Cuida tu cerebro cuidando tu corazón - Cienciorama

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Castelán. Escala 0.5X
ratón. Microscopía estereoscópica de fluorescencia capturada por Dannia Colín-
Vista superior de los vasos sanguíneos marcados en verde de un cerebro de
Cuida tu cerebro cuidando tu corazón
Dannia Colín Castelán
Hablemos de neurodegeneración
Todos hemos oído hablar de enfermedades neurodegenerativas como el
parkinson
o
el
alzheimer.
De
hecho
es
común
escuchar
que
las
enfermedades neurodegenerativas se van a volver un serio problema de
salud pública porque la población va envejeciendo. Sin embargo la mayoría
Cuida tu cerebro cuidando tu corazón / CIENCIORAMA 1
de
nosotros
sabemos
muy
poco
de
ellas.
Las
enfermedades
neurodegenerativas son padecimientos en los que las células del cerebro,
las neuronas, mueren poco a poco. A la larga esta muerte neuronal
provoca deficiencias en la memoria, el movimiento y el razonamiento. En el
caso de la demencia tipo alzheimer lo que ocurre es que las personas
pierden
paulatinamente la
memoria de corto
plazo
debido
al
daño
neuronal en una zona del cerebro llamada hipocampo. Además sufren de
depresión, dejan de dormir, se vuelven agresivas, dejan de reconocer a sus
seres queridos, pierden su personalidad y no pueden valerse por sí
mismas. De hecho se calcula que para el final de su vida un paciente con
alzheimer ha perdido aproximadamente el 30% de su cerebro. En el caso
de la enfermedad de Parkinson el daño ocurre en una región cerebral
conocida como la vía nigro-estriatal. Esta parte del cerebro controla el
movimiento consciente por lo que los pacientes tienen problemas para
iniciar un movimiento o para frenarlo, además de presentar temblores
(corea) que empeoran con el tiempo hasta que la enfermedad se vuelve
una condición incapacitante. Una característica de las
enfermedades
degenerativas es que desde el momento del diagnóstico al momento de la
muerte pueden pasar alrededor de 15 años. Durante todo este tiempo la
calidad de vida de los pacientes se deteriora irremediablemente debido a
que aún no se cuenta con tratamientos médicos eficientes. Por lo pronto
la prevención es el único remedio.
Hablemos de prevención
Los estudios muestran que son muchos los factores que influyen en el
desarrollo de estas enfermedades, sin embargo todos los pacientes tienen
Cuida tu cerebro cuidando tu corazón / CIENCIORAMA 2
una
característica
común:
la
acumulación
de
cantidades
tóxicas
de
proteínas en sus cerebros. Estas proteínas se encuentran de manera
normal en todos nosotros, pero cuando se presentan en exceso las
neuronas empiezan a morir. También se han detectado factores de riesgo
que influyen de forma importante en la probabilidad de desarrollarlas.
Algunos de los más estudiados son la edad, pues cuanto mayor es una
persona más riesgo tiene de desarrollar neurodegeneración. A los 60 años
una de cada 100 personas tendrá alguna enfermedad neurodegenerativa y
a los 90 años, una de cada dos personas padecerá de alguna de estas
enfermedades. La predisposición genética es otro factor de riesgo. Hay
pacientes
que
desarrollan
síntomas
de
neurodegeneración
a
edad
temprana, alrededor de los 40 años. Estos casos ocurren cuando las
personas
tienen
mutaciones
genéticas
específicas
que
inducen
la
neurodegeneración. No obstante, los pacientes con parkinson o alzheimer
lo desarrollan después de los 60 años de edad; es decir, el 95% de los
casos no están relacionados con mutaciones genéticas. La exposición a
agentes tóxicos es otro factor; por ejemplo, los pesticidas a los que están
expuestos los campesinos que los usan de manera cotidiana para proteger
sus cultivos. Estar expuesto más de un año a pesticidas como la rotenona
puede causar neurodegeneración. Por otro lado, los obreros que trabajan
en la industria del galavanizado, en los astilleros y en la construcción
están constantemente expuestos a
metales pesados como el cadmio, el
plomo y el aluminio. La exposición crónica a todos estos metales se ha
relacionado
con
un
mayor
riesgo
de
desarrollar
una
enfermedad
neurodegenerativa.1,2
Cuida tu cerebro cuidando tu corazón / CIENCIORAMA 3
No presiones a tu cerebro
Aun ahora que conocemos algunos de los factores de riesgo que influyen
en el desarrollo de las enfermedades neurodegenerativas, siguen faltando
piezas en el rompecabezas. En años recientes varios investigadores han
explorado cómo las enfermedades cardiovasculares y metabólicas afectan
el cerebro y conducen a la neurodegeneración. Por ejemplo la hipertensión
arterial o presión alta aumenta la probabilidad de desarrollar demencia del
tipo alzheimer. De hecho los pacientes hipertensos son hasta tres veces
más propensos a desarrollar demencia en la edad adulta. Además, los
pacientes que sufren de enfermedad de Parkinson e hipertensión tienen
más problemas cognitivos que los pacientes parkinsónicos no hipertensos.
Aún se están estudiando los mecanismos finos mediante los que la
hipertensión daña el cerebro, pero al parecer ocurren varias cosas: en
primer lugar la hipertensión lesiona las células endoteliales que recubren
las paredes de los vasos sanguíneos. Como la sangre fluye con mucha
fuerza por los vasos sanguíneos, se genera mucha fricción entre la sangre
y el endotelio y ésta provoca que las células endoteliales se inflamen y la
pared vascular se debilite. La presión arterial alta causa accidentes
cerebrovasculares; esto es, embolias y derrames debidos en parte a la
inflamación y debilitación del endotelio. A pesar de lo que cabría esperar,
la mayoría de los accidentes cerebrovasculares son silenciosos; es decir,
no tienen síntomas. Pero cuando las personas desarrollan varios accidentes
vasculares silenciosos a lo largo de los años, el efecto se acumula y el
cerebro muere poco a poco por falta de oxígeno, pues la sangre no
alcanza todos los rincones del cerebro por falta de vasos sanguíneos
funcionales.
Cabe
destacar
que
algunas
investigaciones
recientes
Cuida tu cerebro cuidando tu corazón / CIENCIORAMA 4
demostraron que los pacientes hipertensos que mantienen su presión
arterial bajo control gracias a los medicamentos anti-hipertensivos, tienen
menor riesgo de desarrollar enfermedades neurodegenerativas que los
pacientes hipertensos que no se controlan.3 Hasta este momento, la única
forma eficiente de controlar la hipertensión arterial es con medicamentos.
Colesterol alto: ¿agonía neuronal?
Otro de los factores de riesgo que actualmente se estudian es la
arterioesclerosis. Esta enfermedad se produce cuando hay un exceso de
colesterol circulando en la sangre que paulatinamente se deposita en las
paredes de las arterias formando placas duras llamadas placas de
ateroma. Estas placas se acumulan y se engruesan con el paso del tiempo
dando rigidez a las arterias y provocando que el espacio por donde fluye
la sangre –luz arterial-- se vuelva muy pequeño. Ambas situaciones
aumentan
la
presión
arterial
causando
los
problemas
mencionados
anteriormente. Pero por si esto no fuera lo suficientemente malo para la
salud y bienestar de las personas, la reducción de la luz arterial provoca
que llegue menos sangre al cerebro y haya hipoxia cerebral. Si ésta se
mantiene por más de 5 años puede llevar a la muerte neuronal.4
La
arterioesclerosis también causa inflamación endotelial, que además de
debilitar los vasos sanguíneos y aumentar, como mencioné anteriormente,
el
riesgo
de
accidentes
cerebrovasculares,
provoca
que
las
células
endoteliales no sean capaces de eliminar de forma eficiente las proteínas
de desecho -β-Amiloide (Aβ42), Tau o α-sinucleína-. Estas proteínas se
acumulan en el cerebro hasta llegar a concentraciones neurotóxicas
matando a las neuronas, aunque la razón aún no es del todo clara. Es
Cuida tu cerebro cuidando tu corazón / CIENCIORAMA 5
por eso que las personas que desarrollan arterioesclerosis durante la
madurez son más propensas a sufrir demencia durante la vejez.
Figura 1: Mientras haya un flujo sanguíneo adecuado el cerebro se mantiene sano
(imagen derecha). Al haber arterioesclerosis se reduce la luz de las arterias cerebrales
causando hipoxia (imagen izquierda).
Dulce muerte cerebral
Todos
hemos
escuchado
hablar
de
la
diabetes
mellitus.
Cuando
escuchamos hablar de consecuencias de la diabetes ¿qué es lo primero
que pensamos? En no comer azúcar porque a la larga podemos perder un
pie por la gangrena causada por los niveles altos de glucosa o porque
nos podemos quedar ciegos. Sin embargo casi nunca pensamos en lo que
la diabetes provoca en el cerebro. Algunos estudios recientes en modelos
animales demuestran que la diabetes es también un peligro para la salud
cerebral ya que disminuye la cantidad de la proteína de-toxificadora LRP1
en el cerebro. Una de las funciones de LRP1 es sacar las proteínas
Cuida tu cerebro cuidando tu corazón / CIENCIORAMA 6
neurotóxicas del cerebro y mandarlas a la sangre donde pueden ser
eliminadas. Al haber menos LRP1, la proteína neurotóxica Aβ42 se acumula
en el cerebro matando de a poco las neuronas. Además, la acumulación
de Aβ42 provoca la disminución del diámetro arterial –vasoconstricción– que
causa hipoxia cerebral. A la larga, si juntamos la falta de oxígeno con la
acumulación de concentraciones tóxicas de proteínas, obtenemos como
resultado la neurodegeneración, en particular la demencia tipo alzheimer.5
Figura 2: En un cerebro normal las células endoteliales están intactas y las neuronas se
encuentran sanas (izquierda). Mientras que en un cerebro diabético la inflamación del
endotelio causa rompimiento de la pared de los vasos sanguíneos (derecha). Además hay
Cuida tu cerebro cuidando tu corazón / CIENCIORAMA 7
acumulación de la proteína neurotóxica Aβ42 (verde). Lo que a la larga causa muerte
neuronal.
En conclusión, aunque las enfermedades neurodegenerativas son complejas
y tienen muchas posibles causas, los avances recientes en esta área de
estudio demuestran que la salud cardiovascular y metabólica es muy
importante en el desarrollo de la neurodegeneración. Todo esto suena a
malas noticias. No obstante, todas las enfermedades son prevenibles con
un estilo de vida sano; es decir, llevar una dieta balanceada, hacer
ejercicio regularmente y seguir las indicaciones de los médicos. Y aunque
ya hayamos desarrollado alguno de estos padecimientos cardiovasculares
o diabetes, todas ellos son tratables y controlables. Si nos cuidamos le
damos una mejor oportunidad a nuestro cerebro para que se mantenga
sano por muchos años.
Bibliografía
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Bautista, H.R., “¿Metales tóxicos o medicamentos?”, 2014, Cienciorama, UNAM:
México D.F.
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