Avances y retos para democratizar el país

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OPINIÓN | 11
El Peruano | Lunes 5 de setiembre de 2011
LA LEY DE CONSULTA PREVIA
Avances y retos para democratizar el país
Juan
Pari Choquecota
Congresista de
la República
U
n convenio internacional, como el 169 OIT,
es vinculante y exige, según la Convención
de Viena, su cumplimiento. Ese paso se
ha dado con la aprobación por el Congreso de la
República de la Ley del Derecho a la Consulta
Previa a los pueblos indígenas u originarios.
Así, la norma garantiza y afirma los derechos
de estos pueblos que fueron excluidos de las
decisiones de las políticas públicas aplicadas en
su territorio.
Es importante comprender que las normas del
derecho internacional constituyen un límite mínimo
en la protección de los derechos que los Estados
deben respetar. Le toca a los estados avanzar por
encima de ese término mínimo porque la naturaleza
de los sistemas constitucionales y democráticos es
expandir los derechos, y no reducirlos.
Por eso el derecho a la consulta previa
no debe excluir a otras poblaciones que
pueden sufrir impactos directos o indirectos
de los grandes proyectos que se ejecutan
o se autorizan por el Estado. Es necesario
tener en cuenta varias condiciones.
sino que debería acompañar tanto el diseño, la
implementación y monitoreo de los procesos de
desarrollo de las economías locales, de tal modo
que se alcancen los fines de la sostenibilidad.
Tenemos que ser conscientes de que los proyectos
extractivos tienen un horizonte temporal, y si
paralelamente no se impulsa el desarrollo de
las economías locales, dejaremos sociedades
estancadas en prácticas extractivas, no preparadas
para continuar su desarrollo.
En el nuevo escenario los relacionistas
comunitarios de las empresas extractivas no pueden
dedicarse solo a evitar conflictos coyunturales,
sino que deben involucrar a las poblaciones en
las etapas más importantes de los proyectos y
sean conscientes de sus beneficios e impactos y
Ámbito de aplicabilidad
de la Consulta Previa
Muchos proyectos se desarrollan no solo
en los territorios de las comunidades
indígenas, sino que impactan también en
caseríos, cuencas e inclusive valles donde
hay otras poblaciones. Es el caso de las
industrias extractivas como la minería. Es
conocido que actividades mineras como
las de Cerro de Pasco impactan en la
cuenca del Mantaro; o la minería informal de
Ananea Puno impacta en el río Ramis y lago
Titicaca; y con ello sobre las poblaciones
que se asientan en las cuencas, aguas
abajo.
Sin duda, todas estas poblaciones tienen
derecho a ser consultadas. La Consulta
Previa y el consentimiento informado deben
entenderse como un derecho expandible
a todas las poblaciones que pueden sufrir
impactos.
Antes y durante ejecución
de los proyectos
La Consulta Previa tampoco debe reducirse
al otorgamiento de la licencia social,
el involucramiento de la empresa en el desarrollo
sostenible afirmando su responsabilidad corporativa
con el progreso del país.
En ese proceso las comunidades tienen la
oportunidad de empoderarse y dialogar con el
Estado y con el esfuerzo de las empresas, de tal
modo que la inversión social no se diluya en aportes
aislados o en beneficio de grupos, y el esfuerzo
nacional por el crecimiento sea compartido por
todos los actores.
Consulta Previa como oportunidad
para el desarrollo de los estándares
de las empresas extractivas
La Consulta Previa es también una oportunidad
para desarrollar los estándares de las empresas
extractivas, en cuanto al uso de
tecnologías, el manejo del agua, la
preservación de los ecosistemas y
los acondicionamientos del territorio
para el desarrollo de economías
sostenibles.,
Los estándares laborales también
deben ser parte de ese diálogo con la
población al momento de la consulta. Se
busca que los comuneros y/o sus hijos
sean contratados por las empresas, que
se mejoren los porcentajes de empleo
regional, lo que debe acompañarse con
mejoras en la calidad del trabajo, la
responsabilidad laboral y el compromiso
de los nuevos trabajadores; todo ello en
el marco de los estándares laborales
internacionales.
La exigibilidad dada por la Consulta
Previa no debe comprenderse como
límites para la inversión de proyectos
extractivos, sino como oportunidades
para innovar y desarrollar tecnologías
en el país y así ser responsables tanto
Estado, comunidad y empresa con la
vida presente y las futuras generaciones.
Debe implicar también el incremento de
capacidades en la oferta laboral del
país, lo cual impulsará por presión de
demanda cambios institucionales y
curriculares en los centros de formación
superior y el surgimiento de nuevas
especializaciones.
EL PERÚ TIENE LA MAYOR VARIEDAD DE LA BEBIDA PREHISPÁNICA
Sabor y leyenda de la chicha
Luis
Eduardo
Podestá
Periodista
L
a chicha es la bebida de América prehispánica
por excelencia. Pero por su calidad y variedad
podemos decir que es más peruana. Desde
el embriagante "clarito" del norte, el "prende y
apaga" arequipeño (combinado con anisado) hasta
la deliciosa y nutritiva chicha morada limeña, que
la consumen como refresco hasta los astronautas
de la NASA.
Algunos dicen que la chicha inspiró el color de la
bandera de Arequipa porque tiene un característico
color que no es rojo sino el indescriptible conchevino.
Y sea por casualidad o porque así desean creerlo, la
chicha arequipeña tiene el mismo color proveniente
del maíz morado o negro que le da origen.
El Diccionario de la Real Academia de la Lengua
Española (DRAE) dice que chicha es una "bebida
alcohólica que resulta de la fermentación del maíz
en agua azucarada, y que se usa en algunos países
de América".
Casi todos los países de América tuvieron su
propia chicha y el maíz en sus diversas variedades
fue el origen de ella. Pero solo el Perú tiene un
verdadero abanico de chichas para todos los gustos
que satisfacen la sed en el norte, en los famosos
"chicheríos" piuranos y en el sur en las denominadas
picanterías.
El bebedor puede escoger entre la chicha blanca
que, según refiere Juan Espinoza Medrano en su
libro El hijo pródigo, publicado a mediados del siglo
XVII, se hace "con distintos cereales, incluido el maíz,
granos y especias", la chicha de cacao del valle de
La Convención y otras muchas variedades.
Como lo señalábamos, una de las más populares,
limeñísima ella, es la chicha morada, así llamada
por su color que proviene también del maíz morado.
No tiene ningún grado de fermentación por lo cual
la beben hasta los niños.
Otras variedades son la chicha de maní, la de
quinua, propia de Arequipa y Cusco y la chicha
de frutas, que cuando agarra cierto grado de
fermentación es alcohólicamente más espirituosa
que una champaña.
El historiador Miguel Barreda dice: "La chicha
de güiñapo es en Arequipa, lo que es la de jora
en todo el Perú. El güiñapo es el maíz negro que
se cultivaba en Arequipa, y se sigue cultivando
por suerte".
Es el maíz sometido a un tratamiento de
humedad, que germina, se seca al sol y se muele.
En esta condición ya está preparado para hervirse,
fermentarse y convertirse en chicha arequipeña.
Para "asentar" el almuerzo o los picantes, se
puede optar por la chicha a solas o recurrir al "prende
y apaga", que consiste en, terminada la comida,
beber una copita de anisado seguido por un buen
trago de chicha.
Depende de cuánto dure la ceremonia del
"prende y apaga". Un cuarto de hora se considera
adecuado y saludable. Una hora de "prende y apaga"
derivará en una borrachera colosal y como el anisado
trepa poquito a poco, es posible que no recuerde al
día siguiente cómo fue que lo trajeron a su cama.
Los cronistas e historiadores también consignan
que la chicha fue la bebida sagrada y ceremonial de
los incas y otras culturas prehispánicas. Hoy es parte
de nuestro delicioso patrimonio gastronómico.
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