VISIBLES O INVISIBLES Por Mario de Vicente A lo largo de la historia del cine las personas discapacitadas siempre han estado representadas y cada vez más, con mayor fuerza. En el caso del cine español, con los años el tema de la discapacidad se ha ido incorporando de forma cada vez más creciente, desde títulos donde incipientemente se reflejaba la ceguera o la invalidez como “Cielo negro”(1951) o“El cochecito”(1960) a la actual multiplicación de films sobre el tema o conteniéndolo como un elemento más de la trama. Así, como ejemplos de ello habría que mencionar películas como “Carne trémula” (1997), “Mar adentro” (2004) o “Los ojos de Julia” (2010), con protagonistas afectados por lesión medular, tetraplejia y ceguera progresiva respectivamente. Y lo que es mejor, al reflejarlo se ha ido ganando en objetividad, abandonando progresivamente viejos clichés melodramáticos y paternalistas. Pero en los últimos años esta cuestión ha experimentado aún mayores avances en el cine español, lo cual reflejan los diversos ciclos orientados a su difusión, como los organizados por la Universidad Carlos III o por la propia Academia del Cine. Además, de la escasa visibilidad del tema hemos pasado al comienzo de la visibilidad de los propios discapacitados asumiendo papeles incluso protagonistas en películas como “Yo también” (2009), con la que Pablo Pineda, actor con Síndrome de Down, ganó la Concha de Plata al mejor actor revelación en el Festival Internacional de San Sebastián, o como “El truco del manco” (2008), donde hizo su debut cinematográfico Juan Manuel Montilla “El Langui”, actor afectado de parálisis cerebral quien ganó por su interpretación en ese film el premio Goya al Mejor Actor Revelación en el Festival Internacional de San Sebastián. Y no olvidemos a quien está potenciando la visibilidad desde detrás de las cámaras, como es el caso de Roberto Pérez Toledo quien, debido a su atrofia espinal, se desplaza en silla de ruedas, y ha dirigido películas como “Seis puntos sobre Emma” (2011), cuya protagonista es una invidente. A pesar de estos avances, estamos lejos de cantar victoria, pues no son pocas ni pequeñas las dificultades a las que se tiene que enfrentar el discapacitado a la hora de optar a un papel en cine o televisión. De entrada, lo primero que te encuentras es un enorme cúmulo de prejuicios, de ideas negativas prestablecidas, pensamientos silenciosos o incluso abiertamente expresados que te pueden hacer sentir que allí estás fuera de lugar. Para contratar a un discapacitado primero hay que percibir que es alguien “muy capaz” en su grado de competencia,y para eso la formación es un elemento fundamental a la hora de superar la ignorancia y el miedo de quienes tienen que aportar las necesarias oportunidades. Superar estos obstáculos implica creer en ti mismo. Estar internamente seguro de tu propia capacidad para no caer en la desconfianza ni en la falta de autoestima. Procurar que tus propios obstáculos personales no se añadan a los externos. Esta solidez interna es fundamental porque, aunque parecen abrirse algunas perspectivas, aún partimos de que los discapacitados adolecemos de un alto grado de invisibilidad en los medios de comunicación. Y en una sociedad donde quien no aparece en los medios, ni de forma regular en prensa escrita, parece que no existe, permitir esta situación es una forma de perpetuar la exclusión social. Para mejorar toda esta situación, pienso que sería esencial : -­‐ -­‐ -­‐ -­‐ Establecer el mismo nivel de apoyo para cualificaciones específicas de interpretación cinematográfica y programas de formación en TV como existen en otras profesiones de la industria cinematográfica y televisiva. Reconocer la importancia del adiestramiento Pan-­‐Europeo. Es un derecho adquirido, como se expresa en la Convención de las Naciones Unidas sobre las Personas con Discapacidad (13 de diciembre 2006) Estimular la cooperación internacional entre entidades educativas y profesionales Organizar cursos de formación específicos orientados al terreno empresarial y de gestión para que los discapacitados puedan generar e incluirse en sus propios proyectos artísticos.