3.4. Inmotivación Puede sorprender el hecho de que en una de

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3.4. Inmotivación
Puede sorprender el hecho de que en una de nuestras primeras constituciones
existió una norma de carácter procesal: el deber de los jueces de expresar en el
fallo los motivos en los cuales se fundamentaban. Así lo explica Márquez Áñez:
El requisito de la motivación se consagró por primera vez en la Constitución de 15
de agosto de 181936, cuyo artículo 12, Sección Tercera, exigía que todo tribunal debe
fundar sus sentencias con expresión de la ley aplicable al caso. Esta consagración
constitucional de la motivación representó un hito en la historia de las instituciones
procesales en Venezuela, tanto más destacado y relevante, cuanto que ello significó
la ruptura radical con el derecho español, que había eliminado el requisito de mo­
tivación de las sentencias desde 1778. En efecto, por Real Cédula de 23 de junio de
1778, Carlos III mandó derogar la práctica de motivar las sentencias, con la siguiente
justificación: Para evitar los perjuicios que resultan con la práctica (...) de motivar sus
sentencias, dando lugar a cavilaciones de los litigantes, consumiendo mucho tiempo
en la extensión de las sentencias, que vienen a ser un resumen del proceso, y las costas
que a las partes se siguen; mando, cese en dicha práctica de motivar sus sentencias,
ateniéndose a las palabras decisorias(...).37
La tendencia a omitir lafundamentación para evitar la crítica de las decisiones judi­
ciales, no fu e exclusiva del despotismo ilustrado; en mismo sentido se dirige elfamoso
consejo que Lord Mansfield dio al gobernador de una colonia, quien no era versado en
la ley: “No hay ninguna dificultad para fallar en un juicio; sólo hay que oír a ambas
partes pacientemente, luego reflexionar lo que la justicia exige y, por último, decidir
de acuerdo con esto; pero nunca dé las razones de su fallo, pues probablemente su
juicio será correcto, pero con seguridad sus razones serán erradas”.38
“...El propósito de la motivación del fallo es, además de llevar al ánimo de las partes
la justicia de lo decidido, permitir el control de la legalidad, en caso de error.
Sobre este particular, la Sala ha señalado en reiteradas decisiones, entre otras, en
sentencia N° 83 del 23 de marzo de 1992, lo siguiente:
“La motivación debe estar constituida por las razones de hecho y de derecho que dan
los Jueces como fundamento del dispositivo. Las primeras están formadas por el es­
tablecimiento de los hechos con ajustamiento a las pruebas que los demuestran; y las
segundas, la aplicación a éstos de los preceptos y los principios doctrinarios atinentes.39
La obligación de expresar en el fallo los motivos de hecho y de derecho en
los cuales se fundamenta, tal como lo ordena el ordinal 4o del artículo 243 del
Código de Procedimiento Civil, tiene dos propósitos esenciales: uno político,
que consiste en permitir a las partes y a la comunidad entender las razones de
la decisión, de manera tal que la sentencia se cumpla no sólo por el peso de la
autoridad de la cual emana, sino también porque convenza con la fuerza de la
36 El deber de ¡motivar las decisiones judiciales aparece, por primera vez, en la Constitución de
la Provincia de Barcelona. Cf. Tovar Lange (1941), p. 11.
37 M á r q u e z (1 9 8 4 ). P. 32.
38 N agel (1 9 8 1 ).
39 Decisión 5-5-2Ó04. Criterio reiterado en decisión 23-3-2013, ñ° 115.TSJ-SCC.
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razón; y otro procesal, determinante para el examen de casación, que consiste
en permitir que la Sala de Casación Civil controle la legalidad, porque ésta al
resolver el recurso por infracción de ley debe limitarse a lo expresado en el
fallo de alzada, salvo los casos de excepción en los cuales puede extender su
examen al establecimiento y apreciación de los hechos.
Y esprecisamente la legalidad del dispositivo de la sentencia lo que se persigue verificar a
través de la exposición de los motivos, no sólo para el conocimiento y convencimiento de
laspartes a quienes va dirigido, sino como condición y presupuestopara el control delpro­
nunciamiento por medio de los recursos de apelación y de casación que la ley concede.110
En virtud del principio de la unidad del fallo, los motivos pueden estar
contenidos en cualquier parte del mismo; incluso puede suceder que el juez
se percate de que un determinado punto del fallo ha quedado sin sustento
y realice esta labor al final, en el dispositivo, y no por ello será nulo el fallo.
Por aplicación del principio de autosuficiencia carece de valor la remisión a
las actas del expediente, cuando, por ejemplo, se examinan las pruebas. Bajo la
doctrina de la antigua Corte Suprema de Justicia, se aceptó como poco elegan­
te, pero válida, la sentencia que acogía los motivos de la decisión de primera
instancia, siempre que los expresara, sin remitir a la lectura del fallo apelado.41
Esta determinación fue abandonada por la actual Sala de Casación Civil
del Tribunal Supremo de Justicia:
Criterio el cual ha sido mantenido a través del tiempo, haciendo viable la motivación
acogida como fórmula del juez de alzada para dar a conocer el proceso lógico seguido
para establecer los hechos y aplicar el derecho y, que en todo caso sería el mismo que
utilizó el tribunal de la causa.
Sin embargo, la Sala considerando que una desús misionesfundamentales consiste en
brindar la correcta interpretación de la ley, en este caso en particular, del ordinal 4° del
artículo 243 del Código Procesal Civil, que dispone: “Toda sentencia debe contener...4°)
Los motivos de hecho y de derecho de la decisión...”, y observando que la aplicación
irrestricta del referido criterio ha degenerado en una práctica común, donde simples
transcripciones o reproducciones totales de las sentencias dictadas por los tribunales de
primera instancia se tienen o bastan como decisiones de alzada, considera necesario
en esta oportunidad, establecer que tal pronunciamiento desde ningún punto de vista
satisface el cumplimiento del precepto legal citado y, a talfin, si bien, losfallos de alzada
pueden realizar citas o transcripciones de las decisiones dictadas por los tribunales de
primera instancia donde acojan, además, la motivación de éstos, no por ello, quedan
eximidos de expresar sus propias razones de hecho y de derecho para soportar la de­
cisión, con especial mención o referencia a los motivos de apelación brindados por la
parte proponente del recurso, los cuales en todo caso, deben ser claramente estimados
o desestimados por el juzgador de alzada.
(1984). P. 34. Criterio acogido por la Sala Constitucional en dec. 24-10-2008, n°
1619, citada en SCC 13-6-2013, n° 325.
41 Decisión 29-7-1998. CSJ-SCC.
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En consecuencia, se abandonan expresamente las jurisprudencias que hasta ahora
habían prevalecido sobre la suficiencia de la motivación acogida; en lo sucesivo, con
inclusión del caso bajo análisis, se reitera, la Sala tendrá como debidamente motivado,
el fallo de alzada que contenga sus propias razones de hecho y de derecho respecto a
lo decidido.*2
Es criterio pacífico y reiterado de la casación que resulta inmotivado el fallo
que carece absolutamente de motivos, no aquel en el cual los motivos son
escasos o exiguos.43 Al respecto, es necesario hacer dos precisiones.
No se refiere tal doctrina a que está motivado el fallo que contiene algún
fundamento, pues en la práctica resulta muy difícil imaginar una decisión que
se limite a dictar una orden en su dispositivo. Aunque se trate de un auto que
resuelva una cuestión procesal, siempre se sustentará en algún razonamiento,
de hecho o de derecho.
Para decidir la controversia, el juez debe resolver diversas cuestiones,
algunas en forma previa, que constituyen un antecedente de la decisión; y
otras que son necesarias para formar el criterio final relativo a la proceden­
cia o improcedencia de la pretensión. Si el juez no expresa los motivos en
que fundamenta la decisión de cualquiera de las cuestiones planteadas que
conduzcan a la resolución de la cuestión debatida, bien sean de hecho o de
derecho, incurre en inmotivación absoluta, respecto a ese punto de la con­
troversia, y el fallo es nulo.
Queda claro que la motivación exigua no es inmotivación; pero no pue­
den escasear los motivos hasta el punto de que no sea posible el control de
legalidad. Si éste se ve en extremo dificultado o totalmente impedido, la de­
cisión no ha alcanzado el fin al cual está destinada: la efectiva resolución de
la controversia con fuerza de cosa juzgada, permitiendo siempre el control
de su legalidad procesal y sustancial.
En palabras de la Sala de Casación Civil:
Constituye jurisprudencia pacífica y reiterada de esta Sala que la motivación exigua
no constituye inmotivación. En tal sentido se puede citar, entre otros fallos, sentencia
de fecha 18 de febrero de 1992:
Ha sido jurisprudencia consolidada y constante de este Alto Tribunal, que el vicio
de inmotivación existe cuando la sentencia carece en absoluto de fundamentos, pues
no debe confundirse la escasez o exigüidad de la motivación con la falta de motivos.
42 Decisión 1-11-2002. CSJ-SCC. Criterio reiterado en decisión 2-10-2013, n° 575.
43 “Para la Sala en constante y pacífica doctrina, por lo menos a partir de 1906, el vicio de inmo­
tivación en el fallo, consiste en las falta absoluta de fundamentos, y no cuando los mismos son
escasos o exiguos con lo cual no debe confundirse” ( Decisión del 25-2-87). Criterio ratificado
en 9-4-2008, n° 186. TSJ-SCC.
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Hayfalta absoluta de fundamentos, cuando los motivos delfallo por ser impertinentes
o contradictorios o integralmente vagos o inocuos, no le proporcionan apoyo alguno
al dispositivo de la sentencia que es la finalidad esencial de la motivación,44
Cabe advertir que no existe inmotivación cuando las razones expresadas en la sen­
tencia, si bien podrían ser consideradas escasas o exiguas, permiten el control de la
legalidad de lo decidido.*5
Por el contrario, es nulo el fallo cuyos fundamentos no son suficientes para
permitir el control de legalidad:
De la aplicación de ambas disposiciones legales, se observa la existencia de tres requi­
sitos de procedencia de las medidas preventivas establecidas en el parágrafo primero
del artículo 585, a saber:
I a) La existencia de un fundado temor de que una de las partes, en el curso del proceso,
pueda causar lesiones graves o de difícil reparación al derecho de la otra;
2a) Presunción grave del derecho que se reclama -fum us boni iuris3 o) Presunción grave del riesgo manifiesto de que quede ilusoria la ejecución delfallo
-periculum in moraEstos son los tres aspectos que debe examinar eljuez para decidir sobre la procedencia
de la medida cautelar que la doctrina ha denominado “medida innominada”, por ser
diferente a las medidas preventivas típicas de embargo, secuestro de bienes determi­
nados y prohibición de enajenar y gravar.
Si el juez de alzada omite el examen de alguno de esos extremos de procedencia, no
puede la Sala realizar el control de legalidad dentro de los límites de la casación, pues
tendría que examinar las actas procesales, para determinar si es aplicable al caso
concreto la disposición sobre medidas innominadas.
En efecto, al no poderse determinar del propio fallo si la regla legal rige o no el caso
concreto, no es posible el control de legalidad. El propósito central del requisito de
motivación del fallo es permitir al juez de alzada, o en el caso a la Sala de Casación
Civil, dicho control, por lo cual es necesario concluir en que una decisión que no exa­
mina uno de los extremos de procedencia de la aplicación de la norma, carece, en ese
aspecto de la controversia, de expresión de los motivos que la sustentan.46
La inmotivación puede deberse a una contradicción entre los motivos:
El propósito de la motivación del fallo es, además de llevar al ánimo de las
partes la justicia de lo decidido, permitir el control de la legalidad en caso
de error.
Así, la doctrina de la Sala de manera reiterada ha explicado que una sentencia es in­
motivada [...] cuando los motivos se destruyan los unos a los otros por contradicciones
graves e inconciliables, situación comparable a la falta absoluta de fundamentos y,
finalmente, cuando los motivos sean tan vagos, generales, inocuos, ilógicos o absurdos
que impidan conocer el criterio jurídico que siguió el Juez para dictar su decisión.
44 Ratificada en decisión 17-2-2000. Criterio reiterado en 9-6-2011, n° 243. TSJ-SCC.
45 Decisión 5-11-2007, n° 798. TSJ-SCC. Criterio reiterado en 17-5-2013, n° 255.
46 Decisión 12-6-2003. Criterio reiterado en decisión 6-6-2013, n° 295. TSJ-SCC.
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La contradicción en los motivos, referida en el párrafo anterior, envuelve en elfondo
inmotivación, pues cuando los motivos se destruyen los unos a los otros por contradic­
ciones graves e inconciliables, generan una situación equiparable a la falta absoluta
de fundamentos, siempre y cuando la contradicción verse sobre un mismo punto.47
No se trata de la contradicción con la ley o de una absurda interpretación
de la norma, lo cual daría motivo al recurso por infracción de ley, sino del
quebrantamiento de los principios de la lógica, entendidos como tales por la
denominada “lógica jurídica”. Es necesario, para que proceda la nulidad del
fallo por tal causa, constatar la contradicción, o la violación de algún otro
principio lógico, de una entidad suficiente para dejar sin motivos la decisión
sobre alguna controversia.
Es pues criterio pacífico en doctrina y jurisprudencia, el de que la contradicción en los
motivos equivale a inmotivación, siempre que, naturalmente, la contradicción verse
sobre un mismo punto. En este sentido, la Sala ha establecido que es de principio, y
así lo tiene establecido este Tribunal de Casación en jurisprudencia constante, que
la contradicción entre los considerandos de un fallo que conduce a la destrucción
recíproca de los mismos, es la que versa sobre un mismo objeto, caso en el cual resulta
inmotivado elfallo (GF N° 8, Primera Etapa, p. 506).48
También constituye inmotivación la absoluta contradicción lógica entre los
motivos y el dispositivo, de manera tal que todas las razones que sustenten el
fallo conduzcan a un resultado diferente de lo decidido por el juez: La Sala en
anteriores fallos ha establecido, que la inmotivación se produce: [...] c) Cuando
surge una contradicción entre los motivos y el dispositivo49
Si bien existe abundante jurisprudencia sobre la mayoría de las variantes
de la inmotivación, no se ha explicado suficientemente en qué consisten los
motivos “absurdos”. En general, absurdo es aquello que no encuentra lugar en el
sistema de creencias al que se hace referencia o que se haya en contradicción con
alguna de tales creencias50. El artículo 12 del Código de Procedimiento Civil
establece: El Juez puede fundar su decisión en los conocimientos de hecho que se
encuentren comprendidos en la experiencia común o máximas de experiencia.
Dichas máximas constituyen normas de estimación y valoración incluidas
en las realidades prácticas de la vida, que son fruto de la observación de los
hechos que suceden en la vida social51. Dichas máximas, que para ser tales,
deben ser compartidas por la generalidad del grupo social en un momento
determinado, forman parte de un sistema de creencias, que de ser contradicho
47 Decisión 11-3-2004. Criterio reiterado en decisión 13-6-2013, n° 325. TSJ-SCC.
48 M árquez (1984). Pp. 72-73.
49 Decisión 11-3-2004. Criterio reiterado en decisión 28-6-2013, n° 361. TSJ-SCC.
50 Abbagnano (1982). P. 8.
51 Decisión 1-11-2002, n° 403. TSJ-SCC. Citada por Padilla (2003b), p. 139.
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produce una decisión absurda. A diferencia de las reglas de la lógica, de valor
general en todo lugar y tiempo, las máximas de experiencia pertenecen a los
conocimientos de hecho de una sociedad en un momento determinado y por
tanto tienen valor relativo: lo que hoy es absurdo, por contradicción con las
creencias actuales, mañana puede ser verdadero. Basta pensar que hace un
siglo no podía una persona estar hoy en Madrid y mañana en Caracas, y un
juez que diera por cierta esa posibilidad violaría una máxima de experiencia.
Dentro del mismo orden de ideas, si un juez actual sostiene que la demos­
tración de que el firmante, en Caracas, de un documento tachado de falso se
encontraba aproximadamente a la misma hora en Madrid, no obsta para que
lo pueda haber firmado, incurriría en error en la aplicación de las más elemen­
tales máximas de experiencia, lo cual conduciría a la nulidad del fallo por ser
absurdos los motivos que pretenden sostenerlo. Por consiguiente, en muchos
casos en los cuales los límites legales o jurisprudenciales impiden el control
de la aplicación de las máximas de experiencias, los crasos errores del juez
que violen el sistema de creencias de la sociedad harían inmotivado el fallo.
Por el contrario, no constituye inmotivación, el error jurídico en los
motivos:
[...] los errores en la motivación sólo pueden denunciarse a través de un recurso de
fondo, por infracción de ley, pues el error en los motivos no configura vicio de inmo­
tivación, susceptible de denunciarse a través de un recurso por quebrantamiento de
forma. En dicha sentencia la Sala declaró que el vicio radical de una sentencia por
falta de motivación(...) sólo se materializa cuando carece en absoluto de motivos
(...) el error en la motivación acarrea la casación del fallo únicamente cuando sea
influyente en lo dispositivo del mismo; pero en este caso se trataría de infracción del
texto de ley que fundamente el argumento mismo, y que debe ser denunciado como
infringido para que pueda ser considerada y resuelta la denuncia por esta Sala. En
modo alguno constituiría una infracción de la regla sobre motivación de losfallos. 52
El criterio antes transcrito constituye doctrina de la Sala de Casación Civil:
En el pasado consideró la doctrina, que una sentencia cuyos motivos fueren en su
totalidad erróneos, o cuando aun no siendo erróneos en su totalidad, aquellos que lo
fueren hubieren influido especial y directamente en la decisión, carece de base legal,
lo cual se consideró como un aspecto del vicio de inmotivación; esta tesis fu e luego
abandonada, y en la actualidad el criterio pacífico al respecto consiste en que la falta
de motivación de la sentencia sólo se materializa cuando ésta carece en absoluto de
motivos, pues el error en la motivación sólo puede dar lugar al recurso de casación
por infracción de ley.53
52 M árquez (1984). Pp. 70-73.
53 Decisión 15-7-1993. CSJ-SCC. Criterio ratificado en 20-5-2004, n° 465. TSJ-SCC, reiterado
en 11-12-2009, n° 749.
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“...En tal sentido, acerca del delatado vicio de inmotivación de derecho, esta Sala en de­
cisión N° 420 defecha 29 de julio de 2009, en eljuicio seguido por Juan Barrios Orozco
contra Eloy López Trabado y Otra; Expediente N° 2008-491, señaló lo siguiente:
“...En abundante y reiterada jurisprudencia esta Máxima Jurisdicción Civil ha soste­
nido el criterio según el cual no es necesario que el jurisdicente señale expresamente,
identificadas por los números que ¡as distinguen, las normas jurídicas en que apoya
su sentencia y que ¡a referencia a su preceptiva es suficiente siempre que del texto de
¡a decisión pueda inferirse que éste realizó ¡a articulación lógica.
Así en sentencia N° 686, del 2717104, en el juicio de Kad Bay Construcciones, S.A.,
contra Constructora Camsa, C.A., expediente N°. 03-000214, se reiteró:
La Sala en consolidaday pacífica doctrina, ha mantenido que ¡a simple omisión de señalar
las normas aplicables al caso no configura el vicio de inmotivación de derecho denunciado.
El jurisdicente no está obligado a citar las normas legales para cumplir con el deber
de cumplir con la motivación de derecho, resulta suficiente que en su sentencia deje
claro los razonamientos jurídicos que en derecho aplicó.
Sobre el punto de la motivación de derecho, esta Sala en decisión N° 668, Exp. 99-495
de fecha 17 de noviembre de 1999 en el juicio de Nidia Coromoto Antón Valdivieso
contra Hernán Gustavo Vera Balbas-, expresó:
'...La expresión de los motivos de derecho no consiste necesariamente en la cita de
las disposiciones legales aplicables a¡ caso concreto, sino más bien ¡o que caracteriza
esta etapa de ¡a labor del juez, es precisamente la subsunción de los hechos alegados
y probados enjuicio, en las normas jurídicas que las prevén, a través del enlace lógico
de una situación particular, específica y concreta, con la previsión abstracta..”.
Como se aprecia de la cita que antecede, no es necesario que él juez señale de forma
expresa los números que distingan ¡a normativa jurídica en que funda su decisión,
por cuanto es suficiente que del texto de ¡a sentencia pueda inferirse que éste realizó
una articulación lógica entre el tema p¡anteado y lo resuelto de acuerdo o con base a
reglas de derecho, siendo igualmente suficiente la referencia preceptiva o normativa.
Ello se traduce en que el juzgador no está en ¡a obligación de citar las normas legales
que utilizó en el caso concreto, pues basta que deje claro los razonamientos lógicos
que en derecho aplicó...”.74
3.5. Incongruencia
Toda sentencia debe contener decisión expresa, positiva y precisa, con arreglo
a la pretensión deducida y a las excepciones y defensas opuestas.
Según Cuenca, “(...)expresa, significa que la sentencia no debe contener
implícitos ni sobreentendidos; positiva, que sea cierta, efectiva y verdadera,
sin dejar cuestiones pendientes, y precisa, sin lugar a dudas, incertidumbres,
insuficiencias, oscuridades ni ambigüedades”.75
De acuerdo con el ya comentado ordinal 3o del artículo 243 del Código de
Procedimiento Civil, el juez debe expresar los términos en que se estableció
74 Criterios reiterados en 20-11-2012, n° 712. TSJ-SCC.
75 C u e n c a (1980). P. 128.
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la controversia, siendo necesario en este punto precisar que el pronuncia­
miento del juez debe resolver todo lo alegado y sólo lo alegado por las partes
en la oportunidad procesalmente hábil para ello.76 En cuanto al fondo de lo
debatido, el fallo debe recaer sólo sobre aquellas cuestiones de hecho plan­
teadas en el libelo y en la contestación; luego de esta actuación, precluye la
oportunidad para alegar nuevos hechos77, por mandato del artículo 364 del
Código de Procedimiento Civil:
Confundamento en lo antes dicho, eljuzgador debe limitar su decisión a sólo lo alega­
do, para acatar así el principio dispositivo que domina la estructura de nuestro proceso
civil, y al mismo tiempo, está obligado a fallar sobre todo lo alegado, para dar cumpli­
miento al principio que la moderna teoría procesal ha denominado exhaustividad.n
[...] Sin embargo, comoquiera que nuestro proceso civil se encuentra regulado, entre
otros, por el principio de preclusión, el deber de los jueces de resolver todos los alega­
tos formulados por las partes se encuentra limitado a aquellos alegatos que han sido
planteados tempestivamente.79
En primer término, es necesario precisar que esta preclusión se refiere a
los hechos, porque las partes, en cualquier momento del proceso, pueden
alegar la aplicación de una regla de derecho, y el juez puede y debe, de oficio,
aplicar el derecho a los hechos alegados y probados, aun cuando no lo hayan
invocado las partes. En virtud del principio “iura novit curia”, sólo está sujeto
el juez, por aplicación del principio dispositivo que impera en el proceso civil,
a la afirmación de los hechos por las partes, no a la aplicación del derecho:
La calificación de la pretensión deducida en el libelo es una cuestión de derecho, no
susceptible de ser combatida en casación mediante una denuncia de incongruencia,
pues en virtud del principio iura novit curia, él juez aplica el derecho a los hechos
alegados y probados por las partes.10
“...Ahora bien, por su función jurisdiccional y por la finalidad del proceso civil, la
actividad del juez es esencialmente declarativa. En consecuencia, se puede decir, que
la cuestión de hecho corresponde a las partes, pero la cuestión de derecho corresponde
al poder decisorio del juez. Este principio la Sala ha dicho que: “...conforme al princi­
pio admitido “iura novit curia”los jueces pueden si no suplir hechos no alegados por
éstos, sí elaborar argumentos de derecho para fundamentar la decisión, pues ello se
contrae su deber jurisdiccional: Aplicar el derecho, alegado o no por las partes, a los
hechos que sí lo deben ser siempre por éstos”(Sentencia de fecha 30 de abril de 1969
G.F. N° 64. Pag. 474).
76 Cf. M á r q u e z (1984). P. 25 y ss.
77 Criterio ratificado en 5-2-2002, n° 72, reiterado en 8-5-2007, n° 326. TSJ-SCC.
78 Decisión 27-7-1994. CSJ-SCC. En el mismo sentido decisión 4-8-2005, n° 553. TSJ-SCC.
79 Decisión 5-4-2001, n° 53. TSJ-SCC.
80 Decisión 24-4-1998. CSJ-SCC. En el mismo sentido decisión 9-6-2008, n° 335. TSJ-SCC.
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Por tanto, se puede concluir que no existe incongruencia cuando el juez presenta
la cuestión de derecho en forma distinta a como ella fu e presentada por las partes,
cambiando las calificaciones que éstas hayan dado, o haciendo apreciaciones o ar­
gumentos legales, que son producto de su manera de ver el problema sometido a su
consideración...". [...]
“...Este argumento pone de manifiesto el desacuerdo del recurrente con la calificación
jurídica hecha por el juez respecto de las afirmaciones de hecho en que fue sustentada
la pretensión de cobro. Al respecto, cabe precisar que el artículo 12 del Código de Pro­
cedimiento Civil, constituye una reiteración del principio dispositivo que caracteriza el
procedimiento civil, en aplicación del cual eljuez está sujeto a lo alegado y probado por
las partes, esto es, alas afirmaciones de hechos en quefue sustentada la pretensión, mas
no respecto de la calificación jurídica que de ellos hizo la parte, pues conforme al principio
iura novit curia, que también caracteriza elprocedimiento civil, eljuez conoce el derecho,
por lo que en su interpretación y aplicación no está atado a lo alegado por las partes.
Si el recurrente no comparte el razonamiento seguido por el juez para calificar el
crédito exigido y establecer que el mismo no es líquido ni exigible, ha debidoformular
la respectiva denuncia por error de juzgamiento...”.
[...] En acogida a los criterios jurisprudenciales transcritos, considera la Sala que la
calificación jurídica que efectuó eljuez superior respecto a la pretensión deducida, en
este caso considerada como una acción “ordinaria de naturaleza mercantil”, en modo
alguno, configura el delatado vicio de incongruencia del fallo.6'
Ahora bien, la calificación de los hechos realizada por el juez no puede
modificar el título de la pretensión, porque éste comprende aspectos de hecho,
junto a apreciaciones de derecho:
“Es pues, una relación entre dos términos, uno de los cuales es la sentencia misma,
y, más concretamente, su fallo o parte dispositiva, y otro el objeto procesal en sentido
riguroso, no, por lo tanto, la demanda, ni las cuestiones, ni el debate, ni las alegacio­
nes y las pruebas, sino la pretensión procesal y la oposición a la misma en cuanto la
delimita o acota, teniendo en cuenta todos los elementos individualizadores de tal
objeto: los sujetos que en élfiguran, la materia sobre que recae y el título que jurídi­
camente lo perfila”.*2
Criterio similar es apücado por la doctrina en cuanto a uno de los aspectos
de la incongruencia, la ultrapetita:
Según Cuenca, el alegado vicio de ultrapetita existe cuando el juez modifica el ele­
mento objetivo de la pretensión, constituido por el objeto propiamente dicho, y por
el título o causa de la misma. (Curso de Casación Civil. Tomo I. p. 149). En fallo
del 21 de marzo de 1972, la Sala precisó el citado vicio de la manera siguiente: “...el
examen del debate no puede ser conducido fuera de los límites fijados en el libelo y
en la contestación. Como una consecuencia de este principio, la misma disposición
legal establece la nulidad del fallo que contenga ultrapetita, y ésta existe en cuanto a
las cosas demandadas, cuando la condenación versa sobre objeto diferente del que se
81 Decisión 1-4-2004, n° 301. TSJ-SCC. Criterio reiterado en 10-4-2013, n° 155.
82 Decisión 16-3-2000. TSJ-SCC. Criterio reiterado en decisión 29-6-2012, n° 467.
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reclama como en el caso en que el sentenciador resuelve sobre un título diferente del
aducido por el demandante..." (GF. 75. p. 407).83
Será entonces necesario examinar atentamente las alegaciones de las partes
y lo decidido por el juez, para deslindar la libre calificación de los hechos
por el juez, de la incongruencia por modificación del título de la pretensión.
Si el demandante aduce unos hechos y los califica erróneamente, puede el
sentenciador, en virtud del principio iura novit curia, corregir la calificación
realizada por la parte. Por el contrario, si la parte sustenta su pretensión en
una determinada causa de pedir, y alega unos hechos que de ser demostrados
conducirían a la aplicación de las reglas legales que sustentan lo pedido, no
puede el juez modificar el título para acordar o negar la demanda, pues no
sólo estaría aplicando el derecho, sino que no se atendría a los hechos alegados
por la parte como fundamento de su pretensión.
La segunda precisión consiste en que la preclusión se refiere a los hechos
relativos al fondo de la controversia. A la alegación de los hechos relativos al
proceso, no le es aplicable dicha preclusión, porque se rige por disposiciones
diferentes. Así, la parte podrá alegar la extemporaneidad de un acto, hecho
procesal, o la inhabilidad del juez, la irregularidad procesal, o cualquier otro
hecho que no se refiera al fondo de la controversia:
Asimismo, resulta oportuno precisar que la regla contenida en el artículo 364 del
Código de Procedimiento Civil, de acuerdo con la cual, terminada la contestación
o precluido el plazo para realizarla, no podrá ya admitirse la alegación de nuevos
hechos, ni la contestación a la demanda, ni la reconvención, ni la cita de terceros a
la causa, se refiere a los hechos relativos alfondo de la controversia, pues en relación
con los hechos del proceso, los cuales pueden incluso sobrevenir a la contestación,
al ser alegados deben ser resueltos, pues de lo contrario la sentencia producida no
puede tenerse como una decisión expresa, positiva y precisa dictada con arreglo a la
pretensión deducida y alas excepciones y defensas opuestas, mas aún en el caso de
autos, donde la representación del demandado, hoy formalizante, alegó en la opor­
tunidad de informes ante la alzada la existencia de cosajuzgada, cuestión perentoria
y determinante en la suerte del proceso.M
Aun dentro del tema de fondo, el deber de alegación y, por tanto, la suje­
ción del juez se refiere a los hechos principales que actualizan el supuesto de
la norma que se pretende aplicar para solucionar la controversia, y no a los
hechos secundarios que surgirán del debate probatorio:
Haciendo abstracción de lo resuelto en anterior acápite de este fallo de casación, es
necesario precisar que los hechos que deben ser alegados por el actor en el libelo, o por
el demandante alfundar una excepción son aquellos de los cuales nace directamente
la consecuencia jurídica pretendida, no otros hechos secundarios, que resultan direc­
83 Decisión 5-2-2002, n° 71. TSJ-SCC.
84 Decisión 16-2-2001, n° 32, reiterada en 30-7-2013, n° 443. TSJ-SCC.
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291
tamente establecidos por las pruebas sin necesidad de previa alegación de parte. Por
ejemplo, si alguien pretende demostrar que levantó una cerca, de lo cual se deriva la
posesión de un terreno, erigir tal cerca será él hecho del cual deriva la consecuencia
de posesión, los detalles sobre quiénes trabajaron en la obra, altura y materiales de la
cerca, etc. son hechos secundarios que resultarán directamente de ¡as pruebas.
Un ejemplo claro de hecho que no necesita ser expresamente alegado por ¡as partes,
es aquel del cual deriva el juez una presunción de existencia del hecho generador de
la consecuencia jurídica pretendida, o constitutivo de la excepción opuesta.
Lo debatido en este caso es el cumplimiento, o incumplimiento, pues son dos aspec­
tos diferentes de¡ mismo hecho, del contrato de mandato, y el juez, para considerar
cumplido el contrato establece presunciones que deriva de¡ hecho de haber recibido e¡
demandante cantidades de dinero de quien era su apoderada, ¡o cual, de acuerdo a
lo antes explicado, no implica incongruencia.
Por otra parte, la apoderada de la demandada, además de oponer defensas específicas,
rechaza en forma general la demanda [...]
Con esta contestación, puede el demandado probar cualquier hecho dirigido a des­
virtuar ¡os hechos alegados por e¡ demandante, como fundamento de ¡a pretensión;
por tanto no existe ¡a incongruencia alegada.*5
Además, pueden existir hechos relativos al fondo sobrevenidos a la con­
testación como consecuencia del debate judicial, caso típico es el hecho que
interrumpe la prescripción. En nuestro sistema no existe réplica a la contes­
tación, por tanto, opuesta la prescripción en la contestación no existe una
oportunidad procesal para alegar la interrupción, que constituye un nuevo
hecho; sin embargo, el demandante podrá demostrar el hecho que ha inte­
rrumpido la prescripción aun cuando no haya sido alegado en el libelo.86
No constituye incongruencia la falta de pronunciamiento sobre las costas,
por ser esta condena un efecto del proceso:
Si lo relativo a las costas no forma parte del tema debatido por las partes, sino una
consecuencia del debido pronunciamiento, su imposición o silencio indebido, no
constituye el vicio de incongruencia positiva o negativa, sino mas bien una violación
del artículo 274 del Código de Procedimiento Civil, por falta de aplicación, según el
caso, violación ésta cuyo examen, como es notorio, no la puede realizar ¡a Sala de
Casación Civil, dentro de los ámbitos de un recurso deforma,87
El requisito de la congruencia tiene por fin asegurar el efectivo cumpli­
miento del principio dispositivo -nemo iudex sine actore- contenido en el
artículo 11 del Código de Procedimiento Civil, que implica el deber del juez
de atenerse a lo alegado y probado en autos, sin poder sacar elementos de
85 Decisión 24-4-1998. CSJ-SCC. (Santiago Zerpa Rivero contra America Rendon Mata. exp.
96-374).
86 Criterio acogido en decisión 20-11-2009, n° 681. TSJ-SCC.
87 Decisión 8-6-2000. Criterio reiterado en decisión 24-10-2012, n° 672. TSJ-SCC.
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convicción fiiera de éstos, ni suplir excepciones o argumentos de hecho no
alegados ni probados, expresado en el artículo 12 del mismo Código.
El rigor del principio dispositivo que esta norma consagra, pudiera ser
considerado contrario a la obtención de la justicia material, fin último del
proceso; pero dentro de la actividad procesal, humana y, por tanto, imperfecta,
las partes deben vigilar sus propios intereses, que harán valer utilizando los
medios previstos en la ley.
Para Montero Aroca, el fundamento del principio dispositivo no es otro
que la naturaleza privada del derecho subjetivo deducido en el proceso. Como
decía Calamandrei, deducir un derecho vía jurisdiccional es un modo de dis­
poner del mismo y, por consiguiente, el condicionar la tutela a la petición del
interesado es una consecuencia lógica de la autonomía negocial reconocida
al particular sobre su propia esfera jurídica. Partiendo de este fundamento
el principio debe significar:
1 °) La actividad jurisdiccional sólo puede iniciarse ante petición departe; el particular
debe ser libre para medir el interés que le mueve a luchar por su derecho o a dejarlo
ignorado o insatisfecho (art. 399 LEC) (art. 216 LEC).
2°) La determinación concreta del interés cuya satisfacción se solicita de los órganosju ­
risdiccionales esfacultad exclusiva de las partes o, en otras palabras, la determinación
del objeto del proceso corresponde a las partes mediante la pretensión y la resistencia.
3°) Los órganos jurisdiccionales al satisfacer, por medio del proceso y de la sentencia,
intereses privados, deben ser congruentes con la pretensión y la resistenciaformulada
(art. 218 LEC).
4°) Si las partes son las únicas que pueden incoar la actividad jurisdiccional, pueden
también ponerle fin, disponiendo del interés o intereses cuya satisfacción se solicitaba
(art. 19 a 22 LEC).**
En virtud del principio de congruencia, al establecer los hechos los jueces
deben atenerse a las oportunas alegaciones de las partes. El establecimiento
de los hechos comienza con la determinación de aquellos sobre los cuales
debe recaer la prueba. Las partes, al pretender obtener un resultado favorable,
deberán demostrar los hechos alegados; si el juez decide con fundamento
en hechos no alegados, priva a quien resulte perjudicado por la decisión,
de la posibilidad de realizar la contraprueba de esos hechos. Pero si, por el
contrario, no resuelve las alegaciones, limita a la parte la garantía del debido
proceso legal; de nada sirve la oportunidad de alegar si no se obtiene una
expresa, positiva y precisa resolución de las alegaciones.
El requisito de la congruencia y el derecho al debido proceso confluyen en
el ámbito constitucional. Como expresa Couture, el debido proceso, entre
otras garantías, ofrece una razonable oportunidad para ser oído. En un caso se
88 M o n t e r o (2 0 0 0 ). T o m o I, p p . 3 3 0 -3 3 1 .
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dijo que esa razonable oportunidad de hacerse escuchar significaba asegurar
al demandado su día ante el tribunal; es decir, poder hacer esas tres cosas
requeridas por la necesidad de la defensa: pedir, dar el motivo del pedido;
convencer de la verdad del motivo.89
La Constitución venezolana, por su parte establece, en el artículo 49, nume­
ral 3, que toda persona tiene derecho a ser oída en cualquier clase de proceso,
con las debidas garantías.
La doctrina precisa el deber de congruencia en dos reglas fundamentales:
a) resolver sólo lo pedido; y b) resolver todo lo pedido. Si el juez resuelve lo
no pedido, da lugar al vicio de incongruencia positiva; y si no resuelve lo
pedido, comete el vicio de incongruencia negativa.
De allí que la incongruencia adopta dos modalidades y tres aspectos. Las modalidades
son: incongruencia positiva, cuando eljuez extiende su decisión más allá de los límites
del problema judicial que lefue sometido, o la incongruencia negativa, cuando eljuez
omite él debido pronunciamiento sobre alguno de los términos del problema judicial,
y los aspectos son: a) cuando se otorga mas de lo pedido (ultrapetita); b) cuando se
otorga algo distinto de lo pedido (extrapetita); y c) cuando se deja de resolver algo
pedido u excepcionado (citrapetita).90
Si el juez se aparta de los hechos alegados, en conducta no exactamente
encuadrable en estas reglas, también incurre en incongruencia. Por ejemplo,
si el juez tergiversa un argumento de hecho, incluido en la demanda o en la
contestación, no resuelve la cuestión tal como fue planteada y, simultánea­
mente, resuelve algo no pedido -el argumento desnaturalizado-. Este último
supuesto puede ser considerado un caso de incongruencia mixta, porque deja
de resolver lo pedido y resuelve algo diferente:
Los escritos de contestación a la demanda o de oposición a la ejecución, no constitu­
yen en principio una prueba, sino que contienen los alegatos de las partes. Por ello,
cualquier distorsión o tergiversación de su contenido no constituye suposición falsa,
sino vicio de incongruencia, defecto deforma de la sentencia sólo denunciable con
fundamento en el ordinal 1ro. del Artículo 313 del Código de Procedimiento Civil.91
Que elfallo no contenga algo distinto de lo pedido por las partes: ne eat iudex extra
petitapartium, pues si así lo hiciera incurriría en incongruencia mixta, combinación
de la positiva y la negativa, lo que sucede cuando las sentencias fallan sobre objeto
diferente del pretendido, verbigracia, se pide la nulidad de un contrato y en la parte
dispositiva de la sentencia se declara su rescisión92
(1979). Tomo I, p. 59. Criterio acogido en 30-5-2002, n° 1022. Sala Constitucional.
TSJ.
90 Decisión 8-6-2000. Criterio reiterado en 24-10-2012, n° 677. TSJ-SCC.
91 Decisión 4-7-1995. CSJ-SCC. Criterio ratificado en 18-4-2013, n® 180. TSJ-SCC.
92 Decisión 12-11-1997. CSJ-SCC. Cita a Jaime Guasp. Criterio ratificado en 3-10-2013, n° 585.
TSJ-SCC.
89 C o u t u r e
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Ahora bien, la ausencia de expresión de la condena no es incongruencia
sino indeterminación objetiva:
Es evidente que lo denunciado por el formalizante encuadra en una denuncia de
indeterminación objetiva del fallo y no en el vicio de incongruencia negativa, como
indebidamente lo delató, pues la Sala ha señalado que la indeterminación se produce
cuando eljuez omite nombrar la cosa sobre la que recae la decisión.93
3 .5 .1 . C a s o s d e i n c o n g r u e n c i a p o s i t i v a
En general, la incongruencia positiva puede resultar de fundamentar la deci­
sión en razones de hecho no alegadas por las partes (por ejemplo, declarar de
oficio la prescripción extintiva), u otorgar al demandante más de lo pedido,
ultrapetita; o una cosa diferente de la pedida, extrapetita. En ninguno de
estos casos la decisión se atiene a la pretensión deducida o a las defensas y
excepciones opuestas.
La prohibición de resolver con fundamento en argumentos no invocados
por el demandado, se refiere, en la práctica, más a las excepciones que a las
defensas, estricto sensu, porque las primeras se caracterizan por la alegación
de nuevos hechos que impiden, modifican o extinguen la consecuencia jurí­
dica pretendida por el demandante, en tanto que las defensas -en el sentido
estricto, diferente del significado general de las alegaciones que se oponen a
la demanda- consisten más bien en el rechazo de los hechos que sustentan
la pretensión. Dada la práctica generalmente extendida de rechazar la de­
manda “en todas sus partes, tanto en los hechos como en el derecho”, el tema
a ser decidido, con esta defensa genérica, es la existencia o no de los hechos
alegados en el libelo de la demanda.
Sin embargo, en la jurisprudencia de la Sala no se hace clara tal distinción
doctrinal, entre defensas y excepciones, utilizando frecuentemente el término
“defensa” en su sentido genérico:
La falta de cualidad o interés del actor o del demandado constituye una defensa pe­
rentoria que tiene que ser opuesta por el demandado en el acto de contestación a la
demanda, pues debe eljuez dictar una decisión expresa, positiva y precisa, con arreglo
a la pretensión deducida y a las excepciones y defensas opuestas.94
Un caso de incongruencia positiva consiste en examinar de oficio la repre­
sentación de una de las partes, sin que la otra parte la haya objetado:
En el caso bajo decisión, una vez resuelta la controversia de fondo por la primera
instancia, el juez de alzada, en lugar de pronunciarse al respecto examina de oficio
el poder con el cual el apoderado de la demandada se dio por intimado, sin que tal
representación haya sido objetada, y pronuncia un fallo que sólo ocasiona un injus93 Decisión 20-12-2002, n° 479. TSJ-SCC.
94 Decisión 30-7-1998. CSJ-SCC. Criterio ratificado en 19-07-2007, n° 557. TSJ-SCC.
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