DONA JUANA, MADRE DE FERNANDO EL CATOLICO, EN SAN MORI POR RAFAEL TORRENT ORRI Ï ANTECEDENTES Después de la muerte del Príncipe de Viana, el infortunado hijo de Juan II y de D.a Blanca de Navarra, Cataluria se escinde en dos partidos y cada uno de ellos lucha para obtener el supremo mando político del país ; el juanista, para mantener una realeza autoritaria ; el de la Diputación del General (especie de Comisión Permanente) de las Cortes Catalanas, para establecer un gobierno de tipo oligàrquica que conserve y mantenga íntegramente los privilegios medievales. Uno de sus principales fines era oponerse a la política real favorable a los remensas. Dona Juana Enríquez, la segunda esposa de Juan II, fue a Barcelona con el cargo de regente de la lugartenencia de su hijo Don Fernando, todavía menor de edad. En aquella época la tirantez política entre los dos bandos era ya grande, emperiada D.a Juana en que las autoridades catalanas accedieran la entrada del monarca en Barcelona, lo que entonces vedaba las Capitulaciones de Villafranca, mientras aquéllas estaban dispuestas a evitar a. todo trance el regreso del soberano. La Diputación del General, con el pretexto de sofocar la rebelión remensa contra el dominio feudal de los seriores, organizó un poderoso ejército para imponerse a las fuerzas monãrquicas, a ser posible, por el temor de las mismas ; en caso contrario, por la fuerza de las armas. Después de exigentes peticiones a la reina, para forzar su resistencia, ésta se alarmó, especialmente por los preparativos bélicos que hacían, y decidió, el 10 de marzo de 1462, marchar a Gerona. Una vez allí adoptó medidas para solucionar el conflicto remensa y castigar a los autores de desmanes, pero fracasó por falta de recursos militares y por la actitud de quienes habían resuelto dar un golpe decisivo contra Juan II. 43 La ruptura estalló violentamente a mediados de abril. En Barcelona fueron encarcelados y ejecutados muchos partidarios del rey. A fines del mismo mes, el ejército del conde de Pallars partía hacia el Ampurdån. La reina en Gerona contaba con el apoyo del obispo, Juan Margarit, en cuyo palacio moraba, pero, en cambio, el municipio, durante el primer sitio, guardó una actitud de cierta indiferencia para la causa real. La reina, para que fuesen a defenderla, llamó a muchos nobles, cuya relación se expondth mas adelante, así como a los m as decididos partidarios de la monarquía en aquella zona : los remensas, tanta mas fieles cuando el adversario común tenía por misión combatirlos y aniquilarlos. A.sí fue dable ver a grandes propietarios del Ampurd,n, la Selva y la Montana, como los Margarit, Cruilles, Rocabertí y Santa Pau, combatir junto a los caudillos remensas de San Privat de Bas, Faras, Fontcuberta, Falgons, S'Agaró, Canet, Argelaguer, Beuda, etc., en defensa del pabellón real. Sería un error creer que estos remensas eran unos simples parias ; la mayoría eran pequerios propietarios que al mismo tiempo trabajaban tierras sujetas a la redención remensa. Su caudillo mas destacado, Francisco de Verntallat, era descendiente de un segundón de la noble familia de Puigpardines que pasó a ocupar la casa de Verntallat, en San. Privat de Bas. (1) Por tratarse de una verdadera guerra civil, la alineación de los personajes en uno u otro bando en lucha fue, en algunos casos, cuestión de pura geografía o sujeción a circunstancias de mero car,cter personal. Las ciudades, los linajes y aún las mismas fami•lias se encontraron divididas. Padres contra hijos, hermanos contra hermanos y ciudadanos contra ciudadanos. En el bando de la Generalidad contra el de la realeza figuran, respectivamente : los Cruilles de Peratallada y los de Vich contra los Cruilles de. Llagostera ; los Pinós de Illa-Canet y de Pinós-Mataplana contra los de Vallfogona ; Jofre de Castro contra los dos Felipes de Castra; Franci y Guillermo Ramón d'Erill contra Arnaldo Roger d'Erill ; Dalmacio•de Queralt contra Baltasar de Queralt; Guerau Alemany de Cervelló contra Guillermo Arnaldo de Cervelló ; Bernardo de Guimeth contra los Guimeth de Ciutadella ; el vizconde Jofre VIII de Rocabertí, serior de Peralada, contra todas las ramas 44 menores del linaje : la de San Mori, la de Massanet de Cabrenys, la del comendador de Monzón y pronto castellano de Amposta e incluso contra el barón de Verges, su propio hermano de padre. (2) En las divisiones familiares apuntadas se refleja una clara tendencia : mientras los grandes setiores o cabezas de linaje estan con las autoridades cataianas, los pequerios serioríos formados por los segundones son partidarios de la realeza, la cual a su vez protege y apoya a estos últimos, así como a la pequeria y mediana burguesía, unidos todos en comunidad de afanes contra los grandes serioríos. Hubo algunas excepciones, por razones singulares, como la del conde de Ampurias, Enrique de Aragón (1445-1522) y la del vizconde de Cabrera y Bas, Bernardo Juan de Cabrera (1427-1466) que estuvieron al lado del rey, el primero, por ser su sobrino y por unirles muchos intereses ; y el segundo, (al principio uno de los principales jefes del Consejo del Principado) muerto ya el Príncipe de Viana, por considerar que el levantamiento iba demasiado lejos. Es posible que influyera en su actitud el interés por conservar su rico condado de Módica, en Sicilia. La tenaz resistencia de la "Fossa Vella" de Gerona, sitiada por las fuerzas del conde de Pallars, permitió que las huestes de Luis XI, rey- de Francia, aliado de Juan II, llegaran a tiempo de salvar a la reina D. Juana y al príncipe Fernando de caer en poder de sus adversarios. Es curioso que en el mismo día (23 de julio de 1462) Juan II vencía al ejército de la Generalidad en la batalla de Rubinat y después conquistaba Tàrrega. Reunida el ejército juanista y el francés ambos pusieron sitio a la ciudad de Barcelona, desde el 12 de septiembre al 3 de octubre, en cuya fecha Juan II vióse obligado a levantar el sitio ante las complicaciones presentadas por la internacionalización del conflicto. El bando adverso a Juan II en pocos arios proclamó, tres reyes : Enrique IV de Castilla, el condestable Pedra de Portugal y Renato de Anjou. 45 II LA REINA JUANA DESDE SAN MORI CONVOCA A PARLAMENTO E1 precedente epígrafe era obligado para situar el tema tratado en su ambito histórico, única forma de lograr su comprensión. Sobre el castillo-palacio de San Mori se ha escrito muy poco. Botet y se limita a decir que San Mori (cuyo nombre es contracción de Sant Maurici), en 1698, era lugar de Baronía y en el pueblo, perteneciente al partido judicial de Gerona, próximo a San Miguel de Fluvià; se conserva aún, mas o menos modificada, la antigua estancia seriorial. (3) J. Pla Cargol, dedica algunos parrafos a la misma y en el primero, dice : "El castillo de San Mori pertenecía en el siglo XV al convento de San Miguel de Fluvià y era un monasterio fortificado. Cuando las luchas de Juan II con la Generalidad de Cataluria, la reina dona Juana Enríquez solicitó del abad que le cediera el castillo-monasterio de San Mori para instalarse la reina en él. Hecha esta cesión por el abad, la reina Juana lo mandó poner en condiciones de resistencia, realizando las reformas convenientes para habitar en él. Dióle categoría de Sitio real y, desaparecida la baronía de Vilademuls, hizo a San Mori sede de una baronía". (4) Ignoramos de donde proceden estas noticias, pero pronto quedarà de manifiesto que sus fuentes son erróneas. De lo antes transcrito, nada dicen los distintos autores que han referido la breve estancia de la reina Juana en San Mori : A. Alfonsello (5), J. de , Chía (6), F. Monsalvatje (7), J. Pella y Forgas (8), A. Rovira i Virgili (9), A. Masia de Ros (10) y Nuria Coll (11). De todos ellos, el historiador primigenio y fundamental es el canónigo Andrés Alfonsello que vivió en el siglo XV y fue. Vicario General del Obispo de Gerona Juan Margarit. Los demas autores reproducen o amplían sus noticias, especialmente Nuria Coll, cuya 46 Vista general del castillo de San Mori. narración es la mús completa y exacta de todo lo que se sabe —que no es mucho— de la estancia de D." Juana Enríquez, en San Mori. También la obra de Juliàn de Chía, a pesar de su título tan poco afortunado, es muy documentada. La actuación de la reina en Cataluria se basa en el hecho de haber sido nombrada por su esposo Juan II lugarteniente general en todos los reinos de la Corona de Aragón, el 6 de marzo de 1465. Sus facultades eran las siguientes : 1." : Autoridad sobre todos los súbditos del rey de Aragón ; 2." : Plenitud de jurisdicción civil y criminal ; 3." : Facultad de convocar y celebrar Cortes y, dentro de ellas, plena libertad de acción ; 4." : Autoridad absoluta en los asuntos económ cos ; 5." : Jurisdicción sobre los oficios reales ; 6." : Poder de conceder privilegios militares, autoridad sobre los castillos y fortalezas con sus defensores, así como facultad de mandar tropas, incluso convocando hueste y cabalgata. Después de la proclamación de Renato de Anjou como rey de los catalanes, dona Juana hace otra vez acto de presencia en las comarcas gerundenses para organizar la resistencia contra el probable ejército invasor. Su principal objetivo era poseer en la costa ampurdanesa un puerto de desembarque por donde socorrer por mar al Ampurdš.n. 47 I-lacia esta comarca ernprende la reina la marcha, al frente del ejército real, penetrando por el interior del país. Pasan junto a Berga que no acata la recibida orden de rendición, para llegar a Olot el 2 de octubre de 1466, en poder del caudillo remensa Francisco de Verntallat. La hueste real, de nuevo en marcha, conquista Besalú y pasa por Bariolas, el 4 del mismo mes. Al llegar a Bàscara, encuentra resistencia, pero ésta no fue porfiada, duró dos días ; el ejército real entró en esta villa, donde permaneció desde el 9 al 12 de octubre. Doria Juana desde esta población se trasladó al castillo de San Mori, donde estaba el día 15 del mismo mes. Allí .otorgó poderes a Pedro Sunyer, notario de Gerona, para recibir en su nombre el homenaje de fidelidad y "sagrament" de los habitantes del castillo y término de Cruilles. Pero el acto mas notable realizado por la reina desde San Mori, en el mismo día, fue una singular convocatoria al Parlamento, en virtud de las facultades concedidas en su nombramiento de lugarteniente general. En el escrito dirigido a los convocados se decía que el fin del parlamento era procurar la pacificación del país, pero en realidad se trataba de movilizar todas las fuerzas adictas para vencer a Renato de Anjou y a la Generalidad que le había designado rey. La papeleta de citación dirigida al capítulo y canónigos de la catedral de Gerona, entre otros extremos, decía : "com nos —la na— hajam delliberat convocar parlament e no pugam star en alguna vila murada, pregam e encarregam que per el 26 de octubre siau ab nos en aquella vila —San Mori— o loc a hon nos convendra esser, encara que sia en camp". Es interesante reservar la lista de los convocados : Eclesiasticos : los atiades de San Pedro de Rodas, Bariolas, Amer, Camprodón, San Miguel de Fluvià, Breda, San Pedro de Galligans y San Juan de las Abadesas ; cabildo y canónigos de la catedral de Gerona. Nobles : el vizconde de Cabrera y de Bas, el de Illa y Canet, y el de Evol. Por el brazo militar: Galceran de Cartellä, Bernat Margarit, mayor, y Bernat Margarit, menor. Caballeros : Juan Miguel y Pedro Miró. 48 Autoridades de Gerona, Camprodón y Besalú. No fueron convocados por hallarse en camparia, al lado de la reina : El obispo de Gerona y el abad de Besalú. Nobles : el infante don Enrique de Aragón, conde de Ampurias, Juan de So y de Castro, Pedro de Rocabertí, Martín de Cruilles, Bernardo de Senesterra y Giliberto de Cruilles. Militares : Bernardo Gabriel Xatmar, Pedro Torroella, Vallgornera, Bernardo Samazó, Pedro de Darnius, Jaime Alemany, Pedro Desbach, Francisco de Perapertusa, Francisco Margarit, Galceran Tafurer, Bernardo de Santdionís y Bernardo Guillermo de Vilanna. Finalmente : Francisco de Verntallat, Poncio Descallar, J. de Carten, Bernardo de Avinyó, Miguel de Santmartí, Bernat Estruch, Juan Pedro de Viure, Francisco de Muntanyús, En Sagarriga, Bartolomé Alemany de Bellpuig; Bernardo de Palou y Juan Bertrãn. Muchos de estos nombres figuran también en la lista de defensores de la "Forsa. Vella" de Gerona, en 1462. Sobre la referida convocatoria de parlamento, Angeles Masiã, de Ros, en su citada obra, asegura que la "documentación" por medio de la cual convoca su convocatoria, especifica que se reunirà en Castellón de Ampurias" Como indica Nuria Coll, esta aludida documentación —cuya fuente no se cita— està en desacuerdo con la documentación utilizada por los dems autores. De todas formas, Angeles Masia, a continuación de la cita transcrita, ariade : "aunque es posible que no tuviese lugar en dicha villa, sino en la de San Pedro Pescador, ya que, desde este lugar, con fecha 10 de noviembre, reclama la reina a Gerona el envío del síndico que està encargado de representar a la ciudad para que el Parlamento, ya comenzado, pueda continuar". (12). Es posible que Angeles Masiú, leyere el nombre de Castelló de Ampurias en alguna de las varias citaciones que se hicieron, pero resulta que los acontecimientos se,precipitaban rãpidamente y de modo distinto a los propósitos de dona Juana. También cabe que ésta tuviera interés en mantener secreto el sitio de la Asamblea parlamentaria para evitar una emboscada enemiga. Comunicar ei 49 Puerta de acceso a la habitación de la reina Juana según la tradición. 50 lugar de reunión pudo dejarse para última hora y hacerlo en forma meramente verbal, por si alguno de los mensajes cala a manos del adversario. Lo cierto es que tres días después de la convocatoria hecha en el castillo de. San Mori, la lugarteniente general estaba con su ejército sitiando la villa de San Pedro Pescador, la cual fue tomada el 24 del mismo mes. Pero el objetivo verdadero era la conquista de Rosas con su importante puerto. El 7 de noviembre, el ejército real intentó un asalto al castillo de Rosas, pero fracasó ante la heroica resistencia de los sitiados. El día 9 del citado mes, la reina levantó el sitio y se retiró a la villa de San Pedro Pescador, que pertenecía al conde de Ampurias. Al día siguiente, dona Juana comunicaba a los Jurados de Gerona que se hallaba en esta población "hon entenem proseguir e dar conclusio, Deus volent, al parlament que havem convocat" y pedía el envio de los síndicos. Permaneció en San Pedro Pescador hasta el 18 de noviembre. Después, la reina y los parlamentarios, se trasladaron a San Jordi Desvalls, donde estuvieron desde el 20 al 29 del citado mes. Seguramente allí terminó aquel parlamento convocado en forma tan singular y accidentada. Al día siguiente, dona Juana llega a Gerona, donde permanece casi dos meses, para proseguir con sus disposiciones la labor comenzada por las armas. 51 III PEDRO DE ROCABERTI, BARON DE SAN MORI, ADALID DE LA REINA Ningún historiador ha explicado el porque de la estancia de dona Juana en San Mori ni quien era el anfitrión del castillo. Santiago Sobrequés, competente investigador, en su pequerio esbozo biogthfico de Pedro de Rocartí, el mãs completo que se ha hecho, no hace ninguna referencia a la convocatoria de San Mori ni a la estancia de la reina en este lugar, pera, en cambio, nos da a conocer que Pedro de Rocabertí, el gran adalid de dona Juana, era barón de San Mori. Paner este hecho en relación con la referida convocatoria, ha alumbrado con raudales de luz el motivo de haberse celebrado allí. A un segundón de la nobilísima casa vizcondal de Rocabertí, dueria del seriorío de Peralada, le fue concedida la baronía de Cabrenys, en el término de Massanet de Cabrenys. Uno de los descendientes, Guillermo Hugo, tuvo tres hijos, todos ellos protegidos por el rey, quien nombró su mayordomo a Dalmacio, serior de Cabrenys; al segundo, Pedro, le dió la baronía de San Mori ; al menor, Bernardo Hugo, caballero de la Orden del Hospital, le hizo comendador de Alfambra (Aragón). Pedro de Rocabertí, nacido hacía el ario 1415, reveló pronto su vocación política, pues, a partir de 1450, participa activamente en la vida parlamentaria. En 1456, fue elegido miembro de la comisión "de les monedes", una de las cuestiones que mas contribuyeron a enturbiar el ambiente político de la preguerra. Trabajó activamente por la liberación del príncipe de Viana. Es •después de haber muerto éste, cuando se le ve actuar en el bando juanista, siendo uno de los quince personajes propuestos para formar parte del Consejo del nuevo primogénito Fernando. 52 Pedro de Rocabertí fue uno de los primeros en acudir a la llamada que hizo la reina Juana, desde Gerona, en mayo de 1462. Su lealtad, valor y pericia hubo de ser mucha para ser nombrado, el día 13 del mismo mes, capitú,n de la "forsa vella" de Gerona, lugar de defensa de las fuerzas sitiadas, entre las cuales se hallaban el obispo Juan Margarit, la reina y el príncipe Fernando, entonces nirio de diez arios, el futuro Rey Católico. Sin el heroísmo de sus defensores, rara mezcla de nobles y payeses, seguramente hubiese sido otro el curso de la Historia de Esparsa. El invicto defensor de la "Forsa Vella", una vez liberada, fue designado capiUn general de la ciudad y bailía de Gerona y de la veguería de Gerona-Besalú. Desde entonces, Pedro de Rocabertí fue por antonomasia "El Capitú.n". Este breve y sonoro nombre eclipsó por entero su título de barón de San Mori. Durante cinco arios sería el ínclito defensor de dona Juana a través de las comarcas gerundenses, después de haberlo sido por espacio de casi dos meses en el sitio de la "Forsa Vella". También ejerció funciones económicas, hasta el punto de acuitar moneda por su cuenta, conocida por los numismúticos con el nombre de "rocabertins", impuso impuestos, requisó alimentos, caballos y medios de transporte, mobilizó capitales en la raja "inviolable" de la catedral gerundense y se incautó de las riquezas del monasterio de Ripoll, después de su resistencia y capitulación. (15) Durante el sitio de Rosas, efectuado por el ejército real con la presencia de la reina, en noviembre de 1466, se entabló una encarnizada lucha en torno al "pont del estany", recuperado por los sitiados. En la misma fueron heridos el infante don Enrique, conde de Ampurias, y Pedro de Rocabertí, "ab ballesta de passa que li ha trespassada la celada o molt fort nafrat al cap de que es creu ésser perillos de mort". Entre los motivos que obligaron a la reina a levantar el sitio de Rosas creo que los historiadores del mismo han omitido mencionar el principal : el ser heridos los dos principales jefes de las fuerzas sitiadoras. Seguramente Pedro de Rocabertí hubo de pasar un período de cura y convalescencia en su castillo-palacio de San Mori, bajo los cuidados de su esposa Catalina de Ortafú., hija de un prohombre 53 rosellonés, Pedro de Ortafà, militante también en el bando juanista. Es muy probable que la reina quiso visitar a su gran adalid, al dirigirse, pocos días después de haber sido éste herido, desde San Pedro Pescador a San Jordi Desvalls, màxime siendo San Mori lugar a propósito para un alto en el camino. Por otra parte, Nuria Coll, en su mentada obra, dice así : "Una vez levantado su cerco (el de Rosas), dona Juana renunció, de hecho, a la guerra ofensiva, iniciando el repliegue, primero, a San Pedro Pescador ; luego, a San Mori, y finalmente a Gerona". (16). Aun reconociendo que puede tratarse de un lapsus de la autora que escribió San Mori en vez de San Jordi Desvalls, donde documentalmente consta estuvo varios días, siempre es muy presumible que la reina se detuvo en San Mori antes de llegar a San Jordi Desvalls. Moralmente estaba obligada a hacerlo, si Pedro de Rocabertí, como era lógico, estaba en su Después de haber curado la herida, se reintegró a las funciones propias de su capitanía. Las necesidades de la guerra le obligaran muchas veces a tomar medidas radicales que lesionaron muchos intereses, lo que le atrajo el odio de influyentes gerundenses, especialmente algunos parientes del obispo Juan Margarit, quienes ambicionaban reemplazarle en su poder. Por eso, fue acusado injustamente de procurar únicamente su provecho personal, de querer poseer en feudo el Castillo de Gerona y de toda clase de malversaciones y contraf ueros. La constante acusación de sus enemigos logró finalmente que fuese relevado de su mando, en diciembre ,de 1467, siendo destinada al, otro extremo de Cataluria, al mando de la capitanía de Miravet. Este relevo fue el primer paso para la pérdida de Gerona. La ciudad, dirigida por aquellos familiares del obispo que tanto habían intrigado, capituló en junio de 1469. Su pérdida estuvo a punto de llevar la causa de Juan II al desastre. E1 rey comprendió demasiado tarde que había sido engariado. Que Pedro de Rocabertí, duro y expeditivo, pero incorruptible y de una lealtad a toda prueba, era el caudillo insustituible. Por consiguiente, le manda de nuevo a las comarcas gerundenses. Por haberse perdido las tierras llanas, al principio actuó como capitàn de Besalú. Después, como "Capità de la Muntanya i Empordà". Se le 54 designa "lloctinent de capità general d'Empordà". mientras permanece en esta comarca el príncipe don Fernando. E1 barón de San Mori opera y lucha con gran estrategia, inaccesible a los sobornos del duque de Lorena. Sin duda alguna fue uno de los principales artífices del triunfo de Juan 1I. El monarca, en 1463, le había concedido el vizcondado de Rocabertí, con Peralada, Navata y San Llorens de la Muga, solo teórica, mente, ya que, excepto Navata —que conquistó, en 1463—, los demàs territorios estuvieron siempre ocupados por los adversarios y cuando dejaron de serlo, hubo de devolverlos a su primo en virtud del tratado de capitulación de Peralada. Por eso, Juan II, en justa compensación, le donó, en 1472, la baronía de Maella, en Aragón. También fue designado diputado durante el trienio 1470-1473. Acabada la guerra civil, el barón de San Mori y de Maella actuó en la brillante reconquista del Rosellón, efectuada en 1473, feliz coronación de anteriores camparias allí realizadas, seguramente por ser su mujer natural de aquella comarca, quien, en 1474, defendió con gran heroismo el castillo de Canet contra los franceses. Pedro de Rocabertí demostró ser también un hàbil diplomàtica y hombre de gobierno. Negoció el tratado de Perpiriàn con el francés Jean de Lude, en 1473, por el que provisionalmente se reconocía la ocupación catalana y se establecía un régimen de condominio bajo la jefatura de Pedro de Rocabertí nombrado Gobernador General del Rosellón, cargo que desemperió hasta el ario 1475, en que los franceses recuperaron Perpiriàn. Retirado a la vida privada, fue tutor del joven Onofre de Rocabertí, barón de Verges, así como se reconcilió con el jefe de su linaje, el vizconde Jofre VIII de Rocabertí, serior de Peralada, cuyo heredero Felipe Dalmacio se casó con Isabel, hija de Pedro de Rocabertí. Este último, falleció hacia 1490 y le sucedió su hijo Bernardo, quien continuà la línea de los barones de San Mori y de Maella. (17) E1 castillo-palacio de San Mori se honra con haber sido morada de dona Juana, madre de Fernando ql Católico. En ningún sitio pudo estar mas segura que en la casa de su fiel capitàn. Esta simple consideración basta para comprender la convocatoria a parlamento desde San Mori. Ahora bien. No es probable que la reina estuviera 55: de nuevo en San Mori, aparte los dos casos antes referidos. Sólo cabe otra posibilidad dentro el mes de febrero y primera quincena de marzo de 1467, único período que se ignora el itinerario de dona Juana por falta de documentación, pues el resto ha sido seguido día a día por Nuria Coll en su referida obra sobre la lugarteniente real en Cataluria, desde 1461 a 1468. Contra esta reina se han formulado graves acusaciones carentes de certeza histórica. Su personalidad es tan relevante que ha merecido la admiración de historiadores adversos a su causa, como Pella y Forgas, que no pudo menos que escribir : "Mujer indomable aquella castellana a quien antes falló la vida que el animo y las fuerzas para empuriar el bastón de lugarteniente del reino, corría desasosegadamente los pueblos fronterizos del Ampurdki seguida de un nirio de quince arios, • que después fue Fernando el Católico, lejos del marido entonces viejo y ciego, rodeada de peligros por todas partes". (18) La tenacidad y abnegación de esta mujer por lograr el triunfo de su amado hijo, hasta consagrarle el último aliento de vida, en lucha no solamente contra los enemigos sino también con la propia carne lacerada por el càncer, posee la grandeza de una tragedia griega. No es de extrariar que quedare por entero subyugado a 311 causa un hombre del temple de Pedro de Rocabertí. La obra de esta reina fue fundamental para la formación de la unidad hispànica realizada pocos lustros después. Su hermano don Alonso Enríquez, Almirante Mayor de Castilla, fue el mas eficaz valedor del matrimonio de los Reyes Católicos. A la luz de estos acontecimientos, la figura histórica de Pedro de Rocabertí, barón de San Mori, adquiere un relieve trascendental. 56 BIBLIOGRAFIA 1 Rafael Torrent, "Genealogía y significación de Francisco de Venitallat" (publicado junto con "Genealogía y gestas de los nobles de Crexell"). Biblioteca Olotina. Olot, 1953, pégs. 9-12. 2 S. Sobrequés Vidal. "Jofre VIII de Rocabertí, Serior de Peralada". Ediciones Biblioteca del Palacio de Peralada, 1955, pàg. 44. 3 J. Botet y Sisó. "Provincia de Gerona", en la Geografía General de Cataluria dirigida por F. Carreras y Candi. Barcelona, sin alio. pég. 391. 4 J. Pla Cargol, "Plazqs fuertes y castillos en tierras gerundenses". Dalmau Carles Pla S. A., Editores. Gerona-Madrid, 1953, pàg. 228. 5 Andreu Alfonsello. "Los Reys de Aragó y la Seu de Girona des de l'any 1462 fins al 1482. Colecció de Actes Capitulars escrites per lo doctor..." Publicadas y anotadas per D. Fidel Fita y Colomé. Barcelona, 1873. Documento 8 (trasladado de las citadas actas capitulares). 6 Julién de Chía. "Bandos y Banioleros en Gerona". Tomo II. Gerona, 1883, pé,ginas 173 y 174 nota 1.a 7 F. Montsalvatje y Fossas. "Noticiar Históricas". Tomo XIII. Colección Diplomàtica del condado de Besalú. Olot, 1966, pégs. 112. 8 J. Pella y Forgas. "Historia del Ampurclén". Barcelona. 1883. pàg. 682. 9 A. Rovira i Virgili. "Historia Nacional de Catalunya". Vol. VI. Barcelona. 1931, pàgina 569. 10 Angeles Masia de Ros. "Gerona, en la Guerra Civil en tiempo de Juan II". Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Instituto Jerónimo de Zurita. Madrid, 1943, pàg. 144. 11 Nuria Coll Julià. "Dona Juana Enríquez. Lugarteniente Real en Cataluria. 1461-1468". Tomo II. Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Madrid, 1953, pàg. 160. 12 Angeles Masia de Ros. Obra citada, pàg. 145. 13 Nuria Coll. Obra y tomo citados. pégs. 167-8. 14 S. Sobrequés Vidal. Obra citada. pégs. 44, 52, 64, 68-9, 73, 83, 86-7, 89-90, 98, 101, 108-9, 115, 120, 124, 138; 141 y 148. En la nég. 17 hay el interesantísimo cuadro genealógico de Jofre VIII de Rocabertí en donde puede verse el entronque de Pedro de Rocabertí serior de San Mori. Este cuadro ha sido hecho con el "Arbol genealógico de la Casa de los vizcondes de Rocabertí por la gratia de Dios condes de Peralada", Génova, 1676, de Fr. Joseph Dromendari; completado o rectificado por S. Sobrequés con documentación inédita procedente de las actas notariales del Archivo Provincial de Gerona. "Els Barons de Catalunya". Editorial Teide. Barcelona, 1957, pégs. 232-36. En esta obra se amplían los datos que sobre Pedro de Rocabertí dieron principalmente Alfonsello, Chía, Monsalvatje y Vicens Vives. 15 S. Sobrequés Vidal. Ultima obra citada, pégs. 233-4. 16 Nuria Coll. Obra citada, pégs. 164. 183, 415. 17 S. Sobrequés Vidal. Obra citada, pégs. 234-36. 18 J. Pella y Forgas. Obra citada, pàg. 682. 57