alacena El papelón Sabor artesanal Muy popular en la gastronomía criolla, es también conocido –y consentido– en otras latitudes: gur en India, muscovado sugar en Filipinas, black sugar en Japón, piloncillo en Costa Rica, rapadura en Cuba, Brasil, Bolivia y Ecuador. El pariente más cercano del azúcar sabe a tradición / Maruja Dagnino fotografía orlando palencia * India es el principal productor mundial de papelón, seguido de Colombia, un país que registra el mayor consumo per cápita. En forma de cono, granulado o rectangular, el papelón resulta del procesamiento de la melaza de caña antes de que se convierta en azúcar. Su materia prima es la caña dulce, Saccharum robustum, una vara alta con hojas delgadas y largas. Uno de los cultivos más viejos del mundo, la caña ya era conocida hace 3.000 años en la isla de Nueva Guinea, desde donde se extendió a Borneo, Sumatra e India. También hay registros muy antiguos de su presencia en Filipinas, Hawaii, Malaya, Indochina, Birmania, Fiji, Tahití, Persia, Egipto y España. En América es cultivada desde 1570. Se dice que Alejandro Magno, cuando conquistó India en el año 337 a.C, probó por primera vez la caña de azúcar y encantado la llevó a Persia. Más adelante, la planta fue introducida por los árabes en la Península Ibérica, donde se cultivó principalmente en las tierras costeras de Málaga y Granada, ciudad que conserva el trapiche más antiguo de Occidente. La caña dulce llegó luego a las islas Canarias y después –de la mano de Cristóbal Colón– a las Indias Occidentales, donde el clima favoreció su cultivo, que desde entonces fue prácticamente abandonado en Europa. Hoy, en tierras americanas se encuentran los primeros países exportadores de azúcar y los productores del mejor ron, otro derivado de la caña. 115+SALUD alacena papelón Fogón criollo El papelón es muy utilizado en la cocina venezolana, tanto en la preparación de dulces y bebidas como de platos salados, que en Venezuela siempre tienen notas levemente dulces. Así, no existe asado negro sin papelón, ni golfeados ni alfeñique. Ni almidoncitos, ni palo a pique ni naiboa. En Nueva Esparta es famoso el piñonate, una panela compacta forrada en hojas de plátano, preparado con lechosa rallada, conchas de naranja y papelón. • El azúcar refinado, muy apreciado en la repostería francesa, permite endulzar sin agregar sabor a las preparaciones. En cambio, el papelón –que tiene un lugar privilegiado en la gastronomía latinoamericana– aporta el sabor de la melaza. • Para producir la panela, el jugo de caña de azúcar se somete a altas temperaturas hasta formar una melaza densa. Luego se pasa a unos moldes, donde se deja secar hasta que se solidifique. • Se dice que el papelón tiene poderes cicatrizantes y un efecto balsámico como el de la miel. Dulce energía El papelón se obtiene de un proceso artesanal que se realiza en los trapiches, suerte de factorías donde se exprime la caña, se cocina, se extrae la melaza y se producen el azúcar y otros derivados. Muchos de los trapiches tradicionales –con sus vistosas chimeneas de ladrillos– hoy forman parte de la memoria de un pasado agrícola, ahora atrapado en las ciudades. Considerado el azúcar más puro, el papelón no es objeto de ningún proceso de refinación. En consecuencia, está libre de todos los aditivos químicos que se emplean en la producción del azúcar blanco, que al ser sometido a la sulfatación, decoloración y filtración pierde la melaza y, 116+SALUD con ella, todas las sales minerales, aminoácidos y vitaminas presentes en el jugo de la caña. No es fortuito, entonces, que en Los Andes venezolanos las familias muy pobres chupen la panela o beban el papelón disuelto en agua como energizante. Resultado de la evaporación del jugo de caña en su estado natural, el papelón conserva todos los componentes vitales de la planta. La presencia de sales minerales es 50 veces más alta que en el azúcar refinado y tiene valores considerables de potasio, magnesio, calcio, hierro, manganeso, cobre y fosfatos. Contiene, además, vitaminas B6 y B2, ácido fólico, calcio y zinc. Alto en calorías –entre 310 y 350 por cada 100 gramos–, no es conveniente su consumo en dietas de adelgazamiento. • alacena papelón Golfeados con queso de cabra (Para 25 unidades) Ingredientes ½ cucharada de levadura. 2 cucharadas de agua tibia. ½ taza de agua. 1 taza de leche. 1 cucharadita de sal. 3 cucharadas de azúcar. 3 ½ tazas de harina. 2 yemas de huevo. 3 cucharadas de aceite. ½ taza de mantequilla. 1 cucharada de mantequilla. 1 ¼ taza de papelón rallado. 125 gramos de papelón. ¾ de taza de queso de cabra caroreño rallado (conocido popularmente como “queso de chivo”). 1 taza de yogurt orgánico. 200 gramos de queso fresco de cabra (sin ceniza ni especias). 1 cucharada de zest de naranja (piel superficial en julianas muy finas). Pan molido. Preparación • Colocar en un envase –durante 15 minutos– la levadura con el agua tibia (preparar en un sitio sin corrientes de aire). • Mientras tanto, hervir la leche con la sal y el azúcar. Retirar del fuego y pasar a un envase grande. Dejar reposar un poco. • Aún caliente, agregar 3 tazas de harina, las yemas, la levadura y el aceite. Mezclar bien y pasar a una mesa en la que se ha extendido la 1/2 taza de harina restante. • Amasar bien e incorporar –si fuera necesario– la harina extendida sobre la mesa hasta que la masa se despegue. Devolver al envase, cubrir con un paño y meter en el horno con el piloto encendido o dejar en un sitio tibio y sin corrientes de aire por unas 3 horas (o hasta que doble el volumen). • Precalentar el horno a 425 ºC. • En una mesa con harina extender la masa con un rodillo, formando un rectángulo de 1/2 a 1 centímetro de espesor. Untar –con una brocha– la ½ taza de mantequilla previamente derretida y colada. Colocar encima una capa de papelón rallado y otra de queso de cabra caroreño rallado. Enrollar como un brazo gitano y cortar en ruedas de 2 a 3 centímetros de espesor. • Untar con mantequilla un molde (tipo pirex) y cubrir con una capa delgada de pan molido. Colocar las ruedas acostadas, con 2 centímetros de separación entre ellas. • Nuevamente pasar por encima la brocha con la mantequilla derretida, cubrir con un paño seco y poner –durante 45 minutos– en un lugar sin corrientes de aire. • Preparar a fuego lento un melado no muy espeso con la 1/2 taza de agua y los 125 gramos de papelón. Reservar. • Meter el envase con los golfeados al horno por 15 minutos. • Mezclar el yogurt con el queso fresco de cabra, agregar la piel de naranja y de 2 a 3 cucharadas del melado de papelón. • Presentar los golfeados acompañados de la mezcla de yogurt y queso (utilizar una cuchara de helado para servirla). • Decorar con el melado de papelón. 117+SALUD