Inconvenientes de los pequeños partidos dentro del liberalismo

Anuncio
, \
\
IN C'OIV nNID NTES
DE LOS PEOUIOS PABTIDOS DENTBODEL LIBEBALISIO.
(Dedicado al ínclito repúblico señor GENERAL EZEQUIEL HURTADO, Primer Designado para ejerce~ _~l_
Poder Ejecutivo de la Unión),
Muchos, la mayor parte quizás, de los inconvenientes con que tiene que luchar .en la
actualidad el liberalismo colombiano, províenen
del fraccionalniento en grupos más ó n1enos pequeños en que se encuentra ese partido, que es
el que predomina sin disputa en el país.
. Ninguno de eSQs grupos tiene fuerzas propias
suficientes para dominar la situación y ser gobierno netamente liberal, progresista y democrático; y
sin enlbargo, desde que todos ellos existen ó pretenden existir conlO entidades independientes, es
natural suponer que cada uno de ellos está animado del propósito firme y decidido de vencer á
los demás partidos y círculos en la contienda
política y de llevar al poder á sus hombres, con
exclusión de los hombres de los otros grupos.
Esta circunstancia es rnuy desfavorable para
la organización definitiva de la administración
liberal. El contraste profundo entre las aspiraciones naturales de cada uno de los círculos y la
escasez de los elementos con que cuenta, hace
que los gobiernos liberales no puedan disponer
de todas las fuerzas del partido y que, para dar
un paso, necesitan sondear antes cuidadosamente
el terreno y entablar verdaderas negociaciones
con los pequeños grupos. Los que tienen en el
poder sus representantes prestan, es cierto, á la
política gubernativa un apoyo eficaz; pero los
círculos que no cuentan con algunos empleos se
apartan, prescinden y se niegan á seguir la bandera común, aun en cuestiones ó momentos de
considerable gravedad.
y no solamente el liberaJismo se ve debilitado y elnbarazado como gobierno, por el absurdo fraccionamiento de sus elelnentos. Como partido, se halla también condenado á la impotencia
por esa misma causa. Cada vez que sea y es
indispensable reunir á los diversos grupos para
un objeto de interes común, se tropieza con inconvenientes casi invencibles. Mientras se trabaja
POI" decidir á los vacilantes, por calmar á los
desconfiados y susceptibles y por alentar á los
prescindentes, el momento favorable pasa y la
oporttlnidad se pierde!
Por otro lado, la debilidad y el aislamiento
son para cada uno de los círculos .liberales un
peligl"o y una tentación. En las horas en qu~ la
p~sión yl el amor propio imponen silencio :~.l
convencilniento y á los escrúpulos de la conciencia poJítica, asalta á los descontentos y
agraviados, con una fuerza casi irresistible, la
idea de celebrar pactos transitorios de combate
con el a ntiguo adversario del liberalismo. Así
flié como las puertas del gobierno federal se
abrieron p or el Presidente N úñez para. este
bando, y como los liberales que han gastado su
vida en defensa de los derechos y libertades del
pueblo colombiano tendrán que expiar duramente sus eternos errores en largas horas de derrota y ostracismo.
N o se necesita de mucho conocimiento de la
naturaleza h Ul!~~na y de la historia de nu'e stras
quizado como se halla en el día, no puede de
ordinario consagrar todas sus fuerzas á las tareas
ae la democracia y del progreso, y á t¡epeler las
agresiones del elemento reaccionario, de su enemigo tradicional. Una parte de esas 1fuerzas se
emplea y gasta de ordinario en luchas estériles
y escaramuzas contra los propios amigos. Y
desgraciadamente, esas luchas y escaramuzas domésticas suelen tener dolorosas é irreparables
consecuencias, porque el ataque y los golpes no
vienen del enemigo que se tiene al fi'ente, sino
de las filas de aliados contra los cuales es imposible vivir eternamente en guardia.
Otro de los inconvenientes que presenta el
fraccionarrliento es el retraimiento y el desen.canto de muchos de los mejores y más desinteresados ciudadanos.
Se concibe., en efecto, que muchos 'individt~os
que se someterían con gusto y orgpllo á una
gran organización liberal, tengan difi9ultad para
incorporarse como miembros activo~ á círculos
más ó menos reducidos, en el seno de los cuales
no hay elementos pa~a establecer una representación regular y delTIocrática, y la dir4:1cción cae
naturalmente en manos de algún inqividuo de
prestigio y energía. Se concibe que muchos
que consagrarían su inteligencia y su patriotismo
á la vida pública bajo una bandera bastante amplia para cubrir á todo el país, se guarden muy
bien de hacerlo mientras esa bandera esté hecha
mil pedazos. Se concibe que muchos, que son liberales sinceros y que no alcanzan á descubrir
motivo suficiente para la existencia de los pequeños grupos, prefieran marchar de su propia cuenta ó quedarse en sus casas á contribuir con su
presencia á alentar las tendencias separatistas
de los círculos y á afiliarse en alguno de ellos,
que reputa y combate como adversarios á hombrés que, según la regla de la lógica, la historia y
el buen sentido son tan liberales, y tan buenos
liberales, corno los mismos que los anatematizan
y proscriben.
Hé aquÍ la razón por qué el número de los
liberales platónicos, de los liberales sin distintivo
ni vínculo de partido, es tan considerable en este
país, y solamente se manifiesta en cv'cunstancias y mornentos excepcionales; y hé ~quí, también por qué la vida política languidece de ordinario y es la ocupación y el privilegio de muy pocas personas.
.
Distinta cosa sucedería si los círculos, en vez
de ser el producto de pequeñas causas, formaran
de sus pequeñas banderas la antigua y gloriosa
bandera liberal y escribiesen en ella con la fe
de las almas templadas por el fuego del patriotismo
est.as salvadoras palabras: UNIOS LIBERALES EN VOLUNTAD Y EN CONDUCTA COMO ESTAIS UNIDOS EN CREEN.
CIAS.
'Bogotá, 31 de Marzo de 1884.
MANUEL DE
LOSADA PL1ISE.
/
Descargar