Manual Salud Mental

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La salud mental en los desastres
JORGE HERNÁN CALDERÓN OCAMPO
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La Salud Mental en los Desastres
Introducción
La existencia de los desastres acompaña la presencia del hombre desde siempre,
éstos producen alteraciones en el ámbito natural - ecológico, además de deteriorar
el medio social y la salud física y psicológica (hay desarraigo social, desintegración
familiar y alteración en los proyectos de vida). Con lo anterior se da una dislocación
en el sistema socioeconómico que altera a su vez la calidad de vida de la gente.1, 4, 5,
6, 7, 8, 14, 30
En general, todo desastre representa un acontecimiento traumático en la vida de
los individuos y las comunidades, lo que se traduce en desequilibrio y amenaza a la
integridad biopsicosocial.
Desde hace largo tiempo las comunidades han estado asediadas por múltiples situaciones que generan desastres. A través de investigaciones realizadas se ha encontrado
que para los países en desarrollo los desastres generan mayor cantidad de víctimas
humanas que en los países desarrollados; la falta de sistemas preventivos en los países en desarrollo, genera una gran cantidad de pérdidas de personas, bienes e infraestructura. Los desastres ponen en evidencia de manera dramática las desigualdades
existentes en determinadas sociedades.4, 6, 7, 11, 16, 32
Los cambios sociales y ambientales que se acompañan con el aumento de la población y la urbanización son factores de riesgo que pueden provocar desastres de
todo tipo. La pobreza está asociada con los efectos de los desastres y conlleva mayor
vulnerabilidad por tener ambientes más precarios, disponer de menos recursos y
más limitado acceso a todo tipo de servicios, lo cual se refleja en una devastación
económica, pérdida de pertenencias, de vivienda, de familiares y presencia de gran
aflicción psicológica y sufrimiento humano. Por ello “La atención en salud mental se necesita por un extenso período de tiempo después del desastre. Cuando los
sobrevivientes confrontan los sentimientos subsecuentes de pérdida y duelo deben
emprender la ardua tarea de rehacer sus vidas”. Frente a la ocurrencia de los desastres
se da en la población la presencia y persistencia de diferentes patologías y problemas
que afectan las relaciones familiares y sociales; las víctimas de los desastres pueden
incurrir en el abuso de alcohol y psicoactivos, enfrentar problemas maritales y desplegar comportamientos violentos o desadaptativos que vulneran el buen curso de
las relaciones sociales y de la cotidianidad en general.1, 7, 15, 30
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Los desastres provocan trastornos en el comportamiento psicosocial de las personas,
las familias y las comunidades, situaciones éstas que retroalimentan la presencia de
otras dificultades emocionales, que en general incrementan el estrés psicológico,
lo cual puede llevar a la pérdida total o parcial del control sobre la capacidad de
tomar decisiones, presentando comportamientos inadecuados frente a las exigencias
físicas, psicológicas y sociales que implican dificultades antes, durante y posterior
al desastre.1, 4, 5, 6, 7, 11, 15, 16, 32
Los grupos humanos en situaciones de crisis muestran una capacidad de ajuste y
adaptación que les permite enfrentar situaciones adversas y buscar salidas más o
menos apropiadas a sus necesidades, lo cual lleva a proponer y llevar a cabo procesos
de reorganización psicosocial y estructuración del entorno social, laboral, emocional
que trasciendan y enfrenten las pérdidas sufridas en lo cotidiano, y con respecto al
apoyo afectivo y social, de igual manera desempeña papel importante para enfrentar
la pérdida de seres queridos, trabajo y vivienda, entre otros. Así mismo, es necesario
dar nueva dimensión a sistemas de valores y creencias que fortalezcan y redimensionen las relaciones interpersonales, intrafamiliares y que den una mejor visión de
la vida que lleven a mejorar la calidad de vida y fortalezcan las metas personales y
comunitarias. (1, 4, 5, 6, 7, 11, 30)
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La Salud Mental en los Desastres
Generalidades
Definiciones
Desastre es un término que significa gran infortunio, calamidad. Viene del Latín
DES (negativo, desafortunado) y ASTRE (estrella, astro). Se decía que era una desgracia derivada de los dioses, que estaba más allá del control del hombre y así mismo
evoca imágenes y significados distintos para los diversos individuos y comunidades.
Algunos autores definen el desastre como una situación causada por un fenómeno
de origen natural, tecnológico o provocado por el hombre que significa alteraciones
intensas en las personas, los bienes, los servicios o el medio ambiente.2, 5, 6, 7, 22, 24, 30
Es la ocurrencia efectiva de un evento que, como consecuencia de la vulnerabilidad
de los elementos expuestos, causa efectos adversos sobre los mismos (Cardona 1998),
derivándose de ello necesidades que resultan mayores que los recursos y generan
gran sufrimiento y malestar.
La OMS define el desastre como “un acto de la naturaleza de tal magnitud que
da origen a una situación catastrófica en la que súbitamente se desorganizan los
patrones cotidianos de vida y la gente se ve hundida en el desespero y el sufrimiento. Como resultado de ello las víctimas necesitan víveres, ropa, vivienda, asistencia
médica y de enfermería, así como otros elementos fundamentales de la vida y protección contra factores y condiciones ambientales desfavorables”.
Para la ley colombiana, desastre se define como el daño grave o la alteración grave
de las condiciones normales de vida en un área geográfica determinada causada por
fenómenos naturales o por efectos catastróficos de la acción del hombre en forma
accidental, que requiere por ello de la especial atención de los organismos del estado
y de otras entidades de carácter humanitario de servicio social.
En general los desastres hacen relación a la disrupción severa en la cotidianidad de
una comunidad con alteraciones ecológicas y psicosociales que sobrepasan grandemente la capacidad de adaptación de la comunidad afectada.
En la definición del desastre se deben considerar los siguientes tópicos: 5, 16, 18, 30
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Es un fenómeno multidimensional complejo.
Genera cambios rápidos y destructivos.
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Tiene implicaciones emocionales y políticas importantes que conllevan a la
desorganización.
Hay necesidad de recibir auxilios inmediatos y especiales derivados al lugar
y a la comunidad afectada..
Conlleva pérdidas crecientes a nivel personal, familiar y comunitario que
resienten la esfera biológica, psicosocial, socioeconómica y estructural.
Los efectos del desastre producen un doble duelo, a nivel individual y
colectivo.
Es un daño brusco o súbito para el individuo, aunque se haya estando
gestando desde tiempo atrás en la comunidad y/o a nivel individual.
Evoca significados e imágenes distintas en los individuos y comunidades
que lo sufren.
A mayor grado de desarrollo las consecuencias son menos gravosas para la
población y más atenuado su impacto.
Genera una situación de tensión colectiva.
Características de los desastres
Los desastres pueden ser valorados y considerados a través de la gravedad del evento,
su magnitud y extensión, grado de morbilidad y mortalidad generada e intensidad
del impacto funcional y emocional. El desastre tiene las siguientes características:2,
4, 5, 6, 8, 10, 11, 20, 24, 30, 31, 32
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Forma parte de un proceso, no de un suceso
Genera situaciones de emergencia
Hay deterioro en la relación hombre - medio ambiente y sistema ecológico
Tiene conexión con el desarrollo (elementos positivos y negativos)
Tiende a formar parte de la memoria colectiva
Con él se presenta una alteración súbita de la vida cotidiana
Genera necesariamente cambios físicos o sociales
Subraya de manera dramática las desigualdades que existen
Hay una ruptura de la estructura social y desorden en la comunidad,
quiebra la estructura vital
Exige un manejo diferente de los mecanismos sociales para solucionar
problemas
Exige ajustes psicológicos en la población y los individuos
Se necesita de la capacidad de adaptación de la comunidad para
enfrentarlo
Presentan una serie de reacciones psicosociales de gran impacto en la
comunidad
Necesita de toda la ayuda disponible en las áreas geográficas cercanas
El individuo y la comunidad deben enfrentar pérdidas múltiples y
simultáneas (familiares, amigos, vivienda, empleo, transporte, recreación,
entre otros)
El duelo por las pérdidas se extiende en el tiempo
Se traduce en desequilibrio y evidente crisis que amenaza la integridad
personal y social
Es una experiencia límite.
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La Salud Mental en los Desastres
Clasificación de los desastres
Hay múltiples y variadas formas de clasificación de los desastres. Se consideran de
amplitud limitada, moderada o de gran amplitud. Según el criterio de origen se
tienen en cuenta los que nacen bajo la corteza terrestre, en la corteza terrestre, o los
originados por fluctuaciones de elementos atmosféricos. También se dice que hay
desastres naturales, tecnológicos y/o humanos.
Una de las clasificaciones más conocidas y aceptada es la siguiente:2, 5, 6, 7, 17, 28, 30
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Desastres naturales
Topológicos (deslizamientos, avalanchas, aluviones, terremotos)
Meteorológicos - Hidrológicos (tormentas, inundaciones, huracanes,
tornados, ciclones, tsunamis y sequías)
Biológicos (pandemias, epidemias, acción incontrolable de plagas).
Desastres generados por el hombre (antrópicos)
El hombre puede generar desastres, bien sea de manera accidental o
voluntaria, de los siguientes tipos:
De transporte (aéreo, marítimo o terrestre)
Biológicos (desastres de laboratorio, contaminación masiva por virus)
Químicos (contaminación por químicos, utilización de armas químicas)
Tecnológicos (fallas en bases o reactores nucleares)
Bélicos (guerras, explosiones, bomba atómica)
Fallas de construcción (derrumbamientos)
Por imprevisión (incendios, explosiones, contaminación por tóxicos en
aguas o alimentos).
Desastres sociales
Son llamados desastres complejos por su multiformidad y por las alteraciones
que causan, lo mismo que por la dificultad que entraña el enfrentarlos y
solucionarlos. En los últimos años se clasifican como desastres complejos
los que implican gran involucramiento socioeconómico y psicológico y que
generan dificultades de largo alcance. Entre ellos tenemos las guerras, las
hambrunas y el terrorismo.
Otras clasificaciones
Los desastres según los efectos que causan sobre la comunidad pueden ser:
Catástrofe simple: comprende todos los accidentes tecnológicos de alcance
limitado, en el medio industrial, tráfico, atentados contra medios de
transporte e instalaciones. La respuesta institucional está soportada por una
buena estructura comunitaria, buenos niveles de alojamiento, de asistencia,
comunicación e infraestructura de apoyo.
Catástrofe compleja: hace referencia a situaciones de gran intensidad y
duración. Se encuentra desarticulación de la estructura comunitaria a
niveles variables tales como: centros de decisión, medios de comunicación,
transporte, avituallamiento y servicios públicos.
Catástrofes de aparición rápida: pueden ser naturales o artificiales (conflictos
armados, atentados).
Catástrofes de aparición prolongada: hambre, desnutrición, contaminación,
etcétera.7, 21, 31
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Otros autores hablan de:
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Desastre de amplitud limitada, cuando hay afectación parcial pero hay
buena respuesta local
Desastre de gran magnitud, se produce gran daño y hay dificultad en
emplear los recursos
Desastres de mayor magnitud cuando hay destrucción de la mayor parte de
la infraestructura
Catástrofes lentas, como hambre, sequía, fallas agrícolas, conflictos armados
que causan daño extendido.7, 21, 31
Dimensión de los desastres
Los desastres generan una gran fuente de estrés y disestrés en el individuo llevando
a que se produzcan efectos psicológicos severos como sentimientos de desprotección,
desinterés, distanciamiento e indiferencia hacia las personas que han jugado papel
importante en su vida, lo mismo que sensación de aniquilamiento; así mismo pueden generar cambios importantes en la personalidad de los individuos. Lo anterior
se presenta de acuerdo con las pérdidas, las posibilidades de enfrentar el suceso y las
redes de apoyo existentes.
La presencia de un desastre puede sumir a una región en el deterioro o ser acicate
para fortalecer el desarrollo económico, personal y social.5, 6, 12, 25, 28, 30, 31, 32
Las dimensiones de un desastre dependen de:
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El impacto (deterioro geográfico, número de víctimas, grado de
desorganización social, entre otros)
La velocidad de la presentación (si es repentina, gradual o crónica)
La duración del impacto (si es un episodio o hay episodios repetidos) y su
duración en el tiempo
La capacidad individual y colectiva para sobrellevar y sobreponerse a las
situaciones generadas por el desastre. Bice (1996) la llama resiliencia y la
define como la capacidad universal del individuo para hacer las cosas bien
pese a circunstancias adversas. Esto implica una capacidad de resistencia y
una facultad de construcción positiva. Las personas se muestran resistentes
y positivas frente a situaciones y ambientes que pueden llevar a problemas o
desajustes en la conducta. Así mismo, Silva (1997) dice que la resiliencia es
la capacidad universal de todo ser humano de resistir ante las condiciones
adversas y recuperarse, desarrollando paulatinamente respuestas orientadas
hacia la construcción de un ajuste psicosocial positivo al entorno, a pesar de
la existencia simultánea de dolor y conflicto intrapsíquico
El grado de desarrollo de la región, eficacia de la respuesta institucional,
organización y apoyo del estado.2, 5, 6, 11, 17, 22, 24, 30, 31, 32
Ciclo de los desastres
Los desastres son un proceso en el cual se detectan secuencias cíclicas relacionadas
entre sí, que han sido agrupadas en tres momentos:1, 5, 6, 7, 11, 17, 22, 24, 30, 31, 32
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La Salud Mental en los Desastres
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Antes del desastre
Durante el desastre
Después del desastre.
Antes del desastre: es importante precisar los conceptos y las medidas y acciones que
se deben tener en cuenta previamente a una situación que desencadena un desastre:
–
Prevención: conjunto de acciones o medidas, cuyo objetivo es evitar que ocurra
el evento (desastre) cuando se interviene sobre la amenaza o vulnerabilidad
(protección y control). Hace relación a los esfuerzos orientados a mejorar el
bienestar de las personas, que permiten la satisfacción de necesidades sin
comprometer los recursos y capacidades de generaciones futuras (bienes,
recursos y servicios de una comunidad).
Para actuar adecuadamente es necesario tener en cuenta los diez mandamientos del
comité de emergencia:
– Expresar datos básicos en mapas (evaluar información y anticipar
problemas)
– Compartir información - evaluación
– Evaluar los informes de daños, comparándolos con el perfil demográfico básico
– Identificar fuentes de datos y evaluar su confiabilidad
– Evaluar acciones, interpretaciones y decisiones (claridad)
– Desconfiar de su propia tolerancia a la tensión (resuelvo problemas o los creo)
– Revaluar decisiones anteriores
– Estar preparado para la anormalidad
– Dejar constancia de las medidas que adopte
– Pedir y volver a pedir información.
Para fortalecer la educación respecto al manejo de los desastres se debe tener en
cuenta: la inculcación de valores, la transmisión de normas, el afianzamiento de
conocimientos y el logro de la socialización (Calderón Hernández 1989), lo cual
es complementado por diversas formas de organización de la estructura social (familiar, económica, educativa, entre otros) que ayudaría de este modo a construir
la cultura de la prevención frente a los desastres. Igualmente se debe fortalecer la
red social y el sistema de apoyo, lo que incrementa los recursos emocionales de las
personas, lo mismo que los recursos sociales (red de vínculos).
Todo lo anterior sirve para mejorar los estilos de vida y las conductas que previenen
y protegen frente a los desastres.
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Riesgo: es la cuantificación del daño esperado ante una amenaza y depende
de la vulnerabilidad y capacidad de reacción. Está en relación directa con la
calidad y nivel de la amenaza y el grado de vulnerabilidad, en ello tiene que
ver grandemente el factor humano
Amenaza: habla del elemento real que puede llevar daño a un individuo
o comunidad. Es el factor que representa el potencial de ocurrencia de un
suceso generado o no por la actividad humana. Está dado por factores humanos, físicos, naturales o artificiales.
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Vulnerabilidad: implica una disposición a ser dañado; dice de la situación
relativa o absoluta de indefensión ante un evento o amenaza. Tiene que ver
con la capacidad que tiene un individuo o comunidad para enfrentar una
situación que desequilibra y traumatiza. La vulnerabilidad tiene relación
directa con la información, preparación, recursos y acciones que pueden
desplegar, tanto los individuos como las comunidades.
En la progresión de la vulnerabilidad, como causa subyacente, se ha encontrado
pobreza, poca información y educación, acceso limitado a estructuras de poder y a
recursos, lo mismo que sistemas económicos débiles. La vulnerabilidad es personal,
familiar, social y se da en múltiples campos como son el cultural, socioeconómico,
organizacional, etcétera.
Así mismo, hay una serie de presiones dinámicas que llevan a que se presente mayor
vulnerabilidad frente a desastres como son: debilidad en las instituciones locales,
falta de educación y capacitación, escasa inversión local en la parte de promoción y
prevención de desastres. Las fuerzas macrográficas presentan una expansión demográfica importante, alto grado de urbanización y poca planificación en ella, además
de degradación ambiental. Dentro de los componentes de la vulnerabilidad también
se da una serie de condiciones inseguras como son: un ambiente físico frágil, una
ubicación peligrosa de edificaciones e infraestructura en suelos deleznables, falta de
acciones públicas adecuadas acompañadas de una economía frágil y unos niveles
bajos de ingreso. Lo anterior se complementa con una no detección adecuada de
eventos amenazantes que desencadenan los desastres. Además se tiene poco conocimiento de los riesgos que presentan las comunidades.1, 29, 30
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Mitigación: acciones que se llevan a cabo para reducir las consecuencias
de los desastres modificando determinadas circunstancias (aspectos legales,
fiscales, administrativos y financieros) que se expresan en reglamentaciones, normas, obras
Preparación: medidas y acciones tendientes a reducir al mínimo la pérdida
de vidas humanas y presentación de daños a través del diagnóstico, planeación y entrenamiento tendiente a responder de forma organizada oportuna y
eficaz. Estar preparados para enfrentar un desastre implica tener en cuenta
la educación, coordinación, los planes de contingencia y organización frente
a posibles situaciones de desastre.
Alerta: declaración formal de inminencia de un evento con el fin de tomar
precauciones generales y específicas. Supone la activación de procedimientos preestablecidos y las precauciones a tomar.
Tomado de Conferencias sobre Manejo de Desastres, Ministerio de Salud, ICAM y
OPS.
Durante el impacto: se realizan las acciones que deben darse ante un suceso adverso
y conlleva la reacción inmediata para la atención oportuna de la población. Incluye
acciones de búsqueda, rescate, socorro y asistencia médica y estabilización. Así mismo, evacuación alojamiento, alimento, vestido, seguridad, manejo abastecimiento y
evaluación de daños.5, 6, 7, 9, 11, 25, 27, 29, 30
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La Salud Mental en los Desastres
Después del evento: hace relación a la primera etapa del proceso de recuperación. Es
el proceso de restablecimiento de las condiciones normales de vida.1, 2, 5, 7, 11, 12, 23, 24, 30
En esta etapa, las instituciones tanto educativas como sanitarias o de seguridad,
apoyadas por ONG’s, implementan y complementan programas de rehabilitación,
afrontamiento, recuperación, educación y acciones terapéuticas, así como labores
preventivas para evitar otro evento.2, 5, 6, 7, 9, 11, 16, 18, 21, 25, 27, 30
Se pasa luego a la Rehabilitación que es el restablecimiento de los servicios básicos
(energía, agua, vías, comunicaciones, salud y abastecimiento de alimentos) y se inicia la reparación del daño físico, psicosocial y económico. Conlleva la reorganización
de la comunidad, restablecimiento de servicios de salud, programas escolares y otros
que son prioritarios según la comunidad y el tipo de desastre.
A mediano y largo plazo se inicia la Reconstrucción, que es el proceso de reparación
del daño físico, psicosocial y económico para estabilizar el desarrollo y restablecer el
sistema de producción y bienestar.1, 2, 7, 12, 24, 30 Es el proceso de retorno completo a la
normalidad de la comunidad y del ambiente físico en procura del desarrollo, el cual
tiene como objetivos:
– La recuperación de medios de producción y fuentes de trabajo
– Reparación de daños materiales
– Consideración de los medios de prevención y mitigación de riesgos.1, 2, 7, 24, 30
Epidemiología
Los desastres son seis veces más frecuentes en los países en desarrollo y el número de
afectados es 33 veces más grande lo cual puede estar asociado a situaciones socioeconómicas precarias.
La morbilidad psicológica tiende a afectar alrededor del 20% de la población sujeto
directo del desastre, después de éste. En la población puede encontrarse ansiedad
generalizada 40%, síntomas fóbicos 32%, síntomas psicosomáticos 36%, abuso de
alcohol 36%, depresión 26%. abuso de drogas 23por ciento.
Desde 1900 a 1984 cerca de 340 millones de personas han sido afectadas por inundaciones, se han presentado 36 millones de hogares perdidos, 26 millones de personas han sido afectadas por terremotos, los cuales causan el mayor número de muertes y pérdidas económicas cuando se presentan a comparación de otros desastres;
asimismo se han contabilizado 26 millones de afectados por ciclones y tifones. En
el período de 1967 a 1991, unos 3000 millones de personas fueron afectadas por
desastres. De ellas, 856 millones vivían en Asia, aproximadamente 11% en África,
4% en Américas y solo 0.4% en Europa. Aproximadamente, 37% de los afectados
por desastres sufren algún tipo de trastorno mental.2, 5, 6, 8, 21, 24, 25, 27, 28, 30
Efectos de los desastres: los efectos de los desastres se dan en todas las dimensiones
del ser humano y de la comunidad, dado que:1, 3, 4, 6, 7, 8, 11, 13, 17, 20, 29, 30
– Afecta física o psíquicamente por pérdida de integridad orgánico- psicológica
y alteración del medio
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Altera múltiples áreas que dan seguridad al individuo (trabajo, vivienda,
recreación, educación)
– Deforma súbitamente todas las condiciones de vida cotidiana.
Los efectos de los desastres se ven reflejados en el siguiente cuadro:
Los desastres actúan sobre:28, 29, 30
– Las personas: las experiencias traumáticas pueden dejar huellas de larga duración en la psique de las personas, sobre las que actúa el efecto desestructurador
del evento que así mismo lleva a inestabilizar el entorno, disminuir o abolir la
capacidad de manejo, generando una situación incontrolable, que lleva a gran
estrés psicosocial, sensación de impotencia, desamparo y temor, puede aparecer
el sentimiento de que “todo está devastado”, que “todo se acabó”
– Las comunidades: las desestructura y desorganiza
– Sistemas y servicios: los daña y desestructura
– La salud: altera la respuesta y aumenta y distorsiona la demanda
– El ambiente: se desvirtúa y enrarece.
Así mismo, puede presentarse movilización de gran número de personas hacia el
área del desastre en forma desorganizada, generando las llamadas reacciones de convergencia. Dentro de las personas convergentes se identifican:
–
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Retornantes: son los evacuados que regresan para indagar sobre sus
familiares o bienes
Ansiosos: hace referencia a los individuos que quieren obtener alguna
información
Auxiliadores voluntarios: son personas con cierto entrenamiento que son
necesarias para la atención y soporte de acciones frente al desastre, pero que
a causa de alguna mala planificación pueden “estorbar” y entorpecer las
acciones ante la exigencia de mejores sitios para dormir, mayor consumo de
comida y líquidos, copan los sistemas de comunicaciones y servicios básicos.
Por ello, la necesidad de enviar solamente la cantidad de voluntarios que sea
consecuente con la magnitud del desastre
Curiosos: los individuos que merodean con ánimo de curiosear
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La Salud Mental en los Desastres
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Explotadores y saqueadores: un sinnúmero de expoliadores y personas que
tienen estilos de vida sociopáticos, que van al sitio del desastre con ánimo
de dañar y sacar provecho de la situación. 6, 7
En algunas ocasiones, después del desastre, se presenta un exagerado interés en la
prestación de servicios y una actitud de reconstrucción y asistencia,6,7,8 lo cual genera desplazamiento de equipos especializados y apoyo tecnológico y humanitario,
que a veces no son del todo necesarios, situación que ha sido denominada Síndrome
contra-desastre.
Para evitar lo anterior, las autoridades y técnicos locales deben saber qué es indispensable y necesario, para rechazar lo que se puede convertir en un problema o
estorbo (multiplicidad de grupos, drogas o tecnología que no son necesarias o no
funcionan en el medio).
Elementos para valorar las reacciones y efectos psicosociales de los desastres
A fin de valorar reacciones y efectos psicosociales de los desastres se deben tener en
cuenta los siguientes elementos:
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El sistema biopsicosocialcultural
El evento traumático
La crisis
El efecto psicosocial
Los factores de riesgo y factores protectores
La identificación de la necesidad social y evaluación global.
El sistema biopsicosociocultural
El sistema biopsicosociocultural está entretejido por la vida cotidiana, que es el
tiempo que queda cuando se han restado a lo vivido las actividades especializadas:
el tiempo trivial y corriente, las acciones y aprendizajes que se orientan hacia la
supervivencia y bienestar del individuo y del grupo con que se vive. Los referentes
de la vida cotidiana son:
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Los espacios (dormitorio, comedor, cocina)
El tiempo en función de la acción (levantarse, asearse, desayunar)
Actividades (juegos, baños, salidas)
Las relaciones, grupos, conflictos
Decisiones y gestión (Frach, Martinell. 1994).
Hay poblaciones o segmentos de ellas que son susceptibles en gran medida a reacciones físicas y psicológicas dadas por un desastre y estas son:
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vulnerables por vivencias traumáticas previas
Sujetos con mala salud, enfermedades crónicas o con antecedentes de
enfermedades mentales
Quienes han experimentado estrés intenso y pérdidas graves como
consecuencia del desastre
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Personas que carecen de habilidad para resolver crisis
Personas que carecen de apoyo social y psicológico
Los ancianos solitarios y aislados
Los niños
Quienes presentan crisis vitales en el momento (Cohen 1999).
El evento traumático
El evento traumático es una situación que supera la capacidad de respuesta del
individuo, grupo o comunidad, es inesperado y extraordinario, además se sale del
ámbito de lo cotidiano y de las habilidades naturales de la persona o personas en las
que se da el impacto.1, 3, 4, 6, 16, 17, 29, 30
Su origen puede estar dado por desastres naturales, amenazas vitales, retención,
violencia, secuestro, abandono o pérdidas económicas. Las personas se afectan de
diversas formas e intensidad, dependiendo del grado de vulnerabilidad en que se
encuentran estas en el momento del suceso.
El acontecimiento traumático es vivenciado por la persona en forma recurrente o
con comportamientos de evitación de las personas, situaciones o cosas que le puedan
recordar el trauma o, por el contrario, pueden presentar ansiedad u otros problemas
emocionales.
El trauma psicológico está dado por un evento traumático y desagradable no experimentado anteriormente, que provoca una crisis psicológica de la cual no se sabe
su resultado final, en todo caso deja una huella a veces imborrable que se expresa a
través de múltiples sentimientos y que está relacionada con:
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–
–
Las características del individuo aunadas al modo como vivencia la
situación, las experiencias anteriores, además de la sensibilidad y tipo de
apoyo recibido
El tipo de fenómeno y las características del suceso
El contexto cultural y social (Documento sobre asistencia psicosocial,
Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y la Media Luna
Roja, 1999).
La crisis
Es un período crucial o momento decisivo en la vida de una persona que tiene consecuencias físicas y emocionales. Es un período limitado de desequilibrio psicológico
precipitado por un cambio súbito y significativo en la situación vital del individuo.
(Cohen 1999). Crisis habla de la ruptura del equilibrio psicológico produciendo una
esfera disfuncional de aflicción y descompensación. Así mismo hace referencia a un
estado temporal de trastorno y desorganización, caracterizado por la incapacidad de
abordar situaciones. Aplicando métodos corrientes para la solución de problemas, se
puede identificar el fenómeno que lo precipita.
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La Salud Mental en los Desastres
Las crisis pueden ser:
–
–
Circunstanciales, accidentales e inesperadas: el rasgo sobresaliente es que se
generan en algún factor ambiental como un desastre natural pero también
pueden ser inducidas por otras circunstancias.
Del desarrollo: se relacionan con el paso desde una etapa de crecimiento a
otra, esta crisis puede ser predecible.
Al resolver una crisis el individuo intenta:
–
–
–
Cambiar, disminuir o modificar un problema
Evaluar un evento buscando satisfacción en otro sitio
Resignarse a lo sucedido o tratar de controlar el estrés resultante (Cohen
1999).
La crisis generada por un trauma psicológico presenta tres fases: de impacto, de
reacción y de orientación.
-
-
-
Fase de impacto: por exposición a un suceso traumático el individuo
reacciona de manera extraordinaria. Dicha fase dura de minutos a días y
el individuo puede presentar: confusión, capacidad de pensar limitada,
hiperactividad, apatía, somatización y pérdida del sentido del tiempo.
Fase de reacción: es el período en que comienzan a comprender lo que pasó,
ya fuera de peligro empiezan a asimilar el dolor sufrido. Esta fase dura de 6
a 8 semanas.
Fase de orientación: dura 6 meses, el individuo se encuentra con la
cotidianidad, enfrenta la crisis, la experiencia, empieza a reorientar su vida,
modificar las expectativas de futuro, además puede fortalecerse y adquirir
herramientas para hacer frente a futuras crisis.3, 4, 6, 17, 26, 29, 30
Efecto psicosocial
Es la entremezcla de experiencias que afectan el comportamiento, pensamientos,
emociones, memoria y el modo de entender y percibir las situaciones (efectos psicológicos) en sus perspectivas socio – económicas y otras situaciones que conllevan
los desplazamientos, la separación de las familias, perturbación y destrucción de
comunidades, lo mismo que deterioro de múltiples sistemas de servicios entre ellos
los de salud y educación (efectos sociales).3, 4, 6, 17, 26, 29, 30 (Documento sobre asistencia
psicosocial, Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media
Luna Roja, 1999)
Factores de riesgo y factores protectores
En los trastornos mentales se deben tener en cuenta los factores de riesgo y los factores protectores que hacen que un individuo reaccione más o menos bien frente a
determinada situación.
Factores de riesgo son las características, hechos o situaciones propias o del entorno
que aumentan la posibilidad de sufrir un desajuste psicosocial.
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Los factores protectores son todas aquellas características, hechos o situaciones propias o de su entorno que elevan la capacidad del individuo para hacer frente a las
adversidades o disminuyen la posibilidad de desarrollar alteración o desajuste psicosocial frente a la presencia de los factores de riesgo (Documento sobre Asistencia
psicosocial, Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media
Luna Roja, 1999).
Pueden ser factores protectores: el vínculo positivo de aceptación, las redes de soporte social, el clima emocional positivo para el desarrollo, las aptitudes y habilidades,
un nivel adecuado de autoestima, el sentido de la vida, el sentido del humor, las
características de la socialización.1, 3, 4, 16, 26, 29, 30
Identificación de la necesidad social
La necesidad social hace relación a la demanda de un servicio a fin de satisfacerlo o
buscar formas de ayuda
Se deben evaluar las cuatro clases de necesidades:
–
–
–
–
Necesidad normativa: la que se define por un profesional o experto siguiendo
unas guías o derroteros científicos que indican la cantidad de recursos que
se deben dedicar a resolver el problema. Estos estándares normativos pueden
cambiar con el tiempo como resultado de los avances del conocimiento (se
puede detectar mediante encuestas)
Necesidad sentida: puede ser una medida inadecuada de la necesidad real,
está limitada por las percepciones del individuo. Se equipara a querer algo,
puede existir un abuso de esta necesidad por parte de individuos que piden
ayuda sin necesitarla realmente (aplicar encuesta o hablar con grupos)
Necesidad explorada: es la demanda de la necesidad sentida convertida en
acción (encuestas, listas de necesidades, entre otros)
Necesidad comparativa: se da al comparar las características de la población
destinataria de un servicio. Es el estado de necesidad dado en personas con
características similares (factores comunitarios, aplicando modelos teóricos,
encuestas, monitoreo de grupos).3, 4, 26, 30
Es importante la atención tanto física como la atención de necesidades básicas,
de los individuos y las comunidades. Así mismo se deben satisfacer una serie de
requerimientos fundamentales significativas para la salud mental y éstos son:
–
–
–
–
–
Necesidades de seguridad (consigo mismo y con su entorno)
Necesidades de comunicarse (expresar sentimientos, necesidades e
intimidades)
Necesidades de realizarse (sensación de medir provecho)
Necesidades de actividades lúdicas (recreación y relajación)
Necesidades de aprender (de confrontar la experiencia).3, 4, 26, 29, 30
Con lo anterior se debe realizar una evaluación global del trauma psicosocial y las
necesidades en caso de desastre que hace relación a la identificación en cantidad
15
La Salud Mental en los Desastres
(número de individuos o grupos) y calidad (grado de afectación o trauma: leve, moderado, grave), de alteración en el campo psicosocial. Así mismo se tiene en cuenta
el grado y la cantidad de necesidades.
Las necesidades de intervención psicosocial son:
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–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
Antes del desastre:
Crear una infraestructura de respuesta
Entrenar equipos (simulacros, simulaciones)
Desarrollar acciones de educación y preparación
Información
Fortalecer la organización de equipos de apoyo
Planear la atención y seguimiento a riesgos y amenazas.
Durante el desastre:
Establecer acciones de soporte psicosocial e intervención y reacción
inmediata de acuerdo al tipo de desastre.
Después del desastre:
Priorizar grupos y actividades para intervención
Organizar área y centro de información y soporte
Propiciar ayuda a las familias
Fortalecer el equipo de soporte psicosocial
Establecer acciones de reconstrucción y rehabilitación.
Reacciones emocionales del individuo
y las comunidades ante los desastres
En las catástrofes se observa todo tipo de comportamientos adaptados e inadapatados, lo cual depende de la catástrofe en sí (naturaleza, carácter súbito, violencia,
extensión, zonas y fases) y por otra parte de la población afectada (densidad, composición, organización, grado de preparación).
Para Inbar (1998) se deben tener en cuenta una serie de etapas cronológicas, previas
o relacionadas con el desastre, que son:
– Período de choque
– Período de excitación narcisista
– Período de exaltación solidaria
– Período de decepción
– Período de autorreparación.
(Pelicier 1993, en Estrés y psicopatología)
–
–
–
16
Período de choque: miedo, pánico. Desfallecimiento psíquico, confusión,
parálisis, huida, agitación
Período de exaltación narcisista: actos de heroísmo, altruismo, se olvida de
sí. Salvamento, sobreexitación, agotamiento
Período de exaltación solidaria (de una o varias semanas después): satisfacción
de haber superado la prueba. Cambios sociales intensos ocasionados por la
catástrofe. Espera confiada en las indemnizaciones y reparaciones
Cruz Roja Colombiana
–
–
Período de decepción (hasta un año): desilusión, resentimiento, resignación.
Comparaciones insidiosas acerca de la ayuda prestada a otras víctimas.
Estado depresivo.
Período de auto - reparación: se recupera el equilibrio personal. En caso
contrario, secuelas del estrés . Situaciones postraumáticas.
Es necesario tener en cuenta y evaluar las reacciones del individuo en cada una de
estas etapas, a fin de desarrollar el modelo de intervención.
Dentro de la presentación de los desastres y el modo como estos inciden en las
conductas de la población que tiene que ver directa o indirectamente con ellos, se
presentan tres fases: preadvertencia, advertencia e impacto.
En la etapa de preadvertencia no hay una información concreta sobre la ocurrencia
del evento catastrófico, pero se pueden diseñar programas psicoeducativos y de seguridad.
En la advertencia hay información válida y confiable sobre la probabilidad de ocurrencia de un evento dado. En esta etapa pueden darse acciones de sensibilización,
concientización y preparación de la población y grupos especiales.
Durante la etapa de impacto se presenta el evento. En ésta, la comunidad, los grupos
de rescate e intervención lo mismo que las instituciones, inician las acciones de asistencia, apoyo y manejo comunitario, la comunidad reacciona según entrenamiento
e información: es el tiempo en que se ponen en ejecución los planes diseñados y la
capacitación dada.3, 5, 6, 7, 12, 16, 17, 19, 25, 29, 30
Cuando hay una escasa formación e información de la comunidad y hay una mala
respuesta institucional para organizar las vías de escape, la comunidad suele presentar situaciones de pánico colectivo que generan mayor morbilidad y mortalidad; y
ello se produce especialmente cuando la comunidad siente que está en una o varias
de las siguientes situaciones:
–
–
–
En un entrampe parcial: es decir que muy pocos de ellos pueden tener salida.
Amenaza percibida: cuando no tiene elementos de defensa adecuados frente
a una amenaza que persiste.
Bloqueo parcial o total de la vía de escape: la gente no siente que la vía esté
expedita y percibe que unos pocos o ninguno sobrevivirán y ello los impele
a buscar a todo costo una salida.5, 6
Las reacciones que se presentan ante una situación de desastre se pueden agrupar en
dos tipos: de experiencia inmediata y de experiencia tardía.
– Experiencia inmediata
La capacidad de manejar la situación del trauma inmediato se constituye en un
factor protectivo en términos de secuelas psiquiátricas a largo plazo
17
La Salud Mental en los Desastres
Las reacciones inmediatas a la presentación del desastre son incompatibles con la supervivencia: ansiedad paralizante, pánico (en conglomerados) y huída descontrolada.
La amenaza o presencia de un desastre implica un rompimiento de la cotidianidad,
una dificultad en la satisfacción de las necesidades básicas y un resquebrajamiento
en la seguridad en razón de las pérdidas físicas, afectivas y en general de la integridad sociocultural y biosocial del individuo o individuos que habitan una zona
geográfica determinada.
– Experiencias tardías
Después de ocurrido el desastre, se presentan diferentes reacciones:
– Ansiedad postraumática: memorias intrusivas (flashbacks), pesadillas o
temores nocturnos, reexperimentación, respuesta de evitación (recuerdos sentimientos), temores
– Somatización: dolores generalizados y difusos, jaquecas, mareos y desmayos, taquicardia y alteraciones abruptas de la tensión arterial, sofocamiento
o falta de aire, problemas gastrointestinales
– Desasosiego: apatía, hiperquinesia, alucinaciones, ideas suicidas
– Emotividad: tristeza, ira, miedo, culpa
– Desorganización personal.3, 5, 6, 7, 12, 16, 17, 19, 25, 29, 30
Toda la sintomatología y signología anterior, lo mismo que la sensación aterradora
de lo que pasó y la búsqueda desesperada de familiares, pertenencias y respuestas a
lo sucedido, es lo que algunos llaman síndrome de desastre.
La vida humana está marcada por cuatro miedos:
–
–
–
–
Miedo a la destrucción, a la muerte, frente al cual la persona presenta
pérdida del control de su mundo, pérdida de la identidad, por ello busca
fortalecer la identidad y el sentido de realidad
Miedo ante el absurdo, a lo caótico, a la falta de organización, por ello busca
explicación ante lo inaceptable e incomprensible
Miedo al abandono, lo que significa una tragedia para el individuo, por ello
busca y requiere posteriormente reconocimiento
Miedo a perder la razón o enloquecer porque implica la pérdida de la
realidad, por ello busca fortalecer la capacidad de comprender lo que pasa
y enfrentar la realidad como defensa ante el miedo y la angustia que le
produce.
Ante los miedos que afloran se debe dar al individuo:
–
–
–
–
–
18
Una explicación sobre lo que ocurre, sobre la realidad
Elementos para enfrentar las situaciones que puedan presentarse
Búsqueda de alternativas que se dan alrededor del problema presentado
Fortalecimiento de la capacidad de lucha y potencialidades para enfrentar la
situación
Elementos para un mejor conocimiento de la situación que se da con la
amenaza.
Cruz Roja Colombiana
Con los desastres se pueden presentar o establecer reacciones psicológicas y desadaptativas que llevan a una disfunción en lo psicológico y social por las dificultades que
conlleva afrontar una situación sorpresiva, arrasadora y destructiva. Tales situaciones entrañan sensación de amenaza e inquietud para la persona o las comunidades
que puede expresarse como huida, agresión defensiva y miedo frente al significado
de las personas o pertenencias perdidas; así mismo, la sensación de inseguridad a
que quedan expuestas sus fortalezas y su intimidad, lo cual disminuye la autonomía
y aumenta la dependencia hacia otros.3, 5, 6, 7, 12, 16, 17, 19, 25, 29, 30
Todo lo anterior se visualiza alrededor de los siguientes niveles a través de las cuales
se siente y se enfrenta al desastre: individual y grupal.
– A nivel individual: se dan una serie de factores que representan un esfuerzo
adicional que alteran el estado de salud y la funcionalidad del individuo,
como son:
– Al alterar la cotidianidad afecta la estabilidad y el balance psicosocial
– Se resquebraja la confianza y la seguridad ante las pérdidas físicas, afectivas,
de trabajo, vivienda, recreación e integridad sociocultural
– Hay sensación de amenaza que puede llevar a angustia y a expresión
emocional de agobio
– Se altera la manera de existir o coexistir dentro del grupo humano al cual
pertenece
– Está amenazado su sentido de pertenencia y se deteriora la relación con las
cosas y los seres y puede alterarse el significado de éstos
– Hay tendencia a utilizar mecanismos de defensa no adecuados expresando
huida, agresión defensiva, deterioro en las relaciones con otros seres
humanos, negación de la realidad, no comprende, no admite ni acepta lo
inevitable
– Puede alterarse el estilo de vida y se presentan situaciones de desasosiego y
depresión por pérdida
– Mal manejo del estrés de acuerdo a la intensidad de la situación y a la
duración de la misma o por demandas excesivas de adaptación que hace
ineficaz su actuación a nivel de procesos biológicos y psicológicos llevando
a disfunción psicosomática (úlcera gástrica, hipertensión arterial, infarto
del miocardio, descompensación de procesos psicoorgánicos crónicos, entre
otros)
– Los sujetos que están expuestos a un desastre pueden presentar los llamados
problemas del vivir a situaciones de naturaleza psicosocial que son distintos
a problemas mentales y que hace referencia a situaciones creada por la
vivienda temporal, la falta de servicios sanitarios, problemas con el empleo
estable, servicios de salud deficientes, entre otros
– Respecto a los trastornos emocionales o mentales más frecuentes que se dan
en las personas expuestas a desastres son: trastornos del comportamiento,
agresividad, crisis de angustia, hiperactividad, depresión, episodios
confusionales, irritabilidad, trastornos del sueño, duelos no resueltos.1, 3, 4, 5,
6, 17, 25, 29, 30
–
–
A nivel grupal o social
Puede encontrarse, así
sea
momentáneamente,
desorganización,
19
La Salud Mental en los Desastres
–
–
–
–
–
–
–
desvinculación a normas, alteración de las relaciones interpersonales e
inestabilidad en ellas
Frente a una situación de desastre el grupo actúa y lleva sus comportamientos
a preservar la vida, restaurar y mantener los servicios esenciales, preservar sus
pertenencias y el orden público (se defienden), además tratan de mantener
elevada la moral comunitaria.
Hay daño psicosocial por extensión y una situación de tensión colectiva y
una significativa y masiva desorganización
Hay deterioro de la información fortaleciendo lo mágico y haciendo caso
omiso de lo racional
Cuando se rompen las metas comunes y el espíritu de unión y camaradería
se desregulan las conductas, pueden alterarse los individuos, no obedecen a
los líderes y se hace imposible su manejo (actúan como masa o montonera)
Puede darse la reacción de convergencia como movilización de gran
cantidad de personas de la periferia al epicentro del desastre y movimientos
espontáneos, desorganizados de personas, medios de información, entre
otros, lo cual dificulta la atención adecuada a la situación generada con
ocasión del desastre
Se pueden dar saqueos, situaciones generadas en la misma población cuando
se ven frustradas sus necesidades básicas o no hay debido control, o pueden
ser realizados por individuos ajenos a la población que sufrió el desastre
Se presenta pánico colectivo como reacción aguda de terror, caracterizada
por acentuada pérdida de autocontrol con huida irracional y asocial que
pone en peligro la estructura de grupo y la supervivencia, además puede
ocasionar daños y destrucción. El pánico puede producirse cuando hay fallas
en la comunicación o no hay vías de escape.1, 3, 4, 5, 6, 17, 25, 29, 30
Las reacciones psicológicas se presentan de acuerdo con la etapa de los desastres:
–
–
–
Etapa de preimpacto
Etapa de impacto o choque
Etapa post-impacto.
Etapa de pre-impacto
Esta etapa es llamada también predesastre o preadvertencia o advertencia y se presenta cuando hay probabilidades de que un desastre ocurra. Se subdivide en períodos de amenaza y de alerta.
Período de amenaza: la fase de amenaza se inicia a través de los avisos dados por
instituciones, vecinos, o los medios masivos de comunicación que alertan a la comunidad sobre la inminencia del desastre, marcando las expectativas, tanto a nivel
individual como colectivo, lo que conduce al aumento en los niveles de estrés y
ansiedad.
Se describe la amenaza de un desastre inminente y las respuestas características
son de negación y ansiedad, el reconocimiento del riesgo da lugar a tensiones, las
emociones se mueven entre el terror y la euforia, la sensación de vulnerabilidad y
20
Cruz Roja Colombiana
el sentimiento de desamparo, la inquietud, el llanto incansable y la hiperactividad
maladaptada, especialmente si la protección parece imposible (Burkle 1991, en Clínicas de Medicina de Urgencia).
Durante este período, a nivel de la esfera psicológica, se puede presentar gran confusión, indecisión para tomar medidas, sensación de impotencia, aumento de la
ansiedad en los individuos ante la posibilidad real de un desastre, pueden hacer
negación del riesgo o, por el contrario, presentar una actitud fatalista. Hay un estado
de intenso sobresalto. La persona puede presentar el llamado “mito de invulnerabilidad personal” que consiste en la creencia de que el suceso no le traerá consecuencias
a ellla o a su familia. Hace referencia a la imposibilidad de que dichos sucesos lo
involucren o descarga la responsabilidad de su protección en el gobierno o en el
ámbito religioso.
A nivel colectivo, aparecen reacciones que fluctúan entre la hostilidad y el más estrecho acercamiento para planificar las medidas de apoyo, a medida que la amenaza
se hace latente y es percibida como tal. A veces puede aumentar el fervor religioso,
como elemento que aglutina y da seguridad.
En general hay gran preocupación en los técnicos e instituciones encargadas del
manejo de las situaciones de desastre (hospitales, grupos de socorro, oficinas de prevención de desastres, entre otros), hay gran inseguridad y nerviosismo si el impacto
esperado puede cobijar grandes áreas geográficas y gran cantidad de personas.
En la fase de amenaza las reacciones varían según la experiencia de los individuos
y en ellos se tienen en cuenta una serie de perspectivas como son: la perspectiva
psicosocial y la perspectiva interpersonal.
En la perspectiva psicosocial, las personas organizan sus rutinas de modo que tengan acceso a la radio o la televisión y pueden ser fuentes persistentes de información distorsionada. Las reacciones ante rumores varían de acuerdo con la dotación
cultural del individuo, en muchos hay negación otros eluden pensar en ello, otros
presentan múltiples reacciones desde miedo intenso y prevención hasta tranquilidad
o alegría porque todo va a terminar.
En la perspectiva interpersonal hay tensión nerviosa, hay preocupación, evalúa la
comunicación y duda entre sí cree o no, además se planean medidas de apoyo.1, 2, 5,6,
16, 17, 24, 26, 29, 30
Período de alerta: hace relación a la situación de inminencia de que un desastre
ocurra. La experiencia de cada individuo o comunidad se refleja, de alguna manera,
en el comportamiento que asumen durante este período. El estado de alerta de los
individuos crece, los informes, las noticias transmitidas por el periódico, la radio o la
televisión juegan un papel importante en el manejo de su vida presente y futura.
Se pueden presentar cuadros de hiperactividad, que bajan la funcionalidad del individuo y lo hacen ineficiente. También puede presentarse la negación que hace
relación al rechazo de la percepción de la realidad externa cuando hay sentimientos
dolorosos o aterrorizantes.1, 2, 5, 6, 16, 17, 24, 26, 29, 30
21
La Salud Mental en los Desastres
Modificado de Tyhurst JS: Individual reactions to community disasters: The natural history of psychiactric phenomena. Am J. Psychiatry. 107: 764-769, 1951.
Etapa de impacto o choque
Es el período durante el cual el agente causante de la catástrofe está activo y continúa
hasta que la tensión inicial ha dejado de actuar. Es el período de máxima tensión y
puede durar minutos o días (Burkle 1991, en Clínicas de medicina de urgencias).
En este período se pueden presentar reacciones psíquicas que se manifiestan en disturbios psicológicos y perturbaciones orgánicas. Los cuadros más frecuentes son:
–
–
–
Las reacciones conversivas: se presentan con cesación de una función
corporal, eliminándose o atenuándose a través del síntoma del sentimiento
penoso, por medio del cual se enfrenta el conflicto psicológico
Pánico individual: es una situación donde se suplanta la capacidad de juicio
y hay pérdida del control que el individuo tiene sobre sí mismo, además de
presentar una serie de síntomas psicológicos y somáticos
Respuesta excesivamente activas: se presentan ráfagas de actividad que no
llevan a mejorar la funcionalidad del individuo y no son aplicables en pro
de la comunidad.
Las reacciones psicológicas y las conductas de supervivencia están muy relacionadas
con la personalidad del individuo, el grado de adaptación que ha tenido en experiencias anteriores, el manejo adecuado de las defensas psicológicas y los antecedentes de
entrenamiento previo, razón por la cual son diferentes las reacciones a nivel individual y colectivo durante este período.
–
–
22
A nivel individual las personas presentan dificultades para adaptarse y
hacer frente a la situación. Se da un aumento de la ansiedad, el temor, la
preocupación y a veces el manejo excesivo de la culpa. Puede presentarse,
además, el entorpecimiento de la capacidad de respuesta, sentimiento de
ser el más afectado, desorientación, confusión y dificultad para la toma de
decisiones. El miedo es la emoción dominante y ponerse a salvo es la mayor
preocupación. El pánico se presenta cuando es imposible escapar.
A nivel colectivo, por lo general, las comunidades son dóciles a las órdenes
de los socorristas y se fortalece la red social de ayuda. Al llegar a un lugar
seguro, las víctimas emprenden la organización de auxilios ayudando a
otros damnificados.1, 2, 3, 5, 6, 17, 24, 29, 30
Cruz Roja Colombiana
En esta etapa también se presentan perspectivas a otros niveles: biológico, psicológico, interpersonal y socio-cultural.
En la perspectiva biológica, hay cambios a nivel neuropsiquiátrico en el sistema
nervioso central, relacionados con reacciones al estrés, parece presentarse afectación
de las respuestas del sistema inmunológico. Hay sensación de fatiga, agotamiento,
intranquilidad y alteraciones del sueño y el apetito (Cohen 1999).
En la perspectiva psicológica se presentan reacciones psicológicas y emocionales que
corresponden a la gama de ansiedad (temor, preocupación, vergüenza, culpa). Hay
oleadas de sentimientos de temor, ansiedad, desmoralización (Cohen 1999). Las reacciones psicológicas más frecuentes suelen ser:
–
–
–
–
Ilusión de posición central, creencia de que la persona afectada recibió
exclusivamente “la fuerza destructiva del impacto” y sufre peores
consecuencias en comparación con los demás
Ofuscamiento cognoscitivo: diferentes niveles de desorientación,
desorganización, lentitud de pensamiento, confusión, dificultad para tomar
decisiones, incapacidad para entender lo que está sucediendo
Incapacidad para entender lo que los otros están diciendo, confusión con el
tiempo que puede durar de horas a días
Aturdimiento psíquico: sentimientos de aplanamiento, falta de interés,
incapacidad para reaccionar que le dificultan relacionarse con personas que
han sido importantes. Los mecanismos de negación ayudan al individuo a
adaptarse y manejar el cambio doloroso e increible. Puede haber obediencia
dócil y pasiva a órdenes y reglamentos de las autoridades de rescate, como
necesidad de controlar la situación para evitar sentirse abrumado por
sentimientos dolorosos e intensos (Cohen 1999).
En la perspectiva interpersonal los damnificados se comportan de manera indefensa,
dócil, dependiente e indecisa. Otros exigen o atacan a las autoridades por las consecuencias del desastre. Algunos damnificados se sienten culpables por lo que ocurrió
o por haber quedado vivos. Pueden seguir las sugerencias de los demás, otros generan reacciones de apoyo. Los esfuerzos por relacionarse o aislarse ayudan al individuo
a manejar la sensación de crisis, urgencia, amenaza y el mundo desconocido en el
que ha caido (Cohen 1999).
En la perspectiva sociocultural la comunidad se transforma después del impacto de
un desastre.
Etapa post-impacto
Es la fase en la que se evidencian los efectos residuales, luego de cesar el evento
motor de la situación planteada en una comunidad, presentándose desorganización
social, depresión, rabia, manifestaciones psicosomáticas, duelo y síntomas de tras23
La Salud Mental en los Desastres
torno de ansiedad postraumática. Las víctimas más seriamente afectadas evidencian
diversos grados de psicopatología.
En esta fase las víctimas, tanto a nivel individual como colectivo, deben enfrentarse
a las contingencias del diario vivir frente a un ambiente que ha cambiado en forma
radical, hay una sensación de desarraigo, sustentada en la pérdida parcial o total
de su familia, su comunidad, sus recuerdos personales, entre otros. Se presenta un
inventario de las pérdidas emocionales, físicas y socioeconómicas. Se inicia el intento
de búsqueda y recuperación de lo que fuera el hábitat de la persona.
Pueden presentarse sentimientos de dependencia, pasividad, frustración. Se encuentra un estado de ansiedad, apatía, temor, depresión, indiferencia, impotencia, derrotismo, fatiga de vivir y desesperanza, sentimientos que conforman lo que ha sido
llamado el Síndrome de Derrotismo (que se sufre frente a tensiones intensas).
En el campo de la salud mental cobra mayor fuerza la necesidad de dar una atención integral a las comunidades y sujetos sometidos a riesgo de sufrir enfermedades
mentales o complicaciones de las mismas, como consecuencia de una situación de
desastre. El objetivo de la intervención es reducir el estrés ante los problemas que
parecen ser abrumadores: se deben clasificar o seleccionar los que sufren mayores
alteraciones (TRIAGE), suministrar información, ofertas de apoyo. Se debe evaluar
y priorizar las necesidades además de prevenir y manejar las reacciones en los aniversarios y conmemoraciones del desastre.
De lo anterior se deriva la necesidad de planificar y ofrecer ayuda al individuo, a la
familia y a la comunidad, ofreciéndoles soporte para afrontar y superar la situación
de crisis que se ha planteado en su ámbito biopsicosocial, en procura de devolverle
o replantearle su cotidianidad.
Al igual que en la etapa anterior, se presentan reacciones a nivel individual y colectivo.
A nivel individual, se vivencian sentimientos de impotencia frente a la pérdida de
su cotidianidad y gran sensación de dolor frente a las pérdidas sufridas. A veces, el
individuo reacciona hostilmente al ver invadido y deteriorado su espacio vital, al ver
reducida su autonomía, lo que reactiva sus conflictos de dependencia-independencia. Algunas personas reciben tratamiento y hospitalización por problemas mentales
graves, mientras que otras continúan presentando ansiedad y depresión crónica. La
inmensa mayoría asume la experiencia traumática y las pérdidas que ha sufrido. En
muchas personas se presenta un aturdimiento psíquico que hace relación al sentimiento de monotonía, desinterés, distanciamiento e indiferencia hacia personas que
anteriormente eran importantes en su vida.
A nivel colectivo, en general se presentan dificultades para mantener relaciones
estables, dándose situaciones de hostilidad manifiesta. Se empieza a culpabilizar al
estado o a otros estamentos de su situación. Algunas comunidades, o parte de éstas,
asumen el papel de víctimas y expresan el sentimiento de tener derecho a todo. A
veces, estas posiciones alteran y distorsionan las relaciones entre las personas y los
24
Cruz Roja Colombiana
sistemas de apoyo. Algunas comunidades continúan presentando dificultades para
integrarse. A nivel psicosocial se puede presentar gran dependencia y baja iniciativa. Por ello la sensación de frustración crece, así como su hostilidad. Se presenta
también el llamado Síndrome de Desastre que ocurre cuando las personas parecen
estar desorientadas, vagan sin rumbo, son apáticas y sin voluntad propia. Presentan
como reacciones: sorpresa, incredulidad, miedo, angustia y la búsqueda insistente
de familiares y pertenencias, pasando por una serie de etapas contempladas como:
trauma, estado de sugestión, estado de euforia y ambivalencia.1, 2, 3, 5, 6, 17, 24, 28, 30
Bruno de lima y Cols. (1987) describren los períodos que se presentan durante el
post-impacto:
–
–
–
–
Período heróico: las personas son llamadas a actuar y desarrollan actitudes
heróicas para salvar la vida y la propiedad, aumenta el altruismo y la
solidaridad.
Período de luna de miel: se extiende hasta los seis meses después de ocurrido
el desastre. Hay fuerte sentido de solidaridad y grandes expectativas frente
a la ayuda prometida.
Período de desilusión: con una duración entre dos meses y dos años. Ante
las promesas de ayuda no concretadas, aparecen sentimientos de frustración,
fracaso, rabia, amargura. Se empieza a manifestar en su haber conductual
la irritabilidad, el negativismo, el oposicionismo, la agresión y las actitudes
violentas. Es lo que se ha dado en llamar el segundo desastre.
Período de reconstrucción: los individuos y las comunidades asumen la
responsabilidad de solucionar sus necesidades básicas de vivienda, educación,
empleo y salud. Ante este panorama los individuos sienten la necesidad de
verbalizar sus vivencias con la esperanza de aquietar sus emociones y como
un medio de hacer claridad en lo ocurrido.
Así mismo, se presentan reacciones ubicadas en las perspectivas a nivel biológico,
psicológico, interpersonal y sociocultural.
En la perspectiva biológica con el tiempo hay reacciones somáticas, puede darse
interferencia en las funciones biológicas comunes y una exacerbación aguda de los
25
La Salud Mental en los Desastres
padecimientos somáticos crónicos (hipertensión, problemas cardiovasculares, diabetes), por lo que se necesita un ajuste de los medicamentos (Cohen 1999).
En cuanto a la perspectiva psicológica hay una gama de manifestaciones conocidas
como duelo, desesperación, elaboración de la pérdida, puede darse intensa impotencia. Hay sensación que los que ayudan en la catástrofe se entrometen en los “espacios
vitales” y por ello se reacciona violentamente o hay altercados con el personal que
ayuda (Cohen 1999).
En la perspectiva interpersonal el comportamiento fluctúa entre aislamiento y cohesión de grupo, hay dificultad en el compartir.
En la perspectiva sociocultural se pide y ofrece ayuda para revitalizar la estructura
social de la comunidad. Hay tendencia a recuperar la normalidad (Cohen 1999).
Con relación a los trastornos del comportamiento que suelen observarse después de
un desastre, se sabe que éstos lo comparten por igual víctimas y no víctimas, y se
ha observado que los reingresos a hospitales crecen de manera notable en los años
sucesivos.
Investigaciones derivadas de estudios realizados en Europa y América Latina han
concluido que individuos y familias, por igual, son vulnerables a las reacciones de
tipo emocional.
Por la experiencia de Armero (Grupo de Salud Mental del Tolima 1986) se sabe
que de las víctimas de los desastres que presentan problemas mentales, entre un
20 a un 25% se recuperan prontamente, el 70 a 75% presentan trastornos mentales
transitorios de intensidad leve o moderada y entre el 5 y 10% desarrollan trastornos
mentales persistentes o graves.
Situaciones psicosociales asociadas a la ocurrencia de un desastre
Ante las situaciones de desastre, las personas enfrentan situaciones que desencadenan tensión y estrés, además de los duelos, las cuales deben ser enfrentadas y
resueltas adecuadamente, para evitar que se desencadenen cuadros psicopatológicos
o se agraven los ya existentes.
Estrés
La palabra estrés se relaciona con “fuerza”, “tensión”, “carga”. Se refiere al resultado
no específico de cualquier tipo de demanda sobre el organismo que acarrea un efecto
mental o somático. Para algunos autores, el estrés está dado por el conjunto de reacciones o respuestas biológicas y psicosociales de tipo individual que se desencadenan
en el organismo cuando éste se enfrenta a algún estímulo de agente externo o interno, ya sea imaginario o real (pasado, presente o futuro).
Ante una situación estresante se presentan una serie de reacciones que han sido
llamadas el Síndrome General de Adaptación –SGA–, el cual tiene cuatro fases:
alarma, resistencia, agotamiento y rompimiento.
26
Cruz Roja Colombiana
La Reacción de Alarma se presenta cuando se experimenta alguna insatisfacción,
deseo o necesidad y se debe dar una respuesta frente a esto. Se caracteriza por una
rápida activación del sistema nervioso simpático, la cual conlleva a la movilización
en términos biológicos y psicosociales de todos los recursos posibles para hacer frente al estímulo que se le plantea (aceleración del ritmo cardíaco y aumento del flujo
sanguíneo, activación del sistema respiratorio, tensión muscular, entre otros).
En la Fase de Resistencia la respuesta orgánica se mantiene hiperactivando los sistemas sanguíneo, respiratorio y hormonal, mientras siga estando presente el estímulo
causante de la amenaza. Si el estímulo persiste durante un período de tiempo largo,
se iniciaría la fase de agotamiento.
La Fase de Agotamiento lleva al consumo de las reservas del organismo y con ella
al aumento de la vulnerabilidad a la enfermedad (la aparición de las enfermedades
de adaptación y desgaste).
Finalmente, se pasa a la Fase de Rompimiento. En casos extremadamente graves,
esta fase puede desembocar en el colapso y la muerte. El individuo puede sentir
que no es capaz, que está perdido y que es difícil su recuperación.Tras un período
de agotamiento originado a causa de una tensión excesiva, el organismo sólo puede
reestablecer su capacidad de resistencia a nuevos acontecimientos, tras un período
más o menos prolongado de descanso.
Tipos de estrés: no todas las situaciones estresantes son negativas, existen diferentes
tipos de estrés, algunos de los cuales son necesarios para que la persona logre alcanzar sus metas.
–
–
El estrés positivo se caracteriza por la tensión física y psicológica que facilita
el enfrentar y resolver los problemas.
El estrés crónico se presenta de forma continua y prolongada. Para algunos
autores el mal manejo de los estados o las dificultades que se derivan de él
lleva al disestrés (la parte negativa del estrés).
27
La Salud Mental en los Desastres
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El estrés agudo se da por situación crítica y en especial extraordinaria y
presenta sensación de embotamiento, desapego, sensación de irrealidad,
despersonalización o amnesia disociativa. Dura de 2 días a 4 semanas.
Conlleva sentimientos de culpabilidad, desesperanza, desesperación,
depresión y puede llevar al trastorno de estrés postraumático.
El estrés agudo está relacionado con la calidad del apoyo social, antecedentes familiares, experiencias infantiles, tipo de personalidad y problemas mentales preexistentes (Cohen 1999).
Existen variables condicionantes al estrés que están relacionadas con la personalidad
y situación del sujeto, las características del estímulo estresante y el entorno sociocultural.
Respuestas ante el estrés: las respuestas ante las situaciones estresantes se presentan
a diferentes niveles: cognitivo, emocional, comportamental y fisiológico.
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A nivel cognitivo se presenta confusión en pensamiento, dificultad en
la toma de decisiones, problemas para concentrarse, fallas de memoria,
trastornos del sueño (pesadillas), desorientación y baja autoestima
A nivel emocional la persona puede presentar ansiedad, llanto, depresión,
irritabilidad, sentimientos de culpa, negación de lo sucedido, sensación de
aislamiento, pérdida de control emocional
A nivel comportamental pueden darse cambios en la personalidad (forma
de ser), en el lenguaje, trastornos del sueño y de los hábitos alimentarios
A nivel fisiológico puede darse diarrea, vómito, fatiga, temblores, espasmos
mus-cu-lares, trastornos del ritmo cardíaco, trastornos del apetito, baja en
las defensas, mareo, cefalea.1, 2, 3, 29, 30
En general cuando el estrés no se controla y el individuo empieza a disfuncionar,
situación conocida como disestrés, se presenta la erosión y la crisis.
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La erosión es un proceso gradual de agotamiento general que puede
conducir a problemas de disfuncionamiento personal, social, académico,
familiar y laboral, y que puede estar acompañado de consumo de sustancias
psicoactivas, alcohol o llevar a trastornos psicopatológicos (depresión,
ansiedad, etcétera).
La crisis se presenta cuando la capacidad de respuesta individual se altera y
hay un estado temporal de desequilibrio psicosocial.
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En los desastres se deben tener en cuenta dos tipos de estresores, primarios y secundarios.
Los estresores psicosociales primarios hacen referencia al desastre mismo y a la situación de pérdida directa generada por éste.
Los estresores psicosociales secundarios se presentan a raíz de los cambios sociales:
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Desplazamiento a otras áreas geográficas
Desempleo
Inactividad
Falta de posibilidades recreacionales
Promoción de la dependencia en los sobrevivientes
Disrupción general del tejido social
Ruptura de las formas tradicionales de soporte social.
Duelo
Se define proceso de duelo como el estado de pensamiento, sentimiento y actividad
que se produce por la pérdida de una persona o bien querido. La pérdida es un
acontencimiento doloroso, que se asume y digiere a través del proceso de duelo que
se da en un tiempo y unas circunstancias determinadas y es una de las experiencias
más difíciles que tiene que afrontar el ser humano, tanto en el ambiente privado
como público.
El duelo se presenta por pérdida de personas, hogar, pertenencias, subsistencia y
alteración de la comunidad en que se vive. Es la respuesta emotiva a la pérdida de
algo o alguien, implica asumir e interiorizar el dolor.
En las situaciones de desastre, el individuo y la comunidad deben enfrentar pérdidas múltiples y simultáneas (familiares, amigos, conocidos), empleo, hogar, medios
de comunicación, transporte, recreación, escuela, iglesia y otros recursos de la comunidad. A nivel social hay resquebrajamiento del apoyo social y desorden en la
comunidad.
El duelo se extiende en el tiempo y tiene las siguientes connotaciones:
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Es colectivo pues afecta a muchas personas simultáneamente y en escala
Es múltiple porque las pérdidas son variadas (humanas, materiales,
comunitarias y simbólicas)
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Es aleatorio dado que no hay lógica en las pérdidas sufridas
Es público: los medios de comunicación entrevistan víctimas y plasman el
dolor en las primeras planas.
La muerte y la pérdida son duras experiencias para los sobrevivientes, quienes necesitan expresar lo que ha ocurrido, curar sus heridas y rehacer su vida.
Fases del proceso de duelo: en toda situación de pérdida se dan las siguientes fases:
negación, ira, negociación, depresión, aceptación (Elizabeth Kubler-Ross).
El duelo es una experiencia común a todas las personas pero no estándar y acompaña con dolor la pérdida, es más intenso frente a la pérdida de sus seres queridos
y personas cercanas en el tiempo y en sentimientos. El duelo propicia en nosotros
sentimientos de aturdimiento, enlentecimiento emocional y sensación de irrealidad
(¡no puede ser!), para luego aparecer sensación de agitación, desarraigo, gran vacío
y anhelo de la presencia de la persona fallecida o el bien perdido, aunque es sabido
que éste deseo no pertenece a la realidad. Paralelamente hay dificultad en el dormir
y en el soñar y puede aparecer sensación de rabia y enfado con la circunstancia de
la pérdida o contra ella misma. Además aparecen sentimientos de culpa, piensa que
hubiera podido expresar mejor sus sentimientos a la persona que murió o hubiera
aprovechado mejor el tiempo con ella y haber actuado con ella en forma diferente.
Cuando el tiempo corre y pasan por lo menos 2 a 6 meses de haberse presentado la
pérdida, puede reagudizarse o aparecer un estado de agitación seguido de calmada
tristeza, aislamiento y silencio. Los recuerdos o los sentimientos de necesidad de la
persona o bien perdido desembocan en su aflicción o pena acompañado de copioso
llanto, aislamiento o sensación de vacío (Pais libre 1998, Fonnegra 1997).
En el duelo y en su expresión influye la cercanía a lo perdido, el tipo de personalidad, la cultura y la capacidad expresiva y de afrontamiento que se tenga, lo que le
hace diverso y personal, presentándose reacciones tanto a nivel físico como emocional y social.
A nivel físico, la persona generalmente presenta llanto, pérdida de apetitos (físico,
sexual), falta de concentración. A nivel físico hay resentimiento y rabia, así como la
asunción de nuevos roles. Y a nivel emocional se vivencia la tristeza, la soledad y
los miedos.
Lo anterior, así como el proceso de duelo, hacen parte de la conducta emocional y
pertenece al modo de afrontamiento que se da en el sujeto. A medida que pasa el
tiempo parte de las sensaciones del duelo van desapareciendo y recobra el ritmo
de lo cotidiano, lo cual suele darse en un lapso de tiempo entre 6 meses y 2 años
lo que marca un paso de desvinculación de la persona o bien perdido, readecuado
y ajustado al plan vital y a las demandas de la realidad, con la energía necesaria y
disposición para cumplir las metas propuestas y exigidas dentro del contexto social
en que se desempeña. (5, 22, 25, 26, 29, 30)
Todo este proceso de elaboración del duelo se expresa mediante la aflicción y el luto,
siendo todo el proceso una situación normal, no patológica.
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La elaboración del duelo cumple con las siguientes funciones:
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Aceptar y asumir la realidad de la pérdida
Expresar y dar sentido a las emociones es la activación del sufrimiento, la pena
y el dolor emocional (conciencia de la tristeza, aceptación, integración)
Adaptarse al ambiente donde el objeto perdido (cosas, situaciones o personas)
ya no está presente
Adaptarse a la vida con la pérdida.
Reinvertir la energía emotiva en otras emociones (reconducir los afectos
hacia otras personas o cosas)
Fortalecer el principio de realidad (asumir la pérdida).
El duelo conlleva 2 tipos de expresiones, la interna o aflicción (expresión
emocional) y la externa o luto:
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La aflicción conlleva a tres etapas:
Romper los lazos con las personas o cosas perdidas
Adaptarse a la vida sin la presencia de las personas o cosas
Establecer nuevas relaciones.
El luto hace relación a la expresión externa de la pena que se siente (vestir
de negro, mantener cierto comportamiento social).
La aflicción y el luto se manifiestan a través de:
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Sentimientos de gran tristeza, soledad, abandono, vacío, añoranza, ira,
culpabilidad y autorreproche
Comportamientos somáticos: sensación de vacío en medio del pecho y
el estómago, sensación de nudo en la garganta, sentido de irrealidad y
despersonalización, fastidio frente a las situaciones medioambientales,
hipersensibilidad al miedo, boca seca y sensación de ahogo
Cogniciones o pensamientos: sensación de incredulidad, confusión,
pensamientos referentes al desaparecido (me parece sentirlo o verlo, siento
su presencia), alucinaciones visuales y auditivas
Conductas y comportamientos: alteraciones del apetito (bulimia o anorexia),
sueños con lo perdido, toma riesgos innecesarios, respiración suspirona,
aislamiento social, llanto frecuente y prolongado, hiperactividad y visita
frecuente a lugares cercanos al fallecido.
La ausencia de cadáver complica la elaboración del duelo. Algunos se cronifican y
pueden desencadenar en depresión severa e intentos de suicidio. La falla en el proceso del duelo lleva a situaciones patológicas como la depresión.5, 17, 29, 30
Para resolver el duelo se debe llegar a:
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Reconocer y aceptar la pérdida (admitir y entender)
Reacción ante separación (permitirse sentir, identificar, aceptar y expresar
emociones y sentimientos)
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Recordar y reexperimentar
Replantear papeles
Reacomodarse y adaptarse
Reinvertir energía psicológica para mejorar situaciones de la vida.
Se puede decir que la persona está recuperada cuando:
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Expresa los sentimientos adecuadamente.
Establece nuevas relaciones
Acepta nuevos retos
Habla de la pérdida sin dolor
Presenta afianzamiento y desarrollo normal de su cotidianidad
Patología social
Hace relación a una serie de disfunciones y deterioro respecto de la normatización
y manejo de límites, dentro de un contexto social dado, que llevan a situaciones
que crean dificultades de índole múltiple y concomitan con el incremento en el
consumo de alcohol y drogas, prostitución, violencia, retraimiento social, conflictos
y problemas familiares.
Mucha de la patología social está asociada en gran medida con lo que se ha llamado
la cultura de la sobrevivencia , entendida como las condiciones de vida de extrema
deprivación, en lo que respecta al suministro de necesidades materiales básicas. Así
mismo, se puede desencadenar desplazamiento variable de población hacia otros
lugares dada por múltiples razones, entre ellas la búsqueda de seguridad, bienestar
y protección.5, 16, 17, 29, 30
Una situación que puede generar o agravar la patología social es el llamado Segundo
Desastre (Erickson) que se refiere a las consecuencias de tipo emocional que se derivan de la desorganización social y física de una comunidad destruída por una catástrofe, presentándose cuadros de carácter psicológico o psiquiátrico que obedecen a
la incapacidad de hacer frente a todos los cambios sociales que ocurren súbitamente.
Ello también ocurre por las fallas institucionales y estatales debido al incumplimiento o mal manejo de las respuestas que se deben dar a una comunidad cuando
ocurre un desastre, con lo que viene mayor deterioro en lo personal y social, lo que
impide que se formulen metas vitales y sociales adecuadas y justas. La desorganización social que sobreviene a un desastre repercute en un aumento de los ingresos a
hospitales por problemas de origen mental.5, 16, 17
De igual manera, aunado a las múltiples situaciones generadas con ocasión de un
desastre, se puede dar el llamado Síndrome de Desarraigo que hace relación a la
sensación de aniquilamiento dada por un cambio profundo y repentino que produce
una pérdida del pasado del individuo y del aquí y el ahora. Le causa una sensación
de extrañeza ante la pérdida de un sistema familiar, su entorno físico, la alteración
de sus expectativas o el cambio profundo de estas estructuras, respondiendo a las
nuevas y extrañas circunstancias con temor, intensas pesadillas nocturnas, reacciones depresivas y profundos sentimientos de culpa por estar a salvo cuando sus seres
queridos perdieron la vida.5, 16, 17
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Se presenta también una situación de temporalidad, que es es un estado previo y a
veces necesario en los procesos de reconstrucción y que puede ayudar a mejorar el
tejido social, la organización. Genera posibilidad de ayuda y apoyo en materia de
vivienda, salud y asistencia en necesidades básicas. Si el proceso no es manejado adecuadamente y se prolonga por un tiempo excesivamente largo, aumentan los riesgos
de todo tipo, la vulnerabilidad y la marginalidad que lleva a explosiones sociales y
al aumento de patología social y trastornos psicológicos.
En la temporalidad se deterioran los espacios de referencia social que les proporciona
seguridad por lo cual se vuelven muy vulnerables y susceptibles.
Cuadros psicopatológicos más frecuentes que se dan con motivo de los desastres:
Los desastres sacan a flote la relación entre el mundo intrapsíquico y los estresores
externos con lo cual se pueden presentar alteraciones psicopatológicas que se relacionan estrechamente con los rasgos de personalidad, antecedentes de problemas
mentales, la calidad de las defensas y controles frente a la conducta, lo mismo que
la información y entrenamiento previo. Esto se puede ver al analizar los síntomas y
signos que se pueden englobar bajo los criterios del DSM-IV y CIE-10.
Trastorno de estrés post-traumático: hace referencia a la forma que es vivido un suceso que suele estar por fuera del rango habitual de la experiencia humana (guerras,
catástrofes, violaciones, torturas, entre otros), que conlleva una seria amenaza para
la propia vida o la de otros.
El trauma se vuelve a experimentar a través de pensamientos intrusivos, imágenes,
sueños o recuerdos que emergen de la conciencia involuntariamente. Son frecuentes
los flashback (revivir la experiencia), que aunque el sujeto esté despierto se encuentra en un estado alterado de conciencia (episodio disociativo). La sintomatología se
agudiza cuando el individuo se expone a situaciones similares o que simbolizan la
situación original.
Se presentan síntomas simultáneos de estrés severo y persistente. Hay flashbacks con
intensa ansiedad, pesadillas, pánico y trastornos del sueño, conductas evitativas con
respecto a la situación traumática, hiperexcitabilidad, tristeza, depresión, asociadas
a la pérdida del hogar, salud, comunidad y muerte de familiares, amigos y otros.
En general presentan estos componentes:
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Experimentación repetida del acontecimiento traumático
Entorpecimiento de la respuesta
Reducción de la participación en mundo exterior
Síntomas psicosomáticos asociados con alteraciones del sistema nervioso autónomo.
Los criterios diagnósticos son los siguientes:
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El paciente ha debido exponerse a un acontecimiento estresante o situación
excepcionalmente amenazadora o catastrófica, que podría causar profundo
disconfort.
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Recuerdo continuado o reaparición del recuerdo del acontecimiento
estresante, revivicencias disociativas, recuerdos, sueños recurrentes o
sensación de malestar al enfrentarse a circunstancias parecidas o relacionadas
con el agente estresante.
Evitación de circunstancias parecidas o relacionadas con el agente
estresante.
Una de las dos:
Incapacidades para recordar parcial o completamente el período de
exposición al agente estresante.
Síntomas persistentes de hipersensibilidad psicológica, y activación al
menos dos de los síntomas siguientes:
Dificultad para conciliar o mantener el sueño
Irritabilidad
Dificultad de concentración
Facilidad para distraerse
Respuesta de alarma (sobresaltos) y aprensión exageradas
Los criterios B, C y D se satisfacen en los seis meses posteriores al acontecimiento
estresante o del fin de período de estrés.
Reacción psicótica breve y otras psicosis: en las psicosis las funciones psíquicas están
afectadas y el individuo no puede cuidar de sí, presenta alteración de su juicio crítico
de la realidad, no tiene conciencia de sus problemas y alteraciones, hay dificultad
en el control de impulsos y deterioro en el manejo de la convivencia y desempeño
social, representando gran peligro para sí mismo y para los demás. No tiene manejo
ni responsabilidad de sus actos por su incapacidad de distinguir entre el mundo real
(externo) y su mundo interno (vida psíquica).
En los desastres pueden aparecer psicosis por factores orgánicos (traumáticos, metabólicos) factores psicológicos (traumas psicológicos), factores sociales (situaciones
económicas, amenazas, etc). Así mismo, se pueden reactivar cuadros psiquiátricos
si se tienen antecedentes de enfermedad mental (trastorno afectivo bipolar, esquizofrenia, etc.). hay posibilidad de que se genere psicosis aguda delirante – alucinatoria, que dura pocas semanas y puede presentar alucinaciones auditivas, temores,
cuadros de confusión, delirios mal estructurados, cuadros referenciales entre otros
signos y síntomas, así como lenguaje desorganizado y comportamiento extravagante
y extraño.
Para el diagnóstico de los trastornos psicóticos agudos se deben tener en cuenta las
siguientes pautas:
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Aparición súbita y asociada a un elevado nivel de estrés
Comportamientos extraños o alarmantes (aislamiento, suspicacia, amenazas)
Alucinaciones
Ideas delirantes poco estructuradas
Inquietud o comportamientos extravagantes
Lenguaje desorganizado o extraño
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Respuestas emocionales exageradas y labilidad emocional
Creencias extrañas o temores
Confusión, desconfianza.
Con respecto a los trastornos afectivos, se puede presentar o reactivarse un cuadro
maníaco que reporta conducta social deshinibida con aumento de los apetitos (hipersexualidad, hiperfagia e hiperactividad), gran actividad maníaca y sensación de
energía incrementada, afecto expansivo, ánimo exaltado e irritabilidad, lo mismo
que logorrea, coprolalia y locuacidad, distractibilidad, ideas de grandeza, alta valoración de sí mismo, imsomnio, taquipsiquia, que lleva a pensamiento atropellado y
desordenado (Croeg, 1986. Romero G. 1999).
En el episodio maníaco se deben tener en cuenta los siguientes criterios diagnósticos:
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Conducta desinhibida y deseo sexual incrementado
Actividad motora y energía alta
Exaltación y expansión del afecto, irritabilidad
Verborrea y locuacidad
Trastornos del sueño
Distractibilidad e impulsibidad
Ideas de grandeza y curso del pensamiento desordenado y atropellado.
Depresión: puede aparecer un cuadro depresivo que se presenta con ánimo triste
y sensación de vacío, abulia y baja capacidad de disfrute, sentimientos de culpa y
baja autoestima, disminución de los apetitos (hiposexualidad, hipoactividad y anorexia), pesimismo persistente; presenta ideas e intentos de suicidio. En estos cuadros
depresivos puede ser psicótico o no, por reactivación de un cuadro antiguo o como
reacción a la situación generada por las situaciones del desastre.
Los criterios diagnósticos para el cuadro depresivo son los siguientes:
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Desesperación y pesimismo persistente
Pérdida de interés y capacidad de disfrute
Estado de ánimo bajo, sensación de tristeza y sensación de vacío
Trastornos del sueño
Rumiación de penas y culpas, baja autoestima
Inquietud, irritabilidad
Trastornos del apetito
Ideas o actos de intento de suicidio (Romero G., 1996).
La depresión está asociada con (Oathy y bolton 1984):
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Circunstancias exteriores negativas y dificiles de controlar
Un pequeño número de acciones controlables y de roles alternativos, además
de la disminución de relaciones sociales significativas.
Una acción dramática o una erosión paulatina que golpea un rol o significado
central, que el sujeto no puede reemplazar o superar
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La rutina de sí, del sujeto, ya de por sí frágil, se desestructura y da paso a la
disforia y a un esquema de si negativo.
Derivado de estas situaciones se puede presentar intento de suicidio o suicidio por
efecto de las pérdidas, la soledad, el vacío, dificultades sociales o consumo de alcohol
y psicoactivos.
Reacción a estrés agudo: representa un cuadro psiquiátrico que fluctúa entre leve y
grave y presenta los siguientes parámetros diagnósticos:
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Exposición a un agente físico o psicológico de excepcional gravedad.
Inmediata aparición de signos y síntomas de ansiedad, la cual puede ser:
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Leve, si sólo se presentan síntomas de ansiedad
Moderada, si presenta síntoma de ansiedad, además de aislamiento
social, desorientación, hiperactividad o desesperación, entre otros.
Grave, si presenta síntoma de ansiedad con estupor disociativo, o
cuatro de los siguientes síntomas: aislamiento social, estrechamiento
del campo de la atención., aparente desorientación, ira o agresividad
verbal, desesperanza o desesperación, hiperactividad inadecuada o
carente de propósito, duelo incontrolable y excesivo (de acuerdo con la
cultura propia del sujeto).
Si el agente estresante es transitorio o puede ser aliviado.
Los síntomas empiezan a disminuir no más tarde de ocho horas. Si el agente estresante es persistente, los síntomas empiezan a atenuarse en 48 horas.
Trastornos de adaptación: los trastornos de adaptación son denominados también
trastornos del ajuste o situacionales, que consisten en el desarrollo de síntomas emocionales o del comportamiento, clínicamente significativos, en respuesta a estrés psicosocial, identificable en un período de tres meses después del comienzo del estrés.
En el trastorno adaptativo participan cuatro procesos básicos:
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Un factor psicosocial generador de estrés
Nivel y duración del trastorno
Descarte de otros trastornos mentales
Valoración integral de la personalidad del sujeto.
Las personas se sienten sobrepasadas por lo acontecimientos y son incapaces de
adaptarse a las circunstancias. Las pautas diagnósticas son:
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Exposición a estrés psicosocial identificable, no más de un mes antes del
comienzo de los síntomas
Síntomas o trastornos del comportamiento, con las siguientes características
predominantes:
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Reacción depresiva breve: estado depresivo leve y transitorio de duración no
superior a un mes
Reacción depresiva prolongada: estado depresivo leve como respuesta a una
exposición prolongada; la duración no excede los dos años
Reacción mixta de ansiedad y depresión
Con predominio de alteración de otras emociones
Con predominio de alteraciones disociales
Con alteraciones emocionales, disociales y mixtas. Síntomas emocionales y
los trastornos disociales del comportamiento
Con otros síntomas predominantes especificados.
Los síntomas no persisten más de seis meses tras la finalización del estrés o
sus consecuencias.
CUADRO COMPARATIVO
Trastorno disociativo (de conversión): se presentan síntomas orgánicos infrecuentes
o muy llamativos tales como ataques epilépticos, amnesia, anestesia, “estados de
posesión, ”estados de trance”, confusión de identidad, parálisis, entre otros.
Los criterios diagnósticos son:
– No se halla ninguna patología orgánica que justifique los síntomas del
trastorno.
– Evidencia de una génesis psicológica de los síntomas, asociación estrecha
con acontecimientos o problemas estresantes (a menudo alteración en las
relaciones personales).
Amnesia disociativa: para la amnesia disociativa se tienen en cuenta los siguientes
parámetros:
– Se satisfacen los criterios generales del trastorno disociativo
– Amnesia, parcial o completa, para acontecimientos o problemas recientes
que fueron o siguen siendo traumáticos o estresantes
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La Salud Mental en los Desastres
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La amnesia es demasiado importante y persistente para ser explicada como
un olvido habitual.
Fuga disociativa:
– Se satisfacen los criterios generales del trastornos disociativo
– Se ha llevado a cabo un viaje lejos de casa o del lugar de trabajo y actividades
sociales, realizado de forma inesperada
– Amnesia del viaje, de forma parcial o completa y la amnesia no es explicada
como un olvido habitual.
Estupor disociativo:
– Se satisfacen los criterios generales del trastorno disociativo
– Disminución o ausencia de movimientos voluntarios y del habla, así como
de la respuesta normal a la luz, al ruido y al ser tocado
– Se conserva el tono muscular, la postura en reposo y los movimientos de la
respiración normales (y frecuentemente de los movimientos coordinados de
los ojos).
Trastorno de trance: e caracteriza por una alteración transitoria de la conciencia,
puesta de manifiesto por:
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Pérdida del sentido de la identidad personal.
Estrechamiento del campo de la conciencia, respecto al entorno inmediato
del sujeto o marcada reducción, selección y focalización de la misma a
algunos estímulos concretos del entorno del sujeto.
Limitación de movimientos, posturas y habla, a la repetición de un
repertorio limitado.
Trastornos de posesión: el individuo está convencido de ser poseído por un espíritu,
poder, deidad u otra persona.
Estos criterios deben presentarse de un modo no buscado e incómodo y al margen
de, o como prolongación de estados similares aparecidos en ceremonias religiosas u
otras.
Trastornos disociativos de la motilidad:
– Se satisfacen ls criterios generales del trastorno disociativo
– Algunos de los siguientes síntomas debe cumplirse:
– Pérdida parcial o completa de la capacidad para realizar movimienos que
normalmente se encuentran bajo control voluntario (incluyendo habla)
– Incoordinación, ataxia o incapacidad para permanecer en una sola posición
o sitio.
Convulsiones disociativas:
– Se satisfacen los criterios generales del trastorno disociativo
– Presencia de movimientos espasmódicos de aparición brusca e inesperada,
muy parecidos a cualquiera de las variedades de crisis epilépticas, pero que
no se siguen de pérdida de conciencia
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Los síntomas presuntamente “convulsivos” no se acompañan de mordedura
de lengua, incontinencia urinaria, contusiones o hematomas importantes a
consecuencia de la caída.
Anestesia y pérdidas sensoriales disociativas:
– Se satisfacen los criterios generales del trastorno disociativo.
– Alguno de los siguientes síntomas debe cumplirse:
– Pérdida completa o parcial de cualquiera de las sensaciones cutáneas
normales en toda la superficie corporal o en parte de la misma (especificar:
tacto, pinchazo, vibración, frío, calor)
– Pérdida parcial o completa de la visión, audición u olfato (especificar).
Trastornos somatomorfos:
– Antecedentes de al menos dos años de evolución de quejas relativas a
síntomas somáticos múltiples y variables, los cuales no pueden ser explicados
por trastornos orgánicos objetivables.
– La preocupación por los síntomas causa un malestar constante y lleva al
enfermo a la búsqueda de reiteradas (tres o más) consulta y chequeos.
– Existe un rechazo continuado por parte del sujeto a aceptar las aclaraciones
de los médicos de que no existe una causa orgánica que explique los síntomas
somáticos.
– Presencia de un total de seis o más síntomas de la lista siguiente, los cuales
deben pertenecer por lo menos a dos de los grupos:
Síntomas gastrointestinales:
– Dolor abdominal
– Náuseas
– Sensaciones de plenitud abdominal o de meteriorismo
– Mal sabor de boca o lengua saburral
– Quejas de vómito o regurgitación de alimentos
– Quejas de tránsito intestinal rápido o diarreas mucosas o líquidas.
Síntomas cardiovasculares:
– Falta de aliento aun sin haber hecho esfuerzos
– Dolor torácico.
Síntomas urogenitales:
– Disuria o quejas de micción frecuente
– Sensaciones desagradables en o alrededor de los genitales
– Quejas de flujo vaginal excesivo o desacostumbrado
Síntomas cutáneos y dolor:
– Quejas de erupciones o decoloración de la piel
– Dolor en los miembros, extremidades o articulaciones
– Sensaciones desagradables de falta de tacto o parestesias (quedarse dormido
un miembro).
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Trastornos de ansiedad: se manifiesta como una tensión desagradable, con sensación
de peligro inminente que sobrepasa la respuesta normal a la amenaza e interfiere con
el normal funcionamiento del individuo.
A nivel psicológico se pueden presentar quejas de tensión, preocupación, hipervigilancia, sensación de pánico, irritabilidad, dificultad en la concentración, fatiga, hiperactividad, impaciencia y falta de energía, sensación de desrealización y despersonalización, propensión a accidentes y tendencia al consumo de alcohol y fármacos.
A nivel físico se encuentra: taquicardia, dolor torácico, respiración entrecortada,
mareo, vértigo, cefalea, diarrea, pirosis, sensación de vacío y nudo en garganta, temblor, desmayo, diaforesis, sequedad de boca, entumecimiento y parestesias. Pueden
presentarse desde trastornos de ansiedad generalizada, trastornos de pánico hasta
fobias.
Entre los elementos diagnósticos para la ansiedad se encuentran:
– Múltiples y variados síntomas que limitan su funcionalidad
– El sujeto está tenso, sobresaltado e irritable
– Sensación de fatiga permanente y tensión aprehensiva
– Dificultad en la atención con alteración en el orden de la ejecución
– Múltiples síntomas somáticos sin base orgánica aparente
– Crisis aguda (trastorno de pánico)
– Período de miedo o incomodidad intensa, con síntomas que aparecen
abruptamente y que duran alrededor de diez minutos
– Taquicardia, temblor, agitación, transpiración, sensación de ahogo,
dolor precordial, náuseas, vómito, mareo, inestabilidad, sensación de
aturdimiento o desmayo, miedo a perder el control o a volverse loco, miedo
a morir, parestesias, sensación de frio o calor.
Fobias: hacen relación a la aparición de un miedo intenso e irracional que ocurre
ante un estímulo que el sujeto debe evitar, lo cual dificulta su funcionamiento social. Ello viene acompañado de gran signología y sintomatología de ansiedad.
El manejo para los problemas psicopatológicos que se presentan debe ser por personal entrenado en salud mental y conlleva:
– Intervención en crisis
– Psicoterapia
– Farmacoterapia
– Medidas de apoyo terapéutico
– Manejo ambulatorio
– Hospitalización, si se hace necesario.
Respuesta ante los problemas generados por los desastres
Frente a los desastres se debe tener en cuenta el siguiente accionar:
– Lo primero a realizar es la atención de las situaciones que ponen en peligro
la vida humana y velar por las necesidades básicas de los individuos y la
comunidad
– Preparar un plan de contingencia inmediata por si se repite el evento
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Posteriormente se harán labores de atención primaria tanto de salud integral
como de salud mental
Se identificarán las necesidades y las posibilidades de respuesta.
– Se velará por la organización de los sistemas administrativos eficientes
y reorganización de red prestadora de servicios básicos (médicos,
comunicaciones, agua, alcantarillado, vivienda, entre otros)
– Ubicar el plan de reestructuración a nivel multi-institucional con participación
de los afectados e iniciar el plan de reconstrucción de la infraestructura y
del área psicosocial, tendientes a normalizar la vida ciudadana y cotidiana lo
más pronto posible. Se debe establecer un seguimiento sobre los individuos
y la familia, haciendo hincapié en la necesidad de organización de grupos,
así mismo, fortalecer las acciones proactivas.
– A los individuos que tengan problemas específicos se les hace seguimiento
individual, posteriormente se les vincula a grupos de seguimiento y
trabajo.
– A nivel de comunidad fortalecer los límites, velar por la adquisición de
compromisos que tiendan a estructurar organizaciones viables y estables
dentro de esa comunidad, así como fortalecer la autogestión y la formación
de líderes con miras a adquirir autonomía y hacer realidad los planes de
reestructuración y reconstrucción, a corto mediano y largo plazo.
Reestructuración y reconstrucción
Las áreas de interacción y fortalecimiento se deben dar en los siguientes espacios:
– Físico arquitectónico que tiene que ver con los recursos de la comunidad, el
reparto del espacio y la calidad del medio.
– Socio-demográfico: se deben tener en cuenta la calidad de la gente y los
componentes biográficos.
– Psicosociales: el clima social, redes de apoyo social e integración de los grupos.
- Conductuales: escala de desarrollo, objetivos del desarrollo personal y
comunitaria, capacidad de adaptación al contexto.
– Interacción: persona – familia – comunidad. Proyecto común.
(Adaptado de Franch, Martinell. 1994).
Los primeros auxilios psicológicos
Hacen referencia a la ayuda inicial que se ofrece a las personas o comunidades que
presentan dificultades emocionales. Se refiere a la situación psicológica inmediata o
a la urgencia mental.
Se entiende por urgencia mental la situación creada en y por una persona víctima de
una dificulatad emocional o de un desorden mental que puede derivar en daño hacia
sí mismo o hacia los otros o deterioro de pertenencias físicas. Las situaciones más
frecuentes son las agitaciones psicomotoras, intentos de suicidio, violencia, ansiedad,
depresión y psicosis.
Quien suministre los primeros auxilios psicológicos debe saber que sus propios valores y personalidad son de gran utilidad para establecer algún tipo de relación,
comunicación, razonamiento y actuación adecuados.
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La Salud Mental en los Desastres
El auxiliador en salud mental debe:
– Conocer, comprender y comprometerse
– Evaluar y apoyar
– Establecer relación empática
– Buscar el modo posible y el espacio adecuado
– Saber sus posibilidades y limitaciones personales
– Orientar
– Tener capacidad de solidaridad y actuar efectivamente
– Establecer interacción y contacto
– Identificar problemas específicos y principales
– Manejar la confidencialidad
– Establecer posibles soluciones
Los primeros auxilios psicológicos se pueden practicar en las diversas fases de un
desastre:
Fase de preimpacto:
– Establecer comunicación oral (conversación) y corporal
– Brindar confianza y seguridad
– Permitir que la persona organice sus ideas y exprese sus sentimientos
– Clarificar la situación y dar información veraz y realista
– Impulsar la acción que tienda a enfrentar y resolver la situación dada.
Fase de impacto:
– Cuidados básicos y generales que salven y conserven la vida
– Mantener contacto físico
– Dejar hablar y escuchar
– Tranquilizar las personas (ansiosos e hiperactivos)
– Actuar con calma, lo cual ejerce efecto tranquilizador
– Facilitar catarsis y desahogo
– Acompañar a la persona
– Dar privacidad.
Fase postraumática:
– Las personas deben aprender a vivir en un ambiente totalmente diferente y
enfrentar los sentimientos dolorosos unidos a las pérdidas
– Organizar los sistemas de apoyo afectivo, material y jurídico
– Reconstruir los límites y las creencias
– Clarificar la culpa.
Qué hacer y qué no hacer en los primeros auxilios psicológicos: después de un desastre, la vida cotidiana sufre una alteración importante y se debe hacer un inventario
y análisis de lugares, momentos y situaciones con miras a establecer una reestructuración. Se establecerá entonces un inventario que comprenda:
–
–
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Situaciones complejas e imprevisibles (lluvia, oscuridad, accidentes)
Momentos determinados por situaciones externas no controlables (lluvia,
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–
–
–
–
accidentes, repeticiones del evento)
Momentos que requieren organización de servicios comunes (comida, limpieza)
Momentos vividos colectivamente (juegos, veladas, reuniones), puesta en
común de situaciones vividas
Discusión y planeación conjunta con instituciones y asesores
Red de soporte social (formal e informal), fortalecer y reestructurar la red.
Fuera de esto se establecerá un marco de relación en el cual se contemplen las situaciones que hay que enfrentar y mejorar, en materia de necesidades básicas y salud
mental, presentando metas a cumplir que estarán asignadas a pequeños grupos de
trabajo en la colectividad.
Se tendrán en cuenta las situaciones que son específicamente de la colectividad y
que necesitan de cooperación y competencias concretas.
Se debe hacer una lista de necesidades detectables en la comunidad:
– Necesidades relativas al cuerpo: supervivencia, seguridad, alimentación,
reposo, movimiento, ritmo, ejercicio al aire libre, esparcimiento.
– Necesidades relativas a la relación: estar con otros, búsqueda de compañía,
afecto, seguridad y atención.
– Necesidades relativas a la significación y al orden de las cosas; asimismo a
la realización intelectual (Adaptado de Franch, Martinell. 1994).
Las necesidades expuestas anteriormente requieren de un marco comprensible donde
actuar, con pautas de interpretación dentro de una situación a vivir, constitución
de un orden regulador y participación del entorno para construir así un orden de
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La Salud Mental en los Desastres
significancias. Lo anterior va dirigido a normalizar la vida cotidiana que es algo más
que el ritmo invariable de cada día: la rutina.
Dentro de todo este marco expuesto hay una serie de medidas relativas a la expresión
personal que están centradas en:
–
–
–
–
La acción dirigida hacia sí mismo
La expresión de sentimientos
La realización de sus propios proyectos
Las posibilidades de estimulación, reconocimiento y creación.1, 5, 6, 16, 17, 29, 30
Sistema de reconstrucción: una de las herramientas que se emplean en la reconstrucción después de un desastre es la educación social con la cual se tiende a modificar
determinadas situaciones sociales, a través de estrategias educativas y sirve como
factor dinamizador de la colectividad, convirtiéndola en un agente de cambio social.
Con ello la comunidad y el individuo mejoran su capacidad de adaptación y dan
respuestas a nuevas demandas sociales.
En las comunidades afectadas por un desastre se deben realizar las siguientes acciones, teniendo en cuenta las etapas de sensibilización, movilización, concientización,
participación y autogestión:
–
–
–
–
–
–
–
–
–
Levantar un diagnóstico de la situación real de la comunidad
Realizar un balance de lo positivo y negativo, además de priorizarlo con
miras a una intervención
Planificar los tipos de acción a llevar a cabo, entre ellos la capacitación de
personal de la misma comunidad
Crear y desarrollar procesos que faciliten activar formas de comportamiento
y acción que lleven a enfrentar las situaciones adversas
Ayudar a establecer canales de comunicación, liderazgo, planes vitales,
personales y comunitarios, y una filosofía que dé razón y contenido a la
acción que se emprende
Detectar los problemas y plantear posibles soluciones
Conformar grupos de autoayuda
Detectar y canalizar el trabajo de líderes comunitarios
Proyectar y desarrollar acciones de recuperación psicosocial.
De igual manera, los procesos de recuperación deben llevar a:
–
–
–
–
–
–
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Fomentar la salud física y mental
Recuperar la dignidad y el respeto a sí mismo
Ejercitar sus derechos y deberes
Extender la atención a las necesidades que surjan con el tiempo
Recuperar la identidad y el rol social
Fomentar el fortalecimiento familiar y de grupo que tienda a la construcción
de una comunidad que de respuesta a las esperanzas y de estabilidad de los
sueños individuales y colectivos
Cruz Roja Colombiana
–
–
Reintegrar a la vida cotidiana donde se fortalezcan las rutinas y el marco de
seguridades sociales (trabajo, escuela, salud, creencias, recreación, etcétera)
Retomar y fortalecer los valores culturales y tradicionales propios de la región.
Los procesos de recuperación están apoyadas por las labores de reconstrucción que
implican:
–
–
–
–
–
–
–
–
Satisfacción de necesidades básicas
Apoyo económico y generación de ingresos
Orientación, consejo y apoyo psicológico
Apoyo técnico y estructural para la creación, reconstrucción o rehabilitación
de los servicios de la comunidad
Reintegración de las personas de la comunidad, promoción del bienestar social
y fortalecimiento de actividades recreativas especialmente para los niños
Organización, reorganización o habilitación de la asistencia en salud y
rehabilitación
Organización de proyectos de desarrollo social
Reconstruir ambientes de normalidad y seguridad.
Todo lo anterior implica utilizar a nivel psicosocial modelos de intervención que
tienen como fin elaborar la experiencia traumática, el manejo de síntomas y el desarrollo de estrategias de afrontamiento. Por ello es importante que:
–
–
–
–
–
Se detenga el proceso psicológico de deterioro o disfuncionalidad
Se reduzca el impacto traumático de estrés adicional
Se reduzcan los sentimientos de anormalidad
Se brinde orientación y apoyo para el manejo de sentimientos
Se mejore la toma de decisiones.
Para lo cual es importante utilizar una guía de manejo que comprende:
–
–
–
–
–
–
–
–
Analizar y resaltar hechos
Averiguar sobre pensamientos e imágenes
Reconocer sentimientos
Apoyar, tranquilizar, enseñar
Evaluar los problemas
Detectar el conflicto básico
Establecer una propuesta de programa de tratamiento
Generar la participación activa.
Dentro del proceso de recuperación y reconstrucción se deben tener en cuenta dos
niveles: un nivel macrosistémico y otro microsistémico.
Nivel macrosistémico: este nivel tiene tres tipos de variables:
–
Variables socioeconómicas que incluyen todo lo relacionado con recursos
económicos, su distribución, las crisis económicas y altas tasas de desempleo.
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La Salud Mental en los Desastres
–
–
Variables estructurales que se relacionan con aspectos de organización
y funcionamiento concreto de una sociedad o colectivo que afecta las
posibilidades de cada individuo, de acuerdo a recursos existentes y de
posibilidad de ser protegido por una normatización. Asimismo se tiene en
cuenta la existencia de recursos en nuevos momentos de necesidad o crisis.
Variables psicosociales o culturales, que hacen relación a las actitudes y
valores predominantes en un grupo social, la forma de educar a los niños,
satisfacer sus necesidades y comprender el papel de cada uno de los miembros
de la familia (French, Martinell. 1994).
Teniendo como puntos de referencia estas variables, se debe tener en cuenta que
todos los esfuerzos en la comunidad deben estar dirigidos a:
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
Integrar, normalizar y fortalecer los modelos asociativos
Fortalecer los procesos de sensibilización para la acción dirigida
Incorporar nuevos valores
Estructurar nuevas prácticas y acciones
Fortalecer las estructuras pequeñas
Extender las acciones dirigidas a grandes procesos sociales (evitar
marginalidad, fortalecer solidaridad)
Aumentar los espacios de participación social
Utilizar instrumentos de socialización y capacitación
Crear espacios de interlocución
Fomentar lo local
Favorecer el clima de ilusión y de utopía (clima de nuevos valores, creatividad
y desarrollo) (Adaptado de French, Martinell. 1994).
Nivel microsistémico: hace relación a los comportamientos concretos de los miembros de la familia nuclear, a las características de ésta y a la situación de interacción
en su componente psicológico y comportamental.
Se deben evaluar también los recursos con que cuenta el individuo a nivel interno
(habilidades) y a nivel externo (apoyo). El individuo debe ser evaluado en su capacidad de adaptación al contexto social, frecuencia de contactos, relación con el área
geográfica, duración e intensidad de sus contactos, densidad y estructura de sus
relaciones sociales.
En el nivel microsistémico se debe tener en cuenta el EXOSISTEMA que incluye
todos los aspectos que rodean al individuo o a la familia y que los afecta de manera
directa. Además cuenta con dos tipos de variables:
–
–
46
Las relaciones sociales en las que hay que tener presente el aislamiento, el
cuidado, la interacción, la cotidianidad y el apoyo social.
El ámbito del trabajo donde se tiene en cuenta los recursos económicos, la
autoestima del sujeto y el grado de satisfacción e insatisfacción.
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Intervencion en crisis
La intervención en crisis debe estar dirigida a:
– La resolución del trauma
– Generar catarsis
– Acciones de sondeo sobre otra problemática
– Plantear posibles soluciones
– Fortalecer el apoyo
– Dar una interpretación de lo ocurido
– Propiciar una evaluación.1, 2, 3, 4, 8, 19, 26, 29, 30, 32
Los pasos a dar en toda intervención en crisis son:
Paso 1: Recolección de datos
Escuche lo que le diga la persona y observe su comportamiento. Intente deducir
el grado de actividad del ego y la facilidad para comunicarse, recordar y organizar
mentalmente la información básica, ya que ello refleja el estado mental y se puede
realizar una aproximación al problema emocional o psicopatológico que presente el
sujeto a evaluar.
En este paso, el trabajo del terapeuta es ayudar al paciente a descubrir los acontecimientos.
Paso 2. Entendimiento del desarrollo de la crisis
Hay tres consideraciones principales dentro de este segundo paso:
– Descubrir la secuencia de los hechos
– Estructurar la entrevista
– Evitar la tentación de hacer una catarsis preventiva.
El terapeuta debe interesarse en comprender cómo se desarrolló todo.
Paso 3. Reexperimentación del pico de crisis
Este paso involucra cuatro tareas:
–
–
–
–
Aproximarse a los sentimientos
Utilización de técnicas especiales de entrevista
Escuchar a todas las personas implicadas
Realizar catarsis.
De nuevo se está haciendo un acto terapéutico por medio de la “escucha activa”.
Algunas personas en crisis se presentan furiosas, mudas, aturdidas, deprimidas o
con un afecto desestructurado, a lo cual hay que poner correctivos a fin de hacer
manejable la situación.
Paso 4. Encontrar la solución
Las cinco tareas siguientes deben ser acometidas cuando se está buscando la solución:
–
–
Reúna a todos los implicados para redefinir la situación
Resuma las expectativas de todos sobre el resultado
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La Salud Mental en los Desastres
–
–
–
Provoque la aparición de información omitida previamente
Sugiera soluciones hipotéticas a los más implicados en la crisis, incluyendo
al paciente y pídale su opinión
Lleve a cabo la resolución que parezca más acertada.
Después de que el terapeuta se ha documentado acerca de la crisis (su desarrollo, la
experiencia emocional y las consecuencias sociales) es bueno reunir a los implicados
y describir la situación en lenguaje coloquial.
Si este sistema de resolución es incapaz de encontrar la solución a la crisis, el terapeuta puede ofrecer la alternativa de la hospitalización en un momento dado.
Algunos principios básicos deben ser tenidos en cuenta a la hora de resolver eficazmente una crisis:
–
–
–
–
Si se quiere ayudar a las personas en crisis, es necesario que sean fácilmente accesibles y, a la inversa, el terapeuta debe ser accesible para ellas. La
persona o familia en crisis se vuelve muy susceptible a las influencias de
“personas importantes” a su alrededor
El grado de actividad del terapeuta con la persona en crisis no debe ser
necesariamente alto. Se ha demostrado que una exploración detallada y un
reconocimiento de los precipitantes tiene un gran valor terapéutico intrínseco y a veces no necesita ayuda posterior
La comunicación debe ser dirigida hacia ciertos aspectos del ego del paciente, tales como: 1) “el sistema de defensa” que debe ser potenciado, 2) el
sistema cognitivo, que necesita ser dirigido mediante explicaciones y aclaraciones; 3) el sistema afectivo para disminuir la tensión, la ansiedad o la
culpa y 4) la vertiente adaptativa y de resolución, que debe ser fortalecida y
aumentada
La última idea que hay que recordar es la de trabajar para potenciar el sentimiento de autonomía del paciente.
Otras estrategias de intervención psicológica en situaciones de crisis: la capacidad
de los individuos y comunidades para desarrollar ciertas características que lleven a
afrontar con relativo éxito las situaciones estresantes.
Las características identificables en quienes tienen la capacidad de reaccionar adecuadamente frente a los eventos traumáticos son:
–
–
48
Compromiso - involucración: hay desarrollo del nivel de trascendencia
y construcción de significado. Se genera sentido de lo vivenciado y se
identifica con los esfuerzos que realiza en el afrontamiento de los problemas
y su recuperación.
Control: hay sensación de influir en el entorno social, en los acontecimientos
y en sus conductas durante la situación, o las personas se autoperciben
como poseedoras de recursos adaptativos, que sirven para enfrentar más
decididamente las situaciones de crisis, lo que lleva a enfrentar con mejor
éxito la situación de estrés postraumático
Cruz Roja Colombiana
–
Desafío: es la percepción de la situación de crisis y su afrontamiento como un
desafío emocional y social. Quienes lo detectan como una amenaza tienden
a manifestar desórdenes de estrés postraumático. El desafío es continuar a
pesar de lo ocurrido.
Todo lo anterior se lleva a cabo a través de programas educativos. (Inbar, 1995).
La intervención en crisis no debe tratar de ser una solución a largo plazo. Es una
medida temporal, que ayudará a restaurar un nivel adecuado de funcionamiento
emocional hasta que se puedan encontrar soluciones permanentes.
Hay que recordar que la mayoría de las personas en crisis no requieren hospitalización.
Personas susceptibles de atención psicosocial
Las personas que enfrentan un desastre o de quienes participan en un desastre, ya
sean como víctimas, damnificados o auxiliadores pueden presentar síntomas emocionales que van de leves a graves y que pueden ser inespecíficos y transitorios o
no y que necesariamente tienen que ser intervenidos oportuna y adecuadamente.
Teniendo en cuenta lo anterior, estas personas suelen clasificarse como víctimas
primaria, secundaria o terciaria.
Víctima primaria: se considera víctima primaria, o tipo 1, a la persona herida o afectada con características neuropsiquiátricas incapacitantes. Son personas gravemente
lesionadas o impactadas directamente, a quienes la ayuda posibilita readaptarse a
la vida. La mayor parte de las reacciones son transitorias, de frecuencia y naturaleza
temporal.
Cuando el trauma y la destrucción son graves y debidos a problemas tecnológicos,
el tiempo de resolución de los trastornos psicológicos es más largo que el observado
en las víctimas primarias neuropsiquiátricas derivadas de desastres naturales. Los
riesgos mayores están dados por trastornos conductuales debidos a pérdida de un
miembro o su función y lesiones múltiples. La intervención debe ser dada por personal especializado o el grupo de salud mental.
Víctima secundaria: son afectados indirectos, con nexos familiares o de vecindario
con la persona muerta, herida o afectada y que pueden presentar depresión, ansiedad
u otro problema.
Las mayores dificultades en las víctimas secundarias se presentan ante pérdidas
bruscas (padres, hermanos, familiares), separación desorganizada de la familia, minusvalía, ansiedad transmitida por padres, perfil psiquiátrico positivo, lo mismo
que pérdida de propiedades y evacuación de vivienda, pérdida de medicamentos,
ausencia de respuesta a medidas de apoyo y sostén, fatiga, cansancio y deprivación
de sueño.
La intervención a este grupo de personas debe ser dada por personal profesional o
equipo de salud mental, quienes brindan acompañamiento y suministran medicación si es necesario.
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La Salud Mental en los Desastres
Víctima terciaria: la tercera víctima, es el tipo de personas que trabajan en salud
y en operaciones de socorro y apoyo y que en casos de desastre se sobreexigen o se
presionan de tal manera que pueden presentar diversas reacciones emocionales y
conductuales, además del agotamiento físico y psicológico, sentimientos de frustración y sensación de fracaso.
Los afectados presentan síntomas de tensión postraumática o una sintomatología
producto de la alteración de su salud mental. En mucha parte de este personal la
tensión influye en la realización de sus labores, manifiestan alteraciones en la toma
de decisiones, evaluación de riesgos y disminución de la capacidad para ejercer liderazgo. Por ello es necesario entrenar los equipos profesionales y de rescate para
que sean capaces de enfrentar eventos traumáticos y manejar un amplio rango de
reacciones. Se ha demostrado que la mayoría de los trabajadores de rescate manejan
bien la situación (80 a 90%) como consecuencia del entrenamiento y la experiencia,
lo que les proporciona autoconfianza, control mental y actitud positiva ante acontecimientos adversos.
Se ha descrito en el personal profesional o voluntario que interviene en la atención de
desastres el “síndrome de agotamiento/quemado” que consiste en un tipo de estrés
ocupacional por presiones de tiempo, sobrecarga de trabajo, gran cantidad de conflictos, crisis personales, para el cual se ha implementado el método de Debrienfing
que conlleva procesos de:
–
–
–
–
Descripción de actividades al interactuar con damnificados
Identificación y reconocimiento de reacciones emocionales paradójicas y
extrañas que presenten los profesionales y voluntarios
Reconocimiento de sentimientos ambivalentes en algunas situaciones
Asociación de los sentimientos con trastornos del sueño, apetito, control de
impulsos e irritabilidad (Coher 1999).
El estar agotado o quemado (Síndrome de Burnout) es conceptualizado como cansancio emocional que lleva a una pérdida de motivación y que suele progresar hacia
sentimientos de inadecuación y fracaso (Malach y Jackson 1982). Se asocia con las
profesiones de ayuda o de servicios humanitarios que tienen que trabajar directamente con las personas.
Los mayores riesgos se encuentran en los voluntarios, personas jóvenes inexpertas,
inmaduras, no profesionales; que tienen como misión identificar y rescatar a supervivientes, quienes pueden presentar disturbios o dificultades en la escena del suceso,
además de la situación de fatiga y cansancio. La intervención debe ser dada por el
equipo de salud mental o personal profesional en el área: brindar infomación, apoyo
a compañeros, descanso, sueño, consuelo, medicación sólo en casos de necesidad.
Debe evitarse el alcohol u otras drogas o sustancias así como la automedicación.
Por lo general presentan fallo adaptativo de tipo temporal. En los desastres el comportamiento de los profesionales o de los individuos en particular está determinado
por el mantenimiento de la vinculación afectiva y de los liderazgos funcionales, así
como de las necesidades del momento.
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Cruz Roja Colombiana
En caso de que el individuo presente una conducta que altere su funcionalidad en el
campo personal, social, afectivo, laboral, se puede considerar un trastorno, el cual
debe ser diagnosticado y manejado por profesionales.
El personal que interviene, ya sea a nivel de rescate, en el área hospitalaria o a nivel
extrainstitucional, necesita de un entrenamiento adecuado y profundo para dar el
cuidado y soporte requerido a las víctimas directas o indirectas de un desastre y
cuidar, a su vez, de su propia salud mental y así manejar adecuadamente el estrés
y evitar que se presente el disestrés. Es sabido que el disestrés en personal no profesional es similar al de las víctimas, en los profesionales puede presentarse ante la
incapacidad de rescatar las víctimas (especialmente niños), lo que puede generar
sentimientos de impotencia y soledad, los que también se dan con ocasión de exposición a la muerte y a los cuerpos de las víctimas.
La conducta de enfrentamiento protege de la descompensación psicológica y fisológica (incorpora respuestas, evaluación cognitiva, emocional y perceptiva). A fin
de resolver la crisis se debe cambiar la fuente de estrés o redefinir la situación de
amenaza en sentido de significado y gravedad, para lo cual se acepta la situación.
Con ello se pretende buscar conductas de protección que conlleven a:
–
–
–
Modificar las condiciones que producen respuestas de estrés doloroso
Redefinir el significado de la experiencia traumática, a fin de disminuir su
importancia
Manipular las consecuencias emocionales, a fin de que queden dentro de
límites manejables.
Las finalidades del enfrentamiento son:
–
–
–
–
Ubicar las dificultades dentro de límites tolerables
Conservar autoestima
Presevar relaciones interpersonales
Aceptar condiciones de nuevas circunstancias (Cohen 1999).
Procesos de soporte y atención aplicados
en el caso de la tercera víctima
Es de gran importancia presentar un plan y ofrecer una variedad de acciones terapéuticas y de opciones en el campo de la atención o de prevención, con el fin de
mejorar la calidad del personal que actúa con ocasión de un desastre y mejorar así su
capacidad y habilidad en su respuesta. La gama de estas acciones comprenden: la intervención, la psicoterapia, el sistema de apoyo social y los grupos de ayuda mutua.
Intervención: Inbar (1998) define “intervención psicológica” como el proceso de
creación de sistemas de apoyo social entre afectados e integrantes de equipos asistenciales y de rescate. El sistema de apoyo social es definido como la unión de individuos (o grupos) que brindan al individuo información que le permita creer que es
cuidado, querido, valorado, estimado y aceptado, y que, además, pertenece a una red
de comunicaciones y de obligación mutua (Cobb, 1974, citado por Inhbar, 1998). La
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La Salud Mental en los Desastres
red social sirve para mejorar la competencia adaptativa en el afrontamiento de una
crisis a largo plazo, y para detectar fuentes de estrés y de privaciones (G: Caplan,
1993, citado por Inhbar).
Al intervenir un grupo debe tenerse en cuenta el tipo de trauma que presenta, la
calidad de sus pérdidas y su capacidad de afrontamiento. Debe evaluarse el sentido
de pérdida de seguridad, los temores y las alteraciones en los vínculos conectores
entre el individuo y su contexto social.
La tarea a realizar es encontrarle sentido a la vida, lograr la seguridad, extender la
solidaridad y la capacidad de lucha y aprender a manejar las pérdidas y el duelo.
Psicoterapia: es la ayuda que se brinda a una persona con el fin de permitirle superar
desajustes emocionales y de interrelación, y que tiene como base la comunicación
para reordenar valores y actitudes tendientes a lograr el equilibrio entre las personas
y su medio.
A través de la psicoterapia se reconocen las causas del problema, se facilita el restablecimiento del medio afectivo y se ayuda a controlar la intensidad y expresión de
los problemas que se presentan ante la situación dada.
Proceso de Recuperación en Individuos y Comunidades
Sistema de apoyo social: Grado en que las necesidades sociales básicas de una persona son gratificadas a través de la interacción con otras personas, siendo sus principales necesidades el afecto, la estima, la aprobación, la identidad, la seguridad y la
pertenencia, que se satisfacen a través de apoyo emocional y material.
En el sistema de apoyo social debe tenerse en cuenta:
-
-
-
Integración en la comunidad en que vive el sujeto (contacto con amigos
y familiares, su participación en organizaciones formales y pertenecer a
asociaciones) donde despliega sentimientos de pertenencia y afiliación.
Existencia de relaciones estrechas e íntimas que amortiguan situaciones
estresantes.
El tamaño, la densidad y la estructura de las relaciones sociales, capacidad
de adaptación al contexto social, frecuencia, duración e intensidad de sus
contactos (French, Martinell. 1994).
Crear el sistema de apoyo social resulta altamente efectivo frente a situaciones que
implican dolor, pérdida, destrucción o daño físico cuando un individuo es expuesto
a imágenes y vivencias en los desastres o eventos masivos.
Para lograrlo es importante utilizar los recursos personales y sociales, así como entrenar el personal en el “coping” o afrontamiento del estrés.
Grupos de ayuda mutua (GAM): hacen relación a la interacción de personas en
grupo donde se propone:
– Compartir a través de la experiencia común, determinada adversidad
– Orientar actitudes y acciones hacie el fortalecimiento personal y asimilación
de problemas
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–
–
–
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–
–
–
–
–
Ofrecer una ayuda validada a través de la propia experiencia
Propiciar el acercamiento, la comprensión y la actitud de escucha
Buscar respuestas cercanas y adecuadas a sus necesidades basada en sus
propios recursos
Encontrar y mejorar sentimientos de autocompetencia y bienestar personal
Incrementar los conocimientos sobre sus problemas y sus posibles manejos
Hacer uso racional de los servicios y mecanismos de respuesta frente a los
problemas
Buscar mayor interacción personal, el que se asuma con más responsabilidad
su problema y una decisión de enfrentar y superar el problema
Facilitar e intercambiar información, apoyo emocional, procesos de
autogestión y buscar mejorar la calidad de vida
Reforzar un enfoque democrático, participativo y cooperativo en la búsqueda
de resolución de problemas.
En estos grupos se realiza un proceso de entrenamiento psicológico para mejorar las
habilidades del individuo y fortalecer su capacidad para funcionar frente a situaciones de desastre. Para ello se debe tener en cuenta la siguiente secuencia:
–
–
–
Ventilación: lo cual ayuda en la evolución potencial del estrés entre los
participantes (miembros del equipo de intervención o salvamento).
Conversación y análisis amplio sobre los sistemas que presentan: esto
implica manejar el principio de realidad y tomar conciencia que todo
individuo que participe como rescatista, brigadista y personal de atención
es una persona con algún entrenamiento y que no es diferente (superhéroe)
de las que apoya, con lo cual puede sufrir igual y presentar problemas,
por lo cual necesita entender el significado de un desastre en la vida de un
individuo.
Activación de los recursos de afrontamiento: a través de ello se da suficiente
información sobre los desastres y las situaciones generadas en torno a éstos.
También se ofrece un programa de preparación para intervención como
equipo y como persona (coordinación y manera de intervención).
El entrenamiento y manejo de los grupos tiene como objetivos:
– Disminuir el estrés y manejar adecuadamente las situaciones que lo propician
– Coordinar y manejar los pensamientos (organización cognitiva)
– Activar los recursos internos y externos del grupo y la persona (apoyo,
solidaridad y cohesión)
– Disminuir la sensación de descontrol y anormalidad (Inbar, 1998).
Debe tenerse en cuenta que un superviviente de una catástrofe necesita:
– Comprender lo que pasó, conservar su autoestima, satisfacer la búsqueda de
significado (acusarse, sentir ira, superar la negación)
– Tener oportunidad de expresar sus sentimientos (tristeza, ira, abandono,
soledad)
– Realizar la catarsis (verbalizar dolor emocional)
– Que le escuchen sus pensamientos y planes
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La Salud Mental en los Desastres
–
Que se le plantee una respuesta social (identificar e impulsar los sistemas de apoyo).
El manejo de los problemas en las víctimas de los desastres tiene como
objetivos:
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
Establecer contacto y propiciar el diálogo
Ayudar a realizar duelo
Retomar roles
Mejorar nivel de confianza
Ubicar y analizar la situación
Contemplar la posibilidad de enfrentar retos
Analizar características de su identidad
Ayudar a crear redes sociales y afectivas
Fortalecer la autoayuda
Fortalecer la autoafirmación
Iniciar tratamiento pertinente
Remitir al nivel respectivo de atención.
Finalmente, se debe tener en cuenta la Asistencia Humanitaria, que es el sistema
global de apoyo y ayuda, como respuesta adecuada a las necesidades de personas e
instituciones.
Dependiendo del tipo de desastre, de la situación económica , política y grado de
desarrollo de la región la OPS/OMS, recomiendan:
– Notificar los desastres (no todos los desastres son iguales, ni los damnificados
tienen siempre iguales necesidades)
– La asistencia humanitaria debe ser coordinada por el país en que sucedió el
desastre y debe responder a necesidades reales y dignas
– La evaluación de las necesidades deben ser rápidamente realizadas por las
autoridades locales
– La ayuda y el apoyo deben ser complementarias y en caso de necesitarse
apoyo en búsqueda y rescate el visitante debe ser autosuficiente y respetar
las reglas del país afectado
– Se debe dar información exacta y clara (envios y entrega) lo mismo que
en apoyo logístico (transporte, comunicaciones y otros apoyos que sean
necesarios)
– Las ayudas deben darse en las áreas que se requieran (efectivo, suministros,
asistencia)
– Conocer y mantener canales de comunicación adecuados y ser honestos y
reales en los pedidos a países donantes
– Ayudar en las etapas de preparación, rehabilitación, reconstrucción y
programas de desarrollo
– Tener cuidado en la aceptación y donación de ropa usada, alimentos
perecederos, medicamentos, sangre y derivados, personas y equipos médicos,
hospitales de campaña, unidades médicas, vacunas (OPS 1999).
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Cruz Roja Colombiana
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La Salud Mental en los Desastres
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