Milagro II – El sacristán impúdico

Anuncio
Milagro II – El sacristán impúdico
Aclaración previa: ésta es una versión al castellano moderno casi de urgencia para que mis
alumnos puedan entender el contenido de la obra. Por lo tanto, aunque intento respetar la
rima, ni de lejos me preocupo por el cómputo silábico. Si ves algo que rectificar o quieres
hacerme alguna sugerencia, por favor escribe a [email protected]
Amigos, si quisierais un poco esperar,
Aún otro milagro os querría contar
Que por Santa María se dignó Dios mostrar,
De cuya leche quiso con su boca mamar.
Hubo un monje bendito en una mongía (1),
El lugar no lo leo, decir no lo sabría.
Quería de corazón bien a Santa María,
Ante su imagen se inclinaba cada día.
Ante su imagen se inclinaba cada día:
Se arrodillaba, decía Ave María.
El abad (2) del monasterio le dio la sacristanía (3),
Pues por libre de locura, por cuerdo, lo tenía.
El enemigo malo, de Belcebú vicario (4),
Siempre ha sido y es de los buenos contrario.
Tanto maquinó el sutil adversario
Que corrompió al monje, lo hizo fornicario (5).
Tomó un mal hábito el loco pecador:
De noche, cuando se había acostado el prior (6),
Cruzando la iglesia dejaba su habitación.
Corría el deshonesto a la mala labor.
Tanto a la salida como a la entrada,
Por delante del altar pasaba.
La genuflexión (7) y el Ave acostumbradas
Nunca se le olvidaba.
Corría un caudaloso río cerca de la mongía (1).
Lo tenía que pasar el monje cada día.
Cuando de cumplir su locura venía,
Se cayó y se ahogó fuera de la freiría (8).
Cuando llegó la hora de maitines cantar,
No había sacristán que pudiese llamar.
Levantáronse todos de su lugar,
Fueron a la iglesia para al fraile despertar.
Abrieron la iglesia como mejor supieron,
Buscaron al sacristán, encontrarlo no pudieron.
Para arriba y para abajo tanto anduvieron
que donde yacía ahogado, allí lo vieron.
Lo que había ocurrido no lo podían imaginar.
Si murió o lo mataron no lo sabrían determinar.
Era muy grande la angustia y mayor el pesar,
pues por esto mala fama ganó el lugar.
Mientras yacía muerto el cuerpo en el río,
Digamos del alma en qué pleito se vío:
Vinieron de diablos por ella gran gentío
Para llevarla al infierno, de deleites bien vacío.
Mientras que los diablos la traían como a pella (9),
La vieron los ángeles, descendieron hasta ella.
Hicieron los diablos muy gran querella:
Que suya era, que se alejasen de ella.
No tenían los ángeles razón para disputarla,
pues tuvo un mal fin, como fue sin falla.
Quitársela no pudieron. Valía una agalla (10).
Tuvieron que dejar, tristes, la batalla.
La socorrió la Gloriosa, reina universal,
pues tenían los diablos en mente toda clase de mal.
Les mandó esperar. No osaron continuar.
Les movió pleitesía (11) firme y muy cabal.
Dijo la Gloriosa, palabra adornada:
"Con este alma, locos, no tenéis que ver nada.
Mientras estuvo en su cuerpo, a mí se encomendaba.
Sería una injusticia que ahora la desamparara."
De la otra parte respondió el vocero (12),
Un diablo sabio, sutil y muy puntero (13):
"Eres madre de un juez derechero (14)
a quien no le gusta la violencia y que es justiciero (15).
Escrito está que el hombre, cuando ha finado,
por las cosas buenas o malas debe ser juzgado.
Si este decreto por ti fuere quebrantado,
El meollo del Evangelio queda destrozado."
Respondió la Gloriosa: "Dices cosas necias.
Nada te reprocho, pues eres una cautiva bestia.
Cuando salió de casa, me pidió licencia.
Por el pecado que cometió, yo le pondré penitencia.
Obligaros sería una inconveniencia,
Mas apelo a Cristo, a su audiencia,
Que es poderoso y está lleno de sapiencia.
De su boca quiero oír su sentencia."
El Rey de los cielos, juez sabedor,
Decidió esta contienda, no lo veréis mejor:
Mandó devolver el alma al cuerpo el Señor.
Recibiría de lo que fuese merecedor.
Estaba el convento triste y turbado
Por este mal ejemplo que les había pasado:
Resucitó el fraile aunque ya había finado.
Como era de esperar, todos se espantaron.
Les habló el buen hombre. Les dijo: "Compañeros,
Muerto estuve y vivo estoy. De esto sed bien certeros.
Alabada sea la Gloriosa, que salva a sus obreros,
Que me libró de manos de malos guerreros."
Contoles por su lengua toda la letanía (16):
Qué dijeron los diablos, qué Santa María,
Cómo ella lo libró de su podestadía (17):
Si por ella no fuese, habría sido un negro día.
Dieron a Dios gracias de buena voluntad,
A la santa Reina, madre de piedad,
Que hizo tal milagro por su benignidad,
Por quien está más firme toda la cristiandad.
Confesose el monje e hizo penitencia,
Se curó por completo de su incontinencia,
Sirvió a la Gloriosa mientras tuvo potencia,
Murió cuando Dios quiso sin ninguna pendencia.
Requiescat in pace cum divina clementia.
Muchos milagros y mucho más granados
Hizo Santa María con sus encomendados.
Ni una milésima parte por ningún hombre podría ser contados,
Mas de los que sepamos quedaréis bien pagados (18).
Notas
1 Monasterio. (Vocabulario general de las obras de Gonzalo de Berceo)
2 Abad: superior de un monasterio de hombres. (RAE)
3 Empleo de sacristán; es decir, debía ayudar al sacerdote en el servicio del altar y cuidar de
los ornamentos y de la limpieza y aseo de la iglesia y sacristía. (RAE)
4 Que tiene las veces, poder y facultades de otra persona o la sustituye. (RAE)
5 Fornicador (RAE)
6 Prior: segundo prelado después del abad. (RAE)
7 Acción y efecto de doblar la rodilla, bajándola hacia el suelo, ordinariamente en señal de
reverencia. (RAE)
8 Monasterio. (Vocabulario general de las obras de Gonzalo de Berceo)
9 Traer a pella a alguno, mortificarle, burlarse, jugar con él como con pelota. (Vocabulario
general de las obras de Gonzalo de Berceo)
10 En la expresión Valient una agalla, lo mismo que valor de una agalla, denotando el
desprecio hacia alguna cosa. (Vocabulario general de las obras de Gonzalo de Berceo)
11 Muestra reverente de cortesía. (RAE)
12 Abogado. (Vocabulario general de las obras de Gonzalo de Berceo)
13 Preciso, exacto. (Juan Manuel Cacho Blecua. Milagros. Austral)
14 Justo. (Juan Manuel Cacho Blecua. Milagros. Austral)
15 Que observa y hace observar estrictamente la justicia. Que observa estrictamente la justicia
en el castigo de los delitos. (RAE)
16 En este caso, hay que entenderlo como "historia".
17 Potestad: Dominio, poder, jurisdicción o facultad que se tiene sobre algo. (RAE)
18 Ufano, satisfecho de algo. (RAE)
Licencia
Tanto los textos en castellano medieval como esta versión al castellano moderno -realizada
por José Luis Gamboa- están bajo una licencia Creative Commons Attribution-Share Alike 3.0
Unported//creativecommons.org/licenses/by-sa/3.0
Fuente y contribuyente del texto en castellano medieval.
Milagro II - El sacristán impúdico Fuente: http://es.wikisource.org/w/index.php?
oldid=8857 Contribuyente: LadyInGrey
Descargar