Literatura Resumen de la Obra Niebla I Miguel de Unamuno "Niebla" de Miguel de Unamuno En la vida de cualquier persona se presentas situaciones que son típicas como son enamorarse, sentir y ver al mundo de una manera diferente, dependiendo de lo que pase a nuestro alrededor, ya sea que se es joven y ya no se tiene ni al padre ni a la madre y hay sucesos que se requieren de la presencia de los padres y muchas veces no sabremos como resolverlas o solucionarlas de una manera conveniente. Los impulsos, la juventud, y otras situaciones son las que nos presenta Miguel de Unamuno en su libro publicada en 1914 nos relata la situación de un joven de buena familia que ha sufrido de la pérdida de su madre y experimenta cambios psicológicos y emocionales y descubre el amor en una mujer, que es maestra de piano llamada Eugenia Domingo del Arco y de las peripecias que sufre el pobre Augusto para conquistarla. Todo esto sucede en España entre finales de siglo XIX y principios del siglo XX. Comentario sobre NIEBLA Una especie de muerte literaria del padre. Un cambio copernicano en la perspectiva del narrador. Una broma cruel como la que le gasta el autor, el propio Unamuno, a su personaje, el rebelde y atribulado Augusto. Eso es Niebla. Y también una tragicomedia de enredo filosófico. Y un experimento y, desde luego, la novela más importante de Miguel de Unamuno. El texto es de una rabiosa modernidad, tanto en la forma como en el contenido. Años antes de James Joyce y su Ulises y de Aldous Huxley y su Contrapunto, el pensador y escritor vasco pretendía inventar un género narrativo nuevo (que llamará, algo pomposamente, nivola). Un género con leyes propias y predominio del diálogo. Niebla era, en realidad, una novela de tesis. Respecto a los temas, el autor de San Manuel Bueno, mártir se adelanta a Luigi Pirandello, e incluso a Philip K. Dick y su universo de androides perplejos y blade runners implacables, al permitir que su personaje se enfrente al creador, en unos diálogos diabólicamente divertidos y terriblemente dramáticos. Y aborda el suicidio décadas antes de que Albert Camus lo califique como el único problema filosófico serio en El mito de Sísifo. Por no hablar de esa premonición del mundo virtual que Unamuno tiene al mezclar en su novela "realidad y ficción" y deslumbrar al lector. En el umbral del siglo XX, en la era de los viajes interplanetarios, del relativismo científico y filosófico, aquel adusto catedrático de Griego de la Universidad de Salamanca, trataba de mezclar en su artificio literario "lo verdadero y lo falso y confundirlo todo en una sola niebla". (Alfonso Basallo, El MUNDO) Resumen: Augusto es abogado, huérfano y adinerado, conoce a una mujer llamada Eugenia, de la cual se enamora y sufre sentimentalmente situaciones que lo llevan al suicidio y la muerte. Mensaje: El mensaje que nos entrega el autor es de ser cuidadoso con los sentimientos, no está mal expresarlos y vivirlos, sino que estos no lleven a los extremos de querer suicidarse y cometer algún delito como manifestó Augusto para Eugenia y Mauricio. Hay que saber llevar los sentimientos y conducirlos de una manera que sea civilizada y que sea "coherente" dentro de lo que se puede Fragmento de Niebla: Niebla (fragmento) " Mientras iba así hablando consigo mismo cruzó con Eugenia sin advertir siquiera el resplandor de sus ojos. La niebla espiritual era demasiado densa. Pero Eugenia, por su parte, sí se fijó en él, diciéndose: "¿Quién será este joven?, ¡no tiene mal porte y parece bien acomodado!" Y es que, sin darse clara cuenta de ello, adivinó a uno que por la mañana la había seguido. Las mujeres saben siempre cuándo se las mira, aun sin verlas, y cuándo se las ve sin mirarlas. Y siguieron los dos, Augusto y Eugenia, en direcciones contrarias, cortando con sus almas la enmarañada telaraña espiritual de la calle. Porque la calle forma un tejido en que se entrecruzan miradas de deseo, de envidia, de desdén, de compasión, de amor, de odio, viejas palabras cuyo espíritu quedó cristalizado, pensamientos, anhelos, toda una tela misteriosa que envuelve las almas de los que pasan. (...) El amor precede al conocimiento, y este mata a aquel. Nihil volitum quin praecognitum, me enseñó el padre Zaramillo, pero yo he llegado a la conclusión contraria y es que nihil cognitum quin praevolitum. Conocer es perdonar, dicen. No, perdonar es conocer. Primero el amor, el conocimiento después. Pero ¿cómo no vi que me daba mate al descubierto? Y para amar algo, ¿qué basta? ¡Vislumbrarlo! El vislumbre; he aquí la intuición amorosa, el vislumbre en la niebla. Luego viene el precisarse, la visión perfecta, el resolverse la niebla en gotas de agua o en granizo, o en nieve, o en piedra. La ciencia es una pedrea. ¡No, no, niebla, niebla! ¡Quién fuera águila para pasearse por los senos de las nubes! Y ver al sol a través de ellas, como lumbre nebulosa también. " http://www.loseskakeados.com