LA REVUELTA DE LOS ASMONEOS Guiados por un sacerdote llamado Matatías, de la pequeña población de Modiím, y provistos de armas forjadas por herreros de las aldeas montañosas, los judíos se rebelaron en el año 167 a.C. contra el reino seléucida. La revuelta fue causada, al principio, por los decretos contra la práctica del judaísmo y, posteriormente, por la aspiración a la independencia nacional. En un comienzo, los rebeldes emprendieron una guerra de guerrillas y la jefatura pasó de Matatías a sus hijos, entre los cuales se destacó Iehudá, conocido como el Macabeo. En 163 los seléucidas revocaron su política de persecución religiosa y se Ilegó a un acuerdo. Este fue violado, empero, por un nuevo gobierno seléucida y, después de varios combates desesperados y de intensas perfidias políticas, Judá logró su independencia en 142 a.C., bajo el mando de Simeón, uno de los hijos de Matatías. Esta familia, conocida como los Asmoneos, asumió el liderazgo religioso temporal del pueblo; Simeón fue nombrado etnarca (gobernador civil), sumo sacerdote y comandante en jefe del ejército en una gran asamblea realizada en Jerusalén, en el año 140 a.C. Posteriormente, la familia adquirió prerrogativas reales. Se pactó una serie de alianzas con Roma, la creciente potencia mundial, y Juan Hircano, hijo de Simeón, se convirtió en rey de una Judá independiente y mucho mas vasta. Un estado vecino Idumea o Edom - fue anexado y su población se convirtió al judaísmo. Estos nuevos pobladores se tornaron pronto en una parte inseparable de la nación judía y sus clases superiores comenzaron a ocupar importantes posiciones en el reino asmoneo, hecho que iría a producir importantes consecuencias en el futuro. Juan Hircano dirigió también notables operaciones militares en Transjordania y abrió el camino para la conquista de Galilea, la región septentrional de Eretz Israel. Esta política expansionista fue proseguida por su sucesores, y en particular por Alejandro Janeo (103-76 a.C.), bajo cuyo reinado fueron capturadas todas las ciudades extranjeras del país. Las conquistas asmoneas borraron la influencia política del helenismo del territorio de Eretz Israel. En un principio la dinastía asmonea nació por la amalgama del fervor religioso y nacional, pero ya en una etapa temprana se hizo evidente que sus seguidores no sustentaban concepciones idénticas. Un ejemplo lo constituyen los jasideos, que sostuvieron los valores judíos tradicionales; ellos tenían muy poco en común con la aristocracia sacerdotal que se incorporó a la dinastía asmonea. En los días de Juan Hircano se abrió una brecha entre los fariseos, sucesores del grupo de jasídeos, y los asmoneos; esta brecha iba a ser ensanchada considerablemente durante el reinado de su hijo.