad de los mensajes intercambiados y de su experiencia personal. De aquí que cuando una persona se comunica con otra, esta maniobrando para definir la naturaleza de la relación, mantener el control y confirmar su identidad. En este sentido, Haley citado por Nares (1991) considera que la definición de la relación se refiere fundamentalmente: a la manera y el grado en que las partes de una relación llegan aun consenso sobre lo que es aceptable para el otro en la relación, o sea las reglas que son válidas para la relación. De modo que cuando una persona comunica un mensaje a otra, está maniobrando para definir la naturaleza de la relación. El otro puede aceptar o rechazar la definición del primero y conforme van definiendo la relación deciden conjuntamente, qué tipo de comunicación existe entre ellos. Una vez que la relación se estabiliza, se crea una regla que establece un rango de tolerancia para la desviación, de tal forma que cuando existe la amenaza de salirse de él, ya sea hacia arriba o hacia abajo, se activan sistemas de retroalimentación negativa que contrarrestan la desviación y mantienen la estructura del sistema comunicacional. Entonces, el tipo de relación que se mantiene bien definido por la clase de mensajes que se ponen de acuerdo en considerar mutuamente aceptables. El acuerdo no es fijo, sino que evoluciona conforme uno u otro proponen nuevos tipos de mensajes o cambios del medio ambiente que producen transformaciones en su conducta. Ahora bien, la relación se define claramente cuando los mensajes se califican congruentemente; cuando se hace una afirmación que indica un tipo de relación y se califica Revisión Nº: 1. Julio de 2009 Maria Antonia Sala Página 34 de 76 Curso de Formación de Terapeutas Gestalt. La Comunicación negándola, esto implica una comunicación incongruente que impide la clara definición de la relación. Nadie puede dejar de calificar sus mensajes, aunque a veces esto se haga sutilmente, por ejemplo: a través del silencio, la postura y el contexto. Pues la ausencia de un mensaje en cualquier nivel puede calificar a otro. De tal forma que cuando alguien responde con su propia definición de la relación, lo hace a los múltiples niveles de comunicación del otro. Una persona indica el tipo de relación que tiene con otra mediante lo que dice y la forma en la que lo dice. Así según Nares (1991), la otra persona puede: i. Dar validez al mensaje, aceptando la definición de la relación del otro ii. Responder con una contramaniobra para definirla de forma diferente iii. Aceptar la maniobra del otro, pero condicionando su aceptación con un mensaje adicional, que indique que se le esta permitiendo su maniobre momentáneamente; esto es, que él mantiene el control del tipo de relación Un mensaje enviado se puede dividir en cuatro elementos fundamentales: i. Yo ii. Estoy diciendo algo iii. A ti iv. En ésta situación Las personas pueden evitar definir su relación negando cualquiera de estos o todos ellos. Así puede dejar de afirmar (ver Ilustración 2): i. Que haya dicho algo ii. Que algo fue comunicado iii. Que fue comunicado a la otra persona iv. En un contexto determinado Revisión Nº: 1. Julio de 2009 Maria Antonia Sala Página 35 de 76 Curso de Formación de Terapeutas Gestalt. La Comunicación Elementos del Mensaje Ilustración 2. Modos de evitar definir la relación al negar elementos del mensaje I II III IV Yo Estoy diciendo algo A ti En esta situación Que haya dicho algo Que algo fue comunicado Que fue comunicado a la otra persona En un contexto determinado Evitar definir la relación Negación Fuente: Moreno, P. (2009) En consecuencia, en el encuentro entre dos personas, ambas se enfrentan a dos problemas: primero: ¿Que tipo de relación existirá entre ellos?, y segundo: ¿Quién va a controlar el tipo de relación, o sea, a definirla?. Esto implica que las personas están constantemente ocupadas definiendo sus relaciones o contrarrestando las definiciones de los demás. Una quinta parte de toda comunicación humana sirve para el intercambio de la información, mientras que el resto corresponde al interminable proceso de definición, confirmación, rechazo y redefinición de la naturaleza de sus relaciones con los demás. Esto, lleva a una regla básica de la teoría de la comunicación humana: nadie escapa a la necesidad de definir su relación con el otro e intentar el control de la misma, por lo tanto, ningún mensaje es puramente informativo, sino que todos imponen conductas. Aún cuando alguien no quiera controlar la definición de la relación, controla necesariamente porque se establece una paradoja con los mensajes siguientes: a. Dime lo que debo hacer (te obedezco) b. Obedece mi orden y dime lo que debo hacer Como cualquier paradoja, hay que dividirla en sus dos niveles; uno manifiesto que implica el deseo de someterse, contradicho por el otro oculto, la orden implícita o explícita (según el Revisión Nº: 1. Julio de 2009 Maria Antonia Sala Página 36 de 76 Curso de Formación de Terapeutas Gestalt. La Comunicación acompañamiento paraverbal), de que se obedezca al que habla. El mensaje de mando es de tipo lógico superior al mensaje informe, porque especifica quien fija las reglas para la subclase de comportamiento permisible. Según Nares (1991) sobre la base de los mensajes intercambiados por dos personas, se pueden distinguir diferentes tipos de relación: Complementaria, Simétrica, Recíproca de Bateson o Paralela de Jackson, Metacomplementaria y Pseudosimétrica, como se describen a continuación: 5.5.1 Relación Complementaria: Se refiere al modelo de relación en el que la conducta y las aspiraciones de los individuos o grupos, difieren pero se ajustan mutuamente en un equilibrio dinámico. En este tipo de relación se puede distinguir, siguiendo a Haley citado por Nares (1991), dos posiciones que pueden resultar intercambiables entre los participantes; uno arriba que le pertenece al que tiene control o está a cargo de la relación y uno abajo que le corresponde al que acepta el mando o es cuidado. Como en una relación complementaria, las conductas sumisas y dominantes de las dos partes interactuantes difieren pero encajan mutuamente, ésta puede resultar sana y confirmadora de la identidad de cada uno; o patológica y desconfimadora, según el contexto, la etapa evolutiva de cada uno, las áreas en que se da y la flexibilidad o rigidez con que se establezca. En conexión con lo anterior Laing citado por Beavin, Jackson y Watzlawick (1997), afirma que: “…si a través de mi relación con el otro, ambos obtenemos confirmación, decimos que entre nosotros existe una complementariedad genuina, que es aquella función de las relaciones personales mediante la cual el otro satisface y completa al yo. Una persona puede complementar a otra en muchos sentidos diferentes. Esta función se halla determinada biológicamente en un nivel y es materia de elección altamente individualizada en el otro extremo. Es una relación auténticamente recíproca, donde el tomar acompañará al dar. El acto de tomar será simultáneamente un dar y el de dar simultáneamente un tomar” Revisión Nº: 1. Julio de 2009 Maria Antonia Sala Página 37 de 76 Curso de Formación de Terapeutas Gestalt. La Comunicación Cuando la relación se cristaliza, hasta el punto de buscar la máxima diferencia entre los participantes, a costa de lo que sea, sin importar las circunstancias, el área de especialización y los cambios inherentes al proceso de la vida en general, surge lo que Laing citado por Beavin, Jackson y Watzlawick (1997), llama falsa complementariedad y Ackerman, también citado por los autores anteriormente mencionados, denomina complementariedad negativa. La falsa complementariedad, se caracteriza por la presencia de colusión y confabulación. Según Nares (1991) la colusión es: un juego sin fin, entre dos o más personas, mediante el que se engañan a sí mismas, un juego que es juego del autoengaño mutuo, donde cada uno juega el juego del otro; pseudoconfirmándolo en su identidad, aunque no es indispensable que se den plena cuenta de ello. Característica esencial de este juego, es no admitir que lo es. La confabulación, es también un juego inconsciente que se basa primordialmente en el proceso interpersonal de delegación estudiado por Stierlin. Según Nares (1991), la delegación es un proceso interpersonal por medio del cual, se remite o envía a alguien como representante para cumplir una misión. El miembro enviado, está ligado por fuertes vínculos de lealtad, abiertos o encubiertos hacia el grupo que representa y prueba su valor y fidelidad cumpliendo la misión a toda costa. En términos psicoanalíticos pueden diferenciarse tres tipos o clases de misiones, según estén destinadas a satisfacer el Ello, Yo o Superyó (por lo general parentales), como se describe a continuación: a. Ello: estas misiones buscan satisfacer necesidades afectivas elementales, que los padres no pueden satisfacer por sí mismos. Por ejemplo, se puede enviar al delegado a tener aventuras sexuales, experimentar con drogas, etc. Para excitar a los padres y ayudarlos a vivir lo que no fueron capaces de vivir b. Yo: El delegado a este nivel, ayuda a los padres a superar aspectos prácticos de la vida. Les da apoyo, busca información por ellos, etc. c. Superyó: El delegado puede ser Autoideal, Auto observador o de Conciencia: Revisión Nº: 1. Julio de 2009 Maria Antonia Sala Página 38 de 76 Curso de Formación de Terapeutas Gestalt. La Comunicación • Autoideal: si los delegados son puestos al servicio de esta parte del superyó de los padres, deben llegar a ser los famosos atletas, científicos, artistas, etc., es decir, los que los padres no han podido llegar a ser • Auto observación: si los delegados son puestos al servicio de esta parte del superyó parental, deben de incorporar en su personalidad los aspectos negados y rechazados, deseos, necesidades, motivaciones, etc., de la personalidad de los padres; para que estos puedan tener sus proyecciones a una distancia segura y observable. Los delegados a este nivel son algo así como, los botes de basura de los demás y suelen ser, por lo general, depresivos o delincuentes • Conciencia: cuando los delegados se vinculan en este nivel, las misiones asignadas sirven para expiar la culpa de los padres (o delegantes), reparar sus pecados. Este tipo de delegado presenta con frecuencia conductas autodestructivas en muchos niveles. La delegación en sí, no es necesariamente patológica, se vuelve tal, cuando contiene exigencias excesivas e inadecuadas para la edad del delegado y son conflictivas. Podemos distinguir siguiendo a Stierlin citado por Nares (1991), tres niveles de conflicto: a. Entre dos o más misiones que resultan incompatibles. Por ejemplo, cuando a una persona se le pide que actúe como bebé y adulto simultáneamente b. Entre dos o más vínculos de lealtad: cuando la misión de un delegante, choca con la misión de otro igualmente significativo para el sujeto delegado. Por ejemplo, cada uno de los padres encarga al hijo la misión de aliarse con él para destruir al cónyuge c. Diferencias irreconciliables de valores entre los delegantes parentales y el medio social circundante. Por ejemplo, cuando los padres encomiendan la misión de cuídame para siempre y no me dejes nunca, en un contexto que exige independencia y autonomía creciente Revisión Nº: 1. Julio de 2009 Maria Antonia Sala Página 39 de 76 Curso de Formación de Terapeutas Gestalt. La Comunicación Las delegaciones, generalmente se transmiten al niño a edad muy temprana, por medio de modalidades analógicas de comunicación, profundamente inconscientes; lo que crea un programa de vida internalizado, guión o rol complementario interno patológico, prepara el camino de la profecía autorrealizadora, de Watzlawick. La delegación, es favorecida por los mecanismos de identificación proyectiva, introyección, internalización, identificación, atribución y transferencia intrafamiliar. Según Nares (1991), en general, se distinguen cuatro tipos de delegados: i. Delegados vinculados: Deben cumplir misiones que los mantienen en el centro del campo de la tensión familiar. Por ejemplo, dar significado a la vida de un padre que envejece, permitiendo que este cuide al hijo primogénito, generalmente, renunciando a la paternidad o maternidad ii. Delegados expulsados: Tienen su vínculo laxo con la familia. Aprenden desde pequeños, que la poca atención y aprobación que se les da, tienen que ganársela cumpliendo las expectativas perfeccionistas de los padres. Los delegados de esta modalidad, suelen sufrir enfermedades psicomáticas graves, como por ejemplo el cáncer o la artritis deformante. A menudo se les ha encomendado personalidades conformistas y sin carácter; son capaces de formular quejas y tienden a idealizar a los padres a pesar de haber sido rechazados por ellos iii. Delegación recíproca: Aquí entran en juego con mucha intensidad los mecanismos de colisión y confabulación que ya mencionamos, dando origen a intrincadas redes de lealtad que son difíciles de desentrañar iv. Delegados multivinculados: En este nivel se encuentran todas las formas de triangulaciones ya sea para estabilizar una díada, enfriarla o desviar los conflictos en ella El proceso de delegación es circular, lo que significa que el delegado a su vez se engancha y mantiene el juego porque se beneficia en múltiples niveles del rol central Revisión Nº: 1. Julio de 2009 Maria Antonia Sala Página 40 de 76 Curso de Formación de Terapeutas Gestalt. La Comunicación en la familia, pudiendo por ejemplo, castigar a los delegantes con su conducta sintomática cerrando el circuito una vez más. Resumiendo, entonces se tiene que en la confabulación, los jugadores se delegan mutuamente partes de sí mismos que han sido reprimidas por producir intensa ambivalencia. La atracción hacia el otro se basa en gran medida en estas relaciones, en que se le ve encarnando el Yo rechazado. En el transcurso de la relación, lo que en un principio resulta atractivo vuelve a ser catectizado con ambivalencia y se experimenta como un elemento de conflicto y lucha interpersonal porque los deseos y necesidades delegados, se vuelven cada vez más amenazantes. 5.5.2 Relación Simétrica: Según Nares (1991), este tipo de relación interpersonal, se caracteriza por el esfuerzo constante que los involucrados realizan para igualar su conducta recíproca, eliminando al mínimo las diferencias. La búsqueda simétrica, puede darse en áreas muy diversas; debilidad o fuerza, bondad o maldad, salud o enfermedad, capacidad o incapacidad, etc. Llegando a ser sana o patológica, según el contexto, el momento evolutivo personal y familiar en que se de, y la rigidez o flexibilidad con que se maneje. En todos los casos, el mensaje implícito es un rechazo a la definición del propio self, que puede o no ser confirmador, ya que la declaración: así es como yo me veo, encuentra la respuesta: estás equivocado, pues así es como te veo yo. Cuando se crea una situación de competitividad excesiva y constante, donde ninguna de las dos partes interactuantes pueden aceptar en el mismo nivel, sino que se esfuerzan por mantener la posición dominante en la relación, se produce una escalada simétrica, que rompe el equilibrio dinámico de la simetría sana. Dando lugar a una lucha de poder, donde cada uno trata de ser un poco más igual que el otro. La guerra puede ser abierta o encubierta, con aliados o sin ellos, pero siempre matizada por el sentimiento mutuo de no estar seguro más que en el rol dominante. En Revisión Nº: 1. Julio de 2009 Maria Antonia Sala Página 41 de 76 Curso de Formación de Terapeutas Gestalt. La Comunicación este punto se genera también una escalada de rechazo y descalificación recíproca de la autodefinición, con el mensaje adicional: tú no existes, eres nada. 5.5.3 Relación Recíproca de Bateson o Paralela de Jackson: Según Nares (1991), este término ha sido usado para referirse al modelo interaccional sano, funcional o maduro; que combina flexiblemente pautas complementarias y simétricas en alternancia mutua y deferentes áreas. De tal forma que se logra un equilibrio dinámico, donde se impide el proceso de escalada, puesto que cada una de las pautas actúa como circuito autocorrector y estabilizante del otro. Así por ejemplo, un exceso de rivalidad, en un área determinada de la relación, desencadena pautas complementarias en otras áreas y viceversa. En este tipo de relación, cada uno de los participantes acepta la propia mismidad y la del otro, lo que conduce a la confirmación auténtica y recíproca de la propia identidad en un proceso de mutualidad positiva, con su espiral de crecimiento y satisfacción bidireccional, que conduce en cada giro a niveles superiores de individualización conexa, que enriquecen la identidad y abren nuevas posibilidades de relación. 5.5.4 Relación Metacomplementaria: Según Nares (1991), este modelo relacional resulta más complejo y en ocasiones difícil de captar. Consiste esencialmente en que uno de los participantes, permite y de hecho obliga al otro a tener, en apariencia, el control de la relación, pero definiéndola y por lo tanto, controlándola en un nivel superior, como complementaria. Usando pautas de comunicación paradójica para lograr esto. 5.5.5 Relación Pseudosimétrica: Según Nares (1991), este modelo de interacción implica un grado de elaboración, pues también se basa en paradojas y consiste en que uno de los comunicantes, invita a la Revisión Nº: 1. Julio de 2009 Maria Antonia Sala Página 42 de 76 Curso de Formación de Terapeutas Gestalt. La Comunicación simetría en la superficie, pero obliga en el fondo al otro, pidiéndole que lo trate como igual, en un contexto que define la relación claramente como complementaria. Para evitar malos entendidos con respecto a lo dicho hasta ahora, hay que señalar que si bien es cierto que nadie escapa a la necesidad de definir su relación con el otro, o intentar el control de la misma, también lo es, que las relaciones rara vez se definen deliberadamente con plena consciencia. De hecho, parecería que cuánto más espontánea y sana es una relación, más se pierde en el trasfondo el aspecto de la comunicación, vinculado con la definición de la relación. Del mismo modo, las relaciones enfermizas se caracterizan por una lucha constante acerca de la naturaleza de la relación, mientras que el aspecto de la comunicación vinculado con el contenido, se hace cada vez menos importante. Normalmente, un cierto consenso práctico acerca de la naturaleza de la relación, se consigue por medio de la negociación, ratificación y renegociación. Pero en las relaciones trastornadas, las tentativas de negociación son tan ineficaces y groseras, que ninguno de los participantes puede permitirse un acuerdo; el foso entre las definiciones dadas de la relación, es demasiado ancho y amenaza la supervivencia psicológica de cada uno. Esto conduce a soluciones de compromiso, que Wynne citado por Nares (1991), ha llamado pseudomutualidad y pseudohostilidad. La pseudohostilidad, tiene como base el miedo a la intimidad, la proximidad y comunión. Se manifiesta como la lucha o desacuerdo crónico, sin separación genuina; siendo el enganche maligno su modelo más representativo y patológico. La pseudomutualidad, en cambio, tiene sus raíces más profundas en el temor al conflicto, el desacuerdo y la separación intrafamiliar, por lo que se manifiesta generalmente, como una fachada de armonía, siendo la complementariedad negativa, el ejemplo más claro y extremo de esta modalidad. Revisión Nº: 1. Julio de 2009 Maria Antonia Sala Página 43 de 76 Curso de Formación de Terapeutas Gestalt. La Comunicación VVII.. LLaa ccoom muunniiccaacciióónn ppaarraaddóójjiiccaa Según Beavin, Jackson y Watzlawick (1997), la paradoja es una contradicción que resulta de una deducción correcta a partir de premisas congruentes. Las paradojas pragmáticas surgen en el curso de las interacciones y determinan allí la conducta. Se dividen en instrucciones paradójicas y predicciones paradójicas, tal como se describen a continuación. 6.1 Instrucciones paradójicas Los efectos de la paradoja en la comunicación humana son descritos por primera vez por Bateson, Jackson, Haley y Weakland, citados por Lucerga (2003), el trabajo de este grupo de investigadores supone un cambio radicalmente distinto de aquellas hipótesis según las cuales la esquizofrenia constituye un trastorno intrapsíquico que afecta a las relaciones del paciente con las demás personas y a las de éstas con él. Estos investigadores se preguntan que secuencias de la experiencia interpersonal provocan (en lugar de ser el efecto) una conducta capaz de justificar el diagnóstico de esquizofrenia. Suponen que el esquizofrénico: debe vivir en un universo donde las secuencias de hechos son de tal índole que sus hábitos comunicacionales no convencionales resultan en cierto sentido adecuado. Esto los lleva a postular e identificar ciertas características de tal interacción para las cuales crearon el término doble vínculo. Las características de un doble vínculo son: a. Dos o más personas participan en una relación intensa que posee un gran valor para la supervivencia física y/o psicológica de una, varias o todas ellas, como por ejemplo las relaciones entre padres e hijos b. En este contexto se da un mensaje que está estructurado de tal modo: la persona afirma algo y luego afirma algo de su propia afirmación, sin embargo ambas afirmaciones son mutuamente excluyentes. La incongruencia suele darse entre los dos niveles de comunicación, el verbal y el no verbal, por ejemplo: decirle a una persona te Revisión Nº: 1. Julio de 2009 Maria Antonia Sala Página 44 de 76 Curso de Formación de Terapeutas Gestalt. La Comunicación quiero y al mismo tiempo que con la cabeza hace un gesto de negación, decirle a una persona acércate mientras se extienden los brazos hacia delante como impidiéndolo. Así, si el mensaje es una instrucción, es necesario desobedecerlo para obedecerlo; si es una definición del self: lo es, si no lo es y no lo es, si lo es. Por último, se impide que el receptor del mensaje se evada del marco establecido por ese mensaje, sea metacomunicandose (comentando) sobre él o retrayéndose. En los ejemplos anteriores sería algo así como no poder decirle al emisor de la comunicación: ¿a qué hago caso, a qué me dices que me quieres o a tu cabeza que lo niega?, ¿a qué atiendo, a tus palabras que me dicen ven o a tus brazos que me dicen vete?. De modo que, aunque el mensaje carezca de sentido desde el punto de vista lógico, constituye una realidad pragmática: el receptor no puede dejar de reaccionar a él, pero tampoco puede reaccionar a él en forma apropiada, pues el mensaje mismo es paradójico. Por lo tanto, es probable que una persona en una situación de doble vínculo se vea castigada (o al menos se sienta culpable) por tener percepciones correctas, y sea definida como mala o loca incluso por insinuar que pueda haber una discrepancia entre lo que realmente ve y lo que debería ver. Para un niño vivir en un universo así de manera continua, puede influirle en su desarrollo psíquico y en la construcción de su self. Según Bateson, Jackson, Haley y Weakland, citados por Lucerga (2003), esta es la esencia del doble vínculo: “Se sostiene que el problema de la patogenicidad del doble vínculo no puede resolverse en términos de una relación causa-efecto tomada del modelo médico; el doble vínculo no causa esquizofrenia. Todo lo que puede decirse es que, cuando el doble vínculo se ha convertido en el patrón predominante de comunicación y cuando la atención diagnóstica está limitada al individuo manifiestamente más perturbado, la conducta de este individuo, según se comprobará, satisface los criterios diagnósticos de la esquizofrenia” c. Cuando el doble vínculo es duradero, posiblemente crónico, se convierte en una expectativa habitual y autónoma con respecto a la naturaleza de las relaciones humanas y el mundo en general, una expectativa que no requiere refuerzo ulterior. Revisión Nº: 1. Julio de 2009 Maria Antonia Sala Página 45 de 76 Curso de Formación de Terapeutas Gestalt. La Comunicación d. La conducta paradójica impuesta por el doble vínculo es, a su vez, un doble vínculo y lleva a un patrón de comunicación autoperpetuador. La conducta del comunicante más manifiestamente perturbado, satisface los criterios clínicos de la esquizofrenia si se la examina en forma aislada. Los dobles vínculos no son tan sólo instrucciones contradictorias, sino verdaderas paradojas. El pensamiento del ser humano, la estructura lógica del lenguaje y su percepción de la realidad, en general están tan firmemente basados en la ley aristotélica de que A no puede ser al mismo tiempo no-A, que este tipo de contradicciones es demasiado evidente, errónea, como para tomarla en serio. Incluso las contradicciones impuestas por el diario vivir no son patógenas. Cuando un individuo enfrenta dos alternativas mutuamente excluyentes, es necesario elegir; la propia elección puede no tardar en demostrar que ha sido errónea o bien se puede vacilar demasiado y así fallar. El conflicto surge de lo que, en realidad, equivale a una contradicción entre las alternativas ofrecidas o impuestas. Los efectos de tales experimentos sobre la conducta pueden ir desde la indecisión, hasta una elección errónea o hasta morirse de hambre para escapar al castigo, pero nunca a la patología peculiar que puede observarse cuando el dilema es auténticamente paradójico. El principal distingo entre las instrucciones contrarias y las paradójicas consiste en que, frente a una instrucción contradictoria, se elige una y se pierde, o se sufre, la otra alternativa. El resultado no es feliz. Pero frente a una instrucción contradictoria, la elección es lógicamente posible. La instrucción paradójica, por otro lado, impide la elección misma, nada es posible y se pone así en marcha una serie oscilatoria autoperpetuante. Frente al insostenible absurdo de la situación, es probable que: • Una persona llegue a la conclusión de que debe estar pasando por alto indicios vitales, ya inherentes a la situación, ya que le ofrecen los interactores significativos. Este supuesto se vería fortalecido por el hecho evidente de que, por los demás, la situación parece muy lógica y congruente. La posibilidad de que tales indicios vitales sean retenidos deliberadamente por los demás sólo constituiría una variación sobre el mismo Revisión Nº: 1. Julio de 2009 Maria Antonia Sala Página 46 de 76 Curso de Formación de Terapeutas Gestalt. La Comunicación tema. En cualquiera de los dos casos, y esto es de importancia básica, se ve obsesionado por la necesidad de encontrar esos indicios, de conferir sentido a lo que sucede en él y a su alrededor y eventualmente se encuentra obligado a extender esta búsqueda de indicios y de sentido a los fenómenos más improbables y dispares • Esa persona puede elegir lo que los reclutas consideran como la mejor reacción posible frente a la lógica desconcertante, o a la ausencia de lógica, de la vida militar, es decir, obedecer a todos los mandatos en forma completamente literal y abstenerse manifiestamente de todo pensamiento independiente. Así, en lugar de lanzarse a una búsqueda interminable de significados ocultos, a priori la posibilidad de que exista otro aspecto en las relaciones humanas aparte del más literal y superficial, o bien, de que un mensaje debe tener más significado que otro • La tercera reacción posible es apartarse de toda relación humana. Ello puede lograrse mediante el aislamiento físico en la medida de lo posible y además, cerrando los canales de entrada de la comunicación cuando el aislamiento no basta por sí sólo para lograr el efecto deseado. Una persona que se defiende de esta manera le parecería retraída, inabordable y autista aun observador. Es posible concebir un resultado virtualmente idéntico (escapar a la participación en un doble vínculo) mediante una conducta hiperactiva tan intensa y persistente que ahogue la mayoría de los mensajes que entran. Estas tres formas de conducta frente a la indeterminabilidad que plantean los dobles vínculos reales o habitualmente esperados sugieren, como lo señalan en su trabajo original los autores de la teoría, los cuadros clínicos de la esquizofrenia, esto es, de los subgrupos paranoide, hebefrénico y patatónico (estuporoso o agitado), respectivamente. La comunicación esquizofrénica es en sí misma paradójica, por lo cual impone una paradoja a los otros comunicantes y ello completa el ciclo vicioso. La forma más frecuente en que la paradoja interviene en la pragmática de la comunicación humana, es a través de una instrucción que exige una conducta específica, que por su misma naturaleza sólo puede ser espontánea. El prototipo de este mensaje es: Sé espontáneo. Todo Revisión Nº: 1. Julio de 2009 Maria Antonia Sala Página 47 de 76 Curso de Formación de Terapeutas Gestalt. La Comunicación aquel que enfrenta esta instrucción se encuentra en una posición insostenible, pues para obedecerlo tendría que ser espontáneo dentro de un marco de sometimiento, de noespontaneidad. Algunas de las variaciones de este tipo de instrucción paradójica pueden ser: • Ámame o debes amarme • Quiero que me domines (se le pide a una persona pasiva) • Tú mandas • No seas tan obediente (se le pide a alguien que es dependiente) • Debería gustarte… • Eres libre para… En todos estos ejemplos, en el peor de los casos, el otro se niega a obedecer o, en el mejor de los casos, hace lo adecuado pero por motivos erróneos, siendo los motivos erróneos la obediencia. En términos de simetría y complementariedad, estas instrucciones son paradójicas, porque exigen simetría dentro del marco de una relación definida como complementaria. La espontaneidad florece en la libertad y desaparece con la restricción. 6.2 Predicciones paradójicas Una predicción paradójica consiste en avisar o anunciar algo, por ejemplo: el capitán de un regimiento dice a sus soldados: Voy a pasar revista sin avisar la próxima semana. De modo que: i. El anuncio contiene una predicción en el lenguaje de los objetos (Voy a pasar revista) ii. Contiene una predicción en el lenguaje que niega la posibilidad de predecir (sin avisar) iii. Ambas predicciones son mutuamente excluyentes Revisión Nº: 1. Julio de 2009 Maria Antonia Sala Página 48 de 76 Curso de Formación de Terapeutas Gestalt. La Comunicación Lo que nos hace a las personas vulnerables a este tipo de predicciones paradójicas es, por un lado, el empleo del pensamiento lógico y por otro, la confianza que se deposita en el otro. En el caso de los pacientes esquizofrénicos la cuestión se agrava, ya que además de lo anteriormente dicho, comunican mensajes que son indeterminados. Merlich citado por Beavin, Jackson y Watzlawick (1997), ofrece un excelente resumen de esta situación: “Una manera de no decir nada consiste en contradecirse a uno mismo, y si uno logra dicha contradicción diciendo que uno no dice nada, entonces, finalmente, uno no se contradice en absoluto. Uno puede comerse el pastel y conservarlo al mismo tiempo” Si el esquizofrénico intenta no comunicarse, entonces la solución para este dilema, es el uso de mensajes indeterminables que afirman con respecto a sí mismos, que no afirman nada. Las predicciones paradójicas aparecen cada vez que la persona A es objeto de la confianza implícita del otro, B y amenaza a B con hacer algo que convierta a A, en alguien que no merece confianza. En este tipo de situaciones, sólo uno de los participantes tiene información mientras que el otro lo único que puede hacer, es confiar o no confiar en la comunicación de tal información. La confianza siempre está relacionada con resultados futuros y con la posibilidad de predecirlos. En aquellas situaciones donde ninguna de las dos personas posee información de primera mano, ambas deben basarse en su confianza mutua, en una evolución tentativa de su propia confiabilidad ante los ojos del otro y en sus intentos de predecir el procedimiento de decisión de éste, que depende en gran medida de las predicciones de este con respecto a las propias. Estas predicciones invariablemente se vuelven paradójicas, como es el caso del Dilema de los Prisioneros, el cual según Beavin, Jackson y Watzlawick (1997), es un juego de suma no nula, donde la meta de cada jugador es su propia ganancia absoluta al margen de la ganancia o pérdida del otro. Revisión Nº: 1. Julio de 2009 Maria Antonia Sala Página 49 de 76 Curso de Formación de Terapeutas Gestalt. La Comunicación VVIIII.. EEssttiillooss ccoom muunniiccaattiivvooss sseeggúúnn VViirrggiinnaa SSaattiirr Satir (1991) afirma que hay ciertos patrones, al parecer universales, que rigen la forma como la gente se comunica. Las personas resuelven de cuatro maneras los efectos negativos del estrés o tensión: aplacando, culpando, calculando y distrayendo. Estos patrones se presentan cuando una persona responde a la tensión y al mismo tiempo, siente que disminuye su autoestima. Cuando existe una discrepancia entre la comunicación verbal y no verbal se producen dobles mensajes: las palabras dicen una cosa y el resto del cuerpo comunica algo distinto. Estos dobles mensajes pueden advertirse cuando una persona tiene pensamientos como por ejemplo: • Tengo una baja autoestima y creo que soy malo cuando me siento así • Tengo miedo de lastimar los sentimientos de los demás • Me preocupan las represalias de los demás • Temo la ruptura de nuestra relación • No quiero imponerme • No me doy cuenta de nada que no sea yo y no quiero dar significado alguno a los demás o a la interacción misma Cuando en la comunicación de una persona están presentes los dobles mensajes, el que escucha tiene que enfrentarlos y el resultado de la comunicación esta muy influido por su respuesta. Ante esto, según Satir (1991), las posibilidades son: • Elegir las palabras e ignorar lo demás • Elegir el aspecto no verbal e ignorar las palabras • Ignorar la totalidad del mensaje cambiando el tema • Comentar sobre la doble naturaleza del mensaje (metacomunicación) Los cuatro patrones universales que utiliza la gente para resolver la amenaza de rechazo son: Revisión Nº: 1. Julio de 2009 Maria Antonia Sala Página 50 de 76 Curso de Formación de Terapeutas Gestalt. La Comunicación i. Aplacar, para que la otra persona no se enfade ii. Culpar, para que la otra persona la considere fuerte iii. Calcular, para enfrentar la amenaza como si fuese inocua y así la autoestima personal se oculta detrás de impresionantes palabras y conceptos intelectuales iv. Distraer, para ignorar la amenaza, actuando como si no existiera El cuerpo ha aprendido a reflejar los sentimientos de valía personal, sin que las personas se den cuenta. Si la autoestima está en duda, los cuerpos expresan mediante alguna manifestación física. A continuación se describen con más detalle cada uno de los patrones según Satir (1991). 7.1 Aplacador El Aplacador habla con un tono de voz congraciador, trata de agradar, se disculpa y nunca se muestra en desacuerdo, sin importar la situación. Es el hombre si, que habla como si nada pudiera hacer por él mismo; siempre tiene que recurrir a la aprobación de los demás. Para un buen papel aplacador, es muy útil que quien lo interprete piense que nada vale; que tiene suerte de que le permitan comer; que debe gratitud a todos y que es responsable de todo lo que salga mal; sabe que podría hacer cualquier cosa si utilizara el cerebro, pero reconoce que no lo tiene: Por supuesto, acepta cualquier crítica contra él y se muestra agradecido de que alguien quiera dirigirle la palabra, sin importar lo que diga o cómo lo haga. No piensa en pedir algo para sí; después de todo, ¿quién es él o ella para pedir nada?. Además, si es bueno, las cosas llegan por sí solas. Quien interprete este papel debe adoptar una actitud melosa, de mártir y humilde. Tiene que imaginar que se encuentra arrodillado, encorvado y levantando una mano con ademán suplicante. Debe conservar la cabeza erguida hasta que le duela el cuello, tenga los ojos tensos y le duela la cabeza. Revisión Nº: 1. Julio de 2009 Maria Antonia Sala Página 51 de 76 Curso de Formación de Terapeutas Gestalt. La Comunicación Al hablar en esta postura, su voz es aguda y chillona, porque no tiene suficiente aire para proyectar una voz rica y profunda. Dice sí a todo, sin importar lo que sienta o piense. La actitud del aplacador requiere de la postura que haga juego con la respuesta aplacadora. Se puede reconocer por las características siguientes: 7.2 • Palabras: Aceptación: Lo que quieras me parecerá bien. Solo vivo para hacerte feliz • Cuerpo: Apacigua: Soy un desvalido (reflejado en la postura de víctima) • Interior: Siento que soy nada; sin ti no vivo. No tengo valor alguno Acusador o Inculpador El Acusador o Inculpador es aquél que encuentra defectos, un dictador, un jefe que adopta una actitud de superioridad y parece decir: Si no fuera por ti, todo estaría bien. El sentimiento interno tensa músculos y órganos; entre tanto, la presión arterial aumenta. La voz es dura, tensa ya menudo aguda y ruidosa. Para mejor inculpar es necesario ser tan ruidoso y tiránico como sea posible. Acabar con todos y todo. Pensar que se señala con un dedo acusador y empezar la frase diciendo: Nunca haces esto; Siempre haces aquello; ¿Por qué siempre?; ¿Por qué nunca? y demás. Al tratar con estas personas, no es necesario molestarse en dar una respuesta, eso no tiene importancia. Al acusador le interesa más maltratar que descubrir algo. Un individuo que inculpa, respira con inhalaciones cortas, o aguanta la respiración, tensa los músculos del cuello. Su postura suele ser de pie con una mano en la cadera y la otra extendida, con el índice apuntando hacia adelante. Su rostro esta contraído, los labios curvados en una mueca, las aletas nasales distendidas al tiempo que grita, insulta y critica todo lo que tiene a la vista. Tampoco considera tener valor alguno, así que si puede lograr que alguien le obedezca, siente que representa algo. Dada la conducta de obediencia recibida, se siente eficaz. Los rasgos característicos son: Revisión Nº: 1. Julio de 2009 Maria Antonia Sala Página 52 de 76 Curso de Formación de Terapeutas Gestalt. La Comunicación • Palabras: Desacuerdo: Nunca haces algo bien. ¿Qué te sucede? • Cuerpo: Acusa: Yo soy el que manda aquí • Interior: Me siento solo e inútil 7.3 Calculador El Calculador es un individuo muy correcto, razonable, que no muestra sentimiento alguno. Esta persona parece tranquila, fría, contenida y es posible compararla con una computadora o diccionario. El cuerpo se palpa seco, frío y tiene una actitud distante. La voz es seca y monótona y las palabras suelen ser abstractas. Utiliza las palabras más largas que ha escuchado, aun cuando desconoce su significado; así, al menos, piensa que parece inteligente. En una persona calculadora su voz se apaga de manera natural, debido a que no hay sensaciones por debajo del cráneo. Su mente se concentra en impedir el movimiento y se encuentra muy ocupado en buscar palabras adecuadas. Después de todo, nunca debe cometer errores. Lo triste de este papel es que representa el ideal de muchas personas, se resume en la frase: Di lo correcto, no muestres emoción. No respondas. Se pueden reconocer por los siguientes aspectos: • Palabras: Superrazonables: Si alguien observara con detenimiento, podría notar que uno de ustedes tiene las manos maltratadas por el trabajo 7.4 • Cuerpo: Calcula: Soy sereno, frío y controlado • Interior: Me siento indefenso Distractor Cualquier cosa que haga o diga el distractor es irrelevante a lo que los demás hagan o digan. Esta persona no responde a la situación. Su sentimiento interno es de aturdimiento; la voz puede ser un sonsonete que, a menudo, no armoniza con las palabras y puede volverse aguda o grave sin razón porque está enfocada en el vacío. Revisión Nº: 1. Julio de 2009 Maria Antonia Sala Página 53 de 76 Curso de Formación de Terapeutas Gestalt. La Comunicación El distractor mueve continuamente la boca, el cuerpo, los brazos y las piernas. Nunca va al grano con sus palabras. Ignora las preguntas de los demás; o responde con otra relacionada con un tema distinto. Retira una pelusa imaginaria de la ropa de alguien, desamarra sus zapatos y cosas así. Su cuerpo se desplaza en distintas direcciones al mismo tiempo. Junta las rodillas de manera exagerada; esto hace que resalten las caderas y que encorve los hombros, a la vez que sus brazos y manos se mueven en direcciones opuestas. Si una persona decide comenzar a usar este papel, es posible que al principio sienta alivio, pero después de unos minutos, siente la aparición de una terrible soledad y falta de propósito; aunque, si se mueve con suficiente rapidez, no lo nota. Las características más resaltantes de este estilo son: • Palabras: Irrelevantes: Las palabras carecen de sentido o no tienen relación alguna con el tema • Cuerpo: Angulado: Voy a otra parte • Interior: A nadie le importo. Aquí no hay sitio para mí Las personas aprenden estas formas de comunicación desde la infancia. A la vez que los niños se abren camino en el mundo complejo y a menudo, amenazador en el que se encuentran, prueban uno u otro de estos patrones de comunicación. Después de utilizarlo con frecuencia, el niño ya no puede distinguir la respuesta, de los sentimientos de valía. Al utilizar estas cuatro respuestas, el individuo favorece el estado de baja autoestima o de olla vacía. Estos métodos de comunicación están reforzados por la manera como se asimila la autoridad en la familia y por las actitudes imperantes en nuestra sociedad, que se pueden observar en mensajes como: • No trates de imponerte; es egoísta que pidas cosas para ti (refuerza la conducta aplacadora) Revisión Nº: 1. Julio de 2009 Maria Antonia Sala Página 54 de 76 Curso de Formación de Terapeutas Gestalt. La Comunicación • No permitas que los demás te humillen; no seas cobarde (refuerza al acusador o inculpador) • 7.5 No seas tan serio. iAlégrate! ¿A quién le importa nada? (refuerza la actitud distractora) Nivelador Los cuatro estilos limitativos de comunicación mencionados anteriormente, no son los únicos que existen. Existe otra respuesta denominada niveladora o fluida; en ella, todas las partes del mensaje siguen una misma dirección: las palabras hacen juego con la expresión facial, la postura corporal y el tono de la voz. Las relaciones son más fáciles, libres y sinceras y la gente percibe menos amenazas para su autoestima. Esta respuesta alivia cualquier necesidad de aplacar, culpar, ocultarse en una computadora o permanecer en movimiento perpetuo. De las cinco respuestas, sólo la niveladora permite resolver rupturas, abrir los callejones sin salida o construir puentes de unión entre las personas. La persona niveladora, se disculpa al darse cuenta de que hizo algo no intencionado; se disculpa por un acto, en vez de hacerlo por su existencia. Del mismo modo, puede criticar y evaluar de manera niveladora al valorar un acto y no culpar a la persona. A menudo, también puede ofrecer una alternativa. A veces, habla de cosas intelectuales, da sermones, explicaciones o indicaciones cuando sean fundamentales los significados precisos de las palabras. Al nivelar en esta área, muestra sus sentimientos y se mueve con libertad al ofrecer una explicación; no actúa como máquina (muchos individuos que se ganan la vida con el cerebro -científicos, matemáticos, contadores, maestros y terapeutas- a menudo están motivados por el deseo de ser objetivos, se conducen como máquinas y ejemplifican la respuesta calculadora). Además, a veces desea cambiar el tema; en la respuesta niveladora, dice lo que realmente quiere en vez de dar saltos por la habitación. Revisión Nº: 1. Julio de 2009 Maria Antonia Sala Página 55 de 76 Curso de Formación de Terapeutas Gestalt. La Comunicación El efecto de la nivelación es la congruencia. Cuando el nivelador dice: Me agradas, su voz es cálida y mira a los ojos. Si sus palabras son: Estoy furioso contigo, su voz es áspera y tiene el rostro tenso. El mensaje es único y directo. La respuesta niveladora también representa la verdad de esa persona en un momento específico. Esto contrasta, por ejemplo, con una respuesta inculpadora, en la que la persona se siente indefensa, pero actúa con ira o está lastimada y se conduce con valentía. Un tercer aspecto de la respuesta niveladora es que es total y no parcial. El cuerpo, los pensamientos y las emociones se hacen evidentes, a diferencia de la respuesta calculadora, por ejemplo, en la que nada se mueve excepto la boca, y sólo un poco. La gente niveladora muestra integración, fluidez y apertura. La nivelación permite vivir con intensidad, en vez de sólo existir. Todos confían en estos individuos, pues saben qué esperar de ellos y se sienten a gusto en su presencia. Su postura es de libertad de movimientos. Para facilitar la diferenciación de cada una de estas modalidades de expresión, a continuación se presentan, a modo de ejemplo, cinco formas de disculpa en el caso en el que una persona acaba de tropezar: i. Aplacador: (bajando la mirada y retorciendo las manos) Por favor, discúlpame. Soy muy torpe ii. Acusador (Inculpador): iPor Dios, acabo de golpearte el brazo! ¡La próxima vez, ten más cuidado para no darte un codazo! iii. Calculador: Quiero ofrecerte una disculpa. Sin percatarme de lo que hacía, golpeé tu brazo al pasar. Si te he causado algún daño, por favor, comunícate con mi abogado iv. Distractor: (mirando a otra persona) Caramba, ese tipo parece furioso. Alguien debió golpearlo v. Nivelador: (mirando directamente a la persona) Tropecé contigo, lo lamento. ¿Te lastimé? Revisión Nº: 1. Julio de 2009 Maria Antonia Sala Página 56 de 76 Curso de Formación de Terapeutas Gestalt. La Comunicación Para la mayoría de las personas a veces es muy difícil renunciar a los antiguos patrones para convertirse en niveladores. Una manera de alcanzar este objetivo, es averiguar cuáles son los temores que impiden adoptar una actitud niveladora. Para acabar con el rechazo que tanto teme, el individuo tiende a auto-amenazarse de alguna de estas formas: a. Podría cometer un error b. Alguien tal vez se sienta disgustado c. Alguien podría criticarme d. Tal vez se convierta en una imposición para los demás e. Él/Ella pensará que no sirvo para nada f. La gente podría pensar que no soy perfecto g. Él/Ella podría abandonarme Para vencer estos temores es útil desarrollarse como personas hasta lograr responder a los argumentos anteriores con las siguientes respuestas: a. Sin duda cometeré errores si emprendo cualquier acción, en particular una nueva b. Seguramente alguien estará inconforme con lo que haga. No todos gustamos de las mismas cosas c. Sí; alguien me criticará. En realidad, no soy perfecto y las críticas son útiles d. ¡Claro! Cada vez que hablo e interrumpo a otra persona, ¡trato de imponerme! e. Bien, tal vez ella piense que no sirvo para nada. ¿Podré sobrevivir al comentario? Tal vez a veces no sea el mejor; a veces la otra persona me echa la culpa. ¿Puedo distinguir la diferencia? f. Si pienso siempre que debo ser perfecto, es muy posible que siempre encuentre alguna imperfección g. Y bien, tal vez me abandone. Quizá sea lo mejor y de cualquier modo, no voy a morir por eso Revisión Nº: 1. Julio de 2009 Maria Antonia Sala Página 57 de 76 Curso de Formación de Terapeutas Gestalt. La Comunicación Estas actitudes brindan la oportunidad de la auto-dependencia; aunque esto no es sencillo e indoloro. Si la persona aprende a reírse de sí mismo, hace esta tarea algo más grata. Es posible crecer y sentirse bien, el resultado bien vale el esfuerzo. La respuesta niveladora no es una receta mágica. Es una forma de responder a personas reales en situaciones reales. Permite a la persona estar de acuerdo, porque lo está en realidad y no porque, quiera ganar el aprecio de los otros. La nivelación posibilita utilizar el cerebro libremente, pero no a costa de los sentimientos o el ánimo propio. También hace facilita cambiar el curso, no para escapar de la situación, sino porque eso es lo que se desea y necesita hacer. La respuesta niveladora permite vivir de forma íntegra: verdadera, en contacto con la cabeza, corazón, sentimientos y cuerpo. Un nivelador tiene integridad, compromisos, sinceridad, intimidad, competencia, creatividad y la capacidad para resolver problemas verdaderos de una manera real. Los cuatro patrones de comunicación restantes conducen a una dudosa integridad, aun compromiso negociado, a la falta de honestidad, a la soledad, un mal desempeño, a la estrangulación tradicional y a la resolución de problemas imaginarios con medios destructivos. Se requiere de valor, arrojo, algunas nuevas creencias y habilidades para convertirse en un individuo nivelador. No es posible fingir. Revisión Nº: 1. Julio de 2009 Maria Antonia Sala Página 58 de 76 Curso de Formación de Terapeutas Gestalt. La Comunicación VVIIIIII.. N Niivveelleess ddee ccoom muunniiccaacciióónn Según Fritzen (1987), la propia realidad personal, el Yo consciente, la imagen de sí mismo, está conformada por la composición integradora de los siguientes elementos endovivenciales: • Lo que el individuo cree ser: La propia consciencia de sí mismo, que ha adquirido a lo largo de las experiencias de su vida, que han creado esa autoimagen personal que se llama el Self • Lo que el individuo desea ser: La imagen con la que se compara, a partir de modelos referenciales, de valores sociales y culturalmente aceptados, de exigencias y expectativas parentales. Es la imagen idealizada que constituye lo que se llama Ideal del Yo y que actúa directiva y correctivamente en su comportamiento • Lo que los demás ven en el individuo: Lo que le reflejan, como en un espejo, en sus actitudes hacia éste, sus reacciones, sus comportamientos de aceptación o de desaprobación. Es el tercer elemento constituyente de la conciencia del propio Yo, se denomina Imagen en Espejo • Lo que se conoce por Estereotipo Social: El último elemento para la identificación de la propia imagen. Es la imagen con la que de algún modo se identifica al individuo por: como son la gente de tal edad, los de tal sexo, los de tal profesión, o de cualquiera de los distintos grupos de pertenencia en los que socialmente se integran las personas Los niveles de comunicación se pueden evaluar a través del modelo psicodinámico postulado por Fritzen (1987), conocido como La Ventana de Johari. Según este esquema, se puede considerar a la persona dividida en cuatro áreas o zonas (naturalmente, el hombre es un todo y funciona como una unidad, la división es didáctica), como se representa en la ilustración siguiente: Revisión Nº: 1. Julio de 2009 Maria Antonia Sala Página 59 de 76 Curso de Formación de Terapeutas Gestalt. La Comunicación Desconocido para otros Conocido por otros Ilustración 3. Ventana de Johari Conocido por mi Desconocido por mi Área Abierta: (I) Yo abierto o público Área Ciega: (III) Yo desconcertante o ciego Área Oculta: (II) Yo oculto, secreto o evitado Área Desconocida: (IV) Yo desconocido (inconsciente) Fuente: Fritzen (1987). Adaptado por: Moreno, P. (2009) i. Yo abierto o público: lo que la persona sabe de sí misma y los demás saben. Es también denominada, área de la libre actividad. Aquí se incluye todo lo que es de fácil acceso para el individuo y para otras personas. Comprende todo el mundo de datos, temas e ideas que normalmente no hay por qué ocultar. Es lo obvio (sexo, raza, trabajo, militancia, aficiones, ideología, etc.) o lo conocido porque el sujeto lo comunica con facilidad en cualquier conversación. Todo lo que entra dentro de esta área se puede compartir con facilidad. La comunicación a este nivel es fácil, abierta, relajada y libre. Es en el terreno de la confianza. Cada uno sabe cuál es el terreno que pisa. Cada uno se siente seguro de sí mismo y de los demás en este terreno. En este nivel el contenido de la comunicación es superficial, no puede exceder mucho de los lugares comunes, de las circunstancias más externas de cada persona o de algunos sucesos o temas de interés común. ii. Yo oculto, secreto o evitado: lo que la persona sabe de sí misma y los demás no saben. Aquí está todo el conjunto de los sentimientos, los secretos, las experiencias íntimas. En principio es algo que solamente la propia persona conoce y que comunica con dificultad. Son datos, sobre sí mismo o sobre cualquier problema o tema, que se mantienen ocultos para los otros. Es el terreno del recelo y del secreto. La comunicación a este nivel tiene que ser necesariamente cautelosa, fría, distante, evasiva. En ocasiones, contenidos de Revisión Nº: 1. Julio de 2009 Maria Antonia Sala Página 60 de 76 Curso de Formación de Terapeutas Gestalt. La Comunicación esta zona pasan al área I (Yo abierto o público) cuando son comunicados. Los sentimientos que más fácilmente se comunican son aquellos que no tienen que ver con la situación presente, ya que sin duda a las personas les cuesta más expresar los sentimientos relacionados con el Aquí y Ahora, aunque sean mas triviales, por ejemplo, puede ser mas fácil decir: odio a mi padre, que tú me estas aburriendo ahora iii. Yo ciego o desconcertante: Lo que la persona no sabe de sí misma y los demás saben. Aquí está todo lo que los demás ven en el individuo y él no. Es la impresión que causa en los demás, el impacto de su conducta en ellos. La comunicación es sobre todo a través de las actitudes, signos no verbales, etc. Ejemplos de contenidos en esta área, pueden ser sentimientos de inferioridad, necesidad de controlar, algo que la persona no ve o no quiere ver, porque no está de acuerdo con su propia imagen, con lo que cree que es. Se llama también Yo desconcertante porque cuando alguien le devuelve esta impresión al sujeto, se desconcierta y tiende a defenderse. Sus mecanismos de defensa se encargan de que no haga consciente lo que hay allí (racionalización, proyección, etc.). Es el terreno de la inseguridad frente a los demás. Los sentimientos de perplejidad, suspicacia, incertidumbre, aversión y las actitudes defensivas, afloran necesariamente cuando la comunicación se entabla directamente a este nivel iv. Yo desconocido, inconsciente: Lo que ni la persona, ni los demás saben. Impulsos profundos, motivaciones ocultas, etc. Aquí los individuos se encuentran en el terreno de la ignorancia compartida, que interfiere cualquier posible comunicación Cuando dos o varias personas se ponen en contacto y se interrelacionan, las cuatro clases de contenidos interactúan y los sentimientos y actitudes correspondientes se suscitan, obstaculizando e imposibilitando la comunicación. Estas cuatro zonas están relacionadas entre sí. Un cambio en una afecta a las otras, por ejemplo, si la zona I aumenta, la zona II disminuye. Cuanto más grande es la zona I, existe un mayor autoconocimiento, menos barreras y la comunicación es mas profunda. Tomando en cuenta esta relación entre las zonas, se pueden destacar los siguientes niveles de comunicación: Revisión Nº: 1. Julio de 2009 Maria Antonia Sala Página 61 de 76 Curso de Formación de Terapeutas Gestalt. La Comunicación a. De Yo abierto a Yo Abierto: La mayoría de relaciones de dan a este nivel. Se prescinde del mundo de los sentimientos: no se reconocen los propios, ni se hacen eco de los del otro, sobre todo si están referidos al momento presente b. De Yo Secreto a Yo Abierto: Cuando deliberadamente la persona comunica conocimientos o hace confidencias. La comunicación en esta área no es fácil, sobre todo si se trata de sentimientos presentes, muchas veces porque cuesta reconocerlos y aceptarlos. Ignorar esta área, impide el crecimiento o madurez de la relación interpersonal. Muchos problemas interpersonales no se resuelven porque no se descubren los propios sentimientos c. De Yo Secreto a Yo Secreto: Contagio emocional o confluencia, por ejemplo: Yo estoy muy tensa y hago que tu te sientas tensa d. De Yo Ciego a Yo Abierto: Este es un nivel constante de comunicación: desde el propio Yo ciego al Yo abierto de los demás. Los otros reciben un mensaje sobre la persona que ésta desconoce o no quiere conocer. Cuando alguien dice algo sobre una cosa, dice mas sobre sí mismo que sobre esa cosa. Revisión Nº: 1. Julio de 2009 Maria Antonia Sala Página 62 de 76 Curso de Formación de Terapeutas Gestalt. La Comunicación IIXX.. LLaa ccoom muunniiccaacciióónn eenn TTeerraappiiaa G Geessttaalltt:: CCoom muunniiccaacciióónn rreessppoonnssaabbllee yy ccoonnggrruueennttee Si bien una persona es básicamente la misma en los diferentes contextos de su vida, cuando interacciona con otras personas desde un rol de terapeuta, esta ante una relación que es por sí misma de naturaleza complementaria: la persona que consulta (paciente) sabe mucho (sea consciente de ello o no) de sí misma y el terapeuta sabe o posee, unos conocimientos acerca de sí mismo, de la naturaleza humana, de la manera satisfactoria o no en que las personas manejan su energía para formar figuras claras que posibiliten la satisfacción de sus necesidades o, por el contrario, de la manera en cada persona bloquea esa energía interrumpiendo de ese modo el fluir natural de la energía en el ciclo de satisfacción de necesidades. Si el terapeuta, tiene unos conocimientos acerca de cómo practicar la psicoterapia, esos conocimientos guían lo que percibe y que significado le da. Lo que no tiene que olvidar es que la persona con quien esta en una sesión de terapia es un ser particular, único, por tanto cualquier significado que de a sus palabras y gestos lo debe cotejar con ella. Para el terapeuta es muy difícil escapar a la interpretación, lo importante es que se dé cuenta que esta interpretando y que no confunda esa interpretación, con la realidad de la otra persona. Cualquier percepción e intuición pueden ser expresadas y comprobar si se ciñe o no a lo que la otra persona experimenta, piensa o siente. Bettelheim (1997) afirma que la psicoterapia es el arte de lo obvio, que se manifiesta en el Aquí y Ahora, en lo que se experimenta y se percibe en el momento presente. Cabe destacar que en este apartado se utiliza el término persona al mencionar a la persona que consulta, ya que es difícil encontrar un término adecuado. La palabra paciente, no es apropiada porque remite demasiado al modelo médico y la palabra cliente evoca a lo mercantil, al intercambio comercial. En cambio, la palabra persona se considera mas acorde, al fin y al cabo, en un contexto terapéutico se produce el encuentro entre una persona y otra persona y cada una de las cuales, como se menciona anteriormente, posee unos conocimientos y un rol diferente. Revisión Nº: 1. Julio de 2009 Maria Antonia Sala Página 63 de 76 Curso de Formación de Terapeutas Gestalt. La Comunicación Bien, cuando el terapeuta se encuentra con la persona que le consulta, es necesario que no olvide que cualquiera manifiesta algo de sí mismo en cualquier acción, gesto, palabra, etc., ya que el ser humano se plasma en cualquiera de estos actos. Por esto los terapeutas gestalt se entrenan en la observación en el Aquí y Ahora, en lo fenomenológico, por tanto y en lo referente a comunicación, se tiene en cuenta la comunicación verbal y la comunicación no verbal. 9.1 Comunicación verbal En la comunicación verbal se puede observar qué palabras usa la persona: si hay alguna que aparece con frecuencia en su discurso, teniendo en cuenta que a veces una sola palabra puede ser la palabra-síntesis de una experiencia. Si este el caso el terapeuta puede pedirle a la persona que exprese qué quiere decir para ella esa palabra. Por ejemplo, cuando alguien emplea a menudo la palabra lucha para referirse a la relación que mantiene con sus hijos, cuando emplea la palabra depre o deprimido, etc. Las palabras que una persona escoge no son azarosas, puede que no sea consciente de la palabra escogida, pero escoge esa palabra y no otra. Hay palabras cuyo significado está tan cargado afectivamente que solo pronunciarlas producen evocaciones y asociaciones, por ejemplo: mamá, papá, miedo, odio, amor, vergüenza, furia, etc. Saberlas utilizar en el momento oportuno en el contexto terapéutico, puede contribuir a que la persona realice una formación de figura vinculada al significado de esa palabra. Por ejemplo: un terapeuta en una sesión con una mujer de mediana edad, que le habla de las relaciones significativas desarrolladas a lo largo de su vida, comenta que se da cuenta de que se agarra a las personas. Mientras pronuncia la palabra agarrar su mano izquierda coge a la derecha y los dedos se curvan como garras. Ante esto el terapeuta le pide que tome conciencia de ese movimiento mientras repite interiormente la palabra agarrar. Así, esta persona ha logrado pasar de experimentar un insigth (Darse Cuenta) intelectual, a saber que se agarra a los otros, a experimentar un insigth (Darse Cuenta) emocional, es decir, a experimentar la conciencia que es parte de una experiencia afectiva. Revisión Nº: 1. Julio de 2009 Maria Antonia Sala Página 64 de 76 Curso de Formación de Terapeutas Gestalt. La Comunicación Cuando la persona emplee palabras que hagan referencias a conceptos abstractos (amor, dolor, malestar, etc.), es necesario que el terapeuta le solicite que explique lo que eso significa para ella. La manera en que cada uno habla, indica que sistema representacional del mundo utiliza. Existe una diferencia irreductible entre el mundo y la experiencia que cada individuo tiene de él. Cada quien crea una representación del mundo en el que vive, es decir, un mapa o un modelo que sirve para generar la conducta. La representación personal del mundo determina lo que es la experiencia de él, el modo de percibirlo y las opciones de que se disponen al vivir en el mundo. Los modelos que crea cada sujeto son diferentes y estas diferencias vienen dadas por ciertas limitaciones de tipo neurológico, social e individual. Los sistemas representacionales del ser humano son el visual, el auditivo y el kinestésico. Se utilizan los tres, aunque es posible que cada individuo utilice preferentemente alguno de ellos. Las personas cuando hablan dan determinadas claves que permiten discernir que sistema representacional esta utilizando. Así los sujetos con un sistema representacional básicamente visual utilizan frases del tipo: así es como lo veo, echando un vistazo y palabras que denotan cualidades visuales como brillante, claro, oscuro, difuminado, etc. Las personas que utilicen un sistema auditivo utilizan expresiones como: me suena, me digo. Las que utilicen uno kinestésico me siento, me toca. Si un terapeuta logra Darse Cuenta de que sistema representacional utiliza una persona, puede sintonizar en la misma frecuencia usando las mismas claves que esta. Es importante que el terapeuta observe si la persona utiliza frases impersonales (que incluye los pronombres él, la o lo), porque cuando utiliza este tipo de frases, el sujeto se externaliza, la cosa en cuestión está allí fuera y no es ni suya, ni del otro, por ejemplo: lo extraño es que queramos estar juntos (¿dónde está ese lo que resulta extraño?). Una frase que comunica más directamente es: yo me siento extraño estando contigo. Revisión Nº: 1. Julio de 2009 Maria Antonia Sala Página 65 de 76 Curso de Formación de Terapeutas Gestalt. La Comunicación El terapeuta puede observar también que persona gramatical utiliza: la primera persona del singular (yo, me, mi) o en segunda persona (tú, te, ti). Si alguien comienza una frase en segunda persona del singular es más frecuente que su interlocutor se sienta a la defensiva, lo más probable es que esté eludiendo la responsabilidad de sus afirmaciones. La mayoría de afirmaciones que hace acerca del otro, en realidad son afirmaciones disimuladas acerca de sí mismo, por ejemplo: cuando alguien dice: eres sorprendente, no es lo mismo que diga: yo me sorprendo contigo, o si dice: eres horrible, puede encubrir tú me caes fatal y eso es culpa tuya, quiero que cambies para que me caigas bien. El uso de la segunda persona facilita el juego de echarse la culpa el uno al otro. Si dos personas tienen una diferencia o una disputa, es fácil que uno inculpe al otro al hablar de él y no de sí mismo, así evita su propia responsabilidad ante la diferencia. En cambio si habla en primera persona, reconoce su parte de la responsabilidad en la diferencia entre ambos, y resulta más difícil inculpar al otro. Una persona puede expresar su disgusto, malestar, etc. ante algo que hace o dice el otro, asumiéndolo como algo que le ocurre a sí misma y eso es distinto que pedirle a los demás que sean o actúen de otra manera. Si una persona utiliza la primera persona del plural: nosotros. Este nosotros puede ser cualquier persona o todo el mundo. Las declaraciones nosotros, tienen por lo menos dos aspectos: pueden unir a la gente señalando lo que tienen en común, aquello en lo que están de acuerdo y en lo que se parecen. Pero también pueden tender a hacer difusa la experiencia, es decir, no es la persona, ni la otra a la que se dirige quien siente o piensa, sino un nebuloso nosotros, que de alguna manera es nosotros dos y sin embargo, ninguno de los dos. Nosotros también puede encubrir las diferencias reales entre dos personas, e intentar atrapar al otro según el propio interés, por ejemplo: una persona puede decir: estamos de acuerdo, sabiendo que no lo están, pero queriendo hacer prevalecer su punto de vista. Como expresa Perls citado por Oldham, Key y Starak (1992): “cada vez que usted emplea el lenguaje apropiado del Ego, se expresa así mismo. Contribuye al desarrollo de su personalidad. Por eso, primero debe darse cuenta de si escapa al empleo del “yo” y cuándo lo hace. Después traduzca el lenguaje impersonal en lenguaje del “yo”, primero en silencio y posteriormente en voz alta. Muy pronto percibirá la diferencia entre los dos tipos de lenguaje al oír a alguien decir “se me escapó la taza de la mano” en vez de decir Revisión Nº: 1. Julio de 2009 Maria Antonia Sala Página 66 de 76 Curso de Formación de Terapeutas Gestalt. La Comunicación “yo deje caer la taza”; “se me fue la mano” en lugar de decir “yo le di una bofetada”, o “tengo tan mala memoria” en vez de “yo olvide”, o aún con más verdad “yo no quería recordar, yo no quería que me molestaran” Si una persona coloca llueve y me sucedió que..., en el mismo plano, su capacidad para establecer diferencia entre el mundo interior y el exterior no parece muy acertada. Si habla en segunda persona del singular, primera del plural, con la forma reflexiva se, o de manera impersonal, el terapeuta le puede pedir que diga esa frase utilizando el pronombre Yo y que tome conciencia de si nota alguna diferencia. Para esto el terapeuta debe Darse Cuenta de que la pregunta es: ¿notas alguna diferencia? y no; ¿qué diferencias notas?, ya que está segunda pregunta sería utilizar una presuposición implícita (la de que obviamente hay diferencias) y si la persona no percibiese en principio diferencias, podría sentirse un tanto inepta. A veces no presuponer contribuye a cuidar la autoestima y la imagen del Yo, sobre todo al inicio de la relación terapéutica. En otras ocasiones, si se recomienda que el terapeuta utilice presuposiciones implícitas, éstas a veces van unidas a la sugestión, como por ejemplo cuando le pregunta a la persona: ¿qué necesitas?, en lugar de: ¿necesitas algo?, ¿qué cambios quieres realizar? en lugar de: ¿quieres cambiar?. También es útil que el terapeuta observe cómo la persona construye las frases, si sigue o no las reglas sintácticas esperadas para el idioma que utiliza. Este dato informa acerca de la forma en que construye sus pensamientos, si hay déficits cognitivos, confusión, etc. Los seres humanos usan el lenguaje de dos maneras: para representar el mundo (pensar, razonar, fantasear, etc.) y para comunicarle a otros su representación del mundo (hablar, discutir, escribir, etc.). Es conveniente afinar el oído a las palabras: tengo, debo, hay que, me toca, es lo que hay que hacer. Estas palabras pueden ser indicadoras de las exigencias que cada uno se hace. En general, se tiende a asumir que esa demanda es razonable, legítima y no cuestionable y no se comprende que es posible elegir entre aceptar la exigencia o no. También la persona puede perder conciencia de su propia respuesta a la exigencia, es decir, de su resentimiento, Revisión Nº: 1. Julio de 2009 Maria Antonia Sala Página 67 de 76 Curso de Formación de Terapeutas Gestalt. La Comunicación disgusto, resistencia, etc. El tengo que y modalidades afines, se permutan por elijo, ya que cuando se toma conciencia de que es posible tomar una decisión se observa el propio poder, aún en el caso de que esa decisión sea entre alternativas desagradables. Igualmente observar si la persona usa palabras y conceptos al uso cotidiano o por el contrario, utiliza términos y conceptos muy elaborados: posible indicador de una excesiva racionalidad, lo que puede llevar asociado una dificultad para establecer contacto con el sentir, con las sensaciones y con las emociones. Por otra parte, la presencia de la palabra pero entre dos oraciones puede servir para señalar contrastes y diferencias y también puede ser usada para negar la primera parte de una frase. Por lo general, en las oraciones que incluyen esta palabra, la primera parte es un intento de negar la responsabilidad de la afirmación que se expresa en la segunda parte. Por ejemplo, si alguien afirma: me gustas mucho, pero… Una frase que contiene la palabra pero puede ser tan autonegadora que pierde todo sentido y no expresa nada en absoluto. Algunas personas ponen un pero en casi todas las frases; de modo que ofrecen la apariencia de estar hablando, sin embargo, todo lo que dicen es anulado por alguna otra cosa que también dicen y así el resultado es cero. La palabra pero también es un disociante, por ejemplo: me gusta tu sonrisa pero me desagrada que te estés moviendo todo el rato. Aquí el pero, tiene el efecto de disociar dos experiencias y esta disociación puede ser un primer paso hacia una alienación y negación de parte de la experiencia del sujeto. En este caso la palabra pero, se permuta por: y. De este modo, ambas experiencias están unidas en lugar de separadas, en el ejemplo anterior sería: me gusta tu sonrisa y me desagrada que te estés moviendo todo el rato. Muchas preguntas, especialmente aquellas que empiezan con ¿por qué?, son afirmaciones enmascaradas o demandas disfrazadas. Pueden formar parte de un convencionalismo social que esconde algunos de los sentimientos que podrían manifestarse si las afirmaciones se formularan en forma directa. Este tipo de hacer preguntas dirigen la atención sobre la otra persona y frecuentemente, tienden a ponerla a la defensiva, por ejemplo la pregunta: ¿por qué usas laca de uñas?, puede ocultar una crítica respecto al empleo de la laca de uñas, la Revisión Nº: 1. Julio de 2009 Maria Antonia Sala Página 68 de 76 Curso de Formación de Terapeutas Gestalt. La Comunicación persona a la que va dirigida la pregunta probablemente responde de modo defensivo, explicando y justificando el simple hecho de hacerlo. Por tanto este tipo de preguntas se permutan por declaraciones que comienzan con yo, a mí, pienso que. En otras ocasiones las preguntas que comienzan por ¿por qué…?, enmascaran una petición, por ejemplo: ¿por qué no has puesto el jarrón en la mesa?, puede ser la manera de no pedir directamente: pon el jarrón en la mesa. Preguntas obsequiosas también pueden utilizarse como adulaciones, para la propia persona y/o para el otro, por ejemplo: ¿Has visto qué bien me ha salido este informe?, ¿Cómo puedes ser tan inteligente?. Este tipo de preguntas hacen sentir al otro, importante e inteligente. Otra forma de emplear las preguntas es utilizarlas continuamente para pedir ayuda, por ejemplo: ¿Cómo puedo hacer para traer las sillas?, ¿Cómo haces para organizarte?. Por lo general, cuando hay alguien que siempre hace este tipo de preguntas, genera en el otro un sentimiento de frustración porque, al igual que un niño, está demandando constantemente su atención. A este respecto afirman Levitsky y Perls, citado por Oldham, Key y Starak (1992) afirman lo siguiente: “Escuchando con atención, usted podrá descubrir si la persona que pregunta realmente no necesita información; si la pregunta no es necesaria, o bien si cuestionar es un indicio de su flojera. Es importante distinguir las preguntas genuinas de las que son hipócritas, éstas tienen como intención manipular o conseguir, por medio de halagos, que el otro vea o haga las cosas de una manera particular. Por otro lado, preguntas tales como: ¿Qué tal te va?, y ¿Te has dado cuenta de que..?, realmente proporcionan apoyo” Muy pocas preguntas son pedidos honestos de información. No obstante, hay algunas preguntas reales que pueden ser formuladas con por qué. Una pregunta del tipo ¿por qué? que es un verdadero pedido de información, puede ser fácilmente cambiada por una pregunta encabezada por: ¿cómo?, ¿qué?, ¿cuál?, ¿dónde?, ¿cuándo?, etc. El dúo ¿Por qué?, antes de aumentar el entendimiento, lleva a una interminable cadena de preguntas fútiles y respuestas infructuosas, racionalizaciones y explicaciones que alejan a la persona cada vez más de vivenciar y de darse cuenta. Revisión Nº: 1. Julio de 2009 Maria Antonia Sala Página 69 de 76 Curso de Formación de Terapeutas Gestalt. La Comunicación Por otra parte las preguntas ¿cómo? y ¿qué?, son útiles para lograr un mayor entendimiento. Si alguien pregunta ¿cómo? esta preguntando acerca de la cualidad y proceso de lo que ahora ocurre, en lugar de dejar el presente y conjeturar acerca del pasado, por ejemplo, la pregunta: ¿Por qué te sientes mal? es, en el mejor de los casos, la demanda de una explicación y de una justificación y en el peor de los casos, la exigencia de que el otro niegue el hecho de que se sienta mal si no puede justificarlo. En cambio, ¿Cómo te sientes mal? o ¿Qué es lo que sientes?, son verdaderos pedidos de información respecto de la experiencia del otro y la posible respuesta a esta pregunta lleva a un mayor contacto con la experiencia. Cuando se pregunta ¿por qué? solamente se piden explicaciones interminables: la causa de la causa, de la causa de la causa. Cuando se pregunta ¿cómo? y ¿qué? se esta pidiendo información sobre hechos y procesos. Muchas preguntas son trampas que piden al otro compromiso y una vez que lo ha hecho puede ser castigado por ello o persuadido de hacer lo que no quiere. Por ejemplo, dos personas han quedado en que cuando una de ellas visite la ciudad donde la otra vive, le llame por teléfono para quedar. La persona llega a la ciudad pero no avisa a su amigo y su amigo se entera por otra persona de que está en la ciudad. Ambas se encuentran en casa de un amigo común. El que vive en la ciudad pregunta: ¿cuándo viniste?, aparentemente es una pregunta inocente, pero si ya sabe cuando vino el otro y está enfadado porque no se lo ha comunicado con él, la pregunta es una trampa que puede encubrir la manifestación honesta del sentir de ambos. Igualmente es necesario agudizar el oído a la frase: no puedo. Una manera de que la persona evite la responsabilidad, es la de que se comporte como si no fuera capaz de responsabilizarse de ella misma y aunque es obvio que a nivel de comportamiento algo es posible, parece que sienta que para ella no lo es. Cada vez que alguien dice: no puedo, se debilita y se acobarda, conecta con su impotencia. El no puedo se permuta por no quiero, si una persona dice: no quiero, afirma su poder de negación y frecuentemente, toma conciencia de su energía, la que necesita para resistir. También esta la palabra: necesito, la cual es utilizada a menudo cuando una persona quiere referirse a algo que le gusta o le agrada, pero que no es algo que necesite realmente. Se permuta por: Quiero. Cuando el individuo dice: quiero, puede comprender que aunque Revisión Nº: 1. Julio de 2009 Maria Antonia Sala Página 70 de 76 Curso de Formación de Terapeutas Gestalt. La Comunicación muchas cosas que desea podrían ser muy agradables y cómodas, son conveniencias y no necesidades y que puede arreglarse sin ellas: incluso puede darse cuenta de que satisfacerlas le cuesta un gran esfuerzo. Cuando la persona dice: esto, suele ser una manera de no comprometerse, esto es a menudo Yo-Tú. Por ejemplo, si alguien dice: esto es un rollo, no es lo mismo que: no quiero ir al cine contigo. Otro aspecto a observar es cuando la persona está leyendo el pensamiento, por ejemplo: cuando dice: sé lo que piensas o sé lo que te gustaría. Ante esto, es necesario confrontar esas afirmaciones con preguntas del tipo: ¿Cómo lo sabes?, e invitarla a que las permute por: me imagino o fantaseo. De este modo, se favorece su Darse Cuenta de que se está moviendo en la zona de fantasía y de que no es posible saber lo que otra persona piensa o siente, si esta no lo dice. La frase: tengo miedo de, suele enmascarar la satisfacción de muchos deseos; a menudo los miedos impiden a las personas lograr deseos y ganancias posibles. Se permuta por: me gustaría. Cuando la persona dice me gustaría, es posible que se de cuenta de que experimenta atracción, tanto como miedo. Entonces puede estimar y valorar las posibles ventajas y los posibles perjuicios de aquello que teme intentar, y darse cuenta de que cada riesgo tiene aspectos positivos y negativos. Un aspecto del crecimiento es descubrir que muchas cosas son posibles y que hay muchas alternativas para enfrentarse con el mundo y satisfacer las distintas necesidades. El verdadero problema es que la mayoría de las personas creen que no son capaces y que no hay más alternativas que las que contemplan. Más a menudo están conectadas con sus creencias y desconectadas de su realidad. En lugar de interactuar con la realidad presente y correr riesgos, se hipnotizan con sus fantasías de lo que no es posible, y con las catástrofes que ocurrirían si intentan otra cosa. Todo lo expuesto anteriormente acerca del uso del lenguaje y las palabras, puede considerarse como contribuyentes a la hipnosis personal y las formas de permutarlos, como Revisión Nº: 1. Julio de 2009 Maria Antonia Sala Página 71 de 76 Curso de Formación de Terapeutas Gestalt. La Comunicación algo que permite a las personas tomar conciencia de ello, asumir responsabilidades y aceptar o no, el riesgo de actuar de otra manera. 9.2 La comunicación no verbal Normalmente las personas expresan sus sentimientos y experiencias a través de su actitud física y movimientos. En algunas experiencias de alto nivel emocional, todo el cuerpo está implicado, por ejemplo, cuando se experimenta alegría, miedo o ira. En cambio, con otras experiencias, sólo partes del cuerpo expresan lo que sienten: sólo la boca sonríe, los puños se cierran o el estomago se encoge. La mayoría de la gente evita experimentar ciertos sentimientos y otros aspectos de su existencia que son incómodos, dolorosos o que puedan ocasionar una respuesta desagradable de parte de otras personas de su medio. Cuando se evita la conciencia de lo que se esta sintiendo, también se tiene que evitar la conciencia de cómo el propio cuerpo expresa el sentimiento. Generalmente esto implica una interrupción parcial o total de los movimientos que normalmente expresarían el sentimiento y esa interrupción suele provocar la tensión y contracción de algunos músculos. Esa tensión resultante todavía es una señal de algo que procura expresarse, de modo que también se puede evitar ser consciente de esta tensión dirigiendo la atención a cualquier otra cosa y perdiendo conciencia de estas partes del cuerpo. Si se quiere recuperar la conciencia de lo que se siente, es necesario dirigir deliberadamente la atención a las partes del cuerpo que se encuentran tensas o tienen muy poca sensibilidad, es decir, contactar con la zona interna. Cuando las personas en terapia expresan: una tensión en alguna parte de su cuerpo o una insensibilidad, es útil que el terapeuta les pida que dirijan su atención a ellas. La observación de este aspecto de la comunicación es muy importante en el contexto terapéutico. La totalidad de la persona comunica, está presente en la comunicación. Es más, Revisión Nº: 1. Julio de 2009 Maria Antonia Sala Página 72 de 76 Curso de Formación de Terapeutas Gestalt. La Comunicación el cuerpo suele ser honesto y sincero en lo que comunica, ya que escapa al control consciente y voluntario. En una situación de interacción, el peso de la comunicación no verbal es de un 93% sobre la comunicación total. De modo que para el terapeuta es necesario observar: • Cómo camina (erguido, con los hombros y la cabeza agachada, deprisa, con lentitud, etc.) • Cómo se sienta (cómodo y relajado, en el borde de la silla, cómo si fuese a saltar de un momento a otro, etc.) • Cómo se mueve y cuando se mueve (mucho, poco, con desasosiego, con calma estudiada, etc.) • Sus gestos (cómo mueve las manos, los brazos, las muecas de la cara, etc.) • Sus expresiones (sobre todo, observar si sus expresiones faciales son congruentes con el contenido de su discurso verbal) • Las diferencias de movimiento entre la parte superior e inferior de su cuerpo (a veces las diferencias en este plano horizontal pueden ser la expresión de una polaridad) • Las diferencias de movimiento entre la parte izquierda y derecha de su cuerpo (como en el punto anterior, las diferencias en el plano vertical pueden ser la expresión de una polaridad) • La congruencia e incongruencia entre su comunicación verbal y no verbal. Cuando aparezcan incongruencias entre ambos aspectos comunicacionales, la intervención se encamina a llevar la conciencia de la persona hacía ese hecho y a pedirle que repita la comunicación de una manera congruente. En ocasiones esta incongruencia es expresión de una ambivalencia interior ante lo que está comunicando, una falta de conciencia acerca de algún aspecto de lo que está expresando. Revisión Nº: 1. Julio de 2009 Maria Antonia Sala Página 73 de 76 Curso de Formación de Terapeutas Gestalt. La Comunicación La observación en el Aquí y Ahora de la comunicación no verbal cuando se trabaja con parejas, familias o grupos es apasionante. Es increíble como un leve movimiento o un gesto de una persona puede desencadenar acciones en las demás. Se recomienda en las primeras sesiones con una persona, observar su comunicación sin intervenir, para favorecer que esta comunicación sea fluida y personal. Intervenir prematuramente puede tener un efecto inhibitorio sobre la otra persona, que pasa a estar más pendiente de decir las cosas correctamente, prefiere callarse para no equivocarse o decide contentar al terapeuta. Es importante destacar en este punto, lo importante que es cuidar la autoestima y la imagen del Yo de la persona. De cualquier manera no es terapéutico convertirse en perseguidores del lenguaje de la persona con quien se trata, es mejor seleccionar cuando intervenir en este nivel. En la medida en que la terapia progresa, la comunicación de la otra persona varía, siendo más congruente, introduciendo de una manera natural lo aprendido sobre sí misma y su forma de comunicarse y experimentarse. En la medida en que la relación terapéutica se establece y consolida se puede ir mostrando lo observado, de manera que se pueda ir frustrando los intentos de la otra persona por evitar la conciencia y el contacto con sus experiencias. Revisión Nº: 1. Julio de 2009 Maria Antonia Sala Página 74 de 76 Curso de Formación de Terapeutas Gestalt. La Comunicación XX.. RReeffeerreenncciiaass BBiibblliiooggrrááffiiccaass • Beavin, J., Jackson, D. y Watzlawick, P. (1987). Teoría de la Comunicación Humana. Editorial Herder. Barcelona. • Bettelheim, B. (1997). El Arte de lo Obvio. Editorial Grijalbo. Barcelona. • Buber, M. (1958). Yo y Tú. Editorial Nueva Visión. Buenos Aires. • Fritzen, S. (1987). La Ventana de Johari. Editorial Sal Térrea. Sexta edición. • Key, T., Starak Y. y Oldham, J. (1992). El Riesgo de Vivir. Editorial Manual Moderno. México. • Lucerga, M. (2003). Gregory Bateson. Lectura en Clave Semiótica de Una Aventura Epistemológica del Siglo XX. Obtenido de la red Revista Electrónica de Estudios Filológicos. Numero 5. mundial el 20 de julio de 2007. Disponible en http://www.um.es/tonosdigital/znum5/perfiles/bateson.htm. • Nares, D. (1991). Terapia Familiar con Técnicas Vivenciales. Instituto de Terapia Familiar Vivencial. 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Autor (es): Carmen Vázquez (Capitulo 16: ¿Cantan las sirenas? o El lenguaje verbal como herramienta del terapeuta gestáltico) • Psicoterapia de la Gestalt. Autor (es): Margherita Spagnuolo (Capítulo 2: Una comparación con Gadamer: para una epistemología hermenéutica de la Gestalt, apartado 7: Gestalt y lenguaje: la poesía como paradigma del contacto) Revisión Nº: 1. Julio de 2009 Maria Antonia Sala Página 76 de 76