ESPACIOS DE REPRESIÓN, LUGAR DE MEMORIA. EL ESTADIO

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137 Espacios de represión, lugar de memoria…, RAMPAS, 11, 2009.
ESPACIOS DE REPRESIÓN, LUGAR DE MEMORIA. EL ESTADIO VÍCTOR JARA
COMO CENTRO DE DETENCIÓN Y TORTURA MASIVA DE LA DICTADURA EN
CHILE (*)
SPACES OF REPRESSION, PLACE OF MEMORY. THE VÍCTOR JARA´S STADIUM
LIKE FIELD OF MASSIVE DETENTION AND TORTURE OF THE DICTATORSHIP
IN CHILE (*)
Miguel FUENTES (**), Jairo SEPÚLVEDA (***) y Alexander SAN FRANCISCO (****)
(**) Licenciado en Historia (Universidad de Chile). Licenciado en Antropología con
mención en Arqueología (Universidad de Chile). Miembro Comité Editorial “Grupo de
Historia
Marxista”
(www.historiamarxista.cl).
Correo
electrónico:
[email protected] (***) Licenciado en Antropología con mención en Arqueología (Universidad de Chile).
Correo electrónico: [email protected]
(****) Licenciado en Antropología con mención en Arqueología (Universidad de Chile).
Correo electrónico: [email protected]
BIBLID [1138-9435 (2009) 11, 1-286]
Resumen.
Nos proponemos estudiar el tipo de apropiación que realizó el régimen dictatorial chileno del
actual Estadio Víctor Jara, un espacio público-recreacional -fundamentalmente deportivo- como
lugar de detención, tortura y muerte durante los años 1973 y 1974. De esta manera, una
perspectiva de estudio como la que se propone aquí, desde el punto de vista de una Arqueología
de la Dictadura, supone una ampliación de la manera de entender el fenómeno de la represión
política, integrando en su análisis los soportes espaciales -arquitectónicos y tecnológicos- de la
tortura y exterminio político.
Palabras claves: Estadio Víctor Jara, presos políticos, militares, reconfiguraciones espaciales,
arquitectura de la represión, arquitectura de la memoria, arqueología de la dictadura.
Abstract.
We want to study the type of appropiation that the Chilean dictatorship did of the Victor Jara’s
Stadium. A public recreational space and sport place was used as a field of arrest, torture and
Fecha de recepción del artículo: 15-XII-2009. Fecha de aceptación: 21-XII-2009. Revista Atlántica-Mediterránea de Prehistoria y Arqueología Social, 11, 2009, 137-169.
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death between 1973 and 1974. In this sense, a study perspective as it is presented here, from the
dictatorship’s archaeology viewpoint. It supposes a wider way of understanding the political
repression phenomenon; the spatial supports -architectural and technological- of the torture and
political extermination are integrated in its analysis.
Key words: Victor Jara’s stadium, political prisoners, soldiers, space reconfigurations,
repression architecture, memory’s architecture, dictatorship´s archaeology.
Sumario:
1. Introducción. 2. Arqueología de la dictadura: represión política y memoria desde la
organización espacial del Estadio Víctor Jara. 3. El Estadio Víctor Jara. 4. Descripción general
de espacios. 5. Descripción particular de espacios (Espacios tipos). 6. Aproximaciones para un
análisis espacial del Estadio Víctor Jara como centro de detención y tortura masivo. 7. De una
Arquitectura de la Represión…a una Arquitectura de la Memoria. 8. Notas. 9. Agradecimientos.
10. Bibliografía.
1. Introducción.
El golpe militar del 11 de septiembre de 1973 abrió un periodo de intensa represión
política sobre un amplio sector de la sociedad chilena. Decenas de miles de trabajadores,
pobladores y estudiantes se transformaron, de un momento a otro, en presos políticos. A partir
de aquel instante, muchos de aquellos fueron exiliados, torturados y ejecutados, sufriendo las
más bestiales formas de violación de los derechos humanos.
“La represión se desplegó en forma masiva a lo largo de todo el país. Noches de
insomnio, de inquietud ante la inseguridad absoluta, ante el acoso permanente.
Toque de queda, silencio plagado de disparos, de ráfagas de ametralladoras.
Allanamientos masivos. Calles patrulladas. Operativos militares en el curso del
día o en cualquier momento de las interminables noches. Delación, listas de
personas buscadas, clasificadas como más o menos peligrosas. Fotografía de los
perseguidos… […] Prisión, relegación, muertes.” (Reszczynski et al., 1991: 26).
En cuestión de días, se establecen una gran cantidad de centros represivos en todo el
territorio, respondiendo a una de las más arduas persecuciones políticas en la historia de Chile.
“Los centros de reclusión fueron inicialmente los regimientos, las Academias de
Guerra, los Centros y bases militares, navales o aéreos, las distintas Comisarías
repartidas entre las ciudades y pueblos. También se utilizaron las cárceles
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públicas y las casas correccionales de mujeres, destinadas habitualmente a presos
comunes; además, las universidades y estadios deportivos a lo largo del país”
(Reszczynski et al., 1991: 118).
Sin escatimar recursos, la junta militar se vuelca a eliminar de raíz cualquier tipo de
oposición a su gobierno. Según el Informe Rettig, ya desde los primeros momentos del régimen
dictatorial existieron una serie de centros de detención tanto públicos como clandestinos1, en los
cuales participaron “miembros de las fuerzas armadas, policías y civiles (torturadores, médicos,
enfermeras, secretarias, chóferes, pilotos, mecánicos, informantes y delatores)” (Landaeta,
2007: 9). De forma descarnada, la implantación de esta verdadera industria de la tortura, la
desaparición forzada y el exterminio, constituye una de las caras más representativas y brutales
de las políticas de terrorismo de Estado en Chile (Landaeta 2007), las que se prolongaron
durante los 17 años de gobierno militar.
Dentro de la larga lista de centros represivos levantados por el régimen militar, uno de los
más significativos, tanto por la enorme dimensión que tomaron allí las prácticas de represión
política y por su importante connotación pública, fue el ex Estadio Chile, denominado desde el
2003 Estadio Víctor Jara, en homenaje al cantautor popular chileno asesinado en su interior por
agentes represivos del régimen dictatorial. Ubicado en pleno centro de Santiago, este estadio fue
el lugar de detención, tortura y muerte de miles de chilenos y de un elevado número de
extranjeros entre 1973 y 1974.
Figura 1. Estadio Víctor Jara: corte transversal
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140 El presente trabajo de investigación es producto de una investigación que un grupo de
jóvenes arqueólogos han llevado adelante en el marco de la declaratoria del Estadio Víctor Jara
como Monumento Nacional (impulsada en común por la Fundación Victor Jara y el Consejo de
Monumentos Nacionales), finalmente aprobada en Octubre del 20092. Bajo el entendido de que
los centros represivos de la dictadura constituyen espacios significativos para la memoria social
latinoamericana, pensamos que un estudio como el que presentamos a continuación es relevante
porque permite desvelar algunos de los procedimientos y estrategias de represión política
puestos en acción por la dictadura chilena en contra de las masas obreras y populares del
periodo. En momentos en que la justicia ante el tema de las violaciones a los derechos humanos
en Chile no ha sido más que superficial, una investigación como esta no puede más que
plantearse como un insumo puesto al servicio, no sólo de la necesaria reconstrucción histórica
de los procesos de represión política acaecidos en Chile durante los años 1973 y 1974, sino que
también de los justas anhelos (insatisfechos) de justicia de los trabajadores y el pueblo de Chile.
2. Arqueología de la dictadura: represión política y memoria desde la organización
espacial del Estadio Víctor Jara.
Las dictaduras militares constituyen un complejo capítulo en las historias nacionales de
los países latinoamericanos. El imperialismo norteamericano, la inexistencia de una burguesía
nacional fuerte y el sometimiento de las masas por parte de las oligarquías, fueron factores
recurrentes en la instauración de regímenes militares. En tal escenario, las violaciones a los
Derechos Humanos fueron un fenómeno frecuente. Con el pasar de las décadas y el retorno de
la institucionalidad democrática-burguesa, el anhelo de justicia y verdad ante los crímenes
cometidos ha generado un fuerte sentimiento de valoración por la memoria histórica reciente
asociada a dichos fenómenos.
Las arqueologías latinoamericanas han contribuido, en mayor o menor medida, en este
cometido (Funari y Zarankin, 2006; Fournier y Martínez, 2006; Haber, 2006; López, 2006;
Navarrete y López, 2006; Zarankin y Niro, 2006; Zarankin y Salermo, 2008; entre otros). En
Chile, la arqueología también ha contribuido al estudio de las violaciones a los Derechos
Humanos propiciados por la dictadura de Augusto Pinochet (Cáceres, 1992; Carrasco et al.,
2003; Carrasco et al., 2004; Fuenzalida, 2009), quedando sin embargo aún muchas temáticas y
casos no tratados.
El Estadio Víctor Jara sin duda no fue diseñado con fines represivos, no obstante una vez
desencadenado el golpe militar espacios como éste se volvieron indispensables para reprimir,
torturar y aniquilar a ciudadanos opositores al régimen Militar. A partir de entonces el estadio
fue intervenido, reapropiado y resignificado para propósitos militares, modificando sus
configuraciones espaciales y convirtiéndose en un espacio en el cual tomaron cuerpo distintas
“fenomenologías” de la muerte, la tortura y la represión política. Es por esto que un punto
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relevante para los estudios arqueológicos sobre la dictadura chilena sea el ámbito de la
organización espacial de los centros represivos. En palabras de Landaeta:
“Las posibilidades de estudiar la represión en Chile, otorgan varios pliegues
mediante los cuales podemos analizar las formas, lugares y guiones sobre los
cuales operó la dictadura de Pinochet. [...] Nos interesa analizar aquellos lugares
que fueron parte fundamental de la materialización del horror vivido por la
población en todo el territorio, transformándose en un eje articulador de la
política represiva” (Landaeta, 2007: 9).
Nos proponemos, por tanto, estudiar el tipo de apropiación que realizó el régimen
dictatorial chileno del actual Estadio Víctor Jara, un espacio público-recreacional fundamentalmente deportivo- como lugar de detención, tortura y muerte. En ese sentido, una
perspectiva de estudio de la represión como la que se propone acá supone, entre otras cosas, una
ampliación de la forma de entender el fenómeno de la represión política, integrando en el
análisis los soportes espaciales -arquitectónicos y tecnológicos- de la tortura y exterminio
político.
La reconfiguración realizada por los militares de las disposiciones espaciales originales
del estadio, dando por resultado el establecimiento de una verdadera arquitectura de la
represión, tendría que ver así, de fondo, con el desarrollo de formas de experiencia -individual y
colectiva- diferenciadas al nivel de los sujetos. Presos políticos y militares habrían visto
materializar sus propias relaciones de poder (sancionadas en la relación víctima-victimario) en
la forma de organización espacial de su entorno, pasando ésta a ejercer un papel activo en la
reproducción de dichas relaciones. La percepción espacial de los presos políticos respecto a su
lugar de detención habría tenido, en tanto reflejo de sus condiciones de intensa (y salvaje)
opresión, una importancia de primer orden en el tipo memoria histórica generada por aquellos
acerca de este periodo. De aquí, entonces, que el rescate de dicha memoria histórica, y la
constitución del Estadio Víctor Jara como un lugar público de memoria, no debieran prescindir
de una reconstrucción espacial de las prácticas represivas como el que aquí se propone. Esto
implica, finalmente, otorgarle una connotación más amplia a su definición como centro de
detención y tortura masiva, alentando aquí el establecimiento de una nueva arquitectura de la
memoria.
3. El Estadio Víctor Jara.
Una vez definido el Estadio Víctor Jara (ex Estadio Chile) como unidad de estudio y sus
diferentes unidades arquitectónicas, en orden a sus distintos niveles en seis pisos y dos
subterráneos (Figuras 2 a 9), se diseñó un muestreo dirigido para un examen en detalle de una
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142 serie recintos individuales “tipos”, definidos como unidades espaciales discretas. Se buscó con
esto abarcar una muestra representativa de las distintas unidades que constituyen el conjunto
arquitectónico del estadio. El criterio utilizado para seleccionar dichos recintos fue su
representatividad dentro de un conjunto de recintos de similares características, a la manera de
“recintos tipos”, teniendo en consideración la similitud constructiva y arquitectónica que los
definen. La selección de los recintos se relacionó, además, con la información oral disponible
(testimonios de ex presos políticos). De esta manera se registraron ocho recintos, en los distintos
pisos, mediante la aplicación de una ficha estandarizada, la que fue dividida en dos partes. La
primera describe las características constructivas, de localización, comunicación y complejidad
interna de cada recinto tipo, entendiendo estos atributos como una caracterización general del
“tipo de recinto”, siendo por tanto representativos de espacios de similar configuración (por
ejemplo: camarines, bodegas, dormitorios). En la segunda parte se registraron las características
particulares del recinto observando: sus condiciones de visibilidad, huellas y transformaciones
reconociblemente no originales.
Para complementar estos datos, nuestro equipo realizó cuatro recorridos por el estadio,
tres de aquellos con un grupo de ex prisioneros políticos, por medio de las cuales se reconoció
prácticamente la totalidad de los espacios del estadio. Este reconocimiento espacial se
acompañó del registro fotográfico de los espacios, así como de una descripción general en
cuadernos de campo. Finalmente, se utilizaron testimonios orales de ex presos políticos para
complementar la información espacial recogida.
Para el análisis de los datos relevados en el trabajo de campo nos centramos en la
distinción de espacios y conjuntos espaciales de acuerdo a criterios de emplazamiento,
funcionalidad y conectividad (acceso, vías, nodos de comunicación, etc.). En un primer análisis
general, basado en la utilización de los planos y recorridos, se ha buscado asociar los espacios
con el fin de conformar conjuntos espaciales, de acuerdo con los criterios anteriores. Así mismo,
en un análisis más particularizado, se buscó identificar, distinguir y asociar los distintos recintos
del estadio, de acuerdo con los acontecimientos de 1973 y 1974, en relación a su probable
función dentro del complejo represivo. Para esto se ha realizado un análisis espacial y
arquitectónico que pone en relieve las condiciones, limitantes y potencialidades, (accesos,
visibilidad, complejidad interna) de los espacios y recintos, con objeto de relacionar tales
características con el uso que se les dio mientras el estadio funcionó como campo de detención y
tortura de la dictadura.
Es importante mencionar que el Estadio Víctor Jara no habría funcionado como centro
de detención y tortura de manera continua, distinguiéndose dos momentos: uno que va entre el
11 o 12 al 18 de Septiembre de 1973, y otro entre Noviembre de 1973 y Junio de 1974. Esto es
importante en términos metodológicos, ya que la mayoría de la información disponible para el
primer momento, tanto al nivel de las investigaciones historiográficas como de los relatos
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143 orales, o bien no se han centrado en el estudio del Estadio Víctor Jara como centro de detención
dictatorial, o bien han tenido como eje principal la investigación judicial del asesinato de Víctor
Jara. Para el segundo momento no existe ninguna causa judicial abierta ni investigación
historiográfica, por lo que la información no ha sido nunca sistematizada, es escasa o más bien
nula.
Lo anterior representa un importante desafío, en términos de poder reconocer la
particularidad de las prácticas represivas al interior del estadio, en uno y otro momento.
Además, un desafío al momento de relacionar la información de los testimonios orales de los ex
presos políticos, en los cuales muchas veces ambos periodos aparecen como un solo momento
(sin tener en cuenta las diferencias entre ambos). Por último, comprendemos la importancia de
los procesos de alteración, restauración y actualización que han afectado la arquitectura del
estadio entre dichos momentos (Septiembre 1973 / Noviembre 1973 a Junio de 1974), así como
entre dichos momentos y los años posteriores, sobre todo si tenemos en cuenta que éste es un
contexto sistémico -en funcionamiento- y no de carácter arqueológico.
4. Descripción general de espacios3.
El Estadio Víctor Jara es un complejo deportivo ubicado en las inmediaciones del centro
de Santiago (Oeste). Fue fundado en el año 1969 con el nombre de Estadio Chile, teniendo una
capacidad cercana a las 5000 personas. Sus instalaciones cuentan además con una residencia
deportiva con una capacidad de 190 deportistas. Desde su fundación, ha funcionado como un
importante centro de actividades deportivas, recreacionales y artísticas, realizándose todo tipo
de campeonatos deportivos, además de grandes conciertos musicales.
Este complejo deportivo corresponde a una estructura de grandes dimensiones (422,95
m. x 42,70 m.), con un emplazamiento cuya fachada principal (sus accesos dan hacia el pasaje
Arturo Godoy y el Portal Edwards) tiene orientación norte con una leve inclinación hacia el
Oeste. Presenta una forma casi totalmente rectangular, contando además con un espacio de
estacionamiento (de 33,45 m. x 27,10 m.) en su extremo sureste. El estadio colinda con el
Pasaje Arturo Godoy por el Norte, siendo el estacionamiento contiguo a la calle Unión Latino
Americana, por el Este. Internamente, el estadio posee ocho niveles (Figuras 2 a 9): subterráneo
2 (S2), subterráneo 1 (S1), primer piso (P1), segundo piso (P2), tercer piso (P3), cuarto piso
(P4), quinto piso (P5) y sexto piso (P6). Los niveles principales, los cuales mantienen la planta
básica del recinto, son S1 (2944 m2), P1 (1577 m2), P2 (1590 m2) y P3 (1590 m2). Lo demás
niveles, S2, P4, P5 y P6, tienen una superficie de 170 m2, 670 m2, 611 m2 y 500 m2
respectivamente.
Respecto de la organización interna de cada nivel, S2 se compone de dos espacios, no
relacionados entre sí y conectados por escaleras con S1: un gimnasio (lado NW) y un espacio
reducido donde se alojan las instalaciones de una bomba de agua (lado NE). Por su parte, S1
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144 cuenta con una compleja organización espacial en la cual se distingue la cancha y las gradas
inferiores, las que conectan por dos pasillos laterales (W y E) con la zona de camarines y
bodegas. El pasillo E conecta la cancha con enfermería, camarines y con el acceso a un camarín
más amplio, hacia el Oeste del camarín 3. En su extremo Norte, este pasillo conecta con la
entrada a una bodega, que ocupa la mayor parte del nivel, y con la escalera que baja hacia las
instalaciones de la bomba de agua de S2 y que sube hacia P1. El pasillo W conecta la cancha
con una zona de bodegas y con una escalera que sube a P1, y que da a uno de los tantos accesos
al estadio desde el pasaje Arturo Godoy. En su extremo norte, este pasillo conecta con otro (que
denominaremos W-E) que atraviesa la zona de bodegas y que en su extremo E se encuentra con
el pasillo E ya descrito. El pasillo W-E conecta con el acceso a tres bodegas, dos de mayores
extensiones y una más reducida, así como también con la escalera, por la cual se baja al
gimnasio del nivel S2. Por último, hacia uno de los extremos de la cancha (en dirección E) se
encuentra instalado un montacargas de amplias dimensiones, que se desplaza en forma vertical
al nivel superior. La planta del nivel P1 (Figura 5) se caracteriza por presentar dos pasillos de
circulación (W y E) en sus extremos. El pasillo E conecta con un acceso a las gradas, al
estacionamiento y al montacargas, en su lado Sur. Así también, con otro acceso a las gradas, con
una galería de circulación W-E, con la recepción del estadio (oficinas administrativas) y, en su
extremo Norte, con uno de los accesos al recinto deportivo (acceso de deportistas). El pasillo de
circulación W conecta con dos entradas a la zona de gradas, con la galería de circulación W-E
ya mencionada, y, también en su extremo Norte, con uno de los accesos al estadio que dan al
pasaje Arturo Godoy. Cercana al extremo Norte de este pasillo (W), se encuentra la escalera que
conecta con S1 y que da, en forma expedita, a una zona cercana al acceso hacia el nivel S2
(gimnasio). Por su parte, la galería de circulación W-E, que comunica los pasillos de circulación
W y E, conecta con las dos principales vías de acceso a las graderías, baños y confitería, hacia el
Sur, y con la zona de acceso del público hacia las graderías (hall de entrada), hacia el Norte. A
la vez, en sus lados W y E, este pasillo conecta con dos grandes escaleras que suben hacia el
nivel superior. El hall central de acceso, un amplio espacio ubicado en el extremo nor-central de
este nivel, conecta con los accesos centrales al estadio (desde el pasaje Arturo Godoy) y, cerca
de la gradería de circulación W-E, con dos entradas (en los lados W y E del hall, cada una) que
dan a las boleterías, oficinas administrativas y la recepción (lado E). En el extremo Sur de los
mencionados pasillos de circulación W y E, se encuentra una segunda galería de circulación WE, la que permite el acceso a los baños y a las graderías del área Sur. En esta zona, en el espacio
intermedio de los accesos a las graderías del área Sur, existe un espacio similar al que ocupa la
confitería (lado norte). En el caso del nivel superior, P2 (Figura 4), los espacios principales de
este piso son las graderías (Norte y Sur) y sus respectivos accesos, que dan a dos galerías de
circulación W-E respectivamente. En el caso de la galería de circulación W-E Norte, ésta
conecta con dos grandes escaleras que provienen del nivel inferior, estando además conectada
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145 con dos pasillos de circulación laterales (W y E), que en su extremo Sur comunican a su vez con
la gradería de circulación W-E de la zona Sur. En este nivel (P2), uno de los espacios centrales
lo constituye la zona de comedores, ubicados en el extremo nor-central del nivel, que posee un
balcón (que mira hacia el pasaje Arturo Godoy). En dirección W, el comedor se conecta con un
área en la que se ubica la cocina, los baños y la despensa, a través de un pequeño corredor que,
en su extremo W conecta con una escalera que comunica con el nivel inferior (P1) y superior
(P3). En dirección E, se ubica la entrada principal del comedor, la cual da a un pequeño hall
que, a su vez, conecta con una escalera amplia que comunica con la entrada de deportistas, en el
nivel inferior (P1), con la zona de dormitorios, en el nivel superior (P3). A su vez, el hall que da
a esta escalera presenta una serie de accesos a recintos de tamaño mediano y pequeño: oficina
(contigua a la entrada al comedor) y administración. En el piso siguiente (P3) (Figura 7),
destaca la existencia de las graderías superiores, a las cuales se accede no por corredores sino
que por escalares independientes, tanto en el lado Norte como Sur de la cancha. El espacio más
amplio en este nivel está reservado para la zona de dormitorios, ubicado en el extremo Norte del
recinto. El acceso principal a esta zona lo constituye la escalera que sube desde el piso inferior
(P2), por el lado NE del plano. Esta escalera conecta a un hall que da a un estrecho pasillo (EW), a lo largo de la cual se disponen los distintos dormitorios. Hacia los extremos NE del plano,
se ubican otra serie de dormitorios (contiguos al hall), segregados del resto y con mejores
condiciones. Finalmente, los pisos 4 y 5 (Figuras 8 y 9) mantienen el tipo de división espacial
de P3, aunque sin existir ya en estos un nivel de graderías, cuyo límite superior lo constituyen
las que se ubican en P3. De acuerdo a los planos arquitectónicos, P6 (nivel superior), se ubica
en la zona Norte del mismo, comprendiendo un espacio reducido, posiblemente asociado a una
bodega, instalaciones de infraestructura o al techo.
5. Descripción particular de espacios (Espacios tipos).
Se definieron ocho espacios tipos para su registro espacial y arquitectónico,
representativos del conjunto espacial del Estadio Víctor Jara. Estos son: Gimnasio (Subterráneo
2), Bodega, Camarín simple y complejo, como conjunto representativo del subterráneo 1,
Graderías (cancha), Comedor (piso 2) y dormitorio simple y complejo (con baño), como
conjunto representativo de los pisos 3, 4 y 5.
• Gimnasio (Subterráneo 2). Corresponde a un recinto cerrado de planta sub-rectangular,
de 12 x 7 m. (Figura 3). En su área central existen dos grandes pilares de concreto, macizos.
Posee un acceso en su pared Norte, una escalera de 2 x 1 m. con pasamano, la cual conecta con
un pasillo del nivel superior (S1). Además de este acceso, la estructura posee una pequeña
bodega (de 4 x 1 m. aproximadamente), a la cual se accede por una puerta en el lado Norte
(contigua al acceso a la escalera). En la pared W existe un sistema de ventilación (de 5 x 2 m.).
El techo presenta una serie de instalaciones que conectan con el sistema de ventilación. La
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146 variabilidad del recinto es baja, existiendo buenas condiciones de visibilidad. Se detectan dos
posibles transformaciones del recinto. El acondicionamiento del piso con flexi4 y el estuco de las
paredes. Sin embargo, las paredes de la escalera de acceso a este recinto presentan un trabajo de
estucado incompleto, presentándose en algunas zonas la pared de hormigón original (de color
gris oscuro y con alto grado de humedad). El sistema de iluminación es artificial. Acerca de la
presencia de huellas posiblemente asociadas al funcionamiento de este recinto como parte del
centro de detención y tortura, estás no son actualmente observables. Según la información oral
disponible, la función más temprana de este recinto, posterior al año 73-74, habría sido la de una
bodega en mal estado de conservación. Luego, debido a ciertas reformas administrativas, este
recinto habría pasado a funcionar como escuela de boxeo, llegando a cumplir el papel de
gimnasio, que mantiene hasta la actualidad. De acuerdo a testimonios orales de ex presos
políticos, esta estructura habría sido utilizada posiblemente como un lugar de prácticas
represivas (presunción fundada). De acuerdo a dichos testimonios y a las informaciones
propiciadas por la administración del estadio, las paredes de este recinto habrían mostrado
numerosas huellas de bala, más numerosas que en otros lugares del estadio.
• Bodega (Subterráneo 1). Estructura cerrada compleja (con varias divisiones internas)
con planta de forma trapezoidal. Tiene una altura aproximada de 3 m. Su piso es de concreto
(más irregular hacia W). Posee un acceso (portón de fierro) en su pared E de 2,58 x 1,25 m., la
cual da hacia uno de los pasillos laterales (E) del nivel S1. Posee cuatro sub-estructuras internas,
dispuestas de E a W, siendo por esto un recinto de alta variabilidad y de visibilidad escasa. Cabe
destacar que la subdivisión 3 presenta en el suelo restos de antiguas instalaciones sanitarias
(baños), conectadas a un pozo en desuso. La existencia de una serie de canales que llegan a
dicho pozo indica la existencia de los restos de posibles baños en toda la subdivisión 3, que no
son apreciables por las condiciones de baja visibilidad del recinto. Igualmente, en la subdivisión
3 son apreciables una serie de cañerías de metal, en desuso. Se detecta un cambio del material
de la puerta de acceso (pared N), en la cual se habría reemplazado el fierro por la madera. El
sistema de iluminación es artificial. Una de las características que destaca de este recinto son sus
condiciones frías y húmedas, más acusadas que en los demás recintos del estadio. Según la
información oral disponible, la función de este recinto, desde el año 73-74 hasta la actualidad,
habría sido la de bodega. Según los testimonios orales de ex presos políticos, recogidos
posteriormente, este recinto habría sido, durante el funcionamiento del centro de detención
dictatorial, un baño en proceso de demolición que habría sido usado como calabozo, albergando
prisioneros políticos. Destaca en dichos comentarios las alusiones al mal estado físico y mental
de los presos encerrados en esta bodega, posiblemente en peores condiciones que los demás
presos: por ejemplo, los que estaban en la zona de la cancha y graderías.
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Figura 2. Plano de la división por sectores del campo de detención y tortura Estadio Víctor Jara:
subterráneo 1
• Camarín simple (Subterráneo 1). Recinto cerrado, de 110 x 70 cm., con una altura de
3.3 m. (Figura 2). Su planta es rectangular, encontrándose el piso del camarín al mismo nivel
que el del conjunto del nivel S1. Los materiales constructivos superficiales de paredes, pisos y
techo son de concreto (pared-techo) y cerámica (pared-piso). El recinto posee en la pared W una
puerta de madera como único acceso, de 220 x 80 cm., la cual conecta con el pasillo lateral E
del nivel S1. Posee una subdivisión en su extremo Sur, un baño con un piso remodelado
recientemente. El camarín cuenta con una banca (móvil) de madera y fierro, asociada a las
actividades deportivas propias del lugar. La variabilidad del recinto es baja, aún cuando posee
una sub-estructura interna (baño), siendo sus condiciones de visibilidad buenas. La luz del
recinto es artificial, aunque su ubicación, contigua a uno de los pasillos del nivel S1 que da a la
cancha, puede brindar alguna iluminación (mínima) del exterior, cuando la puerta del camarín
se encuentra abierta. Según información propiciada por la administración del estadio, la mayoría
de los camarines (salvo el número 6, que hoy se utiliza como bodega) no sólo han seguido
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148 siendo usados como tales desde el año 73/74, sino que se mantienen relativamente intactos. Los
únicos cambios han sido efectuados en el sector de los baños de los camarines, sobre todo al
nivel del piso. De acuerdo a los testimonios orales de ex presos políticos y a la información de
la administración (presunción fundada), estos recintos habrían sido lugares especializados en la
realización de constantes y sistemáticas prácticas de tortura. De acuerdo a las pericias policiales
realizadas en los camarines, habría sido en uno de estos camarines, cercano al acceso a la
cancha y a la enfermería, en donde los agentes represivos habrían asesinado al cantautor Víctor
Jara. A diferencia de los demás recintos, hemos descubierto en los pisos de los camarines a los
que accedimos la existencia de pares de huellas (hendiduras), alineadas regularmente en un
perímetro de área rectangular de aproximadamente 120 x 70 cm. Esto podría hablarnos de un
tipo de estructura que alguna vez estuvo empotrada al piso, y que posiblemente tendría que ver
con la presencia de implementos de represión asociadas al uso de los camarines como lugares
especializados de tortura (p. e. parrillas de tortura u otra tecnología represiva).
• Camarín complejo (Subterráneo 1). Recinto cerrado, con subdivisiones internas, posee
una dimensión de aproximadamente 4 a 5 veces la magnitud del camarín simple (Figura 2). Las
paredes, piso y techo son de concreto. Las paredes poseen cerámica, el piso baldosa roja y el
techo pintura. El recinto posee una sola puerta de madera como acceso, de 210 x 90 cm. Las
subdivisiones del recinto son: camarín (S), sector más amplio y con lavamanos; baño (CentroE), con 1 WC y un urinario; duchas (NE), con cuatro duchas sin separación con foso. Con
respecto al mobiliario, el recinto posee en las orillas N, W y S del camarín bancas fijas de
madera y aluminio con percheros. La variabilidad del recinto es alta (subdivisiones),
presentando buenas condiciones de visibilidad. Se detecta una modificación en la superficie de
las paredes, con la inclusión de cerámicas. Tal como en el caso del camarín simple, el piso
presenta pares de huellas (hendiduras), alineadas regularmente. En el caso de este recinto,
quizás debido a sus mayores dimensiones, estas huellas (2 cm. diámetro) se asocian con dos
estructuras contiguas que presumiblemente estuvieron empotradas en el piso, separadas por 120
cm. Dicha “estructura” (probable) habría tenido un área de forma rectangular, con una
dimensión de 146 x 74 cm. Como en el caso anterior, postulamos la presunción de que estas
huellas podrían tener que ver con la presencia de implementos de represión, asociados al uso de
los camarines como lugares especializados de tortura.
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Universidad de Cádiz 149 Espacios de represión, lugar de memoria…, RAMPAS, 11, 2009.
Figura 3. Plano de la división por sectores del campo de detención y tortura Estadio Víctor Jara:
subterráneo 2
• Graderías (Cancha). El espacio central del estadio compone una unidad con las
graderías, Norte y Sur, y la cancha. Se registró la gradería Norte, la cual se emplaza entre tres
niveles, desde el subterráneo 1 hasta el piso 2, mostrando un grado de inclinación de 45°. Ha
sido diseñada como tal para la observación de las actividades realizadas en la cancha, con una
capacidad de un número importante de público (5000 aproximadamente). Mantiene una forma
cuadrangular, limitando al Sur con la cancha. Los elementos constructivos básicos como el piso
y las paredes son de concreto, quedando el primero sin ningún recubrimientos superficial, en
tanto las paredes presentan pintura. El sector del cielo corresponde al cénit compartido por el
espacio abierto que representa la cancha y ambas graderías, y su estructura es de metal con un
recubrimiento de material liviano. En él se ubican los implementos de iluminación y sonido del
sector. Ambas graderías poseen ocho accesos, todos los cuales comunican con vías de
comunicación o pasillos. Al poniente y oriente se ubican dos rejas metálicas de dimensiones de
2 x 0,8 m., que comunican con pasillos que corren de Norte a Sur por el primer piso. Los
Revista Atlántica-Mediterránea de Prehistoria y Arqueología Social, 11, 2009, 137-169.
Universidad de Cádiz Espacios de represión, lugar de memoria…, RAMPAS, 11, 2009.
150 ingresos principales se ubican en el costado posterior de las graderías (al costado sur o norte,
dependiendo de la gradería) y comunican con otras vías de comunicación. Corresponden a 2
vanos de unos 2 x 3 m., que comunican directamente con el pasillo principal y el hall de ingreso
al estadio. En la parte superior de la gradería se ubican cuatro accesos más, de menores
dimensiones (2 x 2 m.) que comunican con un pasillo en el 2° piso, cuya única función es la del
desalojo de público por medio de dos escaleras que conectan con el primer piso. Finalmente,
existe un acceso a la cancha, ubicado en el centro, que corresponde a una estructura metálica
que conforma una escalera móvil. Las graderías no presentan subdivisiones internas, aunque sí
se pueden distinguir sectores separados por los pasillos y escaleras que se distribuyen en la
gradería. También existe una especie de palco, apartado en la parte superior, con un acceso por
puerta desde el pasillo del piso 2. Las graderías se componen del mobiliario de bancos de
madera y fierro fijados al piso, con respaldo, que miran hacia la cancha. Al representar un lugar
abierto, la gradería presenta una visibilidad que no varía mayormente dentro del espacio. Se
pueden ver con claridad la cancha y las graderías situadas al frente. Igualmente, se pueden
observar, aunque con menor claridad y mayor variaciones, los pasillos que corren de norte a sur
en los pisos 1 y 2. La luz de cancha y graderías es artificial, existiendo un amplio sistema de
iluminación eléctrica. No se observan mayores transformaciones constructivas, con excepción
de la pintura en pasamanos y bancas. De todas formas, se observa que la separación de la
cancha (un foso de 1 m. aproximadamente, con barandas) pareciera ser más reciente, debido a la
diferencias del concreto del foso, con el del piso de la gradería. De acuerdo a los testimonios
orales de ex presos políticos y al conocimiento público, tanto las graderías como la cancha
habrían sido el lugar de detención central del estadio, con una presencia masiva de presos.
Según estos mismos testimonios, el control militar se habría dispuesto en dispositivos en todas
las gradas, pasillos (balcones) laterales y accesos a la cancha. Sería posible reconocer también,
durante las primeras semanas del funcionamiento de este centro de detención, distintas
poblaciones de presos, dispuestas por la administración militar: mujeres, estudiantes de la UTE5,
obreros de los cordones industriales, etc. Es más, habría existido durante estos primeros
momentos una zona reservada para dirigentes y militantes políticos de izquierda, que los
militares agrupaban como “escoria latinoamericana” y otra para las condenas a muerte (en el
sector superior de las graderías del lado sur). Durante el segundo momento de existencia de este
centro represivo (Noviembre 1973-Junio 1974), las condiciones de los presos en la cancha
habrían sido distintas, posiblemente con mayores “comodidades” (p. e. colchonetas) y con
condiciones menores de hacinamiento.
• Comedor (Piso 2). En el segundo piso se emplaza un salón amplio, utilizado
actualmente para la realización de distintas actividades: entre otras, entrenamiento de equipos
deportivos de ping-pong y otras. Este recinto corresponde originalmente al comedor del
edificio, siendo todavía ocupada en ciertas ocasiones para esa función. Tiene una forma
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Universidad de Cádiz 151 Espacios de represión, lugar de memoria…, RAMPAS, 11, 2009.
rectangular simétrica. El piso es de concreto con superficie de flexi. Las paredes son también de
concreto, con recubrimiento de pintura. La pared norte corresponde a un ventanal de vidrio que
se extiende por todo el frente. A diferencia de los demás recintos tipo mencionados, esta es la
primera que cuenta con un sistema de iluminación natural, además del eléctrico.
Las comunicaciones del recinto son: una puerta ubicada al NE, que conecta con un hall
del segundo piso, compuesta por dos puertas de vidrio, de dimensiones de 2 x 2 m.; una reja de
metal, situada en la pared oeste, de dimensiones 2 x 1 m., que conecta con un pasillo que da a la
cocina, bodega y baño; y el ventanal que conecta por el Norte con un amplio balcón. Desde el
interior del salón la visibilidad se da hacia el Norte por medio del ventanal, aunque lo único
observable es la pared del edificio aledaño, enfrente de la calle Arturo Godoy. Al acceder, desde
el balcón se domina la visión de esta misma calle y del ingreso al estadio, así como de sus
bocacalles. Otra de las diferencias de este recinto, respecto a los recintos tipos ya descritos, es la
mayor presencia del vidrio (ventanales), que hasta el momento solo se había encontrado en
algunos camarines que poseían espejos. En cuanto a la cocina, colindante al Sur, corresponde a
un recinto rectangular cuyo único acceso es el mismo comedor. Teniendo en cuenta la
información propiciada por la administración y por informaciones orales, este recinto habría
sido ocupado, durante el año 73/74, como rancho para los militares y como zona de
congregación social y esparcimiento para los mismos.
• Dormitorios (Pisos 3, 4 y 5). En los pisos tres, cuatro y cinco encontramos un conjunto
de dormitorios diseñados para la recepción de delegaciones deportivas (Figuras 7, 8 y 9). La
mayoría de ellos corresponde a habitaciones amplias con capacidad para unas diez personas
aproximadamente, siendo variable su tamaño. Su forma es trapezoidal y más bien asimétrica. El
piso es de concreto y está cubierto por una alfombra gris. Las paredes son de concreto, con
pintura, con la excepción de la pared sur de los dormitorios del piso 5 que son de madera. El
cielo es de concreto y allí se encuentra instalado el sistema de luz artificial. No existe ningún
tipo de subdivisión interna de los recintos. Las comunicaciones de este tipo de recintos son: una
puerta de madera con llave de 2 x 1 m., ubicada en la pared Sur que accede al pasillo que corre
de este a oeste; las ventanas de vidrio ubicadas en todo el frente Norte, cubriendo desde los 90
cm de altura hasta el cielo; y unas ventanillas de vidrio que cubren el octavo superior de la pared
Sur. En el interior de los dormitorios se encuentran camarotes que varían de cinco a seis,
además de armarios y veladores metálicos. La ubicación de los dormitorios en la parte Norte del
edificio y la existencia de ventanas en todo el frente Norte, permiten mantener una visión del
pasaje Arturo Godoy y del ingreso al estadio, mientras que en los dormitorios del piso 5, esta
visión se hace extensiva al centro de la ciudad de Santiago, con lo cual se posee desde allí un
importante visión de los alrededores. Se observaron remodelaciones de mantención como la
renovación de la pintura y el cambio de alfombra. Actualmente, algunos dormitorios comunes
de menor tamaño son usados como sala de reuniones. Según los datos propiciados por la
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Universidad de Cádiz 152 Espacios de represión, lugar de memoria…, RAMPAS, 11, 2009.
administración y por la información oral disponible, estos recintos habrían sido utilizados por
los militares como habitaciones, posiblemente destinadas a militares de cierto rango.
Igualmente, habrían sido ocupadas por algunos funcionarios civiles de la estructura logística y
administrativa del recinto: por ejemplo, funcionarios de cocina, entre otros.
Figura 4. Plano de la división por sectores del campo de detención y tortura Estadio Víctor Jara:
piso 2
• Dormitorios con baño (Pisos 3, 4 y 5). Situados en los pisos 3, 4 y 5, en la esquina NE
del edificio, se encuentra un tipo de recinto habitacional de características distintas a los
dormitorios previamente señalados (Figuras 7, 8 y 9). Estos recintos son ocupados actualmente
en distintas funciones como oficinas o camarín para los funcionarios del estadio. Corresponden
a recintos cerrados de forma rectangular. Sus características constructivas son similares, piso de
concreto con alfombra negra, paredes de concreto con pintura y cielo de concreto con pintura y
luminarias. El recinto presenta tres subdivisiones internas, con un primer sector ubicado
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Universidad de Cádiz Espacios de represión, lugar de memoria…, RAMPAS, 11, 2009.
153 inmediatamente en el ingreso, un segundo sector delimitado por una pared y un vano amplio y
un baño en el NE. Además se encuentra un armario en el centro del recinto, aledaño al baño. El
baño presenta inodoro, tina y lavamanos, todos los cuales denotan su factura antigua,
probablemente original. Se encuentran en el recinto igualmente dos cilindros metálicos de 1,5
m. de alto, que corresponden a termos de agua caliente para la ducha. Las comunicaciones del
recinto son: una puerta de madera de dimensiones de 2 x 0,8 m., ubicada en el SW, la cual
conecta con el hall del piso; una ventana de 1,5 x 1 m. en la pared norte del segundo sector, y
una ventana de menores de menores dimensiones situada en la pared Norte del baño. La
visibilidad está determinada por la existencias de estas ventanas en la pared Norte, las cuales
permiten dominar el sector de ingreso al estadio, pasaje Arturo Godoy, y en el caso del piso 5,
visibilizar el centro de Santiago (alrededores del estadio). Destaca en estos recintos su buena
conservación, manteniendo la mayor parte de sus elementos originales, como las ventanas, la
alfombra y los implementos del baño. En el caso del piso 5 se observa la implementación de una
nueva ducha para los funcionarios, en la zona SW del recinto, en donde de acuerdo con
testimonios de funcionarios, existió antes una cocina. Según pensamos, durante el periodo de
ocupación militar del recinto, estos dormitorios debieron haber sido utilizados por oficiales de
alto rango, encargados de la dirección militar y política del centro represivo.
6. Aproximaciones para un análisis espacial del Estadio Víctor Jara como centro de
detención y tortura masivo.
A continuación, aunque teniendo en consideración lo dinámico de las relaciones espaciales,
distinguiremos cuatro tipos de espacios o conjuntos espaciales, los que constituyen unidades de
acuerdo a criterios de emplazamiento, conectividad y funcionalidad. Con respecto al
emplazamiento, se distingue un conjunto espacial compuesto por el hall principal y el hall
lateral del sector Norte, las oficinas administrativas, el estacionamiento y los pasillos que los
comunican (P1). En este sector se encuentran los accesos al estadio, ubicándose este conjunto
únicamente en el primer piso. En segundo lugar, se distingue el espacio compuesto por la
cancha, graderías, baños-confitería, y los pasillos y escaleras que los comunican entre sí y con el
primer conjunto espacial. Este conjunto ocupa la sección central en el edificio, puesto que de
acuerdo con el diseño del estadio es el lugar donde se realizan las actividades más importantes
del mismo: deporte o espectáculo en la cancha y recepción de público en las graderías. Debido a
esto la mayor parte de sus espacios constituye un gran conjunto de espacios abiertos. En tercer
lugar, se distingue un conjunto espacial conformado por los pisos subterráneos, compuesto por
recintos cerrados tales como bodegas y camarines, y las vías de comunicación que conectan
estos espacios entre sí, con el primer conjunto y con el sector de cancha-graderías. Finalmente,
se distingue un conjunto espacial conformado por el sector Norte de los pisos 2, 3, 4 y 5,
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Universidad de Cádiz 154 Espacios de represión, lugar de memoria…, RAMPAS, 11, 2009.
compuesto por comedor, cocina, dormitorios, oficinas y baños, los cuales se conectan entre sí
por pasillos y escaleras, y con el primer conjunto espacial por escaleras.
De acuerdo a la información recopilada, estos cuatro conjuntos se corresponden con la
existencia de cuatro zonas espaciales en las que se habría organizado el centro represivo
durante los periodos 1973 y 1973-1974 (Figura 6). Dichas zonas, diferenciadas funcionalmente,
estarían relacionadas con actividades relativas al control militar de las instalaciones y de los
detenidos, labores de inteligencia (p. e. tortura, interrogatorios) y actividades “domésticas”,
propias de la estadía de los militares en el recinto. Así, el primer conjunto fue un área en el cual
los militares desarrollaron actividades de control de presos y tareas de planificaciónadministración del recinto. El segundo conjunto espacial corresponde al lugar de detención y
estancia de los prisioneros (cancha, graderías y baños). El tercer sector se corresponde con un
área de actividades de inteligencia y detención de prisioneros. Finalmente, el cuarto conjunto se
relaciona con las actividades “domésticas” de los militares, tales como comer o dormir. Es importante mencionar que se deben determinar las diferencias entre el tipo de
organización espacial existente durante el primer momento de utilización del estadio como
centro represivo (11-12 al 18 de Septiembre de 1973) y el segundo (Noviembre de 1973 y Junio
de 1974), debido a que ésta pudo haber presentado características específicas. Dada la mayor
cantidad de información disponible en relación al primer momento, esta aproximación debe
entenderse como una reconstrucción del tipo de organización espacial que se dio en el estadio
Víctor Jara durante sus primeros días de funcionamiento como centro de detención y tortura. En
el caso en que los relatos apunten a informaciones provenientes del segundo momento, esto será
oportunamente indicado.
Primer conjunto: Administración militar y accesos (Piso 1)
Como hemos dicho, este conjunto comprende las instalaciones administrativas de la
actual recepción (Figura 5). Dada la ubicación espacial de esta con respecto a las rutas de acceso
al estadio, asociado directamente a los accesos del hall lateral (deportistas), central (mediante
una puerta lateral) y estacionamientos (mediante un pasillo), esta zona constituiría un punto
neurálgico en las comunicaciones del estadio con el exterior. A la vez, debido a su asociación
con una de las principales rutas de comunicación con el subterráneo 1 y con los niveles
superiores (pisos 2, 3, 4 y 5), mediante la escalera que se encuentra a un costado del hall lateral
y, además, debido a su cercanía con las vías de acceso centrales a graderías (lado norte), vía hall
central, este recinto constituye un punto central de los nodos de comunicación del estadio en su
conjunto. Estas características espaciales habrían hecho de este sector una zona privilegiada
para el control militar de la totalidad del recinto, sobre todo en lo referente al control de la
población reclusa. Según la información recopilada y los testimonios de ex-presos políticos, este
espacio (administración militar) habría cumplido importantes funciones de administración
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Universidad de Cádiz Espacios de represión, lugar de memoria…, RAMPAS, 11, 2009.
155 durante la existencia del centro represivo. De acuerdo a estos relatos, una vez que los presos
políticos hacían su entrada al estadio, ya sea por los accesos centrales (acceso galerías), la
entrada de deportistas o el estacionamiento, estos eran conducidos a esta oficina, donde eran
registrados y designados a tal o cual área del centro represivo. En algunas ocasiones, se
realizaban aquí interrogatorios o bien “juicios” sumarios, en los cuales los presos políticos eran
informados de su destino próximo. En general, estos juicios se remitían a establecer si el preso
se encontraba o no condenado a muerte. Si la “condena” era efectiva, aquel era conducido a un
sector especial de las graderías del lado Sur (niveles superiores, por lo menos durante las
primeras semanas posteriores al Golpe).
Previamente al registro de los presos en esta área de control, se realizaba con ellos una
serie de actividades de intimidación (humillación) moral y física. Según relatos, una de las
prácticas más usuales durante los primeros días de funcionamiento de este centro de detención
fue la de someter a los presos a golpizas colectivas, en su tránsito hacia el área de registro (la
más frecuente fue el llamado “callejón oscuro”). Estas golpizas eran realizadas tanto en el hall
central (acceso galerías) como en el hall lateral (acceso deportistas), así como también en el
pasillo lateral que comunica la actual recepción del estadio con el estacionamiento (Figura 5).
En el caso de la entrada de los presos por el acceso a galerías o por la entrada de deportistas,
estos eran muchas veces formados en el pasaje Arturo Godoy, donde también se les intimidaba
y “preparaba” para su ingreso al centro de detención. Por otro lado, destaca además la conexión
existente entre esta posible zona de administración militar (actual recepción, una especie de
“tribunal militar” in situ) con la zona de comedor y dormitorio de los militares, constituyendo
con estos un espacio segregado del resto del estadio. Esto podría indicar que esta zona habría
cumplido, además de funciones relacionadas con el control de los presos, otras relacionadas con
la administración de las actividades cotidianas de los agentes represivos. Un elemento
importante a destacar es la existencia de luz natural y ventanas, sobre todo en la zona del hall
central y lateral que dan a la recepción. Finalmente, mención aparte merece el sector del
estacionamiento (espacio de planta rectangular a cielo abierto). En este último, además de
actividades relacionadas con el ingreso-salida de detenidos y militares del estadio, se habrían
realizado otras relacionadas con la “estadía” de los presos en el recinto, sobre todo durante el
segundo momento de funcionamiento del centro de represión (Noviembre 1973-Junio 1974).
Aquí se les habría ordenado realizar trabajos forzados, como la reconstrucción del muro que da
hacia el exterior y otras actividades de tipo “recreativas”, donde se les habría obligado a jugar a
la pelota (aún en contra de su voluntad).
Revista Atlántica-Mediterránea de Prehistoria y Arqueología Social, 11, 2009, 137-169.
Universidad de Cádiz 156 Espacios de represión, lugar de memoria…, RAMPAS, 11, 2009.
Figura 5. Plano de la división por sectores del campo de detención y tortura Estadio Víctor Jara:
piso 1
Segundo conjunto: Cancha, graderías, baños y confitería.
El segundo conjunto corresponde al espacio más amplio del estadio, comprendiendo
fundamentalmente la cancha y las graderías. Al ser recintos abiertos, es además el espacio más
visible del complejo deportivo, siendo recorridos por una serie de pasillos laterales que
funcionan a modo de balcones (Figuras 2, 3 y 4). Este conjunto se ubica en el centro del estadio,
quedando sus comunicaciones con el exterior mediadas por el primer conjunto espacial
(administración militar y accesos). De acuerdo a estas características, es un espacio propicio
para el agrupamiento de gran cantidad de personas, las cuales, de acuerdo a los antecedentes
orales que se manejan para el primer periodo, habrían ascendido a las cinco mil. Los altos
niveles de visibilidad desde y hacia la cancha y graderías, habrían permitido a los militares la
implementación de una serie de recursos tendientes a la generación de experiencias colectivas
de intimidación, terror, humillación y desmoralización en los presos. Entre estas últimas,
pueden mencionarse las siguientes: perfomances de intimidación mediante amenazas con armas
de fuego desde los pasillos que dan hacia la cancha (“balcones”), instalación de focos que
emitían intensa luz durante el día y la noche, el uso eventual de ametralladoras contra la masa
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157 (p.ej, la llamada sierra de Hitler, con resultados de muerte) y los recordados discursos
realizados desde los “balcones” por los altos mandos militares, funcionarios civiles y religiosos.
En el área de las graderías, debemos distinguir las altas y las bajas. La alta norte no fue ocupada
como espacio para prisioneros, puesto que presenta un acceso hacia el exterior, encontrándose
además cerca del área de algunos accesos a los pisos 2 y 3, donde los militares contaban con un
comedor y dormitorios propios. La gradería alta Sur, que no comunica directamente con la
cancha ni con las demás graderías, se usó para prisioneros catalogados como “muy peligrosos”
o importantes, algunos de ellos condenados a muerte. Sin embargo, algunos testimonios relatan
que este sitio albergó posteriormente un alto número de personas, debido a la masividad de las
detenciones. Otro aspecto relevante a mencionar es la sectorización de las graderías,
aprovechando las delimitaciones que dan pasillo y escaleras internas. Según relatos de ex-presos
políticos, las mujeres fueron ubicadas en el centro de la gradería norte baja, mientras que los
extranjeros (denominados por los militares como “escoria latinoamericana”), a un costado, en el
sector NE de esta misma gradería. Por su parte, aunque ya en el segundo momento (Noviembre
1973-Junio 1974), centenares de hombres solían tenderse en la cancha por la noche en
colchonetas (que se retiraban en el día) para dormir, entre ellos niños. En cuanto al
emplazamiento de los servicios higiénicos, inmediatos a la cancha y gradería, este habría
servido para mantener un control sobre los prisioneros hasta en sus necesidades más básicas. Al
respecto, los baños se ubican en los sectores posteriores de las graderías, comunicados por
pasillos, por lo que (de acuerdo con los testimonios) los prisioneros debían solicitar permiso
para ir al baño. Los relatos coinciden en que los baños del sector norte estaban reservados para
las mujeres, mientras que los del sector norte para los varones. No se conoce con exactitud si se
usaba la totalidad de los baños disponibles. Los testimonios coinciden con la insalubridad de
estos, dada la masividad de los usuarios (especialmente durante el primero momento). Así
también, los relatos recuerdan las filas que se hacían para acudir allí, posiblemente por turnos
(sólo algunas veces al día), y como los reclusos debieron adecuar sus necesidades fisiológicas a
dichas reglamentaciones. Esto último nos hace pensar que el número de baños habilitados para
los prisioneros eran reducidos, siendo posible que fuera solo un recinto sanitario por sexo. A
esto debemos sumar el recinto de la confitería, ubicado en el piso 1, en el cual de acuerdo a
testimonios de sus protagonistas, hubo mujeres detenidas que permanecieron encerradas.
Destaca allí el relato de las comunicaciones que mantenían estas mujeres con los demás presos,
por un orificio del recinto, por donde incluso podían recibir cigarros. Desde esta situación,
dichas mujeres lograron mantener un contacto visual, más o menos constante, con la zona del
hall central. Allí aquellas observaron la recepción de un gran número de presos políticos al
centro de detención. Con respecto al sistema de iluminación, esta es totalmente artificial, aunque
el sector de baños (norte) y confitería se beneficia de la luz natural proveniente de los ventanales
del hall central de acceso. Igualmente, los pasillos centrales de entrada a las graderías,
Revista Atlántica-Mediterránea de Prehistoria y Arqueología Social, 11, 2009, 137-169.
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158 provenientes del hall central, constituyen una tenue fuente de luz desde el exterior. Por último,
cabe destacar la conexión existente entre la cancha y el tercer conjunto espacial (subterráneos)
mediante dos pasillos laterales (en los extremos E y W de la cancha). Estos pasillos laterales
conectan con camarines (pasillo lateral E) y con una zona de bodegas (pasillo lateral W), ambos
ubicados en el subterráneo 1 (Figura 2). Esto podría ser relevante, dado que en los subterráneos
(presunción fundada en base a testimonio de testigos) se habrían realizado interrogatorios,
torturas y fusilamiento de presos, cumpliendo algunas de las bodegas las funciones de calabozo.
Sin embargo, de acuerdo a uno de los testimonios recogidos, la conexión entre el pasillo lateral
E y la cancha habría estado cerrada, por lo cual no sabemos si estos pasillos habrían servido, en
algún momento entre septiembre de 1973 y el año siguiente, como vías de comunicación entre
la cancha y los subterráneos.
Tercer conjunto. Camarines, bodegas y gimnasio (Subterráneos).
Este conjunto comprende los niveles inferiores del estadio (Subterráneos 1 y 2). Se
encuentran aquí los camarines y bodegas del subterráneo 1, así como también el gimnasio del
subterráneo 2 (Figuras 2 y 3). Este último se encuentra conectado con el subterráneo 1 por una
única vía de comunicación, una escalera que da a uno de los pasillos que cruzan el subterráneo 1
en dirección E-W. A su vez, el subterráneo 1 se encuentra conectado con el piso superior (P1)
por medio de dos escaleras, una en el extremo E, que sube a la recepción del estadio, y otra que
se ubica en el sector W, que da hacia uno de los accesos al estadio desde el exterior por el piso
1. Con respecto al segundo conjunto espacial (cancha y graderías), los subterráneos se conectan
con este por medio de dos pasillos laterales (E y W) que dan hacia la cancha. Las características
de este conjunto espacial son la de presentar recintos cerrados, con condiciones de visibilidad
muy bajas (o nulas), presentando altos grados de conectividad con vías de comunicación
expeditas hacia el piso superior y la cancha. La iluminación de este conjunto, como en el caso
de la cancha y graderías, es totalmente artificial, aunque de menor calidad en las bodegas (tubos
de neón). Cabe destacar las condiciones mayormente frías y húmedas que imperan en las
bodegas, en relación de los demás espacios del estadio, así como el estado de los muros de
hormigón, que muchas veces no presentan ningún tipo de revestimiento. En este conjunto
espacial, debido a sus características funcionales y arquitectónicas específicas, distinguimos dos
zonas diferenciadas: camarines y bodegas. Los primeros, de tipo simple (camarín 1) y complejo
(camarín 6 y 8), se encuentran dispuestos a lo largo del pasillo lateral E del subterráneo 1.
Según los testimonios de los ex-presos políticos, estos habrían sido los lugares de interrogatorio
más frecuentemente usados por los militares (presunción fundada en base a testimonios).
Debido a sus dimensiones más reducidas con respecto al resto de los recintos del estadio, los
camarines habrían permitido una relación más personalizada y de mayor “intimidad” (cercanía)
entre el agente represivo y los detenidos. De aquí que, según pensamos, estos espacios habrían
Revista Atlántica-Mediterránea de Prehistoria y Arqueología Social, 11, 2009, 137-169.
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159 sido propicios para la realización de prácticas individuales de tortura. Por otro lado, destaca la
ubicación de los camarines con respecto a las vías de comunicación, la cual habría permitido un
tránsito expedito entre estos, la cancha y los niveles superiores (ya sea a través de la escalera del
lado E, en el extremo norte del pasillo lateral E, o bien a través de la escalera NW del
subterráneo 1). Son significativas las huellas (hendiduras) que registramos en la totalidad de los
camarines que visitamos, las cuales dicen relación con una antigua estructura (probable) que
estuvo instalada en el piso, y que posiblemente podría haber estado relacionada con la
instalación de implementos de tortura (presunción): por ejemplo, camas eléctricas u otras
instalaciones. Con relación a las bodegas del subterráneo 1, cuyos accesos dan en la mayoría de
los casos al pasillo que cruza de este a oeste la zona norte del subterráneo 1, aunque la bodega 1
conecta con el pasillo lateral E del mismo, estás constituyen las zonas más oscuras, frías y
húmedas del estadio. Debido a sus condiciones arquitectónicas y de visibilidad, estos recintos
habrían cumplido, presuntamente, las funciones de calabozos. Según testimonios orales, sobre
todo con relación a la bodega más amplia (bodega 1), allí habrían sido encerrados presos en
muy malas condiciones físicas. Al igual que en el caso de los camarines, es relevante la
situación de las bodegas respecto a las vías de comunicación del nivel, la cual permitía un
tránsito expedito entre aquellas, los camarines, las escaleras de acceso al nivel superior y la
cancha (sobre todo las bodegas del lado W). Según testimonios orales, la bodega que se
encuentra al lado de la estación eléctrica habría sido usada como depósito de detenidos
¿morgue?). Avalan esta posible función su relativa amplitud y su cercanía con la escalera lateral
del lado W, que conecta de forma expedita con uno de los accesos laterales del estadio en el
piso 1, por el pasaje Arturo Godoy. En esta zona, mención especial merece el gimnasio, ubicado
en el subterráneo 2, cuya puerta de acceso se encuentra casi contigua a dicha escalera. Según los
testimonios orales, dicho gimnasio habría cumplido también las funciones de calabozo (se ha
llegado a plantear su posible uso como lugar de fusilamiento). De acuerdo a nuestro análisis,
este recinto exhibe una serie de características propicias para ambas funciones. Sus condiciones
de nula visibilidad exterior y de alta restricción en el acceso: posee solo un acceso (estrecho), su
condición de alta segregación con respecto al conjunto del estadio, así como la existencia de una
pared que podría haber cumplido la función de paredón, facilitarían su utilización para tareas de
liquidación física y administración de cuerpos. Tanto este recinto, como la ya mencionada
bodega que está contigua a la estación eléctrica, se encuentran a pocos metros de la escalera W,
que conecta al subterráneo 1 con una salida lateral (independiente) hacia el exterior del estadio
(piso 1). Dicho acceso habría permitido el desalojo de cuerpos hacia el exterior de manera
expedita y discreta, evitando los accesos centrales al estadio, posiblemente más transitados
(acceso galerías, acceso deportistas y estacionamiento). Por lo demás, los testimonios de los ex
presos acerca de la mayor cantidad de huellas de bala en este gimnasio, apuntarían también a
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conclusiones en este sentido. Sin embargo, dichos planteamientos no son posibles de confirmar
todavía, teniendo el carácter de presunciones.
Cuarto conjunto. Comedor y dormitorios (Pisos 2, 3, 4 y 5).
El cuarto conjunto espacial es más bien un lugar aislado del resto del estadio,
presentando comunicación solo con el primer conjunto, mediante escaleras que además poseen
puertas (Figuras 4, 5, 7 y 8). Destacan las salidas de emergencia en el sector sur de cada piso.
Este conjunto destaca por poseer una visión de control sobre el ingreso del estadio, así como en
el piso 5 una panorámica de los alrededores del edificio. En cuanto al sector de comedor este es
amplio, manteniendo una comunicación directa con la cocina y despensa. Además posee un
balcón desde el cual se accede al aire libre. En este conjunto espacial domina la luz natural, lo
que lo hace una excepción para los demás espacios del estadio. Dado su diseño apto para recibir
a grandes números de delegaciones deportivas, los dormitorios permiten alojar en condiciones
de comodidad a un buen contingente. Además poseen baños propios (uno por piso) y algunas
bodegas de pequeñas dimensiones. Allí se hospedaron las tropas y suboficiales. Ahora bien, se
distinguen (constructiva y arquitectónicamente) dos tipos de dormitorios, tal como ya se señaló
anteriormente. La mayor parte de las habitaciones son colectivas, de 8 a 10 personas, y poseen
un emplazamiento a lo largo de un pasillo que las conecta.
Por otro lado, se registraron habitaciones independientes, con un emplazamiento
aledaño al hall de acceso y escaleras, con baño propio, e incluso agua caliente. Al respecto,
planteamos la posibilidad, contrastable con futuros antecedentes orales, de que estos dormitorios
hayan sido utilizados por altos mandos. Al respecto, el dato no menor de la existencia de una
cocina en uno de ellos, podría conducirnos a la idea de que allí habitaban funcionarios “puertas
adentro”. Sin embargo, testimonios de funcionarios del estadio, indican que la cocinera que
trabajaba allí para 1973 y 1974, dormía en uno de los dormitorios normales. Será tarea futura
dilucidar las dinámicas de desplazamiento y habitación propias de los militares, ya que en la
actualidad no se cuenta con antecedentes orales que permitan arribar a conclusiones.
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Figura 6. Sistema de relaciones entre los conjuntos espaciales. Las líneas indican comunicación. En
verde, lugares de uso militar (1) funciones de control, (4) funciones domésticas; en rojo lugares de
prisioneros, (2) sector masivo (cancha, graderías) y (3) sector de inteligencia (subterráneos).
7. De una Arquitectura de la Represión…a una Arquitectura de la Memoria.
A lo largo de este artículo, nos hemos referido a las implicancias teóricas y
metodológicas de un estudio del estadio Víctor Jara como centro de detención y tortura masiva,
a los resultados de nuestra investigación y a la interpretación de sus datos. Ahora bien, aún
cuando pensamos haber cumplido, en la medida de nuestras posibilidades, con los objetivos de
nuestro trabajo, es nuestro deber ahora referirnos a las implicancias ético-valorativas de una
investigación como la que hemos realizado.
Es nuestra intención por tanto comprender este tipo de esfuerzo, realizado desde la
disciplina arqueológica e historiográfica, en su relación con el proceso de re-construcción de la
memoria y la identidad histórica de todos aquellos que fueron reprimidos, torturados y
asesinados por los militares. Desde este punto de vista, la investigación arqueológica e histórica
puede (y debe) llegar a tener una gran importancia en el impulso de todos aquellos esfuerzos
tendientes no sólo a valorar el patrimonio histórico asociado a las prácticas represivas
impulsadas por la dictadura, sino que, a la vez, una poderosa herramienta al servicio de las
demandas de reparación y justicia de las víctimas de las violaciones a los derechos humanos. En
el caso concreto de esta investigación acerca de las configuraciones espaciales de las prácticas
represivas en el centro de detención y tortura masiva del ex Estadio Chile, esto implica avanzar
en la tarea de la producción de un conocimiento científico político y socialmente significativo,
útil para la valoración de este recinto. De alguna manera, la declaración del actual Estadio
Víctor Jara como Monumento Nacional, declaración en la que este artículo colaboró en la
medida de sus posibilidades, ha significado un pequeño paso en el proceso de reivindicación y
lucha constante en contra de todos aquellos que fueron cómplices de las violaciones a los
Derechos Humanos. En definitiva, un acto de refundación en el cual los antiguos espacios de
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represión asociados a este estadio se transforman en un lugar público de recuerdo; es decir, la
construcción de una verdadera Arquitectura de la Memoria.
Por último, entendemos la elaboración de este artículo en el marco de una investigación
inicial, necesaria de ser profundizada desde el punto de vista metodológico e interpretativo.
Queda pendiente un análisis más particularizado de las dinámicas de represión política
acaecidas en el actual Estadio Víctor Jara. Se hace necesario avanzar en una integración
interpretativa entre dichas dinámicas y el fenómeno más general de represión política efectuada
en Chile durante esos años. De fondo, avanzar en una integración del análisis de la organización
espacial-arquitectónica de las prácticas represivas dictatoriales (materializadas en los centros de
detención, tortura y exterminio de la dictadura) con los fenómenos de lucha de clases que
determinaron el curso del proceso histórico del auge y derrota de la revolución chilena. En no
menor medida, las relaciones de poder entre militares y presos políticos (relación víctimavictimario) no fueron sino la expresión micro del proceso histórico más general que determinó
el curso de la sucesión de acontecimiento del periodo: el enfrentamiento entre las clases
fundamentales de la sociedad capitalista. Proceso histórico en el cual una clase: la burguesía
nacional y extranjera, terminó por aplastar (momentáneamente) los anhelos de lucha y
organización del poderoso movimiento obrero y popular chileno, el cual por esos días amenazó
e intentó tomar el cielo por el asalto y a cuestionar, con fuerzas crecientes, las bases mismas de
existencia de la sociedad capitalista.
8. Notas.
1
Entre otros, el Estadio Nacional, Isla Dawson, Pisagua, Chacabuco, Isla Quiriquina, Cuatro
Álamos, Villa Grimaldi, Colonia Dignidad, Venda Sexy, Londres 38, José Domingo Cañas.
2
El trabajo de registro arquitectónico fue realizado durante los últimos días de Agosto y las
primeras semanas de Septiembre del 2009, en el marco de la elaboración del expediente para la
declaratoria de Monumento Nacional llevada a cabo por la Fundación Víctor Jara y el Consejo
de Monumentos Nacionales.
3
Para una comprensión mayor de este apartado, recomendamos leerlo observando los planos del
estadio, facilitados por la “Fundación Víctor Jara”.
4
Material constructivo para acondicionar pisos.
5
Universidad Técnica del Estado, actual Universidad de Santiago de Chile.
* Todos los planos presentados en el presente trabajo constituyen intervenciones de los planos
originales elaborados por encargo de la Fundación Víctor Jara. El Norte (N) se encuentra en la
parte superior de cada plano. En el caso del piso 1, el Estadio colinda al norte con el Pasaje
Arturo Godoy. El registro visual (fotografías) y arquitectónico (fichas) de nuestra investigación
realizada en el Estadio Víctor Jara se encontrará prontamente disponible en línea (Página
“Grupo de Historia Marxista”-Chile).
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163 9. Agradecimientos.
Agradecemos la colaboración en la elaboración de este artículo a Francisco Garrido
(Arqueólogo), cuyo esfuerzo en la intervención en los planos ha sido esencial para el desarrollo
del mismo. Igualmente, a Bruno Jiménez, Nicole Fuenzalida, Rodrigo Loyola, Isidora Pérez
(Licenciados en Arqueología) y Javier González (Estudiante de Arqueología). A los aportes de
Catalina Castillo (Estudiante de Historia, USACH) y los testimonios de los ex presos políticos
del ex Estadio Chile, con quienes visitamos el recinto durante los recorridos organizados por la
“Fundación Víctor Jara”. A la amable colaboración de los funcionarios del estadio, quienes nos
acompañaron en nuestros recorridos del mismo. Finalmente, agradecemos la oportunidad de
realizar esta investigación a Gloria König (Directora Ejecutiva de la Fundación Víctor Jara),
Rosario Carvajal (Historiadora de la misma Fundación), Soledad Silva y Karen Contreras (Área
del Patrimonio Histórico del Consejo de Monumento Nacionales).
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165 Figura 7. Plano de la división por sectores del campo de concentración y tortura Estadio Víctor Jara:
piso 3
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166 Figura 8. Plano de la división por sectores del campo de concentración y tortura Estadio Víctor Jara:
piso 4
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167 Figura 9. Plano de la división por sectores del campo de concentración y tortura Estadio Víctor Jara:
piso 5
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Figura 10. Recepción (interior). Zona de administración militar. En la fotografía se aprecian (al centro)
ex presos políticos relatando sus recuerdos en el estadio. Junto a ellos se encuentran miembros de la
Fundación Víctor Jara y el Consejo de Monumentos Nacionales.
Figura 11. Huellas de hendiduras en el piso (Camarines, Subterráneo 1). Posiblemente asociada a
tecnologías represivas. Forman una planta rectangular.
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169 Figura 12. Huellas de hendiduras en el piso (detalle). Posiblemente asociada a tecnologías represivas
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