ASMONEOS Wenceslao Calvo (10-11-2014) © No se permite la reproducción o copia de este material sin la autorización expresa del autor. Es propiedad de Iglesia Evangélica Pueblo Nuevo Asmoneos (hebreo hashmonim, arameo hashmonay) es el nombre de una distinguida familia de patriotas judíos que encabezaron una revuelta en el reinado de Antíoco IV Epifanes (175-164 a. C.) y, tras agotadores esfuerzos y derramamiento de mucha sangre, consiguieron finalmente un breve periodo de libertad y gloria para Israel. Matatías, el cabeza de la familia, según Josefo (Ant. XII, vi. i) era hijo de Juan, hijo de Simeón, hijo de Asmón; según 1 Macabeos ii:1 era hijo de Juan, hijo de Simeón. Asmón fue por tanto el bisabuelo de Matatías o, en el caso de que Simeón sea meramente una forma de Asmón, el abuelo de Matatías. Matatías y Judas Jonatán y Simón Juan Hircano, Aristóbulo I Alejandro Janneo, Hircano II, Aristóbulo II Caída de la familia Matatías y Judas. El determinado propósito de los Estados macedonios en Oriente fue la helenización de la población. Epifanes también tenía este objetivo, pero lo procuró con tanta obstinación que debilitó su causa más que fortalecerla, encontrando unos resueltos oponentes en los judíos. No obstante, hasta entre ellos ganó partidarios en su favor y el sumo sacerdote Jesús tomó el nombre griego de Jasón, favoreciendo a la facción griega. El progreso de las ideas griegas despertó el celo de los que estaban aferrados a la fe de Israel, que formaron una facción que se denominó a sí misma los "afligidos", los "pobres" (ebionim) o los "piadosos" (jasidim), de donde procedió el nombre hasideos, la designación de una facción que surgió en ese tiempo y posteriormente se convertiría en los fariseos). Airado por la oposición, Antíoco comenzó una opresión religiosa, cuyo resultado fue el asesinato por Matatías de un apóstata que iba a sacrificar a los ídolos y de un oficial real, siguiendo la revuelta de sus partidarios. Sostenida por los jasidim comenzó una guerra, en la que los infieles en Israel y los griegos fueron atacados. Matatías murió en el año 166 a. C., tomando su hijo Judas el mando y llevando a cabo durante seis años la lucha contra abrumadoras fuerzas y con diversa fortuna. Por sus súbitos ataques sobre el enemigo y los frecuentes golpes que le infligió, fue llamado Macabeo, "martillo", nombre que apodaría a toda la familia. La lucha en esta etapa era más religiosa que nacional en el intento, ya que Judas tenía muchos enemigos entre los judíos mismos, particularmente en la corte de Antíoco. En esas circunstancias recuperó el templo, hecho que se festeja en la Fiesta de la Dedicación. Una causa que contribuyó al éxito de los judíos fue la desarmonía en los asuntos sirios y la batalla por el trono sirio, de lo que se aprovecharon hábilmente los judíos. Demetrio I Soter, sobrino del usurpador Epifanes y legítimo heredero, tomó el reino del hijo de éste, que era todavía menor de edad. Judas procuró obtener ayuda de fuera mediante la extensión de sus planes, que no se habían llevado a cabo y entabló relaciones con el senado de Roma, un poder que tenía sus ojos puestos en Oriente y adelantó esos propósitos al intervenir en problemas internos. El ejército de Demetrio asoló el país y capturó incluso la capital, mientras que Judas se retiró a un lugar de ubicación desconocida, llamado Alasa o Elasa, el año 161 a. C., donde cayó. Árbol de la familia asmonea Jonatán y Simón. El mando lo asumió Jonatán, el más joven de los cinco hermanos, que llevó el terror entre los sirios y árabes más allá del Jordán. Con Jerusalén y todo el territorio en manos del enemigo, sólo parecían quedar la esperanza y el valor. La situación cambió súbitamente por la entrada en escena de Alejandro Balas, supuesto hijo de Antíoco IV, que pretendía el reino y atacó a Demetrio. Los dos contendientes procuraron el favor de Jonatán, por ser un dirigente importante. Demetrio devolvió los rehenes judíos y retiró muchas de las guarniciones sirias, por lo que Jonatán recuperó la posesión del templo. Alejandro lo hizo sumo sacerdote y le mandó indumentaria principesca y ricas insignias del cargo. De este modo Jonatán se hizo con el poder sacerdotal y temporal a la vez. Fue señor de Judea y oficial del ejército sirio. Cuando Demetrio II (147 a. C.) venció a Alejandro, escogió a Jonatán por amigo a pesar de la hostilidad de éste al comienzo de la contienda entre Demetrio y Alejandro. Un hijo de Alejandro, Antíoco VI, instigado por Trifón, general de Alejandro, se levantó contra Demetrio y tras varios sucesos fue asesinado por Trifón, quien también mató a Jonatán (143 a. C.). De este modo quedó Simón, ya célebre por su sabiduría, energía y capacidad de gobierno, como único superviviente de los hijos de Matatías. Tras asumir el mando, declaró la independencia de su pueblo, tomando los títulos de sumo sacerdote, general y príncipe (1 Macabeos xiv: 47). La unión de esos cargos produjo un cambio en la política de los asuntos judíos, en los que hasta entonces el principal interés había estado en el sacerdocio y la teocracia pura. El gobierno de Simón fue corto, pero fructífero, ya que su propio pueblo apreció su valor. En una asamblea popular su posición y honores fueron ratificados como derechos hereditarios, haciéndose público el hecho en tablas de bronce fijadas en el santuario (1 Macabeos xiv:27-47). La independencia del país quedó manifestada en la emisión de una serie de monedas y el reconocimiento de una nueva era fechada desde la ascensión de Simón. Parecía que el final de Simón sería pacífico, cuando su propio hijastro, Ptolomeo, que pretendía el puesto de Simón, lo asesinó traicioneramente, mientras que Antíoco VII, hermano de Demetrio y entonces en el trono sirio, intentó recuperar el dominio de Judea. Mapa del reino asmoneo Juan Hircano, Aristóbulo I. El hijo de Simón, Juan Hircano (nótense los nombres griegos asumidos por los sucesivos miembros de la familia, un signo de los tiempos), que sucedió a su padre, se vio obligado al principio a convertirse en vasallo de Siria, entregando a Jerusalén y proporcionando rehenes. Cuando cayó Antíoco (128 a. c.) Juan se aprovechó de las circunstancias, comenzó una serie de conquistas, destruyó el templo de Gerizim, unió Samaria con su propio territorio, sometió a los idumeos y judaizó el país. Josefo le adjudica tres honores: el sumo sacerdocio, el gobierno y la profecía (Ant. XIII, x. 7). Pero se suscitó una pregunta sobre la legitimidad de su sumo sacerdocio. A la muerte de Juan Hircano (105 a. C.) la familia pasó por malos tiempos. El poder externo retenido por su sucesor, Aristóbulo I, se debió a la debilidad de los seléucidas y los Ptolomeos, que quedaron envueltos en la lucha de las facciones judías por asuntos internos. Hircano se había distanciado de los fariseos, pues el fariseo Eleazar le había aconsejado dejar el sumo sacerdocio y contentarse con el poder temporal. A su muerte dejó el poder a su viuda, mientras que Aristóbulo sería sumo sacerdote. Aristóbulo mató a su madre de hambre, arrojó a su tres hermanos en prisión y mató al cuarto, a quien había hecho corregente. Pero al año siguiente murió (104 a. C.). El suceso más notorio de su reinado fue la conquista de Galilea y el comienzo de su judaización. Alejandro Janneo, Hircano II, Aristóbulo II. Su viuda, Alejandra, la más célebre de ese nombre en su familia, liberó a sus hermanos e hizo a uno de ellos, el tercer hijo de su marido, rey, con el título de Alejandro I Janneo. Su gobierno fue tan lamentable como largo (104-78 a.C.). Su deseo era brillar como conquistador al igual que su padre, pero sin los mismos medios, ya que se apoyaba en un ejército de mercenarios. Los fariseos retiraron más y más el apoyo a un gobierno que continumente extraía sus fuerzas del exterior y oprimía a sus propios súbditos, mientras que el rey parecía ser un traidor de la religión de su padre. Al ser groseramente insultado en una festividad tomó sangrienta venganza. La guerra civil se desató durante seis años, en la que 50.000 judíos perecieron. Al morir, dejó la sucesión en manos de su viuda, Alejandra, con el mandato de congraciarse con los fariseos. Ella siguió el consejo, desterró a los saduceos de Jerusalén, puso a los escribas en el Sanedrín y gobernó con inteligencia hasta el año 69 A. C. Durante su vida su hijo mayor, Hircano II, había sido sumo sacerdote, mientras que a su muerte Aristóbulo II ambicionó el reino y mató a su hermano. Poco después el reino sirio cayó en manos de Roma, huyendo Hircano, por consejo de Antípater, padre de Herodes, al príncipe árabe Aretas, en Petra, por cuya ayuda Aristóbulo quedó asediado en Jerusalén, siendo asesinado. Mientras tanto, el general de Pompeyo, Scauro, y luego Pompeyo mismo fueron solicitados tanto por Aristóbulo como por sus oponentes, así como por el pueblo contra ambos. Pompeyo capturó Jerusalén, disolvió el reino e hizo a Hircano sumo sacerdote y etnarca (63 a. C.), llevando en triunfo a Roma a Aristóbulo y sus hijos. Caída de la familia. La restante historia de los asmoneos es una serie de tragedias. Alejandro, hijo de Aristóbulo, escapó del encarcelamiento y atacó el poder romano en Siria. Entre tanto había estallado la guerra civil en Roma y César liberó a Aristóbulo para perjudicar a sus oponentes, pero los criados de Pompeyo mataron a Aristóbulo antes de que pudiera salir de Roma, encontrando poco después el mismo destino Alejandro. Éste dejó tras sí dos hijos, que tuvo de Alejandra, la hija de Hircano, de gran belleza pero no muy inteligentes, y un hermano, Antígono. Cuando César obtuvo el dominio en el este, el control de Palestina dispuso de hecho, aunque no de nombre, al idumeo Antípater; pero al ser considerado un extranjero y odiado por tanto por los judíos, en la convulsión casada por la muerte de César, ellos buscaron el apoyo de Antígono. Mientras tanto, el hijo de Antípater, Herodes, cuyo deseo era detentar el antiguo poder de Hircano en el hecho y la forma, se había comprometido con Mariamme, la bella hija del pretendiente Alejandro y nieta por su madre de Hircano. Se trató de un movimiento inspirado tanto por la política como por el poder de la casa,derecordando Antígono Matatías a su antecesor por Moneda bronce de Antígono su nombre hebreo, Matatías. El libro que refleja el periodo son los Salmos de Salomón; el Nuevo Testamento guarda silencio, con la única excepción de la referencia en Hebreos 11:35-36, que no menciona nombres. Mapa de la extensión máxima del reino asmoneo bajo Alejandro Janneo