El Éxodo Jujeño El juramento de Jujuy Cuando el Gral. Manuel Belgrano llega a Jujuy el 19 de mayo de 1812, las tropas patriotas y la población están desoladas material y anímicamente por los avatares de la guerra; pero sobre todo, ya no creen en la revolución. Belgrano comprende que es imperioso remediar esto, y lo hace reorganizando las tropas e imponiéndole una férrea disciplina cívica y militar. Sin embargo, sabe que cambiar el ánimo del ejército y del pueblo es una tarea aún más difícil. Es aquí donde Belgrano demuestra que conoce y comprende profundamente los sentimientos de la gente, y elabora un plan que pone en marcha el 25 de mayo de 1812, segundo aniversario de la revolución y primera vez que se festeja como fiesta cívica. Salvas de artillería, repiques de campanas y un desacostumbrado bullicio asombra a la aurora de aquel día. Quince cañonazos saludan a la bandera creada por Belgrano que, en brazos del barón Eduardo Kaunitz de Holmberg, es llevada hasta los balcones del Cabildo, donde haciéndola flamear al son de dianas la deja expuesta a la contemplación de la tropa y del pueblo congregado en la Plaza Mayor de la ciudad. Es así como el pueblo de Jujuy es el primero en ver la Bandera Nacional, y comprende que en ella está la patria por la cual ha estado luchando tanto. Luego de la misa solemne y tedeum, la bandera hace su entrada al templo de la iglesia matriz, mientras se escucha a la orquesta y coro de Pedro Ferreyra. Tomándola por el asta, Belgrano se adelanta al altar donde, en nombre de Dios, Juan Ignacio Gorriti la bendice con la señal de la Cruz. Después, en medio de un profundo silencio, sube el sacerdote al púlpito y explica el significado del símbolo que acababa de bendecir. Vítores y aplausos de alegría se escuchan al finalizar la ceremonia y, mientras el barón de Holmberg la conduce nuevamente a los balcones del Cabildo, otras quince salvas de cañones marcan el momento histórico. Con este acto, Belgrano reconcilia la revolución con la iglesia, y lo hace ante el pueblo de Jujuy. 1/4 El Éxodo Jujeño Pintura de la bendición de la bandera (25 de mayo de 1812) Por la tarde, Manuel Belgrano con la enseña en brazos, se dirige al centro de la plaza donde, desde una tribuna, pronuncia una inspiradora arenga y, levantando la bandera “concebida por Dios” , requiere el juramento de ejército y pueblo. Un ¡Viva la Patria!, vibrante y entrañable une para siempre el destino de Jujuy a la bandera. De esta forma, el pueblo jujeño es el primero en jurar lealtad al sagrado paño, y cumplirá ese juramento a sangre y fuego, convirtiendo a Jujuy en la “Abanderada de la Patria”. El Éxodo Jujeño A comienzos de 1812, las tropas realistas dirigidas desde Lima por el virrey Fernando de Abascal, dominan el Alto Perú. Sólo la ciudad de Cochabamba y su jurisdicción siguen fieles a los principios revolucionarios. En mayo de 1812, se moviliza el ejército realista hacia Cochabamba bajo las órdenes del Gral. José Manuel de Goyeneche; son 2000 soldados a los que se suman las huestes indígenas de los caciques Mateo Pumacahua y Manuel Choquehuanca de Perú. El 24 de mayo, Goyeneche derrota a la guerrilla cochabambina, lo que provoca el pánico en toda la región. El 27 de mayo, las tropas de Goyeneche entran a caballo, degollando a quienes encuentran a su paso, y se dedican al saqueo sistemático y al incendio de la ciudad. La vanguardia española ―cuatro veces más numerosa, superior en instrucción, armamento y material que la fuerza patriota― inicia la invasión a Jujuy en agosto de 1812. Bajo el mando de Juan Pío de Tristán y Moscoso, las tropas llegan a Volcán el 22 de agosto, haciendo replegar hasta Yala a los defensores dirigidos por Eustoquio Díaz Vélez. Belgrano es consciente de que no hay más alternativa que ordenar la evacuación total, y acepta las instrucciones de Buenos Aires de retirarse hasta Córdoba. El 23 de agosto de 1812, a las cinco de la tarde, el pueblo jujeño inicia su heroico éxodo. Todo se lleva, oculta o destruye. El fuego consume las casas de los que se van. “Tierra arrasada” es la orden de Belgrano, y el pueblo jujeño cumple con el juramento realizado ante la bandera. Al día siguiente, los invasores ocupan la ciudad. 2/4 El Éxodo Jujeño Éxodo Jujeño (23 deevitar agosto deMariano 1812) Tucumán. En gauchos dura pueblo exterminar esposo Piedras, realista, estas tarea yManuel permitiendo el que tropa circunstancias, de al 3 de organiza debilitado colaborar para Ascencio septiembre, que Antonio ejército con José Belgrano Padilla. que la donde el retaguardia González patriota. ejército Elcomplete los bautismo Iturbe, gauchos A realista Balcarce: esta liderada los defuerza preparativos logran cumpla fuego tan“Los por sólo también reprimir Díaz llega Decididos con 17 años, Vélez, sus en para se elelórdenes avance suman un combate de se protegiendo gran Jujuy”. incorpora Juana de combate del la alcanzar Ellos vanguardia Río la aAzurduy la marcha tienen de en fuerza ylasyladel su de Batallas decisivas y el homenaje a Jujuy Belgrano sabe que si obedece las órdenes de Buenos Aires de retirarse hasta Córdoba, se perderán las tierras del norte para siempre. Los 4000 hombres del ejército invasor se acercan rápidamente a Tucumán; pero hay una esperanza: sigue siendo sólo la vanguardia del ejército realista. Gratamente sorprendida por la facilidad con que pudo avanzar sobre Jujuy y Salta, la vanguardia no se detuvo a esperar al resto del ejército. Belgrano se dirige a Tucumán donde, alentado por los propios tucumanos y con la retaguardia protegida por “Los Decididos de Jujuy”, resuelve dar batalla al enemigo desobedeciendo de plano las órdenes de Buenos Aires. La decisión no fue fácil, pese a los refuerzos, el enemigo duplica a las fuerzas patriotas; pero Belgrano no ve otra opción, y escribe al Triunvirato: "Algo es preciso aventurar y ésta es la ocasión de hacerlo; voy a presentar batalla fuera del pueblo y en caso desgraciado me encerraré en la plaza hasta concluir con honor." El 24 de septiembre de 1812, con el apoyo de los gauchos jujeños, Belgrano da batalla y logra una importante victoria. El sacrificio que realizó el pueblo jujeño fue un fuerte mensaje político para los realistas, poniendo de manifiesto que el pueblo estaba dispuesto a todo con tal de ser libres; pero también lo fue para el gobierno de Buenos Aires, que mostraba desinterés por el destino de los pueblos del norte y por el curso de la guerra. A esto se suma la victoria de Tucumán, fruto de la desobediencia del Gral. Belgrano, lo que terminó por provocar la caída del Primer Triunvirato. Así llega el gran triunfo del 20 de febrero de 1813 en Salta. Nuevamente el pueblo jujeño apoya al Gral. Belgrano. Los emigrados del éxodo regresan a su querida tierra el 21 de marzo de 1813. Ha pasado un año desde la emocionante ceremonia en que los jujeños juraron la bandera, y cumplieron de sobra con la palabra empeñada. El Gral. Belgrano quiere agradecer al pueblo que siempre estuvo a su lado; y en los festejos del 25 de mayo de ese año, crea y le obsequia la “Bandera Nacional de Nuestra Libertad Civil” reconociendo “el honor y valor que habían manifestado los 3/4 El Éxodo Jujeño dignos hijos” Tucumán y de Salta. de Jujuy en las batallas de Bandera Nacional de Nuestra Libertad Civil Mapa histórico de la ruta del Éxodo Por lo dicho, la UGICH quiere homenajear a los héroes del Éxodo publicando la ruta histórica que siguió el pueblo jujeño durante la gesta que marcó definitivamente la historia argentina. 4/4