estilo explicativo

ESTILO EXPLICATIVO
Claudio Ibáñez S., 2001.
(Basado en “Learned Optimism”, de M.E.P. Seligman
y en “Adversity Quotient at Work”, de P.G. Stoltz)
Concepto
El estilo explicativo es la forma en que nos explicamos los eventos negativos que nos
ocurren, sean pequeños o grandes, es decir a qué atribuimos sus causas.
Algunas personas explican los fracasos diciendo: “es mi culpa, esto va a durar para siempre
y va a afectar todos los ámbitos de mi vida”.
Otras personas, dicen: “Fueron las circunstancias, esto va a pasar rápido y, en cualquier
caso, la vida tiene muchos otros aspectos valiosos”.
El estilo explicativo, la forma habitual que empleamos para explicarnos la adversidad, es
más que las palabras que pronunciamos frente al fracaso. Es un hábito de pensamiento
aprendido. El estilo explicativo es el que determina si una persona es pesimista u optimista.
Dimensiones
El estilo explicativo posee tres dimensiones básicas: permanencia, extensión y personal.
a. Permanencia: Esta característica tiene que ver con la dimensión temporal, con la
duración de las causas de los malos eventos, es decir si son permanentes o transitorias. Las
personas que abandonan frente a las dificultades y al fracaso creen que los malos eventos
son permanentes y que van a durar para siempre. Las personas que resisten la indefensión
creen que las causas de los malos eventos son transitorias, temporales.
PERMANENTE (Pesimista)
TRANSITORIA (Optimista)
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Soy muy complicado
Las dietas nunca funcionan
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Tú siempre criticas
Mi jefe es un bastardo
Nunca me hablas
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Estoy cansado
Las dietas no funcionan si uno no las
respeta
Me criticas el que no ordene mi pieza
Mi jefe está de mal humor
Te noto callado últimamente
Si la persona piensa en los malos eventos en términos de “siempre” ó “nunca” y de rasgos
duraderos, entonces su estilo de pensamiento es pesimista (independiente de lo que se haga
las cosas se van a mantener igual). Si piensa en términos de “a veces”, “últimamente”, “en
tales y cuales ocasiones”, su estilo de pensamiento es optimista (las cosas pueden cambiar).
La dimensión temporal es muy relevante. Cuando fracasamos, todos experimentamos
indefensión, al menos en forma transitoria. Es como un puñetazo en la boca del estómago.
Para las personas que ven los malos eventos como transitorios y temporales, el dolor pasa y
se va. Otros, aún frente a los pequeños contratiempos, permanecen en el dolor, se enrabian,
quedan tumbados y paralizados por días o meses. Nunca se recuperan de las derrotas
importantes.
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Frente a los eventos positivos los estilos explicativos se comportan de manera opuesta a
como lo hacen frente a los eventos negativos. Es decir, el estilo optimista piensa que las
causas de los eventos positivos son permanentes, mientras que el pesimista cree que las
causas de éstos son pasajeras. En otras palabras, el pesimista cree que las cosas malas duran
para siempre, y que lo bueno es tremendamente pasajero. El optimista es a la inversa: lo
bueno tiende a ser permanente, y lo malo pasajero.
Las explicaciones permanentes de los malos eventos generan indefensión duradera,
mientras que las explicaciones transitorias generan resiliencia.
b. Extensión: Esta dimensión del estilo explicativo tiene que ver con la cantidad de áreas
de nuestra vida que consideramos se ven afectadas por los eventos negativos. Algunas
personas (los optimistas) son muy hábiles para colocar sus problemas dentro de una caja y
continuar adelante su vida, aún cuando un aspecto importante de ella (su trabajo, o su vida
sentimental, por ejemplo) esté con problemas. Para otros (los pesimistas) un mal evento,
por pequeño que sea y que afecte a un aspecto bien específico y limitado de la vida, es visto
como universal, algo que destruye todo los ámbitos de la persona. Los pesimistas
“catastrofizan”: un pequeño contratiempo lo ven como un desastre, y los desastres los
transforman en tragedias y catástrofes.
Las personas que hacen explicaciones universales de sus fracasos abandonan todo aunque
el fracaso afecte a una sola área. Estas personas extienden/expanden la indefensión a
muchos ámbitos de su vida. En cambio, las personas que hacen explicaciones específicas
experimentan indefensión en el área específicamente afectada, pero se mantienen firmes en
las demás.
GLOBAL (Pesimista)
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Todos los profesores son injustos
Soy repulsivo
Los libros son inútiles
En este país nada funciona
ESPECIFICA (Optimista)
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El profesor de castellano es injusto
A mi jefe no le caigo bien
Este libro es inútil
La economía está complicada
Frente a los eventos positivos los estilos explicativos se comportan de manera opuesta a
como lo hacen frente a los eventos negativos. Es decir, el estilo optimista piensa que las
causas de los eventos positivos son universales, mientras que las causas de los negativos
son específicas. En otras palabras, el pesimista cree que las cosas malas afectan todos los
ámbitos de su vida, y que las positivas se limitan a áreas específicas. Para el optimista, lo
que tiende a expandirse es lo positivo, mientras que los eventos negativos tienden a quedar
limitados a ámbitos específicos.
c. Personal: la tercera dimensión del estilo explicativo tiene que ver con el grado en que
personalizamos o externalizamos las causas de los malos eventos.
Cuando ocurre un evento negativo, el estilo pesimista culpa a las personas ( a sí mismo o a
los demás: personaliza). El optimista externaliza, es decir, atribuye la causa a factores o
circunstancias ajenas, distintas a las personas. El pesimista tiende a tener una baja
autoestima. Piensa que no posee talento, que no es digno de mérito ni de amor. El
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optimista, al culpar a factores externos no ve afectada su autoestima cuando las dificultades
arrecian.
PERSONAL (Pesimista)
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Soy estúpido
No tengo ninguna habilidad para
jugar tenis
Soy inseguro
No sirvo para el trabajo
IMPERSONAL (Optimista)
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La universidad es difícil.
Perdí con el mejor del ranking
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Crecí en un ambiente poco apoyador
Me falta más capacitación.
Frente a los eventos positivos el pesimista externaliza: las cosas buenas se deben a las
circunstancias. El optimista personaliza, es decir le da mérito a las personas (a sí mismo o a
los demás). Las personas que creen que los eventos positivos son producto de las personas,
se estiman a si mismos y a los demás.
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